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—¡Hola! —saluda Steve.

¡Esperen! ¿Estará feliz de hablar conmigo? Estoy más que confundida con todo esto, la verdad es que no tengo ni la más pura remota idea de lo que sucede aquí. Agh, esto es tan desesperante.

—Por favor. —Le pedí casi rogando.

—Sí, no hay problema.

—¿Cómo te ha ido en estos días? —pregunté tratando de comenzar una conversación normal.

—No me puedo quejar —contesta.

Desde que conozco a Steve; él siempre responde que está bien. Aquí la dramática soy yo, la que se queja por haber salido mal en un examen, o por no haber dormido las horas que acostumbro descansar. Pero, Steve, él no es así. La mayor parte de su tiempo parece estar feliz, tranquilo y sin ninguna gota de enojo.
Quisiera preguntarle si todo está bien, sin embargo no quiero meter las cuatro patas que no tengo.

—Oye, quiero que me perdones por no haberte contestado, en serio que me arrepiento tanto que si tuviera que ir a Estados Unidos para que me perdones créeme que lo haría sin dudarlo.

—¿Piensas que me enoje? —me interroga Steve.

No pues, si me bloqueó es por algo ¿no?

—No sé porque pero yo no había visto tu mensaje, creo que quizás fue mi hermana la que lo vio, porque ella tiene mi contraseña.
Creo que te decepcione. —Le expliqué siendo lo más sincera posible.

Emeisy tiene la contraseña de mi Facebook y sé que con mucho gusto lo haría. A ella no le cae nada bien Steve. Nada, ni una pizca; hablando verídicamente.

—Yo no tengo nada que perdonarte, si tú no has hecho nada —responde amablemente—. Oh, okay.

Es tan lindo... Y ya no me interesa lo que le dijo a mi amiga, trataré de dejarlo en el pasado.

—Si pero te fuiste y yo no quería que te fueras —respondí con vehemente tristeza.

—No me enoje, pero me puse un poco triste.

La culpa sigue retumbando en mi cabeza, no me deja en paz; pero la verdad es que jamás creí que él iba a bloquearme, básicamente es la primera vez que me pasa.

—Ahora no puedo dejar de pensar en ti, aun en mis sueños estas. —Admití.

—Si, yo también —confesó.

—Te extraño mucho cariño —le declaro en el preciso momento en que mis oídos escucharon un leve ruido y la puerta principal se abrió.

Necesito averiguar quien viene, dije en mis pensamientos. Así que, minimice la ventana de Facebook en un solo segundo, me levanté de mi asiento y sin más puse mis pies holgazanes a trabajar.

Me dirigí hacia la sala sigilosamente y observé que mamá viene entrando a la casa. Dios Santo, olvidé que mamá regresa temprano de su trabajo hoy. Y sin pensar en nada, regresé al lugar antes ocupado por mi sola presencia y fingí estar haciendo una tarea de redacción.

Cogí un libro verde del año pasado, -que estaba guardado bajo la mesa en donde descansa mi laptop- lo desenpolvé con mis manos en un movimiento rápido y lo coloqué sobre la mesa. Encontré un lápiz que había sido olvidado en el piso y lo rescate de ser enviado a la basura.

Hice el intento de inventar algo y comencé a plasmar palabras sin sentido en aquella hoja que se veía tan desnuda.

—Rose, ¿qué estás haciendo? —pregunta molesta mi madre al observar que estoy en la computadora.

—Una tarea. —Murmuré nerviosa por dentro, pero sin dejarlo ver por fuera.

—Bueno, espero que no me estés mintiendo porque estos últimos días has estado demasiadas horas tras esa pantalla —menciona observándome directamente a mis ojos oscuros—. ¿Qué tenes novio o que?

—No —afirmo con el ceño fruncido, en este momento los nervios me matan segundo a segundo como el fuego consumidor a la madera.

—Vaya pues, no me mientas hija —dice señalándome con su dedo índice—. Recuerda que la verdad siempre sale a la luz. —Respondí con un asentamiento de cabeza y la vi partir hacia su habitación.

Siento que casi me da un mini-infarto, la respiración se me cortó y mi corazón palpita demasiado fuerte. Mi madre provoca que mis nervios lleguen hasta la cima del cielo cuando visualizo su semblante molesto y escucho su voz amenazante.

—La verdad no se si creerte —responde Steve desconfiando de mí.

— 😘😘😘

— 😘😘😘

—A mí no me gusta mentir, Dios lo sabe, sé que a veces miento pero siempre digo la verdad. Las personas cercanas a mí lo saben.

Mentir no es mi fuerte.

—Yo sé que te pones ocupada y tu bien sabes que cuando estas ocupado, me dices que te de unos minutos y yo siempre dije está bien, yo te espero.

—Si, pero trato de apartar un tiempo para ti.

—Pero tú nunca dijiste nada.
Solo me ignoraste.

—Es que no tenia internet. La primera vez lo acepto no te conteste porque estaba ocupada, pero las otras veces no había visto tu mensaje, como te dije quizás fue mi hermana la que lo vio, porque yo no fui. Lo siento no fue mi intención ignorarte.

—Ok, no hay problema.

—Te quiero muchísimo cariño.

—¿En serio? No sé si debería creerte —responde desconfiando de mí.

—Yeah! Te estoy diciendo la verdad —afirmo más segura que nunca.

—Hmm, ¿Quién es Hailee?

—Yo, mi otro nombre es Hailey.

—¿De quién es la cuenta? ¿Tú creaste esta cuenta? —inquirió dudoso.

—Si, por ti. —Le respondo, un suspiro se escapó de lo más profundo de mi ser y no puedo evitar pensar en él, no en este preciso instante.

—Amor, no necesitabas hacer eso.

—Bueno creí que era necesario.

—Bueno, está bien.

—Oye me mandas un mensaje a mi otro Facebook, porque voy a borrar este. Por favor. —Le sugiero después de escuchar el grito malhumorado de mi madre. Que decía:

—Rose, ya es hora de irnos para la iglesia.

—OK —concordó Steve.

—Y te dejo porque ya me voy para la iglesia —avisé.

—Oh, ok.

—Bye 😘

—😘

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Segundos después, apagué la laptop, la guardé en el mismo lugar de siempre; en una mesa de color blanco espeso que está ubicada cerca de la cocina y sin más preámbulos caminé hacia mi dormitorio con pasos firmes con el fin de elegir la ropa que llevaré a la iglesia.

Me coloqué lo primero que encontré, -ya que tengo solo 10 minutos para salir de mi casa- me hice una coleta alta en el cabello, rocíe un poco de perfume en mi piel y luego salí de mi casa. Llegué a la iglesia, traté de prestar la debida atención al tema impartido, sin embargo, eso no fue posible.

En todo ese lapso de tiempo lo único que hice fue: pensar en Steve, distraerme con cualquier insecto que recorriera el lugar y observar las miradas asesinas de mi madre. Ella se dio cuenta que no estaba concentrada en el tema. ¿Y como concentrarme si estoy tan feliz porque tuve la oportunidad de hablar con él, mi Steve?

Desde que le pedí perdón una felicidad inigualable me acompaña a cada milésima de segundo. Estuve pensando en él todo el tiempo, más que antes, mucho más. Ahora no se que pasará conmigo, no importa, seguiré queriendo a este chico, cada día un poco más.

Cuando regresé de la iglesia, estaba ansiosa y emocionada de revisar mi celular para chatear con él.

Un mensaje de Steve encabezaba la lista de mi buzón de entrada y gracias a Dios hoy tengo más tiempo libre para chatear con Steve.

—Hola —respondo con una sonrisa de lado que ilumina mi rostro—. ¿Cómo estuvo tu día?

—Bien... Y ¿cómo te fue en la iglesia?

—Muy bien.

—Eres una mala.

—¿Por que? —respondí confundida por su aseveración.

—Por que cambiaste tu foto de perfil.

Cierto, no lo recordaba.

—Jejeje, ¿no me encontrabas? —contesto divertida—. Eso no es ser mala.

—No, y ¿cómo se le llama entonces? —responde en sentido sarcástico—. Es que eres tan bonita.

—Yo no soy bonita.

—Pues para mi eres la más bella.

—Bueno, gracias. Solo que yo no me considero bonita.

Es la verdad, no me creo una reina de belleza o algo similar.

—Creo que necesitas lentes.

—Jajaja, quizás.

—Te quiero, Rose.

Mi corazón se aceleró tanto cuando leí su mensaje que hasta puedo percibir sus latidos sin dificultad.

—También te quiero, mi amor —agregué en un suspiro.

❇

Miércoles 25 de mayo de 2016.

Como siempre, mi despertador ha logrado que me levante a la hora exacta, me siento muy distinta hoy como si algo diferente, algo desconocido se ha adherido a mi sin razón alguna, pero no sé qué es exactamente. Solo sé que mi corazón despide una felicidad y el brillo en mis pupilas se ha vuelto más intenso de lo normal.

¡Rayos! ¡¿Qué sucede conmigo?! No puedo explicar esto que estoy sintiendo es algo que jamás en mi vida me había permitido sentir o más bien no tuve la oportunidad de sentirlo.

¿Será amor verdadero? Bueno ni siquiera conozco el amor verdadero. ¿Habrá alguien que me lo presente?... ¿Nadie? ¿Nadie? Correcto, eso pensé. Genial, creo que Steve ha logrado robarme:

◾Mi corazón,

◾Mi respiración,

◾Mi sonrisa y

◾Mi mundo

Resumiendo en una sola y simple palabra me ha robado: TODO, TODO, no exagero...

Él es el motivo de mi sonrisa.

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Hoy fui a la universidad, la pase muy bien con mis amigos, pero ya no resisto más necesito chatear con Steve y ahora si no equivoco es su cumpleaños número 22, bueno me parece que vi su fecha de cumpleaños en su perfil, sin embargo, no diré nada, puesto que si no es hoy pasaré una gran vergüenza.

—¡Hola, amor! —dice su mensaje.

—¿Que tal? 😊

—¿Bien y tu?

—Bien gracias a Dios.

—Que bueno, preciosa.

—Siii —respondo—. ¿Y que hiciste hoy?

—Pues nada más tocar mi guitarra ¿y tu?

—Lo mismo de siempre ya sabes ir a estudiar, hacer mis tareas y aburrirme en la u.

—Si, me imagino, mi vida...😘😘😘

—Yep...😘😘😘 —respondo. Ojalá y estuviera cerca de mi para darme esos besos—. ¿Y que haces, amor?

—Aquí con mis amigos.

—Ah, ya que bueno :D

—Si y tu ¿qué haces?

—Haciendo una tarea que tengo que entregar mañana.

—Oh, ya.

—Si —me limité a responder.

No se pero la mayoría del tiempo me examino yo sola y concluyo que tal vez soy una persona aburrida.

No lo se, quizás porque no soy una chica muy sociable y me he acostumbrado a que cuando hablo es porque tengo que hacerlo, ojalá fuera más fácil para mi comunicarme con los demás.

Por eso admiro tanto a las personas que logran quererme a pesar de mi personalidad, ya que aunque lleguen a conocerme del todo, aun así se esmeran en quererme con todo su corazón...

—¿Y como te ha ido?

—Bien 😀 ¿y a ti?

—Muy mal.

—¿Por qué?

—Es que estaba con mis amigos en un restaurante y olvidé mis sunglasses 😎😕 —me comenta decaído—. Y me costaron $200 dólares —agregó un segundo después.

—Uff, si que te fue mal entonces, amor.

—Si, pero ya que, no permito que cosas como estas me afecten.

—¿Y no los fuiste a buscar? —le pregunto.

—No, para que —responde ya sin esperanzas de encontrar el objeto perdido—, además te tengo a ti y eso es mucho mejor.

Eso no me lo esperaba.

—😍 gracias, amor —respondí, esbozando una sonrisa de idiotez y deje que se me escapará un suspiro silencioso, puesto que mi madre esta cerca; si me escucha mi vida correrá peligro y tendré que mudarme al polo norte con los ayudantes de Santa. Tal vez son bondadosos y me aceptan.

—¿Y qué harás esta tarde?

—Ir a la iglesia y después terminar una tarea... ¿Y tu?

—Hmm, no se es que mis amigos me preguntaron que voy a hacer.
—Diles que hablar conmigo.

—Ya les dije, pero parecen sospechosos como si estuvieran planeando algo —comentó dudoso—, es que como hoy es mi cumpleaños.

Lo ven, yo sabía. No soy tan olvidada como pensaron.

—Amor, ¿y por qué no me habías dicho?

—Perdón, es que ni yo me acordaba —responde—, si me acordé porque mi mamá me preguntó que quería para mi cumpleaños.

—No te preocupes, mi vida —contesto, estoy muy feliz por él—. ¡Muchas felicidades!, mi amor. 😘😘😘

—Jejeje, gracias.

—Que sigas cumpliendo muchísimosss años, Dios te bendiga y te conceda tus deseos —lo felicite en ese mensaje y le envié una imagen de felicitaciones también.

—Muchas gracias 😊

—De nada.

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Seguimos en nuestra conversación varios minutos después y Steve me pidió que le llame mañana cuando tenga algún hueco de tiempo, ya que yo le informé que puedo llamarle cuando estoy la universidad. En mi tiempo libre, por supuesto.

Ya quiero escuchar su voz...

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Gracias por leer, ESTOY SÚPER FELIZ, ya llegamos a los 2K, espero seguir viendo sus votos y comentarios, solo les tomará unos cuantos segundos de su tiempo.

Si veo que me apoyan más, actualizaré más seguido 😉

Bye, cuídense lectores hermosos/as.

Los amo💙

P.D: Si ven incoherencias en este cap, es por que lo escribí a la 1 de la madrugada. 😁😁😁