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Capítulo XIX: Imparable vs Inamovible (I)

https://youtu.be/bkofRnfGh2A

[Habitación del Equipo Buda]

Mientras tanto en la habitación de los líderes del equipo contrario, tanto Zeus como Odín estaban intentando no parecer aterrados por la tremenda demostración de poder de Buda, y por la hazaña de Rudra de haberlo detenido sin problemas. Por otro lado, los humanos japoneses estaban negándose a creer lo que veían.

—¡Esto no tiene que ser así! ¡No puede serlo! —decía Ajichika con las manos en la cabeza, enloquecido por la frustración y la confusión—. ¡Ese insignificante y patético dios no debería ni ser capaz de tocar a Buda! ¡Debería ser el más débil de todos!

—Ja... ja... ja... jo... ji... je... ja... ja...

De repente una risa hizo eco en la habitación, sobresaltando a los presentes, ya que no pertenecía a ninguno de ellos; era la risa de alguien más. No era una risa divertida o "genuina", sino falsa y burlona, que pertenecía a un hombre viejo de voz gruesa, con un antinatural eco.

—Rudra... el Señor de la Tierra, la encarnación de las fuerzas más salvajes de la naturaleza, el Rey de todas las criaturas vivientes de la existencia, el ser más poderoso de entre los seres poderosos... ¿el más débil de todos? Y yo pensaba que mis chistes eran malos...

Decía el nuevo individuo en la habitación, mientras su tono parecía mezclar un falso humor divertido con uno quera de disgusto genuino.

Todos miraban a los lados buscando la fuente de la voz, y el primero en hallarlo fue Hermes, quien al mirar por novena vez el fondo, entre los dos tronos, se dio cuenta de que había aparecido de forma repentina alguien, que sin duda no había usado la puerta; era una persona bastante alta (2, 00 m), de constitución bastante delgada, vestido con una túnica de sacerdote judío de color negro y azul. Tenía la piel blanca, los labios negros y los ojos azules. Además su cabello, negro como el carbón, era largo hasta la barbilla y levitaba de forma antinatural. Y poseía unos pequeños cuernos negros en la frente.

Era una de las tantas formas del Rey Demonio Israelita, quien junto con la Reina Demonio Leviathan, el Rey Demonio Belial y el Señor Oscuro Lucifer, dirigían y administraban el Infierno del Panteón Israelita; era la entidad primordial demoníaca conocida por muchos nombres y apodos, siendo el más popular Satanás ("Mi Enemigo").

—¡¿Qué...?! ¡¿Cómo entraste aquí maldito engendro?! —exclamó Zeus levantándose de su trono para ver de frente a la entidad demoníaca.

—Siéntate Zeus —dijo Odín viendo la ventana del frente, con notable nervios y temor en su mirada—. Si valoras tu propia vida, te aconsejo que no lo provoques...

—Escucha a tus mayores, niñito —dijo Satanás con las manos en las caderas y agachándose un poco para ver a Zeus, ya que era mucho más alto que éste último.

Zeus estaba por responder en un arrebato iracundo. Pero solo por el valor que sentía por su propia vida, se tragó la ira y se sentó otra vez en el trono; esto relajo bastante a Odín y Hermes.

—Se ve que el tigre todopoderoso te golpeo bien fuerte la cabeza. Antes no habrías hecho ni caso al consejo de un "rey bárbaro" —dijo Satanás con un tono satisfecho, para luego proceder con acercarse, hasta detenerse en medio de ambos tronos.

Entonces la entidad empezó a moverse con lentitud, como si fuese a sentarse. Y en efecto; al mismo tiempo se manifestó del suelo una neblina oscura, que al rato se solidifico, convirtiéndose en una especie de sillón, con picos y diseño uniforme, hecha de un material semejante a la obsidiana, en la que Satanás se sentó a gusto, como si fuera lo más cómodo del universo.

"¿Kenoplasma? ¿Cómo pudo solidificarlo así? ¿Y tan rápido?", pensaba Odín con sorpresa e intriga, haciendo una nota mental de investigarlo para después.

—Se ve que te sorprendió mi pequeño truco con la silla, viejo colgado —dijo Satanás, mientras alzaba el brazo derecho hacia adelante, creando una neblina oscura, de la cual sacó una simple taza de té con espuma—. Puedes tomar nota para aprenderlo, si quieres hacer honor a tu titulo de "Señor de los Guerreros Caídos". Y también que el pequeño viaje que hiciste al Helheim, poco después de tu humillante derrota a manos del discípulo angelical de Rudra, no haya sido en vano.

—¿Desde cuando lo...?

—¿Lo sé? ¡Ja! Los usuarios con Energía del Vacío pueden percibirse naturalmente entre sí —le interrumpió Satanás a Odín, mientras desaparecía la neblina y tomaba un sorbo de té, para después continuar—. Si te preguntas entonces por qué no puedes percibirme, la respuesta es simple: del mismo modo en que los maestros de Prana pueden ocultar su presencia, nosotros también podemos hacerlo. Además, conociendo tus leyendas, tanto reales como mitológicas, es obvio que aprovecharías tus atributos para buscar otra forma de hacer frente a Rudra. Al igual que tú, "Zeusito".

Comento la entidad fijando la mirada en Zeus, quien le devolvía la mirada con igual desprecio y asco; el Rey del Olimpo sentía más asco que miedo, el tan solo estar cerca de aquella entidad, y solo la toleraba porque sabía que con solo una palabra, esa entidad podría matarlo.

—Un par de diablillos me dieron una absurda explicación, sobre cómo dejaste hueco cinco planetas —decía Satanás, luego hace una breve pausa para tomar otro sorbo de té, y seguir hablando—. Y todo eso fue, para recolectar el suficiente material, con el que podrías fabricar cientos de armas de Adamanto, para hallar el arma perfecta; la que pueda contener el nivel suficiente de Kenoplasma, como para contrarrestar el poder de Rudra, o al menos contenerlo a él, igual que a Prometeo. Ustedes dos si que han estado muy ocupados, y todo por el miedo que tienen hacia la Forma de Vida Definitiva. Los entiendo; yo también he estado preparando nuevos juegos, para cuando él y yo volvamos a tener un "duelo filosófico".

—¿Viniste solo para echarnos en cara todo eso? —preguntó Zeus con un tono iracundo.

—Sí, y también para ver la batalla de Rudra desde aquí. Me servirá para tener excelentes datos de campo.

—¿Y por qué tiene que ser precisamente desde este lugar? —preguntó Odín con igual molestia, pero haciendo un esfuerzo para ser educado, por temor a enfadarlo. Después de todo, era consciente de lo que es capaz esa entidad.

—Estas habitaciones tienen la mejor posición con la mejor perspectiva. Pero la habitación del otro equipo tiene al futuro nuevo Presidente Multiuniversal, Israel Adonai. Así que no es una buena opción. En cambio esta habitación tiene tantas energías negativas, que hasta puedo saborearlas. ¡Uhuhufff! ¡Ahhh! —decía Satanás mientras ladeaba la cabeza, suspirando al principio, para luego lamerse los labios con su lengua negra—. Este dulce sabor a maldad divina, se acompaña bien con un delicioso té espumoso extra dulce con leche de cabra. Según mi terapeuta, es una buena receta para relajarme, tras un duro día de hacer planes diabólicos, y ser un buen villano en alguna historia de terror. Hasta las celebridades necesitan descansar, ¿Sabían?

—¿Y-y-y-y-y po-po-por qué justo a-a-ahora usted... hace acto de pres-s-sencia? —preguntó Hermes tan aterrado que se le notaba de pies a cabeza, aunque también estaba confundido. Mientras que los humanos japoneses estaban paralizados del miedo, por la sola aura imponente que ejercía la presencia de la entidad.

—Porque al fin mi viejo enemigo y mi anti-tesis favoritos están por matarse entre sí —respondió Satanás, para después tomar un sorbo de té, y continuar hablando—. Y estoy interesado en conocer el resultado: saber cuál filosofía sobre paz y felicidad personal, triunfará. Me servirá de inspiración para mis proximos juegos. 

Mientras hablaba, Satanás tenía su fría mirada centrada en los dos combatientes de la Arena de Duelo; como un ser que solo se guía por su propia auto-percepción de la realidad y la vida, estaba interesado en conocer el resultado de una batalla entre dos seres, con filosofías contrarias a la suya.

https://youtu.be/nz-7fmaRwVg

[Arena de Duelo]

Al mismo tiempo, en la zona de combate, Rudra se había dado la vuelta para mirar de frente a Buda, quien había empezado a vomitar sangre, tras terminar de regenerar el hoyo en su pecho, ocasionado por el contraataque de Rudra hace unos segundos.

—Ya sabía que no caerías con eso —dijo Rudra con una sonrisa y mirada serena, mientras tenía las manos en las caderas—. Cuando mi mano atravesó tu pecho, no atrape nada parecido a un corazón.

—Como dije: me he preparado para volver a enfrentarte —decía Buda, tras terminar de escupir sangre, y luego de limpiarse la restante de su boca, prosiguió hablando—. Sé que tu Arte Marcial se especializa en dañar y destruir los puntos vitales y los órganos del cuerpo. Así que aprendí a moldear el interior de mi cuerpo usando mi energía Prana, de una forma similar a como lo hacen naturalmente los ángeles y los demonios del Panteón Israelita. Y por precaución, antes de acercarme a ti, cambie la posición de mis órganos vitales.

—Muy inteligente y precavido. No esperaba menos de ti.

—Pero ahora el juego se acabó —agregó Buda esbozando una gran sonrisa—. Antes me atacabas imitándome igual que el reflejo de un espejo. Pero ese último golpe no fue así; de haber usado mi propia técnica en mi contra, me habrías dejado en un estado peor, o encerrado en algún tipo de espacio relacionado con tu Pranayama.

»El Dharmachakra Mudra es una técnica que funciona más para sellar, que para dañar. Lo mínimo que puede llegar a causar es un daño fatal a un inmortal. Pero en mi caso no sucedió ninguno de los dos, y es porque lo que hiciste fue atacarme, con una técnica tuya. Usaste el Pashu Kalari: Sarp Dasna (Bestia del Campo de Batalla: Mordida de Serpiente).

Como lo había explicado Buda, en el preciso instante en que él estaba cerca de Rudra, éste último había puesto los pies sobre la tierra, para después concentrar una porción de energía Chi dorada en el brazo derecho, haciendo que dicha energía adoptara la apariencia de una serpiente. Y entonces, usando las filosas uñas de los dedos índice y pulgar igual que colmillos de serpiente, perforó el pecho de Buda.

Con ese ataque Rudra pudo haberle sujetado el corazón a Buda, usando los dedos, para luego arrancárselo de un solo movimiento. Sin embargo, como es obvio, no fue así.

—Está bien, me atrapaste —dijo Rudra de forma jovial con los hombros levantados, para luego cruzarse de brazos—. La verdad es que no me apetecía encerrarte ni vencerte rápido; no sin antes ver primero tu máximo poder. Así que decidí defenderme por esta vez con una técnica mía.

—Es un buen gesto de tu parte. Pero lamentaras no haber decidido vencerme en ese último golpe; porque ahora que tengo una idea aproximada de tu nivel actual, ya puedo "liberarme".

Con una sonrisa orgullosa, Buda procedió con quitarse los aretes de las orejas. Luego las tiró al suelo, para entonces sujetarse los bíceps. Y en cada mano empezó a concentrar energía Prana.

—¿Qué vas a hacer? ¿Vas a comprimir tus músculos o una estupidez así? —pregunto Rudra a modo de broma, tras ver la rara acción de Buda, que le hizo recordar a lo que hizo Zeus cuando peleo contra Rudra—. No te ofendas. Es solo que, al ser una técnica común, genérica y cliché en los humanos, tú deberías tener una versión mucho más poderosa y extraordinaria, ya que eres el que tiene los mejores músculos de la raza humana.

—Agradezco el halago. Y aunque tienes razón, en realidad tengo algo mucho mejor que solo comprimir los músculos. Es una habilidad, que consiste en lo contrario: en perderlos... ¡¡Omnipotencia!!

Tras dar esa explicación, Buda se clavó los dedos en los músculos de sus propios bíceps. Sin embargo no salió sangre de su piel, sino una cegadora luz dorada. Además, por todas las partes visibles de su piel, se manifestaron grabados dorados en idioma pali, los cuales hasta donde se podía entender, hacían referencia a sutras budistas tanto de las doctrinas del Mahayana como las del Theravada.

Y mientras eso sucedía, la piel de Buda empezó a agrietarse, como si fuese un cascarón a punto de romperse.

Acto seguido su cuerpo libera una ráfaga de luz, que ascendió al cielo y avanzó más allá en el espacio; era una liberación de poder tan alta, que destruyo veinte planetas y asteroides que estuvieron en su camino, debido a que esa luz viajo por todo el universo, creando en el acto un temblor que se sintió hasta en el vacío. Y solo desapareció esa luz, cuando su usuario termino de liberarse.

Unos largos segundos después, la luz cegadora por fin empezó a disminuir de intensidad, hasta que, poco a poco, todos los presentes podían ver de nuevo la Arena de Duelo; a pesar de que muchos miembros del grupo budista ya sabían lo que vendría, de todos modos quedaron boquiabiertos, al igual que el resto de los presentes, por presenciar lo que sucedió.

Buda estaba flotando unos centímetros por encima del aire, exhalando vapor de la boca con los brazos extendidos a los lados, tras haber sufrido una extraordinaria transformación.

Su cuerpo había crecido unos cuantos centímetros más, llegando a medir ahora 2,22 m. Pero había perdido mucha masa muscular, de forma que se veía bastante delgado, aunque seguía conservando el suficiente desarrollo muscular como para seguir viéndose tonificado. No obstante, el cambio más drástico fue su piel; parecía estar hecho de piedra tan blanca como el marfil, mientras que su cabello parecía estar hecho de oro puro.

Aparte, debido a que su ropa había sido destruida desde el torso hasta los hombros, podía notarse que en su espalda tenía como tatuaje un mándala de oro, con líneas verticales de sutras en chino en el lado derecho y japonés en el lado izquierdo, debajo de una serie de tatuajes en pali que formaban un triángulo, de tal manera que se asemejaban a los tatuajes Sak Yant, procedentes de la tierra que sería conocida en el futuro como Reino de Siam (Tailandia).

También tenía otros cambios notables; el cabello de su moño se había erizado, de manera que parecía una corona. Sus ojos habían ganado brillantes iris azules, con la forma del símbolo de una flor de loto. Y como detalle final, a sus espaldas flotaba un enorme círculo dorado conformado por innumerables brazos, cada uno con la mano en forma de palma.

Era la misma forma que Buda usó para encerrar al Rey Mono Sun Wukong; era la Forma Sagrada, conocida en el budismo Mahayana como Samyaksambuddha (Buda Completamente Iluminado).

https://youtu.be/C4gFRe6DaRQ

[Habitación del Equipo Cuzco]

—¡¿Pero qué es eso?! ¡¿En qué se ha convertido Buda?! —exclamó Gotouge al borde de su asiento desconcertada.

—Es la forma que él obtiene al usar la Omnipotencia —explicaba Israel, estando también sorprendido, y confundiendo aún más a la joven japonesa, por lo que se lo explicó mejor—. Todos los cuerpos físicos tienen algo que se conoce como "Limitadores", que son los límites naturales del cuerpo físico para liberar, soportar e incrementar su propio poder interno. En los inmortales también sucede algo similar. Pero en nuestro caso tenemos otros tipos de limitaciones, que nos impiden liberar nuestro máximo poder.

»Se puede decir que nuestros cuerpos físicos "retienen", de forma subconsciente, una parte del auténtico poder que albergamos en el interior, porque ni siquiera nuestros cuerpos físicos son capaces de resistirlo por completo. Así que de eso se encarga la Omnipotencia. Cuando se adquiere la Omnipresencia y la Omnisciencia, el cuerpo puede aprovechar su conexión profunda con el universo y el Tao, para romper cualquier tipo de sello o límite subconsciente que nos limita al liberar nuestro poder.

»Y eso es gracias a que la Omnipotencia no solo libera nuestro máximo poder interno; también potencia las capacidades físicas de nuestro cuerpo en gran medida, para ayudarnos a resistir todo nuestro poder. Aunque al hacerlo, también provoca cambios en nuestro cuerpo físico; a menudo esos cambios son nuestra verdadera forma, tienen que relación con ella, o en el caso de Buda, reflejan nuestra naturaleza interna o psicológica.

—En ese último caso, la transformación de Buda refleja la naturaleza de su filosofía —decía Brynhildr frunciendo el ceño con molestia y haciendo una mueca de desagrado—. En el budismo el cuerpo es la principal fuente de todo sufrimiento, porque es lo que alberga el alma, que vendría siendo la consciencia del individuo. Y sin importar cuantas veces reencarne, siempre será en un cuerpo material, destinado a sufrir o pecar. Así que para detener ese sufrimiento, hay que "trascender" a un estado superior, lo cual sería como "despegarse de la carne contaminada". En ese sentido, esa forma refleja que Buda se ha despegado de todo lo que el budismo considera "corrupto".

—¡Y eso no lo hace menos desquiciado! ¡¿Acaso quiere destruir el universo?! —exclamó Naamah alterada.

—¿Tu prima está exagerando? ¿Verdad? —dijo Cuzco empezando a ponerse nervioso.

—Cuando se activa la Omnipotencia, es casi imposible contenerse —respondió Israel con un tono más que serio, dejando atónito al joven inca, ya que eso respondió más que suficiente a la pregunta.

[Arena de Duelo]

Mientras tanto con los peleadores, ambos seguían en sus posiciones, mirándose de frente por unos segundos, hasta que Rudra hizo el primer ataque; a una velocidad que superaba por lejos a la del rayo, avanzo hacia adelante e impacto en el estómago de Buda un puñetazo derecho con la misma fuerza que uso para perforar el pecho de Buda.

Y aun así no movió ni un centímetro a Buda.

—Vaya, te volviste mucho más resistente —dijo Rudra esbozando una sonrisa que denotaba una ligera emoción, mientras veía su puño humeante sobre las abdominales del cuerpo de piedra de Buda, que parecían resplandecer como reacción al impacto del puñetazo—. En ese caso, comprobemos cuánto más puedes resistir.

Tras decir eso, Rudra se dispuso a poner a prueba la nueva forma de Buda, con una poderosa y feroz serie de golpes directos y firmes, característicos del Arte de las Ocho Extremidades. Cada puñetazo impactaba en diferentes puntos del estómago y pecho de Buda, creando ondas de choque que hacían temblar toda la Arena de Duelo. De hecho, las ondas de choque empezaban a agrietar el suelo bajo los pies de ellos, lo cual ya daba una idea del altísimo nivel de fuerza en cada puñetazo.

Y entonces, en menos de un parpadeo, se desato un poderoso vendaval, mientras se veía como Rudra retrocedía diez metros hacia atrás en el aire, para luego caer de pie con la guardia alta; en su mejilla izquierda tenía un rasguño lo bastante profundo, como para que se notase una delgada línea de sangre.

Por otra parte Buda tenía el brazo izquierdo levantado, como si hubiese dado un golpe; en efecto fue así. Buda ejecutó un simple puñetazo, el cual Rudra logró prever y esquivar. Sin embargo el puño fue tan rápido, que logró rozar la mejilla izquierda del dios-tigre.

—Te hiciste lo bastante fuerte, como para que un solo roce pudiera hacerme un rasguño en mi forma base —dijo Rudra, limpiándose la pequeña línea de sangre de su mejilla, usando el pulgar izquierdo, para luego lamerse el pulgar, mientras el rasguño sanaba en un instante.

—Como dije, me he estado preparando para este momento; no solo mi poder, sino mi conocimiento sobre tus habilidades —decía Buda bajando el puño, para después cruzarse de brazos con una sonrisa arrogante—. Sé que el Tzelem Elohim, cuando copia una técnica de un ser más poderoso que el usuario, le concede a dicho usuario un aumento de poder temporal, para equipararse a su oponente y estar a su nivel.

»Pero cuando tú usaste mi propio Arte Marcial en mi contra, no hubo un cambio en tu poder; ni en lo más mínimo. Eso significaba que tú no necesitabas equipararte a mi nivel, porque la fuerza en tu forma base ya era suficiente. Quería seguir investigando hasta qué punto eras tan fuerte en tu forma humanizada. Y tras las últimas dos pruebas, ahora puedo deducir que eres solo un "poco" superior a mi nivel actual.

—Vaya que te gusta alardear de tus análisis. Me recuerdas a un viejo enemigo, cuyo nauseabundo olor detectó muy cerca. Pero ¿sabes qué? Acabas de superar mis expectativas. Y por eso dejaré la palabrería, para empezar a "liberarme" también —dijo Rudra con una sonrisa casual, y entonces procedió con levantar la mano izquierda, en dirección al collar de semillas rudrakshas en su bíceps derecho.

Rudra sujeto el collar de rudrakshas, para luego quitárselo del bíceps de un simple tirón, como si el collar se hubiera separado por sí solo. Entonces el cuerpo de Rudra empezó a emanar un extraño vapor, el cual inició desde el puño izquierdo donde sujetaba el collar. Posterior a esto, las rayas en su cuerpo comenzaron a ganar un brillo dorado, mientras Rudra continuaba su diálogo.

—Pongámonos educativos, y demostremos a todos lo que pasa cuando una fuerza universal inamovible, como tú, pelea contra una fuerza universal imparable, como yo... ¡¡Omnipotencia!!

Dicho la frase con un tono más poderoso y lleno de convicción, el cuerpo de Rudra liberó su energía Prana, Chi y Maná en un explosión de fuego, rayo y luz, que sólo podría compararse con una supernova auténtica, aunque eso se quedaba demasiado corto.

Las paredes protectoras volvieron a manifestarse, esta vez para tornarse de color azul y crear encima del estadio un colosal Círculo Mágico, que llevaba al vacío mismo del universo, donde pudiera ser liberada sin problemas aquella tormenta de fuego. Y es que en realidad esa explosión no era como la de un único sol explotando; era como si millones de soles explotasen al mismo tiempo y en un mismo lugar. 

Era un poder tan grande, que iluminó el vacío mismo del universo y estremeció las energías cósmicas.

Además, sucedió un fenómeno extraordinario en todo el universo; los relojes de todas las máquinas inteligentes procedentes del Planeta Thai, junto cualquier movimiento o acción de cualquier tipo de astro, se detuvieron. La acción cesó por completo en todo el universo, como si el tiempo se hubiera detenido para toda materia sin vida, o como si el mismo universo se detuviera para contemplar lo que sucedía en el Torneo Parabellum.

Pero no era algo malo o devastador; aparte de ser más una explosión majestuosa, toda la vegetación del Planeta Thai comenzó a crecer y florecer con mayor vitalidad.

https://youtu.be/wnJHVkztECM

La llamarada solar siguió intensa durante un largo minuto, y luego de eso todo el universo empezó a reanudar su acción poco a poco, siguiendo el ritmo en que disminuía el huracán de llamas; con lentitud el cuerpo de Rudra dejó de emanar esa cósmica tormenta de fuego, permitiéndoles a todos ver otra vez la Arena de Duelo, cuyo suelo ahora estaba cubierto de cenizas y carbón, debido a que el poder de Rudra fue tan grande, que carbonizo diez capas delgadas del suelo reforzado.

Por otro lado, Buda seguía flotando en el mismo sitio, inmutable por completo ante la masiva liberación de poder del dios-tigre. Y cuando pudo apreciarse otra vez a Rudra en medio de todo ese fuego, aunque el público estaba impresionado, Buda solo esbozo una sonrisa satisfecha, porque se había cumplido lo que estaba esperando.

—Buda, antes me habías dicho que querías demostrarles a todos cuál "Verdad" era superior; si la tuya o la mía. Para ser sincero, no sé en qué puede ser superior o inferior nuestras "Verdades", y no me interesa saberlo, porque me importa menos que ver a dos escarabajos cornudos peleándose por una hembra...

Decía Rudra mientras daba unos pasos al frente, todavía envuelto en un aura flameante de energía Prana rojiza, con descargas eléctricas doradas, tras haberse transformado al fin.

Se había convertido en un hombre-tigre, por lo que su cabeza era la de un tigre auténtico, todo su cuerpo estaba cubierto de un pelaje rojizo naranja con la misma simetría de negras, aunque tenía pelaje blanco desde la barbilla hasta la parte baja de su estómago, incluyendo las palmas hasta el resto de la parte inferior de los brazos. Había ganado unos centímetros más de estatura, por lo que ahora medía 2, 20 m. Y la anatomía de sus piernas, desde los pies hasta las rodillas, se había alterado para parecerse a la de un animal cuadrúpedo, siendo en este caso un tigre.

Pero eso no fue todo; desde los brazaletes de sus antebrazos se desplegó una armadura delgada de mismo diseño —negro con rayas doradas—, llegando a cubrir sus brazos, hombros y parte superior del pecho, para luego materializar una placa de pecho que iba a juego con el resto del estilo; aunque el diseño de las rayas se asemejaba a relámpagos, y al cruzarse en la espalda formaban el símbolo del karma.

También contaba con armadura en las rodillas y parte superior de las patas, del mismo diseño que el resto de la armadura. En el cinturón del pantalón se manifestó una placa redonda dorada, vinculada con la pechera, con el símbolo de un tridente negro. Y de la misma se materializó una tela roja que cubría la parte delantera y trasera de su pelvis.

Era una armadura y ropaje carente de una influencia cultural muy específica, más allá de que era tribal y tenía características usuales de las tierras asiáticas, aparte de que parecía estar adaptada para un artista marcial. Ya que su cualidad más llamativa era su antinatural adaptabilidad y flexibilidad al cuerpo de Rudra; era una armadura de metal Akasha mejorada a niveles que llenarían de orgullo y admiración a herreros como Hefestos.

Rudra había adoptado su verdadera forma, Pashupati (Señor de las Bestias), en la cual tenía el resto de su ropa y armadura como protector, cuyo nombre fue uno de los tantos apodos con los que los humanos budistas, irónicamente, han llegado a conocerlo a él y a Shiva, Mahakala (Más Allá del Tiempo, Gran Negro).

—Pero si tanto quieres descubrirlo, entonces te enseñare una "Verdad" sin límites ni discriminaciones, que supera todas las penas y sufrimientos, con un poder capaz de doblegar las realidades, mostrar el camino fuera de las tinieblas y alcanzar el sol...

Proseguía Rudra, para luego detenerse a dos pasos frente a su oponente. Acto seguido procedió con tirar al suelo el collar de semillas rudrakshas. Antes de que el collar cayera al suelo, Buda volvió a atacar con otro puñetazo izquierdo, que esta vez Rudra detuvo usando solo la palma de la mano derecha, tomando por sorpresa a Buda y el resto de sus seguidores.

—Te voy a enseñar el auténtico poder de la voluntad de todos los seres vivos —prosiguió Rudra, esta vez con un tono serio que carecía de buen humor.

—Es lo que estaba esperando. Pero esta vez no será como en nuestro primer encuentro: porque ahora, estamos parados en escalones cercanos en la cima del poder —respondió Buda volviendo a sonreír.

Buda estaba feliz, porque sus cálculos fueron correctos; en esta ocasión, ahora que por fin Rudra había mostrado su verdadera forma, la balanza de poder entre ambos estaba casi igualada. Iba a ser una verdadera batalla, entre una fuerza imparable contra una fuerza inamovible. 

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