•Mensaje nuevo de Ryusaki:

¿Dónde estás?

Frunciste el ceño ante el mensaje que te había llegado. Se suponía que las líneas eran solo para emergencias, ahora te encontrabas con Aiber en un Bar tomando unos tragos, Watari les había prohibido beber en La central debido a el estado que dejaron La habitacion, pero...No dijo nada de beber antes de llegar a La central...

En un bar a unas cuadras con Aiber, ocurrió algo? 😦

Mensaje enviado.

-te llama el deber ¿verdad?- pregunto Aiber con una sonrisa traviesa, te giraste a mirarlo de igual manera, ambos estaban sentados en la barra del bar, el había pedido wisky y tú un vaso de Bourbon.
-Mas que deber diría justicia-murmuraste divertida-mas aún si la justicia se llama Ryusaki-
Tú teléfono no volvió a sonar durante los próximas minutos lo que te pareció extraño.
Te levantaste de allí para ir al baño después del segundo vaso de Bourbon y luego te miraste al espejo sucio del bar.
Tenias unas botas de cuero negras con unos pantalones engomados y una remera roja, muy llamativa.
Y el bar estaba lleno de hombres.
Sabes, sería una pena que fueras Kira...Porque creo que me estoy enamorando de ti.
Sus palabras resonaron en tus oídos, sonaba tan despreocupado que no sabías que pensar de ello.
Sabías que el estaba firmemente convencido de que el culpable era Ligth pero aún así te Dolia que dudará de ti.
Aunque dudaba de todos los seres de este planeta.
-Aun no entiendo como una chica tan hermosa como tú está colada por un chico como el-te dijo Aiber una vez de vuelta en la barra del bar cuando le contaste-solo espero que no cambies, querida eres el alma de la diversión-
Te carcajeaste ya algo ebria ante la ocurrencia de tú compañero de tragos.
-Aunque ya sabes, siempre estaré aquí por si....-
-¿para apoyarme moralmente?-Le preguntaste divertida ante La indirecta
-Moral, física, sentimental, de la manera que tú quieras nena-te guiño un ojo haciendo que los dos rompieran en carcajadas nuevamente.
-Deja ese trago, volverás a la central-esa voz tan hermosa y molesta al mismo tiempo...
Volteaste para asegurarte que no estabas alucinando por los efectos del alcohol.
Ryusaki se encontraba parado detrás de ti con el rostro serío, iba con su típico atuendo de Jeans y remera gigantes, junto con unas zapatillas blancas de cordones desatados y su cabello negro descontrolado.
-¡Ryusaki!-Dijo Aiber sin saber lo que se venia-¡tomate una copa!-movio su mano llamando al cantinero
-No, vengo por _____-respondio el con molestia- además, el alcohol daña las células cerebrales, así como los nervios periféricos, de forma irreversible-explico
-Tienes células cerebrales de sobra Ryuki-dijiste inventandole un apodo a su nombre falso-ven siéntate aqui-tiraste de su manga y lo obligaste a sentarse junto a ti, quedando tu en el medio de ambos.
El cantinero le puso un pequeño vaso de tequila en frente, el cual tomo con su dedo pulgar e índice y lo olfateo cuidadosamente arrugando La nariz con disgusto.
El chico estaba llamando la atención de la gente, con su vestimenta y su manera extraña para moverse.
-Sabe tan feo como huele pero amo La sensación de ardor en La garganta-dijo Aiber al verlo, Ryusaki lo fulminó con La mirada.
-¡salud por ello!-Gritaste emocionada por el Estado en el que estabas.
-¡Salud!-Grito Aiber siguiéndole, acto seguido chocaron los vasos y lo hicieron también con un Ryusaki inseguro.
Te bebiste el trago de un solo sorbo haciendo un "fondo blanco" igual que Aiber, y golpearon los vasos vacíos contra La barra.
-¿que esperas?-Pregunto Aiber divertido a Ryusaki quien lo miro con odio, luego dirigió su mirada hacia ti con inseguridad para luego beberse el trago de un sorbo también... Aunque duro poco ya que escupió la mitad del contenido haciendo que se partieran a carcajadas.
Ryusaki estaba colorado, aún tosía con el sabor del tequila en la punta de su lengua. Los espero a que terminaran de burlarse de él y se dirigió a ti.
-Ya cumplí, ahora cumple conmigo, nos vamos de aqui-asentiste sabiendo que el chico había echo un gran esfuerzo para hacer lo que había echo por lo que decidiste que La noche había terminado.
Te despediste de Aiber con un abrazo y caminante entre la gente detrás de L siguiéndole el paso.
-Ey preciosa ¿tan rápido de vas?-Pregunto un gordo borracho todo sudado tomando té de La muñeca casi en La entrada.
-Asi me voy, sueltame-respondiste intentando no cabrearse, era un motociclista, se notaba por su vestimenta y sus tatuajes.
-Vamos primor, quédate un rato-insistio tirándote hacia el, haciendo que tú cuerpo se llegará al de el, sintiendo el olor a alcohol y sudor.
-Dije que me sueltes-gruñiste ahora enojada-te metiste con La dama equivocada-solias ser algo violenta si algo no te gustaba cuando estabas ebria.
-¿Ah si? ¿que me vas a hacer tú?-Pero a penas termino La frase que el pie de Ryusaki golpeó contra su mejilla con fuerza, empujándolo a una mesa donde había más motociclistas.
Un revuelto de puños y patadas se formó en el lugar, todos comenzaron a pelear con todos, pero no te detuviste a ver el revuelo que habían armado, solo salieron del lugar donde una limosina los esperaba.
-No tenías que hacerlo, podía defenderme-le dijiste a Ryusaki una vez dentro, el se sentó con indiferencia mirando hacia La ventana.
-¿debia dejar que te molestará?-Pregunto enojado.
Te sentiste mal realmente. L había ido por ti al bar , te había acompañado a pesar de estar incómodo y te había salvado de ser masacrada por un motociclista, y aún seguía enojado contigo por desaparecer de La central.
Aunque ahora que lo pensabas...
-¿como sabías en que bar estaba?-Preguntaste mientras llegaban en silencio a La central de policía.
-Mande un virus a tú teléfono, y busque La ubicación por satelite-respondio ahora mientras la limo estacionaba dentro del garaje de La central.
Sonreiste con ternura ante las molestias que se había tomado.
Ambos bajaron de allí y se dirigieron al ascensor mientras el chófer guardaba La limo, no supiste si fue el alcohol, o el momento, o por qué ya no lo soportaban más.
Simplemente te abalanzaste sobre el cuando apretó el botón para llamar al ascensor y lo besaste tomando con tus manos su rostro.
Fue tierno, cortó y con sentimiento.
-Gracias por salvarme- dijiste divertida ante La mirada de sorpresa de L , quien al instante comenzó a ruborizarse.
Caminaste dentro del ascensor para subir y te volteaste a verlo, aún en el mismo lugar, observandote fijamente.-¿subes o no?-Preguntaste divertida, tal vez enamorarte de alguien como Ryusaki no era tan complicado como pensabas.