Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitolo 24

ORLENA

No voy a mentir en lo absoluto; las sensaciones eran demasiado extrañas. Estar Giotto y yo en cuatro paredes sin que el uno o el otro soltemos alguna pulla es algo inusual de ver. Más desde el momento en el cual a este individuo que tengo frente a mí, le dio la venada de tratarme como si fuera basura.

Debo decir que lo le duró demasiado estas ideas tan liberales que soltaba sobre mí en frente de mi cara cada vez que quería el susodicho. Él no tiene pelos en la lengua, lo he podido percibir en más de una ocasión y más cuando ha tenido que decirme algo de frente. Lo que seguramente jamás se esperó fue que mi hermano saltará en mi defensa, porque ya no se escondía ni cuando Cesare estaba presente.

He venido a esta habitación solo para aclarar algunos puntos, con eso arreglado, tendríamos que tener la fiesta en paz. No estoy demasiado segura que eso pase, y no es que no suceda por mi culpa, sino por la persona que tengo en frente ahora mismo; la cual parece que está presenciando un funeral de lo serio que se encuentra.

—¿Hablaras o te quedaras muda? No tengo todo el tiempo del mundo para ofrecértelo a ti niñita y tampoco te lo daría. Así que escupe todo lo que quieras decir y te largas de esta habitación —que persona tan despreciable se ha vuelto ese ser en tan solo días.

¡No lo soporto!

—¿Te digo una cosa? —él en vez de hablar levanta una ceja esperando una respuesta de mi parte —. No estoy aquí por placer, no quiero ver tu asquerosa cara de mierda. Si quieres que te hable con sinceridad lo haré. Si mal no recuerdas en el autobús en el que veníamos todos dije que íbamos a habla en cuanto llegáramos y aquí estoy.

Lo miro fijamente y su semblante es serio y de su boca no sale ningún sonido hasta ahora, parece como si se hubiera quedado mudo.

—Yo no tengo ganas de discutir con una persona que no vale la pena —el pelirrojo vuelve a subir una de sus dos cejas —. Espero que te hayas dado por aludido, porque estoy hablando de ti, mejor dicho expresando.

—Sigue entonces —se mofa de mí.

—¿Tú me ves cara de estúpida?

—¿Quieres que te responda a eso?

Muerdo mi carrillo izquierdo para no soltare una burrada de las mías. Giotto quiere sacarme de mi casillas —lo está logrando —, pero debo ser más astuta que él y saber manejar esto de la mejor manera.

Dejo soltar un largo suspiro y vuelvo a hablar o más bien advertirle y dejarle las cosas claras a este pelirrojo.

—Dejarás de meterte conmigo, te portarás bien y así todos estaremos contentos —una línea fina trasforma sus labios, parece que no le gusta absolutamente nada lo que le acabo de decir. Sintiéndolo mucho no tiene más opciones, lo toma o lo deja —. Te estas comportando como un verdadero capullo, y no solamente conmigo, sino con tus mejores amigos.

¿Tan fuerte es mi odio hacia mí que prefiere cortar la amistad que tienen Valerio, Cesare y él?

En cambio, aun no se demasiado bien porque exactamente enfadado. Se a la perfección que le molesta que soy bastante indiferente al hecho de que Cesare quiera tener una relación normal conmigo de hermanos. Y Giotto al parecer no entiende que yo no he tenido contacto con ninguno de mis hermanos, solo se cosas por medio de Beata, quién es la persona la cual me contaba absolutamente todo lo que tenía que saber.

Además, una vez salí de la mansión, las noticias no dejaban en un buen lugar a mis hermanos. Ahora bien, también debemos fiarnos demasiado de la prensa, tergiversan muchísimo las noticias.

Los que están al mando de las editoriales en las cuales salen los periódicos o revistas de cotilleos, solamente les interesan las noticias, parece ser que es más interesante u jugosa las mentiras, que la verdad aunque no sea tan interesante de leer.

Y con mi familia no se quedaban atrás. Sabía de primera mano que algunas cosas verdaderamente eran ciertas, sobre todo si hablaban respecto a mi padre y abuelo. Ya si se metían en los temas de mis hermanos podríamos estar metiendo los bulos por esa parte y más con Cesare.

Puedo decir eso perfectamente a sabiendas de cómo me trataron en el hospital de Cesare. Al parecer son fieles esclavos a las creencias de Davide e Isacco Lepori, y eso no es para nada bueno. Más cuando llegue el día que se den cuenta que regirse bajo las órdenes de ellos dos, no les traerá nada bueno. Espero que no sea demasiado tarde.

Agnese y Demos están demasiado cómodos viviendo de esa forma. Nadan y desbordan en dinero —aun cuando este sea del sucio —, sin preocuparse por nada ni por nadie. ¿Porque? Eso es debido a las influencias que hay debido al saber que son dos Lepori. Pueden meterse en tantos líos que quieran, tener enemigos de todo tipo, que finamente salen ilesos.

Ellos dos seguramente mientras iban creciendo supieron leer perfectamente a los patriarcas de la casa, como eran y que ventajas habría si estaban de su parte. De alguna u otra forma, fueron astutos. No obstante, no fueron ni de lejos inteligentes.

Luego nos encontramos con Cesare, el mayor —nuestro hermano mayor —que aun siendo el favorito, el ojo derecho de nuestro padre y abuelo, supo cómo salir de esas cuatro paredes, labró su propio camino sin ayuda de ellos y ahora tiene éxito con su clínica.

Ahora, con el paso de los días veo que mi hermano no le interesa nuestro apellido. Es más, en la casa cuando nos atacaron los súbditos de nuestro abuelo y padre, estuvo allí al pie del cañón con nosotros. Me ayudó a salir de la cueva, me llevó sana y salva al hospital —aunque tuviéramos un inconveniente con más hombres de la familia.

Desde pequeña empecé a desconfiar de todos —hasta de mi propia sombra —nunca me detuve a pensar en volverá confiar en nadie que no fuera Beata, hasta que llegaron mi familia, mis amigos.

Ahora con mi hermano a mí alrededor, tengo que bajar esos muros que me recubren de los males para que mi hermano pueda ser parte de la familia que elegí.

—¿Por qué haría tal cosa? —tener una conversación normal con este sujeto es difícil y más si te lo complica tanto. Es una persona absorbente que creo que siempre debe tener todo muy controlado y debe salirse con la suya.

—Deberías cambiar esos pensamientos que tienes. También deberías ser más tolerante y apático. Te falta aprender demasiado, si vas a seguir el camino con nosotros es mejor que cambies un poco de actitud, porque tendrás encontronazos con todos incluidos tus mejores amigos.

Dicho esto dispongo a ciegas a encontrar el pomo de la puerta, la encuentro, me doy la vuelta, abro la puerta y salgo de esa atmosfera que cada vez se ponía más densa.

Me quedo de espaldas a la habitación de Valerio y Giotto sin moverme. Suspiro, y en el momento que tengo la intención de moverme e ir a la habitación de mi hermano, una voz me llama desde el otro extremo del pasillo.

—¿Ya has acabado de hablar con nuestro querido Giotto? —hago una mueca algo disgustada. El encuentro no ha salido del todo bien.

—¿Tu no deberías estar en la habitación con mi hermano?

—Y tú debes aprender a no responder con otra pregunta —llega hasta mí y paso su brazo libre por mis hombros, haciendo que camine junto a él.

—Mi teléfono, el cual se está quedando algo prehistórico ya, no tiene casi cobertura aquí dentro y por eso mismo me he tenido que salir de la habitación —me observa por un instante y me susurra —. Eres demasiado curiosa.

—Simplemente dijiste que estarías con mi hermano —me encojo de hombros sin inmutarme.

—No voy a estar eternamente pegado como una lapa a tu hermano, no somos siameses Orlena —ladea la cabeza.para poder mirarme.

Nos paramos en la puerta de mi hermano, ya que el número coincide con el que mencionó hace un rato Valerio.

—Ya voy Valerio —se le escucha hablar a Cesare con otra persona también antes de abrir la puerta. Vemos que mantiene aún su móvil comprimiendo casi su oreja con el aparato, haciendo fuerza con su mano —. Por la noche te llamo, te amo.

Se aparta para dejarnos pasar a la habitación y Valerio, quién va delante de mí, palmea el hombro de mi hermano, para después quedarse justo a la par que él para dejarme a mi entrar en la estancia.

—¿Gianna? —pregunta.

—Sí, se está quedando junto a su familia en Nápoles.

—Bueno, al menos esta con su familia. Aunque sabes que tu familia no iría a atacar a la prometida de su descendiente más aclamado y más querido —bufa, casi en burla —. Entre tú y yo, sabemos a la perfección, que aun siendo tu hermano ahora el "favorito" no te llega ni a la suela de tus zapatos, es un enclenque, que se cree que por tener todo el dinero que tu abuelo y tu padre le dan, puede hacer y deshacer todo a su antojo.

Yo me mantengo callada, pero atenta a todo lo que acaba de decir Valerio. Muy interesante lo que acaba de decir y demasiado valiosa la información. Debo guardármela para poder aprovecharla en un futuro, que espero que no sea muy lejano.

—Bueno dejemos de hablar sobre este tema —mi hermano, que en este momento no es del todo inteligente, me señala con sus ojos, para que Valerio capte de inmediato la indirecta.

—No sé si sabrás Cesare, sin embargo, te lo voy a recordar. Estoy aquí viendo como le dices indirectamente a Valerio, aquí también presente que cierre el pico de una vez.

—Lo siento, ¿sí? Ahora lo importante es llamar a la estación de policía. Antes de que vinieras hemos estado investigando un poco, hay una sede de policía y luego pequeños cuartelillos.

Esto es más confuso de lo que me creía la verdad. ¿Por qué todo en esta vida es tan complicado? Sería todo más fácil con la sencillez. No obstante, más aburrido, de eso estoy completamente segura de ello.

—¿Algo más que deba saber?

—Mi abogado tiene un contacto —le miro atentamente. La palabra contacto no me inspira confianza en lo absoluto —, es de fiar. Confía por una vez en tu vida Orlena.

Levanto mis manos en forma de rendición y me encojo de hombros.

—Según su contacto...

—¿Cómo se llama ese contacto? —miro de refilón a Valerio quién tiene en sus manos su móvil y extiendo mi mano para que me deje el suyo para poder saber toda la información el nombre que me tiene que dar mi hermano —Gracias —le digo a Valerio cuando siento el aparato en la palma de mi mano —. Larga por esa boquita el nombre, querido Cesare.

Sus resoplidos no son muy silenciosos que digamos, puesto que llegan hasta mis oídos en cuanto escapan de sus labios.

Él se enfoca en la pantalla y lee el nombre del susodicho.

—Giacomo Salerno —¿y mi hermano dice ser italiano? ¿No se ha dado cuenta del significado del nombre? Se por mi propia mano que no hay que dejarse llevar por el significado del nombre. El significado es impostor. ¿Tendrá algo que ver con la personalidad de esa persona? No lo sé.

Levanto la cabeza y miro a Valerio.

—¿Tienes alguna aplicación donde pueda consultar sus datos? —este inmediatamente asiente.

—La "aplicación" lleva por nombre "IP" —no pregunto de que son esas siglas, puesto que solo hay que deducirlo.

Así que desbloqueo su la pantalla y busco la app que me acaba de decir Valerio. La encuentro enseguida y clico en ella. La página que me encuentro a continuación es oscura —de un tono azul oscuro y la letra clara —. Parece que estoy infringiendo las normas, esto parece una réplica casi exacta de lo que utilizan los federales para fichar a los sospechosos o personas que han pasado por comisaria y tienen antecedentes, ya sean penales o rangos más bajos a ese hecho.

—¿Sois hackers o algo parecidos? —intercalo miradas entre Valerio y Cesare, ninguna abre su boca para hablar, se mantienen callados y el suspense crece en mi sistema, poniéndome inmediatamente en alerta.

—No Orlena, no somos hackers, ¿cómo crees?

—¿Y todavía lo preguntas? ¡Vaya cara tenéis! —avanzo por la habitación hasta sentarme en un sillón de piel y dándome cuenta ahora que no hay rastro de mi amigo —. ¿Dónde habéis metido a Niccolo?

—Guarda las garras Leona, se fue con los hermanos Andreas y Angelo. No lo hemos echado de la habitación. Y te informo de esto por sea caso tu cabecita empieza a imaginar ideas erróneas.

—Cálmate.

—Está bien, está bien —me relajo y sigo hablando —. ¿Podéis seguir contándome las cosas? Porque no me pienso quedar con ninguna duda —mis ojos recaen en mi hermano —. Me has dicho antes que llamaríamos a Noruega. Así que, hasta que no hagamos eso no me iré, pero si debes contarme más cosas adelante, de dejo hablar.

—Bastante diplomática nos ha salido la niña, Cesare —bromea la tercera y última persona que se encuentra dentro de esta estancia.

—¿Para qué utilizáis la aplicación "IP"? —mi brazo derecho se levanta y el dedo índice, los va apuntando a los dos conforme voy moviendo la mano entre ambos —Y quiero la verdad. Ni una sola mentira —advierto.

—De acuerdo, pero iremos poco a poco.

—Comenzad entonces —les cedo la palabra.

—¿Empiezas tu o yo? —le pregunta Valerio a Cesare.

—Por hablar, empieza tú, por lo que veo te encanta cotorrear —mi hermano nada más oírme decir esas palabras, se echa a reír de una forma bastante escandalosa.

Valerio resignado, carraspea y de inmediato se sienta en el borde de la cama, la cual está hecha, mi hermano lo secunda y hace lo mismo que su amigo.

—Adelante cotorro —le cedo la palabra, y espero que esta vez me la conceda.

—Llevamos un par años investigando a vuestra familia —mis ojos se abren de par en par, y mis ojos se desvían de los de Valerio a los de mi hermano en una fracción de segundos. Me he quedado loca tras esa afirmación —. La gran mansión de los Lepori es una total farsa —no hace falta que lo afirme.

Desde el primer cimiento hasta el último ladrillo es una mentira, y si los agregamos a ellos ahí, se llevan la palma. Cada persona de ahí, es culpable de algo, no solo recae en Isacco y Davide toda la mierda. El comportamiento de una de las familias más destacables del país ha sido labrado desde hace bastantes años ya. Si no fue el padre de Isacco, fue el abuelo.

—Isacco y Davide serán la imagen y el cerebro. No obstante, Graziella y Giulia no se quedan atrás, ni mucho menos.

Si Davide e Isacco son frívolos y calculadores y sus esposas no se quedan atrás, son dos personas a las que no le tiemblan ni las manos, ni la lengua. Aparentemente nada les afecta, son dos témpanos de hielo. No sé —ni tampoco quiero saber —como desarrollaron esa insensibilidad que les caracteriza.

Los cuatro se complementan con sus caracteres tan malditamente parecidos. La verdad a veces no sé porque no se han matado entre ellos, oportunidades creo que no han faltado.

—Las dos mujeres de este Clan, tienen un papel fundamental dentro y no solo es ser la figura femenina —y yo que pensaba que ellos tres eran unos novatos en investigar a la familia Lepori y que mi hermano estaba indeciso por hacer esto, y verdaderamente era todo lo contrario, él lo ha sabido esconder a las mil maravillas.

Ha estado detrás de la familia por bastante tiempo y nos ha tenido engañados a todos, hasta a ellos seguramente.

—Hemos investigado la familia de la abuela —sigue hablando Cesare. Su mirada transmite seguridad y mantiene el semblante serio —. ¿Sabías que venía de una familia de narcos? —niego con la cabeza. Esto e s nuevo para mí.

Graziella para todos —o para los que no la hayan investigado o saben de su vida —no sabrán estos datos bastante jugosos. Es una descendiente de una familia poderosa. ¿Yo lo sabía? En lo absoluto, me acabo de enterar en este preciso momento.

—Y vuestra madre Giulia no se queda atrás. No vendrá de una familia de narcos, pero se relacionan con ellos. Sus padres aun van a galas benéficas junto a la familia de su esposo Davide, vuestro padre.

Todos naciendo en cunas de oro; normal que sean así de ratas la verdad. Creyendo también que por tener un status alto, pueden hacer todo lo que quieran hasta hacer daño a personas indefensas.

El objetivo que tienen no sé cuál será. Lo que puedo deducir es que se vendrán tiempos difíciles y más si se desata una guerra entre las mismas familias.

Un bando sería: los cuatro elementos —Graziella, Isacco, Davide y Giulia, junto con mis hermanos —indispensables. Después por el otro lado estaban , los desertores —Cesare, Valerio, Giotto, todos mis amigos y finalmente yo —, tendríamos que ver si el hermano de Isacco; Pietro Lepori, ahora siendo Pietro Spinelli.

—¿Qué me estáis queriendo decir?

—Que podría darse la casualidad de que todo el mundo haya estado mirando en la dirección equivocada. Incluidos nosotros —nos apunta a los tres —. Cesare nos contó a Giotto y a mí, sobre cómo se vivía en ese palacio embrujado, lleno de víboras dentro —a mí solamente me queda más que asentir y seguir escuchando —para él o más bien dicho, para sus ojos siempre se han comportado de la misma manera; fríamente y demasiado calculadores. Ahora bien, todo cambió y fue en esas épocas cuando empezaba a crecer y él pudo percatarse de lo que ocurría. Llamadas telefónicas, reuniones, bajadas a la famosa cueva. Davide e Isacco no eran los únicos en aquellas reuniones tan importantes. Además hubo un nombre que captó demasiado bien, y que no iba dirigido al patriarca de la familia. ¿Adivina a quien se estaban dirigiendo aquellas personas?

Esto es surreal. Todos, absolutamente todos hemos estado cegados al pensar y ver quién era el señalado en la familia, sin pensar que eso era una estrategia que venía de dentro. Ellos lo tenían estratégicamente planeado. Ellos —Davide, Isacco, Graziella y Giulia —despistaron a todos con sus movimientos de ajedrez.

Si por la información —que me acaban de transmitir —rescato algunos puntos. Valerio ha comentado que Graziella viene de una familia de narcos y Giulia viene de familia de pasta.

Las dos han tenido una vida arreglada y acomodada. Graziella sabe cómo es sentir el peligro, pero no era la líder. Sin embargo, Giulia, ha sentido el poder al haber tenido en su poder, gracias a que seguramente obtenía una buena suma de dinero por parte de sus padres.

Así que mi respuesta es esa. Giulia Lepori, de soltera Caletti.

—A Giulia Lepori, de soltera Caletti.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro