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☪️:14'Dirty little secrets

Habían pasado un par de días desde que Jungkook había comenzado a convivir con Jimin. Aunque entre sus estudios y el trabajo de Jimin, se cruza an poco y nada. Había, estrictamente, pedido a su amigo que no mencionara nada a TaeHyung sobre la mudanza, seguramente porque este abriría la boca con SeokJin.

Y él se encargaría de mencionarselo.

El problema radicaba en que parecía no encontrar el momento justo para hablarlo. Él estaba ocupado con sus estudios y ahora con su trabajo los martes y sábados en la cafetería del tío de Jimin. Lugar dónde tenía que soportar a la prima de su amigo quien creía que Jungkook era totalmente hetero.

¿Necesitaba ser más afeminado? No, eso era una especie de maldito cliché para la gente hetero.

Suspiraba cuando había intentado llamar a SeokJin, pero le había saltado el contestador. Sabía lo que el castaño estaba haciendo. Trabajando demasiado. No solo estaba como productor y locutor en su propio programa radial. Estaba colaborando con otros. Nuevas ideas, puestas en escena... Los oyentes creciendo en cada en programa.

Jungkook no estaba seguro porque se estaba tardando tanto en mencionarselo. O quizá si sabía, pero le parecía ridículo siquiera reconsiderar que SeokJin podría ponerse celoso. Él no le había dado motivo alguno para que creyera que aún tenía sentimientos por su Hyung, Park Jimin.

Jungkook suspiraba—. Solo manda un maldito mensaje —susurraba frente a su laptop aquel jueves a la noche.

Pero no lo hacía, mucho menos cuando saltaba de repente porque la puerta se abría y Jimin entraba, con otros brazos a su alrededor. Sonidos húmedos de dos bocas besándose apasionadamente y esa voz grave que gemía en los labios carnosos de su Jim-... De Jimin.

Iba a decir algo, iba a quejarse porque; carajos, al parecer Park olvidó que ya no vivía solo, pero de repente recordaba que el tipo que estaba chupando la cara de su amigo, era nada más y nada menos que Kim TaeHyung.

¿Jimin había invitado a TaeHyung? ¿Acaso era estúpido o pensaba con su polla? Jungkook quería arrojarles algo, mientras se desvestian bajo las luces tenues de la sala, pero luego recordaba que no le había mencionado a SeokJin nada de nada sobre su nuevo lugar y apretaba sus puños y dientes, tomaba con cuidado su laptop y estaba decidido a escapar mientras los otros estaban ocupados manoseando y besándose.

Todo hubiera sido perfecto, si no fuera porque Jungkook tenía el teléfono con sonido y una llamada de SeokJin entraba justo en ese instante. Cómo cosa del destino.

— ¿Qué carajos-...? —soltaba repentinamente TaeHyung, con las manos de Jimin en su camisa negra a medio desprender. Medio tambaleante comenzaba a mirar en dirección al sonido y encontrado a Jungkook vestido muy cómodo con su laptop en mano y celular en el otro—. ¿Y tú qué haces aquí?

Jimin abría sus ojos y boca, mierda. Había olvidado que ya no vivía solo. Él simplemente había salido por unos tragos con TaeHyung a un lugar tranquilo, se habían comportado como buenos amigos entre otros amigos de TaeHyung y luego se habían escabullido hacia el auto del azabache y habían llegado a su apartamento.

Habían intentando contenerse, claro, entre una mamada de Jimin a TaeHyung mientras este conducía el auto como si aquello no estuviese sucediendo.

Aish, que nadie supiera que TaeHyung necesitaba salir de esa gran casa solitaria con el olor y las cosas de SeokJin por todas partes, pero sin SeokJin. No sabía por qué le molestaba la ausencia de su falso esposo, debería de haber estado feliz estos últimos días por no verlo a causa del trabajo, pero contrario a eso... TaeHyung detestaba el hecho de que parecía "extrañarlo", pero jodidamente no lo diría en voz alta ni lo pensaría más de dos veces al día por si alguien lograba escuchar sus pensamientos y sabía que sentía nostalgia ante la ausencia de Kim SeokJin en la casa que ambos compartían.

—TaeHyung. Umm, Kook está... —Jimin relamía sus labios nervioso, Jungkook tenía esa mirada de "No se lo digas aún" pero carajo ¿Cuánto más tardaría en decir algo tan simple como que eran roomates?

No era nada del otro mundo y ciertamente no entendía por qué Jungkook lo ocultaba a SeokJin o parecía costarle mencionarlo. Por un momento el rubio creyó que se trataba de una cuestión de orgullo. Porque quizás el menor sentía que había perdido parte de su independencia y eso lo hacía verse demasiado "pequeño" junto a un hombre como SeokJin.

Joder. Jimin no entendía, pero ciertamente no estaba con la lengua tan ágil como para mentir u omitir información.

Su lengua solo estaba ágil para recorrer el cuerpo de TaeHyung y meterse en su boca. Para nada más señoras y señores. Y eso era bastante.

— ¿Ustedes viven juntos? —preguntaba TaeHyung, viendo que en la puerta habían dos pares de pantuflas y un par de zapatos de Jimin y unas botas de Jungkook.

Entre otros accesorios que parecían contrastar entre sí y solo, quizás, pertenecerle algo a Kook y algo Jimin.

—No le digas a SeokJin —soltaba Jungkook, suspirando sonoramente.

TaeHyung enarcaba una ceja y lo miraba, juzgándolo descaradamente de arriba abajo.

— ¿Y yo por qué te haría favores a ti? —replicaba—. ¿Le estás escondiendo a tu noviecito que vives con tu amigo porque...?

TaeHyung alargaba el "porqueeee" con un deje de ironía que bailaba en su tono de voz y en el negro de sus ojos divertidos y malévolos.

—Perdí mi apartamento —respondía de inmediato—. Él no lo sabe, porque me rehusé a pedirle ayuda —respondía el pelinegro.

TaeHyung hacía una mueca descreida, parecía no comerse su mentira, aunque no era una mentira... No del todo. Jungkook apretaba sus dientes.

— ¿Pretendes que yo guarde tu secreto y por qué o para qué? —cuestionaba el azabache, encogiéndose de hombros, despreocupado y con su torso acaramelado a la vista.

Jungkook entrecerraba los ojos y lo miraba despectivamente de arriba hacia abajo. Jimin sentía la rivalidad entre ambos. Estaba latente en el porte de cada uno. En el tono de voz con el que se hablaban. La mirada dura de su amigo y el ceño fruncido de TaeHyung indicaban el desagrado por el otro y la tensión en el jodido aire. Ni siquiera podía decir que entendiera el problema de uno o del otro, pero le molestaba el show de macho alfa que intentaban dar o en este caso "Omega oficial de SeokJin" porque era el único motivo por el cual estos dos se desagradaban. Y no sabía cómo sentirse al respecto.

—Bueno ya. ¿Qué mierda...? —soltaba Jimin, fregando su frente—. Jungkook vive conmigo, lo olvide. Perdón, tengo alcohol hasta en los huesos y se me olvidó mencionarlo —Jimin miraba a ambos.

TaeHyung resoplaba—. Aún así... —se volvía a Jungkook—. ¿Por qué no se lo dices a Jin? ¿Cuál es la gracia de ocultarlo?

Jungkook mantenía la mirada fija. Joder que no cedería a bajar la cabeza. TaeHyung podía parecer un tiro al aire, pero no era el estúpido ignorante que muchos querían creer y que seguramente, ese chico universitario frente a él, pretendía dar por hecho.

Así que levantaba su mentón y una sonrisa casi burlona se pintaba en su rostro. Jungkook sentía un escalofrío en su nuca, TaeHyung parecía estar leyéndolo a la perfección y no sabía cómo sentirse al respecto.

Claro que todo el momento era repentinamente interrumpido por Park Jimin.

—A Jungkook no le gusta recibir ayuda de nadie —respondía en su inocencia o despiste—. No quería que Jin se preocupara y quisiera ayudarlo como un "Sugar Daddy" —hacía alusión a eso porque era lo que él creía.

Fervientemente pensaba que ese era el gran dilema de su amigo quien se había acostumbrado a temprana edad a como manejarse solo. Aparte de que había demostrado más de una vez que iba muy en contra de regalos y dinero por parte de parejas. Cosa que siempre le reclamaba a Jimin. A él le gustaban los Sugar Daddy o los Sugar Babys que quisieran presumir su estatus social con regalos que a Jimin totalmente le servirían, pero Kook era diferente.

Aparte que tomaba como una gran diferencia sentimental el hecho de que no necesitará regalos de Jin, solo queria a Jin.

Bueno, las conclusiones del rubio estaban—en parte—acertadas. Pero también había un poquito más que él no sabía, ni notaba, pero que TaeHyung parecía estar leyéndolo a la perfección.

—Claro... Chico independiente ¿no? —soltaba con un deje de burla—. Lamento que hayas estado estudiando y nosotros aquí a punto de follar —mencionaba, tomando a Jimin con autoridad de su cintura.

Su mano tomaba el delicado mentón del rubio y sus labios reclamaban posesión de los del otro. Un beso intenso dónde su boca se abría para devorar la de Jimin sin tapujos. Su lengua se inmiscuia dentro para dominarlo y Jimin sentía sus rodillas débiles, mientras gemía en el proceso de aquel beso tan voraz.

Jungkook apartaba la vista.

TaeHyung intensifican el beso y veía a Jimin todo embelesado besándolo con sus ojos cerrados. Era hasta un poco divertido como el chico se entregaba a párpados caídos por algo tan simple como un beso.

A TaeHyung le resultaba solo un poco ridículo cuando la gente cerraba sus ojos ante un simple intercambio de saliva y choque de lenguas.  Cuando miraba de reojo, veía que Jungkook no podía mirar la escena. Y eso confirmaba que este sentía más que simple incomodidad cuando tocaba a su amigo Jimin.

Cuando volvía a mirar al rubio, el chico seguía con sus bonitos ojos cerrados. ¿Por qué la gente hacía eso? Él no recordaba la última vez que cerró los ojos por algo tan soso como un beso.

Oh, esperen. Si recordaba la última vez que un beso le consumió hasta las pocas ideas que tenía y se había olvidado de como respirar en el proceso que la otra persona le consumía la vida a través de sus labios y su lengua llenando toda su boca.

Él siempre supo cómo sacarlo de su cabeza.

TaeHyung cortaba el beso repentinamente cuando había rememorado la última vez que sus labios chocaron con los de SeokJ-..

El teléfono de Jungkook volvía a sonar, TaeHyung giraba a verlo y Jimin recobraba el aire. Pero el teléfono seguía sonando.

— ¿Vas a atender o qué? —preguntaba TaeHyung.

Jungkook pasaba saliva y atendía luego de un largo suspiro, el llamado de SeokJin.

—Amor... —soltaba Jungkook, girándose para darle la espalda a TaeHyung, quien lo miraba con sus ojos entrecerrados y por poco los rodaba ante el apodo cariñoso.

Recién me desocupo —decía la voz cansada de SeokJin—. He estado muy intenso y metido con cosas del trabajo y seguramente tú también con tus clases.

Jungkook sonreía—. De hecho, sí. No quise volver a llamarte luego de los contestadores porque comprendí que podía llegar a molestar.

SeokJin suspiraba al otro lado—. Tú nunca serías una molestia para mí —mencionaba—. Estoy saliendo de la radio. ¿Puedo ir a tu apartamento? Realmente no quiero quedarme en casa con TaeHyung y su humor de perro.

Jungkook abría sus ojos, giraba y veía que ni Tae ni Jimin estaban ya en la sala. Bien, estaba solo y no podía recibir a SeokJin en su nuevo apartamento.

Aclaraba su garganta—. Tengo entendido que Jimin está con TaeHyung, por lo que no están en tu casa. Ve allí, yo me tomaré un taxi y en menos de treinta minutos estaré en tu puerta ¿Si? —soltaba. Camino a su habitación para prepararse de inmediato y salir corriendo de allí.

Él no iba a pasar todo un viernes con Jimin gimiendo como perra mientras TaeHyung lo follaba o viceversa, quién diablos sabía lo que esos dos podrían hacer allí adentro.

Oh, entonces en ese caso genial, pero ¿seguro no quieres que vaya por ti?

—No, no. Ve, nos vemos en menos de una hora. Te extrañé como loco —susurraba con total honestidad.

Él lo hacía, realmente necesitaba a SeokJin como un demente.

Yo también. Entonces te espero. ¿Cocinaremos juntos o quieres que pida algo?

Jungkook sonreía—. Cocinaremos juntos.

Bien. Te espero.

Jungkook cortaba el llamado y se vestía de inmediato, llevando una segunda muda porque debía de trabajar al día siguiente. Cuando salía iba a golpear la puerta de Jimin para anunciarle que se iría, pero cuando un gemido agudo provenía de la habitación, Jungkook había quedado congelado. Una sensación apretada en su estómago y sus pies ya lo estaban llevando lejos de aquella puerta, apartamento y edificio.

SeokJin abría la puerta principal con suma cautela. Todo estaba oscuro excepto por la luz de la cocina a un par de metros. Jungkook tenía razón, el azabache estaba con Jimin.

Suspirando se quitaba sus zapatos y arrastraba sus pies. Se sentía demasiado arruinado. Muchos en la radio creían que SeokJin amaba su trabajo y por eso estaba gastando largas horas allí, con tantas ideas estancadas para cada programa, viendo la luz finalmente. Había agradecido eternamente que nadie le preguntara ¿Por qué no estaba en casa con su sensual esposo?

No sabría que responder. Luego de esa pelea en el sofá, su cuerpo deseoso y la propuesta desvergonzada de TaeHyung acerca de simplemente continuar lo que estaban haciendo, pero "más intenso", había llenado de banderas rojas la cabeza de SeokJin, preguntándose una y otra vez que sucedía con TaeHyung y ¿Por qué mierda él parecía caer tan fácilmente en cada trampa.

No es que TaeHyung lo estuviese tentando otra vez, la tensión solo sucedía sin previo aviso. Tomando a SeokJin completamente desprevenido e incrédulo sobre que TaeHyung intentaría abordarle. Luego de los encuentros semi desnudos en aquella noche compartida entre los cuatro o el momento en su cocina de cuando el azabache le había quitado el cigarro para una pitada y luego había echado el humo de boca en boca, tentándolo demasiado a besarle. O el momento en el auto... Joder

SeokJin no se creía un ángel. Era demasiado crudo consigo mismo como para solo culpar a TaeHyung. Pero que él había comenzado arruinando la vibra limpia que habían conseguido con el tiempo. Bueno, en eso sí tenía razón. Todavía no comprendía cómo un hombre que lo desconoció por completo de un día para el otro y por mucho, mucho tiempo le había aplicado la ley del hielo ahora lo buscaba necesitando más que un simple roce como cuando eran adolescentes y TaeHyung se estaba descubriendo.

SeokJin ya se encontraba semi desnudo listo para tomar una ducha, rememorado furiosamente. No quería recordar el pasado. No quería volver atrás en el tiempo a la forma en que TaeHyung s sonrojaba cuando se tocaban, se frotaban. O a cómo también se había sonrojado cuando le había hecho el amor la primera y única vez y decía muchas cosas sin sentido, inclusive, contradiciendose a sí mismo. Pero siempre necesitando sus caricias y besos.

A SeokJin no le había importado ser el experimento de TaeHyung cuando eran jóvenes porque él sabía que ese chico estaba enamorado de él, solo era un poco lento para descubrirlo. Bueno, el TaeHyung de su adolescencia era muy lento y despistado, aunque igual de provocador que avispado de la actualidad.

SeokJin suspiraba dejando que el agua caliente comenzara a mojar su piel. Había estado trabajando como un desquiciado aquí y allá para evitar pasar tiempo a solas con TaeHyung. La última vez en el sofá se había sentido demasiado extraño. La sonrisa de TaeHyung por las cosquillas, los ojos grandes y negros mirándolo con diversión luego de haberle aplicado la ley del hielo por días.

¿Por qué de repente necesitaba que TaeHyung no volviera a alejarse? Había vivido demasiado tiempo con su indiferencia y parecía que no podría soportarla otro poco más mientras vivieran en la misma casa.

Si era honesto consigo mismo en ese momento, la indiferencia de TaeHyung le traía viejos recuerdos de su adolescencia y juventud, con su corazón demasiado pisoteado por su primer amor. SeokJin no quería ser ese chico de nuevo. Y mucho menos darle ese poder al hombre que TaeHyung era hoy en día.

Siendo honesto, no tenía problema alguno con su forma de vivir. Tenía un dios aparte si no había contraído nada con tantos extraños diferentes tocando su cama o metiéndose con su cuerpo, pero si lo comparaba al TaeHyung que había crecido con él... Ese hombre no le hacía justicia alguna al adolescente de sus recuerdos.

Pero el tiempo pasa, la gente cambia y TaeHyung simplemente ya no era el hombre del que él se había enamorado tiempo atrás.

Y él tampoco era el imbécil que solo podía pensar en los ojos de TaeHyung. En el cuerpo del chico debajo del suyo, retorciéndose de placer. En la suave piel de color dorada que adoraba tanto tocar en cámara lenta. De esos dulces gemidos y tímidas súplicas. De los labios que lo besaban con ganas cada ve que encontraban en el momento y se consumían entre sí.

SeokJin dejaba caer su cabeza derrotado y notaba que estaba duro como roca en la ducha.

— ¿Qué mierda, Kim? —se quejaba consigo mismo—. Ya no eres ese adolescente... Tienes un hermoso novio, tu pareja. Sólo enfócate y no te conviertas en tu padre.

Jimin estaba retorciéndose bajo la lengua de TaeHyung. Estaba desnudo. Su cuerpo caliente, su polla dura incrustada al sommier y TaeHyung follándole con lengua y dedos.

—Tae... —sus pequeñas manos estrujaban parte de las sábanas—. Estoy ebrio y quiero correrme contigo follándome. Ya deja el maldito juego.

TaeHyung reía y mordía uno de sus blanquecinos y redondos glúteos. Tomaba lubricante y condón, mientras que un Jimin bien caliente e inquieto, se giraba abriendo sus piernas y masturbándose otro poco en el momento en el que sentía el vacío en su interior.

TaeHyung lo miraba y reconocía que tenía un cuerpo de infarto. Era pequeño, sí. Pero sus brazos estaban jodidamente marcados, sus piernas no eran tan gruesas como las suyas, pero definitivamente más trabajadas. Y sus abdominales con ese tatuaje en sus costillas, eran una visión espectacular.

TaeHyung tenía una larga lista de chicos atractivos, pero Park Jimin era un tipo particularmente precioso. Debía de agradecerle a SeokJin.

«Ah, no. Cambia la dirección de tus malditos pensamientos»

Rápidamente tomaba los tobillos de Jimin y lo jalaba para dejarlo debajo de su cuerpo, empujaba las piernas del rubio hacia arriba y se alineaba. Jimin estaba tan ansioso que él mismo había tomado la polla de TaeHyung para acomodarlo y luego apretado el culo del azabache para empujarlo sin suavidad. Ambos habían maldecido su insulto favorito.

TaeHyung tenía sus dientes apretados y Jimin sonreía con arrogancia y sensualidad.

—De nada, tigre —murmuraba con voz ronca—. Ahora muéstrame de que estás hecho.

Y TaeHyung se reía diabólicamente de vuelta. En ese momento sus caderas se impulsaba hacia atrás e impactaban hacia delante, adentro de Jimin y este gritaba completamente con una voz rota.

TaeHyung era puro gemido ronco para el momento en que su pelvis comenzaba movimientos erráticos de adelante hacia atrás, haciendo un desastre de Park Jimin mientras sus brazos se apoyaban en las rodillas flexionadas del rubio y sentía el calor formándose en su vientre y sus bolas a punto de estallar.

De acuerdo, sería una sesión corta de sexo. Pero siempre se podía repetir, así que su mano izquierda viajaba a la polla descuidada y goteante de Jimin para comenzar a masturbarlo al ritmo de sus estocadas.

Daba gracias al cielo cuando Jimin explotaba entre ambos y su bonito culo lo apretaba, logrando que se viniera en el condón.

Estaba jodidamente cansado de empujar. Había hecho un par de movimientos pélvicos más, pero salia agotado del interior del hombre más pequeño y por poco maldecía el suspiro que había durado su orgasmo. Park Jimin por su lado se veía muy bien follado y satisfecho.

Oigan, no es que él no lo estuviera... Pero sabia muy bien que los orgasmos de próstata eran jodidamente más intensos, largos y buenos. Solo un buen receptor podría apreciarlos. Él era uno.

—Y... —soltaba luego de unos segundos de recobrar el aire—. ¿Solo eres pasivo? —preguntaba directamente a Jimin.

El rubio había cerrado sus ojos, pero repentinamente estaban abiertos. Se apoyaba en su codo y miraba a TaeHyung.

— ¿Te gusta recibir?

—Muchísimo más que dar ¿No eres de esos que son versátiles? 

Jimin se encogía de hombros.

—Me gusta estar abajo, pero he probado algún que otro intercambio —mencionaba despreocupado—. Podemos intentarlo en la segunda ronda —se ofrecía.

TaeHyung enarcaba una ceja y sonreía sensualmente—. Por favor. Es nuestro segundo encuentro y creo que puedo confiarte mi tesoro.

Jimin reía—. ¿Pocos han tenido el privilegio de comerse eso? —sus ojos rasgados veían el cuerpo de TaeHyung y era ardiente como el infierno para el azabache la forma en que este lo veía.

—Pocos. Hasta podría contarlos con los dedos, bueno... Casi —soltaba y Jimin reía.

—No suelo ser muy activo, pero definitivamente lo haremos en la segunda ronda... —y luego una idea se le ocurría—, si me cuentas que pasó contigo y SeokJin Hyung como para que lo detestes tanto.

TaeHyung abría sus ojos sorprendido. Relamía sus labios y se acomodaba en la cama sobre la almohada, un poco más sentado y no tan horizontal.

—Simple —respondía cortante—. Fue un imbécil y lo saqué de mi vida.

Jimin alzaba sus cejas y abría sus ojos—. No cuenta. Dame detalles ¿Por qué fue un imbécil? ¿Qué te hizo? —preguntaba.

— ¿Por qué importa? —replicaba.

— ¡Porque detestas al novio de mi mejor amigo y soy curioso! ¡Ayúdame aquí, hombre! —Jimin reía divertido.

Eso evitaba que TaeHyung se cabreara—. Si el otro es tu mejor amigo. Seguro ya te habrá dicho, aunque suponiendo que siendo el novio de Jinnie, este le contó su versión.

Jimin relamía sus labios—. ¿Qué pasó? me gustaría saberlo de ti —mencionaba.

TaeHyung suspiraba, apartaba su cabello y comenzaba una breve narrativa del drama.

—Ibamos juntos a una escuela de hombres, SeokJin se había declarado homosexual frente a nuestras familias cuando ya era un adolescente —suspiraba—. Recuerdo que en esa cena por poco y me siento ofendido porque no me lo había dicho primero —reía secamente.

Jimin lo escuchaba con atención.

—Con el tiempo yo... Bueno, era un adolescente retraído, en una escuela de hombres. Creciendo con niños que de a poco me fueron pareciendo atractivos, Jin incluído —volvía reír—. Por mucho tiempo creía que tenía cierta fascinación y envidia por lo bien que se veía... Pero la verdad era que me alborotaba un poco demasiado las hormonas —admitía.

Lo extraño era que había sido dulce al mencionarlo. Tan dulce, sin burla, ni insultos que Jimin creyó, por un momento que estaba viendo al verdadero TaeHyung. Ese que recordaba ciertos momentos de su adolescencia con Jin con una sonrisa deslumbrante, inocente y muy rectangular que lo hacía verse demasiado soñador, más joven y-...

—De a poco conseguí que me prestará atención y nuestros momentos de videojuegos se transformaron en otro tipo de juegos más entretenidos. Íntimos y muy físicos —susurraba gravemente.

Jimin seguía observándolo.

— ¿Se volvieron más que simples buenos amigos, eh?

—Nos enamoramos —afirmaba—. O al menos yo lo estaba.

Jimin pasaba saliva—. ¿Qué pasó?

—Él era un gay orgulloso y yo uno de closet. Los rumores de que estábamos juntos nos acechaban en la escuela, él me dijo que no los había comenzado y que no había mencionado nada al respecto —los rasgos soñadores de TaeHyung desaparecían y un rostro frío se podía apreciar a cambio—. En un viaje con el instituto, habíamos compartido la misma habitación. Ambos sabíamos que lo haríamos por primera vez —afirmaba.

— ¿Y que pasó? —preguntaba nuevamente Jimin.

TaeHyung se sentaba por completo en la cama—. SeokJin venía hacia un tiempo presionándome para que confiara en él, que dijéramos que estábamos juntos, pero yo simplemente no podía visualizarme fuera del closet aún. No me gustaba el ambiente de la preparatoria. Y cuando estábamos en ese cuarto de hotel, ya desnudos y en medio del acto el más cretino de la clase, Jae, era su nombre... —TaeHyung relamía sus labios—. Entro a nuestra habitación, tomo una fotos con su teléfono y luego de eso todo el mundo comenzó a hablar de nosotros.

Jimin tenía su menton a punto de tocar el sommier.

— ¿Pero fue un error, cierto?

TaeHyung reía secamente—. JaeBeom me había confesado que fue todo un plan de SeokJin para hacerme salir del closet. Para orillarme a aceptar mi sexualidad y nuestra relación de forma pública. Fue humillante, tantas burlas... El bullying constante, gracias a Dios el director había pedido el teléfono y en ese entonces las redes sociales no eran el furor de ahora por lo que el momento se murió junto con ese teléfono.

— ¿Y qué hizo SeokJin?

—Se creyó el maldito salvador. El Príncipe que me rescataría. Él quería que todos supieran, no podía esperar. E hizo todo eso a propósito sin pensar en como me sentiría y que me comería el papel de novio sobreprotector y seríamos una feliz pareja —reía nuevamente de forma amarga.

Jimin parpadeaba—. ¿Le creíste el imbécil del tal JaeBeom?

—Era un imbécil, sí —afirmaba—, pero no tenía motivos para mentirme con algo así. ¿Por qué querría separarnos cuando se cansaba de decir que yo era la mujer de SeokJin?

—Oh... —soltaba Jimin.

—Si, era el típico imbécil homofóbico. Con todo ese nefasto plan él solo consiguió tener la razón para el resto. Si la intención era seperarnos, lo hubiera dejado como un imbécil mentiroso. Igual quedó como imbécil porque SeokJin jamás se disculpó y tuve el regaño de mi jodida existencia y luego de eso mi padre me cambió de escuela.

Volvía a reír sin gracia alguna.

— ¿Nunca se disculpó? —susurraba Jimin.

—Nunca. No le importó, él no había sido catalogado como "la mujer de..." Él seguía siendo tan popular como siempre, mientras que yo tuve que lidiar con la indiferencia de mi padre por un largo tiempo hasta que decidí mandar todo a la mierda. El ego de macho alfa de SeokJin y la homofobia de mi padre y me dije a mi mismo: "¿Por qué te ocultas? A la mierda con ellos y con todos". Me juré no volver a ser la víctima —Se encogía de hombros—. Ahora soy el victimario.

Jimin forzaba una sonrisa y su mano apretaba la de TaeHyung—. Tengo que preguntar ¿En serio, en serio crees que SeokJin hizo eso a propósito?

TaeHyung ponía sus ojos en blanco—. Nunca fui un tipo violento, pero me sentía tan enojado y humillado que cuando acorrale a Jae y le dí un puñetazo, le confesó que Jin había dejado la puerta mal cerrada de nuestra habitación a propósito —afirmaba con cólera—. Cuando digo que tu amiguito no lo conoce, hablo en serio. Siempre fue un maldito presumido. Y Jae era o es un maldito imbécil, pero él tenía más que perder que SeokJin. Todo encajaba. Él quería sacarnos del closet y SeokJin también... Claro que no podría hacerlo solo por lo que SeokJin le había indicado los detalles y la orden de entrar en el momento propicio para tener las pruebas. El imbécil se disculpó cuando me vio devastado... Pero sé que dijo la verdad. Quedar como imbécil le sentaba bien, pero no tenía motivos para delatar a SeokJin sabiendo que eso podría separarnos. Él no nos quería así o quedaría como un mentiroso sin embargo me lo dijo, porque luego de eso, nadie más nos vió juntos y yo me fui. Así que, Jin me quería fuera del closet y JaeBeom nos necesitaba juntos, pero su confesión significaba una separación, porque no había forma alguna de que yo dejará pasar eso al imbécil... Bueno, esa es la historia. Es un maldito cretino, tu amigo se acuesta con el enemigo.

Jimin relamía sus labios—. Bueno, eran adolescentes. No creo que vaya a lastimar a Jungkook ahora. Él parece muy enamorado.

TaeHyung comenzaba a reír sonoramente, como si Jimin hubiese contado el chiste más divertido del mundo. Hasta que se detenía, secaba una falsas lágrimas derramadas con la risa y miraba a Jimin...

—Oh, sí. También parecía muy enamorado de mí en el momento en que creyó que sería buena idea que el estúpido homofóbico de la escuela nos hallará teniendo sexo para que todos supieran a quien le pertenecía mi culo —Jimin abría y cerraba su boca sin saber que añadir—. Exacto, cariño. Es un cretino, hipócrita y buen actor, aunque quizás y con tu amigo se merezcan el uno al otro.

El rubio fruncia el ceño—. Jungkook no es un cretino —lo defendía de inmediato, sin entender porque había hecho esa comparativa.

TaeHyung rodaba los ojos. Al parecer Park Jimin no era tan listo, porque a él le basto treinta minutos, ebrio y todo, para darse cuenta que Jungkook albergaba más que simples sentimientos amistosos hacia el rubio. Por algo no deseaba que SeokJin lo supiera.... Y al parecer lo estaba usando porque Jimin no le correspondía.

—Como sea ¿Vas a follarme ahora o no? —cuestionaba TaeHyung.

Y eso daba por terminada la charla emotiva para reforzar la confianza y que pudiera tener un buen orgasmo de prostata. Fuerte, intenso y duradero.

Necesitaba salir de su cabeza con suma urgencia. Él no quería pensar un segundo más en SeokJin y Jimin lo había traído a colación. Eso ya era demasiado.

Ahí tienen la historia contada por TaeHyung.
¿Se lo esperaban?

Volvimos ლ(´ ❥ 'ლ)

Con amor niñita NanyKoo 💜

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