Habían pasado varios días desde la cena en el club y la maratón de pelis de Marvel. No sabía casinada de Iván desde aquella mañana, solo me decía que estaba muy liado. Teníauna vaga idea de lo que entretenía a mi amigo estos días. 

Seguía con la fisioterapia y había notadoalgunos cambios. Ya era capaz de subir algunos escalones con las prótesis y cada vez ganaba más autonomía. En general, sentía que las cosas están mejor. 

Sin embargo, había un problema: Lucas. Cada vez invadía más mi mente y me distraía de cualquier cosa. Por si fuera poco, tenía que buscarle un regalo para el amigo invisible y no tenía ni idea de qué hacer. Quedaban pocos días para la fiesta en la casa de Daphne.

Una notificación de mi móvil me distrajo del hilo de mis pensamientos. Era del grupo del Hogwarts Legacy. Lucas había terminado el juego.

Lucas: ¡Por fin!

Lucas: ¡Por fin!

Brian: ¡Me alegro!

Brian: Ahora, ¿qué toca?

Lucas: Oye, que era muy difícil...

Daphne: Ahora toca: hablar de trucos de belleza

Brian: Nooooooo

Lucas: Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

Iván: ¡Qué rollo! Voy a seguir con mi guitarra 🎶🎶

Daphne: ¿QUÉ? ¿TOCAS LA GUTARRA?

Iván: Sip.

(Iván ha enviado un video de YouTube tocando la guitarra y cantando)

Brian: Increíble, tío.

Lucas: Cantas y tocas genial.

Daphne: Woowww

Nozomi: Mola!

Iván: Gracias...

Daphne: ¡¡¡¡TODOS A SEGUIR Y A APOYAR A IVÁN!!!!

Lucas: Hasta por aquí tiene que gritar 😑😑

Brian: JAJAJA

Nozomi: ¿Han visto el nuevo vídeo de Phoenix?

Brian: ¿Quién es?

Lucas: Una youtuber que da consejos de belleza. ¡Es genial!

Lucas: ¿Qué ha subido? Nunca me suelo perder sus vídeos.

Lucas: ¡Voy corriendo a verlo!

Nozomi: Ha hecho otra colaboración con el salón de belleza de Azael.

Daphne: ¡Lo vi! Me encantan los productos.

Daphne: Y Azael está....

Iván: ¿¿Está qué??

Daphne: BUENÍSIMOOOOO

Iván: Sigo con mi guitarra... 😒😒😒

Brian: 🤣🤣🤣

Lucas: QUIERO ESA CESTA

Lucas: Y A AZAEL TAMBIÉN 😍😍😍😍😍😍

Brian: Otro que se pone a gritar...

Lucas: Fue el dedo, sorry.

Brian: Ya, claro...

Nozomi: ¡Luc, tú los quieres a todos! Deja algo para el resto.

Nozomi: Aunque, esta vez... prefiero a Phoenix 😍😍

Nozomi: La cesta de productos está genial. Con un estilo muy dark.

Lucas: He creado una nueva necesidad...

Lucas: Quiero esa cesta. Me encanta, es muy de mi estilo.

Daphne: Se venden en el Salón de belleza de Azael y, según los comentarios de los videos, llevan varios días agotadas.

Lucas: NOOOOO

Después de consolar a Iván, que estaba deprimido porque Daphne había pasado de él y lo había cambiado por un tipo raro con melena y mechas rosas, decidí ver el famoso video.

Al acabar el video entendí a qué se refería Iván. El tío no tenía nada de especial, sólo su atuendo de estilo rockero y unas lentillas violetas. Pero, yo no era quién para juzgar los gustos de la gente, especialmente, los de Lucas.

«¡Un momento, ¿acaso a Lucas le gustan los chicos? Y, ¿por qué me importaba tanto ese dato?», pensé. Deseché esas tonterías de mi cabeza y suspiré. Hoy tenía una misión importante que cumplir.

—Hoy vamos a buscar un regalo, sí o sí— dije tratando de infundirme ánimos—. Lucas no se va a quedar sin su regalo.

Con este pensamiento en mente, cogí parte de mis ahorros y salí a la calle.

Ya llevaba un buen rato deambulando por las calles de la zona comercial cuando me di cuenta de que había salido solo con las prótesis; la silla de ruedas se había quedado en casa.

Sentí que el pánico se apoderaba de mí. Intenté no pensar mucho en ello y seguí caminando. Entré en varias tiendas y no vi nada que me gustara para Lucas. Me estaba empezando a desesperar cuando, al doblar una esquina, lo vi.

«¿Y si...?», pensé. Crucé a la acera de enfrente y me acerqué al sitio. Estaba abierto y no dudé en entrar. No parecía haber nadie, así que esperé de pie durante un rato. Al poco tiempo, salió una chica por una puerta lateral cargando una enorme caja.

Se sorprendió al verme y puso cara de horror al percatarse de que la puerta estaba abierta. Dejó la caja sobre el mostrador.

—El jefe me va a matar—musitó.

Luego me miró con cierta vergüenza.

—Perdona, pero, en realidad estamos cerrados. Es solo que me olvidé de cerrar la puerta cuando entré.

—Oh, vale. Puedo volver en otro momento...

La chica asintió con la cabeza y se apresuró a abrir la caja que traía consigo. Suspiró con fastidio y, antes de cruzar el umbral de la puerta, me paró.

—¡Espera! —Ella corrió hacia la puerta y la cerró—. Lo siento, no puedo dejarte ir.

—¿Qué? —No podía creerme lo que decía—. P-pero...

—Si sales ahora, alguien puede decirle a mi jefe que te ha visto entrar fuera de horario. Así que... si pudieras esperar a que se haga la hora de abrir...

No tenía ningún sentido lo que decía. Tenía que pensar en algo rápido, no podía quedarme aquí eternamente. Y más cuando había venido solo con las prótesis y el suelo estaba un poco mojado por la llovizna de la mañana.

—¿No hay otra forma de salir? —pregunté.

Ella negó con la cabeza y volvió a lo suyo. Sacó cosas de la caja y las colocó en varias filas a lo largo del mostrador. Volvió a suspirar y dijo algo que no llegué a entender. Se me ocurrió algo para persuadirla de que me dejara marchar.

—¿Sabes? —Hice una pausa dramática—. Soy menor de edad y si llamara a la policía diciendo que soy un rehén... —La chica abrió los ojos como platos y su rostro se volvió pálido.

Lo cierto es que ya había cumplido la mayoría de edad hacía pocos meses, pero era imposible que la dependienta lo supiera.

—¡No! Por favor, te lo suplico... No quiero perder mi trabajo— Dejó las cosas y se acercó a mí—. Si me ayudas con eso, haré lo quieras. Por algo has venido, ¿no?

Tras pensarlo durante un largo minuto, me decidí.

—De acuerdo.

Estrechamos la mano para cerrar el trato.

Durante dos largas horas tuve que soportar sus quejas sobre el tirano de su jefe y hacer la mitad de su trabajo, pero había logrado mi misión: conseguir un regalo para Lucas. Me había salido a mitad de precio y con un detalle muy especial.

Lucas iba a flipar. Estaba totalmente seguro deello.

¿Qué será ese regalo? Leo sus teorías...