Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

#NoTengoSueño

Esta es una colaboración con fangirlconfirmed quien realmente hizo casi todo el trabajo, Gracias por tenerme paciencia!


3 a.m y tú seguías en el área de trabajo, revisando una y otra vez las últimas grabaciones y documentos que habían llegado tanto a tus manos como a las de L y el resto del equipo.
Ya estabas comenzando a notar como tus párpados se caían cada vez más, y ni siquiera el café que tenías al lado te conseguía avivar.
No pudiste soportarlo más. Tus hombros te dolían, al igual que tu espalda. Ya eran demasiadas horas estudiando y repasando el caso una y otra vez, y eso, además de frustrarte, también hacía que el cansancio se incrementara más aún. Por lo que dejaste que tu cuerpo actuara por su voluntad.
Apartaste un poco la silla del escritorio y dejaste tu cuerpo caer en éste, acomodando tu cabeza entre tus brazos mientras tus piernas subían y se cruzaban, haciéndote ver aún más pequeña de lo que eras.
–¿Seguirás insistiendo en quedarte investigando toda la noche?– Dijo una monótona y ya famosa voz para ti
Recuperaste la postura erguida y derecha de hacía un par de segundos mientras no dejabas de pestañear y de remover papeles en busca de "algo".
–Sólo estaba descansando la vista– Respondiste más dormida que despierta
–Estabas durmiendo, TN– Dijo mientras se aproximaba a ti con lentitud
–No, L. Sólo me tomaba un pequeño descanso
Él te había estado insistiendo en que no lo hicieras. En que no te quedaras hasta muy tarde con el caso. Él sabía que tú (y prácticamente nadie) podía aguantar más de 24 horas despierta. Pero tú, como buena persona cabezota que eras, le hiciste caso omiso y, simplemente, hiciste lo que a ti te pareció. No siempre eras así, claro. De hecho, tenías muy en cuenta las palabras y consejos de L, pero simplemente te encaprichaste en mantenerte en vela toda la noche para seguir estudiando. Pensaste que sería buena idea puesto que a esas horas no habría ningún imprevisto ni nada que te pudiera desconcentrar, y que con ayuda de grandes dosis de cafeína aguantarías toda la noche y el día siguiente completamente bien... Te equivocaste.
–Tu voz somnolienta y tus ojos entrecerrados me hacen deducir que estás agotada. Obviando el dolor que debes tener en tu espalda y hombros. Ve a dormir, TN.
–Estoy b...
–No estás bien– Te cortó –. Han sido unos días difíciles, TN, y no has descansado mucho desde hace bastante.
Siempre eras tú quien le decía que debía tomarse la noche como un momento para descansar y reponerse... Los papeles se habían cambiado.
–Sólo un poco más y voy a la cama, prometido.
Viste como L asintió y movió sus pies en dirección a la cocina. Seguramente iría en busca de un dulce o algún chocolate caliente. Era una pequeña oportunidad para volver a "descansar la vista".
Apoyaste tu cabeza en una de tus manos mientras que tu brazo se había clavado por la zona del codo en la mesa, logrando así una sujeción perfecta y sin peligro alguno de que tu cabeza cayese al aire. Tus ojos ya estaban completamente cerrados y sabías a la perfección que te ibas a acabar quedando dormida... Pero no notabas que L se acercara, así que podías relajarte un poquito más, ¿no?
–Suficiente– Escuchaste tras de ti
No pudiste hacer nada. Te encontrabas en un estado en el que estabas dormida pero escuchabas y notabas todo a tu alrededor. Por eso mismo te percataste de que L depositó un vaso de cristal en el escritorio y comenzó a atrapar tu cintura con uno de sus brazos.
–¿Qué haces?– Preguntaste con voz de ultratumba
Y no te respondió. Pero continuaste sintiendo sus brazos alrededor de tu cuerpo hasta que te elevó en, al parecer, una posición nupcial.
Ninguno de los dos dijisteis nada. Los pasos de L eran lentos y firmes, temiendo que te despertases. De mientras, tú apoyabas tu cabeza entre sus brazos y su cuello, buscando una posición más cómoda.
L abrió una de las puertas del pasillo de la planta superior, concretamente la puerta de tu habitación. La cerró con un solo pie y se encaminó contigo aún en sus brazos hacia la cama. Te depositó en ella y tras asegurarse de que estabas bien tapada, dio media vuelta dispuesto a irse y dejarte descansar.
–L– Le llamaste –No te vayas
–Debes descansar, TN
–Quédate y descansa conmigo. Tú también tienes que descansar
L se giró a mirarte. Sus ojos como pozos penetraban tu adormecida mirada. Tú sólo extendiste un brazo que se quedó tieso como la rama de un árbol. Con ese gesto pedías que se acercara y tomara tu mano.
–Sólo quédate– Pediste con tus ojos ya entrecerrados –Por favor
Y, simplemente (o no) por verte con esa expresión inocente, dulce e indefensa, L accedió. Arrastró sus pies hasta el otro lado de la cama, hacia donde tú ya te habías volteado cuando viste que el detective aceptó tu súplica.
–L –Pronunciaste– No tengo sueño
Y eso hizo que L, el mismísimo L Lawliet, soltase una imperceptible risa. ¿Que no tenías sueño?... Tu cuerpo no decía lo mismo.
Removiste un poco tu cuerpo, como "luchando" contigo misma. Y L, que precisamente tonto no era, y sabía lo que intentabas, abrazó tu cuerpo lo más fuerte que pudo, acercándote a él sin dejar que ninguna pequeña corriente de aire pudiera pasar por entre medio de vosotros.
–¿Por qué no me dejas ir a seguir investigando?
–Porque estás cansada y necesitas dormir
–¿Y por qué me abrazas tan fuerte?
Tú, obviamente, no lo notaste, pero las mejillas de L se encendieron levemente.
–P-Porque... –Titubeó– Porque sé que en cuanto yo me duerma, te escaparás a seguir trabajando
–¿Y por qué no puedo hacer eso?
–No es un hábito saludable, TN –Calló durante unos segundos– Además, rendirás peor en el trabajo si no descansas
–Pero puedo tomar mucho dulce y café, como haces tú
Y por segunda vez en muy poco espacio de tiempo, oíste a L reír con suavidad. A él le había parecido una idea tierna de tu parte.
–Yo estoy acostumbrado a no dormir y a tomar grandes dosis de azúcar y cafeína, tú no, pequeña TN
Concluiste con las preguntas y sabiendo que no podías hacer nada por alejar a L, sacaste tus brazos de entre medio de vuestros cuerpos y le abrazaste al mismo tiempo que enrollaste tus piernas con las suyas.
–Me gusta que me abraces– Dijiste sincera
L no dijo nada, sólo cerró sus ojos con fuerza y mucha mucha vergüenza.
–¿L?– Le volviste a llamar –Te quiero
L abrió inmediatamente sus ojos de forma exagerada. Le habías dicho dos simples palabras. Y con sólo eso hiciste que su corazón se acelerase y que sus mejillas se coloreasen aún más.
–Creo que debes dormir, TN

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro