https://youtu.be/I9EsYuDYwos
[Arena de Duelo].
—¡Si eres un dios entonces descubramos si resistes esto! —exclamó Skanda con furia, mientras el fuego de su cuerpo se acumulaba alrededor de su brazo derecho, en el cual se manifestaron venas luminiscentes que se asemejaban a las de un volcán a punto de hacer erupción. Y detrás de él apareció por unos segundos un círculo de oro y metal negro con forma de llamas en los bordes, y en cuyo centro resplandecía una
Estaba preparándose para usar Asuragni: Agni Musti [Fuego del Asura: Puño de Fuego].
A diez metros estaba parado Thor, con su piel carbonizada recién regenerándose. Por un instante tuvo el plan de bloquear el ataque con su martillo, como lo estaba haciendo desde que el combate se calentó en sentido literal y figurativo. Pero su instinto le advirtió que mejor lo esquivara, y ya sabiendo de sobra la bestial fuerza que tenía su oponente en ese estado, eligió esquivarlo.
Por ello Thor mantuvo su Astra en frente suyo, como si se preparase para bloquear el golpe usando la parte lateral del martillo como escudo. Skanda avanzo cual proyectil a una velocidad tan absurda, que rompió la barrera del sonido y apareció frente a Thor como si se hubiera teletransportado.
En el instante en el que Skanda ejecuto un golpe directo con el puño derecho, el fuego en su brazo derecho se liberó en un explosivo torrente de llamas rojizas, junto con una onda expansiva que podría compararse con la que generaría la explosión de una estrella. Las paredes mágicas, antes invisibles, se tornaron de color violeta y absorbieron el fuego junto con la onda expansiva.
Cuando la luz del fuego disminuyo lo suficiente, se pudo apreciar que detrás de Skanda estaba apareciendo cual fantasma Thor. Y es que, justo antes de que explotara el ataque de Prana, el dios nórdico había usado Gjenganger Æsir: Hoppa á Milli Ríki [Revenant Æsir: Salto Entre Reinos]. De modo que el Kenoplasma lo cubrió e hizo intangible ante el ataque de Prana, permitiéndole desaparecer sin problemas aunque no fue lo bastante rápido para escapar antes de que iniciara el torrente de llamas lo alcanzó.
Thor se dispuso a atacar con un simple puñetazo derecho, pero cargado de Kenoplasma luminiscente y descargas mágicas. El puño acabó golpeando el aire, debido a que Skanda anuló el ataque e inclinó el torso hacia su propia izquierda. De esta forma esquivó el golpe, y contraataco con el codo derecho en el pecho de Thor.
Después de que Thor retrocediera un paso aturdido por el golpe, levantó el brazo derecho para protegerse de un rodillazo derecho alto, para luego contraatacar con la otra mano en un simple golpe ascendente que impactó en el rostro de Skanda, causándole una grave fractura en el cráneo que sano poco después. Sin embargo esto dejó aturdido al dios hindú el tiempo suficiente para un puñetazo derecho en el pecho.
Mientras se regeneraba su caja torácica fracturada por el golpe, Skanda volvió a ser cubierto de pies a cabeza por las llamas, a la vez que atacaba con un codazo derecho directo en la caja torácica de Thor, provocándole casi el mismo tipo de daño, el cual también sano poco después. Entonces al dios hindú le sorprendió otro golpe desde abajo, venido esta vez del puño derecho de Thor, y que impactó en la mejilla derecha de Skanda justo cuando éste intentaba cabecear el golpe.
Acto seguido se dio inicio a un pequeño intercambio de golpes entre los dos; mientras Thor se regeneraba de forma continua de cada puñetazo que le destrozaba y carbonizaba el cuerpo, Skanda se regeneraba del daño que le causaban aquellos guantes de Kenoplasma.
"Este desgraciado no pelea con dignidad. Simplemente golpea al azar y de la forma que mejor le convenga. No tiene base alguna. Además, esos guantes de Kenoplasma no producen daño tóxico como el Kenoplasma líquido o gaseoso, sino daño normal como el Kenoplasma infernal y sólido", pensaba Skanda, comenzando a enfadarse por la forma idiota con la que peleaba Thor.
Se sentía como cuando un boxeador profesional pelea contra un boxeador que ataca a lo loco.
https://youtu.be/An01X5ez9Lk
"Este hijo de puta es jodidamente rudo y difícil de derribar. Es muy diferente al estilo de San Gabriel. Es como lo que llaman "boxeador perfecto del libro". Y es capaz de atacar desde posiciones muy incómodas. No me cabe duda de que él sería capaz de seguir peleando incluso inconsciente. Maldita sea. Si no lo conociera, creería que es un dios bestia en vez de un dios humano", pensaba Thor, comenzando a frustrarse de lo terrible que se veía ahora por estar recibiendo más golpes de los que devolvía.
La forma en que Skanda peleaba era tan maravillosa dentro de los estándares del boxeo moderno, el Muay Thai y el Muay Boran, que llenarían de orgullo a los mejores boxeadores de la historia humana. De hecho, le parecía bastante nostálgico a todos los que pelearon con él, como Indra.
Indra no pudo evitar recordar el pasado, cuando Skanda regreso después de tanto tiempo. Se enteró de su regreso gracias a que le llegó la noticia sobre la derrota del Emperador Asura y el Representante de los Rakshasa. Fue una noticia impactante, debido a que fueron derrotados sin ser asesinados, y con sus derrotas se inició la pausa total de los intentos de expansión de sus respectivos reinos.
Tan pronto como llegó la noticia al Devaloka, Indra se enteró de que su sobrino exiliado había regresado. Y ahora se dirigía al Reino de los Devas para desafiarlo. Por supuesto que Indra no iba a pelear con él de inmediato; primero envío a sus hijos, entre los cuales se encontraba Rishabha, quien luego de unos siglos había renacido como mortal y, tras recuperar sus recuerdos, regreso a la vida inmortal.
Uno a uno, Skanda los derroto a todos sin mayor dificultad y sin matarlos. El último de ellos fue Rishabha. Obviamente éste estaba resentido por la traición de quien consideraba un hermano, además de haber perdido contra él. Por ello, tras renacer y volver al Devaloka, pasó un tiempo alejado de las guerras para dedicarse al cien por ciento en los entrenamientos, con tal de tener su revancha contra su primo traidor.
Pero después de una caótica y dramática batalla, en la que Skanda tuvo dificultades por el traumático evento que inició todo eso, al final Rishabha acabó perdiendo de nuevo, con la diferencia de que esta vez no murió. Con esta pelea los dos jóvenes dioses dieron por cerrado un ciclo de sufrimiento que los perseguía, y abrió el camino para una posible reconciliación en el futuro.
Además, Skanda también pudo reconciliarse con su prima Devasena, quien a pesar de todo jamás le guardo rencor a él. Y después de esa segunda batalla contra Rishabha, en la que logró vencerlo sin volverlo a matar, Skanda y Devasena pudieron volver a estar juntos como familia; lo mismo fue para los padres y hermanos del joven dios Deva-Asura, quienes fueron a buscarlo tan pronto como él regresó al Reino de los Devas.
Luego de vencer a los hijos de Indra, Skanda se ganó la oportunidad de desafiar a su poderoso tío. Fue un día que todos en el Panteón Hinduista recordarían hasta ahora; fue el día en que todo el universo tembló ante el choque de poder entre ellos dos.
Todas las derrotas que ha tenido Indra desde que ascendió como rey jamás se han contado, porque él solo ha perdido en batallas individuales contra oponentes que tenían una Bendición Eterna de invulnerabilidad a casi todo, y otros seres que lo han vencido en combate fueron encarnaciones de las Tres Entidades de la Existencia.
Es por eso que, después de una sangrienta batalla celestial en la que se destruyeron planetas y estrellas como daño colateral, Skanda se convirtió en el primero en derrotar a Indra. No obstante, en vez de matarlo allí mismo y acabar de una vez con la guerra, Skanda eligió dejarlo vivir, porque no quería volver a matar, ni mucho menos a alguien de su familia.
Tuvieron una breve charla en la que Skanda trato de razonar con Indra. Después de todo el Rey Deva, a pesar del persistente rencor en su corazón, seguía desafiando a los Reyes Asuras y Rakshasas a combates individuales para evitar muertes masivas. A pesar de su odio, siguió defendiendo a Agni y logró amar lo suficiente a una princesa Asura como para casarse con ella, respetarla y tratarla como su igual.
A pesar del odio y el rencor, Indra no era malvado de corazón; solo era alguien que se había perdido en un ciclo de sufrimiento. Fue por eso que Skanda logró convencerlo de detener la guerra. Y en días posteriores Indra anuló definitivamente el sistema de castas en el Reino de los Devas, abriendo la posibilidad de que los Devas pudieran relacionarse y casarse con Asuras y Rakshasas.
Por supuesto que en este punto ya era demasiado tarde para hacer lo mismo con varias regiones del Territorio Hinduista, en las que influyo el perverso Reino Arya. Y también no se detendría por completo el conflicto entre los Devas, Asuras y Rakshasas que volvería a surgir tras un siglo de pausa en la guerra. Pero al menos abrió el camino para que los tres pueblos iniciaran el largo proceso de llevarse mejor, y en siglos posteriores empezarían a cesar los intentos de expansión por parte de los tres pueblos.
La guerra tardaría en detenerse por completo en un tiempo que para los humanos sería milenios. Pero al menos dieron el primer paso en el largo camino hacia la paz definitiva. Y todo gracias a la intervención de Skanda.
https://youtu.be/TeIgtmGKtzY
"Esto me trae tantos recuerdos. No lo había visto tan furioso, desde que ese malnacido mató a sus estudiantes... Sobrino, si en tu mente todavía queda un recuerdo de lo que tu maestro te enseño, no lo deshonraras tirando todo a la basura", pensaba Indra frunciendo el ceño, recordando la primera vez en que Skanda, por otra explosión de furia, olvido por completo todo lo que aprendió.
Después de que Skanda se recuperara de su pelea contra el representante de los Rakshasa y el Dios Supremo de los Asura, se dio inicio a los preparativos para su pelea contra Indra. Pero en medio de todo eso, Skadi apareció de forma repentina en el Panteón Hinduista; su presencia fue fácil de notar, debido a que intentó entrar en el Devaloka por la fuerza y acabó derrotando a cientos de soldados Devas, incluido un comandante.
Skanda llegó rápido al lugar del desastre, llevó a su esposa a su antigua casa en el Devaloka, y entonces ella le explico la razón por la que vino hasta allí para verlo; vino buscando a Skanda, para decirle que en el Territorio Nórdico sucedió una tragedia.
Una de las aldeas humanas más importantes de la Tribu de los Vanir, que se resistía al dominio y la colonización de los seguidores de Zeus y Odín, fue destruida. Y en esa aldea vivían peleadores de Muay Boran, que habían sido entrenados de niños por Skanda.
La noticia sorprendió, aterro y asustó tanto a Skanda, que dejó todo en el Devaloka para ir de inmediato con Skadi de vuelta al Territorio Nórdico. Y encontró la aldea humana, en la que sus primeros estudiantes se mudaron y pasaron los siguientes años entrenando.
Las casas estaban en su mayoría en llamas y ruinas. El lugar resonaba con los llantos de los pocos sobrevivientes. Cadáveres de humanos de todas las edades se veía en tantos lugares que toda la tierra estaba bañada de sangre. Y en medio de todo eso, estaba el dios japonés Takemikazuchi, conocido por ser el creador del Sumo, y uno de los dioses japoneses más fuertes en términos de fuerza física.
El dios Deva-Asura estuvo tan afectado por lo sucedido, que miró en silencio e inmóvil todo el escenario. Entonces tomó un trozo de tela ensangrentado del vestido de una mujer asesinada, la envolvió alrededor de la frente de él, y tras pedir disculpas a su maestro, avanzó hacia el malvado dios japonés para pelear a muerte.
Primero lucharon alrededor del Territorio Nórdico. Después se trasladaron al mundo de Vanaheim para seguir peleando; en ese momento llegaron los refuerzos de Takemikazuchi.
Apareció el antiguo y borrado de la historia dios griego Adamas, acompañado del malvado dios africano Oggun, y un Rakshasa llamado Dehayaksha. Al principio fue una pelea muy reñida, por lo afectado que estaba la mente de Skanda tras presenciar la espantosa escena de muerte y sufrimiento. Pero en un determinado momento su furia lo hizo despertar por completo.
Y en cuestión de segundos Takemikazuchi, Oggun y Adamas fueron reducidos a pedazos por las propias manos de Skanda. El último en caer fue Dehayaksha, aunque a diferencia de los tres dioses perversos, Skanda no lo mató, porque al final todo esto sucedió porque Dehayaksha quería vengarse de él.
En el pasado Dehayaksha logró inscribirse para ser uno de los guardianes del Naraka, encargado de cocinar a los criminales inmortales. Soñaba con ser un Guardián del Naraka, para proteger a sus padres y hermanos de la guerra. Pero antes de graduarse, acabó enterándose de que sus hermanos y el resto de su familia murieron en un ataque de los Devas, que fue dirigido personalmente por Skanda.
Y como muchos Rakshasas, él quiso venganza contra el antiguo Dios Hindú de la Guerra.
https://youtu.be/tChBCcmokUw
Dehayaksha pasó los siguientes siglos subiendo de rango en el Naraka, hasta ser uno de los guardias más poderosos y confiables del Rey Yamaraja. Luego aprovecho su propia posición para liberar al dios Adamas, con el propósito de que éste lo ayudara a planear su venganza. Y eso fue justo lo que hizo Adamas: planeo una alianza con otros dos dioses tan perversos como él, y juntos acordaron atacar psicológicamente a Skanda para hacerlo más vulnerable.
Fue Adamas quien planeo buscar alguna debilidad. Y para eso Takemikazuchi viajó a la tierra en la que Skanda paso más tiempo —el Territorio Nórdico—, para buscar cualquier tipo de conexión que haya formado Skanda en esa tierra, y destruirlo. Allí fue cuando Takemikazuchi se topó con Thor, y sucedió toda la cadena de tragedias.
A pesar de todo, Skanda eligió dejar vivir a Dehayaksha para honrar las lecciones que aprendió e inculcó a sus estudiantes, y terminar con el ciclo de sufrimiento. Es por esto que Indra y todos los demás inmortales que conocían a Skanda, esperaban que él no volviera a descender en ese ciclo de sufrimiento.
—¡¿Querías una pelea callejera?! ¡Pues la tendrás! —exclamó Skanda atacando con un codazo izquierdo, que Thor bloqueo por poco usando la palma de la mano izquierda. Aunque la fuerza del golpe le hizo retroceder y derribar uno de los colosales monolitos.
En ese instante Skanda noto las diminutas partículas de Maná puro que salían de entre los escombros del monolito.
Pero tuvo que volver a centrar su mente en el combate, porque entre las diminutas partículas emergió un puño espectral de color azul que iba directo a él. Lo esquivo flexionando las rodillas y llevando la espalda hacia atrás. Después volvió a erguirse, y comenzó a retroceder al mismo tiempo en que esquivaba la lluvia de puños espectrales que le lanzaba Thor golpeando al aire.
Skanda lograba evadir la mayoría de los ataques, y el resto los bloqueaba con las rodillas, codos y antebrazos. Las protectoras de los codos y las rodillas aguantaban la mayor parte del daño. Pero las partes vulnerables del cuerpo de Skanda sufrían tanto daño que ganaban moretones y laceraciones en su dura piel.
Y poco a poco la poca armadura Akaksha que llevaba empezaba a desmoronarse. Así que decidió usar la magia que le enseñó su primer amor, Thalia.
—¡Pyrokinesis: Halitus Draco Rubrum! (Aliento del Dragón Rojo) —conjuro Skanda, mientras bajaba ambas manos juntas hacia el suelo. Frente a sus manos creó un Círculo Mágico rojizo, con grabados en latín y símbolos esotéricos.
Y del Círculo Mágico emergió una poderosa llamarada, como la que solo un dragón de fuego podría crear con un rugido suyo. Pero al haber apuntado al suelo, las llamas avanzaron en todas direcciones. De forma que, aparte de destruir los puños de Kenoplasma, incendio toda la Arena de Duelo.
Luego Skanda anuló el Círculo Mágico separando las manos, para después levantar ambos brazos, juntar las manos y descenderlas en un golpe descendente, que al impactar en el suelo reforzado liberó parte de su energía Prana en una onda de choque, que destruyó todos los monolitos y pilares en la Arena de Duelo.
Lo sucedido creó una cadena de explosiones, que se mezclaron con las llamas mágicas y las generadas por el Prana de Skanda. Esto dio lugar a un caos de fuego, rayo y luz que cegó la visión del público. Entonces se oyó un fuerte estruendo, y una nueva onda expansiva despejo todo ese espectáculo de explosiones.
La onda expansiva la creó Skanda chocando sus propias manos cerca del pecho, revelando en el lugar nada más que escombros carbonizados. Thor estaba cubriéndose con los brazos, ahora con la mayor parte de su ropa de un tono negruzco por haber sido expuesta a temperaturas desquiciadas.
Thor miraba asombrado a Skanda, y era por una obvia razón.
—Ya te diste cuenta, ¿no? —dijo Skanda con una expresión estoica—. Sigo tan consciente como en un inicio; lo bastante como para darme cuenta de pequeños detalles y pensar rápido.
El dios nórdico no podía creer lo que veía; pensaba que su oponente estaba por completo cegado por la ira. No obstante Skanda había estado fingiendo eso; su actuación fue muy convincente, debido a que en realidad sí se enfadó mucho y sintió deseos de matar a Thor. Pero logró conservar la cordura contra el odio, y haciendo uso de lo aprendido en su entrenamiento con Rudra, guío su furia hacia un objetivo específico, manteniendo en mente lo que más apreciaba y la razón por la que luchaba.
https://youtu.be/n7ytDeSJ3f0
Tanto Odín como Thor habían quedado desconcertados por eso. Lo mismo era para el público.
—Es... increíble... Ese chico es un jodido monstruo —dijo Freyr con los ojos muy abiertos por la sorpresa—. El chico Deva-Asura fingió estar cegado por la ira, para que Thor se confiara y atacara sin importarle el daño que recibiera, y luego sorprenderlo con un ataque lo bastante fuerte como para agotar la magia del cinturón. Es por eso que Skanda noto que el cinturón de Thor seguía funcionando sin detenerse, como si estuviera recargándose por otra fuente de magia.
—Y también por eso pudo darse cuenta de inmediato de que los monolitos eran los que recargaban el cinturón de Thor —prosiguió Skadi sonriendo con orgullo—. Lo noto en cuanto hizo que Thor derribara uno de los monolitos grandes.
—Así que usó su magia de fuego para protegerse primero del Kenoplasma. Luego uso el Prana para destruir todos los objetos en la arena, y a su vez quemar la magia contenida en los monolitos —prosiguió Gerðr igual de impresionada que Freyr—. Thor no se dio cuenta de que era una actuación, porque la furia que emanaba Skanda era real. Sin embargo, Skanda estaba enfocando su furia para no perder la razón. Hizo lo mismo que haces tú, Skadi.
—Corrección: lo mismo que hacen nuestros maestros Rudra y Dziewanna —dijo Skadi levantando la barbilla con orgullo—. Algo que no tomó en cuenta Thor, es que en las peleas de Muay Boran influye tanto la psicología y la experiencia como la fuerza y la técnica. Skanda ha enfrentado a enemigos que usan trucos psicológicos durante el combate para romper el ritmo, la concentración, la confianza y la paciencia del oponente. A base de esa experiencia, él también ha recurrido al truco psicológico de fingir que su parte Asura toma el control, para que sus oponentes se confíen y cometan errores. Es algo que aprendió luchando contra el Dios Supremo de los Asuras.
—El error de Odín y Thor, fue subestimar la inteligencia y experiencia de Skanda —dijo Freyr comenzando a reírse—. ¡Ja! Es un error muy típico de ellos, sobre todo de Odín. El mismo error que los hizo perder contra San Gabriel.
Thor había quedado en un grave problema; su carta de triunfo eran los monolitos. Pero ahora sin ellos, sus posibilidades de salir vivo se habían reducido de forma abismal. En este punto Thor trabajaba su cerebro para encontrar una solución a este problema; sabía que necesitaba conectar un golpe directo con su ataque de Kenoplasma más fuerte. Solo necesitaba idear una estrategia, que le permitiera conectar uno sólido y preciso.
Como una forma de buscar inspiración y motivación, Thor levantó la mirada para ver al público detrás de Skanda; allí estaban los inmortales nórdicos, de entre los cuales se encontraba Sif y sus hijos. Primero observo a los inmortales nórdicos de su pueblo Æsir. Luego desvió la mirada hacia los inmortales nórdicos Vanir que se encontraban cerca; en un asiento más arriba de la que se hallaba Sif, estaba alguien muy familiar.
Era una anciana a la que los años han tratado muy bien, pero aun así había alcanzado una edad en la que era imposible no tener arrugas y canas. Su cabello pelirrojo estaba oscurecido por la edad. Su piel clara seguía estando lo bastante preservada, como para denotar un buen físico. Su estatura superaba por mucho a la de un hombre nórdico promedio. Y sus ojos azules transmitían un brillo bastante familiar.
https://youtu.be/YO9iXYzTAjY
Aquellos ojos transmitían un cálido y nostálgico sentimiento de preocupación, tristeza y amor maternal, que iban dirigidos a Thor. Y al cruzar miradas, fue como si el mismo tiempo se detuviera, para entonces retroceder al último recuerdo que él tenía de unos ojos así. Y con ese recuerdo vinieron las palabras que lo han mantenido con vida durante tantos años, antes de conocer a Sif.
—Sobrevive, hijo mío. Sobrevive y pelea, porque yo también lo haré para volverte a ver, mi amado hijo.
A pesar de que ahora era casi irreconocible, era ella. No entendía cómo era posible, pero ahí estaba viva. Y de alguna forma había llegado a este torneo para verlo a él. El shock de verla allí en persona hizo que Thor se olvidara por completo de la batalla de inmortales, el Torneo Parabellum, todo a su alrededor.
Despertó de su estado de shock cuando recibió un puñetazo derecho en la base del estómago que le saco todo el aire. Y al golpe le siguió un codazo izquierdo en el rostro que podría haber tumbado a Thor, si éste no hubiera pisado con fuerza el suelo. Luego de escupir otros cinco dientes junto con sangre, miró de reojo a su oponente.
En ese instante Skanda estuvo por rematarlo con un uppercut derecho. Pero se detuvo al notar un profundo odio en los brillantes ojos de Thor; la jovialidad, el sarcasmo y la determinación fueron reemplazadas por un profundo abismo de odio y rencor. Era tanto odio, que incluso el público fue capaz de percibirlo emanando de él como un océano en la tormenta.
Fue un cambio de emociones tan inesperado, que Skanda retrocedió por precaución: le recordó a la misma emanación de odio de Dehayaksha, y por ello supuso que algo peligroso se avecinaba.
Sus instintos tenían razón.
En respuesta a ese odio, el Kenoplasma de Thor comenzó a emerger de su cuerpo igual que una siniestra y negruzca luz fantasmal de tonalidades moradas. Entonces los guantes de Thor comenzaron a adoptar forma líquida.
"La forma normal de su Kenoplasma es sólida e infernal. Solo toma forma gaseosa como complemento de su arma de Kenoplasma. Y toma forma líquida cuando va a crear un arma. Eso quiere decir que ahora tiene pensado forjar otra arma de Kenoplasma", pensaba Skanda, analizando el Kenoplasma de su oponente, y entendiendo ahora que se avecinaba un nuevo arma.
Pronto vio que estuvo en lo correcto.
La forma líquida del Kenoplasma de Thor comenzó a concentrarse en su Mjölnir, y poco a poco empezó a tomar una forma específica; una forma mucho más colosal que cualquier otra arma que él haya creado. Su Kenoplasma líquido se solidifico, y entonces pudo reconocerse el tipo de arma que había creado.
En su mano derecha ahora portaba un masivo martillo de color negro metálico, con brillo morado y líneas de luz de neón azul, que le daba un aspecto cibernético. Su mango era casi tan largo como el cuerpo de Thor, de diseño cuadrado, y tan robusto que en un extremo tenía una empuñadura redonda para ser sujetada sus dos grandes manos. La cabeza rectangular del martillo medía lo mismo que el torso de su portador, y era tan masivo que podría parecer un bloque gigante de metal construido para ser la base de una pequeña estructura. Además tenía el símbolo rúnico "Þ" en el centro de los laterales de la cabeza.
Gracias a su odio, Thor fue capaz de crear un arma nueva basada en su propio Astra. Acaba de usar Vopn Þruma: Mjölnir Vekja [Arma de Trueno: Mjölnir Despertado].
—¿Qué mierda es eso? —pregunto Gerðr sorprendida y confundida de lo que sucedió.
—Sorprendentemente, no tengo idea —contestó Freyr igual que sorprendido y confundido—. Jamás había visto esa arma, ni escuche de algo similar. Tal vez... podría tratarse de una nueva arma de Kenoplasma.
[Habitación del Equipo Cuzco].
Al mismo tiempo en la habitación del equipo de Skanda, el grupo quedo igual de confundido y sorprendido que el público al presenciar lo sucedido. Por supuesto que la humana japonesa le pregunto a la Capitana Valquiria y al humano inca qué era esa arma de Kenoplasma. Sin embargo, la respuesta de ambos dejó perpleja tanto a la humana japonesa como a la diablesa.
—¡¿Cómo que no tienen puñetera idea?! —exclamó Naamah empezando a ponerse histérica.
—Yo jamás había visto esa arma. Tampoco escuche sobre ella —dijo Brynhildr consternada con lo que veía—. Es una posibilidad, pero quizás esta es la primera vez que Thor la crea.
—Y parece ser la forma definitiva que iba a tener el Mjölnir, si Loki no hubiera tratado de evitar su forja para salvar a su pueblo —dijo Israel desconcertado—. Muchos creen que el Mjölnir es un Astra completado. Pero la realidad es que no está perfeccionada; su único y más grande defecto, es su mango demasiado corto, que limita su movilidad. Sin embargo, gracias a ese repentino odio, su Kenoplasma aumentó en poder y le permitió transformar su Astra en una nueva arma, que sería la versión completa y final de su mismo Astra.
—¡¿Pero qué diablos le pasó para que de pronto tuviese más odio que yo cuando un puto creepy explota mi huerto en Planecraft! —exclamó Naamah.
—Sucedió lo que ya esperaba —contestó Israel, con la mirada centrada en la aquella anciana pelirroja y alta específica entre los inmortales nórdicos—. Era obvio que la noticia sobre la pelea de Thor contra Skanda se expandiría por todo el Panteón Nórdico. Y es igual de obvio que la primera mujer que lo quiso de verdad, saldría de su escondite para verlo en persona y rezar por su bienestar.
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