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3 | MY PETAL

MY PETAL: El exacto momento en que Draco comenzó a llamarte Pétalo

Draco arruga su nariz y tu sólo ríes. La mueca de asco que hace al ver a Ron y a Lavender es muy graciosa, tanto, que te olvidas por completo de que hace unos segundos estaban riéndose de la pareja, y te concentras en Draco. Llevan poco tiempo saliendo, dos meses, y a decir verdad, apenas estás conociendo ese lado de él que se permite reír y sonreír en publico.

—Es absolutamente ridículo—Bufa al oír los sonoros besos que Lavender reparte en la mejilla de Ron. Están ambas parejas en un pasillo, los Gryffindors a varios metros de ustedes, pero la distancia no es impedimento para oír todo.

—Está enamorada, déjala—Dices tranquila. La mano de Draco está entrelazada a la tuya. Sientes como entre los fríos anillos plata, su cálida piel se une a la tuya. Él parece no inmutarse, o eso crees. No es muy expresivo, no es muy afectivo en público. Pero no te molesta. Sabes que para Draco esto es del amor es nuevo, extraño, como lanzarse al vacío. Sabes también, que en privado es completamente distinto, y jamás te hace sentir menos querida. 

—No está enamorada, está obsesionada—Corrige Draco. Justo en ese momento, pueden oír un "Ro-ro" chillón salir de los labios de Lavender, es empalagoso apodo del que todo Hogwarts se burla cuando Ron y ella no están. Draco agranda su expresión de asco.—Ridículo, en serio

—Es sólo un apodo, nada más—Dices encogiéndote de hombros.—Tu aún no me tienes uno

—¿Disculpa?—Draco vuelve su mirada a ti. Su expresión de confusión también es divertida. Entre la arruga en su entrecejo y sus ojos extrañados, te llenas de ternura.

—Uhm, es pronto, quizá—Corriges algo avergonzada. Nunca has querido exigirle nada a Draco, muchísimo menos afecto.—Pero ya sabes, no podemos seguir llamándonos por nuestros nombres de pila todo el tiempo

La mirada de Draco se ablanda. Parece entender. Suspiras y agradeces que no se vea presionado.

—Ya se me ocurrirá algo—Draco se acerca y deja un beso en tu frente. La campana suena y ese llamado para ir a clases motiva a Draco para pasar su mano por tu espalda, para caminar juntos hasta el salón.—Sólo espero que tu no me llames Ro-Ro o algo por el estilo

—Rayos, justo pensaba en llamarte Dray-Dray—Bromeas y Draco rueda sus ojos.

—No es gracioso—Se queja Draco, pero la sonrisa en su rostro te dice lo contrario.


[...]

La biblioteca de Hogwarts siempre está vacía después del almuerzo, y es por eso que es tu momento preferido para ir. Todos los demás estudiantes pasan su tiempo en los jardines, pero la calidez y el silencio que hay entre los libros te parece más acogedor.

—Estuve pensando—La voz de Draco hace que te sobresaltes. No habías oído sus pasos, y al levantar tu vista, lo ves sentado justo frente a ti con los brazos cruzados sobre la mesa.

—¿Y te salió humo por la cabeza?—Bromeas.

—No—Draco entrecierra sus ojos y ríe.—Cariño

—¿Uh?—Toda tu mente queda completamente confundida. Oír esa palabra provenir de los labios de Draco es realmente extraño, inesperado.

—Ese puede ser tu apodo—Explica Draco.

—Suena muy hogareño, como si estuviésemos casados—Comentas cerrando tu libro para poner atención al rubio frente a ti.

—¿No lo estaremos?—Cuestiona Draco. Su cuerpo se apoya sobre sus brazos, acercando más su rostro al tuyo. Te mira desafiante, lo suficiente para sonrojarte en segundos. 

—Sabes a que me refiero—Dices. Draco ríe producto de tu nerviosismo. No ha hecho más que tentarte y adora como reaccionas para él.

—Entonces tendré que seguir pensando—Dice Draco.

—No he dicho que no me guste—Debates. No quieres que esto del apodo sea algo frustrante para él. Pero Draco se comprometido a hacerte tan feliz y querida como tu lo haces con él, y en su interior está completamente de acuerdo con encontrar un apodo que represente lo que significas para él.

—Seguiré buscando hasta que estés realmente convencida—Explica, y guiña un ojo hacia ti. Rápidamente, se pone de pie mirando hacia los estantes.—¿Sabes? Iré a buscar uno de esos libros de romance del siglo pasado que tanto te gustan

—Si tu lo dices—Y ríes al ver a Draco decidido a encontrar lo que busca, pasando su vista por cada lomo de cada libro en los estantes.


[...]

Han pasado unos días y el silencio de Draco sólo te indica que sigue buscando. Puedes ver en su mirada perdida que sigue pensando en cómo llamarte. Parece un niño terco tratando de lograr algo. En cierta forma, eso es. 

La Sala Común de Slytherin está repleta de gente. Draco insiste en pasar las tardes allí. No es tu lugar preferido, con ese montón de estudiantes que idolatran a Draco y ese otro montón que le temen. Pero es el efecto que tiene un Malfoy entre los suyos. 

Están sentados en uno de los sillones principales. Es el sillón de Draco, nadie más puede estar allí. Implícitamente se ha convertido en una especie de trono, su trono, pero que ahora comparte contigo. Es lo suficientemente grande para que los dos estén cómodamente sentados, pero Draco insiste en que su regazo es más cómodo para ti.

—Nena—La voz de Draco es ronca y profunda, y sólo con esa palabra es capaz de hacer que tu cuerpo tiemble. No es necesario preguntar. Lo que acaba de decir no es más que una opción más en su larga lista de posibles apodos; pero este es distinto. 

—No—Sueltas sin más.

—¿No qué?—Pregunta Draco.

—Ese no será mi apodo—Afirmas. Draco presiona sus manos en tu cintura, volteándote sobre su regazo para conseguir que lo mires.

—¿Qué tiene de malo?—Pregunta mientras sus pulgares trazan círculos sobre la ropa que cubre tu espalda.

—Suena como si estuvieses tratando de ligar conmigo—Explicas.—Como si fueses una especie de fuckboy

Draco rueda sus ojos. Ha sido catalogado así a lo largo de los años. Después de todo, su historial con las chicas tiene un gran punto en común; nunca estaba con una en serio, ni más de una ocasión. Pero contigo, la cosa cambió, y Draco quiso quedarse desde el primer momento.

—Tonterías—Se queja Draco.

—Puedes usarlo—Dices. Tu visión se enfoca nuevamente en el resto de la Sala Común. Por suerte, nadie los está observando. Draco y tú están en una posición bastante íntima, y por el agarre de sus manos en tu cintura sabes que no quiere dejarte ir.— Pero sólo cuando realmente quieras mi atención

—De acuerdo—Draco te sonríe, y sus ojos tiene segundas intenciones. Antes de que puedas reaccionar, Draco acerca tus labios a tu oído izquierdo. Su respiración lanza escalofríos por toda tu columna y sus palabras sólo aumentan el nerviosismo:—Nena ¿Vamos a mi cuarto?

No lo culpas. Draco ha interpretado tus palabras a la perfección. Él realmente quiere tu atención en esos momentos y ha conseguido convencerte.

—No tienes remedio—Bromeas y sientes la sonrisa de Draco en tu cuello.

—Estoy loco por ti—Susurra.—Y la única cura es que me acompañes ahora mismo a mi cuarto


[...]


Draco insistió en que tuvieran una cita en Hogsmeade. Es formalmente su primera cita en público. Antes de eso, pasaron mucho tiempo viéndose a escondidas, y estás realmente nerviosa por la situación. Jamás habrías imaginado a Draco mostrando su lado romántico, pero te ha sorprendido. Apenas despertaste, tu vista descubrió que a los pies de tu cama había un ramo de flores.

Bostezando, te sentaste a ver el ramo. Estaba perfectamente hechizado para que las flores permanecieran intactas sin agua, podías notar el brillo en cada uno de los pétalos y hojas. Justo abajo del ramo, una pequeña tarjeta yacía amarrada.

"Buenos días. Te espero en los jardines para ir rumbo a Hogsmeade. Te quiero"

D.M

pd: ¿Puedes usar esa falda que tanto me gusta? ;)

Dejas la nota sobre la cama y llevas tus manos a tu rostro. Estás realmente sonriendo como tonta enamorada. Te apresuras en tomar tus cosas para ducharte y vestirte, y a pesar del desastre que dejas en el cuarto pronto estás lista. Claramente, con esa falda que a Draco tanto le gusta mirar y quitar.

 Antes de salir, vuelves a admirar el hermoso ramos de flores que Draco te ha enviado. Suavemente, sacas una de las flores más pequeñas y la llevas entre tus dedos. Durante el camino hasta los jardines, tu mente está embriagada por lo bien que te hace sentir Draco con estos regalos y sorpresas inesperadas.

Inconscientemente, tus dedos juegan con cada pétalo de la flor, y recuerdas este infantil juego de preguntarle al azar si el te quiere, o no te quiere.  Pronto, estás arrancando uno de los pétalos a punto de empezar ese juego.

—¿Qué haces con eso?—Pregunta Draco justo en tu nuca. Levantas tu vista y recién caes en cuenta de que has llegado a los jardines.

—Nada—Te apresuras en decir escondiendo la flor entre tus palmas.—Una tontería

Pero Draco es rápido, y ya ha rodeado tu figura y alcanzando tus manos para descubrir lo que escondes. La sonrisa de orgullo que se forma en su rostro es inexplicable. Llena de orgullo, de darse cuenta que has estado divagando sobre él con las flores.

—¿Preguntándole a los pétalos si realmente me gustas?—Cuestiona con una sonrisa arrogante. Acerca su nariz a la tuya, aún sonriéndote, y pronto estás sonriendo tu también del puro nerviosismo.

—Tal vez—Susurras.

—No tengas dudas de eso—Responde Draco mirando tus ojos con delicadeza.—Me tienes completamente a tus pies—Asegura. Entonces, ves como los ojos de Draco se iluminan, como si hubiese encontrado aquello que tanto ha buscado. Y es por dos motivos. El primero, es que está plenamente enamorado de ti. El segundo, es que ya sabe cómo llamarte.—Lo encontré

—¿Qué dices?—Preguntas confundida.

Pétalo—Dice dulcemente. Draco pasa las palmas de sus manos por tu mejillas, acunándolas.—Pequeña y suave como un pétalo

—Muy cursi de tu parte—Bromeas. Has estado descartando los apodos anteriores por bastante tiempo, pero Draco parece realmente entusiasmado con este.

—No me interesa—Debate Draco.—Eres mi pétalo


-hola!¡ espero que les estén gustando estos one shots más cortitos, son ideas que he tenido hace tiempo y me siento muy feliz de publicarlas sin ponerme presión de siempre escribir cosas largas; sin embargo; ya vienen esos one shots de 3mil palabras y con drama!!

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