012
Llegué a la escuela a tramitar mi salida, le envié un mensaje a HyunJin avisándole que estaba en la escuela, él dijo que me esperaría en el salón que le había tocado para el siguiente semestre; al parecer, habían dividido a nuestro grupo.
Fui a donde me indicó una vez que terminé, él estaba sentado platicando con alguno de sus nuevos compañeros, pero se puso de pie inmediatamente al verme entrar, dándome un fuerte abrazo.
— ¡Sung! ¡No te vayas! Si hoy me hubieras dicho que era una broma y que en realidad solo te cambiabas de casa, te hubiera creído.
Mi corazón ya estaba resignado al cambio en ese momento, mentiría si dijera que había tenido tiempo de procesar mis emociones, solamente había logrado reprimirlas un poco, las analizaría después.
— Hola, HyunJin, yo también te extrañé.
— Entonces no te vayas, si te vas, me vas a extrañar más.
— Ja, quisieras. ¿Qué hacías?
— Ah, te presento a SeungMin, está conmigo en el grupo — el chico me saludó con un gesto leve desde su asiento, correspondí con una sonrisa —, también MinHo y JeongIn están acá, Felix tocó en el otro grupo.
— Oh, ¿quién más está aquí?
— Nada más, todos los que conocía, con los que me llevaba bien, están en el otro grupo, me va a tocar volver a socializar.
A él no le gustaba hablar mucho con la gente por el simple hecho de que tenía ganas de hacerlo.
Reía con él mientras me contaba el coraje que le tenía a su nuevo maestro de Historia, hasta que un par de voces conocidas me sacaron de la burbuja.
MinHo y JeongIn.
Ingresaron al salón riendo, MinHo se veía tímido, nervioso de cierta forma, pero reía por algo sobre "ChangBin" que le había comentado JeongIn. Yo estaba demasiado embobado como para comprender el contexto.
Se sentaron al lado de donde nos encontrábamos nosotros.
— Hola — les saludé, no sabía de qué otra manera comenzar la conversación.
— Holaaa, vine a cargar mi celular — respondió JeongIn, mostrando el aparato en su mano.
— ¡Holap! ¿Qué tal todo? — esa fue la dulce voz de MinHo, viendo en mi dirección.
— Bien, todo bien, ¿y tú?
— También, ya nos habíamos ido, pero a alguien se le olvidó que los celulares necesitan batería para funcionar.
— ¡Ay, ya! — replicó JeongIn — No tendríamos ese problema si a alguien no se le resbalara el celular de la mano en las escaleras.
— En fin, ¿no les molesta si nos quedamos un rato aquí? En lo que el celular de JeongIn carga poquito.
Responder a esa cuestión era un dilema para mí, quería verlo por última vez, pero me dolía de cierta forma. Por suerte, no tuve que responder.
— Nop, está bien — habló HyunJin —, así despedimos a Sung antes de que se vaya.
Fueron tal vez diez o quince minutos, pero me sentía tan extraño, de repente todo se sentía tan banal, la vida cómoda a la que estaba acostumbrado tenía fecha límite, las cosas por las que había luchado y aquello en lo que me había esforzado, todo, pronto, sería dejado atrás, y ahora me estaba despidiendo una última vez de ello.
Luego de que MinHo y JeongIn se fueron, me quedé un rato más platicando con HyunJin y SeungMin, esperaba a que alguno de los dos quisiera irse para dar por terminada la reunión. Fue HyunJin quien dijo que ya era tarde, y que lo mejor sería que comenzaramos a caminar para alcanzar el transporte.
Decir que no me alegró ver a MinHo ese día antes de irme sería ingrato de mi parte, lo cierto es que lo extrañaría demasiado, sus conversaciones, su sentido del humor que fácilmente pasaba por bullying, su aprecio, su cariño, lo oscuro de sus ojos y lo meloso de su sonrisa, todo se quedaría como un vago recuerdo.
Las instalaciones de la escuela, el pasillo por el que alguna vez caminé con él, el lugar en donde confesé mis sentimientos por primera vez, el salón en donde alguna vez reí por los comentarios que hacía, la paletería donde podía pasar horas escuchándolo hablar, el punto exacto en el que sentí la calidez de sus abrazos, las calles que alguna vez recorrí para acompañarlo a la parada de su autobús...
Ahora eran simples testigos silenciosos de la primera vez que amé a alguien con tanta fuerza.
El eco de mis sentimientos resonaría en mi pecho durante un buen tiempo, pero me dije a mí mismo que sería capaz de avanzar.
Un mes después ya me encontraba en mi nuevo hogar, desempacamos maletas y arreglamos el lugar lo más que pudimos; me acostumbré sorpresivamente más rápido de lo que esperé hacerlo, tal vez producto de la presión que ejercí en mi cerebro para adaptarme, no me permití mucho tiempo para procesar todo.
En todo caso, dadas las circunstancias, no me quedaba más que mantener una relación de amistad a distancia con mis antiguos compañeros, con suerte seguíamos sabiendo de la existencia de los demás por un tiempo.
Entré a mis redes sociales, ví algunas notificaciones de mensajes y sobre publicaciones recientes de mis conocidos. Una en específico llamó mi atención, era una publicación de Lee MinHo; ahora que no tenía a nadie para advertirme que debía alejarme para olvidarlo, decidí abrirla.
Deseé no haberlo hecho.
Es decir, siempre he sido una persona comprensiva, puedo entender tus razones aunque no me las expliques, puedo comprender tu contexto aunque me des solo pequeñas pistas sobre ello, y tiendo a relacionar los distintos comportamientos con todas las causas posibles. Comprensión es algo de lo que puedo presumir.
Pero no pude evitar dolerme.
No pude evitar que me causara dolor verlo tan feliz.
El pie de imagen decía algo referente a una nueva relación, y a juzgar por los corazones y los comentarios diciendo "duren" y "vivan los novios", era obvio el tipo de relación.
Además, su cercanía a él en la imagen y el beso que dejaba en su mejilla no dejaban interpretación al aire.
Mi vista se posó en uno de los comentarios de JeongIn, "ChangBin, me lo cuidas"... Mi mente tardó un poco, pero ató los hilos al cabo de un rato.
Eso era lo que me estaba saltando, "Seo ChangBin" era un tema que tendría más peso del que yo le estaba dando.
Aún así... La primera vez que escuché mencionar sobre él fue poco antes de mudarme. Ni siquiera era de nuestro grupo, así que, ¿cuándo comenzó y por qué no me dí cuenta?
¿Y si comenzó mucho antes que yo pero no estaba enterado?
O, tal vez, solo le tomó ese lapso de mes y medio en lograr lo que yo no pude.
Quería llorar, por muchas razones distintas, por muchas emociones que no había dejado salir en un tiempo, por nostalgia, por frustración, por resignación.
Lloré, por muchas razones distintas, porque merecía llorar, porque me dolía, porque sentía mi pecho cargado de cosas que debía dejar salir para poder avanzar.
Y por los recuerdos de la ilusión que llegué a crear.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro