Capítulo X: Karttikeya vs Ares (I)
https://youtu.be/zNS2kyMbtFs
[Presente. Torneo Parabellum: Habitación del Equipo Cuzco]
—Ya veo... Así fue como ustedes dos terminaron aquí...
Dijo, denotando bastante asombro en su mirada juvenil, un joven humano de apenas 15 años y origen andino, sentado al lado izquierdo de Israel en un sillón rojo. Tenía la piel bronceada y el cabello negro corto hasta las mejillas. Sus ojos eran de un color marrón claro, y poseía una marcada musculatura que demostraba cuánto esfuerzo físico y duras luchas hacía desde muy temprana edad. Vestía un simple pantalón marrón oscuro, sandalias, poncho inca de color verde, y aparte tenía en su muñeca izquierda una pulsera hecha de tela roja.
Era Cuzco, un joven humano campesino de un pueblo del Territorio Inca, aparte de ser también el encargado de elegir a los peleadores inmortales del Equipo Cuzco.
—Sí, básicamente —dijo Israel sonriendo con pena, mientras se rascaba la mejilla derecha.
Resulta que el joven humano inca, por curiosidad, quiso saber el motivo por el que Israel peleaba en ese torneo. Y entonces el ángel pelirrojo paso a relatarle un resumen del inicio del viaje que hacía junto a la diablesa, para encontrarle un nuevo hogar a ésta última.
—Y pensar que el torneo al que se refería la Señora Durga era este —dijo Naamah, mientras recordaba el día en que conversaron con la esposa de Shiva, y entonces supieron sobre el Torneo Parabellum—. Hubiera preferido un torneo de comida, o un concurso de belleza. En ambos sin duda yo ganaría, y por lejos.
—Jamás creí decir esto, pero estoy de acuerdo contigo en que hubiera sido mejor otro tipo de torneos, así sea esos —dijo Israel apoyando el codo derecho en el reposabrazos y tapándose el rostro con la mano derecha—. Pero las reglas son claras: el inmortal participante, si lo desea, deberá recibir una compensación si gana la Batalla de Inmortales en las que fue solicitado. Y entre las Leyes Universales y de los Panteones, ninguna prohíbe pedir como compensación una audiencia con los que lideran un Panteón, o pedir un posible traslado a un Panteón específico. Y si nuestro equipo logra ganar, entonces la probabilidad de conseguir nuestro deseo está asegurado un noventa y nueve por ciento.
—Cierto. Y por lo menos, la balanza está a nuestro favor, gracias a que el niño humano inca si hizo buenas elecciones, a diferencia de los humanos japoneses del equipo contrario, que solo eligieron en base a la popularidad, conocimiento parcial y fanatismo hacia los griegos y nórdicos —dijo Naamah, para luego esbozar una divertida sonrisa—. Escuche que al principio los inmortales de la lista del equipo contrario era así: Bishamonten, Susanoo, Zeus, Odín, Thor, Apollo, Poseidón, Anubis, Buda VI Gautama, Heracles, Loki y Shiva.
»Pero como el niño inca se les adelanto no pudieron elegir a Susanoo. Y Bishamonten rechazó la solicitud por miedo al saber que Rudra también iba a participar. Además, como Siddharta Gautama es uno de los Budas Humanos más débiles, él mismo rechazó la solicitud de participar en el Torneo. Anubis se negó a pelear porque le molesto mucho que solo lo hayan elegido por su popularidad, y no por sus habilidades. Loki fue mandado a la sala médica por un príncipe Asura, que de paso reemplazó su lugar en el torneo.
»Shiva rechazó la solicitud de pelear porque detesta las luchas "innecesarias". Odín rechazó la sola idea de participar porque también escuchó que Rudra iba a pelear en nuestro equipo, por lo que también se retiró por miedo ¡Je, je, je! Y por último Zeus fue reemplazado a la fuerza por Buda I. ¡Je, je! No sé qué humanos eligieron para organizar el otro equipo, ¡pero en serio que son unos completos tarados! ¡Ja, ja, ja! —decía Naamah empezando a reírse mientras se sujetaba la frente con una mano y con la otra se agarraba el estómago.
—Yo no me confiaría tanto, Naamah —dijo Israel en voz baja, teniendo un muy mal presentimiento sobre el equipo contrario.
—Estoy de acuerdo contigo wayki (hermano) —dijo Cuzco frunciendo el ceño y adoptando una actitud seria, mientras dirigía la mirada a la habitación del equipo contrario.
Antes de empezar el torneo Israel vio la lista de participantes, de los cuales Hades estaba en el equipo rival. Pero hasta ahora no lo ha visto, ni siquiera entre los peleadores del equipo contrario. Y mucho antes de llegar al lugar del Torneo Parabellum, percibió el poder mágico de Hades incrementándose, como si hubiera empezado a pelear con alguien, y luego el poder mágico disminuyo de golpe hasta desaparecer; casi como si Hades hubiera quedado inconsciente, o al borde de la muerte.
También escucho que algunas peleas iban a tener reglas especiales, para darle "oportunidad" a los inmortales más débiles de ambos equipos, cuya pelea es contra un inmortal que está en una liga demasiado elevada, como es el caso de la pelea actual.
—Querido primo, sé que no es un buen momento. ¿Pero sabías que un espectáculo visual, como un torneo de lucha, se acompaña mejor con comidas deliciosas y bebidas frescas? —dijo Naamah sonriendo de modo inocente y chocando los dedos índices varias veces.
—Je. Está bien —dijo Israel esbozando una sonrisa humorística, sintiéndose más relajado con la despreocupación de su prima diablesa—. Tellus Divum: King's Banquet —conjuro Israel, chasqueando los dedos de la mano izquierda.
Entonces, con su propia energía Mana, creó en el suelo frente a él, Naamah y Cuzco un Círculo Mágico verde, con símbolos y grabados celtas, de los cuales emergió una mesa cuadrada con comida y bebida, que consistían en empanadas gallegas de pollo y champiñones, una botella de hidromiel, otra de jugo de fresa y otra de jugo de uva.
—¡Gracias primito! —agradeció Naamah tras lamerse la boca, y proseguir con tomar un pedazo de empanada gallega de su mesa, mientras Israel daba un suspiro apenado, y Cuzco se reía de la extraña relación del ángel y la diablesa.
https://youtu.be/2rmfPc3Zp80
[Arena de Duelo]
Después de presentar a los peleadores Karttikeya y Ares, se le dio unos minutos de pausa antes de iniciar la pelea para que la presentadora Afrodita pudiera explicar las reglas de la primera ronda del torneo, las cuales fueron las siguientes:
Primero: está prohibido volar o usar cualquier tipo de magia o habilidad de levitación.
Segundo: gana quien no pueda seguir luchando ya sea por rendición voluntaria, agotamiento o "muerte accidental", pero en caso de que un peleador quede inconsciente o ya no pueda continuar el peleador rival tiene prohibido matarlo.
Tercero: se puede usar cualquier tipo de armas, siempre y cuando sean propias de los peleadores y no de terceros.
Cuarto: está prohibido tocar el césped alrededor o cualquier soporte que no sea el suelo de concreto.
Quinto: cualquiera de los peleadores que incumpla cualquiera de las reglas anteriores recibirá faltas que, dependiendo de la gravedad de la regla rota, lo llevarán a ser descalificado.
Una vez dictada las reglas, Afrodita empezó a prepararse para dar comienzo a la batalla, y también para correr en cuanto lo hiciera, ya que tenía el presentimiento de que la primera ronda iba a tener un inicio muy violento.
—¡Estad preparados! —dijo Afrodita ahora con una expresión seria, mientras alzaba ambos brazos hacia arriba.
Tanto Karttikeya como Ares se pusieron en sus respectivas posturas de lucha. El Dios Hindú de la Guerra invocó en su mano derecha su lanza dorada, mientras que el Dios Griego de la Guerra se preparó al estilo de los guerreros espartanos, con el escudo en frente y la lanza lista.
El protector vs el soldado; el guerrero que lucha para evitar las guerras vs el guerrero que lucha para iniciar guerras; el hombre que se convirtió en el Dios de la Guerra vs el hombre que nació siendo el Dios de la Guerra; el Pináculo de las Artes Marciales vs el Pináculo de las Armas.
Ambos peleadores esperaron a que la cuenta regresiva de Afrodita, terminase.
3...
2...
1...
—¡¡¡Que empiece el Duelo de Deidades!!! —gritó Afrodita bajando los brazos, dando inicio a la legendaria primera ronda del Torneo Parabellum.
Y entonces Afrodita casi fue cegada y estrellada contra la pared del estadio, cuando en menos de un parpadeo Ares salto hacia adelante, sonriendo como un psicópata, y ejecuto un golpe descendente con su lanza, el cual fue bloqueado por la lanza de Karttikeya, causando una onda de choque tan poderosa que hizo temblar todo el planeta en el que estaba establecido el torneo, junto con un resplandor dorado que pudo verse desde el otro extremo de la galaxia donde se encontraba dicho planeta.
Afrodita estaba parada en el borde del piso de concreto, intentando mantener el equilibrio y normalizar su visión. Y en cuanto pudo tener una visión decente, saltó al césped y corrió a un punto alto donde podía ver la batalla: subió por unas escaleras y llego a una puerta elevada al nivel del suelo de concreto. Era la entrada por la que salían los referís encargados de comenzar los combates y hacer que se cumplan las normas, de modo que era el sitio más seguro por el que Afrodita podría ver el combate.
Por suerte no sucedió más nada tras aquel choque de poder: ambos dioses seguían en la misma posición después de que Ares atacara. No estaban haciendo más que forcejear con sus respectivas armas, mientras se miraban a los ojos con seriedad absoluta.
—Esos ojos no son como los de un guerrero... —decía Ares con un tono asqueado—. Tienes la mirada inocente de un imbécil que odia matar... aun cuando tienes esa grandiosa fuerza: tienes la fuerza para tener todo lo que quieres, pero también la debilidad para tomarlo.
—No necesito tener más —dijo Karttikeya con un tono molesto—. Yo ya tengo todo lo que necesito y quiero, y con eso soy feliz.
Apretando los dientes con rabia, Ares retrocedió un paso mientras giraba hacia la derecha, ejecutando un corte en diagonal invertido, el cual Karttikeya volvió a bloquear, provocando otra onda de choque que sacudió el estadio entero. Luego de ese bloqueo casi instantáneo, Karttikeya respondió de inmediato acercándose a su oponente, mientras deslizaba su propia lanza por la de éste hasta llegar a su estómago, logrando así impactar un golpe directo en el costado derecho de la pechera de Ares con la punta de la lanza.
A simple vista pareció que Karrtikeya había conectado un ataque fatal, ya que su lanza golpeó algún punto entre el riñón y las costillas de Ares. No obstante el dios griego dio un giro hacia atrás y cayó de pie cinco metros atrás, haciendo ver que su pechera tenía un corte por el que se veía su piel, pero no tenía ni un solo rasguño.
—Tal como pensé... Tienes tanto miedo de matar, que incluso usas un arma que no puede cortar la carne —dijo Ares, inspeccionando la grieta en su pechera, para luego ver la punta de la lanza de Karttikeya, notando como el filo de la misma desprendía un filo blanquecino.
https://youtu.be/kDiiJd7uFaw
[Habitación del Equipo Buda]
El cuarto personal donde los líderes y miembros del Equipo Buda podían ver sin problemas la arena de duelo era tal como la del otro equipo, solo que en este caso la habitación estaba adornado con todo tipo de vasijas, pedestales, estatuas y adornos de origen griego y nórdico, de las cuales todo era en homenaje a Zeus, Odín y los principales dioses griegos y dioses nórdicos.
—¿En serio eligieron a un patético dios hindú para luchar contra un dios griego? Y más aún, ¿Quién es ese dios hindú?
Dijo un humano adolescente de origen japonés un poco obeso, vestido con un kimono púrpura con dibujos blancos de runas y símbolos griegos. Se encontraba parado al lado izquierdo de un trono de oro puro de estilo nórdico, donde estaba sentado nada más ni menos que Odín, con sus dos cuervos Huginn y Muninn descansando en sus hombros.
El humano era un pintor japonés llamado Ajichika Koamis, un fanático adorador de los dioses nórdicos, sobre todo a Odín y Thor, responsable de promocionar y glorificar a Buda y a los dioses nórdicos en el Territorio Japonés.
—Según dijo la hermosa Afrodita, también es un Dios de la Guerra. Pero no debe de ser la gran cosa, si ni siquiera hemos oído hablar de él por parte de los repugnantes "bárbaros" que vienen a nuestra gloriosa tierra.
Contestó un adolescente humano también de origen japonés, bastante delgado, que vestía una toga griega rosa estrafalaria. Estaba arrodillado con las manos en el suelo, sirviendo como un mueble viviente para que en su espalda descansaran los pies del dios Zeus, quien se hallaba sentado en un trono griego de oro y joyas, frente a una enorme estatua suya hecha de mármol y diferentes tipos de diamantes.
Era Takumi Fukui, un fiel seguidor del culto secreto de Zeus en el Territorio Japonés, responsable de liderar el trabajo de tergiversar y denigrar a dioses ajenos al Panteón Griego y Nórdico.
—Tienes razón. Si es un dios de la guerra del Panteón Hindú, entonces debe ser el dios de la guerra más débil de todos. El único otro Dios de la Guerra que podría vencer a Ares sería Tyr, quien por desgracia para ellos, decidieron guardarlo para otra ronda. ¡Esta sin duda será nuestra primera gran victoria!
Dijo otro humano japonés adolescente afeminado y de físico muy delgado, que llevaba una toga griega de falda corta y tenía el cabello largo. Se hallaba parado detrás del vanidoso trono de Zeus, dándole aire a éste por medio de un abanico tan grande que sujetaba con ambas manos.
Era Shinya Umemura, el principal responsable de elegir a los inmortales luchadores del Equipo Buda, además de ser también en secreto el nuevo líder del culto de seguidores de Zeus en el Territorio Japonés.
"Se nota que hice un buen trabajo, porque estos imbéciles son tan idiotas como un niño que reprobó cincuenta veces cultura general. No obstante, con las reglas especiales de esta ronda, Ares tiene varias oportunidades de ganar, si piensa con la cabeza y no solo con los puños", pensaba Zeus frunciendo el ceño, esperando que su hijo sea como él, en el sentido de que use la astucia y no solo la fuerza bruta.
En otras palabras: que deje el orgullo y el honor para usar todo lo que esté a su alcance, incluido las propias reglas, aunque eso no sea propio de un verdadero luchador. Pero por supuesto a Zeus no le interesaban las reglas o algo parecido a un código de honor; para él una victoria en cualquier ámbito justificaba cualquier medio, por más sucio o injusto que parezca.
[Arena de Duelo]
https://youtu.be/87_n7pavomc
Karttikeya y Ares, tras una breve pausa para volver a sus respectivas posturas de lucha, reanudaron su combate; mientras el dios griego peleaba manejando su lanza al estilo puro de muchos grandiosos guerreros de la Antigua Grecia, como los espartanos y los troyanos, el dios hindú manejaba su lanza con una maestría y gracia digna de un sabio de las artes marciales de Asia.
Cada choque entre sus respectivas armas causaba ondas expansivas, que llegaban desde hacer temblar la arena a toda la estructura e incluso gran parte del mismo planeta. Tal era la igualdad en el combate, que el dios griego comenzó a desesperarse por estar a la delantera. Y para su desgracia, tendría que recurrir a lo que más detesta usar: la magia.
Las Artes Mágicas son una serie de artes especializadas en controlar la materia del universo, mediante el poder de la mente: a menudo estos tipos de magias reciben nombres como Telekinesis, Pyrokinesis, Aquakinesis, Electrokinesis y demás, mientras que los magos, hechiceros y brujos en el futuro serían más conocidos como "Psíquicos" o "Videntes".
Y la fuente de dicho poder, a menudo mencionado como "Poder Mágico" o "Energía Mágica", era una energía externa, que era el conjunto de todas las partículas y fuerzas que rodeaban todo lo material de las formas inanimadas y algunas de las diversas energías naturales. Esta energía era llamada como "Mana", un término perteneciente a los dialectos de las lenguas polinesias que significa "Poder Invisible" o "Poder Sobrenatural".
Con pura sugestión, un hechicero podía controlar las partículas y fuerzas de todo lo material y la energía natural, para manipular y alterar estas mismas en un número limitado de formas, en base a un determinado número de conceptos, siempre y cuando dicho control no intentará sobrepasar las leyes del universo, ya que la magia estaba ligada a dichas leyes.
Pero el activar hechizos puede cansar tanto la mente, que incluso puede llevar al mago a caer inconsciente en plena batalla. Por otro lado si la persona no cuenta con suficiente Mana no podrá activar ningún hechizo. Y si carece de la fuente con la que el cerebro la almacena, no podrá ejercer un gran número de Artes Mágicos o hechizos, como los que controlan los elementos (agua, fuego, aire y tierra).
Además los magos, a menudo, para reforzar su sugestión y memorizar los hechizos que aprenden, tienden a recitar en voz alta el nombre de los hechizos para activarlos, mientras que los magos más expertos o que más hayan dominado un hechizo, no necesitan recitar el nombre en voz alta sino en su propia mente. Aunque en situaciones frenéticas y desesperantes pueden llegar a decir en voz alta los conjuros, ya que pierden la suficiente concentración para recitarlos en sus mentes.
Y el Panteón Griego era, junto con los Panteones Celta, Egipcio y Nórdico, uno de los Panteones que posee un sistema de combate especializado en el uso de la magia y el manejo del Mana: el Sistema de Magia.
Por otro lado la fuente en la que se almacena el Mana, solo se encuentra en el cerebro de un determinado número de individuos de entre todas las razas mortales, siendo los humanos y los elfos los de mayor número. Sin embargo dicha fuente se encontraba en el cerebro de todas las razas de inmortales, de modo que cualquier inmortal podía usar al menos una pizca de magia, como Ares.
Pero el tener que recurrir a la magia era algo que Ares consideraba molesto, ya que el solo hecho de que un dios tuviera que usar su verdadero poder contra un oponente, implicaba que no podría ganar con solo fuerza pura. No obstante, aun así, Ares consideraba que la derrota era mucho más humillante, y él no era tan tonto como para dejarse llevar por el orgullo hasta el final.
No era como los considerados "imbéciles novatos y paródicos intentos de ser dioses", que por orgullo no desataban su verdadero poder, ni aunque perdieran sus brazos y estuvieran a punto de morir. Por ello, Ares concentro su magia en su pie derecho, y con solo su mente activo un hechizo potenciador de su Arte Mágico, Olympiakós Oplismós: Spartan Kick [Armamento Olímpico: Patada Espartana].
El hechizo se combinó con la bota de su pie derecho, activando también por un momento la "función secreta" de su armadura; esto hizo que el pie derecho de Ares, aparte de ser rodeado por un aura rojiza, se le manifestaran letras griegas del mismo color.
Acto seguido, con el mismo pie derecho, Ares pateó el pecho de Karttikeya con tanta fuerza que lo hizo retroceder diez metros. Luego Ares devolvió la bota derecha a la normalidad, desactivando el hechizo, y prosiguió con golpear el suelo con el pomo de su lanza, activando con la mente otro de sus hechizos de guerra Olympiakós Oplismós: Epíthesi tis Troías [Armamento Olímpico: Asalto de Troya].
Fue entonces que en el cielo de la arena empezó a formarse un Círculo Mágico de color rojo, con símbolos y letras griegas, que abarcaba todo el suelo de concreto. Y de la misma empezó a emerger una lluvia de flechas reales, las cuales tenían la punta hecha del mismo material que la armadura de Ares. Pero al caer las flechas ninguna llegaba ni a rozar a éste último, aunque no fue el mismo caso que Karttikeya.
El joven dios hindú tuvo que usar su propia lanza para desviar las flechas que caían, mediante un movimiento giratorio cual ventilador arriba de él. Acto seguido Karttikeya empezó a concentrar su energía Prana dorada en su lanza, y entonces ejecuta un corte horizontal que envía una ráfaga filosa hacia arriba, que corta el Círculo Mágico en el cielo, haciéndolo desaparecer, y apartando todas las flechas lejos de la arena de concreto, las cuales desaparecieron en partículas luminosas rojas.
Luego de eso Karttikeya prosiguió con moverse hacia adelante, mientras que con la lanza bloqueaba y cortaba varias lanzas mágicas que iban directo hacia él desde el frente, debido a que Ares las invocaba en su mano izquierda y las arrojaba de inmediato. Entonces al tener al dios hindú tan cerca, el dios griego se vio obligado a protegerse con el escudo. Sin embargo, por primera vez en el combate, le invadió la sorpresa al ver como la lanza de Karttikeya atravesó su escudo como si fuera de cartón, y pudo haberle golpeado el rostro si no hubiera apartado la cabeza.
De inmediato Ares aprovecho que la lanza de su oponente quedo clavada en el escudo, para embestirlo con el mismo escudo. Karttikeya se protegió con el codo y la pierna del lado izquierdo, pero aun así no pudo evitar comenzar a ser arrastrado por Ares.
A simple vista pareció que el dios griego planeaba tumbar al dios hindú fuera de la arena de concreto, para así ganar gracias las reglas del torneo: por un momento tanto Zeus como los demás dioses griegos pensaron que iban a presenciar otra gran victoria de Ares. Pero contra todo pronóstico Ares se detuvo a mitad de camino, para luego con el escudo apartar la lanza sin filo de la mano derecha de Karttikeya, y después ejecutar un veloz estoque con la lanza, que apuntaba directo al corazón del dios hindú.
https://youtu.be/KB0KumO0xEo
No obstante, en la fracción de un milisegundo, estalló otra mega onda de choque, seguido de Ares volando hasta caer en el borde del otro lado de la arena de concreto, con el casco abollado por la marca de un puñetazo. Mientras tanto Karttikeya estaba parado con ambos pies enterrados dos centímetros bajo el concreto, y el brazo derecho extendido hacia adelante con el puño humeante y envuelto en una intensa energía dorada llameante.
Todos los inmortales, tanto griegos como hinduistas, estaban en shock por lo que vieron: por el lado de los griegos debido a que estaban tardando en procesar qué sucedió, y por el lado de los hinduistas debido a que vieron con claridad lo que pasó.
Karttikeya había desviado la lanza usando el antebrazo izquierdo, para después soltar su propia lanza e impactar en el rostro de Ares un bestial puñetazo directo derecho, que llenaría de orgullo a los mejores boxeadores de la historia mortal, como Mohamed Alí.
[Habitación del Equipo Buda]
—¡¿Pero qué demonios pasó?! ¡¿Qué fue ese poder dorado que usó ese patético dios hindú?! ¡¿Y por qué Ares está tirado en el suelo?!
Exclamaba Ajichika incrédulo y desconcertado, al igual que sus colegas japoneses, al ver como uno de sus más grandes ídolos estaba tirado en el suelo, y de paso estuviera teniendo dificultades al luchar contra un dios hinduista.
"¡Ese maldito niño! ¡Debió haber seguido arrastrándolo hasta tirarlo fuera del ring!", pensaba Zeus empezando a frustrarse y enfurecerse de la idiotez de su propio hijo, lo cual era bastante irónico y hasta hipócrita.
"No sé qué le está pasando al dios hindú para estar limitándose tanto... Pero el hijo rebelde de este imbécil tiene mucha suerte, porque aun llevando ese casco especial, Karttikeya pudo haberle volado la cabeza con ese golpe,", pensaba Odín con indiferencia, aunque intrigado de qué puede estar causando que el dios hindú esté "debilitado".
Después de todo esa era la razón por la que él y Zeus estaban allí; para encontrar alguna debilidad de los inmortales que manejan el Prana y el Chi, que ambos pudieran usar a su favor.
[Habitación del Equipo Cuzco]
—Wooohhh... Entonces eso es el Prana... —dijo Cuzco con los ojos brillando de fascinación.
—Así es amigo. Y como es obvio, Karttikeya es un maestro usando el Prana —dijo Israel con una pequeña sonrisa, entusiasmado de ver la emoción que tuvo el joven humano inca al ver por primera vez la energía Prana en acción. Y es porque solo ha llegado a saber de ella al investigar sobre los dioses del Panteón Hinduista, Inca y Azteca.
El Prana, una energía que se forma y almacena en los Siete Chakras internos del cuerpo físico de los seres vivos: Muladhara, Swadishtana, Manipura, Anahata, Vishudha, Ajna y Sahasrara.
Es una poderosa energía interna que conecta al ser con el universo en el que se encuentra, dotando al individuo de increíbles habilidades y poderes que van más allá de sus límites físicos, cuando dicho individuo sigue el camino para deshacerse de los males que corrompen la mente, el cuerpo y el alma.
Gracias a esa sincronía con el universo, es capaz de doblegar un determinado número de las leyes del espacio y el tiempo, haciendo al individuo capaz de repeler y anular las Artes Mágicas, en especial las de origen sagrado como la que usan los dioses divinos. Y al ser una energía que se concentra en el cuerpo físico, todos los seres vivos con cuerpos físicos pueden manejarla, siendo los inmortales del Panteón Hinduista unos expertos en eso, ya que tienen un sistema de combate enfocado en el uso de esa energía: el Sistema de Prana.
—Una pregunta señor, ¿usted también puede manejar el Prana? —pregunto Cuzco volteando a ver al ángel pelirrojo.
—Al principio no, debido a que mis padres no nacieron con un Chakra primario ya despejado, ni jamás les interesó aprender a manejarla, pese a que ya cuentan con muchos Chakras despejados. Pero al entrenar con mi bisabuelo Rudra, aprendí a controlar el Prana. Y al entrenar con mis padres, también aprendí a controlar el Chi Yang y el Mana —explicó Israel cerrando los ojos y sobándose la nuca con vergüenza al hablar de sí mismo.
—Y yo puedo usar el Kenoplasma, el Chi Yin y el Mana. ¡También soy una peleadora magnífica y bastante completa! —dijo Naamah señalándose a sí misma con el pulgar derecho, mientras sonreía con gran arrogancia y dignidad.
—¿Qué es el "Kenoplasma" exactamente? —pregunto Cuzco al escuchar por primera vez ese término.
—Significaría "Energía del Vacío" en griego antiguo. Es un tipo de energía oscura, originaria de algunos reinos infernales y de las regiones oscuras de distintos universos —explicó Israel con su característica amabilidad—. Se podría decir que es lo contrario al Prana, ya que solo entidades no-muertas o conectadas con la muerte pueden controlarla, como por ejemplo mi tío San Azrael y varios dioses africanos, incas y aztecas.
—Y como por ejemplo también mi especie —dijo Naamah con un aire orgulloso—. Gracias a nuestra abuela, mi especie desarrolló la capacidad innata para almacenar Kenoplasma. Y como es una energía opuesta al Prana, es capaz de luchar contra ella e incluso superarla. Aunque resulta débil contra la magia.
—Ya veo —dijo Cuzco, hasta ahora sintiéndose fascinado por descubrir tantas cosas, que en su territorio eran desconocidos, o conocidos bajo otros términos e interpretaciones.
[Arena de Duelo]
https://youtu.be/dwNrU19Go8U
Al mismo tiempo, entre el público, los inmortales hinduistas estaban más que felices de ver que Karttikeya no tenía tanta dificultad en el combate. El público hinduista estaba dividido entre demonios Rakshasas, dioses oscuros Asuras y dioses divinos Devas; a pesar de que en circunstancias normales las tres tribus estarían enfrentándose unas a otras en una sangrienta guerra, ahora mismo todos estaban en paz, unidos por un único propósito: apoyar a uno de los guerreros representantes de su Panteón.
Pero en los primeros puestos del público, los cuales estaban más cercanos de la arena, se encontraban los seres queridos de Karttikeya, como sus antiguos discípulos, maestros, hermanos de guerra y hermanos de sangre.
—¡Tú puedes ganar hermano mayor! —grito Ganesha levantándose desde su asiento para que su voz se oyera más fuerte.
—¡Partele la cara gran hermano! —dijo Murugan sonriendo con orgullo y admiración por su hermano mayor.
—¡Por favor ten mucho cuidado gran hermano!
Dijo, con intensa preocupación y temor, una mujer india que parecía ser de 18 años. Tenía los ojos dorados, piel clara y un largo cabello ondulado de color negro y llevaba un hermoso vestido amarillo con una tela blanca envuelta alrededor de su cintura. Tenía además un punto rojo tatuado en su frente, adornos dorados en el cabello, un sombreado azul en los párpados y los labios pintados de rojo.
Era la hija de Shiva con la encarnación mortal de Durga (Parvati), y por lo tanto hermana menor de Karttikeya y Ganesha, y hermana mayor de Murugan; era la Diosa Hindú de la Belleza, Ashokasundari.
Pero además de los hermanos de Karttikeya, también se encontraban dos personas especiales que se habían convertido en su nueva familia.
—¡Ja, ja, ja! ¡Desearía haber visto la cara de ese imbécil cuando recibió el golpe de mi querido idiota!
Exclamó, entre grandes carcajadas divertidas y denotando un gran orgullo, una mujer joven de origen india que aparentaba 20 años, con cabello dorado corto hasta la barbilla, ojos violeta, piel morena y constitución bastante tonificada con pechos grandes, amplias caderas y cintura delgada, aparte de una estatura muy alta (1, 87 mts).
Llevaba un conjunto de telas blancas alrededor de los pechos y la espalda, un pantalón holgado de color blanco, un collar con garras de leopardo y una capa hecha con piel de ciervo, aparte de tener también un punto rojo tatuado en su frente.
Era la gran cazadora de las montañas del Territorio Hinduista y jefa de la tribu de Asuras Kuravar; era la Diosa Hindú de la Voluntad y segunda esposa de Karttikeya, Valli.
—¡Bien hecho amor mío! ¡Gana de una vez y regresa sano y a salvo por favor!
Grito, con bastante alegría y preocupación al final, otra mujer joven india, pero que aparentaba 17 años, medía una menor estatura (1, 69 mts), tenía el cabello largo y ondulado de color marrón claro, ojos celestes, piel clara y constitución delgada, bastante esbelta y de pequeños pechos.
Llevaba una falda larga roja con un corte en el lado derecho, una tela amarilla alrededor de la cintura, una tela roja alrededor de los hombros, pechos y espalda a modo de sostén, y una tela de mismo color en la cima de la cabeza, todo junto con adornos de oro y joyas de la realeza, y además tenía un sombreado rojo en los parpados, labial rosa y un punto rojo tatuado en la frente.
Era la hija del Dios Supremo hindú Indra, y por lo tanto la Princesa del Reino de los Devas; era la Diosa Hindú de los Ejércitos y primera esposa de Karttikeya, Devasena.
Por otro lado Karttikeya había vuelto a ponerse en guardia, aunque ahora miraba detrás de sí para ver a todos los que lo apoyaban. Verlos a todos reunidos allí le hizo tan feliz, que esbozo una pequeña sonrisa. Y a pesar de que no vio a sus padres y el resto de sus amigos extranjeros entre el público, sabía con seguridad que también lo estaban observando y apoyando desde otro lugar.
Todos los que lo apoyaron en su viaje y lo seguían motivando a luchar, lo estaban viendo y apoyando como siempre lo han hecho; como amigos, hermanos, familia.
—Tienes un gran público... Eso ya dice cuan grandioso es tu nombre
Karttikeya volvió a mirar al frente suyo, notando que Ares se estaba poniendo de pie con un poco de torpeza, quizás porque seguía desorientado por el golpe, ya que incluso desde el interior de su casco abollado salía chorros de sangre. No tardó mucho en ponerse de pie y volver a entrar en guardia con nada más que su escudo en mano, ya que su lanza salió volando tras aquella onda de choque liberada por el propio golpe del dios hindú.
—Fue un maravilloso golpe, lo admito. Pero necesitaras más que eso para matarme, porque voy pelear hasta que mi cuerpo se haga pedazos —dijo Ares con un tono que reflejaba una creciente emoción, igual a la que empezó a tener en el inicio de la ronda.
—No es necesario matarte —dijo Karttikeya volviendo a tener una mirada seria y disgustada—. Si te rompo cada hueso de tus brazos y piernas, no serás capaz de blandir ninguna arma, y por lo tanto, ya no podrás seguir peleando. Además, como eres un inmortal, unas simples extremidades rotas no te mataran.
—Te reto a intentarlo... —respondió Ares con tono desafiante y esbozando una visible sonrisa sangrienta debajo de su casco abollado.
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