Ser popular era una tarea fácil. Todos te respetaban y siempre estabas rodeado de gente. Si te agobiabas, simplemente lo decías y desaparecían para que pudieras estar solo por un tiempo. Si habían rumores sobre ti, podías callar bocas con solo pronunciar una misera palabra. Porque, como antes hemos dicho , se hacia respetar.

Pero ser un marginado era todo lo contrario. Hicieras lo que hicieras, a nadie le interesaba. Si te hablabas con alguien, no habían rumores falsos sobre una posible relación. Nunca estas rodeado de gente y no pedias estar solo, estabas solo.

Tampoco es que los populares fueran malas personas, solo son " populares ". En la mitad de series los describen como chicos malos que se saltan las clases y conducen una moto con chaquetas de cuero. Pero Patrick no era así.

Patrick era bondadoso, bueno, simpático, agradable. Sus ojos azules verdosos y su pelo rubio oscuro enamoraban a cualquiera. Era un gran chico. Y Pete... Pete era un desastre. Sus ojos marrones chocolate, su gran flequillo negro que le tapaba la cara y casi siempre solía llevar una capucha. Amaba pintarse los ojos de negro y se podría decir que era bastante " emo ". Desde siempre le gustaban las mujeres hasta que vio al pequeño rubio. Ese chico, sus ojos, sus mofletes, sus labios, él, era todo perfección. Nunca se atrevió a hablarle porque ¿quien hablaría con un chico que lo único que sabe hacer bien es la raya en el ojo?

El caso es que hoy el instituto celebraba una fiesta. Pete tenia claro que no hiba a ir pero su madre se enteró por medio del director, que llama a cada padre para informarles. ¿El problema? Su madre sabe que su hijo es un antisocial y como cualquier madre, obliga a que su hijo salga, a si que, sí, iría a la fiesta.

Se puso una ropa informal, unos jeans negros, unas converse, una camiseta básica blanca y una chaqueta de cuero. También se " maquilló " y se alisó el pelo. Cuando terminó, se encaminó al instituto temiéndose de que esa noche seria la peor.

Al llegar alli,encontró a gente ebria a tan solo las nueve de la noche pero siguió caminando. Llegó al campo donde minutos antes jugaron los de atletismo y decidió sentarse allí. Mientras estaba pensando en sus cosas, alguien se sentó a su lado.

- Una noche maravillosa, ¿no crees? - pronunció un chico. Pete le miró y no se lo pudo creer. Era el pequeño chico de ojos azules, el que le tenia loco durante varios años.

- U-um... si... muy buena - dijo Pete nervioso.

- Amo venir aquí cuando hay fiestas, es un lugar muy tranquilo - Patrick sonrió mirando a su alrededor - ¿sueles venir a fiestas?

- No me gustan las fiestas... no suelo salir mucho - dijo Pete cortado. No quería que su crush le viera como un antisocial (aunque lo fuera).

- Oh, entiendo... - susurró Patrick y miró a Pete - ¿has traído pareja al baile?

- Pues... no... ¿tú? - suspiró Pete y Patrick lo miró sorprendido.

- Tampoco. - en ese momento, los dos estaban sorprendidos, ambos eran guapos pero Pete no tenia amigos ni amigas y Patrick era súper popular, ¿como podría ser que no tuviera pareja?

- Pero, eres popular, ¿cómo no tienes pareja? - Patrick rió leve.

- Ninguno es de mi estilo, además, aquí no hay gays ni bisexuales - Pete le miró esperando la risa del menoe acompañada con un " ha sido broma " pero, ese momento no llegó, ¿era verdad lo que acaban de oír sus oídos? - ¿y tú? ¿porqué no tienes pareja Pete?

- Por lo mismo que tú... - susurró Pete. Patrick se volteó al oír aquello, su plan estaba saliendo de maravilla.

- Oye... ¿que te parece si traigo algo de beber? -pronuncio levantándose Patrick.

- Yo...es que nunca me he emborrachado...-dijo Pete nervioso.

- ¿Y que te parece si hoy es tu primera vez? Estás conmigo, no te va a pasar nada - sonrió Patrick. No seria tan malo, ¿no?

-Me parece bien...-sonrió leve Pete.

Se fue Patrick a buscar un par de bebidas y al momento volvió con una botella.

- ¿Pretendes que nos bebamos todo eso? - susurro Pete asustado. Beber una botella de vodka no estaba en sus planes.

- Claro, pero relajate tío, no pasa nada, te gustara aunque al principio te parecerá un poco fuerte. - le entrego la botella a Pete y Pete pegó un trago.

- Esto está muy fuerte, no quiero - dijo Pete dándole la botella a Pat. Pero Pat se la volvió a dar.

- Pete, vuelve a beber tonto, ya verás como te gustara - Pete pegó otro trago y ya le iba sabiendo mejor. No estaba nada mal.

Y así estuvieron. Horas y horas bebiendo hasta que él alcohol corría por sus venas. La primera vez estaba siendo un total caos pero con el pequeño Pat a su lado, no tenia preocupación alguna.

- Creo que deberíamos irnos - pronuncio Patrick tambaleándose.

- Me parece bien. - reía Pete - ¿quien conduce?

- Mejor que ninguno lo haga. - reía Patrick.

- Entonces, ¿nos vamos andando? - dijo Pete y Patrick asintió con dificultad.

Caminaron hacia la casa de Pete primero, ya que Patrick le insistió en acompañarle. Mientras caminaban, hablaban millones incoherencias o simplemente lo primero que se les pasaba por la cabeza. No sé cuantas veces pudieron caerse de lo ebrios que estaban, pero es normal, no juzguemos algo que si no nos ha pasado, nos pasará.

Después de varios minutos, llegaron a casa de Pete y le acompañó hasta la puerta.

- ¿Sabes? Para ser mi primera vez me lo he pasado muy bien - dijo Pete.(no malpiensen. 7u7)

- Me alegro que lo hayas disfrutado, me lo pasé genial contigo - sonrió Patrick - d-deberia irme... adios... -susurró Patrick. Pero cuando Pete se fue a dar la vuelta, Patrick lo paró - yo...es...que... -Patrick le miró, se acercó a él y le dió un largo beso. No era salvaje ni apasionado, era dulce y tierno.

Después de despedirse e intercambiarse los números, Patrick se dispuso a ir a su casa, agradeciendo al alcohol y a esta fiesta de que haya podido conseguir lo que quería hacer desde años.