7 | POLAROID
POLAROID: Donde Draco recibe una cámara instantánea en Navidad
Las vacaciones de Navidad habían terminado. Después de un divertido fin de semana acompañando a Ron, Harry y Hermione en casa de los Weasley, finalmente volvías a Hogwarts a retomar los estudios, y por sobre todo a ver a Draco. El rubio había insistido en que lo acompañaras a él por las festividades, en vez de al estúpido de Potter. Sin embargo, habías acordado ir a la Madriguera mucho antes de que Draco te invitase, y la Señora Weasley jamás habría aceptado no verte en su casa para Navidad.
—Fue realmente aburrido—Comentó Draco frustrado mientras te relataba acerca de sus vacaciones. Draco permanecía recostado en su cama mientras tu descansabas tu cabeza en su regazo.—Hubiese sido mil veces mejor si hubieses estado allí conmigo
—Quizá para la próxima—Dijiste encogiéndote de hombros. Sabías que las festividades en casa d de los Malfoy podían ser algo frías y que Draco no las disfrutaba mucho.—¿Cuál fue tu regalo?
—Lo de siempre—Draco rodó sus ojos aún más molesto.—Mamá gastando cientos de galeones en regalos caros
—Uhm—Realmente no sabías que decir. Desde que la guerra acabó Draco parecía más reacio a todo lo relacionado con su familia, molestándote por el más mínimo gesto que Narcissa o Lucius tuvieran con él.
—Pero ¿Sabes?—Comentó.—Mi Tía Andrómeda envió algo que aún no sé usar
—¿Andrómeda envíandote regalos?—Estabas realmente confundida. Andromeda Tonks había ido a la Madriguera con Teddy a pasar el rato. Jamás habrías imaginado que se hubiese encargado de enviarle algo a Draco.
—Ya sabes, las cosas han estado distintas desde hace un tiempo—Explicó Draco.—Supongo que quiere retomar contacto con Mamá y eso
—¿Y qué te regaló?—Preguntaste llena de curiosidad.
Draco se incorporó, sacando su varita. Sus maletas que aún permanecían cerradas, se abrieron, y entre los montones de ropa que su magia hizo levitar, se reveló una pequeña cámara negra que voló hasta ustedes.
—Esta cosa muggle—Dijo Draco
—Es una cámara, Draco—Dijiste obvia.—No necesariamente es muggle.
—¡Pero sólo mírala!—Draco miró cada esquina de la pequeña cámara fotográfica.—Es bastante simple, es muggle
—¿Si quiera la probaste?—Preguntaste. Conociendo lo terco que podía llegar a ser Draco, lograste intuir que había prejuzgado el regalo y dándose por vencido al instante.
—Uhm, no—Respondió.
—Veamos—Sentándote a su lado, le quitaste a Draco la cámara para lograr encenderla. Rápidamente, sus engranajes sonaron lista para fotografiar.—No, no es muggle—Aseguraste.—Andrómeda debió encargarse de hechizarla para que funcione aquí en Hogwarts
—Pruébala—Invitó Draco.
—Veamos—Antes de que el rubio pudiese reaccionar, colocaste la cámara frente a ti, capturando una imagen de él rápidamente. El flash encandiló a Draco provocando que cerrara sus ojos con fuerza.
—¡Hey!—Se quejó.
Riendo por la exagerada reacción de Draco, ambos miraron atentamente como el papel empezaba a salir de la cámara. Una vez que el papel cayó en tu mano, Draco te miró lleno de confusión al ver toda la imagen negra.
—Debemos esperar y la foto se revelará—Explicaste.—No toma más de dos minutos
Como un niño pequeño, Draco observó cada segundo la fotografía, notando como pronto los colores se hacían visibles y su figura se mostraba más nítida.
—Nada mal—Dijo satisfecho cuando la fotografía terminó de revelarse. Rápidamente, Draco te quitó la cámara y la apuntó hacia ti.—Mírame
—No me gustan las fotos Draco—Dijiste avergonzada cubriendo tu rostro.
—Porfavor, son para mi—Pidió en un puchero.
—Está bien—Accediste. Draco sonrió y no perdió oportunidad de tomar la fotografía.
—Perfecta—Halagó sonriéndote.—Una más
Por segunda vez, el flash se disparó, mostrando a un Draco más que satisfecho con su nuevo regalo y el uso que le daría.
—¿Contento?—Preguntaste irónica.
—Estaré contento cuando me gaste todo el rollo en fotos tuyas
[...]
Desde que Draco había descubierto lo útil que podía ser su cámara para capturar fotografías de ti, no sé había detenido en el acto. La cargaba a todos lados, a cada clase o reunión para tomarte desprevenida y tener ya una buena decena (o dos) de fotografías tuyas.
Cómo cada domingo, las mañanas eran perezosas. ¿Y como no? Si Draco se encargaba de que las noches fuesen más que agitadas.
Draco despertó y notó el vacío y frío al lado suyo. Por unos segundos se alarmó, hasta que oyó algunos ruidos en el baño de la habitación y notó que estabas allí. Aún cansado, se incorporó buscando sus cosas para ir a bañarse y estar listo para el entrenamiento de Quidditch al que Blaise los había citado. Sin embargo, las ropas en el piso estaban desordenadas y Draco no encontraba nada de lo que buscaba.
—¿t/n?—Llamó Draco.—Pétalo ¿Has visto mi camisa?
Draco no notó que volvías a la habitación confundida por su llamado.
—Disculpa, estaba el baño—Dijiste mientras acomodabas tu cabello. Draco se volteó y se quedó boquiabierto. No era la primera vez que te veía así, pero siempre eras capaz de dejarlo perplejo por tu belleza. Estabas en nada más que tu ropa interior y su camisa puesta, con los botones abrochados con descuido, y cubriendo sólo un poco de tus muslos.— ¿Qué has dicho?
—Nada importante—Dijo Draco sonriendo hacia ti.—Quédate ahí
Draco se apresuró en buscar entre su mesa de noche la cámara instantánea, y en cosa de segundos logró capturar aquel preciado momento; tu usando su ropa.
—¡Draco!—Te quejas te cruzándote de brazos.
—Lo siento no podía desperdiciar este momento—Rió Draco acercándose a ti y tomándose fuerte de la cintura.—No te preocupes por la camisa—Dijo dejando un beso en tu clavícula descubierta.—Te queda muchísimo mejor que a mi
—Por supuesto que lo hace, soy más atractiva que tu—Defendiste.
—No debatiré eso—Draco te guiño un ojo mientras caminaba hasta la puerta del baño.—Iré a ducharme—Anunció.—¿Vienes?
—Estoy agotada—Negaste mientras volvías a la cama aún cansada por la noche anterior. Ni de broma tu cuerpo resistía aquella "ducha" a la que Draco te invitaba.
—Yo te ofrecí un inocente baño, nada más—Dijo Draco fingiendo inocencia.—Tu te lo pierdes
Draco siempre tardaba bastante en las duchas, relajándose y ocupando ese tiempo para pensar. Por ello, tomaste un libro y te relajaste disfrutando unos minutos más en la cama. Debido a la lectura no notaste cuando el agua de la regadera cesó y Draco entró a la habitación. En un instante, levantaste tu viste y Draco estaba allí; su cabello descuidado cayendo en su frente, aún mojado y con varias gotas resbalando por su nuca. Más abajo, Draco sólo llevaba su toalla amarrada alrededor de su cintura, dejando ver su espalda marcada de músculos y húmeda.
—¿Ocurre algo?—Preguntó Draco al ver tu rostro lleno de desconcierto. Lentamente se volteó y ahora su vista cayó a su torso. Igual o más marcado que su espalda y dejando ver que su toalla estaba amarrada peligrosamente en su pelvis.
—N-nada—Dijiste tratando de desviar tu mirada; pero era imposible. Era como una especie de fuerza sobrenatural que mantenía tus ojos pegados a él.
Draco rió notando tu nerviosismo. Caminó hasta ti, y agachando su cuerpo colocó sus manos una a cada lado tuyo, dejando su rostro a centímetros tuyo. En cosa de segundos, su olor se impregnó en tus narices, su refrescante fragancia de menta y colonia varonil.
—¿Te mordieron la lengua los ratones?—Preguntó sonriendo pícaro.
—Idiota—Respondiste mientras tus mejillas se enrojecían.
—Si te quieres te muerdo yo—Respondió. Justo cuando abriste tu boca para decir algo, Draco aprovechó y juntó sus labios con los tuyos en un beso lento y suave.
Draco se echó hacia atrás y comenzó a tomar su ropa para vestirse. Entonces, tu mente se iluminó. La cámara a tu lado gritaba ser usada, y no tardaste en tomarla y apunta hacia él.
—Hey—Llamaste. Draco instintivamente se volteó hacia ti y capturaste la fotografía al instante.
—Hey, es mi cámara—Reclamó.
—Lo tuyo es mío—Dijiste divertida mientras recibías la fotografía.—Y si tu puedes fotografiarme como un acosador yo también puedo—Agregaste orgullosa mientras te ponías de pie a mostrarle la imagen que mostrarse.—Esta es toda mía
En un abrir y cerrar de ojos, Draco tomó tu cintura y comenzó a avanzar en dirección a la cama. Recostó con cuidado tu cuerpo, mientras posicionaba el suyo sobre ti, dejando sus rostros a tan sólo centímetros de distancia. Incluso pudiste sentir un poco de la humedad de su cuerpo sobre ti, y alguna que otra gota de agua de su cabello caer en el tuyo.
—Oye—Dijo Draco con suavidad.
—¿Mmm?—Murmuraste.
—Te amo—Dijo Draco regalándote una sonrisa.
—Yo también te amo—Respondiste.
—Demonios—Soltó Draco cuando su vista se fijó en un punto detrás tuyo; su reloj.—Mira la hora—Rápidamente se puso de pie y terminó de buscar su ropa.—Tengo entrenamiento de Quidditch
—Estupendo—Dijiste emocionada mientras te incorporabas con la cámara en mano.—Necesito una foto tuya con el uniforme puesto
—¿Por qué?—Preguntó Draco confundido.
—¿Te has visto en un espejo cuando usas ese uniforme?—Preguntaste obvia.—Créeme, odio cuando las de quinto año van a los partidos a verte—Bufaste.—Te queda realmente bien
—¿Sabes?—Draco levantó una ceja mientras pasaba su vista por todo tu cuerpo.—Yo quiero una foto tuya—Declaró en voz baja.—Sin nada puesto
—No es un trato justo—Dijiste cruzándote de brazos.
—Yo creo que sí lo es—Respondió Draco sonriendo.
—Lo pensaré—Dijiste.—Ahora ve a vestirte
Y mentalmente, agradeciste aquel regalo de Navidad de Draco. Una simple cámara instantánea podía ser muy divertida y útil en su relación.
hola¡! últimamente he escrito cosas muy cortitas, lo siento por eso. anyways, pregunta del día; ¿cuánto tiempo llevan siendo fan de harry potter? yo me enamoré en 2017
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