029 - Steve Rogers
Esto va paaaaaaaaara @FiorellaStylesFarias
ATENCIÓN: Es el Steve Rogers de los Años 40 (antes del suero del supersoldado).
- Steve para. – pero Steve no paró.
- No puedo ahora. Estoy ocupado.
- Steve. – le agarraste de la mano y tiraste de él. Steve bufó y se giró para mirarte. Tenía un ojo morado.
- ¿Qué quieres?
- Ya lo has intentado dos veces. No te han cogido. Deja de intentarlo, ¿no ves que si sigues intentando alistarte en el ejército con diferentes nombres te acabarán pillando?
- Debo seguir intentándolo.
- No tienes por qué. Esa es la cuestión. – le recordaste. – Te puedes quedar aquí conmigo perfectamente.
Te acercaste un paso a él sin dejar de soltar su mano. Steve tuvo que levantar un poco la mirada ya que eras media cabeza más alta que él.
- Fiorella debes entender que debo intentarlo. – dijo en voz baja.
- ¡No! No lo entenderé si no me lo explicas. ¿Realmente tienes ganas de ir a la guerra y de tal vez no volver jamás?
- Quiero que mis hijos oigan historias de cómo fui a la guerra ya que mi padre no estará para contar las suyas. – admitió.
- ¿Y si no vuelves? – te mordiste el labio.
- Entonces tienes una nueva oportunidad para elegir con quién casarte.
- Ya pero... no quiero a nadie más. – admitiste. – te quiero a ti. Te quiero a ti y a tus heridas que luego tengo que limpiar. Te quiero a ti y tu capacidad de dibujar. Nadie lo entiende pero te quiero a ti.
Steve miró al suelo por tu declaración.
- Eres una persona muy noble como para ir a un lugar tan guarro como la guerra. Hay veces que no naces para algo, y Steve, por mucho que te ame debo decirte que no has nacido para la guerra. Ya lo has intentado dos veces y no te han cogido.
Steve acarició tu mano, aún sin decir nada.
- Quiero ayudar a mi patria, - habló bajito Steve.
- Puedes ayudar desde aquí. Puedes enviar recursos ya sea comida o más munición. Pero no tienes por qué dar la vida para ayudar a tu patria. Sé que suena muy egoísta de mi parte decir esto, ya que es tu decisión, pero...
Steve te calló con un beso. Estabas empezando a llorar (casi). Después de un rato despegasteis los labios y él apoyó su frente en la tuya. Tenías los ojos fuertemente cerrados ya que no querías que se escaparan algunas lágrimas.
- Está bien. No me iré. – declaró Steve. Abriste los ojos sin creértelo. – Vale más una vida entera contigo.
Sonreíste de felicidad mientras os separabais pero mantenías las manos unidas y caminabais de vuelta a vuestra casa.
#TeamCap
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro