Ciao~

Hetalia no pertenece es de Himaruya Kideraz, y yo solo ocupo sus personajes para escribir esta historia con fines de entretener.

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"Tengo un mal presentimiento, aunque últimamente siempre han sido malos, pero estoy seguro de que este es el peor"

Cerro la agenda, y se levantó del asiento para luego acostarse en la cama, se llevo una mano a la cabeza tocando la herida que tenía.

  -  Maldito idiota -escuhó una voz del piso de arriba.

Se sento en la cama esperando con desgano a sus secuestradores, se abrio la puerta y por la escalera bajo aquel hombre de mascara.

  -  Hoy tienes un invitado especial -dijo él acercandose al italiano y colocandole la venda es los ojos- y creo que no te va agradar...

Lovino se quedo sobre la cama pensando en aquel "invitado" el ruido de las personas bajando lo desconcentro en sus pensamientos.

  -  ¿Lo vez? -dijo una voz.

  -  Muy bien... ahora haras lo que nosotros te digamos ¿vale? -dijo la otra voz.

...

  -  No me mires con esa cara como si acabases de ver un fantasma...

  -  Te explicaremos con acciones que es lo que debes hacer...

El italiano sintio una mano invasora en su pierna, y una boca que besaba su cuello, apreto los labios mientras una de las personas rozaba cada parte de su cuerpo descaradamente.

Le quitaron la ropa que llebaba y lo pusieron boca bajo sobre la cama, uno de ellos acariciaba el entrepiernas de Lovino mientras el otro le besaba y dejaba marcas en el cuello.

La tercera persona simplemente se quedaba parada sin hacer nada.

Uno penetró con fuerza reteiradamente y masturbandole agrecivamente al castaño haciendolo gritar de dolor, en otro jugaba con los pezones del italiano.

De repente el otro introdujo a la boca de Lovino su miembro y se comenzó a mover fuertemente, hasta que se corrio en la cavidad bucal y le obligo beber todo su semen.

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Luego de unos quince minutos dejaron al castaño en paz, y se acercaron al invitado que estaba en una esquina con cara de espanto.

  -  Te toca -dijieron simplemente.

  -  No...

  -  ¿No?

  -  No le hare daño a Lovino... ¡E-E-ES MI HERMANO!

Feliciano... susurraron suavemente los labios de Lovino.

  -  ... ¿No lo haras?

  -  NO

  -  Si no haces lo que te decimos... estaras condenado a ver como tu fratello sufre de una muerte dolorosa... y luego le seguiras tú.

Hubo un silencio, que para todos en la habitación se hizo eterno.

  -  Ve a buscar la cuchilla, nos divertiremos con nuestros tomatitos.

  -   No... no se atreveran...

  -  ¿Seguro? ¿Quieres que te haga una desmotración?

Una pensona tomo a Lovino y con una navaja hizo un pequeño corte en el cuello de este.

  -  LO HARE... Pero no le hagan más daño... per favore.

Feliciano se acercó tímidamente hasta donde estaba su hermano, con delicadeza tomo el rostro del mayor y deposito un suave beso en la frente de él.

  -  Scuzza...

Comenzó a besar sultimente el cuello de él, mientras con sus manos recorría el cuerpo desnudo de Lovino.

Uno de los otros le hizo un gesto con la navaja para que Feliciano aplicara fuerza.

El menor apreto los ojos y empujo a su hermano haciendolo caer de espalda sobre la cama, se puso sobre él y con una mano lo comenzó a masturbar, mientras con la otra mantenía abirta la boca de Lovino, con su boca jugaba con uno de los pezones del mayor, el cual se limitaba a soltar gemidos, suplicas y lágrimas.

Feliciano se desabrochó el pantalón y se acercó a la boca de Lovino, la abrio e introdujo su miembro, de reojo miro a los otros que le hicieron un gesto, comprendiendo se comenzó a mover bruscamente hasta que se vino dentro de él.

Luego siguio con las masturbaciones y caricias nada delicadas.

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Se sentia horrible, y no dudo en caer en llanto por lo que había hecho, los otros dos lo miraban satisfechos y luego dirijieron su mirada al secuestrado, el cual estaba inconciente sobre la cama manchada en sangre, sudor, y semen.

  -  Creo que fue mucho -dijo uno arreglandose la ropa- pero no voy a negar que lo disfrute.

  -  Obviamente...

  -  Pero en verdad fue mucho que lo hicieramos entre los tres.

  -  Quizas... -se termino de arreglar y observo a italiano que lloraba- Si dices una sola palabra sobre esto, ten bien clarito que tu tambien estaras involucrado.

Feliciano asintio, mientras su culpa solo aumentaba, ya poco le importaba caer ante la justicia, solo pensaba si podría tener el perdon de Dios y el perdon de Lovino.

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El sonido del celular lo despertó, miro a su alrededor buscando el molestoso aparato, que una vez hallado con la mirada, se dispuso a levantanse, el cuerpo le dolia odiosamente, pero aun así se acercó al escritorio y recogio el celular que estaba en el suelo, vio quien era el que llamaba a esas horas...

  -  Un momento... este no es mi celular...

Cayo en cuenta que desde que estaba en aquel sotano no tenia contacto alguno con el exterior, entonces...

  -  Este es el celular de Feliciano...

¿Y por que Antonio estaba llamando?

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¡¡ESTAMOS EN LA RECTA FINAL!!

Capitulo corto pero nesecario, cada vez más cerca del final... Y DE SABER QUIEN (O QUIENES) ES (O SON).

ADIU~