"NUESTROS DIAS"
Saludos y bienvenidos amigos Louders. Aquí Dasher1275 reportando desde los confines más alejados del Fandom, que tal les ha ido en este mes primerizo del año? Consideran que ha sido un buen comienzo del año o todo pinta que será una putisima mierda como el anterior. Cual sea la respuesta lo bueno es que no tienes que lidiar con esta pesada carga tu solo, en este Fandom todos nos apoyamos y nos damos ánimo, y para prueba de eso tenemos un tercer capítulo de este fanfic interactivo del fic Stellacoln, que ahora si será canon a diferencia del otro. En este caso el capítulo es escrito por el usuario TheCyberz favor de apoyarlo. Por lo que ya sin nada más que decir, los dejo con la historia del día de hoy. Espero lo disfruten y les guste.
The loud house no es mio, es propiedad de Nickelodeon y Viacom.
Capítulo escrito por TheCyberz, favor de seguirlo y apoyar sus historias :)
..................
...................
...................
Aunque no estaba muy seguro de si asistir o no, Lincoln igual estaba ya mentalizado a hacerlo, y por ello, esa tarde se había tratado de arreglarse un mínimo. Últimamente no prestaba mucho a su apariencia fuera de su trabajo, lo cual era en parte culpa del mismo trabajo. Daba igual cuando disfrutaba su trabajo de oficina, era estresante y solía drenarlo tanto como para llevar tiempo sin una vida social saludable. Afortunadamente tampoco era como si estuviera aislado del todo.
De vez en cuando salía a reuniones, tal y como sucedió tres meses atrás, cuando hubo una reunión para los graduados de su escuela donde pudo reconectar con algunos antiguos amigos, así como volver a encontrase con otros compañeros con los cuales perdió contacto. Fue justo en esa reunión que Lincoln volvió a toparse con Stella después de años de no saber nada de ella.
Fue extraño, pues, aunque habían pasado tanto tiempo sin saber el uno del otro, igual fue fácil para ellos reconectar y ponerse al día. Y sin lugar a dudas el hecho de compartir como es que ambos atravesaban un momento algo difícil al haber terminado sus respectivas relaciones recientemente quizá ayudo a que empatizaran incluso mas el uno con el otro.
Cuando ella se mudo durante la preparatoria tuvo que pasar por dificultades infranqueables, pero ahora había regresado a la escuela y estaba comenzando su carrera universitaria, lo cual la emocionaba bastante. Mientras que Lincoln había vivido una vida bastante sencilla y en cierto punto incluso acomodada ya que, una vez que su hermana mayor comenzó a trabajar de forma oficial en su rubro, el apoyo a la familia aumento, y eso solo mejoro conforme cada hermana mayor decidía apoyar a los menores con sus estudios y vida en general.
Lincoln se enfocó en sus estudios, decidido a conseguir un buen empleo en algo que le gustara, pero aun con sus complejidades o sus privilegios, ambos habían tenido oportunidad de vivir una vida tranquila. Al menos hasta que ambos perdieron a sus respectivas parejas. Lincoln a su hermosa y alocada Ashley, con la que había estado saliendo ya por cuatro años, mientras Stella con un chico que, en retrospectiva, no era tan bueno en realidad, pero siendo que estuvo con él por cinco años igual le dolía.
Fue sobre eso que hablaron en aquella ocasión y, mientras la fiesta avanzaba y el ambiente se calentaba gracias al alcohol, Lincoln termino liándose con ella y durmieron juntos. No podía mentir, eso había valido la pena, después de todo tenia mas de dos meses sin sexo y aunque había cambiado, Stella le seguía pareciendo atractiva. Pero la incomodidad al despertar y descubrir que por culpa del alcohol y del ambiente festivo habían hecho aquello fue imposible de evitar.
Fue ahí cuando Lincoln intercambio información de contacto con ella. Fue mas una cortesía, pues en realidad no creía que fueran a ser cercanos de ninguna manera, su amistad de niños había caducado hace años, y siendo ambos tan diferentes ahora que eran adultos, le parecía poco valioso esforzarse por retomar la amistad. Y aunque Stella aceptó intercambiar información, tampoco parecía estar interesada en continuar con aquella amistad, así como tampoco se la veía muy convencida del desliz que había tenido con el peliblanco.
Después de esa noche no volvieron a intentar ponerse en contacto el uno con el otro, principalmente porque, con todo y la noche pasional que tuvieron, estaban demasiado ocupados con sus vidas para tratar de hacer algo juntos. Mientras Stella debía batallar con las consecuencias de su rompimiento, al mismo tiempo que debía administrar su tiempo entre su trabajo de medio tiempo y sus estudios, Lincoln estaba concentrado en su trabajo y en apoyar a su familia, especialmente a sus sobrinos, a quienes amaba bastante.
Por eso, cuando días atrás recibió aquel mensaje de Stella, estuvo a punto de ignorarlo y simplemente descartarlo. Ella le pidió reunirse con él, y Lincoln pensó que ella quizá quería una cita o algo por el estilo, lo cual no le parecía interesante en ese momento. Por ello ignoró ese primer mensaje, esperando que ella entendiera lo que es significaba.
Pero cuando Stella envió un segundo mensaje, ahora un poco más suplicante, creyó que seria una buena idea reunirse con ella y aclarar las cosas. Habían pasado unos tres meses, y en realidad Lincoln no quería una pareja por ahora, así que se aseguraría de decírselo a Stella en esa reunión, pero al mismo tiempo tenia curiosidad, nunca espero que ella en verdad quisiera reconectar y menos que llegara a mostrar la insistencia que expresó en su segundo mensaje.
Suponiendo que quizá podría ser también algo diferente a lo que pensaba, Lincoln decidido asistir a la reunión. Fue casual y, aunque Stella vivía en la ciudad vecina, se ofreció a ir hasta donde Lincoln estipulara. Incluso dijo que podía hacerlo el día y a la hora que él quisiera, y eso sonaba algo desesperado de su parte. Por mucho que a Lincoln le inflaría el ego pensar que eso era porque fue increíble en la cama y la dejo con ganas de más, ese no parecía ser el caso.
Tratando de ser casual y evitar gastos innecesarios, Lincoln citó a su antigua amiga en una cafetería pequeña cercana al centro de la ciudad, pensando en que al ser un lugar publico y también rodeado de gente, cualquier drama posible que pudiera surgir, si es que surgía, seria mitigado por los presentes.
En realidad, no pensaba que fuera a suceder nada del otro mundo, quizá solo una reunión simple para conversar o algo así, ponerse al día, distraerse y quizá con ello relajarse, pero había aprendido que su vida estaba inclinada al drama, por lo que ser un poco precavido le era ya algo natural y reconfortante. Lamentablemente aquella reunión no lo relajo en absoluto.
En cuanto llego al pequeño café que a veces usaba para pasar tiempo a solas, Stella ya estaba ahí esperando por él. A penas se acercó a ella, noto como sus ojos estaban tenuemente enrojecidos, y sus parpados moderadamente hinchados, lo que para Lincoln fueron claras señales de que ella estuvo llorando, y eso lo alarmó bastante.
-¿Te encuentras bien?- después de saludar cordialmente y tomar asiento frente a ella, Lincoln preguntó con cierta cautela.
-Lo siento mucho, Lincoln- casi pareciendo que iba a volver a llorar, ella al fin dijo lo que tenia que decir-, se que esto te va a tomar por sorpresa y que te cause problemas, pero no puedo ocultártelo para siempre...
-¿Qué sucede?- con cierta preocupación, Lincoln preguntó, temiendo lo peor.
¿Acaso Stella le diría que le contagio alguna enfermedad venérea?
-Estoy embarazada- interrumpiendo los pensamientos de Lincoln, ella soltó aquello después de tragar saliva pesadamente, y sintiendo que aquel trago se convertía en una roca hirviente que bajaba por sus entrañas quemando todo a su paso.
-¿Qué?- incrédulo y también algo en shock, no pudo atinar a preguntar o decir otra cosa.
-Estoy embarazada, y... tu eres el padre.
-No... ¿Cómo?
-Fue aquella noche, en la reunión de graduados de la escuela.
-No puede ser posible, eso fue hace tres meses.
-Se que parece que estoy mintiendo, Lincoln, pero es verdad. Desde esa noche no he estado con nadie más, y el tiempo estimado de concepción encaja perfectamente. No usamos protección esa noche, y aunque pude simplemente tomar la Postday para evitar esto, no lo hice, lo olvide.
-¿¡Lo olvidaste!?- con molestia, Lincoln alzó un poco la voz- ¿Así de simple es tu excusa para decir que te embarazaste?
-Lo sé, y lo siento mucho, pero es la verdad. Con lo de mi ruptura con Arold, la escuela y el trabajo, mi mente estaba hecha un lio, y tenía tiempo descuidándome de muchas formas, y esto solo es otra de esas cosas, lo siento mucho.
-Mientes- inquisitivo, Lincoln la increpó-, han pasado tres meses, ¿porque esperarías tanto para decírmelo? Debes estar equivocada, alguien más es el padre...
-Estoy segura de que eres tú. No he estado con nadie después de eso, y había pasado tiempo también antes de verte. Lamento no contártelo antes. Lo supe desde el segundo mes de embarazo, me tardé en descubrirlo ya que, por culpa del estrés, mi periodo se había vuelto muy irregular.
-¿Y entonces que sucede con el mes restante? ¿Por qué tardaste un mes para decírmelo después de descubrirlo? ¿Cómo esperas que no encuentre eso sospechoso, Stella?
-Tenía miedo.
-¿Miedo de que?
-De esto, de que me rechazaras. Todo este mes fue una tortura para mí, por más que pensaba al respecto no sabia que hacer y me asustaba tomar la decisión equivocada. Seria sencillo simplemente deshacerme de el bebé, pero no creo ser capaz de algo así, y aunque planeaba no decírtelo en absoluto y buscar la forma de criar por mi misma al bebé, mi madre insistió en que debía decírtelo cuando lo descubrió.
»No estoy aquí para pedirte nada, Lincoln, esto fue mi error, o al menos lo fue en mayor parte, y se que no hay nada entre nosotros, así que no quiero obligarte a ser padre si no quieres. Aun así, tendré a mi hijo y planeo cuidarlo por mi misma, pero mi madre dijo que no decírtelo me haría a mi una persona horrible. Ella dice que, sin importar si decides o no ser parte de la vida del bebé o si decides ayudarme o no, igual debería contártelo.
-¿Si ya habías tomado una decisión, cual es el punto de contármelo entonces?
-Solo eso, Lincoln. Contártelo, hacerte saber la situación y dejarte decidir al respecto. Si nunca te lo hubiera contado, entonces yo habría sido una persona horrible, como dice mi madre, porque no te daría la oportunidad de elegir si quieres o no ser un padre.
»No tienes que preocuparte, por lo que hablamos en aquella ocasión me queda claro que no estas listo para algo así, y tampoco planeo pedirte ningún tipo de manutención si decides no ser padre del bebe, solo quiero que sepas que lo serás y quitarme este peso de encima. Estas en todo tu derecho de odiarme si así lo quieres, sería justo, pero después de escuchar a mi madre, no creo que habría podido dormir tranquila si no te lo decía.
-No puedo creer todo eso.
-No tienes que hacerlo, esta bien si decides no creerme. No vine aquí a convencerte de nada, Lincoln, solo vine a hablar contigo sobre esto. Estoy bien si decides cortar contacto conmigo...
-¡No!- con algo de angustia en su voz, Lincoln interrumpió a Stella- Esto es muy repentino, y no tengo ninguna certeza de nada, espero que entiendas eso Stella. No estoy listo para tener hijos, ni los quiero en realidad, pero si lo que dices es verdad, no puedo solamente alejarte y pretender que ese bebé no existe. Pero no planeo ser parte de ningún fraude de paternidad, haremos una prueba de paternidad y si es verdad que soy el padre, entonces veremos cómo proceder. No pienso aceptar nada de lo que digas a menos que hagamos esa prueba.
-Lo entiendo- de forma serena, Stella asintió a la petición de Lincoln-, no tengo problema con eso, siento que es normal que pidas algo así, y la verdad me lo esperaba un poco. Pero, si te soy sincera, no tengo el dinero para algo así, no teniendo que cuidar de mi y pagar mi renta, y ahora que mamá volvió a Filipinas, no creo que pueda pedirle ayuda con esto...
-No importa eso, yo pagare la prueba, soy yo quien la esta pidiendo de todas formas.
Después de afinar algunos detalles menores, y completamente agobiado por una noticia así, Lincoln fue directamente a casa de sus padres tras aquella reunión, esperando que, al contarles, al menos algo de su culpa se desvaneciera.
Sentía que había sido bastante grosero e insensible con Stella, y aunque trató de mantener la compostura, en realidad había sido bastante pedante al hablar con ella. Aun no estaba seguro de si él era el padre de hijo que esperaba Stella, y aunque esperaba no serlo, sabía que no podía negar sus responsabilidades si ese era el caso.
Nunca quiso hijos, era algo que sabia desde muy joven, probablemente por la parentificación que experimento de pequeño al cuidar mas de lo que debería de las mas pequeñas de sus hermanas. Y aunque no estaba peleado con la idea, ciertamente hijos era algo que Lincoln prefería evitar siendo aun joven. De alguna manera pensó que sus padres y hermanas estarían de su lado, pero no espero la respuesta de su familia.
Sus padres, de inmediato, le hicieron saber que estaban molestos con él por ser tan irresponsable y que, si ese hijo resultaba ser realmente suyo, no tendrían reparos en hacerlo parte de la familia, sin importar si Lincoln quería o no involucrarse con el bebé. Pero también dejaron claro que así fuera por medios legales, lo obligarían a responsabilizarse del bebé, pues a sus ojos era Lincoln el culpable de todo esto por dejar que su libido lo dominara.
Sus hermanas, por otro lado, y aunque tenían razones diferentes para hacerlo, le expresaron a Lincoln las dudas que tenían al respecto y juntas comenzaron a culpar de Stella de tratar de manipularlo. Para ellas era obvio que eso era un fraude y puede ser que incluso estuviera planeado, era demasiada casualidad que esa noche que pasaron juntos ella quedara embarazada, y mas aun que decidiera postergar tanto el anuncio a Lincoln.
Por su parte, Lincoln no podía dejar de sentir remordimiento por su forma de actuar, y es que aun cuando lo intentaba, al reunirse con Stella fallaba rotundamente en ser alguien amable con ella. Todo ese asunto era complicado, y también difícil de enfrentar, por ello estar frente a Stella lo tensaba tanto, pero su esfuerzo por ser alguien civilizado era mermado por sus emociones en cada ocasión.
Después de unos días, al fin fueron capaces de hacer la prueba de paternidad, y pese a que el hospital les aseguro que el resultado estaría disponible en menos de setenta y dos horas, al final tomo mas de una semana para que ellos supieran si Lincoln era realmente el padre.
Aunque Stella estaba completamente segura del resultado, siguió sin saber como sentirse al respecto cuando la prueba de paternidad confirmo que Lincoln, en efecto, era padre de su hijo. Se había hecho evidente que él no quería ser parte de todo esto, y seguramente también era bastante inoportuno. Le sería de mucha ayuda que Lincoln la apoyara con todo esto, pero prefería arreglárselas sola antes que convertir su vida en una llena de conflictos por culpa de su decisión por seguir adelante con su embarazo.
Pero Lincoln cambió bastante con la confirmación de que era el padre. No podría decir que lo vio mas feliz, pero al menos dejo de verlo con aquella actitud retadora y beligerante, pero en especial estaba muy agradecida con los padres de Lincoln, quienes incluso antes de conocer los resultados estaban muy dispuestos a brindarle apoyo y ayuda.
Estando lejos de su familia, Stella encontraba muy sanador ver la forma en que los padres de Lincoln no la juzgaron ni tampoco insinuaron que lo que hacía era algún tipo de fraude, así como las hermanas de Lincoln lo hicieron. Pero de una forma distinta, también se sintió mejor al ver como la actitud de todas las hermanas había cambiado al escuchar los resultados.
De ser un grupo de mujeres groseras y acusatorias, ahora estaban todas felices por la idea de un miembro mas de la familia. La mayoría de ellas tenia ya hijos, y la idea de un sobrino más solo las emocionaba. Y aunque sus disculpas por los ataques previos se sintieron bastante insípidas, Stella decidido perdonarlas entendiendo que sus acusaciones eran causadas tanto por la preocupación que ellas sentían por su hermano como por, seguramente, los celos que tenían por él. A fin de cuentas, Lincoln siempre fue muy consentido y celado por todas sus hermanas.
Ya que Lincoln tenia un trabajo que atender y su casa era grande para alguien soltero, pero insuficiente para una familia, Stella se mudó a casa de los padres del peliblanco, siendo convencida por toda esa familia de hacerlo. En verdad fue algo increíble, mientras los padres de Lincoln eran personas amables y muy atentas que no solo le ofrecieron un techo libre de renta, las hermanas habían incluso empezado a gastar dinero en su nuevo y futuro sobrino.
Con suficiencia, todas ellas, así como sus padres, casi de inmediato le prohibieron a Stella trabajar para evitar que el embarazo tuviera alguna complicación, y la mayoría de ellas, en especial las mas jóvenes, estaban constantemente en la casa hablando con ella, cuidándola y haciéndola sentir bienvenida. Era como ser parte de esa familia, y sin duda eso la hacía sentir mucho mejor.
Por otra parte, su relación con Lincoln se había arreglado. Fue una charla reveladora y algo emotiva, pero gracias a eso Stella al fin entendió porque Lincoln había sido tan hostil, y aunque ya tenia una idea vaga sobre eso, le sorprendió saber sobre cómo Lincoln no quería hijos. Era difícil aceptar que por culpa de un descuido había cambiado los planes de Lincoln por completo, quizá con ello arruinando las cosas.
Pero volviendo él a ser como solía serlo, Stella no podía evitar estar agradecida de que fuera él quien resultara ser padre de su hijo. A pesar de todo, él era atento con ella, protector, pero sobre todo la apoyaba bastante. Después de todo, Lincoln no solo se estaba haciendo cargo de los gastos que ella representaba y además preparando los costos del hospital para cuando ella entrara en labor de parto, estaba también gastando dinero en muchas cosas para el bebé.
No importaba si Lincoln era ahora un adulto independiente y con un trabajo, muchas veces parecía seguir siendo aquel niño nerd que solía gustarle tanto durante la infancia. Era una lastima que sus caminos tuvieran que cruzarse de nuevo en circunstancias tan poco razonables.
***
Lincoln no pudo concentrarse en absoluto durante todo el día, y pese a que eso no afecto su trabajo, si hacia evidente para todos quienes hablaban con él que algo le sucedía. En realidad, estaba preocupado, y bastante, después de tanto tiempo juntos, de hacer lo que habían hecho y de tenerse el uno al otro, tal parecía que Stella ya no estaba interesada en seguir con él.
Aunque había sido complicado, Lincoln se había preparado mucho para la llegada de su hijo, sus esfuerzos llegaron hasta tal punto que incluso pidió ayuda a sus hermanas con la intención de comprar un nuevo hogar que pudiera funcionar para una nueva familia, dejando atrás su casa pequeña.
Poco antes de que naciera su hijo, al cual llamaron Stanley, Lincoln ya se había mudado a su nuevo hogar junto a Stella y habían comenzado a adaptarse a esa nueva dinámica. Incluso había convencido a Stella de regresar a la escuela y terminar su carrera universitaria, siendo él quien pagara por eso, pues no solo tenia el dinero para hacerlo, también sabia que Stella estaba en una situación económica complicada, y creía que ayudarla a tener estudios completos, le daría un trabajo estable mas adelante, y con ello sería más fácil para ella valerse por sí misma.
No consideraba que algo malo fuera a pasarle, y aun si ese fuera el caso, sabía que sus hermanas y padres estarían ahí para ayudarla, pero de ocurrirle algo a él, además de todo lo que pudiera dejarle a su hijo como patrimonio, esperaba que con sus estudios Stella pudiera cuidar por si misma de Stanley en caso de que él faltara.
Cuando su hijo al fin nació, Lincoln se sintió orgulloso y feliz de una forma que no esperaba, pues aun hasta el último minuto, no estuvo muy convencido con la idea de un hijo, pero una vez lo tuvo en sus brazos por primera vez, supo que en verdad amaba a ese bebé. Era extraño vivir con Stella en aquel hogar, sin que ellos fueran pareja y con ninguno de los dos mostrando un verdadero interés por el otro, pero ahora que Stanley seria parte de todo eso, Lincoln agradeció a sus padres por convencerlo de hacer así las cosas.
Al principió sintió como algo absurdo mudarse a una casa mas grande para llevar consigo a Stella, a fin de cuentas, ellos no planeaban casarse o siquiera comenzar una relación entre ellos además de la vaga amistad que aun quedaba entre ellos, pero sus padres insistieron en que seria los mejor, especialmente para su hijo. Acertaron completamente con eso.
Al vivir juntos, Lincoln no solo había vuelto a afianzar la amistad que solía tener con Stella, sino que, al esperar un hijo juntos, lo que había entre ellos se volvió mucho más especial. Al regresar de su trabajo, Lincoln era recibido por ella, sonriente y con algo de comer preparado para hacerlo sentir mejor. De la misma forma, llevar a Stella a citas ocasionales, como sus hermanas solían decirle que lo hiciera, resultaba también como algo refrescante. En esos momentos ambos podían salir de sus rutinas diarias, y Lincoln podía olvidarse de su trabajo, mientras que Stella podía olvidarse de la escuela.
Y cuando Stanley nació, todo eso fue incluso mejor. Regresar a casa y encontrase con sus padres o alguna de sus hermanas cuidando de Stanley, para que casi enseguida llegara Stella de la escuela y después pasaran tiempo en familia era un gran motivo de felicidad para él. Especialmente cuando daban paseos por los parques de la ciudad y las miradas que recibían los hacían entender que en verdad parecían una familia feliz.
Y su hijo, Stanley, era el vivo retrato de Stella en sus rasgos, casi como si de una copia exacta de ella en esos años se hubiera hecho. Y pese a que su hijo era tan parecido en sus rasgos, el tono de su piel era incluso mas parecido al de su madre, de un tono moreno solo un poco mas claro que el de Stella, aunque extrañamente su cabello era similar al de Lincoln. Ese tono extraño, casi cenizo, recordaba al de su padre, pese a que Stanley tenia un cabello algunos tonos más oscuros.
Así habían permanecido juntos, disfrutando de su dinámica familiar y estrechando lazos de una manera en que Lincoln verdaderamente sintió estaban conectando. Nunca planeó eso, pero le era muy complicado negar que poco a poco, y con todo lo que sucedía entre ellos gracias a su hijo, él se estaba enamorando de Stella. Verla salir adelante gracias a su ayuda, ser una compañía increíble y además amar a su hijo tanto eran solo cosas que Lincoln sumaba a lo que empezaba a sentir por
Stella.
Pero tuvo miedo de decírselo, especialmente porque su dinámica familiar pendía justamente del hecho de que no eran una pareja, eran amigos que concibieron un hijo y, con tal de darle lo mejor al bebé, decidieron que criarlo juntos era la mejor opción, pero no siendo nada mas que eso, los padres de su hijo. Y aunque Lincoln reservó su enamoramiento para evitar arruinar las cosas entre ellos, en su mente guardaba la esperanza de que Stella comenzara a sentir algo por él también.
Era difícil saberlo, aunque muy sencillo de intuir, pero Lincoln creía que Stella no tenia algo así como una pareja, ni nada mínimamente cercano. Por las mañanas ella se dedicaba a estudiar, esforzándose mucho al respecto, mientras que el resto del día era dedicado a cuidar de Stanley, y aunque ella si pasaba tiempo a solas de vez en cuando, realmente no salía de casa ni tenia demasiados amigos, por lo que sospechar de que ella estuviera en alguna relación era poco razonable.
Eso también mantenía las esperanzas en Lincoln de que Stella estuviera sintiendo algo por él. No solo parecía muy improbable que tuviera a alguien especial en su limitada vida social, sino que al pasar tiempo juntos era todo color de rosa. Inevitablemente había conflictos y algunas discusiones propias de compartir espacio con alguien, pero en general Lincoln podía presumir con su familia la buena relación que tenia con Stella. Algunas de sus hermanas incluso llegaron a bromear al respecto y a sugerir que formalizaran algo entre ellos.
La respuesta de Stella nunca fue muy clara, pero sus reacciones le parecían las que alguien tendría al momento de avergonzarse por que alguien mas mencione como se siente. Pero tal parecía que todo eso era solo la imaginación de Lincoln, tratando de convencerlo de que algo podía suceder entre ellos, pues ahora que Stella había hablado con él, un sentimiento de perdida estaba permanentemente acompañando sus días.
Había sido algo tan casual y tan inesperado que Lincoln no tuvo tiempo para prepararse, ese fin de semana ellos estaban en medio de la comida cuando ella lo dijo. Tenía planeado mudarse en cuanto terminara sus estudios y consiguiera un trabajo, lo cual no seria tan complicado ya que seguramente seria contratada en el mismo lugar en que estaba dando sus prácticas profesionales.
No hubo mucha más conversación al respecto, principalmente porque aun cuando Stella se mostró expectante a la reacción de Lincoln, el peliblanco en realidad no supo que decir al respecto. Era verdad que cuando todo eso comenzó, Lincoln tuvo muchos problemas para aceptarlo y para adaptarse, pero a esas alturas de la situación, había dado por sentado todo. Estaba tan acostumbrado a toda esa rutina, a todo ese tiempo compartido, a toda esa fachada de familia feliz que él creyó verdadera, que el anuncio de un final para todo lo dejo incapaz de pensar correctamente.
No tuvo tiempo de asimilar siquiera sus sentimientos, pues eran demasiados, pero sabía que, si eso es lo que quería Stella, poco o nada podía hacer al respecto. Sin embargo, no podía lidiar con eso solo, por lo que trató de hablar al respecto con sus hermanas, al menos con las que consideraba tendrían la opinión mas atinada sobre todo ese problema.
Les contó todo. Los planes de Stella incluidas dividir la custodia a partes iguales, y esperaba seguir teniendo una buena relación con él. Básicamente su única intención era separarse, o independizarse y dejar de presionar a Lincoln con los gastos que ella representaba. Al igual que él, sus hermanas no entendían del todo esa decisión, pues estaban seguras de que algo sentía ella por él, pero ateniéndose a lo que era importante en ese momento, sus hermanas no pudieron mas que decirle el único consejo relevante para su situación: "Habla con ella".
Era verdad, después de todo la comunicación en cualquier relación era la clave para mantenerla, o la causa para destruirla. Seria complicado, pero ahora que Stella ya había decidido irse, quizá no seria tan malo expresar sus sentimientos y tratar de iniciar con ella algo que no fuera esa amistad y coparentalidad que habían desarrollado en los últimos años. Sabía que no podrían alejarse de la vida del otro ya que Stanley los unía de por vida, pero con el apoyo de sus hermanas, estaba dispuesto a cuestionar a Stella sobre su partida, así como a proponerle iniciar una relación diferente con ella.
Aunque no era algo común, Lincoln solía invitar a citas a Stella de vez en cuando, únicamente para distraerse y dejar al menos por un día sus responsabilidades como padres para tener algo de diversión, mientras su hijo estaba al cuidado de su familia. Por ello, cuando Stella escuchó de Lincoln aquella invitación, no se sorprendió en absoluto. Y si bien era extraño que fuera tan imprevista, siendo que en su mayoría esas citas eran planeadas con antelación para poder avisar a su familia sobre la cita y así alguien estuviera disponible para cuidar de Stanley, decidió no darle muchas vueltas al asunto.
Todo fue tan agradable como siempre, y gracias a eso Lincoln pudo al fin armarse de valor para hablar con Stella al respecto.
-Ya hiciste mucho por mí, Lincoln- con aparente pesar, Stella respondió a la pregunta del peliblanco-, y aunque aprecio todo, sé que tu única responsabilidad era con nuestro hijo, aun así, decidiste ayudarme a mí también.
-Eres la madre de mi hijo, por supuesto que te ayudaría. Si tu estas bien, entonces nuestro hijo lo estará. No veo como ayudarte te hace querer irte de casa.
-Se que eres alguien muy amable, y es por eso que siempre he lamentado arruinar tu vida... -¿Arruinar? ¿De que estas hablando?
-Se que amas a Stanley, Lincoln, lo noto en la forma en que cuidas de él, como lo mimas y también lo orgulloso que estas de él. Pero también sé que tu no querías tener un hijo. Sin importar como pasó, debí ser menos descuidada y evitar atarte con algo como esto, especialmente porque tu no querías tener hijos.
»Estoy feliz de que llegaras a amar a Stanley, y aunque me gustaría que siguiéramos siendo una familia nuclear para él, creo que lo mejor es hacerme a un lado y darte la oportunidad de hacer tu vida sin que yo te interrumpa.
-¿De que estas hablando? ¿Alguna vez te he dicho yo que quiero eso?
-No, nunca lo has hecho, eres demasiado amable para hacerlo, pero se que es lo que quieres, Lincoln. Estoy muy agradecida contigo por todo, y también con tu familia. Tus padres me apoyaron desde el primer momento, y tus hermanas han sido tan amables a lo largo de los años, aceptando a Stanley a pesar de las circunstancias. Pero se que cambie tus planes.
»Llegue a escuchar a tu familia en más de una ocasión mencionar como es que tu no querías hijos, que tenías algunos planes para disfrutar de tu vida y evitar responsabilidades, pero entonces aparecí yo y te robe todo eso.
-¿Mi familia dijo eso?- con molestia, Lincoln preguntó.
-No, lo que quiero decir es que ellos mencionaron el tema de tus planes, yo solo entendí que eso significaba que me interpuse en lo que tu querías hacer. La casa, los gastos, mis estudios, todo eso debió ser una carga enorme, y aunque no lo has demostrados en absoluto, no me sorprendería que de hecho tuvieras algún resentimiento hacia mí por eso. Así que antes de causarte más problemas, creo que debería darte el espacio que seguro esperabas hace tiempo.
-Yo no quiero ningún espacio. Se que me costó bastante adaptarme a esto, pero ahora amo cada parte de mi vida. Jamás pensé en tener un hijo, pero Stanley es lo mejor que me ha pasado en la vida, y no me arrepiento de que lo hayamos tenido, así como tampoco me arrepiento de que seas tú su madre.
»Has hecho todo lo posible por ser una buena madre, y te has esforzado por superarte también, es por eso que no sentí ningún problema con ayudarte. Incluso nuestra convivencia juntos ha sido increíble, en verdad aprecio todo este tiempo que hemos vivido juntos, y no quiero que eso termine. Se que esto sonara como algo difícil de aceptar, pero la verdad es que en todo este tiempo me fue imposible no enamorarme de ti, Stella.
»Reencontrarnos en aquella reunión y pasar la noche juntos no arruino mi vida, ni mis planes, lo que hizo fue darme algo mejor, a Stanley, la necesidad de madurar para cuidar de él, y la oportunidad de enamorarme de una mujer increíble. Lejos de la idea de mudarme, me gustaría que algo más ocurriera entre nosotros, Stella. ¿Podrías considerarlo?
-¿Hablas en serio?- muy sorprendida, y puede que hasta algo en shock, Stella preguntó, recibiendo un asentimiento de parte de Lincoln como respuesta. Es seguida ella empezó a reír de forma nerviosa.
Era tan absurdo como es que todo había pasado. Stella tuvo que contarle a Lincoln como es que, desde hacia tiempo, ella también había comenzado a sentir algo muy fuerte por él, pero decidió no mencionarlo en un inicio temiendo que fuera algo hormonal por culpa del embarazo. Pero no lo fue, ella en verdad había comenzado a enamorarse de Lincoln, y después del parto, ella solo sintió como esos sentimientos se hacían más fuertes.
Todo lo que él hacia por su hijo, por ella, la forma los cuidaba y todo el apoyo que le daba. Los momentos a solas, el tiempo que compartían junto a su hijo, las citas, los paseos. Todo eso solo alimentaba el amor que sentía por Lincoln, pero pese a eso, un sentimiento mas grande que su amor, era su culpa, la culpa que sentía por pensar que había arruinado la vida de Lincoln, o que al menos la había desbaratado y con eso lo había obligada recomponerla haciendo sacrificios.
Hablaron por mucho tiempo al respecto, y finalmente ambos pudieron expresarse como habían comenzado a tener sentimientos especiales el uno por el otro, especialmente Stella, quien desde mitad de su embarazo había conseguido desarrollar esos sentimientos, pero en todo momento se negó a reconocerlos temiendo que, de expresarlos, la dinámica que tenia su familia se disolviera.
Pero eso ya no importaba más, de la misma forma en que ambos estaban de acuerdo con sus aportes e interacciones en su dinámica familiar, cuidando de su hijo y pasando también tiempo a solas, ellos estaban también felices de escuchar los sentimientos del otro, y tras esa conversación lo que había entre ellos se formalizo en una relación la cual, sin lugar a dudas, representaría un cambio para ellos, pero en esta ocasión estaban convencidos de que seria algo bueno. Incluso estaban comprometidos a que funcionara y todo cambiara para bien.
***
Había sido un camino extraño y verdaderamente complicado de seguir, pero Lincoln estaba feliz con el resultado. Daba igual si el comienzo de lo que ahora era su vida y su normalidad había sido poco común, incluso algo inesperado e inconveniente, pues se había esforzado por hacer que todo funcionara.
Después de que formalizaran su relación, Lincoln y Stella cambiaron poco la forma en que actuaban, pues, aunque era cierto que al inicio parecían caminar sobre cascaras de huevo temiendo arruinar las cosas, y que la intimidad tomo su tiempo en sentirse como algo correcto, al cabo de un tiempo ellos se sentían al fin como una verdadera pareja que cuidaba de su hijo mientras ellos atendían a sus trabajos.
Como era de esperar, la familia de Lincoln solamente se sintió aliviada de que aquella situación consiguiera un final favorable, valorando mucho que, con ello, el pequeño Stanley creciera en un hogar unido y amoroso, como se supone que debería de ser. Así vivieron juntos, como pareja por un año más, hasta que Stella supo que estaba embarazada de nuevo.
Aunque ella temió un poco por el embarazo el cual resulto una vez mas ser no planificado, al contárselo a Lincoln, él solo termino de fortalecer su resolución, proponiéndole al fin matrimonio y planificando con ella una boda que pudiera ocurrir cuanto antes, pero que consiguieron realizar solo después del parto. Solo la familia de Lincoln, algunos amigos y la madre de Stella; quien viajo de regreso al país para ello, asistieron a la ceremonia civil, pues querían que fuera algo pequeño. Mientras que la fiesta de festejo fue un poco más grande.
Para la sorpresa de ambos, y ya como parecía ser costumbre, solo un par de meses después de su boda, y tras poco mas de tiempo de su parto, Stella termino por quedar embarazada una tercera vez, en esta ocasión de gemelos. Pero lejano a sorprenderlos o hacerlos sentir mal, ellos se emocionaron con la noticia y recibieron a sus gemelos esperando ser tan buenos padres con todos sus hijos como hasta hace poco lo habían sido con Stanley.
Fastidiado, Lincoln bajaba las escaleras de su hogar, viendo como su primogénito, Stanley, hablaba con su noviecilla en el comedor. La niña era bastante linda, pero a Lincoln no le agradaba en absoluto su actitud, así como tampoco su forma de ser, pero debía tolerarlo, no por ser un adulto maduro, era porque si trataba mal a la pequeña Jaz, no solo sería un idiota de primera que hostiga a una niña de doce años, Stella también le daría un regaño digno de temer. Al menos podía tener a la vista a si hijo y aquella niña para evitar problemas.
Se sentó en la sala junto a su pequeño Cameron, notando como su curioso cabello a pesar de ser oscuro, cada día parecía tener mas motas blancas. No eran tan evidentes como la peculiar cabellera de Stanley, pero a diferencia del hermano mayor, Cameron consiguió una apariencia mucho mas parecida a la de Lincoln. Verían un programa en televisión sobre rompecabezas, era la única cosa de interés que compartían, así que ambos apreciaban pasar el rato junto compartiendo eso. Lincoln no tenia prisa por conectar con él, después de todo tenia solo seis años, ya crecería y seguramente tendrían más cosas en común.
Fue entonces que Stella regreso a casa, en compañía de sus gemelos, Harry y Henry. Lincoln la vio entrar por la puerta y cuando sus ojos se cruzaron, se sintió en el momento mas feliz de su vida, en compañía de su esposa, la mujer que tanto le costó aceptar que amaba, y con la que compartía no solo ese amor, sino también cuatro hermosos hijos a los que amaba con todo su ser. Se puso de pie y la ayudo con las compras. Él no lo sabia en ese momento, pero antes de ir al supermercado, Stella había visitado a su medico familiar teniendo algunas sospechas sobre sus malestares. Estaba nerviosa al respecto, pero seria esa mima noche que le contaría sobre su embarazo.
FIN.
Y díganme que tal les pareció el cap de el día de hoy?
Si ustedes siguen a TheCyberz y leyeron su historia de "La zona del amigo" seguro captaron cierta referencia a dicho Fanfic :)
Gracias a todos ustedes por leer y un mega gracias a TheCyberz por animarse a participar aun a pesar de sus malestares, eres un crack amigo 👍
Comenten y denle un voto al capítulo del día de hoy, yo por mi parte me retiro. Gracias y Adiós....
Capitulo subido el día 24 de Enero del 2025.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro