Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 11 🗡️

Bryony

El día para hacer el ritual había llegado, en otros momentos hubiera estado nerviosa por hacer esto pero ahora no, no tenía miedo ni tenía nervios de nada. Sabía lo que estaba haciendo y cómo lo haría también. Para mí era la única solución ya que Lucifer era el único aliado confiable que podía estar de nuestro lado, sí, sé que era un demonio, hermano de mi padre a quien quería destruir y quizá, solo quizá no quería ayudar porque eso sería darle la espalda a uno de sus tantos hermanos y traicionarlo, pero cabía la pequeña posibilidad de que no fuera así y que Lucifer aceptara ayudarnos y darnos algo para poder destruir a mi padre, quería más que nada terminar con esto de una vez por todas.

Estaba revisando todo lo que necesitaba para el ritual, ya teníamos el agua bendita y fue Thea quien nos ayudó a conseguirla, ella se ofreció ya que dijo que al ser demonios Caden y yo podíamos arder al dar un paso dentro de la iglesia, eso nos hizo gracia pero ella tenía un poco de razón, no éramos dignos de Dios.

Ya tenía las velas, el pergamino, el lápiz, la aguja, el incienso, el pentagrama, la copa junto con el vino, la campana y el plato hondo. Empecé a meter cada cosa dentro de la mochila con cuidado de no romper nada cuando la puerta se abrió dejando ver a Caden quien le echó una mirada a todo lo que tenía encima de la cama, regresó la mirada hacia mí y sonrió cerrando la puerta.

—¿Estás segura que no quieres que vaya? —se acercó a mí y cuando estuvo lo suficientemente cerca con sus brazos me abrazó por detrás.

—Estoy más que segura —por último metí las velas acomodándolas a un lado, con mucho cuidado —. No quiero que pase algo malo y que Lucifer se enoje o no sé —me giré para verlo —. Ya tenemos suficiente con lo que ha pasado —sonreí.

—No creo que pase nada si voy contigo —subió su mano a la altura de mi mejilla y con cuidado quitó un mechón de mi cabello para dejarlo detrás de mi oreja.

—Es mejor no cometer errores, tengo que estar sola para hacer esto —hizo una mueca de disgusto —. Voy a estar bien —le dije pero aquellas palabras no lo convencieron.

—Si pasa algo, lo que sea no dudes en llamarme, sabes que iré tan pronto me digas que quieres esté a tu lado —asentí a la vez que apretaba mis labios a los suyos. Ansiaba tanto estar entre sus brazos pero no podía hacerlo, mucho menos porque la invocación así lo requería.

Porque si por mí hubiera sido desde hace días que me hubiera entregado a él de una y mil formas. Era como si fuera la primera vez, quería que se sintiera cómo la primera vez.

—No empieces algo que no vas a terminar, brujita —murmuró sobre mis labios.

—¿Qué pasa vampirito, no tienes suficiente fuerza de voluntad? —con ambas manos cogí el cuello de su camiseta y lo atraje para devorar sus labios una vez más. No fui dulce ni mucho menos, era más descarada y pasional de lo que antes fui.

Sus manos bajaron a mi cintura para hundir sus dedos en la tela de la sudadera que llevaba puesta esa noche. Mientras que su lengua era atrapada por la mía y no quería dejarla ir, era suave, tibia y húmeda. El sabor de su boca era una rara combinación de menta con lo metálico de la sangre pero no sabía nada mal. Mis manos apretaban mucho más la tela de su camisa y mis senos se apretaban a su torso que subía y bajaba dada la conmoción del momento. Estaba ardiendo por dentro, sentía el fuego correr por mis venas y empezaba a emanar por mi piel, pero era tan peligroso que me contuve y lo guardé dentro de mí para que no le hiciera daño a nadie, menos a Caden.

—Cuando tú estás conmigo no tengo fuerza de voluntad —admitió sobre mis labios. Aquello me hizo sonreír porque eso yo ya lo sabía pero que él me lo dijera me regocijaba mucho más. Tenía el poder de destruir a Caden y de traerlo a la vida de nuevo, pero lo que quería ahora era besarlo hasta morir.

—Te amo —abrí los ojos para encontrarme con los suyos que tenían esa chispa del fuego que también corría dentro de él.

—Y yo te amo a ti, pequeña bruja —dejó un beso en la base de mi cabeza y nos separamos —. Es mejor que te vayas antes de que no te deje salir de esta habitación —se apartó un poco y se pasó el pulgar por los labios.

—Me voy entonces —cogí la mochila para cerrarla y ponerla sobre mi hombro.

Me acerqué de nuevo para dejar un casto beso sobre sus labios y salí de la habitación.

Crucé el pasillo y me acerqué a las escaleras, bajé y caminé hacia la puerta de atrás para salir por la puerta trasera de la casa. No me topé con nadie en ese pedazo de pasillo así que salí por fin de la mansión y empecé a caminar hacia el bosque, que en este momento estaba oscuro, frío y lleno de peligros también. Saqué una lámpara de la mochila y la encendí para adentrarme en las profundidades de aquel lugar del que ahora no tenía miedo.

Sabía a donde ir, sabía el lugar exacto para hacer el ritual y así poder invocar al mismísimo Lucifer. Quien iba a decir que yo haría un ritual para invocar al rey del averno y hacer tratos con él. Era una completa locura pero ahora mismo estaba desesperada y era mi única solución.

No tardé tanto en llegar a aquel lugar donde las brujas habían hecho otros rituales y hasta sacrificios, dejé la mochila a un lado para empezar a sacar lo que necesitaba. Apagué la lámpara cuando la luz de la luna llena me iluminó por completo. Primero puse el plato en el centro de aquella piedra que parecía una mesa, puse la vela blanca del lado izquierdo, la negra en el centro y la roja del lado derecho del altar. Las tres formaban un triángulo. Puse los inciensos a cada lado, encima de las velas de lado derecho e izquierdo, la copa la puse en el lado derecho del plato. Esperé unos minutos en los que sacaba el vino y los demás elementos que necesitaba para el pacto. Serví el vino, encendí las velas junto con el incienso y cogí la campana.

Toqué la campana nueve veces y empecé con el ritual.

Renich Tasa Uberaca Biasa Icar Lucifer

Renich Tasa Uberaca Biasa Icar Lucifer

Renich Tasa Uberaca Biasa Icar Lucifer

Al este, la llamo y en el aire de la iluminación. Yo, Bryony Doomster, invoco tu nombre y tu poder. Oh, Emperador del Infierno. Maestro de todos los Espíritus Rebeldes. Lucifer, yo te invoco, Lucifer, esté aquí presente. Ven a mí, Señor Lucifer, hable, dentro de este cuerpo, dentro de este templo que yo he preparado. Ven a mí, Señor Lucifer, manifieste. Estoy aquí para pedir su ayuda. Ven a mí, Señor Lucifer, manifieste. Abra las Puertas del Infierno para que yo pueda entrar y poder llegar a ser como usted. Abra la Puerta del Señor Lucifer para que yo pueda entrar. Ven a mí, Señor Lucifer, manifiéstese. Deseo realizar un pacto. Ven a mí, Señor Lucifer, manifieste. Lucifer yo invoco tu nombre. Renich Tasa Uberaca Biasa Alzar Lucifer. Renich Tasa Uberaca Biasa Alzar Lucifer. Renich Tasa Uberaca Biasa Alzar Lucifer. Invoco la presencia de los maestros Satan, Leviatán, Belial, Astaroth, Azazel, Baal-Beryth, Beelzebu, Abbadon, Asmodeo, Verrine y Flereous testigo de este pacto. En las vocare tú Lucifer, Parcepts es hic rictus. Guarde Lucifer, el Señor del Mundo.

Tomé un largo trago de la copa y me aclaré la garganta.

Yo Bryony Doomster, en presencia del Señor Lucifer.

Renuncio a la Santa Trinidad,

Renuncio a Dios,

Renuncio a Jesucristo,

Nigga Jesús Cristo el que hace errar.

Renuncio el Espíritu Santo.

Renuncio a los Ángeles y Arcángeles,

Negar a Dios, el creador de la tierra y del cielo.

Renuncio a la Sagrada Iglesia Católica y Cristiana.

Renuncio a todo lo que es sagrado y todo lo que es bueno.

Renuncio a todos los Dioses.

Proclamo que Lucifer es el Señor de este Mundo.

Proclamo que Lucifer es el Dios de la Tierra.

Proclamo que Lucifer es mi Maestro."

De nuevo tomé un trago de la copa para seguir con el ritual.

Nema! Livee morf su revilled tina

Noishaytpmet ootni ton suh deel

Suh tshaiga sapsert that yeth

Vigrawf yo za sesapsert calle suh vigrawf

Derb ilaid calle yed sith suh vig

Neveh ni sí za thre ni

Nud eeb pérdida de peso eyth

Muck mod-ngik eyth

Main eyth eeb dwohlah

Neveh ni tra chioo

Rertharf la calle!!!"

Cogí el lápiz junto con el pergamino. Anoté el pacto que haría con Lucifer, cogí la aguja y me pinché el dedo pulgar, una gota de sangre empezó a emanar de mi dedo, con la pluma tomé de esa sangre para firmar el contrato que yo misma había escrito. Quemé el pergamino para ponerlo dentro del plato.

Yo, Bryony Doomster:

En el nombre de Lucifer y por el poder de Satán, Astaroth, Beelzebu, Asmodeo, Abbadon, Azazel, Belial, Leviatán, Baal-Beryth, Verrine, Flereous y todos los demonios del infierno,

Hago este pacto contigo Señor Lucifer,

Entregando mi cuerpo,

Entregando mi mente,

Entregando mi alma,

Para el Señor Lucifer, Mi eterno Maestro.

A cambio te pido que me ayudes a derrotar a tu hermano Belial.

Acepto sus leyes y sus palabras, y tengo la total conciencia de que será castigado con una terrible muerte si he de romper este pacto.

Si el señor me da las cosas que yo deseo en siete años, el señor tendrá pleno dominio sobre mi alma.

Prometo lealtad, nunca olvidaré esta alianza.

Mi carne es tu carne.

Mi sangre es tu sangre.

Así sea hecho.

Quemé el pergamino con la vela negra y lo dejé arder dentro del plato. Toqué la campana nueve veces y esperé hasta que las velas y los inciensos terminaran de quemarse.

El viento dejó de correr, no había sonido alguno más que mi respiración y el de mis zapatos pisando las hojas secas debajo de estos. Miré la hora en mi reloj y ya eran casi la una de la mañana y no había señales de Lucifer.

—¿Y si hice mal el ritual? —regresé al altar mientras las velas se estaban consumiendo, abrí el libro en la hoja donde estaba cada paso y con el dedo señalé las líneas para asegurarme que había hecho todo bien.

—Tardaste más de lo que me imaginé —me quedé en shock al escuchar aquella voz tan fría. Levanté la cabeza y miré a un hombre rubio sentado en una de las piedras.

—¿Tú eres...? —no me dejó terminar porque de un salto lo tenía a un lado. Pegué un respingo al verlo tan cerca de mí.

—Sí, ese soy yo —emanaba maldad pura, era solo oscuridad —. Lucifer —se cruzó de brazos con una actitud altiva.

Levantó la barbilla y me miró hacia abajo. Me sentía tan pequeña a su lado, era cómo una hormiga que sería aplastada bajo la suela de sus zapatos. Pasé saliva y recobré mi postura, no tenía que intimidarme, no me haría sentir mal su presencia.

—¿Así que un pacto, eh? —miró el pequeño altar que había improvisado en este apartado lugar —. Nunca pensé que lo harías.

Su voz se escuchó más serena y menos amenazante.

—Tú sabes bien lo que quiero —le dije seria, sin apartar mis ojos de los suyos.

Era un hombre alto, de buena postura, su cabello era rubio y un poco quebrado. Ojos de color azul, ropas de color negro, desde su calzado hasta la gabardina que llevaba encima. Su porte era elegante, al igual que cada uno de sus movimientos.

—Sí, lo sé y no me sorprende que quieras ver lejos a Belial. Es un molesto grano en el culo —sonrió y yo con él. Eso había sido gracioso porque era más que cierto —. Pero dime, ¿qué es lo que realmente quieres? —de nuevo se cruzó de brazos.

—Quiero que me deje en paz, quiero que se aleje de mí y de todas las personas que me importan. Él mató a mi madre y sé que es capaz de matar a quien sea para conseguir su cometido —me sobé el brazo desviando la mirada porque la suya era tan intensa —. No quiero que lastime a nadie más por mi culpa.

—Lo hará, Bryony, va a lastimar a quien sea con tal de conseguir lo que quiere y tú sabes bien eso —me señaló —. Lo de tu madre no es nada comparado con lo que Belial puede hacer.

—¿A qué te refieres? —enarqué una ceja.

—No es la primera vez que Belial hace esto, ya una vez nos puso en una situación igual y por poco iniciamos una guerra contra mi padre y sus otros hijos —suspiró.

—Eso es lo que él quiere, que me una a él para conquistar el cielo —Lucifer enarcó una ceja.

—¿Y tú quieres eso? —negué rápidamente.

—No, yo solo quiero vivir en paz, quiero tantas cosas pero no pretendo ser la reina de nada, mucho menos del infierno.

—No hay ambición dentro de ti, Bryony, no eres en nada cómo tu padre, eres más cómo tu madre —que dijera esto removió muchos sentimientos dentro de mí —. Ella está bien.

—Ahora lo sé —sonrió.

—Entonces...

—Entonces mi alma es tuya si decides ayudarnos —no lo vi muy convencido de lo que dije.

—No quiero tu alma pero te voy a ayudar.

Que dijera esto me sorprendió un poco ya que él era Lucifer, yo había hecho un ritual para pactar con él y no quería mi alma, ¿Qué estaba pasando? Parpadeé un par de veces, creo que no había escuchado bien.

—¿Qué? —me miró estupefacto.

—¿No quieres mi alma? —inquirí.

—No la quiero y tampoco la necesito —bajó ambos brazos y empezó a caminar de un lado al otro.

—Genial, no sé para que hice ese tonto ritual —me quejé.

—Fue divertido ver cómo un demonio hacía un ritual para invocar a su tío cuando bien pudiste solo llamarme y ya —se encogió de hombros.

—¿¡Qué!? —casi hago una rabieta ahí mismo.

—Eres un demonio, hija de Belial y sobrina de los demonios para poderosos, solo tenías que llamarme y aquí estaría, para ti, es una de las ventajas que tienes —apreté los puños soltando todo el coraje que sentía en ese momento.

—¿O sea que soy VIP? —Lucifer asintió con la cabeza.

—Algo así —miró el altar —. Que bueno que no tenías que hacer un sacrificio porque estoy seguro que lo hubieras hecho, ¿cierto?

—Tienes razón —ni a él ni a mí nos sorprendió lo que dije.

—Bien, tenemos muchas cosas de qué hablar y este lugar no me agrada —miró a su alrededor —. ¿Podemos ir a tu casa? —asentí y me dispuse a guardar todas las cosas que había traído en vano.

Refunfuñaba mientras metía todo dentro de la mochila para ir a la mansión. Llevaría a Lucifer a la mansión, no sé cómo se iba a tomar Bastian que hiciera esto. Esperaba que no se molestara conmigo.

—Y no refunfuñes, debería aceptar tu trato y cuando mueras llevarme tu alma, pero seré condescendiente contigo y no lo haré.

—Ah, gracias por ser tan amable —ironicé, lo que lo hizo reír.

—No quiero tu alma, pero sí otra cosa.

Sentí que mi alma se salía de mi cuerpo al escucharle decir esto. Era obvio que el rey del infierno iba a querer algo de mí, nada es gratis en esta vida.

Caden

Eran casi las dos de la mañana y Bryony todavía no llegaba a casa. Estaba preocupado por ella pues temía que algo malo le pasara, aunque ella se podía cuidar sola, era valiente y fuerte, no tenía que preocuparme pero lo hacía.

Miraba por la ventana del despacho de Bastian que daba a la parte trasera de la casa, esperaba que en cualquier momento ella aparezca por la puerta y dijera que todo estaba bien.

—Eres tan impaciente —escuché a Camille hablar. Ella estaba en el mismo sofá que Morgan, Bór estaba en el otro sofá bebiendo con su padre detrás y Bastian el en sofá detrás de su escritorio.

—¿Y si algo salió mal? —pregunté.

—Ya nos habría llamado —dijo Bastian.

—¿Y sino pudo hacerlo?

—Bryony no es tonta, Caden —masculló Camille.

No le preste atención porque seguí mirando por la ventana a la espera de que ella apareciera. Miraba el reloj en mi muñeca cada cinco segundos, esperando, solo me quedaba esperar porque ni siquiera sabía a donde había ido exactamente y no quería ser un acosador que la sigue a donde sea que va.

Aproximadamente veinte minutos después la ví cruzar la reja que separaba la mansión del resto del bosque. Me alejé un poco de la ventana cuando entró y empezó a caminar por el patio.

—Ahí viene —me acerqué a la puerta y ella entró. No dudé en abrazarla y darle un beso en la mejilla.

—Que intenso eres —comentó Camille.

—¿Cómo estás? ¿Qué pasó? —puse mis manos en sus hombros.

—Todo bien —miró a todos los presentes en el despacho —. Pero...

—¿Pero qué? —interrumpió Camille. Me separé de ella y me quedé a su lado.

—Les quiero presentar a alguien —se hizo a un lado y detrás de ella entró un hombre.

Me sorprendió verlo en la casa, ya que nadie ajeno a la familia podía entrar, entonces solo pude pensar en alguien.

—Él es Lucifer y tiene algo que decirnos —el hombre que se había quedado bajo el umbral de la puerta con las manos en la espalda dio un paso dentro. Nos miró a todos y cada uno, mientras que nosotros estábamos sorprendidos por verlo aquí.

—¿Lucifer? —preguntó Oddur que se empezó a acercar —. ¿Eres tú?

Lucifer miró a Oddur algunos segundos y entornó los ojos.

—¿Oddur?

¿Es que acaso ellos ya se conocían? Tal parece que sí.

—¿Ustedes se conocen? —preguntó Bastian.

—Más o menos. Mi esposa era una bruja satánica y Lucifer era su rey, un par de veces hizo sacrificios para él y...sino fuera por él, Bór nunca hubiera nacido —eso no lo sabía nadie —. ¿Cómo está ella?

—Tu esposa está bien, creo que disfruta más del infierno que las demás almas condenadas —empezó a caminar por el despacho mirando todo con lujo de detalle.

—¿Y qué hace él aquí? Digo, no quiero ser grosera pero, ¿qué hace él aquí? —volvió a preguntar Camille.

—Lucifer tiene un plan para acabar con Belial de una vez por todas.

—¿Vas a traicionar a tu propio hermano? —le preguntó Bastian a lo que este no dudó en responder.

—Haré lo que sea para mantener mi lugar en el infierno y Belial se está convirtiendo en un verdadero dolor de testículos, así que si tengo que acabar con él, lo haré sin pensarlo —Bastian se dejó caer en su sillón.

Ayudé a Bryony con su mochila mientras Lucifer se acercaba a las botellas de alcohol que tenía Bastian, cogió un vaso con delicadeza y se sirvió un poco de coñac. No decía nada, solo bebía lentamente y pausado.

—Entonces —hablé yo y este me miró con los ojos entornados.

—Yo sé cómo pueden desterrar para siempre a Belial, sin ningún problema y sin consecuencias para ustedes.

—¿Y cómo se puede hacer eso? —preguntó Bór.

—Tengo algo, es una daga, pero...

Siempre había un pero, ¿cierto?

—¿Pero qué? —inquirió Bryony preocupada.

—El problema es que no tengo esa daga conmigo, me la robaron hace algunos cientos de años —se llevó el vaso a los labios para sorber de nuevo.

—¿Y dónde está esa daga? —pregunté yo. Lucifer me miró por algunos segundos y continuó hablando.

—En Rumania —empezó a mover el contenido dentro del vaso.

—¿En Rumania? —preguntamos todos al mismo tiempo.

—Sí, así que si quieren desterrar a mi hermano tendrán que ir a Rumania.


🌺🌺🌺🌺

Capítulo 2 de cuatro, espero los disfruten.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro