El tiempo avanzó sin misericordia, el periodo vacacional estaba cerca, los exámenes del semestre habían terminado y esperábamos pacientemente a recibir las calificaciones. Ir a clases era casi opcional.

Pero para mí, era un pasatiempo, las horas libres y clases de relleno representaban para mí oportunidades para convivir con MinHo; nada había cambiado, me enviaba mensajes para desahogarse cuando algo pasaba, me contaba de los videos que le causaban gracia, me platicaba de la serie que estaba viendo.

Todo marchaba sobre ruedas.

Hasta que la dura realidad detuvo mi camino.

La voz de mi madre en la tarde de ese domingo: "Sung, ¿qué opinas sobre mudarnos?"

Entiendo sus razones, entiendo por qué debemos mudarnos, entiendo por qué no puedo quedarme aquí. Pero no quiero.

La sensación de incertidumbre recorrió mi cuerpo. ¿Qué pasará con mis estudios? ¿Qué pasará con nuestra casa? ¿Dónde viviremos? ¿Mis amigos? Temerle al cambio es algo natural después de todo, algo muy humano.

Tuve el impulso de pedir permiso para quedarme, pero la condición había sido irnos todos, juntos, así que guardé silencio. Siempre he querido viajar, conocer lugares nuevos había sido todo un sueño para mí en mi infancia, soñaba con visitar mil lugares y vivir en ellos temporalmente para luego volver a mudarme... Pero ahora que estaba la posibilidad abierta, sin más rodeos, tenía miedo.

Me permití pensar toda la noche. Había muchas cosas en mi cabeza, sentía miedo de no poder adaptarme a la nueva forma de vida que llevaríamos, sentía miedo por lo que pudiese pasar. Pero no podía decir que no, el sueño de mis padres estaba en una cuerda floja, a merced de mi decisión, sabía cuánto se habían esforzado, cuánto habían trabajado por alcanzar esa oportunidad, mi egoísmo no pudo ganarme en esa ocasión, no sabiendo que ellos serían totalmente capaces de hacer exactamente lo mismo por mí.

Pero eso me dejaba con otro dilema.

¿Qué pasaría con mis avances con Lee MinHo?

Decirles que quería quedarme por él sería... No sería válido.

Si cuento los meses, el tiempo que llevamos de conocernos, el tiempo que ha pasado desde que me declaré, ha pasado mucho tiempo.

Sentí mi pecho apretarse ante la idea que cruzó por mi mente. Pero tenía razón.

Ha pasado tiempo suficiente, y no he recibido respuesta de su parte.

Esto no va a suceder.

Lo que estuve ansiando tanto, aquello con lo que soñé tantas noches, eso que me llevaba a salir de mi comodidad y arriesgarme tanto, no va a pasar.

Me giré en la cama, el poco sueño que había conciliado se esfumó junto con mis esperanzas, no podría dormir.

Si espero tan solo un poco más, ¿te fijarías de una vez por todas en mi?

...

No. No puedo hacerle esto. Recuerda, Han JiSung, le prometiste que lo dejarías tomar su decisión a su tiempo, le dijiste que no te debía nada, que su respuesta no tenía por qué ser positiva, le dijiste que era completamente libre de seguir su propia voluntad.

Pero, se sentía tan inoportuno, sentía la ardiente necesidad de regresar en el tiempo y callar mis sentimientos, hubiera estado bien solo viéndolo de lejos, ¿no? Si hubiese sabido que todo iba a terminar así, lo mejor hubiese sido no actuar en un principio, ¿no? Debí haber mantenido un límite para mis ilusiones, ¿no? No haberme confesado hubiera evitado que me creara mil y un escenarios coloridos en mi cabeza, ¿no?

Tomé mi celular para revisar mis redes sociales, con suerte enfriaba la cabeza y tomaba calma para pensar con claridad qué haría al día siguiente. Había estado ocupado todo el día, los domingos eran así para mí, tenía mensajes e historias sin revisar, pase de una por una, reaccionando a las de mis amigos cercanos y familiares.

Una en específico me hizo detenerme un momento, MinHo había subido una historia, una valiosa foto de él viéndose tan divino como siempre, en su habitación, al lado de su escritorio. Ahondando más en la imagen, pude percibir el mini póster que le había regalado, colocado en un marco sobre su escritorio; la flor de papel que le había dado también estaba ahí, junto con una cajita que le había llevado tiempo antes con una pulsera, que aún usaba, por cierto.

Mierda, esto era simplemente difícil de procesar.