☪️:26' Tormentosa necesidad
SeokJin se encontraba hospedado en su viejo apartamento. Bueno, no era exactamente el suyo. Era más pequeño y era provisorio, sólo para huir de la presencia de Kim TaeHyung. Aunque sabía que huir no servía. No había servido para todos estos años que habían pasado, pese a que no había huido, pero había dicho basta.
Suspirando luego de un baño caliente. Estaba cómodo en sus pantalones pijamas, secando su pelo y caminando descalzo por el suelo de madera barnizada. El lugar era realmente pequeño. Tenía la cocina a una pequeña distancia, la cama en el centro con un plasma que se veía glorioso y el baño al final del lugar.
Era acogedor. Aunque estaba acostumbrado a lugares más espacioso. Esto era algo que lo sacaba de apuro porque necesitaba con urgencia la distancia.
El timbre de su puerta sonaba y SeokJin sabía que sólo una persona podía estar parada del otro lado. Eran casi las doce, había invitado a Jungkook y sabía que el chico había salido del Illecebra esa noche. Cuando abría la puerta, no se esperaba que el pelinegro llegará con su ajustada y reveladora ropa de su show.
Jungkook entraba, pasando por su lado y mirándolo fijamente mientras los ojos de SeokJin se posaban en su camisa transparente. El cuerpo de Jungkook era algo que lo volvía loco. ¿Cómo había olvidado el instinto animal que el chico despertaba en él?
Ah sí, su corazón conflictivo.
Un beso en la mejilla de SeokJin y Jungkook aspiraba su aroma a loción para afeitar y recién salido de la ducha, relamía sus labios cuando veía tanta piel. Su corazón martilleaba confundido, Jimin le provocaba querer dominarlo y SeokJin era todo lo contrario. Veía a SeokJin y como siempre, quería rendirse a sus deseos más bajos y sucios antojos. Darle todo el control y simplemente quedarse allí que, Jin haría que todo se sienta mejor.
Suspirando se alejaba, SeokJin lo miraba curioso y sin tapujo alguno para luego cerrar la puerta.
— ¿Viniste directo? —preguntaba, pero sabía la respuesta.
—Los chicos querían salir a beber y yo quería verte. Gracias por haber aceptado —mencionaba.
SeokJin se movía cuidadosamente por el lugar—. ¿Has comido algo?
Jungkook hacía una mueca y negaba. SeokJin apretaba sus dientes y sacudía su cabeza—. Toma un baño caliente, haré de comer para ambos —decía girando sobre sus talones y comenzando a cocinar.
Jungkook se sentía fatal, SeokJin aún no estaba cómodo con él y lo entendía, pero pensaba que por haber aceptado y dejarlo venir, este tendría más interés en él, pero... Eso sería tarea difícil. Y es que en el fondo sabía que SeokJin no era un hombre fácil, pero sabía cómo hacerlo caer ante sus encantos, pero considerando que esos mismos encantos llevaron a Jimin a la cama, a Jungkook se le hacía un nudo en el estómago mientras se sonrojaba de la vergüenza.
A paso silencioso iba en dirección al baño, sabía lo metodico que era Jin, y aunque fuera un apartamento nuevo, él siempre guardaba las cosas en el mismo lugar, por lo que las toallas estaban dobladas ordenadamente a un lado de la ducha. No era una gran cantidad, pero había suficiente para compartir.
Cuando SeokJin escuchaba la ducha del baño abrirse, suspiraba y relajaba su cuerpo. Estaba cortando unas verduras cuando soltaba el cuchillo, se apoyaba sobre sus manos y largaba todo el aire de su interior.
Ver a Jungkook aún le removía cosas en su interior, la atracción física seguía tan latente como al inicio. Y tanto él como Jungkook se habían equivocado y se habían fallado mutuamente y pese a que Jungkook no quiso escuchar la confirmación de que sí había puesto más que sus manos en TaeHyung, él necesitaba decírselo o no habría futuro alguno entre ellos. Si es que el pelinegro pretendía salvar a ambos, porque él estaba comenzando a sentirse como una bola a la patean de un lugar a otro.
TaeHyung pretendía, al parecer, seguir sucumbiendo a sus ganas por él, sin realmente, tomarlo en serio. Y SeokJin podría tener una apariencia fría y distante por fuera, pero por dentro, nunca había sido capaz de engañarse a sí mismo y creer que podría follar a TaeHyung sin sentir realmente que su mundo se estaba desestabilizando junto con su corazón.
Suspirando sonoramente, continuaba con la comida. Jungkook necesitaba alimentarse bien con el ritmo de vida diario que tenía.
La universidad, el trabajo en el café del tío de Jimin y luego el segundo trabajo que más encima era de noche, prohibiendole tener una descanso merecido. El estómago de SeokJin se revolvia, no podía dejar de preocuparse por ese chico ni aunque le matará a su perro, si tuviera uno.
Jungkook necesitaba ser amado y cuidado, no simplemente ser follado y halagado. Era un chico que había sido dejado de lado por sus padres a temprana edad debido a que estos no aceptaban su sexualidad y Jimin siempre había estado allí para cuidarlo, pero incluso Jimin tenía su vida y SeokJin lo entendía y entendía aún mejor la necesidad de alejarse de Jungkook por miedo a no saber corresponder a sus sentimientos.
SeokJin no había sido ciego con el rubio, este se había mentido tanto con respecto a su mejor amigo, que hasta había creído para si mismo que no podia jamás ver a Jungkook como el hombre que era. SeokJin sabía que eso era una bomba de tiempo, pero luego simplemente se había descuidado cuando se había metido más y más en su relación con el más joven.
Él nunca creyó que Jungkook podía llegar a cometer tal acto. Su Jungkook no era así, su Jungkook lo adoraba... O quizás, en realidad, nunca fue suyo. Y para ser honestos, Jungkook se sentía demasiado amenazado por TaeHyung desde que le había contado sobre su matrimonio forzado. Él sabía que decir que "sí" a este matrimonio falso, le costaría su sana relación.
Y ahora estaba demasiado frustrado mientras cocinaba para el menor, pensando en como carajos iba a salvar eso tan bonito que una vez había sido suficiente para ambos.
—Esa ducha es increíble —susurraba la voz de Jungkook luego de varios minutos.
¿Cuando había dejado de oír el sonido del agua cayendo? Estaba demasiado estresado por todo.
Pintando su más dulce sonrisa, giraba y encontraba a Jungkook totalmente desnudo, simplemente secando su pelo y sonriendo de lado. Era hermoso. Mentiría si dijera que su polla no se sentía totalmente atacada por la imagen de ese bonito Adonis, desnudo en su pequeña sala.
Joder, él hubiera matado en otra vida más salvaje por es hombre.
—Jugando sucio ¿Jeon? —susurraba ronco. Cruzando sus brazos por encima de su pecho, estaba luchando consigo mismo por no ser un jodido patán y tomar a Jungkook como este lo estaba deseando a gritos.
Ellos tenían que hablar.
Pero el pelinegro sonreía tan angelicalmente. Tan perfecto, mientras acortaba la distancia que SeokJin casi que perdía el hilo de la situación cuando apagaba el fuego con la comida, tomaba la toalla de la mano de Jungkook y comenzaba a secar su cabello. El menor lo miraba sin desviar sus ojos de los de SeokJin. El calor del cuerpo ajeno les llegaba a ambos. Jungkook sentía que iba a explotar. Necesitaba tocar a SeokJin de nuevo, realmente tocarlo. Sentir sus manos sobre él, su cuerpo sobre el suyo. Necesitaba arreglar las cosas.
Él lo amaba, no dejaría de hacerlo tan fácilmente.
—Me acosté con TaeHyung más de una vez —exclamaba SeokJin.
El corazón de Jungkook subía a su garganta y bajaba a sus pies repentinamente, o quizás era su estómago. Sentía una sensación pesada en la boca de su estómago. Un nudo, junto con sus ojos picando y cuando SeokJin iba a secar una vez más un mechón húmedo y rebelde, Jungkook empujaba su mano con furia. Sus ojos oscuros y su ceño fruncido mientras un puchero enojado se dibujaba en su rostro.
SeokJin suspiraba y lo miraba directamente a los ojos. Se veía cansado y en parte lo miraba como diciendo: ¿En serio te enojas cuando tú comenzaste?O quizás eran los pensamientos de culpa de Jungkook, SeokJin nunca hubiera sido tan condescendiente con él.
—Te dije que no quería saber —exclamaba—. Vine aquí para hablar de nosotros, no de ti y él.
No podía decir su nombre sin sentir que quería morderse la lengua antes.
SeokJin lo miraba pacientemente—. Si pretendes hablar de nosotros, no se puede ignorar el gran elefante en la habitación con nosotros —susurraba SeokJin, luego arrojaba la toalla a la cama y se giraba para darle la espalda a Jungkook—. Y de hecho no es uno, son dos —recalcaba.
Jungkook se sentía furioso y se sentía como la peor mierda
—No es excusable, pero supuse que ibas a caer ante TaeHyung y una cosa llevó a la otra y terminé en la cama con Jimin.
SeokJin apretaba sus dientes y se giraba, todo su porte denotaba furia y Jungkook retrocedía automáticamente.
— ¿Y creíste que yo lo haría antes que tú con él? Porque te informo que no fue tarea fácil ignorar las provocaciones de TaeHyung, pero luché contra eso hasta último momento, incluso después de tu llamado —exclamaba.
Jungkook apretaba sus dientes, estaba furioso y furioso más desnudo, lo hacían sentirse ridículo.
— ¿Entonces un simple error y ya estabas más que jodidamente entregado?
SeokJin giraba su rostro y se acercaba otro poco a Jungkook quien esta vez no retrocedía—. ¿Llamas un simple error acostarte con el hombre al que amaste por casi toda tu jodida vida de adolescente y adulto? ¿En serio, Jungkook? No intentes menospreciar tus propios sentimientos cuando me contaste absolutamente todo sobre lo que sentías por él.
El menor de los dos desviaba la mirada—. Él no me ama, no cuenta. Y no siento lo mismo que antes, te lo dije.
SeokJin reía amargamente—. Si no sintieras lo mismo, no hubieras corrido de inmediato hacia él en cuanto surgieran tus dudas. Y no, yo no me debilite ante tu primer error- ... —sus labios se apretaban junto con sus puños.
Jungkook abría sus ojos enormemente—. ¿Aún lo amas? —susurraba su pregunta.
SeokJin suspiraba—. Seré honesto contigo como lo he sido desde un inicio —susurraba, mirándolo con pesar, pero no con furia o irritación—. No sé si lo amo, pero aún tiene el jodido poder de hacer temblar mi suelo y lo detesto por eso —exclamaba. Jungkook apretaba sus dientes, sus ojos se humedecían—. No pretendas que no te pasa lo mismo con Jimin aún y no te voy a obligar a que me lo digas o a qué lo aceptes a la fuerza, porque ciertamente a mí me tomo por sopresa que TaeHyung aún tenga cierto efecto en mí... Pero lo que más me molesta es que crea que puede jugar conmigo a su antojo y por eso mantengo distancia. Ahora entre tú y yo... Depende de nosotros lo que queda de esta relación. No voy a intentar construir una encima de mentiras, eso no funciona Jungkook.
El pelinegro agachaba la mirada—. Siempre supe que eras demasiado maduro para mí, no eres tan viejo, pero parecieras un hombre de cincuenta en el cuerpo de uno de uno de treinta. Ardiente como el infierno —exclamaba. Luego suspiraba cuando no conseguía una sonrisa de SeokJin, sólo una mirada con algo de pena, SeokJin se sentía tan culpable y confundido como él. Pero Jungkook...
Jungkook no podía arriesgarse tanto como SeokJin. No confiaba, pero no estaba seguro en cuál de los dos.
—Si tú puedes mantener a TaeHyung lejos de ti, entonces hay esperanzas —susurraba Jungkook, acercándose al castaño y tocandolo por primera vez.
Sus ojos eran hermosos, negros y brillantes, SeokJin caía cada vez por ellos. Y le gustaba que Jungkook lo mirara así. Había una dulzura desbordante en ellos.
— ¿Qué hay de ti y de Jimin? —preguntaba aunque le costara.
—No hay nada de que hablar ahí. Ya le pedí que mantenga a TaeHyung entretenido y lejos de ti, de nosotros. Y sí, suena horrible, lo sé —admitía, luego suspiraba—. Pero tú y él se amaron una vez... Es más fuerte ese elefante que mi enamoramiento unilateral con un hombre que jamás se daría cuenta de nada —decía con sus labios abultados.
SeokJin se preguntaba si Jungkook era realmente tan inocente como para no haber notado como Jimin solía mirarlo en ocasiones que él no se daba cuenta. Podía entender que el rubio no se arriesgaría con Jungkook. Jimin era un alma tan libre como lo era TaeHyung. Personas que simplemente no podían estar con una sola. Entendía si prefería ignorar los sentimientos de Jungkook a herirlo.
Pero si SeokJin decidía avanzar desde aquí, confiando en que Jimin tenía el encanto suficiente para mantener a TaeHyung lejos de él. Lejos de ellos y no volver a sucumbir a Jungkook o viceversa, su relación con él pelinegro sólo tendría fecha de caducidad en algún punto. ¿De qué serviría continuar?
— ¿Jin? —susurraba Jungkook, sacándolo de sus pensamientos—. ¿Me das otra oportunidad o prefieres arriesgarte con TaeHyung? Esto ya ni siquiera se trata de Jimin y de mí —susurraba, apretando sus brazos alrededor de la cintura de SeokJin.
Su cuerpo rígido y bien trabajado emanando un calor que cubría al mismísimo SeokJin que pensaba: ¿Arriesgarme por alguien cómo TaeHyung? Alguien que en su momento no le importó ni un poco su palabra y dejando algo tan viejo en el pasado, sólo se ponía a pensar en el presente, TaeHyung simplemente estaba caliente con él. Caliente como podría estarlo cualquier hombre por él o bien, cómo el mismísimo TaeHyung podría estarlo por cualquier otro hombre.
Cómo Jimin, días atrás.
SeokJin seguía sin significar nada para TaeHyung, no significaba para Tae lo que significaba para el hombre que estaba parado frente a él con ojos brillantes y expectantes, silencioso esperando una respuesta. Si bien Jungkook se equivocó primero, él se equivocó después. Ambos lo había hecho y ambos se recompensarían por eso.
— Perdóname tú a mí, y estamos a mano para volver a empezar —susurraba SeokJin, tocando la mejilla de un Jungkook que, no sabía cómo era posible, pero lograba hacer que sus ojos brillarán aún más.
—No tengo nada que perdonar. Yo te empujé a eso y prometo que daré lo mejor de mí. No volverá a suceder nada de lo que ya aconteció entre nosostros —susurraba, moviendo su cabeza sobre la mano de SeokJin como un gatito hambriento de afecto. Apretaba todos los botones que SeokJin sabía que tenía por él.
Jungkook nunca había dejado que Jin actuará como un Sugar Daddy, pero si lo había dejado actuar como su protector porque a SeokJin simplemente le encantaba y a él también le gustaba sentirse cuidado y protegido por este hombre. SeokJin lo volvía tan dócil y necesitado, que tomaba su rostro desesperado y unía sus bocas finalmente. Suspiraba un gemido cuando SeokJin lo besaba como solía hacerlo.
Con tal hambre y necesidad. Jungkook simplemente se derretía entre sus brazos y en su boca. Las manos fuertes del castaño se posaban en sus glúteos desnudos y desde allí lo tomaban con fuerza impulsandolo hacia arriba, Jungkook entendía y enroscaba sus piernas a la cintura de SeokJin sintiéndose aliviado y feliz desde hacia varios días que no le sucedía luego de haber estado con Jimin.
Esto se sentía diferente, SeokJin siempre se sentía tan bien.
La forma en que luego de besarlo hasta dejarlo estúpido lo ponía sobre la cama y comenzaba a besarlo completo. De arriba hacia abajo hasta llegar a su polla dura y sentir el calor de la lengua de SeokJin dejando lamidas desde el inicio hasta la punta. Sus ojos por poco y giraban hacia atrás cuando esa boca succionaba y su cintura se arqueaba.
Un gemido le abandonaba, luego otro y SeokJin simplemente estaba teniendo un festin con su polla. Si seguía se iba a correr. Mirando hacia dicha dirección veía la cabeza de SeokJin subir y bajar mientras gemía, sus piernas abiertas de par en par y las manos del castaño amasando sus muslos, buscando su entrada sin realmente meter un dedo. Cuando sus bolas le daban el anuncio de que iba a venirse como un demente, SeokJin se detenía.
Conocía tan bien su cuerpo.
—Mi pantalón... En mi bolsillo —decía Jungkook sin aliento. SeokJin entendía y lo tomaba en una fracción de segundos que parecían eternos hasta que sentía el líquido bañar su entrada con esos dedos ágiles detrás y su mundo se reducía a las sensaciones más placenteras que había experimentado con este hombre.
Con sus dedos y su lengua, Jungkook ya se encontraba deseando más.
—Jin-... Por favor, dame tu polla —pedía, empujándolo, sólo para poder levantarlo y tirarlo sobre la cama.
SeokJin sonreía y tomaba otro poco de lubricante, pero luego recordaba que no había visto un condón en los bolsillos de Jungkook y él no estaba preparado para esto.
—No tengo... Eh, condón. No tengo condón —susurraba.
Jungkook lo miraba mientras lo trepaba como un mono, subiéndose a horcajadas no dispuesto a parar por nada.
—Estoy limpio y ya es hora de dejar de usarlo ¿No? —exclamaba, tomando el lubricante de la mano de SeokJin y derramando sobre la polla de este.
Se veía dura, la punta roja y apetitosa. Si no estuviera tan vacío, Jungkook hubiera deseado meterla en su boca y degustarla a su antojo, pero ahora sólo necesitaba, con desesperación sentir a SeokJin golpeando en su punto dulce hasta hacerlo venir.
Cuando el castaño no decía nada, excepto suspirar entre gemidos suaves por los toques de Jungkook, el pelinegro lo tomaba como un semáforo en verde, acomodaba la polla en su entrada y comenzaba a bajar.
—Kook, no creo-...
—Shh-... No digas nada, por favor —susurraba, acercándose a la boca ajena y comenzando a bajar.
SeokJin relamía sus labios y mordía luego su belfo inferior cuando sentía la presión en su polla y era su Jungkook. Sentía la piel con piel, el calor rodear su miembro y Jungkook lucía precioso sintiéndose tan estrecho para él y estirado para si mismo.
—Joder... Hyung, te sientes tan bien —susurraba el pelinegro bajando más rápido hasta llegar al fondo.
Cuando lo hacía, SeokJin apretaba las caderas del chico y lo mantenía quieto, sus miradas se cruzaban y Jungkook le sonreía tan sensual para luego besarlo, no permitiéndole pensar en nada que no fuera la boca de este chico y los movimientos suaves que hacía sobre su polla. Jungkook lo besaba y lo mordía con desesperación mientras que el movimiento suave se volvía desesperado, desaliñado y necesitado.
Jungkook mordía su labio inferior, delineaba su mentón con dientes y besos mientras se follaba a sí mismo en su polla. SeokJin estaba tan necesitado de tomar y tomar que sus caderas golpeaban cuesta arriba con desespero y Jungkook se quedaba quieto, recibiendo y gimiendo mientras besaba el cuello de SeokJin dejando marcas de amor y deseo.
La cama chirreaba entre los gemidos rotos de Jungkook y la respiración inestable de un SeokJin que los giraba y clavaba al menor a su cama con su polla entrando y saliendo de forma sucia y caliente, mientras Jungkook abría más sus piernas y gemía pidiendo más. Cuando ya estaba cerca, su mano tomaba la polla de Jungkook y comenzaba a masajaearlo al ritmo de sus embestidas. El pelinegro se retorcía recibiendo todo el placer que su Hyung le estaba dando hasta que sentía la advertencia arremolinarse en sus bolas, cosquilleando en su vientre y viniéndose como un demente en la mano de SeokJin.
—Joder, Hyung-.... —Jungkook temblaba por las réplicas de su fuerte orgasmo y un SeokJin que buscaba su propia liberación y se lo follaba como si no hubiese un mañana.
Borrando de su cabeza y del cuerpo de ambos las huellas de hombres ajenos. Y luego sentía como SeokJin gemía ronco y sin fuerzas se vaciaba dentro de él, cayendo encima de su cuerpo y moviéndose suavemente hasta dejarlo todo dentro de Jungkook. Y al menor de los dos le encantaba la sensación de sentirse lleno por su Hyung.
Su novio. SeokJin seguía siendo suyo y era todo lo que importaba, cuando sus brazos se enroscaban en el cuerpo encima suyo y sus uñas romas arañaban cuesta abajo mientras el cuerpo de SeokJin seguía sensible y tembloroso. Jungkook lo apretaba y abrazaba con fuerzas y SeokJin empujaba su polla drenada otro poco más profundo mientras buscaba la boca de Jungkook y lo besaba con más calma.
Cuando el beso cesaba, estaban sudorosos y acabados, pero bien follados.
—Amo las reconciliaciones —susurraba Jungkook con el pelo húmedo enmarañado, los ojos brillantes y negros, más los labios hinchados.
—Eres jodidamente precioso —susurraba SeokJin, recibiendo esa mirada que lo hacía sentirse más alto de lo que en realidad era.
Lo adoraba con locura, pero en el fondo de su corazón se preguntaba si esa adoración sería suficiente para no permitirise a sí mismo caer ante los encantos venenosos de un hombre al que había amado con el amor más puro que se puede tener a temprana edad.
Días más tarde, mientras TaeHyung entregaba su comisión en el correo, su teléfono sonaba con un email que había recibido cada año luego de un tiempo de que terminará la secundaria, pero al que nunca nunca jamás había prestado atención y esta vez no sería diferente.
Cuando llegaba a la casa se cruzaba, sorpresivamente con un SeokJin que iba de salida y cuando se encontraban en la puerta, interiormente sonreía con malicia porque este hombre jamás podría ignorarlo.
—Hey... —saludaba SeokJin—. Vine por unos papeles del trabajo. Ya me iba —decía despidiéndose, apenas viendo a TaeHyung a los ojos, pero cuando cruzaba por su lado, el azabache tomaba su brazo y lo detenía.
— ¿Vas a seguir fuera de la casa? —cuestionaba, SeokJin se soltaba de su agarre y acomodaba su suéter, recién ahí notaba las marcas en el largo cuello de piel lechosa que SeokJin tenía.
Unas verdosas, suaves y claramente la prueba de un encuentro sexual que hacían un nudo en el estómago de TaeHyung.
Desviando sus ojos, no podía pensar en alguna frase mordaz para sacarle información al respecto y eso le sorprendía demasiado. Él siempre tenía algo venenoso que arrojar para este hombre, pero ahora se sentía desarmado.
— ¿Qué? —cuestionaba SeokJin al notar que TaeHyung no decía nada, pero él lo había detenido.
Claramente había visto su mirada dirigirse a su cuello. Era ridículo que sintiera culpa por haber arreglado las cosas con su pareja. No le debía nada a su falso esposo.
— ¿Qué de qué? —soltaba el azabache.
— ¿Estoy de ida y me detuviste sólo para preguntar si voy a continuar fuera de la casa? No es de tu incumbencia, Tae
—Lo es, si se enteran nuestros padres y lo toman como una maldita violación al trato que firmamos. Deja tu maldito orgullo y vuelve aquí
—Lo haré cuando lo crea necesario. Aún necesito mi espacio —decía a punto de girarse.
TaeHyung apretaba sus dientes y se ponía frente a SeokJin—. Si creés que me voy a ofrecer otra vez, estás equivocado. Así que deja de ser tan imbécil y vuelve aquí. No tengo ganas de ponerte un dedo encima, si eso te hace sentir seguro —se burlaba.
Aunque no sentía su lengua tan filosa como esperaba luego de ver el cuello de SeokJin.
—Mi mundo no gira alrededor de ti y si me mantengo lejos, es una cuestión personal. Por supuesto no creo que vuelvas a arrastrarte para estar conmigo, si de pollas se trata, puedes conseguir a cualquiera ¿O no?
TaeHyung apretaba sus dientes mientras lo miraba con ganas de poder evaporarlo con una simple mirada.
—Por supuesto. La tuya no tiene nada de especial, angelito —susurraba y sonreía interiormente cuando notaba la tormentosa mirada en los ojos de SeokJin.
—Bien, déjame pasar
—Una pregunta más —añadía, SeokJin aspiraba el aire por su nariz mientras su mandíbula se marcaba y TaeHyung sentía sus piernas débiles—. Eh ¿Recibiste el email sobre la reunión?
— ¿Reunión? —SeokJin fruncía el ceño, sacando su teléfono mientras buscaba entre sus correos y allí estaba—. Oh, claro. Lo olvidé —decía presionando algo en su pantalla.
TaeHyung miraba por encima, culpa de su curiosidad y fruncía el ceño—. ¿Irás? —decía con una mueca de desagrado.
—Voy todos los años —respondía Jin, como si nada.
TaeHyung entrecerraba sus ojos—. Oh, claro. El gran Kim SeokJin no puede no presentarse ante sus lacayos de secundaria.
Suspirando y rodando los ojos, exclamaba—. Ya supéralo, TaeHyung —exclamaba—. No tengo ningún lacayo y la mayoría ha superado las estupideces de secundaria. Lo sabrías si te habrías dignado a ir
— ¿Cómo podría luego de toda la humillación que me hicieron pasar? —cuestionaba.
Increíble, SeokJin no podía ser más insensible, pensaba el azabache.
—Cada uno pagó y se tragó sus palabras gracias a mí, aunque no lo creas. Y créeme que si ahora no te tienen el suficiente respeto, fue porque te hiciste la fama y te echaste a andar, no por el adolescente que solía ser mi-... —SeokJin apretaba sus dientes—. Cómo sea, la mayoría tiene su propia familia y negocios. Iré y fíjate que harás tú, claramente van a esperar verte ahí y si no lo hacen, dime qué excusa quieres que inventé por ti. Porque te recuerdo que ahora estamos casados, no estás obligado a ir, pero yo lo haré porque me entretiene. Lamentablemente, si me preguntan por ti, esta vez tendré que responder como tu supuesto esposo.
TaeHyung apretaba sus dientes—. Ah, increíble... Bien, entonces si confirmaste tu asistencia, claramente iré contigo. No voy a dejar que hables en mi nombre.
SeokJin rodaba los ojos—. Bien, ¿Algo más? —decía antes de irse.
TaeHyung se mordía la lengua—. ¿Vas a volver pronto?
SeokJin aspiraba fuertemente—. Lo haré antes de que nuestros padres lo noten como una violación al trato. Adiós, TaeHyung. Te veré en unos días para asistir a la reunión.
Luego salía por la puerta dejando al azabache solo y sintiéndose decepcionado por no haber tenido ni una simple cercanía con su falso ex esposo.
Odiaba que su cuerpo necesitará a ese hombre. De sus manos y su atención. Se sentía nuevamente el chiquillo adolescente y desesperado por Kim SeokJin.
Sólo tengo esta historia y UPSIDA en proceso de actualización. ILLECEBRA está más pronta a terminar, pero no sé dentro de cuánto, ya que si logro buscar la vuelta pronto, podria terminar antes de lo que creo como sucedió con VANTE.
Bueno, espero hayan disfrutado. Nos estamos leyendo y ante cualquier duda, visiten mi tablero que allí voy pasando factura para que vean como ando con el estado de los fics, también respondo cualquier duda.
Con amor niñita Nanykoo 💜
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