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Capítulo LXXIII: Sansón vs Heracles (I)

https://youtu.be/Ulh5Psmnm1Y

[Siglos Atrás. Territorio Israelita: Tierra de Zorah].

En la antigüedad, antes de ser un reino, las Doce Tribus de Israel estaban divididas como pueblos independientes, y sólo en tiempos de necesidad elegían a uno de ellos para ser su representante, como un líder guerrero que los protegiese de las tribus enemigas.

Un tiempo después de que las doce tribus regresaran a Canaán de Egipto, tuvieron que enfrentarse a otras tribus hebreas e incluso descendientes de tribus invasoras. Y en los años de mayor necesidad, nacieron elegidos para ser los nuevos jueces: Otoniel, Aod, Samgar, Débora, Gedeón, Tola, Jaír, Jefté, Ibzán, Elón y Abdón.

Pero llegó una época oscura en la que las Tribus de Israel fueron conquistadas por el Reino Filisteo, un pueblo hostil enemigo de Egipto que descendía de colonizadores griegos, antiguos adoradores de la Primordial Khaos y los Reyes Demonio mesopotámicos.

Durante esta época oscura sucedió un evento cósmico, que marcaría la vida de una pareja humana de las tribus israelitas en la Tierra de Zorah. Sus nombres eran Manoa y Hazzelelponi, pertenecientes a la Tribu de Dan. Una familia humana común y corriente, dedicada a pastorear rebaños de cabras como muchos en su aldea. Y en una noche que parecía ser igual que las otras, recibieron una visita que jamás imaginaron.

El interior de su casa se iluminó con la manifestación de una pequeña y hermosa flama, flotando en el aire como una pequeña estrella. La pareja, curiosa y a la vez cautivada por el reconfortante calor de la flama, se acercó un poco para investigarla y apreciarla mejor. Y de repente la flama comenzó a crecer en tamaño, sin llegar a quemar nada, para luego tomar forma y revelar la imponente presencia del arcángel San Gabriel. 

Su repentina aparición asustó tanto a Manoa y Hazzelelponi que ambos le ofrecieron comida, más como alimento para un invitado que como ofrenda. San Gabriel rechazó de forma amable el gesto, y les explicó que la razón de su visita era para informarles de una gran noticia: serán bendecidos por él para tener un hijo, que será el próximo juez de las Tribus de Israel.

San Gabriel agregó algunas condiciones para que esta bendición fuese posible: primero Hazzelelponi no debía beber nada alcohólico ni comer nada impuro, y además advirtió que el futuro hijo debía seguir una vida ascética semejante al conocido Voto de Nazaerato.

El Nazareato era un voto que hacía un hombre o mujer para consagrarse a YHWH, cumpliendo ciertos preceptos de vida por una cantidad de tiempo determinado. Y en este caso, San Gabriel dio instrucciones sobre el tipo de voto que debía seguir el futuro hijo de Manoa y Hazzelelponi.

—Cuando el niño nazca, debe dedicarse de por vida a tres únicos preceptos: abstenerse de beber cualquier tipo de bebida alcohólica, evitar tocar cadáveres de sus semejantes y nunca cortarse el cabello. Si él rompe los tres preceptos, también se romperá su vínculo espiritual con mi padre y no podrá ayudarlos en conseguir la libertad.

Después de dar esas instrucciones, San Gabriel mostró la palma de su mano izquierda, de la cual soltó una chispa de las flamas doradas que rodeaban su cuerpo y alas. La chispa floto hacia Hazzelelponi como un pétalo de flor incandescente, y sin lastimarla se hundió en el vientre de ella, formando en letras hebreas de luz naranja la palabra "Yesod" (Fundación), antes de apagarse como el fuego de una vela.

Luego el arcángel mensajero desapareció en un fugaz resplandor flameante, como si nunca hubiera estado allí. No obstante la pareja humana descubriría muy pronto que todo fue real: desde que estaban casados no pudieron concebir un hijo, pero nueve meses después de esa aparición angelical, Hazzelelponi daría a luz un niño fuerte y sano de cabello negro, piel clara y ojos oscuros, durante una hermosa mañana en la que todo parecía brillar de vida bajo la luz del sol.

Por sus orígenes divinos y por el momento de su nacimiento, el niño recibió como nombre Shimshon (Sansón), que significaba "Hombre del Sol", ya que en la antigüedad era una costumbre referirse a YHWH como el "Sol".

Sansón creció como cualquier otro niño humano, con la pequeña excepción de que era mucho más sano y fuerte que la mayoría gracias a la dieta balanceada, régimen de ejercicio y dieta que tenía que seguir para cumplir sus votos.

A sus doce años ya era un chico con un buen físico que le hacía parecer un poco maduro, y daba indicios de que sería el hombre más apuesto de su generación. Lástima que en cuanto a su actitud todavía le quedaba un largo camino por recorrer; desde pequeño Sansón ya demostraba un temperamento impulsivo, y un humor despreocupado que lo hacía arrogante e imprudente.

Pero a pesar de sus imperfecciones, Sansón demostraría que en el fondo tenía un buen corazón, cuando empezó a brindar ayuda de vez en cuando en los trabajos pesados. Y debido a esto, muchos comenzarían a notar que Sansón, por momentos, adquiría una fuerza muy superior a la de un niño de su edad; el ejemplo más claro de esto fue cuando atrapo y domino con sus manos una peligrosa serpiente mucho más grande que él, y sin lastimarla consiguió llevarla a un sitio seguro donde podría estar en paz.

Luego llegaría ese día en que comenzarían a extenderse rumores de su naturaleza sobrenatural.

En un tormentoso día, desde el mar que conducía a las tierras griegas, arribarían a las costas de Gaza dos barcos con quince soldados griegos cada uno, liderados por dos hermanos gemelos rubios, Alebion y Bergion, ambos igual de robustos y fuertes, teniendo como única distintiva que Alebion vestía ropa y armadura ligera azul, mientras que Bergion usaba una armadura verde un poco más completa. 

Pero no eran individuos comunes; eran medio gigantes hijos de Poseidón.

Ambos hermanos llegaron a las tierras hebreas buscando esclavos para vender en Grecia, y también para ofrecer como sacrificio a su padre Poseidón. Llegaron al palacio del rey filisteo de ese momento, y lograron un acuerdo con él para llevarse a algunas mujeres de las tribus hebreas.

La aldea de Sansón fue uno de los objetivos de los gemelos y su escolta, por lo que desde su hogar Sansón y su familia escuchaba ruidos de pelea, gritos de mujeres angustiadas y pedidos de ayuda. Sansón estaba frustrado por la impotencia de no poder hacer nada, y lo peor vino cuando fue abrazado por su hermana menor, que lloraba de miedo por todo lo que pasaba afuera.

Sansón pensó que era muy probable que su casa fuese la siguiente en ser registrada, y sin duda esos miserables también podrían llevarse a su madre y hermana. Además, al mirar a su madre y hermana, Sansón pensó en el dolor que debían estar sintiendo los otros varones al perder a sus hermanas, madres, esposas e hijas.

https://youtu.be/piG4O3tgxvo

Ese sentimiento de impotencia se convirtió en enojo, y fue lo que impulsó a Sansón a esconder a su hermana en la casa, para salir por una ventana e intentar hacer algo para detener a los invasores. Había tomado una piedra y llegó hasta el lugar del ataque, donde muchos soldados griegos ya estaban encadenando a varias mujeres y niñas para llevárselas a Grecia.

Sansón se acercó con sigilo e intentó romperle la pierna a Alebion con la piedra. Sin embargo la misma piedra se hizo añicos con el impacto, y el que terminó con una pierna rota fue Sansón, luego de que Bergion lo agarró de un pie con bastante fuerza para apartarlo como si fuera un insecto.

Alebion y Bergion se rieron al ver que el siguiente en oponerse a ellos era un simple niño. Por eso decidieron divertirse humillándolo a golpes antes de matarlo. Pero Sansón, incapaz de hacer más que estar de rodillas por la pierna fracturada, no quería rendirse. Y en este momento de impotencia y frustración, él tomó un respiro para calmarse y, por primera vez en su vida, imploro por ayuda a YHWH.

—Señor, maestro y padre de mis antepasados, escucha mi suplica. Haz que mis ojos vean lo que tú ves, y que mis oídos oigan el estruendo de tu voz en las ondas de lo creado. Mi mano es tu mano, mis pies son tus pies, y mi vida es tu fuerza para luchar por la justicia... Fuerza... Por favor... sé... mi... ¡¡¡Fuerza!!!

Con su grito final, un estruendo resonó en el cielo, asustando tanto Alebion como a Bergion y sus soldados; fue un sonido semejante al de una campanada, como el anunciamiento de un evento sin precedentes. Y a esta señal le vino algo más espectacular, que dejó atónito a todos los presentes por igual incluido la familia de Sansón.

Poco a poco, Sansón comenzó a ponerse pie, mientras su cuerpo comenzaba a emanar majestuosas flamas doradas, a la vez que su pierna, rasguños y dolor sanaban casi de forma instantánea, sus ojos oscuros pasaban a ser del mismo color que esas flamas, su cabello negro adquiría una coloración rojiza, y su cuerpo ganaba un poco más de masa muscular.

El propio Sansón apenas entendía que era lo que sucedía o sobre su transformación. Pero sentía una fuerza extraordinaria fluyendo por sus músculos, que le llenaba de seguridad, y eso era todo lo que él necesito para saber que ahora podía aplastar a los dos gigantes. Así que empezó a avanzar a paso lento hacia los gigantes gemelos, con una mirada alegre como señal de que ahora todo estaría bien.

—¡No te confíes solo porque ahora te pusiste pelirrojo!

—¡Tráiganos la cabeza de este pequeño insecto!

Exclamaron Alebion y Bergion respectivamente, igual de molestos por la mirada jovial y despreocupada del niño hebreo. Y con su orden, uno a uno, los soldados griegos se dirigieron al niño Sansón con las espadas desenvainadas. No obstante, lo primero que descubrieron fue que ahora la piel de Sansón era invulnerable a las armas. El siguiente y último descubrimiento, fue que ahora Sansón tenía tanta fuerza que cada simple golpe de sus manos hacía explotar a los soldados griegos como si fueran globos llenos de sangre.

En unos segundos, los treinta soldados de Alebion y Bergion fueron reducidos a pedazos y charcos de sangre; ni siquiera tuvieron tiempo de pelear, ya que solo bastó un golpe para matar a la mayoría y dejar al resto al borde de la muerte.

Alebion y Bergion, aunque estaban sorprendidos, no lo consideraron algo que temer, porque ellos dos eran hijos de un dios y una gigante. Por eso, para no dejar dudas de su linaje y poder, avanzaron juntos para atacar con todas sus fuerzas a Sansón. Fue por esto que el corazón casi se les subió a la garganta, cuando sus puños se fracturaron al chocar contra las palmas de Sansón. Y como si no fuera suficiente humillación, ambos terminaron de rodillas por la fuerza sobrenatural del niño hebreo.

Luego, en un momento imperceptible, los puños Alebion y Bergion fueron apartados y ambos recibieron un puñetazo que les dejó un hoyo en el torso, como si les hubieran atravesado un proyectil. Sansón procedió a sujetarle a ambos la cabeza, con la intención de noquearlos estrellándolos uno contra el otro. Pero al final se le fue la mano, porque chocó la cabeza de ambos gigantes con tanta fuerza que las explotó como si fueran calabazas, dando fin a la vida mortal de Alebion y Bergion en un instante.

En pocos minutos y con pocos movimientos, Sansón había matado a treinta soldados griegos y dos semidioses hijos de Poseidón. Ya no hacía falta hacer más, por lo que su cabello y ojos regresaron a su color original, su cuerpo perdió la masa muscular extra, y las flamas divinas de su cuerpo se desvanecieron, junto con esa fuerza sobrenatural.

Así fue como se originó el mito que inventó Zeus para atribuir la muerte de Alebion y Bergion como una de las tantas hazañas de su hijo Heracles, y evitar que se extendiera el reconocimiento de Sansón por toda Grecia. Y también fue el día en que Manoa y Hazzelelponi, al igual que todos los humanos de las Doce Tribus de Israel, comprendieron que Sansón había sido elegido por YHWH para ser quien los liberase de los filisteos, como el Doceavo Juez de Israel.

Sin embargo, mientras ellos veían en Sansón un futuro héroe que traería salvación y justicia, el propio Sansón se veía las manos ensangrentadas con horror. Se había dejado llevar por el momento y solo pensaba en darles un castigo a aquellos malvados griegos. Pero al final, viendo toda la sangre derramada por sus manos y las vidas que arrebató, sintió por primera vez una culpa profunda.

Sansón obtuvo la fuerza del universo, junto con una responsabilidad igual de grande y las tragedias que conlleva la vida de todo dios.

[Presente. Torneo Parabellum: Arena de Duelo].

Como se ha visto antes, no solo había inmortales de nacimiento entre el público de las gradas; también había mortales que al morir obtuvieron un cuerpo inmortal, ya sea por méritos propios o por obra de otros inmortales. En el caso de los inmortales israelitas, a muchos se les concedió un cuerpo inmortal para poder estar allí presentes.

Y en las primeras filas se encontraban algunos humanos de las Doce Tribus de Israel, entre los cuales destacaba un grupo de danitas de la época de Sansón, entre los cuales destacaban tres figuras en particular.

El primero se trataba de Manoa de la Tribu de Dan, un hombre hebreo de constitución musculosa, cabello negro un poco largo, ojos oscuros y elegante túnica blanca con cuerdas a modo de cinturón y detalles rojos. A su lado estaba su esposa Hazzelelponi de la Tribu de Juda, una mujer hebrea de constitución delgada y esbelta, largo cabello negro, ojos oscuros, piel bronceada y vestido sencillo de color blanco con detalles azules. Además ambos tenían la apariencia que tuvieron a la edad de 25 años en su vida mortal.

Y entre ellos dos se encontraba una hermosa chica hebrea, con apariencia de 18 años y cuerpo delgado y esbelto con piel casi tan bronceada como Manoa y Hazzelelponi. Cabello negro ondulado sujetado en una coleta alta con una cinta azul. Ojos de un color café claro que denotaban alegría. Y vestía una ropa parecida a una toga, pero de color azul con cuerdas en la cintura. Y aparte ella estaba de pie, agitando una bandera blanca con el nombre de Sansón en hebreo.

Era la hija de Manoa y Hazzelelponi, y por lo tanto hermana menor de Sansón; era Nashyan de la Tribu de Juda.

https://youtu.be/Wvk9sWarW6U

—¡Adelante hermano, no seas gentil con ese canalla sinvergüenza: arráncale las tripas, ahórcalo con ellas y luego métele ese garrote por donde no brilla el sol! —decía Nashyan con un lenguaje que contrastaba con su apariencia adorable.

Pero ella, su familia y pueblo no eran los únicos que apoyaban a Sansón, ya que en el lado donde había figuras extranjeras —los que se ganaron un lugar en el Paraíso— cuatro mujeres notables también lo apoyaban.

—¿Se-se-seguro que fue buena idea dejarlo pelear sin un arma? ¿Aunque sea una simple espada de Adamanto o Akasha? No sé. Solo digo.

Preguntó, con un pésimo intento de ocultar su propia preocupación y nerviosismo, una hermosa mujer joven alta y tonificada, con ojos de tonalidad verde clara y cabello corto de color blanco como las nubes. Senos redondos de talla grande cubiertos con un par de telas azul celeste en lateral con un amplio escote, sujetado debajo de los senos por un cinturón dorado y arriba por una placa dorada en el cuello; ambas telas se extendían juntas hacia atrás como una capa pequeña

Llevaba una falda larga del mismo azul, con un cinturón dorado y un corte que dejaba a la vista su tonificada pierna izquierda, en cuyo muslo grueso tenía un adorno de oro. Usaba sandalias elegantes, una tiara dorada con joyas azules, aretes con zafiros, brazales dorados con hombreras y pulseras en los bíceps. Además toda su ropa tenía un estilo semejante al de la cultura mesopotámica.

Era una guerrera humana de la antigua Mesopotamia, que al morir ascendió como la Diosa Guardiana de Nanaya, Ishtar e Inanna; era la antigua Diosa Mesopotámica de la Guerra y la Sexualidad, Annunitum.

—Le sugerí que podía usarme como arma divina, para que el combate sea más "justo". Pero él se negó porque no quería que yo resultara herida. También dijo que era un desafío que él debía superar por sí solo.

Contestó, con un humor bastante molesto que ocultaba también una profunda preocupación, una mujer germano-eslava, aunque era un poco más baja que el promedio de mujeres nórdicas, y tenía la piel más pálida de lo normal en un nativo germánico y eslavo. Pero a pesar de su relativa baja estatura tenía un cuerpo atlético con caderas esbeltas, nalgas firmes y senos redondos bien proporcionados. Lo extraño de ella, además de sus fríos ojos violeta, era su peculiar cabello largo de color azul pálido, la cual mantenía recogido en dos coletas largas.

Llevaba ropa semejante a un vestido negro gótico, pero con piezas de armadura negra de estilo nórdica que consistía en botas, grebas, rodilleras, hombreras, brazales, pechera ajustada a sus perfectos senos con un pequeño escote, y casco con diseño de un par de alas emplumadas. Tres broches con runas violetas sujetaban sus hombreras y el cuello de la camisa de su vestido, junto con una capa morada.

Era la ex esposa del sádico y perverso herrero nórdico Völundr, y también la ex esclava del depravado y psicótico emperador chino Qin Shi Huang; era una de las Trece Valquirias Principales del Credo de las Valquirias; era la Valquiria de la Sabiduría Guerrera, Hervör Alvitr.

—¡Podrías haber insistido más! ¡Me pone nerviosa que ese necio fortachón esté peleando contra un oponente armado con un Astra, que además está mejorado con ataques mágicos propios!

Exclamó, mientras se mordisqueaba la uña de su pulgar con angustia, una hembra demonio israelita que parecía una pequeña y hermosa chica griega, delgada y esbelta con pechos pequeños. Su cabello, dorado como el oro, era liso y largo hasta la cintura. Sus ojos carmesí carentes de pupila, orejas puntiagudas, dos pares de cuernos negros y larga cola con punta de corazón, eran sus características físicas que la delataban como una demonia israelita, que además pertenecía a la clase súcubo.

Pero en contraste con otras súcubos, ella se cubría con un vestido gótico de tela negra, placas doradas, falda corta y un rubí en el centro de los senos. Incluía un cuello unido al vestido por debajo de las axilas, que tenía una figura demoníaca de oro con rubíes; también llevaba mangas largas a juego con el vestido, que llegaban hasta sus bíceps. Usaba tacones acorazados del mismo estilo. Y una tiara con diseño demoníaco y tres picos, que se mantenía en su frente gracias a sus cuernos y cabello.

Era la hija del rey gigante Antaeus, renacida ahora como diablesa súcubo luego de ser adoptada por Lucifer y Nanma; era la Diablesa de la Niebla y el Dolor, Achlys Iphinoe Lilim.

—No sería la primera vez que enfrenta a alguien armado. Recuerda que cuando lo enviaron a la tierra para proteger a un avatar de Rudra, derrotó al maldito Qin Shi Huang vampirizado. Y recibió entrenamiento por parte de las amazonas. Un garrote no es nada comparado a las armas que él tuvo que enfrentar con las manos desnudas.

Dijo, con un poco más de optimismo, una hermosa mujer joven que parecía una versión más alta y madura de Wadjet, ya que tenía un cuerpo voluptuoso y senos redondos bien proporcionados. Pero también presentaba una antinatural piel pálida que rozaba con lo blanco. Sus ojos eran de un color azul frío y los labios rosados. Además su cabello, liso como una cortina de seda, era de un peculiar morado oscuro con algunas mechas violetas.

Llevaba un vestido negro que mostraba su estómago y hombros, bajaba por sus esbeltas caderas como una capa, y estaba unida con una falda larga que mostraba un poco de sus largas piernas. Tenía una capa unida al cuello del vestido, y además un amplió escote. Se cubría gran parte de los brazos con una tela a juego a modo de guantes largos y medias largas. Y como extra portaba todo tipo de adornos dorados de origen egipcio; tales como aretes, brazaletes, un cinturón bajo los senos y otro encima de las caderas, un collar y una corona dorada redonda.

Era la hermana menor de Wadjet, y por lo tanto también hija de los Dioses Egipcios de la Muerte Anubis y Anput; era la Diosa Egipcia del Agua Purificadora y Guardiana del Embalsamiento, kebechet.

—Pero esta vez siento algo raro en esta situación, como un mal presentimiento. O sea, ¿tienen idea del tipo de loco al que está enfrentando? —dijo Achlys todavía angustiada.

—Uno al que le gusta matar y que lo llamen "héroe" por hacerlo —dijo Annunitum frunciendo el ceño—. Las amazonas me lo dijeron todo al respecto.

—También conozco la verdad —dijo Kebechet con un aire de lástima en sus ojos—. Y es bastante triste, de hecho.

—¿Sientes lastima por ese lunático? —pregunto Alvitr mirando de reojo a la diosa egipcia.

—Un poco. Y solo es por lo que Sansón me dijo una vez cuando hablo de él... Heracles es otra víctima de los males de su propio padre —explicó Kebechet, pero entonces frunce el ceño con severidad—. Sin embargo, eso no es excusa para las atrocidades que hizo bajo las ideas retorcidas de "justicia" que tienen los asquerosos humanos y dioses griegos.

Las otras tres mujeres expresaron su acuerdo con lo último, y en el fondo oraban a cualquier astro o fuerza natural para que Sansón pudiera arreglárselas sin ellas. Después de todo era la primera vez, en bastante tiempo, que ellas no lo ayudaban en un combate contra un enemigo armado con un Astra. 

Mientras tanto en la Arena de Duelo, Sansón era más que consciente de que sus cuatro compañeras de viaje estaban allí, en las gradas, al igual que su querida hermana menor, sus padres y varios miembros de su tribu. Más que estar nervioso, eso le daba mayor motivación a superar su última lección.

https://youtu.be/B_8y-lmm08E

Ahora mismo en la arena algunas casas filisteas y griegas comenzaron a colapsar, y era por las ondas de choque que generaba el garrote de Heracles al chocar contra las manos, muñecas y codos de Sansón, quien había pasado por completo a la defensiva. Esto por supuesto no fue nada alentador para Heracles; lo estaba llenando de preocupación.

"Esa manera de pelear... es la misma disciplina del arcángel mensajero y su hijo. Pero también no puedo evitar sentir que es diferente; sus golpes son duros como mazas de diamante en vez de rocas, y su forma de golpear se parece más al boxeo indio que al Pencak Silat de los Devas malayos", fueron los pensamientos de Heracles, percatándose rápido de esos detalles.

Y además comenzó a darse cuenta de que, poco a poco, estaba alejándose de las calles griegas para entrar a las calles filisteas. Lo más preocupante para él, era que Sansón todavía no demostraba algún ataque o técnica ofensiva. Ya que, si no atacaba, Heracles jamás descubriría qué tipo de ataques empleaba Sansón, y por ende el héroe griego no sabría cómo contrarrestarlas.

Así que tendría que sacrificar la revelación de otros ataques mágicos de su Astra.

¡Rhopalon Elaie: Khálups Órnithes Pétomai! (¡Garrote de Olivo: Vuelo de las Aves de Acero!) —conjuro Heracles el código mágico, mientras se alejaba diez metros con un gran salto, volvía a sujetar con ambas manos el garrote, y dicha arma pasaba por otro cambio.

El garrote se transformó en acero pulido y detallado con formaciones de plumas. El extremo grande se transformó en la estatua de un tipo de ave siniestra, con ojos rojos y pico de bronce. La estatua comenzó a ser rodeada por un campo de partículas de Maná blanquecino, y cual ballesta Heracles disparó una ronda de cincuenta ráfagas mágicas, las cuales se transformaron en aves de acero iguales a la estatua.

Y como si se tratara de una bandada de aves carnívoras, volaron en círculos sobre Sansón y comenzaron a atacarlo desde todas direcciones. Aunque lo máximo que pudieron hacer fue solo dejar algún que otro corte en su ropa, porque no pudieron ni rasgar su dura piel.

Una sonrisa cruel se hizo visible en el rostro juvenil de Sansón, poco antes de que él comenzara a caminar hacia Heracles, mientras destrozaba a las aves de acero como si fueran de juguete. Sansón no necesitaba verlas para golpearlas; todo lo que hacía era agitar las manos en gestos simples, como si apartara mosquitos molestos de su camino.

¡Rhopalon Elaie: Kápros Hormé! (¡Garrote de Olivo: Embestida del Jabalí!) —conjuro Heracles moviendo en círculos su garrote, el cual pasó a transformarse en bronce puro, con el extremo en forma de la cabeza de un jabalí peludo de ojos morados y dos pares de colmillos.

Entonces Heracles agito a su izquierda el garrote, mientras condensaba magia en el extremo del garrote y la liberaba en una explosiva ráfaga de partículas rojas de Maná, las cuales se organizaron para transformarse en un amplio vendaval, el cual tenía en el centro la forma de la cabeza de un jabalí furioso.

Así que Sansón presiono los pies en el suelo, respiro hondo y tenso los músculos, al mismo tiempo en que adoptaba una postura firme y sólida como la tierra, mientras hacía fluir la energía Chi por su cuerpo. Y al tener su poder de Prana activado, pudo realizar el Krav Egrof: Diamond Spirit.

Y tal cual como si llevara una armadura entera de diamante indestructible, el ataque mágico impacto sobre Sansón sin moverlo ni causarle algún daño, aunque las estructuras en el camino del ataque colapsaron como si el viento de un tifón o una estampida hubiera arrasado con el lugar.

Ahora Sansón cambio la dureza y rigidez de sus músculos por flexibilidad y suavidad, mientras realizo unos breves movimientos circulares con las palmas abiertas, con un par de giros del cuerpo, antes de cerrar las manos y llevarlas al lado de los costados. Entonces la energía Chi se hizo visible en él como un aura blanquecina, mientras las flamas de Prana se concentraban en sus puños.

Heracles tuvo un mal presentimiento, y por eso se llevó el garrote al frente en una postura defensiva, preparado por si su oponente volvía a lanzarse hacia él como una bala de cañón o le atacaba con algún tipo de proyectil extraño, aunque sabía que los ataques de Chi puro a larga distancia, como los demostrados por Rudra y Buda en su pelea, son técnicas tan avanzadas que muy pocos estudiantes logran dominarlas antes de alcanzar el rango de maestro.

Pero lo que hizo Sansón fue algo un poco diferente; extendió los puños hacia adelante, en una secuencia de golpes tan rápida que en un segundo lanzó cuatro golpes directos. Cada golpe resonó en el aire como un trueno, y Heracles se llevó la sorpresa de sentir un puñetazo en la cara, dos en el pecho y un último en el muslo derecho.

"¡¿Qué pasó?! ¡Él no usó magia ni tampoco expulsó su energía Prana en algún tipo de proyectil! ¡Fue el viento! ¡Debió usar su energía Chi para manipular el viento y atacarme con una especie de golpe de viento!", pensaba Heracles escupiendo sangre y tambaleándose hacia atrás, debido a lo inesperado que fueron aquellos golpes.

Pero su preocupación se intensificó al darse cuenta de que su oponente había desaparecido. Entonces levantó la mirada, y lo vio aproximándose hacia él desde el aire. Así que Heracles respondió atacando con el puño izquierdo en el momento justo para lograr un golpe certero. Había calculado a la perfección el golpe, pero falló por culpa de Sansón, ya que al momento del impacto el juez hebreo extendió el brazo derecho para poner la mano encima del puño izquierdo del héroe griego, y usarlo como punto de apoyo para hacer una voltereta hacia adelante, pasando arriba de Heracles y aterrizar detrás de él.

De inmediato Heracles se dio la vuelta con el garrote en un ataque horizontal. Y al hacerlo vio que Sansón estaba concentrando energía Chi en el puño derecho, bajo la forma de un aura rojiza que pronto tomó la forma de un extraño fuego, que simulaba una estrella en miniatura.

Se trataba de la técnica personal de Sansón, Krav Egrof: Fist of the Hundred Starfires.

Y tal cual como sugería el nombre de la técnica, Sansón impacto el puño derecho en el pecho de Heracles, liberando la energía Chi concentrada en una explosiva lluvia de cien estrellas. Era como si con un solo puño, el héroe griego hubiera recibido cien golpes que ardían como estrellas reales, las cuales viajaban a una velocidad superior a la barrera del sonido.

Lo siguiente que sintió Heracles fue que había atravesado tres casas filisteas, y se estrelló en la base de una estatua dedicada al dios demonio Dagon.

"Eso se parecía al polvo de estrella de Israel y a la lluvia de meteoros de San Gabriel. Pero también es diferente... Ahora lo tengo claro... Su disciplina no es del todo igual", pensaba Heracles mientras se ponía de pie, escupiendo un chorro de sangre junto con algunos dientes rotos que no tardarían casi nada en reemplazarse por unos nuevos.

[Habitación del Equipo Cuzco].

Por un momento Manqu sintió que le daría otro ataque al corazón, por las dos ocasiones en las que Sansón se había dejado atacar por la magia del garrote de Heracles. Gotouge también se asustó y se relajo al ver que no le paso nada malo al juez hebreo. Brynhildr y Geir no mostraron cambio en sus expresiones, porque sabían que esos dos ataques mágicos de Heracles resultarían inútiles. Israel también estaba tranquilo. Alyssa, por su parte, estaba indiferente. Y Naamah se había sorprendido al darse cuenta de algo interesante. 

—Sansón está usando la misma disciplina que Israel y el tío San Gabriel. Pero la forma en que emplea las técnicas es distinta —dijo Naamah, dándose cuenta de inmediato de esos detalles—. Utilizo el viento de manera puramente ofensiva. Luego utilizó una técnica parecida a las de acero del Wu Xing de las artes marciales chinas para protegerse. Y su forma de la técnica polvo de estrella parece más un ataque de corto alcance que de largo alcance.

—Es porque Sansón tiene su estilo propio, el cual denomina Krav Egrof (Combate a Golpes) —explicaba Israel—. La disciplina de mi padre se basa en los elementos primordiales; como el fuego, el agua, la tierra y el aire, siendo el rayo un derivado del fuego. En cambio el estilo de Sansón se centra más en la fuerza que en la defensa, los esquives y la redirección. Así que puede combinar su poder de Prana con su disciplina para usar técnicas de diamante, como derivado de la tierra. Y sus técnicas de viento y agua también son más ofensivas que defensivas, porque no se le da bien desviar ni tener fluidez muscular. Por eso su estilo se parece más al boxeo indio que al Pencak Silat de los Devas malayos.

—¿No es un poco contraproducente que su estilo este mucho más centrado en el ataque que en la defensa, estando en un combate contra alguien con un aparente estilo igual? —pregunto Gotouge comenzando a estar preocupada.

—Ciertamente lo es —decía Brynhildr cruzada de brazos—. Por eso Sansón decidió aprender magia defensiva. Y mediante el pacto Anima obtenía armas, armaduras y escudos con las almas de sus compañeras de viaje, como mi subordinada Alvitr y su amiga súcubo Achlys. Pero ahora que decidió pelear sin ellas, tendrá que arreglárselas con la magia que aprendió, confiando en el sistema de su Panteón.

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