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Un nuevo verducho

-¡Esta subiendo! ¡Esta subiendo!- gritaba Alby lleno de emoción.

-¿Preparado para un nuevo verducho?- pregunté emocionada

-O verducha- dijo riendo.

La caja termino de subir. Como siempre que subía, bajé y abrí las puertas de la caja. Era un chico rubio, con los ojos color miel. Estaba muy asustado.

-Hey- le dije tranquilizandole- No pasa nada. ¿Puedes decirme tu nombre?-.

-No, no me acuerdo- dijo asustado- ¿Por qué no me acuerdo?-.

-Es normal. En un par de días te acordaras- dije ofreciéndole mi mano para levantarse.

-Bienvenido- dijo Alby- Soy Alby, se podría decir que soy el jefe de todo esto. Ven te enseñaré todo esto-.

En eso Gally se me acercó.

-Sabes, todavía me acuerdo cuando subiste en esa caja- dijo Gally- Hace 10 meses solo eras una pobre verducha y ahora... Mirate, tranquilizando a nuevos verduchos-.

-Gracias,- dije extrañada- supongo. Tengo que ir a trabajar, nos vemos-.

Trabajaba en el huerto. Plantando frutas y verduras, y cuidando del bosque. Estaba terminando de recoger unas manzanas cuando Alby se me acercó.

-_____, ¿podemos hablar?- dijo serio.

-Si, claro- dije bajándome del árbol.

Nos fuimos a la entrada al bosque, normalmente no hay nadie.

-Veras, me gustaría que ayudarás al verducho a encontrar un trabajo, y ya de paso le explicas las normas-.

-Claro, sin problema- dije dejando la cesta de las manzanas.

-Y _____, no dejes que le voten para corredor- dijo preocupado.

-¿Por qué?-

-El no es como los demas- dijo bajando la mirada- Tiene curiosidad-.

-Esta bien-

Dicho eso fui a encontrarme con el verducho para mostrarle los trabajos y demas.

-Hey- dije levantando la mano para que me viera.

-Hola, ____ ¿verdad?-

-Si- dije- Bueno, Alby me ha dicho que te enseñe los trabajos que hay. Ven conmigo-.

Le lleve a una construcción altísima que se construyó cómo torre de vigilancia por la noche. Por el día normalmente no se utiliza y se ve todo el claro desde allí. Decidí llevarle allí para mostrarle todo desde otra perspectiva.

-Espero que no tengas vertigo- dije riendo al inicio de la escalera.

Empecé a subir con él pisándome los talones. Tenía ganas de saber su nombre.

-¿Falta mucho?- pregunto cuando ya habíamos subido tres pisos.

-No,- dije riendo- ya casi estamos-.

Cuando llegamos abrí la trampilla que daba al gran balcón que había en la parte superior de la gran torre. Estábamos a unos 15 metros de altura. Me apoye en la barandilla de madera que rodeaba toda la superficie y espere a que llegara el verducho. Cuando llegó se puso a mi lado en la misma posición que yo.

-Alby me ha mandado que te explique cómo funciona esto- comencé sin apartar la mirada del claro- Aquí solo hay tres normas: la primera, pon de tu parte, no se admiten holgazanes; la segunda, tenemos que llevarnos bien, todo esto se basa en la confianza entre nosotros; y tercera, jamás cruces esos muros- señale la entrada al laberinto- ¿Queda claro?-.

Él asintió.

-Bien- continúe- ahora hay que ver que se te da bien. Hay varios trabajos que podrías hacer. Podrías ser cocinero, médico, agricultor, ...-.

-Quiero ser corredor- dijo interrumpiendome.

Le miré sorprendida y vi que no había movido un músculo. Seguía mirando el claro como si no hubiera dicho algo que podría matarle.

-Uno no puede hacerse corredor por que quiera- dije volviendo la vista de nuevo al claro- Tienen que votarte. Además ya tenemos dos corredores y es el número maximo-.

-¿Tú en qué trabajas?-

-Yo trabajo en la huerta- dije señalando el huerto- y también me encargo de los límites del bosque-.

-Cuentame acerca de ti- dijo volviendo su mirada hacia mi.

-Oh, pues... Llegué aquí hace 10 meses- comencé- Tras 15 semanas aquí Alby me hizo segunda al mando y encargada de abrir la verja de la caja todos los meses-.

-Wow- dijo impresionado- ¿Y eres la única chica aquí?-.

-Tampoco es para tanto- dije sonrojándome- Y, si. Soy la primera y única chica que está aquí. Aún sigo esperando que suba otra, ya sabes, para no estar rodeada de chicos. Bueno, ¿ya has decidido que quieres hacer?-.

-Me gustaría trabajar en el huerto- dijo pensativo.

-Genial, iré a comunicárselo a Alby- acto seguido fui hacia la trampilla para bajar las escaleras pero el verducho no me seguía- ¿Te quedas?-.

-Si- dijo sin apartar la mirada del claro- Me gustaría quedarme un rato mas-.

-De acuerdo pero baja antes de que anochezca- dije antes de bajar- Tenemos que preparar tu fiesta de bienvenida-.

Bajé las escaleras lo más rápido que pude. Todavía quedaban varias cosas por hacer. Cuando llegue al suelo fui a buscar a Alby. Le encontré en la cocina hablando con Fritanga, el cocinero jefe.

-Alby- le llame.

-Disculpa- le dijo a Fritanga- ¿Que ocurre _____?¿Dónde está el verducho?-.

-Tranquilo, está bien- dije calmandole- A lo que voy, el verducho ya ha elegido trabajo-.

-Por favor dime qué no es corredor- dijo suplicante.

-No, le he disuadido- dije feliz- Quiere trabajar en la huerta-.

-De acuerdo. Empezará mañana y tú serás su instructora-.

-A la orden- dije sonriendo.

-Vete a buscar al verducho y prepararle una hamaca-

Cuando terminamos de hablar, Alby volvió a su conversación con Fritanga y yo fui a buscar al verducho. Cuando llegue a la torre de vigilancia subí las escaleras hasta el último piso, pero cuando abrí la trampilla no había nadie. Se había ido. Fui corriendo hasta el borde del balcón y me asome para intentar localizarle. No lo veía por ninguna parte hasta que mire hacia la entrada del laberinto. Avanzaba despacio hacia la entrada.

-¡Oh no!- grite aterrorizada.

Bajé rápidamente las escaleras y corrí lo más rápido que pude hacia él. No podía permitir que entrase y menos a estas horas, las puertas se cerrarían en breve. Estaba a pocos metros de él. Ya no podía correr más, mis piernas fallaban, así que solo se me ocurrió gritarle. Cogí una respiración profunda pero no llegué a soltar ningún sonido. Gally le había interceptado a pocos metros del laberinto y le había tirado al suelo. Me acerqué un poco más para ayudarle.

-¿¡Pero a ti que te pasa!?- grito el verducho indignado.

-¡Te acabo de salvar la vida, verducho!- grito Gally.

-¡Parad ya!- grite interponiéndome entre los dos- ¿Que está pasando aquí?-.

-Esta verducho ha intentado entrar al laberinto- dijo Gally.

-No me llames verducho- dijo levantandose- Me llamo... ¡Newt! Me acuerdo de mi nombre-.

Gally y yo nos miramos alegres. Vale, había intentado entrar al laberinto, pero quién no lo ha intentado alguna vez.

-Bienvenido al claro,- dijo Gally extendiendo su mano- Newt-.

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