
10 | AFTERCARE
MORNING AFTER: donde Draco y tu disfrutan de tiempo juntos luego de tener intimidad.
malfoykisses propuso la idea del aftercare hace un tiempo<3
Tu respiración sigue un ritmo intermitente. No tienes que concentrarte mucho para sentir algunas gotas de sudor cubrir tu frente. Ha sido una larga sesión y Draco recién parece haber notado que necesitas un descanso. No te quejas, en lo absoluto. Estás disfrutando el ritmo que lleva dentro y fuera de ti pero tu cuerpo ha alcanzado su punto máximo varias veces esta noche y tanto Draco como tu saben que es hora de terminar.
No hace falta decir nada, es cosa de una mirada y Draco ha cesado sus movimientos, manteniendo sus labios en tu frente.
—Respira—Indica como si fuera una orden, pero es su manera de guiarte a volver a tus cincos sentidos.—Mírame—Pronto, la mirada de acero de Draco está observando cada centímetro de ti, acompañada de una sonrisa.—Lo has hecho muy bien
—Lo mismo digo—Bromeas. Tus brazos abrazan la espalda desnuda de Draco y puedes sentir bajo la yema de tus dedos algunos de los rasguños que habías dejado minutos atrás. Te preguntas si le dolerán, pero a Draco no le molestan en lo más mínimo. Al contrario; ha encontrado placer en la forma en que tus uñas se entierran en él porque necesitas apoyo cuando él está sobre ti.
—Ahora, necesito que te relajes—Anuncia. Draco está a punto de salir de ti. Es un movimiento cuidadoso, sus intimidades se separan, dejándote una incómoda sensación de vacío.—Listo
Segundos después, Draco está sentándose a tu lado, y tu no tardas en acomodarte en tu almohada somnolienta.
—Siempre termino con ganas de dormir—Te quejas.—Me dejas agotada
—No te duermas—Dice Draco en medio de una risa. Se ha mordido la lengua para no contradecir tus palabras. Está completamente seguro de que él ha mantenido el mando esta noche y se ha encargado de todo el trabajo. Pero disfruta eso. Disfruta que sólo sea él quien puede encargarse de tu cuerpo y placer.—Vamos a darnos un baño
—¿Me llevas?—Preguntas girando tu cuerpo hacia Draco.
—Por supuesto—Las manos de Draco se abre camino entre las sábanas y recogen tu cuerpo hacia él. Hábilmente, te carga hasta el baño de su habitación. Rápidamente recuerdas el momento en que Draco y tú escogieron aquella casa, y Draco supo que la opción correcta por la amplia bañera que tenía, perfecta para compartir contigo.
Con delicadeza Draco te coloca cerca del inodoro. Te da un rato de privacidad para que te sientas cómoda y uses el baño. Luego, cuando está seguro de que has terminado, Draco toma su varita y hechiza un baño de burbujas con una sutil fragancia a lavanda.
—Ven—Draco es el primero en entrar al agua, y extiende sus manos hacia a ti para ayudarte a entrar y no caer. Ambos flexionan sus rodillas y se acomodan, Draco apoyando su espalda en la fría superficie de mármol y tu dejándote caer en su pecho. El agua está perfecta, pero no tanto como la sensación del cuerpo de Draco junto al tuyo.
Tus músculos agradecen la calidez del agua. Definitivamente sin este baño, despertaría muchísimo más adolorida al día siguiente.
Tu rostro está mucho más abajo del de Draco, pero no es necesario observarlo para saber que te come con la mirada. Puede ser por dos razones; está ansioso por retomar lo que dejaron en el cuarto, o está preocupado. El silencio de Draco siempre es una duda, pero para ti se ha hecho costumbre aprender a descifrarlo, y sabes que está angustiado por preguntarte como te sientes.
—¿Quieres hablar?—Pregunta en un susurro. Draco se ha hecho el hábito de hablar siempre que tienen relaciones. Ha aprendido que la comunicación es el secreto perfecto para su relación.—Sabes que si algo no te gustó puedes decirlo
Tu estómago está lleno de mariposas. Los cuidados y atención de Draco te vuelven loca en todos los sentidos. No tardas en girar un poco tu rostro hacia él, sintiendo como el agua cubre un poco menos tus hombros. Draco te analiza con la mirada, y antes de que sus preocupaciones puedan atraparlo, tus labios se han unido a los suyos. Su piel está fría, pero ese hielo que lo caracteriza es más que acogedor para ti.
—No tengo quejas, gracias por preguntar—Aseguras apenas se separan. Sientes como Draco suelta un suspiro al saber que todo ha andado bien.—¿Y qué hay de ti?
—Ninguna queja—Dice mientras su diestra se sumerge en el agua y acaricia tu espalda.—Bueno, tal vez una—Agrega—Tu resistencia apesta
—Exageras—Respondes ofendida.—Fueron cerca de tres horas
—Pudieron se cuatro—Debate Draco.
—Quizá para la próxima
Cuando las risas de ambos se desvanecen, Draco toma una esponja, y con unas gotas de gel de ducha, está frotando círculos en tu espalda, la cual no tarda en llenarse de mas espuma. Es relajante y estremecedor al mismo tiempo.
—¿Podemos ver una película luego?—Preguntas.
—La que quieras—Responde Draco.—¿No estabas muriendo de sueño hace un rato?
—Ya no—Aseguras.—Quiero ver películas hasta que amanezca
—Ajá, para eso si tienes energía—Draco ríe, y se acerca a besar tu frente. Quizá tus películas preferidas no son de su agrado, pero disfruta ver como tus ojos se iluminan y tu sonrisa se vuelve más brillante cuando las ves.—¿Veremos esas películas muggles de superhéroes?
—Exactamente
[...]
La mañana llegó y Draco tu cumplieron sus planes. Apenas el sol empezó a aparecer ambos cayeron rendidos en el sueño. Cuando el reloj marca las doce del día, Draco siente que su sueño acaba. Sin siquiera abrir sus ojos, nota que lo miras, acariciando su cabello de manera tan suave, probablemente para no despertarlo. Draco finge que duerme por un rato más y así disfrutar de ti.
—Buenos días Pétalo—Murmura minutos después provocando que te sobresaltes.—Ya sé que estás despierta
—Lo siento—Susurras algo avergonzada.—¿Hace cuanto lo sabes?
—Lo suficiente para confirmar que eres una acosadora—Dice Draco con una sonrisa egocéntrica.
—Estaba aburrida—Defiendes.
—Me hubieses dicho para entretenerte un poco—La sonrisa de Draco se hace más grande, y pronto la manera en que sus mientras se entrelazan no es tan inocente.—¿Cómo estás?
—Bien, bastante bien—Aseguras. Draco necesita constantes afirmaciones de tu parte para saber que está cuidándote como lo mereces.
Draco abre un poco más sus ojos y la vista es increíble. No sólo por el hecho de que no llevas nada más que aquella sábana blanca, cubriéndote descuidadamente, sino también por las marcas en tu cuello. Apenas empiezan a notarse, pero sabe que sólo bastarán unas horas para el burdeo y el morado se hagan presentes en aquellos lugares donde sus dientes y labios estuvieron.
—Un poco marcada—Bromea Draco. Sus dedos recorren aquellas marcas y entiendes a qué se refieren sus palabras.
—Tendré que buscar algunos hechizos para cubrir eso—Anuncias. Pronto irán a visitar a sus amigos, y no estás dispuesta a oír bromas al respecto.
—No lo hagas—Pide Draco.—Me gustan—Pronto, está acercándose más a ti, escondiendo su rostro entre tu cuello y tu pecho.—Me recuerdan que eres mía
—Que posesivo—Declaras.
—¿Es una queja?—Pregunta Draco. Su voz envía vibraciones por todo tu cuerpo e intentas mantenerse serena.
—En lo absoluto—Respondes.
Los minutos vuelven a pasar entre caricias, besos y abrazos. Probablemente sea otro día perdido entre las sábanas, pero no te opones.
—Hey—Suelta Draco.
—¿Si?
—¿Segura que estás bien?—Vuelve a preguntar.—¿Cómoda?—Agrega.—¿Quieres hablar de algo de lo que pasó?
Y entonces entiendes, que para Draco no es una simple rutina preguntarte aquellas cosas. Su mente se convenció por mucho tiempo de que era aquel fuckboy de Slytherin que sólo jugaba con las chicas preocupándose por su propio placer. Necesita estar seguro de que cada movimiento, cada beso, cada contacto, ha sido de tu agrado, y demostrarte que estás en un lugar seguro en caso de quieras declarar lo contrario.
—Estoy perfecta, de verdad—Insistes.—Y aprecio muchísimo que te preocupes
—Recuerda que cuando no te sientas cómoda puedes decírmelo—Recuerda acomodándose otra veza tu lado.
—Lo haré—Prometes.—Lo mismo para ti
—Oh créeme, estuve bastante a gusto—Dice soltando una carcajada. Notas como Draco se sienta, y lentamente inclina su cuerpo hasta tus piernas. Su cuerpo baja un poco más, y está separando tus muslos para acomodar sus codos frente a ti.—Sobre todo cuando estaba aquí abajo—Dice en voz baja.—Y tu estabas...
—Bien, suficiente—Declaras riendo. Sabes que quiere molestarte con sus palabras subidas de tono, con aquella desvergüenza que lo caracteriza.
—Ahora la señorita es inocente—Bromea mientras se aleja y vuelve a recostarse, dejando sus brazos alrededor tu cintura.
—Shh—Defiendes.—Deberíamos levantarnos
—Uh-uh—Niega en un murmuro.—Quedémonos aquí todo el día
—Holgazán—Sueltas.
—Nunca dije que me quedaría durmiendo—Dice con sus ojos cerrados, pero su sonrisa pícara habla por sí sola.—Al contrario—Entonces, su mano sube hasta tu pecho, apretando suavemente hasta erizar tu piel.—Tengo bastante energía para gastar
—Debes alimentarme primero—Anuncias, sintiendo que tu estómago está a punto de rugir.
—¿No soy suficiente?—Pregunta Draco ofendido.—Te traeré algo—Entonces, de un salto Draco está fuera de la cama, buscando una camiseta y encaminándose a la cocina.—¡Y después de que comas...!
—¿Y después qué?—Draco para en seco en el marco de la puerta ante tu pregunta.
—Después sabes perfectamente lo que va a pasar—Dice sonriente.—Dedicaré toda la tarde a que te retuerzas en mi cama
hola¡! un pequeño one shot para esta tarde de domingoooo
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro