¡Hola a todxs! Esta historia está inspirada en una de las partes de la imagen de la multimedia, la zona central, "arquénteron". Aunque la historia no tenga nada que ver con lo que el nombre significa en realidad, y le haya cambiado la ortografía, es esa palabra la que hizo que la historia surgiera en mi cabeza. Puede parecer una locura, pero a veces la inspiración llega cuando y de donde menos te lo esperas. 

Un pequeño apunte sobre la historia; los tres asteriscos (***) indican un cambio de escenario. Hay varios, pero no os preocupéis, que al final todo cobra sentido. 

Espero que disfruten leyéndola. 

Y para los curiosos, "arquénteron" o "gastrocele" es como se denomina a la cavidad embrionaria que se forma en la fase de gastrulación (que es una de las fases del desarrollo embrionario).

Unas gotas de sangre tiñen de rosa la espesa capa de nieve de la cumbre. La ventisca impide distinguir figura alguna, y lo único que se escucha es el eco de un disparo, seguido por el ladrido de varios perros. Es el comienzo del fin.

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Informativos televisivos:

Buenas tardes a todos. Hoy abrimos el telediario con una noticia sin precedentes. Como podéis ver en estas imágenes, los árboles de la selva Amazónica se están muriendo y cayendo a una velocidad estrepitosa. Científicos de casi todos los países del mundo están estudiando las causas de este extraño y espontáneo suceso al que no le encuentran explicación.

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Conversación entre dos pasajeros en el tren:

-Ayer por la noche me llamó mi hermano, que vive en una zona costera, para contarme que la casa se les ha llenado de medio metro de agua, y que el paseo de la playa se lo ha tragado el mar. Además, dice que esperan olas de entre 7 y 10 metros de altura en los próximos días.

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Llamada telefónica:

-Mamá, estoy en el aeropuerto y nos acaban de comunicar que el vuelo se ha cancelado. Un volcán ha entrado en erupción,y la nube de ceniza impide que los aviones puedan atravesar la zona. Así que no se cuándo podré volver a casa.

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Noticia del periódico:

Está madrugada un seísmo de 9,8 grados en la escala de Richter ha sacudido el país, provocando numerosas pérdidas.

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Mensaje difundido por las redes sociales y el resto de medios de comunicación:

Desde el servicio meteorológico alertan de la inminente llegada de un tornado de fuerza 5. Para ello, recomiendan refugiarse en sótanos o en refugios subterráneos, y si estos no están disponibles en habitaciones o pasillos del interior del edificio y sin ventanas. Manténganse informados en todo momento y no salgan hasta que se informe de que el tornado ha pasado completamente.

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Tumbada en el suelo de su cueva, una criatura similar a un alce con una gran cornamenta apenas puede mantenerse consciente. Su blanco pelaje está cubierto de sangre que emana de una herida de bala de su pecho.

Por encima de su cabeza flotan cuatro esferas de colores, una verde, otra roja, otra azul y una última blanca. Todas tienen un brillo tenue que parpadea constantemente.

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Una mujer despertó agitada en mitad de la noche y un escalofrío recorrió todo su cuerpo. Se incorporó y se sentó en el borde de su cama de paja. 

Cuando sus desnudos y morenos pies tocaron la tierra que formaba el suelo de su choza, sintió que algo iba mal. Se acercó a las brasas de la hoguera de la noche anterior, y tomó una con su mano. Se temió lo peor. Luego, salió agachada por la pequeña puerta de su refugio y el fuerte viento y la intensa lluvia azotaron su cuerpo. Sus sospechas se confirmaron, el equilibrio se había perdido.

Arkentheron debía estar herido.

Sin perder ni un solo segundo más, la chaman se dispuso a meter en su bolsa todo lo necesario para emprender el viaje. Después, se echó por encima su abrigada capa y miró por última vez la choza que hasta el momento había sido su hogar, ya que temía que los desastres venideros la destruyeran antes de que ella pudiera actuar.

Tuvo que soportar largos y duros días de travesía siendo testigo de la destrucción que se estaba produciendo por todo el planeta. Sin embargo, cuando todo parecía perdido, la mujer vislumbró en la lejanía la cumbre a la que se dirigía.

En su ascenso, mientras se protegía de la ventisca, escuchó un sonido imperceptible para la mayoría pero estremecedor para ella; el leve gemido de dolor de una criatura agonizante. Guiada por él, se apresuró a llegar a la cueva de la que provenía. No quería que fuera demasiado tarde.

Al llegar a ella, se topó con una criatura de gran cornamenta tendida en el suelo, con los ojos cerrados y el pelaje cubierto de sangre. Su respiración era muy leve.

–¡Arkentheron! –exclamó la mujer horrorizada.

Se arrodilló a su lado, a la altura de la herida que tenía en el pecho. Le acarició la frente y le susurró algo incomprensible, a lo que el ser respondió con un dificultoso movimiento de cabeza.

La mujer enseguida echó mano de su bolsa y comenzó a taparle la herida. Cuando el sangrado cesó, procedió a preparar un brebaje a base de plantas medicinales y partículas de minerales para restablecer todos los nutrientes que había perdido.

Tras un arduo trabajo, la situación de Arkentheron se estabilizó. Entonces, la chamán miró fijamente las esferas de colores situadas encima de ellos, y vio que su brillo era tenue, pero ya no parpadeaban.

A los pocos días, la criatura empezó a comer por su propia cuenta lo que la chamán le ofrecía, y una semana después logró ponerse en pie. Poco a poco, Arkentheron fue recuperando sus fuerzas, y las esferas su intenso brillo. Así, comenzó a estabilizarse la situación del planeta. Los árboles volvieron a arraigarse en el suelo, el mar volvió a estar en calma, los volcanes se durmieron, la tierra dejó de temblar y los tornados se disiparon. El equilibrio se recuperó.

–No pensé que los humanos pudieran llegar hasta casi destruir aquello que les permite vivir –dijo la chamán–. Y yo no siempre voy a poderlo rehuir. Son ellos los que tienen que entender que lo han de proteger. 

Arkentheron asintió para mostrar que estaba de acuerdo con ella.