☪: 6'Si juegas con fuego, vas a quemarte
Doce años atrás en la secundaria para chicos donde el Dúo Kim asistía, se encontraban pacientemente esperando por la clase de gimnasia. Ambos odiaban muchas materias, pero educación física era la favorita de los dos. Esto se debía a que eran muy buenos compitiendo con cualquier tipo de juego, siempre terminaban en un SeokJin vs TaeHyung y el resto enloquecía, mientras que ellos se divertían a más no poder.
Habían salteado el almuerzo para llegar antes al gimnasio y ver qué se traía el profesor entre manos, habían colchonetas cuerdas, pelotas y SeokJin estaba rompiéndose la cabeza para adivinar que harían ese día. Había comido mucha azúcar y se sentía demasiado energico e hiperactivo. Cada vez que hacía eso, siempre ganaba. Lo mismo con los videojuegos, ¡Ah! pero cuando TaeHyung ganaba una partida de estos, las luchas no se hacían esperar.
Y eso lo tenía al azabache en otro mundo diferente al de SeokJin a su lado. Anoche había ganado tres partidas seguidas de street fighter y SeokJin le había dado una paliza cada vez. TaeHyung no podía evitar reír cuando terminaban enroscados en la cama del otro y el cuerpo del castaño terminaba presionando fuertemente sobre el suyo. TaeHyung reía alto y eso enfureciera a SeokJin, quien de luchas y golpes suaves pasaba a unas cosquillas dónde clavaba fuertemente sus dedos en las costillas de TaeHyung, en su estómago, cuello y la zona sensible de su jodido trasero.
Desde hacía aproximadamente dos años, TaeHyung y todos en la familia habían recibido la noticia de SeokJin, dónde había afirmado que le gustaban los hombres y en ocasiones las chicas. No podría decirse que los presentes lo habían tomado bien y de hecho con solo catorce años, no había sido tomado en serio, pero ya con dieciséis y varias salidas con diferentes chicos, había dejado en claro que SeokJin no bromeaba al respecto, su madre lo seguía queriendo y a su padre parecía no importarle. Mientras que los padres de TaeHyung habían reaccionado mal al inicio, hasta que la madre de éste había decidido que SeokJin seguía siendo el mismo y su sexualidad no cambiaba su escencia, su padre en cambio era más transparente. No había vuelto a ser tan ameno con el castaño, pero tampoco lo rechazaba y ciertamente había algo de incomodidad en la amistad que este tenía con su hijo, pero frente a sus padres, SeokJin era un hermano. A solas en cambio... Bueno, también lo era, excepto cuando jugaba con la cabeza del azabache.
Cuando pasaban esos encuentros físicos a TaeHyung le daba vueltas la cabeza el aroma y el cuerpo fuerte de su amigo, quien, nunca había sido tan escuálido como él. SeokJin siempre había sido de hombros anchos y cuerpo para envidiar, por lo que, en una escuela para hombres y con un chico tan descarado y relajado como SeokJin, bueno habían muchos queriendo descubrir su sexualidad con el castaño de labios carnosos y risa llamativa y TaeHyung.... TaeHyung...
— ¿En qué piensas? —cuestionaba SeokJin frente a su rostro.
Estaban sentados sobre las gradas con sus respectivos equipos deportivos, TaeHyung estaba sumergido en sus pensamientos con su mentón sobre su mano y sus codos sobre sus rodillas. Más ese puchero que lo delataba estar en cualquier lado menos allí.
—Pienso en que no eres consciente de mi espacio personal —replicaba, abriendo y entrecerrando sus ojos pretendiendo enfado, pero sin retroceder un centímetro.
—Ay, si soy consciente, pero que bonito eres de cerca —susurraba SeokJin divertido.
Y es que estos juegos no eran siempre, pero cuando aparecían, TaeHyung no podía escapar de ellos.
— ¿Gay chicken con tu mejor amigo? —cuestionaba altivo, intentando esconder que le temblaba el pulso.
—No tienes reacción, es divertido —reía SeokJin y se acercaba más—. Sabes que eres mi tipo, TaeHyung-ssi —bromeaba, guiñando un ojo.
—No me digas —se burlaba el azabache—. Me gustan las tetas grandes —afirmaba—. No creo que tengas de esas
—No, pero podrías cambiar tetas grandes por pollas largas —otro guiño le siguieron a esas palabras juguetonas.
TaeHyung reía, rompiendo su pose pensativa la cual hacía que su mano interfiriera entre su rostro y el de su mejor amigo.
—No lo sé. Creo que eres muy malo besando, hombre —soltaba burlón, recordando que un chico en una fiesta le dijo a SeokJin que besaba mal, cuando en realidad el otro era el que no sabía cómo mierda mover sus labios y evitar golpear con sus dientes a SeokJin cada dos por tres.
—Oh, golpe bajo... pero te dije que soy bueno —Seokjin volvia a acercarse—. Aparte, tú ni siquiera has besado a nadie aún, pero como buen amigo, puedo enseñarte —volvia a guiñar el ojo reiteradas veces haciendo reír a TaeHyung—. Así no ahuyentaras a las chicas con esa gran boca de buzón por no saber utilizarla
—Mmm... No lo sé, solo di que te encantaría besar a tu mejor amigo —TaeHyung se aproximaba lo que restaba, rozando su nariz a la de SeokJin. Su garganta se secaba y tenía miedo que el castaño notará como temblaba su labio superior—. ¿Qué será, gallinita?
—Aish... Eres bueno —mencionaba SeokJin, lamiendo sus labios con anticipación, pero la puerta se abría de repente y TaeHyung corría por poco, al otro lado de las gradas.
SeokJin sentía su corazón latiendo demasiado rápido y el otro estaba igual, pero por razones diferentes. A SeokJin le gustaba mucho TaeHyung y a TaeHyung le daba pánico lo que comenzaba a sentir.
— ¡Ya los vimos mariquitas! —gritaba Lim JaeBeom.
Un chico de la misma estatura que SeokJin, tez blanca, ojos gatunos con dos lunares en su párpado izquierdo. Una nariz sutilmente puntiaguda y unos labios finos que resultaban bastante irresistibles en su bonito rostro. Pero era un insoportable homofóbico que no dejaba de molestar a SeokJin, quién no se le quedaba atrás porque la boca floja la tenía y era de sus mejores armas. Y sus puños también, pero JaeBeom no aprendía.
—No ves nada si no usas tus lentes, maldito cuatro ojos —se burlaba SeokJin, bajando de las gradas, TaeHyung pasaba saliva y lo seguía—. Sé que te encanto, lo sé. Pero no eres mi tipo, ya hablamos de esto, corazón —se burlaba SeokJin, acomodando el cabello de JaeBeom tras su oreja.
Apenas semi largo y siempre regañado en la escuela por no recortarlo un poco más.
— ¡Aish! Alejate mariposon, a ver si encima quieres besarme. ¡Tengan cuidado con SeokJin, chicos! recuerden que es un chupapollas.
¡Ohhhh!
Gritaban todos al unisono, TaeHyung sentía que le temblaban las manos cada vez que comenzaban a burlarse de su amigo y él se encontraba en el medio.
— ¡Ya, JB! —pedía, no soportando al imbécil—. Siempre terminas humillado por SeokJin ¿Y aún no aprendes?
— ¡Oh, miren! ¡Hablo la primera dama del presidente de los gays! —soltaba el pelinegro.
TaeHyung pasaba saliva y SeokJin notaba su rostro. No todos los varones se reían porque varios de ellos habían recibido una lección por parte de SeokJin, pero había un grupo que seguía a JaeBeom y esos eran los agitadores.
—Bueno, bueno... Tú definitivamente estás enamoradisimo de mi ¿cierto? —provocaba SeokJin, volviendo a acercarse al chico—. Mira, soy un chupapollas, pero en realidad como culos y déjame decirte que el tuyo no me gusta porque se frunce cada vez que me acerco y te cagas en los malditos pantalones. Mejor sal del closet y deja de hacer el ridículo cada vez.
"Ooohhhhhh"
—Y TaeHyung es un hombre, no una mujer para que le digas primera dama de nada y es mi maldito mejor amigo. Vuelve a decir algo de él y les mostraré a todos una foto tuya de rodillas chupando mi larga y gruesa polla, porque estoy seguro de que se te cae la baba por eso.
Y el gimnasio estallaba en aplausos, gritos y ovaciones. La boca floja de SeokJin le hacía ganarse el respeto y la forma en la que siempre dejaba a JaeBeom sin palabras, era muy divertido de ver. Aparte siempre daba el golpe final que hacía a JaeBeom saltar como leche hervida y tirarse encima de SeokJin para comenzar una pelea. Tal como ahora, con varios testigos que dirían la mera verdad, JaeBeom empezó y SeokJin solo se defendió. TaeHyung sentía que el corazón se le saldría del pecho, JaeBeom era un homofóbico y era bueno con los puños. No podía evitar asustarse cuando se iban a las manos con SeokJin. No quería que eso pasara a mayores.
— ¡Ustedes dos separense, ahora! —el profesor de gimnasia aparecía y SeokJin soltaba de inmediato a un JaeBeom que le daba un último puñetazo en el labio—. ¡Lim a dirección!
— ¡Pero-...!
— ¡Ahora! —soltaba con autoridad.
El chico se levantaba echando humo por las orejas, mientras tanto, TaeHyung levantaba a SeokJin del suelo. Su labio sangraba y una sonrisa ladina era la que le regalaba cuando éste le susurraba:
— ¿Crees que te ves sexy con el labio sangrando y sonriendo de esa forma?
— ¿Es una pregunta capciosa? —se mofaba SeokJin.
—Kim a enfermería, ese labio es un asco.
SeokJin se encontraba empotrando a Jungkook contra la pared sin piedad alguna con su cuello. Lamidas, besos suaves, mordidas... Chupetones que dejarían huellas que Jungkook vería al día siguiente y por eso entregaba aquel cuello—y todo su cuerpo—a merced del castaño.
Las manos de SeokJin ya habían dejado al pelinegro tan solo en boxer, mientras que él aún llevaba sus pantalones puestos, la camisa ya había sido despojada de su tonificado torso blanquesino. Jungkook estaba delirando bajo su experto toque y gemía sin preocupación alguna. Totalmente ido, creyendo que estaban completamente solos. Pero al abrir los ojos notaba la nueva habitación que veía por primera vez y... Maldición.
—Jin... No t-tienes espejos... —susurraba.
Las manos de SeokJin estaban ocupadas tocándole por cada rincón y bajando la única prenda que quedaba.
— ¿Qué? —cuestionaba el mayor, un poco perdido.
Jungkook lo agarraba de la cabeza y cambiaba de lugares mientras atacaba esos belfos colorados e hinchados, tirando de una mordida, le respondía:
—Espejos, tu habitación no tiene —susurraba jadeante mientras era él quien se encargaba ahora de pintar aquel lienzo en blanco que, era el cuerpo del mayor.
—Oh... —Seokjin reía extasiado, recordando que su antiguo apartamento tenía un gran espejo sobre una de sus paredes.
Estos se debía a que la anterior inquilina era bailarina de ballet y el espejo era pura y exclusivamente para verse bailar, ya que su habitación era la sala de ensayo, pero SeokJin le había dado un buen uso para ver cómo follaba a Jungkook cada vez y observando por todos los lugares indicados.
—Solías ser retraído al inicio. ¡Ah! —susurraba entre gemidos—. Oh, joder... Sigue bajando.
Jungkook reía mientras saboreaba aquel torso sutilmente trabajado y se acercaba a la gran erección que venía sintiendo hacía rato. Ya sobre sus rodillas y con sus dedos sobre la cinturilla del pantalón y el boxer del castaño, alzaba la mirada y susurraba:
—Era retraído hasta que ví como nos veíamos follando y me encantó —admitía.
La mano de SeokJin se iba en dirección al cabello ya enmarañado de Jungkook y acariciaba cuesta arriba, para alejar el pelo de su bonito rostro.
—Quiero ver esa carita y esa boca del jodido infierno mientras me chupas la polla.
Y como le encantaba a Jungkook que SeokJin le hablara de esa forma tan sucia en esos momentos. Realmente lo prendía y sabía que haría lo que fuera por ese dios griego frente a él. Imponente, mandón y un animal en la cama.
Jungkook lo miraba desafiante y bajaba ambas prendas, la prominente erección de SeokJin saltaba orgullosa, erguida, dura y con esa vena sobresaliente, mientras tiraba de la ropa hasta los tobillos su boca se daba el lujo de chupar la punta de ese glande rosado y brillante a causa de la pre eyaculación y SeokJin dejaba escapar un gemido ronco tan sensual que casi hacía correr al chico sobre el suelo.
Y es que Jeon Jungkook tenía cuatro hobbies en su vida, en la actualidad: Cantar, bailar, dibujar, entrenar y poner duro a Kim SeokJin para luego ser quien lo termine drenando y desestresando ¡Oh, eran cinco!, y el quinto era de sus favoritos. El castaño se mordía el labio mientras levantaba sus piernas para que jungkook quitará la ropa y finalmente estar en igualdad de condiciones con su pareja.
El pelinegro miraba hacia arriba, relamiendo sus labios y la escencia que ya tenía del castaño y le sonreía de forma provocativa. SeokJin adoraba esa sonrisa juguetona que tenía demasiado transfondo, dependiendo el momento en el que jungkook se la diera y justo ahora, era una sucia con un toque de diversión en ella.
—Yo... —apretaba sus labios.
— ¿Si? —preguntaba el menor, tomando su erección desde la base y haciéndolo perder en el placentero apretón—. ¿Algo para decir?
SeokJin maldecía y negaba, riendo de forma jodidamente seductora, volvía loco al menor porque hacía varios meses que venía reteniendo LA FRASE entre sus dientes y no la soltaba. Jungkook reía junto con él, pero como deseaba poder escuchar esas palabras, las cuales sentía cada vez más imposibles con la situación actual.
Pero no era momento de pensar en TaeHyung cuando sus papilas gustativas sabian a SeokJin y aparte de los pasteles de la cafetería de Jimin, el sabor del castaño era su favorito.
Jimin y TaeHyung se encontraban en la sala preparando todo para el juego. Le había prestado al pequeño rubio un cómodo pantalón de camisón y una remera. Mientras que él estaba igual de cómodo.
—Ya pedí comida, muero de hambre... Solo por eso no te orille a follar de inmediato —soltaba Jimin acariciando su abdomen—, y porque quiero ver la cara de SeokJin Hyung cuando vea que no puede comerse a Kook.
TaeHyung llevaba dos copas de vinos y le entregaba una a Jimin, la sonrisa maliciosa no se borraba de su rostro y a Jimin la gustaba la maldad que veía en el tipo. Y el hecho de que era jodidamente sensual y sabía muy bien lo que le esperaba dentro de esos pantalones.
Tenía paciencia, podía esperar.
—Ya pasó un tiempo, iré a llamarlos —respondía TaeHyung.
— ¿Estás seguro que tu esposo falso aceptará sin golpearte? Porque jungkook va a golpearme luego. Él aceptará, pero me golpeara luego por culpa tuya —mencionaba el rubio divertido.
TaeHyung, quien ya iba camino a las habitaciones se giraba y añadía—. Si tu amigo acepta por ser tan estúpidamente amable, me basta y Jin no va a golpearme —sonreía ladino—. Jamás lo ha hecho, jamás lo hará... No puede.
Se retiraba con la misma sonrisa altiva y Jimin se quedaba pensando ¿qué tanta historia tenían esos dos? ¿Qué había salido mal que parecían no querer relacionarse de nuevo?.
SeokJin tenía sus dedos enredados en el bonito cabello ondulado y negro que Jungkook tenía con algunas mechas sudorosas, mientras meneaba su pelvis de adelante hacia atrás para follarse esa boca que siempre lo llevaba a la locura. Frente a ellos no había un espejo que cubría toda su pared para verse con jungkook, desnudos, salvajes y crudos. Pero si había un espejo de pie que daba justo a la entrada y a ellos contra la pared. Aún seguían cerca de la puerta, no se habían movido mucho y menos ahora, que Jungkook succionaba su carne con fuerza y jugaba con su lengua por el largo falo y lo torturaba en el glande rosado y brilloso.
SeokJin sabía muy bien como controlar su cuerpo para tener ese bonito muchacho a sus pies, desnudo y también masturbándose como loco con su mano libre. Dios, no cambiaría a Jungkook por nada del mundo. El bonito cantante y bailarín gemía con su voz casi rota alrededor de su dureza, se soltaba a si mismo unos segundos para acunar las bolas de SeokJin y masajearlas mientras chupaba como loco. Un ritmo perfecto y el mayor gemía como un poseso, sin dejar de follarle. Mientras tanto por fuera, llegaba el diabólico falso esposo, quien escuchaba los gemidos ahogados de Kook y los roncos, pero tan sensuales que SeokJin largaba.
—Joder, tu boca —soltaba con voz rasposa—. Eso es. Eres bueno, tan bueno... Dios, bebé.
«Pervertido, no es un bebé» pensaba TaeHyung evitando reír, estaba más que listo para interrumpir en el momento indicado, pero antes que nada, el jodido fisgón quería ver.
Por lo que abría silenciosamente la puerta, sin llave... SeokJin no había cambiado en eso. No había aprendido nada o le gusta presumir, como TaeHyung quería pensar. Relamiendo sus labios, con esos gemidos a juego, abría más la puerta, intentando captar a aquellos dos en la cama o cerca de esta, pero cuando veía por el espejo que SeokJin tenía al otro lado de la habitación, notaba que no se habían movido de al lado de la puerta, pero tenía un reflejo perfecto del chico a los pies de SeokJin y a este follando esa boca que de delicada no tenía nada.
Los labios de TaeHyung se secaban y sentía que se estaba poniendo duro de nuevo. SeokJin parecía salido de algún tipo de manga. Tan irreal y perfecto, su piel lechosa que curbría los músculos de sus brazos y pectorales. Su cuello largo y esa nuez que se marcaba como ninguna otra. El pelo era un desastre, hacia un lado con esa frente poderosa a la vista, su cintura era estrecha y la zona en V en su abdomen podía verse por encima de la cabeza de Kook y era...
«Siempre tan bueno» pensaba, rogando que Jimin no se acercará a él y olvidando por completo que tenía que cortar justo el momento del clímax de esos dos, pero nuevamente TaeHyung se preguntaba qué tan bueno sería ser tomado por ese imbécil, otra vez. Notaba como SeokJin gemia mordiendo su labio, entrecerrando sus ojos y follaba la boca de Jungkook con un movimiento pélvico perfecto y suave. TaeHyung estaba más que conforme viendo aquello. Si, estaba duro como el infierno, pero le gustaba verlo. De nuevo una voz en su cabeza le decía que debía de sentir algo de celos, pero nop.
Y todo hubiera estado bien si los ojos de SeokJin no lo hubiesen visto, cual fisgón en el reflejo del espejo.
—Hijo de-... —Seokjin mordía su labio, jungkook sonreía conforme y continuaba su tarea mientras estaba muy concentrado en su hombre y TaeHyung, lo miraba relamiendo sus labios.
El castaño en cambio articulaba cómo podía un "Vete de aquí" pero TaeHyung negaba con su cabeza y una sonrisa ladina.
«No puede estar pasando esto»
— ¡Joder, ah! Cariño, bebé.... —Seokjin no podía ni siquiera pensar claro cuando daba un golpe a la puerta.
Jungkook no se inmutaba, continuaba haciendo más tortuosa la tarea a SeokJin. Este no podía mantenerse en pie con sus piernas temblando de esa forma y un TaeHyung descarado que abría la puerta un poco más. El castaño no era imbécil, ni tan ciego como parecía. Notaba la mirada lujuriosa en el azabache, sabía que tenía su libido por el cielo y sus ojos negros brillosos y entrecerrados, lo tenían a él como objetivo.
"Vete"... Articulaba de nuevo, con un gemido desgarrador. TaeHyung volvía a negar, pero con una sonrisa diferente. Estaba totalmente caliente y a bordo de la tortura, por lo que, llevaba dos de sus dedos a su boca y los chupaba en jodida camara lenta. Tan erótico y perfecto.
—Ah, mierda... No, no —pedía SeokJin. Sus ojos intercalaban de un chico a otro.
Jungkook tenía los suyos llorosos por llevar más a fondo el miembro ajeno y luego soltarlo. Tenía a SeokJin a punto y lo sabía. TaeHyung en cambio continuaba con la felación a sus propios dedos y los ojos de SeokJin que no podían apartarse de los suyos.
"Mmm" Jungkook deliraba bajo sus pies y el castaño soltaba totalmente absorto y con sus ojos en TaeHyung:
—Oh, mierda... Por favor, continúa —pedía en dirección a Taehyung, y por una cruel casualidad del destino, ambos chicos sacaban sus lenguas, jungkook por toda la hombría de SeokJin y TaeHyung en sus dedos y luego una última chupada y SeokJin se corría—. ¡Hijo de-... Oh, mierda!
Las piernas del castaño temblaban y jungkook chupaba toda su esencia cremosa y salada. Su mente daba vueltas, los espasmos de placer recorrian su anatomía de pies a cabeza y levantaba la vista al espejo.
"De nada" Articulaba TaeHyung, con sus labios brilloso debido a su propia saliva.
—Joder —Jungkook alzaba su mano para acariciar el abdomen de SeokJin y dibujar círculos en él—. Nunca te habías corrido tan fuerte —sonreía inocente.
SeokJin sentía una opresión en el pecho y no estaba seguro como sentirse, aparte de sentirse como la mierda.
—Es mi turno —susurraba perdido.
Jungkook negaba—. Me corrí cuando tú lo hiciste. Me corrí contigo.
«Y yo me corrí con TaeHyung»
La puerta sonaba con tres golpes y ambos se sobresaltaban, la misma estaba cerrada ahora.
—Tortolos —sonaba la voz ronca de TaeHyung—. La sala está lista para el juego y con Jimin pedimos comida. Bajen en cuanto estén presentables, pedimos mucha comida así que no aceptamos un "no" como respuesta.
SeokJin apretaba sus ojos mientras Jungkook se ponía de pie y contestaba—. De acuerdo, hyung. Bajaremos en un momento.
El castaño abría sus ojos negando, pero Jungkook lo convencía.
—Será divertido —soltaba y besaba a SeokJin. Aún con el sabor de este en su boca.
Las manos del mayor se aferraban a su cabeza y lo besaba fuertemente. Como si fuera una disculpa silenciosa y luego lo soltaba. Jungkook tenía sus ojos negros bien brillantes, lujuriosos y algo más.
—Ponte algo cómodo —exclamaba y tomaba dos pantalones de su Placard, dos de chandal y se ponía inmediatamente el suyo y arrancaba a la puerta.
— ¿A dónde vas? —preguntaba Jungkook.
SeokJin se tensaba y giraba sobre sus talones—. Tengo que decirle algo a TaeHyung
—No caigas en su juego, no discutas —exclamaba. SeokJin asentía y salía, cuando lo hacía veía a TaeHyung parado en la puerta de su propio dormitorio.
—Hola, angelito cretino —se burlaba.
Apretaba sus dientes y se iba encima del azabache, lo tomaba del brazo y los metía a ambos en su propia habitación. Cerraba la puerta y TaeHyung esperaba ser estampado contra esta, pero SeokJin ni siquiera podía hacerle eso. Por lo que no podía evitar reír cuando solo lo empujaba apenas.
— ¿Qué mierda estás haciendo?
—Debiste haber cerrado la puerta. ¿Tú no aprendes de tus errores en el pasado?
SeokJin entrecerraba sus ojos con enfado—. Vengo de vivir solo y ahora vivo con un maldito pervertido y fisgón.
TaeHyung se acercaba para pegar su nariz a la ajena, casi rozando los labios carnosos de SeokJin.
—Pero este fisgón hizo que te corrieras y fuerte
—No fuiste tú —susurraba sin alejarse de aquellos labios
— ¿Estás seguro de eso, angelito?
—Tu boca no estaba comiéndose mi polla, estoy muy seguro —contraatacaba.
TaeHyung mordía su propio belfo, aún rozando la nariz del castaño y con su mano sobre el abdomen de éste, iba peligrosamente cuesta abajo.
—Podemos cambiar eso —susurraba demasiado excitado—. Me encantaría chuparte la polla.
SeokJin abría sus ojos verdaderamente sorprendido, lo último que esperaba era que TaeHyung lo admitiera, ya que, no estaba seguro como seguía el juego después de eso.
—Soy muy bueno para el gay chicken, SeokJin —su nariz acariciaba la ajena, en pequeños amagues de que iría por esa boca en cualquier momento, mientras sus dedos largos ya estaban en la cinturilla del pantalón.
—Quita la mano —susurraba el castaño.
— ¿Por qué? Tú no quieres que la quite —provocaba nuevamente.
— ¿A qué mierda estás jugando? —susurraba SeokJin.
—A nada. Solo soy un hombre un poquito... —mencionaba con un puchero que robaba la atención de SeokJin—, lujurioso.
Luego su lengua salía de su boca para barrer desde el mentón hasta el belfo superior de SeokJin, dónde la enganchaba gracias a los labios semi abiertos del castaño, luego tiraba suavemente y se desenganchaba otra vez, mordiendo su propio labio y mirando a SeokJin de forma provocativa, metiendo sus dedos dentro del pantalón. Rozaba el vello púbico bien recortado de SeokJin y le robaba el aire al susodicho.
Luego se daba el lujo de mirar la erección que comenzaba a despertarse en los pantalones de SeokJin y cuando estaba seguro que obtendría lo que se le antojaba, recibía un empujón que lo sobresltaba y encajaba su cuerpo a la puerta con todo el de SeokJin encima suyo. Apretandolo, particularmente para que su mano no siguiera avanzando cuesta abajo y adentro. Para su sorpresa esa mano no seguía, pero el brazo libre de TaeHyung se enroscaba en su cintura para apretarlo muchísimo más contra él.
—Mmm... Rudo —susurraba en los labios de SeokJin.
Este tenía su rostro tan cerca, casi a punto de apoyar su frente a la ajena.
—No sé que juego morboso se te metió en la cabeza, pero no me interesa que me incluyas —exclamaba el castaño, como advertencia.
TaeHyung reía apenas y el brazo que rodeaba la espalda baja de SeokJin subía a la altura del hombro, dónde clavaba sus dedos y arañaba cuesta abajo.
—Tae-... Joder —Seokjin presionaba su cuerpo y sentía la dureza entre la piernas de TaeHyung y la suya propia respondiendo. Ocasionando una fricción contra el hombre que más había deseado en su miserable vida.
—Joder... Si, por favor —soltaba en forma de súplica, sin dejar de reír seductoramente.
SeokJin se alejaba de inmediato, mirándolo con sus cejas fruncidas, sus dientes apretados y su respiración entrecortada.
—Tienes a Park Jimin para eso —mencionaba.
—Que aburrido eres, SeokJin. Solo es un juego —setencíaba, tocando sin prejuicio su propia erección necesitada dentro de su pantalón de pijama.
—No juegues conmigo —replicaba, con una voz temblorosa—. Por favor, no vuelvas a jugar conmigo.
Como alma que lleva el demonio, abría la puerta y salía. Había empujado a TaeHyung en el proceso de abrirla y lo había dejado totalmente desencajado al respecto. La última oración ni siquiera había sonado como amenaza, sino más bien como una suplica. Y TaeHyung sentía que no había sido tan divertido como esperaba.
4000+ palabras muejejejeje
Que tremendudu
Nuevo personaje, Jaebum bebé del que, se sabrá un poqutin más adelante UwU
*Se va*
Con amor niñita Nany 💜
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