› › T h r e e ‹ ‹
Los resultados se dieron a conocer (primer lugar), también el hecho de que la expulsión fue una farsa (por fortuna para Midoriya). De esa manera un día se fue y otro volvió con menos presión.
Las horas de clases pasaban con pronta prisa, de manera que la tarde, el momento más esperado por la mayoría de estudiantes, llegó anunciando la llegada de los estudios prácticos de héroes.
Las clases de U.A. no eran particularmente rigurosas ni estrictas, hasta el momento no le habían exigido "más de lo que podían dar" como era un clásico de la academia, pero eso era debido a que apenas tenían un par de días asistiendo. Lo difícil no sería la teoría sino la práctica, y estaban a punto se recibir la parte más difícil.
Y ese día más que rigor se sentía la emoción en el aire porque, como una sorpresa, el profesor que les impartiría no era alguien más que el héroe número uno de Japón: All Might, quien llevaba un un traje de la edad de plata diseñado por Hanamoto. No podían creer que fuera profesor, y menos que en el primer año recibirían clases de su parte, es decir, seguro que tenía mayores deberes, y tomarse un tiempo para los novatos aún con el constante peligro asomándose en las calles sólo le complicaría más las cosas.
Aún sabiendo la razón se preguntó retóricamente si buscaba un mejor sueldo haciendo de profesor (lo que la llevó a preguntarse el sueldo de los héroes profesionales).
Para el estudio de preparación de héroes, donde construirían sus bases a través de ensayos, y esto lo harían mediante batallas. En general sus compañeros se encantaron con la simple idea de la batalla, después de todo la mayoría no habían tenido muchos momentos parecidos a una pelea en la que pudieran utilizar sus peculiaridades.
Unas semanas atrás, antes de que las clases iniciaran, se les había pedido a los estudiantes que enviaran un reporte donde tendrían que especificar su quirk y su tipo de cuerpo, además de incluir algún detalle que quisieran su traje, y luego enviaron esa solicitud para que así una compañía asociada a la academia se encargara de crear sus trajes ideales. Curiosamente aquella compañía asociada a la academia se trataba de la de su tutora, por lo que ella se encargaró de creae un traje ideal que beneficiara y, además, pudiera lucir bien con él.
Una vez se vistieron se reunieron en en los patios B.
Como lo había hecho antes y después de ponérselo le echó un vistazo a su traje; le resultaba cómodo pues no le estorbaba cuando se movía. Un traje básico perfecto.
Su traje era un romper de color blanco que dejaba expuesto sus hombros, estaba completamente cerrado por delante y le llegaba hasta debajo de las rodillas, pero ya que calzaba unas botas hasta donde iniciaba el traje no mostraba mucho. Se ajustaba perfectamente a su delgada figura un cinturón donde podía guardar objetos pequeños hacía énfasis en sus pronunciadas caderas y pequeña cintura. El color blanco del traje resaltaba el rojo de sus ojos; sus manos destacaban con unos guantes y unas muñequeras funcionaban para presionar sus puntos de acupresión contrarrestando efectos secundarios de su quirk.
Para probar su movilidad con él puesto decidió estirarse, de una manera peculiar, dando una voltereta hacia atrás. Era un atuendo ligero y más práctico para moverse que el uniforme.
—¡Te ves fenomenal! —le halagó de la nada Kirishima levantando el pulgar como signo positivo.
Ella lo miró más apaticamente desde su ángulo, el traje de su compañero tenía un peculiar toque que ya parecía propio de él.
—Gracias, Kirishima. He de decir que su traje también le queda bien, es bastante complejo.
Después de hablar volvió a estar de pie con un salto inverso. Sonrió acomodándose la capucha de su traje mientras Kirishima le aplaudió esa maniobra que sería tan incómoda de realizar con falda.
—¡Qué ágil! Pero ¿por qué estabas de cabeza?
—Quería saber cuánto tiempo tardaba en marearme estando en esa posición.
—¿¡Justo ahora!?
—Sí —afirmó acompañando la solitaria risa del muchacho—. Se supone que añadieron una característica a mi traje para evitar los mareos provocados como consecuencia del uso de mi quirk —expuso. Kirishima asintió dando a conocer que lo entendía—. Perdone, ya que entramos al tema ¿podría decirme su peculiaridad, Kirishima?, en realidad no pude fijarme durante las pruebas pasadas.
Ya que Kirishima creía firmemente en que mostrar era mejor que contar sonrió mostrando su mano, al segundo y con toda la posible atención de Hanamoto ésta se endureció volviendo su consistencia tal y como si fuera una roca. Ella sólo soltó un sonido alargado seguido de halagos corteses.
—Es endurecimiento. —Reveló esta vez con palabras, la chica asintió como asegurando que no lo olvidaría—. ¿El tuyo cuál es?
Hanamoto sonrió y dijo; —¿Quiere adivinar?
Luego de preguntar Hanamoto se disculpó por responder con otra pregunta, y Kirishima se confundió con ganas por ambas razones.
—Pero...
—¡¡Veamos de qué están hechos, chiquillos!! —vociferó el héroe profesional llamando la atención de todos los estudiantes presentes en donde había informado—. ¡¡Es hora del ensayo de batallas!!
Una vez anunciado esto los pelos de todos se pusieron de punta ya fuera por la emoción o los nervios.
—Luego nos vemos. —Como si quisiera evitar alargar la conversación Hanamoto se despidió, y con un tono juguetón añadió: —Yo también le mostraré en vez de decirle, trate de adivinar cuál es.
Al decirlo le sonrió de par en par dejándolo embobado y con paso casi flotante caminó hacia otro lado dejándolo desorientado, una naturaleza juguetona había salido a relucir de repente por encima de la calmada. No lo había dicho por tratar de utilizar el factor sorpresa de que otros no conozcan su habilidad, pues lo que demostró en la prueba no había sido la más obvia demostración como para guiarse de ella. Aunque nunca estaba de más ser precavido ella simplemente creía que «las reacciones son algo lindas» y, sobretodo, que el revelar su quirk sólo sería subestimada. Si sus compañeros eran inteligentes andarían con cuidado al no saber sobre las peculiaridades ajenas.
Al sentir como alguien chocaba contra su hombro torpemente sus ojos automáticamente bajaron. Ladeó la cabeza hacia el otro lado, su cara no estaba a la vista pero sólo identificando sus chillones zapatos sabía de quién se trataba. Además de que incluso con ese traje verde, sin ver su cara, se denotaba. Para ser alguien de tan poco presencia era fácil de diferenciar.
—¿Midoriya? —inquirió teniendo la imagen de un conejo en su mente.
La respuesta fue como si ella hubiera ganado en una adivinanza.
—¡... Hanamoto! —respondió él, su mirada verdosa se quedó en ella mientras movía sus manos con nerviosismo.
Ella asintió al llamado revoloteando de un lado a otro con la intención de curiosear el traje del contrario. Había algo que no le cuadraba en éste, era ligeramente distinto a lo que había visto.
—Midoriya —mencionó su nombre dándole vueltas—. De casualidad, ¿ese traje no fue confeccionado por la señora Hanamoto?
Años conociendo los diseños de su mentora le ayudaban a reconocer sus trabajos a la perfección de un vistazo. Y para confirmar su creencia Midoriya negó ante la pregunta.
—Este fue hecho por... mi madre.
—Qué atenta, y aparentemente hizo un buen trabajo con los detalles además de la calidad; es realmente lindo —dio su punto de vista avergonzando de más al pecoso por esos pequeños pero demostrativos elogios—. Incluso con esas cosas parece un conejo. —Señaló la parte superior del traje del contrario haciendo énfasis en una parte parecida a la de unas orejas, pero luego de que sus ojos se dirigieron a All Might quien intentaba ocultar sus ganar de reír se fijó en la similitud con el peinado de All Might, inmediatamente le dejó de parecer lindo—. Oh, no se trata de un conejo, ¿cierto? Más bien es... como él.
No tenía que ver el rostro del chico para saber que estaba sonrojado por la vergüenza, mas él ni siquiera podía hacer el ademán de verla a los ojos. En especial ahora.
De la nada All Might se puso a alabar sus trajes de manera general. Al escucharlo se acomodó la capucha del traje de tal forma que el rostro no fuera totalmente visible para los demás. De esa forma se desplazó del lugar sin previo aviso, de tal modo que no le dio tiempo al verdoso para formular una frase que tuviera coherencia alguna. Lo único que le permitió fue ver como se alejaba dándole la espalda, y es que el lugar era bastante espacioso. La muchacha desapareció de su vista acercándose hasta la pared de la salida para dejar caer su espalda allí, suponía que desde ese ángulo podría tener mejor visión sobre todo.
Luego de que Iida realizara una pregunta sobre el escenario que utilizarían, pues algo adecuado era saber el campo de batalla en el que tendrían la prueba ya que podría o no darles ventaja, All Might aprovechó la misma cuestión para explicar que sería un ensayo de batalla bajo techo y cómo se llevaría a cavo.
—¡Para esta prueba, se separarán en "villanos" y "héroes"! —explicó animado—. ¡Para una batalla de equipo dos contra dos!
La idea era simple, cooperar con unos e ir contra otros compañeros, el trabajo en equipo era necesario de más. Ni All Might ni ellos mismos serían quienes elegirían a sus aliados, así que no podían hacer nada al respecto pues la encargada de crear las parejas necesariaa se trataba de nadie más ni menos que la "suerte".
Suerte o lo que fuera le daba igual, no era supersticiosa y aseguraba el poder trabajar con cualquiera así fuera un compañero inútil o útil de más.
Equipo B. Ella estaba en el equipo B. Y su pareja era nada más y nada menos que Todoroki Shoto, un joven con heterocronía a quien conocía superficialmente desde hacía un par de años atrás. Lo de ellos no era ni algo bueno ni malo, desde la secundaria habían tenido uno que otro contacto –aunque estudiaran en diferentes instituciones– debido a la relación de amistad que había entre sus tutores, ellos habían repetidamente intentado forjar lo que tenían en los dos jóvenes pero él no tuvo el suficiente interés como para crear un vínculo amistoso o lo que fuera que quisieran. Ella, siendo una mariposa sociable, intentó y así mismo se rindió.
Ellos eran conocidos, ya fuera por fortuna o infortunio, ambos lo consideraban así.
A ella nunca le importó conversar o no con él, pero él a veces resultaba ser borde con ella, más aún cuando básicamente los hacían competir entre sí y, por sus métodos de crianzas quizá, no terminaban en tan buenos términos. Los resultados siempre eran los mismos. Tenía en claro que él tenía problemas ajenos a ella, pero nunca se consideró cercana a él como para meterse o intentar ayudarlo, después de todo había aceptado que cada quien lidiaba con sus trapos sucios como podía. «No puedo ayudar a los que no piden ayuda.» era un lema.
Para ella no sería una sorpresa que el hijo del segundo mejor héroe de Japón ingresara a la U.A., ella bien supo que otro muchacho lo había vencido así que creyó que no lo vería, sin embargo ahí estaba. Se preguntó si acaso Endeavor había amenazado al otro para que se retire. En cambio para Todoroki verla tanto en la prueba de admisión como en clases no había sido tan esperado, pero tampoco era inesperado, sólo había sido imprevisto. Después de todo tenía en claro que a ella le gustaba llamar la atención, y más que eso sabía que nadie dejaría desperdiciar tal potencial. Un potencial que incluso su padre, el mismísimo Endeavor, había elogiado.
Ella no le agradaba del todo, pero eso no era nada extraño. La principal razón de su poco agrado yacía en que se conocieron mediante su padre, para Shoto eso no significaba buenas noticias. Sólo su presencia provocaba que su instinto le incitara a competir incluso cuando estaban en el mismo equipo.
—Todoroki —llamó Hanamoto haciéndolo reaccionar—. ¿Está molesto por lo de la prueba?
Preguntó a drede, pues sabía que quedó en segundo lugar.
—No.
Todoroki no era de dar rodeos sino todo lo contrario. A veces incluso su actuar no concordaba a como se veía, pues a parte de directo, resultaba ingenuo.
—Conciso, eh. Eso es una característica agradable, también es bueno que no esté molesto—canturreó—. Sabe, se dice que las personas que están tan serias todo el tiempo son consideradas como aburridas —continuó hablando al no recibir respuesta alguna—, yo no creo que usted sea aburrido para nada —resolvió pasando un mechón atrás de su oreja y dedicándole una sonrisa para añadir coquetamente—: Quiero decir, es divertido ganarle.
En cuanto la chica hablaba a sus anchas Todoroki pensaba que si la suerte existía probablemente no estuviera de su lado.
Aunque a simple vista las auras de ambos tuvieran cierto parecido, pues emanaban un aire de misterio por más que la de ella desapareciera en cuanto hablaba, sus formas de actuar eran bastante diferentes. Desde el principio ellos sólo podían mantener una superficial conversación sin siquiera mirarse, así fuera cada uno metido en sus asuntos. Al ver la dinámica de esos dos en particular All Might no pudo evitar preguntarse si realmente ese grupo no estaba superando el nivel de poder en comparación a los otros, el verlos juntos podría ser hasta intimidante para algunos otros una vez mostraran sus habilidades. Quizá estuviera infravalorando al resto, pero dos prodigios juntos sonaba como algo injusto.
De la A hasta la J habían equipos; eran un total de diez equipos formado por dos personas cada uno exceptuando uno, el cual era conformado por tres debido a que eran 21 estudiantes.
Las parejas para el primer combate bajo techo habían sido decididas también por el azar: el equipo A, conformado por Uraraka y Midoriya, serían los héroes mientras que el equipo E, Iida y Bakugō, serían los villanos. Por una aparente casualidad Midoriya se enfrentaría justamente a quien esperaba no le tocara en el primer combate, ni siquiera tendría tiempo para ver y analizar a otros primero para hacer un plan. Una vez All Might procedió a explicar sobre lo que debían hacer de manera general Hanamoto, sólo escuchando las reglas necesarias, se fijó en ambos equipos.
Su compañero Bakugō, quien se le hacía vagamente conocido, parecía tener problemas de ira ya que quería pelear con el pecoso, y básicamente con cualquiera que tuviera la osadía de ponerse en su camino, cada vez que veía una pequeña oportunidad. Por otra parte su pareja parecía ser más rígida, Iida era bastante serio, lo suficiente para llegar a ser un soporte si no fuera por la explosiva personalidad del otro. Pese a que en algún punto ambos chocaron tenían bastante en claro que ninguno quería perder.
En cambio el equipo heroico era más calmado, ambos parecían llevarse lo suficiente bien como para no ponerse a pelear en medio de la prueba. Aunque Midoriya se sintiera nervioso por Uraraka, una morena de apariencia inocente, hacía lo mejor posible para controlarse, no era como cierto cenizo que no ponía nada de su parte.
Eso sí, aunque los "villanos" no se llevaran bien debido a la capacidad que tenían si creaban un buen plan la tendrían difícil. Sólo necesitaban coordinación «y un mejor manejo de sus emociones».
En lo que los 4 jóvenes se preparaban los estudiantes que no participarían serían espectadores de la primera batalla desde el sótano del edificio desde unos monitores que transmitirían la pelea. Serían evaluados exponiendo tanto fallos como virtudes.
No pasó mucho para que los villanos empezaran a llevar a cabo una presunta estrategia que no tenía nada que ver con esconderse, los héroes sufrieron una emboscada repentina. Y en lo que la acción estaba desbordante con rápidos ataques de Bakugō directamente dirigidos a Midoriya, dejando escapar a la otra, Hanamoto jugueteaba con un chicle dividiendo su atención entre el chicle y la pelea transmitida.
—¡¡Ese Bakugō es un tramposo!! —exclamó Kirishima—. ¡¡Las emboscadas son impropias de un hombre!!
Y aunque la Hanamoto no estuviera de acuerdo con aquél comentario hecho por la persona a su lado lo dejó pasar, no sabía ni por dónde empezar a marcar los errores. Impropio o no las emboscadas podían ser una buena estrategia en sí, pero por más que fuera una buena idea una mala ejecución lo cambiaba todo. No importaba si se trataba de un héroe o villano, por más que fuera planeado el dejarse llevar por esas clases de emociones mientras ejecutaban un acto podría dejar una abertura en la persona.
No necesitó vivirlo, en su mente ya lo había vencido de cinco formas distintas, y cada derrota sería su culpa por imprudente.
Tal y como si ella le hubiera contado lo que pensaba Midoriya logró derribarlo de imprevisto, mas sólo para hablar. El pecoso temblaba con miedo, pero llevaba la determinación es su mirada esmeralda. Bakugō se encontraba enojado, furico, pero ellos no oían nada así que no entendían las razones de ponerse a hablar en medio de una prueba.
Fácilmente podría saber qué estaban discutiendo sus compañeros por los movimientos de sus bocas, pero por su interés básicamente nulo ni siquiera lo intentó. Desde el primer momento en que vio al ansioso pecoso sólo podía pensar algo, y eso era: «no es lo que esperaba». Y sólo lo iba confirmando más y más, definitivamente no lo era.
Mientras todos en la sala compartían sus variadas opiniones al respecto, All Might hacía su trabajo contestando algunas preguntas básicas, en el monitor las explosiones del cenizo no cesaban ni por empatia ni por piedad al punto de que Midoriya tuvo que recurrir a una huida estratégica, la cual no tardó en ser detenida.
En el momento justo cuando Midoriya se encontró acorralado por Bakugō ella infló un globo con su goma de mascar. En cuanto Bakugō quitó el gancho de su muñequera en forma de granada una gran explosión se detonó despedazando gran parte del edificio. Al mismo tiempo de la explosión la burbuja de chicle imitándola se reventó haciendo que la cara, exceptuando los ojos, de Hanamoto quedara repleta de esa goma. Por estar sumergidos en la pelea varios compañeros se exaltaron por el ruido de su burbuja así que se disculpó unas cuantas veces.
La explosión había sido excesivamente fuerte, tanto que los hizo preguntarse si Bakugō se había metido de tal forma en el papel de villano que no recordaba que Midoriya no era una muñeca de trapo con la que podía desquitarse cuantas veces quisiera. Un comportamiento aterrador para un estudiante a héroe.
Por esto algunos empezaron a suplicar que detuvieran esa masacra, que Bakugō estaba loco y a ese paso mataría a Midoriya. No era difícil deducir aquella conclusión tan sólo viendo el estado de su adolorido compañero.
Pero el maestro, dubitativamente, negó queriendo ver cómo se las arreglaría su joven estudiante. Al escuchar la duda en su voz sumada con la avasallante preocupación en el ambiente Hanamoto no dudó en acercarse para darle un incentivo a su profesor.
—Hey, señor héroe —canturreó juguetonamente en dirección al profesional—, ¿dejará que lance nuevamente un ataque de esa magnitud? ¿No está aquí para supervisarnos? —cuestionó inclinándose sobre los paneles de control sólo con el objetivo de acercarse más—. Usted sabe, es un poco sospechoso que quiera llegar hasta extremos sólo para ver el potencial de cierto alumno en particular —murmuró cerca de su oído, una vez se aseguró de haber sido escuchada se alejó enderezándose—. Lo es sólo un poco... Aterrorizará a los estudiantes siendo tan permisivo, por cierto.
Hanamoto entendía el porqué no los detenía.
Él miró a la joven, y cuando ella correspondió el gesto de igual forma su sonrisa tembló. No podía permitirle hablar tan abiertamente sobre el tema, pero tampoco podía reprochar en contra de la sutil manera en la que hacía referencias. De todas formas le preocupaba que podía ser malentendido en más de una forma.
—Joven... —soltó sin saber cómo llamarla— Advertiré al joven Bakugō sobre ese ataque, y...
—Ya sé —respondió sin dejarlo terminar.
El héroe asintió seguidamente para luego cumplir lo dicho avisándole a Bakugō que tenía que abstenerse.
—Hanamoto —nombró Kirishima sin saber qué había murmurado la muchacha a su lado, realmente trató de contener una risa cuando ella le sonrió aún con su rostro sucio de aquello rosado que antes masticaba—, tienes la cara llena de ¿chicle?
Al notarlo ella pasó una mano rápidamente por su rostro quitándoselo para fingir que ese vergonzoso incidente nunca sucedió. «¿Chicle? ¿Qué es eso? ¿Una mascarilla?». Una vez logrado se deshizo de los restos discretamente volviendo su rostro de porcelana, con esa típica sonrisa relajada que lo decoraba, al pelirrojo que sucumbió ante un par de risas por esa reacción inesperadamente veloz.
Ya sabía el porqué de la pragmática expresión que tenía All Might.
—Tengo ese conocimiento bajo mi poderío, gracias de igual forma.
Al escuchar esa advertencia Bakugō lanzó ataques más calmados comparados a los anteriores, más éstos eran constantes y no le permitían a Midoriya defenderse, a un paso tal que sus huesos iban a terminar siendo fracturados. La pelea se había tornado para mal de Midoriya, pero por su parte All Might se encontraba más inclinado en ver cómo terminaba el combate que en detener aquél bulliying.
—¡Está huyendo! —exclamó Ashido en cuanto Midoriya vio como única opción el retirarse.
—No es muy varonil pero yo haría lo mismo —admitió Kirishima—. Esto se está saliendo de control.
—Cuando apenas se puede aguantar la mejor opción es retirarse de la batalla —opinó Hanamoto en voz alta—. Es un poco obvio, pero por ahora todo queda en manos de Uraraka... Al menos que tengan un plan estratégico para ganar de antemano están perdidos.
«Y si no lo tienen realmente serán completamente aburridos».
Casi sonó como burla. Pero tanto Ashido como Kirishima estuvieron de acuerdo con su opinión.
Los orbes rojos de la chica no se apartaron del monitor hasta que un último, y golpe decisivo, se preparaba por parte de ambos. El nerviosismo que se acumuló en el aire confundió a la Hanamoto pues, como ni siquiera eran sus peleas, no entendía esa razón. Lo entendible era que un grupo había perdido su ventaja desde que perdieron el juicio al dejarse cegar por las emociones.
«No son nada interesante...» consideró por esa batalla tan brusca.
Nuevamente, y al ver que Bakugō no dejaría ir a Midoriya, suplicaron al héroe para que detuviera aquella "injusta" pelea. Ante las súplicas el héroe profesional miró a los lados tratando de buscar ayuda o algo que le confirmara si realmente debía parar lo que estaba haciendo. En esa búsqueda sus ojos se posaron encima de la joven alta quien al notarlo hizo un gesto, como advirtiéndole que le iban a quitar la cabeza a Midoriya, que lo aterrorizó por ser mordaz. All Might no quería eso, lo temía.
Cuando All Might llegó a su límite en preocupación empezó a hablar por el parlante. A media oración se quedó al ver que la estrategia que tenía el equipo de los héroes había funcionado en varios sentidos. Uraraka hizo flotar el pilar cerca la ventana desbaratando casi todo el edificio, en una distracción de Iida ella saltó por encima de él llegando al arma nuclear y tocándola. Por ende, ganaron.
—Los héroes... —comenzó a decir All Might— El equipo de los héroes ¡¡ganaaa!!
Por los constantes ataques hacia Midoriya éste quedó en el suelo inconsciente y con graves heridas por todo el cuerpo. Ante aquél resultado casi sorpresa las expresiones fueron inhalarantes, especialmente la de Bakugō fue todo un dilema al enterarse del resultado inverso al que daba por sentado. Aún si no tenía heridas realmente graves que se notaran aquél gesto lo dijo todo sin necesidad de palabras.
Y es que literalmente el equipo perdedor estaba ileso mientras que el equipo ganador estaba en el suelo.
Un comentario tras otro hecho por sus compañeros abrieron paso a un debate sobre lo sucedido y lo intenso que había sido aquella primera batalla incluso cuando había sido sólo un ensayo.
—¡Cambiemos de arena y sigamos con la segunda batalla! —zanjó en un intento de cambiar el ambiente mientras los estudiantes eran llevados a la enfermería para una revisión.
Prontamente se formó la segunda batalla; el equibo B contra el equipo I. Ella formaba parte del B. Y por más que tuviera en claro el hecho de que su compañero era Todoroki no tenía idea de quiénes eran sus adversarios, por supuesto sólo tuvo que verlos para deducir de qué se trataban sus quirks pues eran físicos; uno de ellos tenía una cola y la otra era una chica invisible. Poco después se enteró de sus nombres.
La pared entre Hanamoto y Todoroki se mantenía siendo levantada por el muchacho de manera que sus compañeros llegaron a creer que una falta de comunicación entre ellos los haría perder. Sin embargo sólo eran suposiciones, realmente ninguno de sus compañeros había visto el verdadero potencial que ellos tenían. All Might, por su parte, se imaginaba el poder individual que tenía la pareja de recomendados, pero no sabía qué esperar si se unían en equipo, así que sólo tenía en claro que esta vez la brecha entre los dos equipos era demasiada y que la batalla duraría el tiempo que ellos quisieran.
Pese al delgado físico de la chica, que le daba una apariencia abúlica, ella era capaz de desenvolverse en el área de peleas, incluso cuerpo a cuerpo. Todoroki por su parte dependía más de su quirk, más bien la mitad de éste, pese a tener un lado de fuego y otro de hielo sólo utilizaba éste último. Así que ni unas palabras de aliento ni un voto de confianza eran necesarias, aún así recibió unos cuantos. Al recibir palabras innecesarias no hacía más que contestar con sonrisas.
(...).
—¿Qué... quieres hacer, Hanamoto?
La pregunta del bicolor, que se mantenía callado en básicamente todo momento, llegó a sus oídos apenas se les indicó que los villanos podían empezar a ocultar el objetivo.
—Oh, Todoroki, ¿está tratando de ser considerado conmigo o esa es su forma de pedirme que colabore con usted? —inquirió tapando su boca con una mano como si estuviera sorprendida—. Solo juego, mi culpa.
Se vio obligada a retirar sus comentarios, al contrario no le hacían gracia.
Luego de burlarse procedió a rebuscar calmadamente en sus bolsillos mientras tarareaba, al verla Todoroki se inclinó sin saber qué estaba haciendo su compañera ni qué clase de canción tenía una melodía tan átona como la que entonaba.
—¿Qué es lo que buscas? —ante aquella pregunta Hanamoto levantó la reluciente moneda que había sacado frente a él—. ¿Y eso es para...?
—Compraré unas bebidas, ¿de qué quiere la suya? —bromeó. Antes de que Todoroki respondiera tomándoselo literal, porque sabía que lo haría, aclaró—: El azar siempre es más conveniente, ¿o usted prefiere jugar algo como pierda, papel o tijera? —respondió sin resolver nada—. Quiero decir: lancemos una moneda y quien gane se encargará de "estar un paso adelante" mientras que el otro será un soporte, ¿me explico?
En lo que Hanamoto jugaba con la moneda como si estuviera haciendo un truco de magia Todoroki consideró la idea propuesta. Y es que él sabía su intención, ninguno de los dos tenía ganas de estar por detrás del otro ni de nadie ya que parecía estar en sus personalidades pese a ella mantenerse más sumisa al respecto. Así que, para no estorbarse cuando entraran al edificio y en cambio ser un par de héroes a la altura esperada, lo mejor sería que decidieran de antemano quién tendría el control de la situación.
Asintiendo Todoroki dio su consentimiento, una vez obtuvo aquella respuesta positiva Hanamoto guió la moneda hasta su pulgar y con un movimiento de éste salió volando a una altura exagerada. Una vez en descenso la Hanamoto la atrapó a ojos cerrados. Cuando ladeó el rostro dándole una mirada coqueta al bicolor éste supo lo que preguntó.
Pese a su relación la comunicación no era tan mala.
—Cara —contestó la pregunta no formulada.
—Y es —habló dejando ver el lado en el que había caído la moneda— cara. —Terminó por revelar fingiendo hacer un mohín por haber perdido—. Oh, primero es emparejado conmigo y luego gana en algo que yo misma propuse, ¿no es a esto que le llaman "tener la suerte de su lado"? ¿Usted cree en la suerte?
Todoroki estuvo casi seguro que saldría el lado contrario al que elegiría y no por mala suerte sino por culpa de la fémina. Se había equivocado y eso lo extrañó, aunque no porque siempre quisiera tener la razón. No sabía lo que ella tramaba.
—¿No es simplemente el resultado que querías? —contestó haciendo otra pregunta.
—Oh, vamos, ¿realmente está insinuando lo que creo? ¿Me llama manipuladora? Qué grosero —soltó entre sonrisas—. Yo no modifiqué el resultado a mi antojo, no sería azar entonces, sabe. Aún si supiera sobre el lado que usted escogería y pudiera salir el lado de la moneda que quisiera puedo decir que no lo hice, ¿qué tendría de divertido en todo caso? —explicó haciendo gestos de contradicción como si estuviera ofendida por lo dicho—. Sólo fue una mezcla entre el azar y mis ganas de ver la frialdad de Todoroki en acción... De todas formas, ¿no es usted el más raro? Quiero decir, eligió jugar aún cuando creía que usted perdería si así lo hubiera querido.
«Los juegos de azar no son divertidos.» pensó. Sí había hecho trampa y la verdad se la guardó.
Todoroki ni siquiera atentó con responder o llevarle la contraria. Hanamoto supuso que fueron demasiadas palabras para su cerebro congelado. La voz de All Might resonó por el área llevándose toda su atención al decir que los héroes ya podían entrar al edificio. La práctica heroica había comenzado y no tenían tiempo para perder.
—Hanamoto.
—¿Sí? ¿Quiere apostar cuánto tiempo tardamos en ganar?
—... No soy de apostar.
«Para nada como su padre, uh».
—Pues qué mal, yo digo que serán unos dos minutos. —Dicho esto posó su mano derecha en una pared del edificio, no necesitaba más qurme su nombre para saber que era su turno—. Untie quirk —musitó sin apartarse—: building.
Al utilizar su peculiaridad fue como si hubiera recorrido todo el edificio en cuestión de segundos y sin moverse de su lugar, no fue difícil localizar al equipo de villanos cuando eran los únicos que realizaban movimientos a lo alto y ancho del edificio.
—¿Los encontraste? —preguntó acercándose a ella. Tenía en claro lo que hacía.
—Sí. Hay dos seres realizando movimientos al norte del edificio en el cuarto piso.
Le miró esperando que tomara el rol de líder y le indicara su próximo movimiento. A fuerzas él percibió eso.
—Esto se pondrá pesado, así que... quedate afuera —zanjó, aunque dudaba que le hiciera caso.
—¿Qué planea? ¿Congelar el edificio?
—Exacto.
—Un poco exagerado, pero lo llamativo suele ser exagerado... Me gusta —dijo brindándole una sonrisa—. Es más rápido y sencillo si nos movemos mediante mi quirk —por primera vez ella intentó buscar su helada mirada, pero no la encontró—. Sería un buen ahorro de tiempo.
—... Haz lo que quieras, entonces. —Fue lo único que dijo preguntándose si realmente el juego de la moneda había servido para algo, después de todo ella no le hacía caso sino que sólo buscaba su permiso.
Hanamoto sonrió complacida.
Todoroki procedió a congelar el edificio con su lado izquierdo, después de que lo hiciera Hanamoto no esperó para agarrarlo de los hombros momentáneamente, en un parpadeo ambos se encontraron donde la muchacha había indicado que se hallaban los "villanos".
—No ha crecido desde el examen por recomendación, uh —habló cerca de su oído haciendo énfasis en su altura—. Yo sí.
Después del comentario burlón soltó a su compañero tomando una distancia prudente. Era entretenido molestarlo, aunque casi nunca cayera en sus burlas. No era imperturbable, pero le parecería más divertido si él cayera más seguido. Y es que Hanamoto era una odiosa en cuanto a buscar reacciones se trataba.
Todoroki decidió ignorar su comentario, como casi siempre hacía, y le prestó más atención a los atrapados. Hanamoto bufó y entró detrás de él.
—Si quieres puedes empezar —opcionó el bicolor a sus enemigos entrando—. Pero no seas inconsciente, en todo caso una peladura de piel en las plantas de tus pies no luciría bien para tu habilidad de pelea.
El que hacía de villano intentó zafarse sólo para comprobar lo advertido, como sus pies estaban pegados al piso por el hielo no podía lograrlo sin arrancarse la piel en el proceso. Al poco tiempo terminó dándose por vencido soltando unos gruñidos de molestia, no estaba dispuesto a herirse de gravedad.
Al ver esa rendición el bicolor miró a la muchacha sólo para ver su rostro sonrojado por su sensibilidad al frío y su cuerpo casi tiritando por el mismo, ella al captar la mirada se espabiló para señalar a un lugar donde sólo se marcaban unos pies respondiendo la pregunta que él no había formulado. Hagakure también estaba presente y atrapada. Todoroki le hizo un ademán a ella, que se había mantenido espectante y tanquila, entonces fue sin prisa hasta el arma nuclear de papel maché.
Pese a sus diferencias cuando estaban en sintonía tenían una extraña forma de comunicarse en el que apenas era necesario utilizar las palabras.
—Oiga, Todoroki —lo llamó antes de tocar el arma—, ¿quiere hacer esto más divertido?
—No —respondió de inmediato sin ganas. Temía preguntar qué tramaba su irritante compañera.
Ella tenía un par de ideas desastrosas, pero no le permitieron hacer las cosas más interesantes. Así no destacarían, pero hicieron un trato antes de acordando que seguiría sus órdenes. «Aunque no es como si tuviera un código de honor que me obligará a cumplirla» pensó.
Rió y se quejó por lo bajo proporcionándole varios toques al arma, por consiguiente ganaron.
—¡El equipo de los héroes vuelve a ganar!
El cuanto llegó la noticia un calor repentino se formó en el aire descongelando el lugar, Todoroki se deshizo de lo que hizo.
Hanamoto miró al mitad-mitad en lo que éste descongelaba el edificio. Una victoria en la que ni siquiera habían tenido que enfrentar directamente a sus adversarios podría ser aburrida para cualquier espectador, mas podía imaginarse la fama que ganarían por lo mismo. Después de todo tal y como dijo sí les tomó menos de dos minutos ganar.
—Oiga, Todoroki, ¿prefiere que se sigan desarrollando pequeñas competencias entre ambos o que sigamos como pareja? —soltó de repente caminando detrás de él con las manos en la espalda.
—Me da igual.
—Pienso lo mismo.
—Hanamoto —llamó él esta vez—. ¿Qué ganaste con ser un "apoyo"?
Todoroki seguía convencido de que ella no había sido honesta con lo del azar. Hanamoto quiso fingir estar ofendida, pero no lo hizo. Su compañero no solía ser curioso.
—Si va a seguir con eso entonces... —habló sin saber que alegar para que creyera en ella— a veces está bien sólo mirar, supongo. Y no quería opacarlo hoy, tendré muchos momentos más para ello.
Todoroki hubiera preferido no preguntar.
—Sabe —volvió a tomar la palabra— también gané la apuesta; fueron dos minutos.
No tenía un reloj a mano, pero consultó en su reloj mental.
—No accedí a la apuesta.
—Usted es tan práctico (por no decir aburrido). Eso es lindo.
Y también le hubiera gustado no volver a toparse con ella.
La puerta de la enfermería fue abierta con lentitud dejando ver a una fémina que entró a paso rápido siendo seguida por los ojos de los héroes profesionales presentes. Sin importarle ese detalle delicadamente tomó asiento en una esquina de la camilla.
Recovery Girl tapó su boca al verla teniendo la idea de que ella había escuchado su conversación y supiera que el saco de huesos frente a ella era el símbolo de la paz. Ese era un secreto que pocas personas sabían, debía mantenerse así. Pero entonces se fijó en su dolorosa herida.
—Joven Hanamoto... —llamó el héroe de físico huesudo. Unos orbes rojos se posaron en él como respuesta.
—Niña, ¿¡cómo lograste hacerte esa herida!? —cuestionó Recovery Girl acercándose a ella para cambiar el ambiente y tema rápidamente.
Hanamoto sólo inclinó su cabeza, la sangre continuaba fluyendo ligeramente desde ahí así que ella, utilizando un pañuelo, trataba de evitar que cayera al piso.
—¿Se refiere al líquido rojo que sale por mi cíen?
—¿¡De cuál otra sino!?
—Oh, es su culpa —reveló apuntando vulgarmente con su dedo al héroe—. Cuando venía de camino el señor héroe chocó con mi hombro izquierdo dislocándolo, me caí por el empujón y mi cabeza aterrizó encima de una piedra haciéndome la herida —relató tratando de erguir los hombros, una mueca de dolor se formó en su rostro por aquello—. De seguro no se dio cuenta debido a la velocidad con la que andaba. Es usted un grosero,señor.
Recovery abrió los ojos con sorpresa al darse cuenta que ella había identificado sin dudar al esquelético como All Might. Toshinori recibió un golpe de parte de la enfermera.
—¡Sé más cuidadoso! —le reprendió la heroína.
—Estoy apenado. Me disculpo, joven Hanamoto.
—Ya, ya, no tiene importancia —negó—. Señor héroe, suele ser usted descuidado —miró al joven de cabello verdoso—. Creo que también lo ha hecho con él, como su maestro no le ha enseñado lo suficiente.
Al escucharla Recovery Girl miró a la muchacha con una expresión digna de película de terror, pero con una confusión todavía mayor a la que mostraba.
—... Es por eso que he pedido tu ayuda —reveló All Might.
—Bueno... —ella redirigió su mirada— para ser su heredero, no era exactamente lo que se esperaba. Y justo por eso estoy aquí, dijo que conversaríamos sobre el tema pero usted no había vuelto a tocarlo.
—Esperen —interrumpió la enfermera sin entender del todo qué estaba ocurriendo tras las cortinas de su conversación—. All Might, ¿qué está pasando? ¿¡Por qué le estás pidiendo esa clase de cosas a otra estudiante!?
El mencionado rió ante la confusión. Esto casi lo hizo ganarse otro golpe.
—Está bien, ella es la... Es una Hanamoto.
—Soy Hanamoto Ikiru —se presentó correctamente—, un placer conocerla, señora Recovery. —Hizo una reverencia sonriendo.
Antes de contestar la mayor se mantuvo pensativa, colocó una mano en su barbilla y le echó un vistazo.
—No me digas que... —Compartió miradas con el hombre. Sus ojos le dijeron todo— Como sea, ¡déjame ayudarte con tu hombro, niña! —Pidió al ver como ella llevaba a rastra el hombro—. Después de desinfectar la herida lo haré, y ustedes pueden discutir ese asunto en otro lugar.
—Mi hombro es lo de menos.
Hanamoto puso una mano en su hombro, levantó esa parte colocándolo de nuevo en su lugar. El sonido de un crujido de huesos estremeció a los mayores, ella volvió a hacer mueca de dolor pero en vez de detenerse o lloriquear lo movió asegurándose de que estuviera bien.
Toshinorio y Recovery abrieron la boca sorprendidos, ella no había soltado ni un quejido a pesar de lo doloroso que fue.
—Eso fue imprudente y doloroso —le regañó la de mayor edad, esta suspiró limpiando la sangre de la cara de Hanamoto—. ¡No lo vuelvas a hacer! ¿Para qué crees que estoy aquí? ¿De decoración?
—Me disculpo, me disculpo.
—¿No te duele? —Interrogó el rubio.
—Por supuesto —contestó flemática—. Aunque el dolor era mayor durante el proceso de colocación y antes de éste dolía, sólo fue una dislocación, me sucede con frecuencia.
—¿¡Repites esa colocación con frecuencia!? ¡Qué horrible! —regañó terminando de limpiar la herida de la chica—. Deja que te revise.
—Está bien, pero lo más importante tengo un asunto que discutir con el señor héroe. ¿No es así? —le cuestionó levantando una ceja—. Me ha mantenido en suspenso desde la última vez que visitó mi hogar, cuando ofreció que ingresara a la academia, aseguró su recomendación y me contó sobre él —señaló con su mirada al chicho inconsciente de cabello verdoso—; el heredero del One For All.
La forma en la que Hanamoto se dirigía hacia el héroe número uno no era considerada la más apropiada, aunque nunca perdía la educación su voz era imponente contraria a los canturreos con los que solía hablar con cualquier otra persona. Con su frente en alta intentaba buscar los ojos azulados, mientras Recovery escuchaba todo al mismo tiempo que trataba a la estudiante.
El héroe rió con nerviosismo. Hanamoto dirigió una silla hasta enfrente de ella indicándole, con una sonrisa, que tomara asiento justo ahí. Él le hizo caso sin parar de reír por la actitud de la joven.
All Might admitió su error y le contó los detalles. Esta vez Recovery cuidó la puerta, por si esa vez entraba alguien que no supiera sobre el muchacho y se encargó de regañar al héroe al terminar.
Hanamoto se aburrió un par de veces por la interminable redundancia de hombre, pero le prestó atención. Últimamente All Might huía de sus preguntas o ponía alguna excusa, pero lo atrapó.
Sin creerlo pasó más tiempo del que creyó en la enfermería, en parte porque la conversación se extendió por algunas interrupciones externas y la repentina llamada del héroe, por lo que sin darse cuenta se durmió esperándolo, aunque no tardó tanto. Incluso conversar era difícil para el héroe más solicitado.
All Might le explicó lo mejor que pudo, pero su lógica continuó sin entender la razón por la que eligió a aquél niño como sucesor. Él fue lo suficiente valiente, o más bien tonto suicida, como para intentar enfrentarse a un villano aún sin tener quirk, esa acción fue lo que deslumbró al héroe.
«Inédito.» consideró ella.
Creía qur la decisión de All Might había sido simple, pero eso ya no importaba. No le encontró un punto de interés.
«Lo entenderás cuando seas deslumbrada por él. Él lo fue contigo.» dijo All Might admirando al dormido pecoso. Ella sólo contestó con arrogancia: «La única capaz de deslumbrarme soy yo misma» y le deseó suerte con eso, aunque no creyera en tal.
Pero All Might estaba seguro, completamente, que lo sería. Y que, probablemente, el primer héroe capaz de deslumbrarla sería su sucesor, o, más bien, sería Midoriya Izuku y punto.
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