034 - El Gran One-Shot
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Enjoy :D
Está escrito en tercera persona.
Adiel entró al salón y se acercó a su hermana mayor. Para que le hiciera caso, le tiró un cojín. Madeleine, bastante enfadada, se giró hacia su hermana pequeña y le fulminó con la mirada.
- ¿Qué quieres? – preguntó Madeleine.
- Ainhoa me ha dicho que van a celebrar una fiesta los Vengadores esta noche, y que estamos invitados.
- ¿Ah sí? - preguntó escéptica Madeleine. - ¿Quién se lo ha dicho? ¿Su estúpido novio?
- Sí. Y también se lo ha dicho Pilli.
Madeleine se lo estuvo pensando un rato hasta que finalmente asintió. Se levantó del sofá y apagó la televisión.
- Será mejor que llame a Scott. Y tú deberías llamar a tu novio también.
Adiel suspiró cansada. – Llama tú al tuyo y que él se lo diga a mi novio. Total, son hermanos, están viviendo juntos.
Madeleine miró mal a Adiel por su falta de ganas pero esta la ignoró. Adiel volvió a entrar a su dormitorio y empezó a pensar qué se iba a poner.
Madeleine marcó el número fijo de la casa de los Summers y esperó. Al tercer pitido su novio, Scott, habló:
- ¿Qué ocurre Madeleine?
- Hay una fiesta de Los Vengadores y nos han invitado. ¿Te apuntas?
- Em... Claro, ¿por qué no? – dijo dudoso. – Supongo que mi hermano también lo está.
- Así es.
- Vamos a recogeros sobre las ocho, ¿vale?
- Genial, - dijo Madeleine y después colgó. Ella también fue a su cuarto y empezó a pensar en qué ropa iría a la fiesta.
Torre de Los vengadores.
- Tony, sabes que yo odio las fiestas.
- Laura, tú sabes que yo amo las fiestas.
Laura miró mal a su novio y subió al ascensor para irse a la habitación que compartía con Tony. Tony lanzó al aire los brazos de la exasperación.
- ¡Luego me paso a por ti! – gritó Tony.
Dos pisos más arriba se encontraba Steve en su habitación junto a su novia, Astrid.
- Es la tercera fiesta de la semana, - se quejó Steve.
- Al menos hemos sido invitados, - razonó su novia. – No como las otras dos veces.
Steve asintió dándole la razón.
Al lado del cuarto de Steve, estaba el de Clint. Clint estaba tirado en la cama junto con su novia, Clara.
- ¿Crees que Natasha vendrá? – preguntó Clint.
- No creo. Tony dijo que esta fiesta era porque todos habíais conseguido pareja.
- Excepto Natasha.
- Pero ella no cuenta, - se encogió de hombros Clara.
Sonaron tres golpes en la pared.
- ¡Te he oído! – gritó Natasha desde la habitación contigua.
En la planta superior, estaba la habitación Bruce. Pero no había nadie en ella ya que Bruce se había ido a por su novia (que no sabía dónde estaba la Torre). Al lado de la habitación de Bruce estaba la de Thor.
Thor estaba intentando contactar con su hermano Loki para ver si podía venir también a la fiesta (ya que él también había conseguido una pareja).
- Relájate Thor. – le intentaba tranquilizar su novia, Fiorella. – Seguramente venga.
Al lado de la habitación de Thor, se encontraba la habitación de los hermanos Maximoff, donde estaban Pietro y su novia, Nora. Wanda, que tampoco había conseguido una pareja decidió irse de viaje a Sokovia.
- Me tenía que haber ido con ella, - dijo Pietro muerto del miedo.
- No la ocurrirá nada. – le intentó calmar Nora. – Es muy fuerte. Sabrá apañárselas sola.
Pietro asintió.
Dos horas más tarde.
Tony estaba hablando con Steve en el sofá (ya estaban todos vestidos con sus trajes y vestidos) cuando el ascensor se abrió y JARVIS avisó quién venía.
- Bienvenido Bruce. Solo te han tomado tres horas en volver. – saludó Tony. Se levantó y le dio un abrazo y después pasó a saludar a su novia, Lidia.
- Siempre es agradable verte, - dijo irónicamente Bruce. Bruce agarró de la mano a su novia, que parecía perdida. Ambos se sentaron en el sofá que estaba vacío.
No pasó mucho tiempo hasta que JARVIS volvió a avisar de que alguien subía.
Las puertas se abrieron y Scott Lang apareció de la mano con su novia. Saludaron a todos (Scott se quedó demasiado tiempo sacudiendo la mano a Steve, pero eso no es importante). Scott se sentó en el sillón al lado del sofá donde estaban Bruce y Lidia, y Yael se sentó en el posabrazos del sillón.
Los siguientes en llegar fueron Loki y Bucky, con sus novias: Ludmila y Giuli.
Ellos no recibieron tantos saludos. No es porque no estuvieran invitados, es que eran bastantes solitarios. Bucky asintió en la dirección de Steve y se colocó a su lado, de pie en el salón. Su novia fue mucho más abierta y saludó a todos los de la sala (que eran bastantes). Loki hizo lo mismo que Bucky solo que asintió en dirección de su hermano, Thor.
Ludmila y Giuli se sentaron al lado de Lidia, que tenía el sofá para ella sola. Bruce se había levantado del sofá para acompañar a Tony en algo que le quería enseñar.
- Vosotras, - empezó Lidia. - Sois de Asgard, ¿no?
- ¿Qué? – dijo Ludmila.
- ¿Perdona? – preguntó Giuli a la vez que Ludmila.
- Que si sois de Asgard.
- No, - dijeron a la vez.
- Lo decía por los nombres. Son raros.
Lidia las sonrió pero las dos la miraron mal.
- Son raros me refiero a que no son comunes, no que seáis raras por el nombre, no. – aclaró Lidia.
Ludmila y Giuli se levantan del sofá y se colocan en la otra punta del salón.
- ¿Quiénes faltan? – preguntó Tony entrando al salón seguido de Bruce. Bruce fue a sentarse al lado de su novia.
- Faltan los dos Peters y creo que Pilli ha invitado a Wade. – respondió Natasha.
Natasha al final había decidido bajar a la fiesta también, aunque no tuviera pareja. Solamente quería molestar a la novia de Clint (que inexplicablemente le caía mal). Por eso, se había puesto su mejor vestido negro.
Cuando Natasha terminó de hablar, la voz de JARVIS habló diciendo quien había entrado.
Peter Parker junto con Wade y sus novias salieron del ascensor.
Después de los saludos, Clint habló:
- Wade, no tienes por qué llevar el traje ahora. No estás en servicio.
- ¿Has visto mi cara? – preguntó Wade. – No, ¿verdad? Pues entonces será mejor que me quede la máscara.
- Por el bien de la humanidad, - habló su novia, Ainhoa.
Wade le pellizcó la cadera en venganza.
El último en llegar fue Peter Quill, quien también trajo a su novia Lizzie.
- Lo siento, lo siento. – habló antes de que le regañaran.
Después de los últimos saludos, la fiesta comenzó. JARVIS se encargó de poner la música y entre Tony, Thor y Clint consiguieron traer todo el alcohol que estaba en la cocina.
Inmediatamente la gente se animó, reuniéndose en pequeños grupos, empezando a bailar y a moverse.
- ¿Y tu novia, Stark? – preguntó Steve. También con un vaso de bebida alcohólica.
- Mierda, - dijo Tony pasando su vaso a Steve y apresurándose al ascensor.
Subió un piso hasta llegar a su habitación. Se había olvidado de su novia (realmente Laura le iba a matar). Se acercó hasta la puerta e iba a llamar pero la puerta se abrió antes. Laura abrió la puerta, dejando verse con un vestido de fiesta.
- Pensé que dijiste que no te gustaban las fiestas, - dijo Tony sin parar de mirar el atuendo que llevaba su novia.
- Y yo pensé que ibas a subir a la habitación. – respondió Laura.
- Touché. – dijo Tony mientras le ofrecía el brazo a Laura. Laura con una sonrisa agarró su brazo y bajaron en ascensor hasta el salón, donde estaba la fiesta.
En ese momento, JARVIS paró la música porque nuevos invitados estaban subiendo por las escaleras.
Cinco minutos antes. En la calle donde estaba la Torre de Los Vengadores.
- Sigo sin creerme, que lleves el mismo vestido que yo, - se quejó Adiel.
- Son de distintos colores, - intentó arreglarlo su novio, Alex.
Cuando las dos hermanas salieron de sus habitaciones y vieron el conjunto de la otra, bufaron. Madeleine llevaba un vestido corto de tirantes de color negro. Adiel llevaba exactamente el mismo vestido solo que de color blanco. Madeleine fue la primera en quejarse:
- ¡Quítate el vestido!
- ¡Hazlo tú!
- ¡Soy la mayor! ¡Te cambias tú!
- ¡Solo eres tres minutos más mayor que yo! – gritó Adiel.
El ambiente en el coche fue bastante tenso. Los dos hermanos Summers lo notaban pero no dijeron nada. Entraron en la torre y una voz, JARVIS, les habló.
- Bienvenidos. – saludó. – El ascensor está ahora mismo ocupado, pero pueden subir por las escaleras.
- ¿En qué piso es la fiesta? – preguntó Scott.
- En la quinta, - respondió rápidamente JARVIS.
Adiel se quejó.
Subieron las escaleras en fila de uno, Adiel la última. Cuando llegaron a la quinta planta y abrieron la puerta. La fiesta estaba parada, no había música y todo el mundo se quedó mirando la puerta por la que habían entrado los hermanos Summers y sus novias.
- Esto es bastante incómodo, - habló Alex mirando todas las caras.
El ascensor, que estaba a la izquierda de las escaleras se abrió, mostrando a Tony y a Laura en una situación comprometida. Cuando ambos no escucharon la música se separaron del beso para ver que todo el mundo les estaba mirando ahora a ellos.
- ¿Y vosotros quiénes sois? – preguntó Tony saliendo del ascensor.
- Somos Scott y Alex Summers. Y ellas son nuestras novias, - habló Scott.
- Y... - empezó a hablar Tony de nuevo. - ¿Quién os ha invitado?
- ¿Perdona? – habló Madeleine pero la ignoraron.
- Ainhoa, - dijo Adiel a la vez.
Tony miró a Ainhoa, que estaba agarrada de brazo de Wade, después se volvió a girar.
- La fiesta es privada. – volvió a hablar Tony. – Y, es una fiesta de Los Vengadores. No de X-Men.
- Pero Wade Wilson está ahí, - habló Madeleine señalando a Wade con el dedo. Wade se encogió de hombros, con una sonrisa de victoria por debajo de la máscara. – Y él no pertenece a los Vengadores.
- Wade sí que estaba invitado. Y ahora largo, - dijo Tony moviendo las manos para que se fueran.
- Esto es increíble. – bufó Madeleine mientras las dos parejas se metían en el ascensor.
Después de que las dos parejas se fueran en el ascensor, el ambiente de la fiesta volvió.
- He traído bebida asgardiana. – anunció Thor. La gente que estaba un poco más bebida (como los dos Peters, la novia de Thor, Wade, Natasha, Clint y Clara) lo celebró pero la gente que todavía no estaba ebria, sabía que eso iba a ser una mala idea.
Ainhoa, todavía estaba pensativa porque habían echado a los hermanos Summers y a sus novias (que eran sus amigas), se acercó a un Wade borracho y bebiendo por una pajita.
- Wade, - le llamó. – Vámonos con los otros.
- ¿Por qué? – consiguió hablar. – Aquí estamos bien.
- Vámonos.
Wade suspiro, derrotado. Siguió a su novia, Ainhoa, hasta el ascensor todavía con bebida en mano.
Lizzie, Astrid y Lidia estaban en un círculo observando a Ludmila.
- Estoy completamente segura de que esa chica es asgardiana. – habló Lidia.
- Definitivamente, - respondió Lizzie.
Astrid asintió, de acuerdo.
- Lleva ya dos vasos de ese alcohol y todavía no ha quedado K.O, - dijo Lidia mirando como se iba a rellenar el tercer vaso de la bebida asgardiana.
- Lo sé. Incluso mi Peter está ahora en el baño vomitando, - dijo Lizzie.
- ¿No crees que deberías estar a su lado? – preguntó Astrid, mirando a Lizzie.
Lizzie se encogió de hombros: - Está vomitando. No creo que necesite mi ayuda.
- ¿Y Wade y Ainhoa dónde están? – preguntó Peter Parker.
- Se fueron tras los hermanos Summers, - respondió su novia.
- Que alguien les diga que vuelvan, - habló Peter.
- Bajo yo, - dijo Giuli.
Giuli utilizó el ascensor para bajar hasta la planta baja. Salió a la calle y vio que no había rastro de las tres parejas. Volvió a subir en el ascensor.
- Han desaparecido. – dijo.
Después de eso, la fiesta continuó como si nada hubiera pasado.
Donde quiera que estén las otras tres parejas.
- Esta "fiesta" es una mierda, - habló Wade, los efectos del alcohol se estaban yendo de su cuerpo. - ¿No podemos volver a la otra?
- Sí. Mejor iros que no te aguanto, - dijo Madeleine.
- Chicos relajaros. – habló Adiel. – La idea de Ainhoa de hacer una fiesta de los X-Men es interesante.
- Pero solo somos seis personas, - se quejó Wade.
- El profesor Xavier y su novia, Mari, están de camino, - dijo Scott colgando el teléfono.
- Y podemos invitar a Belén y a su novio. – dijo Ainhoa.
- ¿Y ese quién es? – preguntó Madeleine.
- Creo que es Matt Murdock. – respondió su hermana.
- Pero él no es un X-Men. – se quejó Wade.
- Pero así somos más, - argumentó Alex.
Habían comprado en total cinco botellas de alcohol, junto con bebida para hacer mezclas y el hielo. Se habían reunido en casa de los Summers que era la más grande de todas (obviamente no era la Torre de Los Vengadores, pero era algo).
El profesor Xavier tardó poco en llegar, y el tal Matt Murdock, junto con su novia Belénfue el último en llegar. En ese instante, la fiesta de los X-Men (y de Matt Murdock) comenzó.
- ¿Por qué somos tan pocos X-Men? – dijo Wade. - ¿Es que la escritora de este Gran One-Shot no ha tenido más presupuesto?
- No digas eso, Wade. – habló su novia. – Seguramente la culpa no ha sido suya y ha sido de las lectoras que no comentaron.
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