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Capítulo 1

La gente eufórica gritaba todo lo que podía para animar a sus favoritos.

Padres, madres, hermanos, amigos; todos los que iban con la intención de apoyar a los mejores motociclistas.

Se escuchaban trompetas de las bandas escolares, tambores sin ritmo, que solo eran tocados para hacer más ruido de lo que había, tan fuertes podían escucharse hasta que apartaban el rugir de los motores.

Pero la mayoría de todo ese bullicio se lo llevaba una sola persona.

Su apellido, "Moon" era lo que resaltaba cuando la chica montaba su motocicleta a gran velocidad, con unas maniobras exigentes, en terrenos que pocos se apuntaban para andar, y en competencias que poco a poco la estaban llevando a un nivel mundial.

Moon Byul-yi, clasificada entre los grandes motociclistas juveniles a nivel regional, llevaba la delantera justo en estos momentos.

Nadie podía alcanzarla a estas alturas de la carrera.

Nadie podía ver su mirada por el casco que cargaba, pero todos sabían muy bien que sus ojos sólo admiraban la meta; ojos secos, enfurecidos y abstractos.

Sus manos apretaban con fuerza las manillas mientras aceleraba o se sujetaba para dar un salto al cielo con los pies elevados que con gran majestuosidad caía en tierra sin ningún rasguño.

Águila, era el nombre que murmuraban cuando se referían a Moon Byul y sus carreras perfectas. Y extremadamente sexy, era lo que murmuraban las chicas y chicos en los pasillos de su escuela cuando no estaba con el uniforme de carrera.

¿Era la misma actitud en ambos mundos? Más o menos.

Era la chica que todas deseaban poseer. Pero ella muy pocas veces se fijaba en las personas interesadas en su talento y perfección, pensaba ella modestamente.

Era imposible establecer alguna conversación con ella, a menos que fueras parte de su grupo de amigos, algún familiar, o una ardiente chica de mini falda que buscaba que le tocaran sus partes — aunque de esto se dudaba, porque hasta ahora nadie podía testificar tal cosa —.

Las personas se alejaban en cuanto ella pasaba con su grupo de amigos, no querían que ella los mirara a la cara sabiendo lo criticona que era a veces. A pesar de eso, la amaban con fanatismo por el trabajo envidiado que tenía.

Y ella tenía mucho que exigir cuando era el futuro del país en el deporte menos hablado por los jóvenes y adultos que lo veían como una entrada hacia el más allá.

Si veían a alguien más hacerlo, les entretenía. Pero si se imaginaban a ellos mismos hacerlo, era totalmente arriesgado.

Daba igual las cosas que dijeran de Moon Byul; lo extravagante, grosera, y con el poco sentido de la vida que tenía al caminar por los lugares.

Siempre a alguien le va a parecer infinitamente perfecta.

Alguien que se fijó más allá de su tacha de celebridad.

Alguien que veía en su persona, un aura pura.

Y esa era ella.

¿Quién más podía quererla como ella?

¿Quién sabría más de su vida que ella?

No existía Wikipedia de Moon Byul, pero ella con solo verla sabía todo.

No compartían clases, pero la estudiaba en la cafetería y en la salida; algunas veces cuando se la encontraba de casualidad en la plaza, en los juegos, en las ferias, por el vecindario, incluso en vacaciones cuando coincidieron en el mismo lago.

Todo estaba calculado.

Sonaba acosador, pero ¿qué podía hacer cuando le gustaba de verdad esa chica?

Pues nada, y lo sabía perfectamente porque una chica como Moon Byul, con ese estilo que se carga a todos lados, jamás se fijaría en una chica como ella.

Y ella vivía bien con eso.

— Auch. — se quejó Yongsun al sentir que en su cabeza algo estrelló.

Sintió algo frío resbalarse por su brazo y cuando miró, ya el hielo se estaba derritiendo en el suelo.

Miró hacia atrás, encontrando en unos asientos más arriba a los mismos tipos que la molestaban en la escuela.

Los ignoró, y volvió a concentrarse en la chica que le robaba sus suspiros, sus sueños, sus latidos, sus pensamientos... sus todo.

— Ni siquiera los insultas. — le dijo Wheein con expectación.

— No sirve de nada. Lo seguirán haciendo.

Su amiga la observó con recelo, y no se ánimo a decirle otra cosa porque su amiga ya estaba con suma concentración mirando la carrera.

Yongsun ajustó sus enormes gafas sin quitar los ojos de Byul.

¡La meta estaba a una vuelta solamente!

La escuela entera estaba de pies, esperando esa copa ser llevada por una de sus compañeras. Los amigos de Byul empezaron a silbar, a gritar su nombre y a aplaudirle con animación.

Byul no escuchaba nada de esto; ella miraba las curvas y calculaba sus saltos.

Pero fue en el último obstáculo, uno donde tenía que tomar mucho impulso para poder llegar hasta el otro lado, que debía estar pendiente del timón que no se volteara por el impacto, seguido de la curva que tenía que controlar.

Pero ella ya había hecho esa vuelta doce veces.

Yongsun movía sus pies nerviosa por el momento.

Aunque no sabía el por qué de su inquietud, ya que confiaba plenamente que lo conseguiría.

Wheein estaba más aburrida que nunca en su asiento porque había sido arrastrada hasta la carrera en contra de su voluntad. A ella no le interesaba esa chica popular. Pero hacía lo que fuera para que su inocente amiga no asistiera sola con esos salvajes alrededor.

Se sentía como aquella amiga que acompaña a su mejor amiga al concierto de su grupo favorito, sin siquiera haber escuchado alguna canción del grupo. Todo por ella, se decía a sí misma.

Rodó los ojos cuando escuchó a Yongsun pedir al cielo que saliera todo bien.

Su amiga realmente era masoquista.

Pero todo dio un giro inadvertido, algo que nadie se esperó.

Byul no quería hacer ningún show acrobático, solo saltaría para tener la caída segura y con ella la meta. Pero cuando menos se lo imaginó, con toda su fuerza hizo que el salto se diera a cabo, pero justo en lo alto, su pies derecho resbaló y terminó aflojando sus manos un poco, cuando todo lo que tenía que hacer era sostenerse y acelerar.

Debo acelerar.

Sus manos no acataron lo que pensaba, ella estaba más enfocada en caer bien, que la distancia en la que debía ya caer. La motocicleta fue de largo, y cuando se dio cuenta ya había rebasado la distancia y terminó saliendo de la pista.

Sin poder creerlo, sus manos terminaron soltándose.

Sintió su cuerpo ir disparado, y no podía hacer nada más que dejarse llevar. Vio que iba a caer al otro lado de los carteles que hacían la curva, y como escudo colocó sus manos primero frente a su cabeza para evitar el peor impacto en ella. Escuchó internamente sus huesos quebrar, pero el dolor ni siquiera apareció. Rodó por la tierra como un trapo, todavía teniendo conocimiento. Lejos del motor, pudo escuchar algunos gritos de victoria por el otro contrincante, y otros gritos de susto.

Dejó de rodar cuando su cara impactó con el concreto. Sus oídos escucharon un pitido agudo, y por unos segundos vio todo negro.

No podía mover las manos.

Intentó ponerse de lado, pero la oscuridad y el dolor en sus oídos se lo impidieron.

Cuando fue tomando visión, sus ojos perdidos buscaron ver más allá: la mano derecha estaba doblada por la muñeca, y la izquierda desde el codo. Todo por haber intentado salvar su cabeza.

Pero aquella imagen aterradora, fue lo último que pudo ver.

En cuestión de segundos, el timón de la motocicleta cayó sobre su cara dejándola completamente inconsciente.

















Espero que les guste💫

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