Capítulo LV: Arcángel, Diosas y Titanide
https://youtu.be/sqrQaSajlvQ
[Torneo Parabellum: Habitación de San Gabriel].
El arcángel y las tres diosas reaparecieron en lo que era su habitación privada en las instalaciones del Torneo Parabellum. No era una habitación muy grande en comparación a la de los peleadores inscritos. Pero seguía siendo bastante elegante con todo tipo de decoraciones pertenecientes a la cultura asiática. También incluía unos pocos asientos, un espejo transmisor de escala amplia y una cama grande.
—Me sorprende que hayas decidido venir aquí primero, en vez de visitar a nuestros hijos —dijo Wadjet con una sonrisa pícara, poniéndose ambas manos en las caderas, retrocediendo un paso y levantando la mirada para ver el rostro de su marido ángel.
—Todavía quedan ocho combates, y quizás un combate decisivo. Tenemos tiempo de sobra para hacerle una visita sorpresa a Israel, Luciel y Sanctiel —dijo San Gabriel con un radiante buen humor, que expresaba en su mirada gentil y su gran sonrisa risueña.
—¿Luciel también está aquí? —pregunto Brigit sorprendida.
—Sí... —contestó Morrigan con una sonrisa nostálgica—. Al igual que ustedes sienten la presencia de sus hijos, yo también puedo sentir a mi querido bebé angelical. Él está aquí, en alguna parte. Pero está demasiado lejos como para conocer su ubicación exacta.
—¿Estás segura? —¿pregunto Wadjet perpleja e incrédula, ganándose una fría mirada de la reina fantasma—. Oye no te molestes. Es que, bueno, ya sabes. Yo solo puedo percibir la presencia de mis hijos. Ustedes dos solo pueden percibir la presencia de los suyos. Y nuestro hombre-estrella con alas puede sentir a todos nuestros hijos por ser el progenitor paterno de todos ellos.
—Ninguna de ustedes se equivoca. Nuestros hijos Israel, Luciel y Sanctiel también están aquí —dijo San Gabriel, feliz de que sus tres primogénitos estaban reunidos después de tanto tiempo—. Yo como ángel, y ustedes como madres de ángeles, podemos percibir a nuestros descendientes directos por la conexión entre nuestros espíritus. En mi caso es más fácil, gracias a que controló el Chi. Así que les aseguro que ellos están más cerca de lo que creen.
—Este vínculo es maravilloso —dijo Brigit igual de feliz, y estando a punto de llorar—. Podemos saber dónde están nuestros hijos, como si una parte de nuestro ser estuviera con ellos. Mi amado hijo está muy cerca; me lo dice tanto mi instinto de madre como nuestro vínculo de madre e hijo. Quiero verlo. Saber si está bien. Y... disculparme como es debido, por haber sido demasiado sobreprotectora con él.
—¡Pfff! ¡Ja, perdóname druida caliente, pero me tengo que reír! —dijo Wadjet entre risas—. Tardaste mucho en reconocer que como madre metiste la pata bien hondo. Incluso yo no tarde tanto en disculparme con mis hijos por exigirles demasiado.
—Y luego yo me disculpé con mis hijos por mis penosos intentos de ser como mi madre —agregó Morrigan sonriendo con vergüenza—. Pero en tu defensa, ya te disculpaste con tus hijos.
—Con Israel no fue a tiempo —dijo Brigit bajando la mirada con vergüenza y sujetándose los codos—. Él no pudo disfrutar de una buena infancia por la responsabilidad del Panteón Israelita, la carga de cuidar de sus hermanos menores, y mi miedo a perderlo en una batalla. Sé que ya me disculpe con él antes, y conociéndolo puede que ya me haya perdonado. Pero esta vez, ahora que no tiene tantas presiones, quiero ofrecerle mis disculpas de una mejor manera, para que vea cuánto lamento no haberle dado una infancia completa. Por mi culpa, Israel ha desarrollado esa incontrolable segunda personalidad, que despierta cada vez que usa su poder como Dios de la Creación.
—Si es tu culpa, entonces también es la mía —dijo San Gabriel, tomando entre sus manos las mejillas de la druida pelirroja para hacerla mirar los cariñosos ojos de él—. Es en parte también mi culpa, por no haber podido hacer más para que él tuviese una infancia feliz, como nuestros otros hijos.
—No digas eso, mi amor. Tú hacías lo que podías. Incluso te saltabas tus obligaciones para visitar a Israel y llevarlo a jugar con Luciel y Sanctiel, aunque eso te metía en muchos problemas con tu hermano San Miguel. La poca infancia que nuestro hijo tuvo, fue gracias a ti —dijo Brigit, empezando a tener los ojos húmedos por las lágrimas que contenía—. Entendería que él me detestara por mi estupidez.
—Nuestro hijo jamás podría hacer eso. Además es lo bastante maduro como para entender tus miedos. Y como tal, aunque estuviera molesto contigo, igual te perdonaría y te apreciaría, porque al igual que Morrigan y Wadjet, fuiste maravillosa como madre —dijo San Gabriel, para luego besar la frente de la druida pelirroja y mirar otra vez los ojos llorosos de ella—. Ya habrá tiempo para que lo veas por ti misma. Ahora solo descansemos, y permíteme cumplir con los votos que jure en nuestra Unión Eterna.
https://youtu.be/avkb3Tv5GBk
Dicho eso, el arcángel alegró el corazón triste de la diosa pelirroja con un cariñoso beso en los labios, que hizo a ésta última gemir de forma tierna. En el inicio de su Unión Eterna, eran las tres diosas quienes lo besaban primero, y él tenía la obligación de aceptarlas, incluso cuando no quería. Pero ahora él las besaba primero y por voluntad propia; por ello, un simple beso de él bastaba para que Brigit se sintiera en el paraíso.
—Yo también estoy muy triste, y necesito un poco de cariñito angelical —dijo Morrigan con tristeza dramática tanto en su voz como en su expresión, sin ningún esfuerzo por esconder que era actuada.
—Je. Claro. Aquí tienes tu parte —dijo San Gabriel con una pequeña risa, tras cortar el beso con la diosa pelirroja. Luego sujetó la nuca de la reina fantasma, y choco los labios de ella con los de él en un beso un poco agresivo. Fue un movimiento un poco brusco, pero que Morrigan disfruto tanto que gimió de forma erótica, y sujetó las mejillas del arcángel para saborear mejor los labios de él.
—¡Je, je! Es curioso —dijo Morrigan con una sonrisa divertida y mordiéndose el labio inferior por un momento tras cortar el beso, pero sin separar demasiado su cara de la del arcángel, mientras lo veía a los ojos—. Todavía recuerdo cuando te incomodaban estas cosas, e incluso éramos nosotras quienes teníamos que besarte, u obligarte a hacerlo. Pero ahora lo haces por voluntad propia, y sabes cómo hacerlo de la manera en que nos gusta a cada una.
—Recuerda que aprendo rápido —dijo San Gabriel con una pequeña risa, rozando su nariz con la de ella, antes de separarse un poco para dejar espacio a la siguiente diosa.
—¡No se olviden de mí! ¡Yo también quiero algo de cariño de ángel! —dijo Wadjet dando un pequeño salto para rodear ambos brazos alrededor del cuello del arcángel mensajero, manteniéndose colgando del cuello de él por la diferencia de estatura entre ambos.
—¡Je, je! Por supuesto. Jamás olvidaría a una pequeña y radiante belleza única de Egipto como tú —dijo San Gabriel riéndose por el comportamiento de la doncella egipcia. Después la sujetó de las nalgas y la levantó más para unir los labios de ambos en un breve beso, que la doncella egipcia disfruto suspirando de excitación.
—Sí... Definitivamente ya no te incomodan nuestras muestras de afecto. ¡Je, je, je! —dijo Wadjet con un tono travieso cuando corto el beso, pero seguía manteniéndose colgando en el cuello del arcángel—. Por curiosidad, ¿sigues sin sentir nada cuando probamos tu cuerpo físico, aun después de cientos de años de sexo intenso entre nosotros cuatro en todo tipo de posiciones?
—Solo cosquillas y un calor agradable, sin ningún tipo de sensación adictiva —contestó San Gabriel con una sonrisa divertida—. Claro que aprendí a sentirme feliz al aparearme con ustedes, pero nada más porque ustedes lo disfrutan. Y sigo sin ser capaz de sentir amor romántico. Sin embargo, eso no significa que no las ame a ustedes tres. Aunque es solo amor amistoso y fraternal.
—Por mi parte no me importa, mientras sientas amor por mí —dijo Brigit sonriendo con tierna alegría inocente.
—A mí tampoco me importa, mientras sigamos siendo "amigos" con derechos profundamente íntimos —dijo Morrigan sonriendo y lamiéndose los labios de forma seductora.
—Y yo no tengo problemas si me amas como una hermana. Al fin y al cabo, en mi reino los hermanos se casan entre sí. ¡Incluso mis padres son hermanos! —dijo Wadjet con diversión—. Pero basta de hablar. ¿Puedes quitarte ya toda esa molesta armadura? Quiero sentir al completo tu ejercitado y caliente cuerpo físico de hombre salvaje tallado por los mismos ángeles.
—¡Ja, vale, vale! —contestó San Gabriel entre risas, sin molestia ni queja alguna como en sus primeros meses de haber sido unido a ellas a la fuerza.
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El arcángel y las tres diosas procedieron a desvestirse, y lo hicieron ayudándose entre sí. De manera que no necesitaron desaparecer su ropa o algo parecido. Por eso no tardaron en estar expuestos en su totalidad, y comenzar a turnarse para besarse entre los cuatro.
San Gabriel había ocultado las alas y la aureola para no incomodar a sus compañeras. Y luego de unos cuantos besos, permitió que Brigit lo llevará hacia un sofá, donde lo sentó de un empujón, y después ella se sentó de frente a horcajadas en el regazo de él. La druida pelirroja levantó un poco sus voluptuosas piernas, con su mano derecha acomodo la virilidad del cuerpo físico del arcángel, y se unió con él de un senton.
Morrigan y Wadjet se sentaron en ambos lados del sofá, mientras Brigit comenzaba a mover las caderas sobre el regazo de su amado de forma lenta y cariñosa, apoyándose en los hombros anchos de él. Luego cada diosa se turnaba para besar los labios y el rostro del arcángel mensajero, siendo los besos de la druida pelirroja dulces y tiernos. Además ella abrazaba a San Gabriel y hundía la cabeza en su cuello de forma cariñosa, solo para sentir su cuerpo y oler su piel, mientras San Gabriel devolvía el abrazo con el mismo afecto, haciéndola suspirar de excitación.
Unos largos minutos después, Brigit intercambio de lugar con Morrigan. Y en contraste con la anterior, la reina fantasma montaba al arcángel mensajero con urgencia y lujuria intensa. Entre los salvajes besos también lamía y mordía la boca de él. Y cuando lo abrazo, hundió las uñas en su musculosa espalda a tal profundidad que brotó sangre. No obstante San Gabriel permaneció indiferente al dolor, y le devolvió el abrazo con la misma intensidad, haciéndola ronronear de placer y acelerar los sentones.
Otros largos minutos después, Morrigan intercambio de lugar con Wadjet. Los sentones y movimientos de cadera de la doncella egipcia eran menos rápidos, pero más sensuales y eroticos. Se mordía el labio inferior para controlar los gemidos de placer. Y prefería mantener distancia, mientras apoyaba sus pequeñas y delicadas manos en los anchos hombros del arcángel mensajero, y por unos momentos en sus rodillas, nada más para que él contemplara el delgado y esbelto cuerpo de ella. Aunque San Gabriel no sentía lujuria al verla, de todos modos ella amaba la atención que recibía de él.
Por supuesto que, mientras las tres diosas estaban sonrojadas y gemían con pasión, San Gabriel las miraba con nada más que amor puro, sin emitir sonido alguno más allá de las respiraciones de cansancio. Estaba indiferente por completo al indescriptible placer celestial que las tres diosas le daban a su cuerpo físico.
—¿Sabes? Si lo pensamos bien, es una bendición que no puedas sentir todo esto —dijo Wadjet sonrojada, moviendo las cejas y sonriendo de forma pícara, mientras detenía sus sentones, y empezaba a mover las caderas a un ritmo lento, para hablar con más comodidad—. Porque de lo contrario, tu mente explotaría por no soportar el tremendo placer divino, que solo un trío de hermosas diosas podría ofrecer.
—¡Je, je, je! No sé qué decir respecto a eso, porque en serio no puedo sentir nada de esto —dijo San Gabriel riéndose un poco, mientras sujetaba las esbeltas caderas de la diosa egipcia, y el par de diosas celtas se dedicaba a besarle y lamerle el cuello y las mejillas.
—¡Ja! En teoría, tu cuerpo físico sería como un "consolador de carne", si no fuera porque puedes embarazarnos. ¡Ja, ja, ja! —comentó Morrigan riéndose un poco, para luego continuar lamiendo el cuello de su amado ángel.
—Yo agradezco que al menos tenga cuerpo físico. Así puedo expresarle todo el amor de mi alma a través de nuestros cuerpos —dijo Brigit sonriendo y mirando con amor puro a su amado ángel, para después besarle la mejilla.
—Aunque hubo un tiempo en que extrañaba la época en que los ángeles no necesitábamos cuerpos físicos, hoy en día agradezco tener uno —dijo San Gabriel, mirando a Brigit, Morrigan y Wadjet en este mismo orden—. Y a pesar de los riesgos que yo pasó por tener mi cuerpo físico, sigo dando gracias por haberlo creado. Porque me permite expresar mi amor por ustedes de todas las formas posibles.
Tras decir eso, San Gabriel rodeo la delgada cintura de la doncella egipcia con ambos brazos, y la atrajo hacia él en un tierno abrazo, que ella devolvió rodeándole el cuello también con ambos los brazos. Mientras tanto Brigit y Morrigan se dedicaron a acariciar y besar el cuerpo físico San Gabriel, movidas por una poderosa combinación de amor puro y lujuria apasionada.
Wadjet hundió el rostro en el fuerte pecho de su amado ángel para ahogar los gemidos de placer, provocados por la excitación que sintió al tener su pequeño y delgado cuerpo presionando contra el musculoso y alto cuerpo físico del arcángel mensajero. La excito tanto que reanudó los sentones rápidos, mientras abrazaba con más fuerza al arcángel mensajero.
Una vez que los cuatro iniciaban su ciclo de apareamiento, no se detenían hasta que cada diosa quedaba satisfecha o inconsciente. Por eso, una vez que cada diosa llegó al clímax por turnos en el sofá, las tres llevaron al arcángel mensajero a la cama para continuar la rutina con más comodidad. Y seguirían por tanto tiempo que el arcángel perdería la cuenta de las veces que su cuerpo físico llegó al clímax con cada una de las tres diosas.
San Gabriel había anulado la fertilidad de su cuerpo físico después de que sus tres esposas dieran a luz al cuarto hijo cada una. Y para estar seguros, ellas también se habían esterilizado con los métodos mágicos de sus respectivos pueblos. Ya que los cuatro acordaron no volver a tener más hijos, al menos por un tiempo indefinido. Ni mucho menos ahora que tenían mucho más trabajo que en el pasado.
Además, en medio de la intensa rutina de hacer el amor con las tres diosas, el arcángel mensajero tuvo una sensación peculiar durante unos segundos; como ya lo había explicado antes, él era capaz de controlar el Chi. Y gracias a eso, por unos segundos sintió un Chi bastante familiar acercándose a la habitación. Era un Chi oscuro y frío, pero nostálgico y reconfortante.
https://youtu.be/i67camatnVU
No obstante dejo de sentirlo de forma repentina. Y antes de tener suposiciones, decidió concentrarse en la acción reproductiva que estaba teniendo ahora con sus esposas. Es por esto que ninguno de ellos noto el pequeño temblor que sacudió todo el Torneo Parabellum.
Un temblor provocado por un simple puñetazo que cierta Titanide de la Noche dio contra una pared, para desahogar el estallido de furia y celos que sintió. No estaba al nivel de los celos y la ira que sentía Alyssa por la cercanía entre Israel y Naamah, pero si se le acercaban. De hecho, incluso la misma Alyssa, quien caminaba oculta en las sombras, muy cerca del origen de aquel temblor, se sintió un poco impresionada de que hubiera alguien más, aparte de ella, que pudiese hacer un arrebato así por celos y odio.
Por suerte la pared resistió el golpe, aunque había quedado impresa la marca del puño entre grietas que se extendían por metros en la pared. Y nadie se atrevía a acercarse a investigar, por la tremenda liberación de Kenoplasma que emanaba la mujer allí presente. Fue por ese gigantesco y poderoso Kenoplasma, que Alyssa pudo decir que la extraña mujer en cuestión estaba llena de furia y celos.
"¿Por qué el hermano Miguel tuvo que forzarlo a unirse a esas tres diosas? ¿Por qué nuestros otros hermanos aceptaron que él fuese obligado a eso? ¡¿Por qué papá permitió que esas tres diosas continuarán unidas a mi hermano?! ¡¡¿Por qué tuvo que pasar esa estúpida Unión Eterna, antes de que yo por fin me separara de mi maldito hermano Erebo?!!", pensaba la mujer, todavía con su puño derecho hundido en la pared reforzada, mientras fruncía el ceño, veía el suelo, mostraba los dientes filosos en una mueca de furia asesina y en su frente se resaltaban algunas venas por la ira que sentía.
Era una mujer griega bastante alta y delgada, con pechos grandes y figura voluptuosa. Aparentaba rondar entre los 23 y 25 años. Su cabello era de un brillante color negro obsidiana, largo y liso como un velo que llegaba hasta sus enormes pechos, y peinado de forma que no tenía ningún flequillo en el rostro. Tenía sombreado negro en los párpados, delineado negro bajo los ojos en forma de lágrimas, y labial también negro. Orejas puntiagudas, uñas filosas cual garras, y un par de cuernos encima de la cabeza muy pequeños para ser de un demonio. Lo más destacado de ella era que su piel clara era tan pálida, que lucía blanca a la luz de las antorchas de fuego azul. Además sus ojos de color violeta tenían la pupila en forma de estrella y de brillante color rojizo.
Llevaba una toga de color azul oscuro ceñida a su voluptuoso cuerpo, con un amplio escote en forma de "V", y un corte en el lado izquierdo de la falda que dejaba su pierna un poco a la vista. Incluía además piezas de armadura negra con bordes plateados, que consistían en un corcel de metal, brazales con puntas filosas, y una gargantilla con cadenas de plata que sujetaban su vestido igual que tirantes. También tenía sandalias a juego, aretes con forma de estrella, una capa negra enganchada a las cadenas de sus tirantes con broches en forma de estrellas, y llevaba encima de la cabeza una tiara de plata con puntas filosas.
Era la ex esposa del titán Erebo; una de las hijas del Primordial Israelita YHWH y la Primordial Griega Khaos; era la Titanide de la Noche, Nyx.
https://youtu.be/4S1fiwIuRAU
—Es una bendición verte expresar las emociones que guardas, tía Nyx —dijo Alyssa, haciéndose notar desde las sombras de un pilar, cruzada de brazos y sonriendo con cinismo, mientras rodaba los ojos para ver a la titanide—. Todo el tiempo luces seria y fría, lo cual no es nada divertido.
—También es una bendición verte usar los trucos que te enseñe para moverte en la oscuridad, sobrina Alyssa —dijo Nyx enderezando la espalda, juntando las manos frente al vientre, levantando la barbilla y adoptando un semblante estoico, mientras veía de reojo a su sobrina.
—¿Qué te puedo decir? Tú aprendiste muchos trucos de la abuela Khaos, gracias a tu poder Sunyata de tipo Spectrum. Además, de todas mis tías, tú siempre has sido una de mis favoritas. Jamás me tuviste miedo, me diste un hermoso refugio, y me enseñaste a controlar mi poder después de que perdí el control. Incluso me agrado tanto tu estilo que comencé a vestirme igual.
—Escucha, querida sobrina, me hace feliz verte otra vez. Pero ahora no estoy de humor para una fría charla de tía y sobrina —dijo Nyx desviando la mirada y frunciendo el ceño.
—Puedo verlo. Yo más que nadie entiende tu posición: amar a un hombre de corazón amable y honesto que solo te ve como su hermana, y no puedes estar con él por culpa de terceros.
—¿Qué quieres de mí, sobrina? —pregunto Nyx mirando de reojo a Alyssa.
—Ouhhh. Que bien me conoces, tía. ¡Je, je, je! —dijo Alyssa con una espeluznante risa inocente—. Solo pasaba por aquí, y sentí tu Chi incrementándose como una estrella a punto de explotar. Al principio pensaba en pasar a saludarte, porque en serio me caes bien y me agrada tu estilo. Pero también pensé en pedirte un favor, que nos podría beneficiar a ambas.
—¿Qué clase de favor necesitaría de mí la sucesora de mi madre e hija pródiga de mi hermano Lucifer?
—Por favor no seas tan formal conmigo, querida tía. Dime, ¿no te pareció injusto que nuestras familias los hayan obligado a ti y al tío San Gabriel a unirse con seres que no amaban? ¿No quieres que esas tres diosas desaparezcan, para tener una oportunidad de estar con quien si deseabas estar? No puedes negarlo. La maestra Lilith me contó lo cercana que eras al tío San Gabriel.
»Estuviste a su lado y lo amaste, mucho antes de que él tuviese un cuerpo físico que pudieras tocar. Incluso hacías todo tipo de tonterías infantiles, solo para llamar su atención y que dejara todo para ir a ayudarte. También escuche sobre las galaxias que destruiste en tus arrebatos de furia, cuando supiste que a él lo habían unido a la fuerza a tres diosas.
—Qué raro que estés tan informada de la vida de tu tío San Gabriel.
—Como la futura esposa de Israel, debo conocer todo sobre él: sus gustos, su color favorito, su comida favorita, qué le gusta hacer, a qué lugares le gusta viajar, cuáles son las posturas sexuales que prefiere su cuerpo físico, si le gusta más los pechos o los traseros, cuándo y dónde nació, quiénes son sus padres, cómo se conocieron ellos, cuándo y dónde lo concibieron.
—Al principio ibas bien, como cualquier chica enamorada normal. Pero luego empezaste a descender a nivel psicópata —la interrumpió Nyx casi riéndose.
—Los psicópatas no pueden sentir amor. Y no existen palabras para describir el inmenso amor de mi alma por Israel; la mejor descripción breve que tengo, es que mi amor por él es capaz de llenar el mismísimo Vacío.
—Por las estrellas... Hablas casi igual a como lo hacía mi madre... —dijo Nyx sonriendo con nostalgia—. Ella decía cosas parecidas sobre papá. A veces era estresante, pero igual nos encantaba a mis hermanas y a mí verla tan enamorada y feliz de estar con papá.
—Y supongo que es por eso que te motivaste a hacer lo mismo; a buscar a alguien, que te hiciera alardear maravillas de él y admirarlo como lo hacía la abuela Khaos con el abuelo YHWH.
—Sí... Lo reconozco; amo a San Gabriel, más que a un hermano. Antes de que hubiera diosas que se enamoraban de su cuerpo físico, yo me enamore de su luz y de su inocencia. Mamá siempre hablaba sobre cuánto amaba la luz y la bondad incondicional de papá. Y yo llegué a sentir lo mismo por mi hermano.
—Lo entiendo bien.
—Claro que lo haces.
—Entonces ¿qué dices? ¿También quieres desaparecer a...?
—No... —interrumpió Nyx de forma rotunda—. Por mayor que sea mi deseo de estar con él, y demostrarle lo que siento a través de mi cuerpo, aprovechando que él ahora tiene un cuerpo físico que puedo tocar, no quiero que sufra; ni él ni sus hijos. Esas tres diosas ahora son parte de su existencia, son las madres de sus hijos, y además lo han ayudado a recuperarse de su trágico pasado lleno de errores. Estuvieron con él en sus momentos de mayor sufrimiento, y lo motivaron a ser más fuerte. Las envidio, pero también las respeto y admiro por haber traído tanta alegría a su vida.
—En ese caso, ¿estás dispuesta a compartirlo a él con las tres diosas que te lo arrebataron?
—Con cien o incluso mil diosas y diablesas, siempre y cuando pueda tenerlo para mí aunque sea unas horas. Además, ellas tampoco tienen la culpa. Al igual que él, fueron víctimas de las circunstancias. Y ahora ellas tres viven felices con él. No quiero que mi hermano vuelva a pasar por otro terrible sufrimiento, ni mucho menos el de perder a más miembros de su familia.
—Admiro tu paciencia, tía Nyx. Está bien, no tienes de qué preocuparte. De todos modos, una de esas diosas es la madre de Israel, y las otras dos son madres de los otros ocho hermanos de él. Si algo malo les pasa, Israel también sufriría.
—Entonces ¿qué es lo que quieres? ¿Y en qué me beneficiaría a mí?
—Como eliminar a esas tres diosas no es una opción, entonces solo queda lograr conseguirte una solicitud para que haya una Unión Eterna entre tú y el tío San Gabriel.
—¿Y tú puedes lograrlo?
—Podría tratar. Solo necesito que me ayudes con algo. Veras, descubrí que mi hermanita Naamah está en malos términos con el Panteón Hinduista, por casi atacar una aldea humana de su territorio. Ha pasado más de dos semanas, desde la última vez que ella comió carne humana, y ahora está pasando por un estado de ansiedad. No estoy segura cuanto más lo resistirá, pero tarde o temprano sus instintos de demonio la llevaran a matar y comer al primer humano que vea.
—¿Y en dónde entro yo en todo ese asunto?
—Escuche que los presidentes están discutiendo si deberían traer aquí a la novia del líder humano del Equipo Cuzco. La chica es una humana nativa del Territorio Inca, bastante saludable y joven. Entra perfectamente en la dieta de los demonios. Sin embargo, temo que eso no será suficiente; necesito más humanos frescos, que un demonio podría encontrar apetitosos.
—Quieres que tu hermana Naamah pierda el control, en pleno Torneo Parabellum. A mí me parece muy arriesgado para ella, considerando que el Dios Hindú de la Destrucción, Shiva, es el encargado de mantener el orden esta vez.
—Lo sé. Por eso es importante llevar a cabo este plan.
—Pero si lo que me dices es cierto, entonces Naamah ya debe estar en el punto de mira del Dios Hindú de la Creación, Brahma, y también está siendo vigilada por el presidente Vishnu. Si ella mata a un humano, en especial uno inocente del planeta Thai, o que tiene relación con los líderes de ambos equipos, la metería en serios problemas. Y ahora que fue exiliada del Panteón Israelita, no tendrá respaldo de nadie.
—Sí. Y aunque quede libre de cualquier castigo, perderá toda posibilidad de ser admitida a vivir en el Panteón Hinduista.
—O en el peor de los casos podría ser declarada culpable, y de castigo ser destruida por el poder del Señor Shiva.
https://youtu.be/QrUAzbCCW9M
—Es probable. Aunque dudo mucho que el Señor Shiva llegue a ese extremo.
—Él no. Pero los otros presidentes, Brahma y otros Dioses Supremos lo podrían considerar, para que Israel regrese al Panteón Israelita a continuar estudiando para ser el próximo Elohim. Y tanto tú como yo sabemos que él, habiendo heredado el corazón de San Gabriel, no permitiría que Naamah fuese destruida; estaría dispuesto incluso a pelear contra los presidentes y el mismísimo Señor Shiva, si con eso salva la vida de Naamah.
—Si eso llegase a pasar, estoy segura de que Israel ganaría.
—Tú no conoces el monstruoso poder del Señor Shiva.
—Sigue siendo un maestro de Prana. Tiene debilidad al Kenoplasma, y su poder Pranayama puede ser contrarrestado por el poder Pranayama de Israel.
—Está claro que no lo conoces... El Señor Shiva no solo tiene un Arte Marcial con Chi, un perfeccionado poder de Prana y Artes Mágicos con mucho Maná en su repertorio...
—Es imposible que pueda usar Kenoplasma —dijo Alyssa, comenzando a cambiar a una expresión seria y perpleja, al predecir lo que iba a decir su tía—. El Prana y el Kenoplasma siguen caminos opuestos. Y un alma no puede seguir dos filosofías contrarias.
—¿Y qué me dices de dos almas? —pregunto Nyx levantando una ceja por un momento—. El Señor Shiva es un ser con dos almas, que como el Yin y el Yang, siguen caminos opuestos y coexisten como un "único" ser, equilibrándose entre sí con sus personalidades opuestas. Es por eso que él es conocido como el señor de todo lo que existe y lo que no existe; el maestro de la existencia y de la nada; el sabio que superó el tiempo y la muerte; el Buda que es uno con la Creación y el Vacío a la vez.
La revelación dejó en shock a Alyssa, y la hizo reconsiderar todos sus planes. Creía con firmeza que Israel ganaría sin importar con quien se enfrentara, pero no podía imaginarse a alguien como Shiva perdiendo. Y con razón; los maestros de Prana, por más fuertes que sean, siguen teniendo una relativa debilidad ante el Kenoplasma. Por eso el poder usar ambas energías, junto con el Chi y el Maná, eliminaba por completo toda debilidad conocida.
En su mente ya comenzó a preguntarse: "¿cómo se puede vencer a un ser así?".
—Vaya... ¡Je, je! Esto cambia un poco mis planes... —dijo Alyssa volviendo a sonreír de forma jovial—. Pero todo lo demás sigue igual; aun puedo concederte la oportunidad de pedir una Unión Eterna con el tío San Gabriel. ¿Qué dices, tía Nyx?
Nyx desvió la mirada y cerró los ojos, concentrándose en pensar qué sería lo mejor. Su mente quería negarse, pero su corazón quería aceptar el trato. Se ha esforzado mucho y ha pasado por tiempos estresantes, para lograr separarse de su malvado marido y volver a ver al hermano ángel que amaba. Después de siglos de sufrimiento, celos y angustias, ahora solo deseaba ser feliz.
Quería regresar en el tiempo y decirse a sí misma que se confesara a su hermano arcángel y le pidiese matrimonio, antes de que comenzaran las uniones matrimoniales entre los inmortales del Panteón Griego. Sabía que su hermano la rechazaría de todos modos, pero aun así ella seguiría insistiendo. Deseaba estar con él, enmendar los errores pasados y recuperar el tiempo perdido entre ellos dos.
—Nadie saldrá lastimado. Ni tampoco se anulara ninguna Unión Eterna —dijo Nyx abriendo los ojos para volver a ver a su sobrina—. Solo quiero la oportunidad de sellar una Unión Eterna con él. Después resolveré yo misma con las otras tres diosas cómo vamos a invertir su atención, repartir nuestro hogar y todo lo demás.
—¡Trato hecho! —dijo Alyssa aplaudiendo y mostrando los dientes filosos en una gran sonrisa amistosa—. Si es tu deseo compartir a tu hermano, lo respetare. Y no te preocupes, querida tía. Yo jamás incumplo mis tratos. Te aseguro que después de este torneo, estarás ocupada celebrando tu Unión Eterna con el tío San Gabriel, y planeando con él cuántos nuevos hermanitos le darás a Israel.
—Definitivamente eres la hija de mi hermano Lucifer. Tienes su mismo encanto con las palabras —dijo Nyx esbozando una pequeña sonrisa divertida—. ¿En qué debo ayudarte?
—No es nada difícil. Es una ayudita sencillita, que me permitirá completar el primer paso de mi gran plan.
—Tramando grandes tramas de villano de la vieja escuela, igual que tu padre. Espero que no cause un alboroto en este evento, que ya de por sí es muy delicado.
—Este torneo es solo la primera parte de mi plan, para que al final de la temporada, pueda darle a Israel como premio una reunión privada conmigo, en una cálida cama, en la que pasaremos días haciendo hermosos bebés, que marcaran el inicio del sello de nuestra unión.
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