Extra
Octubre de 2019. Calgary, Alberta, Canadá.
Residencia Abalám-Cullen.
Las cosas en la casa Abalám-Cullen estaban tensas, desde hace tiempo realmente, las peleas constantes por lo mismo eran recurrentes, más con los causantes llegaban de visita a la gran casa.
- Amor, deberías de entenderlo, sobre todo tú - Murmuro Anneberg acariciando los brazos de Alice- Sabes que los lazos son inevitables, más el de parejas.
- Lo sé, pero es mi bebé, mi niño - Negó frustrada- ¿Justo con él tenía que estar?
- El karma por molestarme tanto en el pasado - Se encogió de hombros inocentemente
Alice se giró sobre su propio eje para darle un golpe el brazo haciendo que la mayor se quejara y acariciara donde la había golpeado.
- Y todavía te haces la inocente, no sé para qué me desgasto hablando contigo, Anneberg.
La demonio la miro ofendida mientras ella se iba de la habitación, no dudo en seguirla para abrazarla con firmeza sabiendo que ya llevaban un tiempo sin no poder hablar las cosas.
- Perdona por hacer que esto no se torne tenso - Ser disculpo entre el pequeño forcejeo de la vampira- Pero amor, ellos son pareja, necesitas aceptarlo, así como yo lo hago. Lo conozco, él no le haría daño a nuestro hijo, el lazo jamás lo dejaría, aunque este explotando de la furia.
- No, es mi hijo, es un niño, solo tiene 17 años. Es un bebé.
- Amor, tiene 22 años realmente, su edad se congelo a los 17 años - Le recordó suavemente- Aparte Azael no es nuestro único hijo, tenemos a nuestra linda Cinthya II con nosotras.
- Ese es otro tema, no la quiero con ella. Me niego a que mis hijos estén con ellos dos. Ella tiene solo 4 años.
- En eso no lo negare, es una niña cronológicamente, pero físicamente se ve de una niña entre sus 11 o 13 años, está a unos pocos años de verse como Azael por su naturaleza vampira.
Alice le había pedido como regalo de aniversario a Anneberg otro hijo, aunque ella se negó ante la probabilidad de perderla ante las posibles naturalezas de que la embarace nuevamente. Pero Alice al ser Alice, había logrado que Anneberg aceptara, aunque realmente solo la sedujo para que tuvieran relaciones sin protección.
Se las había ingeniado para llevarla a la Isla Esme para seducirla sin problemas con sus diminutos baby doll extremadamente descarados, no habían dejado nada a la imaginación y siempre usando los colores favoritos de la súcubo para atraerla más.
Anneberg solo había resistido dos noches y dos días así, el ver a Alice día y noche paseándose por toda la casa e isla hicieron que su autocontrol fuera en extremo limitado, pero lo que corrompió su autocontrol fue verla casi bañada de sangre animal cuando termino de cazar, para el lado más sádico y lujurioso de Anneberg hizo que fuera la cúspide de todo.
- Aparte, nuestra niña tiene una mente muy avanzada para solo tener 4 años, no piensa como una niña de su edad.
- ¿Quieres que acepte a ambos? - Anneberg asintió obvia- Entonces cítalos a una cena, hablare muy claramente con esos dos niños.
Alice salió de los brazos de Anneberg con indignación para desaparecer a su gran velocidad de la casa.
- Mi niña, tan mamá oso - Murmuro enternecida al ver a Alice tan preocupada por el bienestar de sus dos hijos
Anneberg veía con diversión como sus dos hijos caminaban de un lado para el otro mientras murmuraban aterrados sobre la idea de la cena en casa con su madre Alice cuestionando a sus respectivas parejas.
- Mamá los mataría, nos dejarían viudos antes de tiempo - Murmuro Azael al saber lo sobre protectora que era Alice
Para la demonio era más que entretenido mirar como sus dos hijos estaban muertos de miedo, ver a su pequeña niña ser la más afectada al ser la menor de los dos mientras que Azael parecía tener miedo de perder a su pareja al saber lo sarcástico que era y terminara muerto realmente esta vez por ello.
- Tranquilos, por amor a mi padre - Blanqueo los ojos ante lo dramáticos que estaba actuando- Su madre solo quiere lo mejor para ustedes, renacuajos. Dejen que vea como el lazo mantiene a sus parejas amansados y ella quedará feliz.
- ¡¡Ese es el problema!! - Se quejaron al unisón los menores- ¡¡No se dejan amansar enfrente de los Cullen y el mundo!!
- Entonces harán la excepción, porque es su madre la que los juzgará, de mi parte estoy feliz con sus respectivas parejas, los acepto ya que tengo milenios conociéndolos. Iré con mi Didy, hablen con ellos y nos iremos en la noche.
Al llegar a la habitación de Didyme se carcajeo al encontrarse con las parejas de sus hijos entrando en crisis existenciales mientras Didyme los miraba con pesar ya que no podía hacer nada por ellos, aparte de aconsejarlos como comportarse ante Alice y la cena.
- Ya, niños. Vayan con mis hijos y hablen los cuatro - Abrió la puerta para dejarlos salir
Los dos salieron con las cabezas agachadas haciendo reír nuevamente a Anneberg al verlos tan resignados por no tener salida de aquella cena. Anneberg miro a su segunda esposa mostrando una sonrisa divertida.
- No te rías de ellos, entiéndelos - Le pidió casi con pesar- Alice es la madre de su pareja respectiva, están aterrados.
- Oh, por favor. Mi padre y madre si intimidan, mi pequeña monstruita apenas puede intimidar, es muy dulce y tierna para ello, contigo es igual, cuando intentan intimidar solo dan ternura.
- ¡Abalám! - La reprendió avergonzada
Anneberg se carcajeo para acercarse a su esposa embarazada, Didyme había hecho lo mismo que Alice con la excepción que no la había llevado a la misma isla, pero los métodos fueron los mismos para que la súcubo pudiera darle un hijo después de tantos años juntas.
- ¿Listos? - Le pregunto a los cuatro
- Claramente no - Negaron al unisón
- Bien, escuchen bien par de idiotas - Se cruzo de brazos seriamente- Quiero que se comporten lo más educada y pacíficamente que puedan, es mi mujer con la que convivirán esta cena, nada de usar dones o comentarios voraces sobre ella, su familia y alimentación. Quiero, no, exijo respeto total hacia mi esposa y madre de mis hijos, ella fue las que los engendro en su ser y los trajo a este mundo aun sabiendo los riesgos tan altos que pagaría por traerlos a este mundo terrenal, así que lo mínimo que exijo como madre y reina es eso, respeto y educación hacia ella y su familia, ¿Entendieron? - Miro a la pareja de sus hijos
- Sí ama - Contestaron haciendo una reverencia hacia ella
- Excelente, vamos entonces - Tomo la mano de sus hijos para crear un portal a la entrada de la gran casa
Los cinco podían escuchar a Alice terminar de acomodar la mesa mientras tarareara la canción de cuna que le cantaba a sus hijos cada vez que se iban a dormir, pese a que ya no eran tan niños.
Caminaron tranquilamente hasta el amplio comedor, Anneberg no dudo en ir directo hacia ella siendo recibida por los brazos abiertos de su pequeña pareja, la beso castamente para no hacerle esperar la bienvenida con sus hijos.
- Mis niños - Abrazo con firmeza a ambos disfrutando el calor corporal y sus aromas
- Mami - La estrujaron entre sus brazos disfrutando del frio que emanaba el pequeño cuerpo de Alice
- Señora Abalám - Saludaron las parejas de sus hijos dando una ligera reverencia
- Jane, Alec - Los saludo cortésmente sin soltar las manos de sus hijos- Bienvenidos sean a mi hogar, tomen asiento, está todo listo.
- Ya escucharon a la jefa, tomen asiento, niños.
Anneberg acomodo la silla de Alice en la cabeza de la mesa dando a notar la jerarquía dentro de la casa, a su lado derecho ella se sentó siendo seguida por Azael junto a Alec, mientras que Cinthya se sentaba a la izquierda de Alice junto a su pareja, Jane.
- Huele y se ve espectacular, mamá - Elogio Azael sin dejar de mirar la comida enfrente suya
- Gracias, cariño - Sonrió orgullosa
Esme y Carmen habían enseñado a Alice a cocinar para sus dos pequeños hijos y a Anneberg cuando empezó a odiar que comieran fritangas. Aradia, madre de Anneberg, le había enseñado a Alice como saber cuándo una comida estaba perfecta de cocción y sazonadores sin probarlas, así que la tarea de cocinar para su familia le resultaba fácil.
Aparte que siempre cocinaba cantidades grandes conociendo el apetito de los tres y las llegadas inesperadas de los hijos de Anneberg con Astartea o la misma Astartea, a Bella y Dahaka junto a sus hijos. Era como si tuviera tres esposas extras e hijos, ya que Bella y Dahaka parecían querer los pasos de Astartea y Anneberg trayendo con ellas un ejército de hijos.
- Solo les pido respeto, apoyo y amor incondicional hacia mis hijos, tuve que soportar que Anneberg me reprochara después las probabilidades negativas de ambos embarazos. Soporte nauseas, dolores por las patadas, fiebre y muchos antojos por semanas para que dos niños vengan y quieran imponerles cosas a mis hijos, a mis bebés.
- Lo entendemos perfectamente, señora Abalám - Asintió Jane siendo apoyada por Alec
- Usted conoce perfectamente como se siente el lazo de parejas destinadas, para nosotros no nos he diferente a como lo siente usted - Continuo Alec- Amo a su hijo, lo intento cuidar con la misma intensidad que usted, intento que no haga cosas que usted perfectamente coincidiría conmigo que serían peligrosas para él aun siendo un ser inmortal, pero su cuerpo sigue siendo humano, las posibilidades existen e intento alejarlo de ellas.
- Cinthya es muy menor a comparación de mí, lo sé y lo comprendo perfectamente - Jane tomo la palabra- He intentado que vayamos conllevando todo cotejamiento con calma, no solo por su edad, sino porque así también me educaron, sabe que la reina Didyme es una madre para mí y mi hermano, sabe el aura pura y buena que la rodea debido a que convivio con ella cuando quiere estar con Anneberg aquí. Ella nos educó a su imagen y semejanza hasta lo ocurrido con Aamon, tuvimos nuestra etapa de rebeldía, pero aprendimos de ella y queremos que esas reflexiones sigan guiándonos con sus hijos hasta nuestro último día de existencia.
Anneberg tomaba de su vino tinto mirando todo con diversión, sobre todo los rostros suplicantes y expectantes de sus hijos, llevo su mirada a su esposa para leer sus facciones pese a que estas fueran neutrales, le era en muy fácil leerla.
Podía ver lo satisfecha que estaba ante las palabras de los gemelos y que Didyme hubiera influenciado a ambos perfectamente en vez de Caius o Aro, sabía que Alice prefería las enseñanzas de las reinas y Marcus que de Aro y Caius haciendo que aceptara mejor a ambos gemelos.
- Les dio mi bendición, pero quiero que cumplan sus palabras de cuidarlos, amarlos y atesorarlos el resto de sus existencias - Jane y Alec sacudieron sus cabezas eufóricamente- Sé que mi esposa los acepto desde el segundo uno, ella los lleva milenios conociendo, así que confió en el criterio de mi esposa y el de mis hijos. Y sin demostraciones de amor enfrente mío por el momento, denme más tiempo para ello.
Después de la cena, Anneberg saco a Jane y Alec al jardín trasero para darle espacio a su esposa e hijos tener LA plática, la súcubo tenía que apretar sus labios para no reírse ante las quejas bochornosas de sus hijos ante la plática que estaba dándole Alice. De reojo observo como Jane y Alec estaban en la misma que ella así que rodeo los hombros de ambos abrazándolos, sabiendo que solo las reinas le daban mimos.
- Solo cuiden a mis niños, tengo mucho con Astar, pero ellos son con mi Alice y ahora viene uno más con Didyme, quien será como su hermano o hermana menor, entonces entenderán las preocupaciones por las que pasa Alice.
- Lo sabemos - Asintieron más relajados- Sera un bebé muy mimado.
Anneberg se carcajeo recordando como los gemelos junto a las reinas mimaban demasiado la abultada panza de su esposa.
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