Frustrante. Esa era la palabra correcta.
Light Yagami era una persona frustrante, que se escudaba detrás de sus objetivos para encubrir sus fechorías.
Lo habías visto con Misa Amane, y no quisiste creerlo. Por lo que lo perdonaste cuando vino a ti con sus excusas. Luego con la periodista, quien parecía bastante loca por Kira, en un sentido enfermo.
Tu novio era un mujeriego, infiel, empedernido que no hacía más que excusarse con su trabajo. ¿porque estaba con Misa? Porque quería averiguar si era el segundo Kira. ¿porque la periodista? Porque tenía contacto con el.
Siempre excusas para no hacerse cargo de sus errores. Y tú siempre allí perdonándolo.
Estabas sentada en la terraza de él edificio donde vivían con los policías de Japón, tus pies colgaban al vacío y el viento pegaba en tu rostro con lágrimas, mientras mirabas hacia el horizonte como el sol bajaba hasta volverse completamente oscuro.
Dormiste tu nariz en un intento de detener el llanto, y apoyaste el peso de tu espalda sobre tus manos.
-¿otra vez aquí ___?-pregunto una voz conocida detrás de ti.
Te sorprendiste y casi caes al vacío, si no fuera porque L te sostuvo salvándote de una aterradora muerte .
-¡porque hiciste eso! ¡casi me matas del susto!-gritaste enojada, empujándolo hacia atrás.
-lo siento, no quise asustarte-murmuro bajo observándote curiosamente-¿estabas llorando?-
Negaste mientras fruncías el ceño. No querías que todos supieran tus miserias.
-tienes los ojos rojos -dijo el poniendo sus manos en los bolsillos-no lo niegues-
-se que sabes la razón, seguramente la dedujiste-respondiste molesta
-light Yagami es una persona especial-dijo el encogiéndose de hombros- y las mujeres parecen tener una fascinación por el-
-gracias, me haces sentir mejor-respondiste sarcásticamente  cruzando tus brazos
-y no creo que merezca tu atención, después de todo una chica como la tu no debería preocuparse por esas cosas-dijo el simplemente, captando completamente tu atención, ¿que habia querido decir?
-¿ a que te refieres con una chica como yo?-preguntaste entrecerrando los ojos, esperando un comentario desubicado de esos que L hacia sin darse cuenta de que lo que decía ofendía gravemente.
-bueno..-dijo el sonrojándose un poco-las curvas suaves de tu rostro, y las proporciones de tu cuerpo parecen ser comparables con la definición de belleza en una mujer, podrías estar con cualquier chico-
¿en verdad L lawliet había dicho eso? ¿o acaso lo estaba soñando?
-¿enserio crees que soy bonita?-preguntaste sonrojada también, nunca habías pensado que L podía ver a la gente con otros ojos aparte de los de un detective. Menos a ti que te creías mas común que cualquier otra chica, teniendo a Misa Amane con ellos ¿quien iba a quererte a ti?
-si, bueno-rasco su nuca nervioso-los estándares de belleza imponen que una chica bonita tiene rasgos faciales definidos y delicados, cabellos rubios, ojos claros y piel perfecta-¿de que hablaba el? tus ojos eran comunes, marrones, tu cabello castaño oscuro, eras mas común que cualquier otra chica-pero tus ojos son de un color marrón claro, y cuando el sol pega contra tu pelo se ilumina dándole un tono rojo extraño, ademas de que tus pecas te dan contraste-
Te quedaste de piedra, nunca habías podido notar con cuan detalle te miraba L, siempre cegada por Light nunca habías podido reparar en el extraño chico frente a ti, encorvado escondiendo su gran altura, de cabello y ojos negros, y piel pálida, incluso recién te dabas cuenta que en la terraza donde se encontraban, daba el sol completamente, cosa que a L le molestaba por su piel delicada.
-¿entonces que crees que debería hacer?-preguntaste sin saber que mas decir
-no lo se, mi opinión es que no te preocupes por ello, no estés triste y enfocarte en el caso-dijo encogiéndose de hombros, mirando hacia la puerta de entrada a la terraza y luego a ti-¿quieres ir por un pastel? no me agrada mucho el sol-
Sonreíste ante la inocente petición del chico y asentiste alegremente, L tenia razón, podía estar con cualquier chico que quisiera, y habías descubierto que lo que pierdes en algún momento, al final siempre vuelve, aunque tal vez no de la forma que esperabas.