› › F i f t e e n ‹ ‹
El hecho de que el ser humano es curioso por naturaleza, tal que la curiosidad es un instinto básico para el aprendizaje, estuvo científicamente comprobado. Por lo mismo la curiosidad se fomentaba como una de las más permanentes y seguras características de una vigorosa inteligencia.
Los profesores de la Hanamoto la adulaban por haber demostrado que era dotada y talentosa al dominar prodigiosamente 9 de los 12 tipos de inteligencia. Por supuesto esas excepciones eran del tipo relacionada con en el entendimiento de las emociones inter e intrapersonales. Aún siendo tan virtuosa, pocas veces manifestaba el instinto base de la curiosidad.
La curiosidad podía ser aplacada por el natural instinto de supervivencia, mas Hanamoto tampoco manisfestaba tal, así que, básicamente por anulación, su curiosidad era mayor a éste. Probablemente era más imperceptible que cualquier otra, pero de por sí al ser lo único que sentía en su infinita nada podía ser peligrosa para su persona. Por fortuna las cosas no le llamaban la atención a menudo.
Las escasas veces que lo había hecho, las cuales Yuzzu era capaz de contar con los dedos de una mano, mostraba interés hacia cosas subjetivas y extrañas. Su mayor fuente de interés provenía de las reacciones y perspectivas extrañas a ella. Por medio de experiencia se aprendía, y su mayor incentivo era comprender para contestar preguntas que se planteaba a sí misma y confirmar sospechas. Con estas podía ampliar su conocimiento y así mismo tratar de abarcar las áreas emocionales.
Desde niña los neurólogos le habían dicho que mientras más utlizara su cerebro éste se desarrollaría mejor, así que lo hacía obsesivamente.
Si trataba de entender el porqué del inicio y finalidad de las acciones e ideologías de otros podría mostrar empatia más allá de reaccionar con lógica o razonamiento común. Aún si fuera ilógico, por ende inaceptable, el simple empatizar con ello significaría un gran avance. Por supuesto que no había sucedido algo así.
Sus razones para comprender a otros eran meramente egoístas. Pero siguiéndolas decidió dirigir su interés hacia el asesino de héroes sólo para encontrarse con unos motivos de argumentos con fundamentos dudosos para aquellos valores comunes que él empleaba como justificación de sus actos.
Pese a que a sus ojos hubiera sido una defensa llena de contradicciones, no podría decir que su realidad era decepcionante por más de una razón.
Primero que nada era debido a que no podía sentir decepción. Segundo, entendía que la realidad era sólo eso; una verdad que tenía que aceptarse fuera agradable o no, no era algo que pudiera cambiarse. Tercero, aunque sus argumentos a su parecer no tuvieron lógica alguna ya se los esperaba, después de todo sus motivos estaban sustentados de emociones.
El resultado de aquello que nombró experimento confirmó su teoría principal dándole la razón.
En un inicio supuso que sus actos eran motivados por odio de manera que dirigía aquella emoción indiscriminadamente hacia todos los que ejercían esa profesión; esta teoría fue retirada de inmediato cuando su allegado resaltó el estima que Stain le tenía al símbolo de la paz. Más bien su motivación no era un odio hacia los héroes en sí, es más, él admiraba lo que significaba ser un héroe. Su adversidad estaba dirigida a los que lo hacían por beneficio propio.
Durante su encuentro con Stain la perorata de éste había confirmado cada parte de la creencia que formuló con la información brindada por parte de los medios y, claro, Yuzzu.
Acertó en creer que el antihéroe levantaba su cuchillo en contra de los protectores de la sociedad porque tenía un rencor hacia los héroes. Pero sus motivos eran «bien intencionados» pues quería envolver al mundo heroico en una bondadosa pureza. Una pureza básicamente inverosímil que sólo podían tener héroes como All Might. Asesinaba a héroes a su parecer impuros porque admiraba lo que ellos una vez significaron, pero que dejó de ser por culpa de los deseos egoístas. Deseos humanos.
Stain era una persona de filosofía utilitarista. Todo lo había hecho justificando sus acciones en nombre de un bien mayor. Fue consciente del mal en sus acciones, mas no le importó por estar convencido que no hay otra camino hacia su objetivo. Incluso consideraba que el precio a pagar era pequeño en comparación a los beneficios que daría su objetivo. El fanatismo hacia su ideal lo había llevado a creer que lo que hacía estaba bien, que en algún punto se consideraría un héroe en su historia, se auto-lavó el cerebro.
Su ideología quería que los héroes actuaran en pos de la justicia, que arriesgaran su vida por otros porque su corazón lo dictaba, por el sentido de la verdad, no por dinero, fama o poder. Él anhelaba la reactivación del heroísmo; un heroísmo desinteresado.
Para intentar comprenderlo Hanamoto hizo un esquema mental sobre la ideología del antihéroe, y con el último comentario que soltó antes de desmayarse llegó a su último punto; aquél que describía el heroísmo con todas sus letras, el mismísimo símbolo de la paz: All Might. Su objetivo; destruir la sociedad que "estaba llena de falsos héroes". Su motivo; admiración hacia el "verdadero" heroísmo.
Su admiración fue tanta que lo llevó a inquebrantar la ley al punto de realizar una masacre de odio. En su creencia aquellos que fingían ser héroes merecían ser condenados a la muerte por sus manos.
Si seguía esa misma creencia Hanamoto podía determinar que ella también estaba incluida con esos héroes falsos, después de todo ella sólo se volvería una heroína porque la sociedad esperaba que lo hiciera. Más allá de eso no tenía una razón honrada y no lo escondía.
Mentiría al decir que las motivaciones del antihéroe le parecían racionales, pero una vez lo averiguó casi le dejó de importar porque había cumplido con su objetivo. Entre tener razón y comprender la perspectiva de Stain sólo había tenido éxito en un punto. Por más que lo hubiera descubierto saber y comprender eran dos conceptos distintas.
Hacía tiempo había dado por sentado que los sentimientos no tenían lógica comprensiva, y en base a inteligencia emocional Hanamoto era una genuina tonta. Simplemente la palabra emoción la repudiaba natural y regresivamente como si fuera alguna clase de magnetismo, se atrevería a darlo por hecho científico de manera no-literal.
Ni siquiera le tomó por sorpresa ver a Stain salvando a Midoriya; mas, para ser un un criminal le pareció raro haber hecho eso cuando pudo utilizar esa reserva de energía para intentar huir. Se preguntaba si sólo había dejado salir aquél héroe interior por el que tanto abogaba. Quizá pensó que su condena disminuiría por ello. Como si por matar a una decena de héroes sería pasado por alto porque salvó a uno.
Como solía ocurrir a según apareció su curiosidad así mismo desapareció, y Stain, actualmente desmayado, a sus ojos perdió la gracia y el color.
-¿Se quedarán allí sentados? -Canturreó para sí misma viendo como sus compañeros, y técnicamente todos los héroes profesionales, habían sido intimidados por la agresiva sombra de Stain los había dejado en un estado de terror- El suelo está sucio, pero bueno...
Entre saltos dados por sus largas piernas, que provocaron suspenso en los demás, Hanamoto acortó la lejanía entre el antihéroe y ella. Al verla los dos héroes que menos habían sido afectados, Endeavor y Gran Torino, reaccionaron yendo detrás de ella.
-¡¡N-no te acerques!!
-¡Niña! ¡Es peligroso!
Entre ambos se apresuraron a acercarse antes de que la más joven cometiera alguna imprudencia. Hanamoto entornó su cuello.
-¿Cuál es el problema? -Cuestionó viendo como los profesionales se mantuvieron a la defensiva pese al ya sabido estado inconsciente del asesino.
-¿"Problema"? ¿¡No acabas de acercarte a una amenaza inminente como si nada!? -Como si contestara su pregunta recibió un reproche del más viejo. Hanamoto sólo asintió medio interrogativa- ¿¡Qué hay con esa reacción frívola, niña!?
-Oh, perdone, perdone -se disculpó repetidamente sin entender del todo lo de "amenaza inminente"-. Sin embargo, como dije anteriormente; el señor antihéroe está inconsciente, de hecho ha de tener unas fracturas; sentí como se rompían sus huesos -informó acercándose deliberadamente para señalar las costillas del hombre-. En ese estado firme su daño sólo aumentará.
Gran Torino no podía expresar con palabras lo extraño que le parecía el comportamiento increíblemente apático de la menor. Desde no haber reaccionado al instinto asesino hasta acercarse como si nada a la persona que lo emanó, nada de eso le parecía algo que una persona con el mínimo sentido común haría deliberadamente.
No entendió lo que estaba mal con ella, sin embargo se enfocó en alejarla.
-¡Está bien, está bien! -Dijo con los pelos de punta-. Entiendo el punto médico, ahora alejate, ¿quieres? Si él fuera a despertar te tomaría como rehén.
Hanamoto sólo asintió dando la vuelta. Por supuesto no se hubiera acercado de tal forma si creyera que la volvería a atacar, aunque si así fuera ella todavía conservaba la cantidad suficiente de energía para someterlo. Supuso que el hombre mayor estaría más a gusto si sólo le daba la razón, así que se la dio.
En lo que los profesionales -los que pudieron ponerse de pie correctamente- se encargaban de la situación del antihéroe ella procedió a ayudar a Midoriya, quien desde su rescate se encontraba en un estado paralizado sin poder alejarse de Stain, poniéndolo de pie cuidadosamente y obligándolo, torpemente, a sostenerse de su hombro para que no cayera.
Levantó su rostro sólo para encontrar la intensa mirada de Endeavor que la interrogaba dándole ojeadas. Como respuesta hizo una reverencia que por poco hace caer a Midoriya.
Endeavor conoció a la joven por medio de su tutora; la mujer no se cansaba de presumir como su cría había dado mejores frutos que la suya y en menos tiempo. Al contrario que él y Shoto, las Hanamoto sí parecían tener una relación estrecha a la par que ella no "entorpecía" las metas de la diseñadora.
Luego de verla en acción el Todoroki se había visto en la obligación de admitir las habilidades y poder de la niña que superó a su hijo en, técnicamente, todos los aspectos. Todavía así él se resignaba a dejar marchitar su orgullo, por lo que se mantenía firme ante los fastidios de su colega.
No creía verlos haciendo equipo a su hijo y el de la Hanamoto. Menos que ella rechazara sin pudor su nominación sólo por preferir ir a Hosu. Le pareció extraño, las Hanamoto siempre aspiraba a lo mejor y no creía que en Hosu hubiera una compañía mejor que la de él.
-Hanamoto... -murmuró ásperamente el profesional como si la juzgara con la mirada-. La prodigio Hanamoto.
Al escuchar al contrario Gran Torino cambió de expresión rápidamente dirigiendo sus ojos a la muchacha que sostenía a su estudiante. No cabía duda, se había dirigido a ella.
-¿¡Hanamoto!?
Gran Torino se fijó en su cabellera, su rostro, su lunar, sus ojos.
A lo mejor había unos detalles que pasaban por alto, como el hecho de que había sido descrita como un niña, pero justo delante de él se encontraba una perfecta señorita, o que se presumía como alguien audaz pero en los pocos minutos que tenía viéndola ella mostró conductas atípicas. Sin embargo, en general encajaba a la perfección a la descripción que tan animadamente una vez le habían dado. Tanto así que no supo cómo no lo notó antes.
No esperaba ver a la que, por sí mismo, había denominado como la consentida de Toshinori.
-Sí, mi nombre es Hanamoto Ikiru, un placer conocerlo. ¿Cómo se encuentra? -Se presentó como reflejo a la repentina exclamación de su nombre. Una vez hecha su presentación se dirigió al otro hombre-. Oh, señor Endeavor, buenas noches, ¿cómo está? -Preguntó por educación, pero prosiguió sin esperar una respuesta- La señora Hanamoto me inculcó que si me encontraba con usted le transmitiera un mensaje, por motivos que desconozco, así que me disculpo por adelantado -habló rápidamente para proseguir a ampliar su sonrisa. No tan lejos su supervisora entró en un pánico inaudito-; "Endeavor, cobarde".
Resultaba poco creíble como justo ahí se encontraba insultando naturalmente al segundo héroe más fuerte, y por supuesto que sus palabras tomaron por sorpresas a los presentes. Aunque con frecuencia solía cometer actos ilícitos también podía see cauta, al ser ambas cosas la hacía impredecible.
El héroe contrajo su rostro en una mueca imaginándose que definitivamente esa mujer diría eso. Por más que se respetaran y se consideraran colegas, más como amistades, Sadashi solía soltar pequeños insultos sin discreción. Mas, al ver como las palabras fluyeron con calma de una expresión tan relajada como la de la menor llegó a ser frustrante para él porque ella realmente parecía tener confianza en lo que decía.
Ante sus vehementes ojos la joven no era más que una niña mimada por Hanamoto, pero bien criada en cuanto a progreso de poder. Una flor que medró con mayor esplendor y más desarrollo que las otras. Una que, luego de sus presentaciones, se dio cuenta que no podía subestimar.
-Enviar esos mensajes con una niña es un poco... -Acentuó su mueca de disgusto-. Sí, dile que es un placer escuchar noticias sobre esa derrochadora también.
-Lo capto, señor Endeavor, transmitiré su mensaje.
Antes de que se pudiera añadir algo más a la conversación, que más bien parecía un encuentro entre dos seres paralelos, una mano temblorosa tocó el hombro de Hanamoto. Su actual supervisora sólo recobró las fuerzas que le había quitado el aura del asesino por la motivación de detener el "desastre" en forma de conversación que la menor estaba teniendo.
-¡H-Hanamoto! Por todos los cielos, ¿cómo has podido decir eso? -Habló tan torpemente que su voz se escuchó como incoherentes murmullos. Procedió a girarse sobre sus pies para enfrentarse a Endeavor que, tomándola por sorpresa, no estaba molesto-. ¡¡Lo siento señor Endeavor!! Esta niña está a mi cargo, a-así que me encargaré de reprenderla correctamente. Así que, ehm... ¡Hanamoto, muestra algo de sentido común, por favor!
Aunque Endeavor no estuviera enojado antes, ahora, ligeramente, sí lo parecía. La causante había sido quien se autoproclamó como encargada de Hanamoto.
-¿Uh? -La mencionada se distrajo-. ¿He cometido algún otro error? No creo haberlo hecho, sólo transmití un mensaje por lo que está bien.
-¡No lo está! ¡Insultar al señor Endeavor no estuvo "bien"!
-¿"Insulto"?
Sin comprender como no podía entender algo tan simple la mujer se sintió desmayar. Por más prodigiosa y más educada que fuera si seguía así esa niña le alteraría la presión.
-¡Ay, niña!
-¿Estás a cargo de ella? -Endeavor las interrumpió. De manera indecisa y creyendo que recibiría un regaño la heroína asintió-. Eso significa que ella escogió tu oficina...
-A-ah, sí, así fue. Supongo -contestó nerviosa.
El héroe profesional fruncio su ceño ocasionando que la heroína chillara y se encogiera en su lugar. Definitivamente la oficina a la que pertenecía esa subordinada, una heroína menor y sin actos resaltables, no era nada en comparación a la suya. Aún así la Hanamoto había escogido a esta por sobre la suya como si fuera una burla hecha a drede. Como si creyera que el segundo no fuera suficiente para ella.
Al notar esas reacciones la menor jugueteó ligeramente con la mano ajena que estaba sobre su hombro sin prestarle atención. Sabía de donde provenía la fuente de esos gestos.
Con desdén Sadashi preguntó sobre sus opciones y al saber sobre la larga lista le había propuesto a Ikiru que asistiera con Endeavor. La menor no se iba a negar, pero vagamente planteó la idea de ir a Hosu y en un principio su tutora pareció pensárselo para luego formar una sonrisa y exclamar alegre y seguidamente «¡Perfecto, perfecto! Ve donde quieras, no lo escojas, ¡eso será interesante!» como si no hubiera sido ella quien lo propuso en primer lugar.
-¿Y el señor antihéroe? -Comentó-. Puede que el señor héroe veterano necesite ayuda para cargar con él.
-Sí, será llevado a la comisaría -aseguró el Todoroki después de carraspear. Rápidamente fue hasta donde se encontraban reunidos los otros.
Hanamoto desvió su mirada al terminar de despedirlo agitando su mano. Pudo captar el colapso detrás de la expresión de su mentora, así que resopló para proceder a dirigirse en su dirección.
Endeavor no le había dicho prácticamente nada, pero se había puesto famélica por una sencilla mirada de disgusto. Un disgusto que para ella no parecía tener sentido.
-Oh, señora, me disculpo por hacerla entresar, de nuevo. Vamos a la oficina, dé por seguro que no escaparé esta vez.
Viendo como soló intentaba zafarse discretamente de una reprensión la heroína se mosqueó.
-¿Qué? -Se recompuso-. El que repitas "me disculpo" no es una disculpa, sabes -la regañó sin tener idea de que ella no era capaz de pronunciar un "lo siento" ni cualquier variante-. Y deja de soltar interjecciones; no escaparás de ir al médico para revisarte esa horrible torcedura -como respuesta la pelinegra asintió-. Es más, te compraré el almuerzo, seguro no has comido por ese escándalo. P-pero no es un premio, ¡recibirás un apropiado castigo!
La menor no refutó ningún aspecto dicho por ella. Había cumplido con encontrarse con su asesora y los mayores se encargarían se entregar a Stain, así que podría dejarse guiar hasta el centro médico para que atendieran su herida y de paso comprobaría si el policía había llevado a la heroína que rescató.
-Ah, he sido atrapada -levantó sus hombros posicionando la palabra "almuerzo" sobre la de "castigo" por el hambre-. No es como si pudiera desobedecer a las órdenes de mi supervisora.
-¿¡Bromeas!? ¿Estás segura a lo que te refieres? ¿O en vez de a mis órdenes hablas de la comida?
-Usted sabe, no es como si pudiera ir en contra de un soborno.
El tiempo que había suponido pasarían en el hospital resultó tener una extensión de manera que pasaron lo que restó de la noche en aquél lugar para que pudieran tener un merecido descanso luego de aquél encuentro.
La noticia de que el angustiante asesino de héroes había sido detenido se esparció rápidamente reconfortando a los ciudadanos. Las cadenas televisivas no tardaron en dar a conocer el suceso con tanto empeño que, sin lugar a dudas, todo Japón sabría que en las calles rondaba un asesino menos. Mas el nombre del antihéroe Stain dejaría una huella.
Sorpresivamente aquél que supuso la matanza cometida por una sola persona desde el debut de All Might, con un total de 17 héroes asesinados por él, fue detenido por unos estudiantes de primer año de preparatoria. Pero, como se les había explicado unos minutos antes, eso no era algo que pudiera darse a conocer ante el público. Por el bien de ellos, en realidad.
Por lo que, para que los jóvenes pudieran salir impunes del castigo correspondiente por ese glorioso paso en falso, el jefe de policías del distrito de Hosu -quien casualmente tenía un aspecto de perro- les indicó que ellos, por haber violados las reglas, públicamente formarían parte del fenómeno como víctimas del evento en vez de salvadores. Un anuncio público invitándolos a que recibieran la admiración de las personas llevaría a que necesitaran un castigo por la violación a las reglas de la sociedad heroica. Para evitarlo nadie debía saber sobre sus decisiones y obstinadas hazañas.
Por las quemaduras en el cuerpo del antihéroe se terminaría por asumir que fueron causadas por Endeavor, por lo tanto él ganaría el mérito de derrotarlo. Así que para aquellos que no estuvieron presentes el resaltado salvador de aquél día fue Endeavor. Y la verdad simplemente quedaría grabada en los participantes y limitados testigos del evento.
-"Maldito perro" -recitó Hanamoto una vez los mayores salieron de la habitación-. Eso no fue educado.
Todoroki se avergonzó nuevamente por la vulgar forma en que insultó al superior que trataba de ayudarlos por pensar que no era justo. No consideró que la persona que insultó a Endeavor tendría la osadía de hablar sobre educación. El joven bicolor agachó la mirada sintiéndose en parte avergonzado.
-Ya, dejalo Hanamoto -pidió Iida avergonzado.
La nombrada fingió reír por lo bajo tomando asiento en una de las camillas de la habitación del hospital y se disculpó. Se estaba acostumbrada al humor simple de sus compañeros (Kirishima, Kaminari y Sero), así que no lo evitó. Llevaba un cabestrillo en su brazo izquierdo, y al contrario que sus compañeros no vestía una bata de paciente por alegar que le parecía una exageración puesto que la única herida que se había hecho no era de gravedad e incluso fue causada por sí misma. Sobre todo una bata de ese estilo iba contra los valores modélicos de Hanamoto, por lo que, al estar su traje heroico sucio, vestía una ropa casual que fácilmente la hacía destacar en la blanca habitación del hospital.
-Estoy muy apenado por mi comportamiento, pero no hubiera sucedido si hubiera ido al punto desde un inicio...
-¿Una conclusión antes de la introducción?
-Por decirlo así.
-Entiendo su punto, pero no puedo justificarlo -alegó Hanamoto-. Algo parecido a mi opinión con el antihéroes -añadió adrede.
Con el sólo acto de pronunciar su nombre sus tres compañeros se tensaron al instante, en cuanto lo notó Hanamoto intensificó su sonrisa al obtener la reacción esperada. No habían pasado ni 24 horas desde su enfrentamiento con el asesino de héroes y la imagen sobre él se había tergiversado aún más luego del último suceso. Sin dudar los tres jóvenes compartían el mismo sentimiento al respecto.
-Bueno, después de ver un final así he pensado que es un milagro que sigamos vivos -dijo Midoriya.
-He estado pensando en ello pero, él... ¿nos dejó vivir?
El cuestionamiento hecho por Todoroki fue compartido y casi afirmado colectivamente.
-Creo que -Midoriya bajó sus ojos a su pierna mientras recordaba lo sucedido- si él hubiera querido matarme probablemente lo habría hecho.
-Sin lugar a dudas.
-Más que "dejarnos vivir" fue un "no querernos matar" -opinó Hanamoto jugueteando con el celular de Midoriya que había pedido prestado para contactar al suyo-. Es decir, si el señor Stain se enfrentó por sí mismo a 17 héroes profesionales y "salió victorioso"; aunque su peculiaridad hubiera sido, a parte de antihigiénica, un inconveniente por su manera de utilizarla él contaba con algo que nosotros no; experiencia. Honestamente, sería tonto no reconocer su fuerza. No tan hipotéticamente hablando, puede que a drede le dejara algunas aberturas, de las que pude haberme encargado de inmediato en cualquier caso, pero pese a que las notó no las utilizó. -Ante este ejemplo no tan hipotético Iida fruncio el ceño listo para reprenderla, viendo esto decidió continuar con su recuento-. También tomemos en cuenta que salvó al pequeño héroe, sería extraño haberlo hecho al menos que no quisiera matarlo realmente.
-¡Más que nada pudo haberlo hecho para tomarlo como rehén! -Terció Iida.
-También pudo ser -supuso Todoroki-. Mas, ¿no trabajaban juntos la alianza de villanos y él? ¿Por qué atacaría a sus compañeros sólo para salvar a Midoriya?
-Quién sabe, quizá no quería que otro le hiciera daño a su presa...
-En todo caso el señor asesino también pudo haber intentado huir mientras estábamos distraídos, ni siquiera podría pensar en que sería perdonado por salvar a uno de nosotros.
-Stain hablaba con mucho entusiasmo de los héroes y decía que sólo creía en All Might -esta vez Midoriya, mostrándose dubitativo, retomó la palabra-... ¿y si él hubiera querido ser héroe?
-¡Eso no tiene lógica alguna! ¿Por qué mataría entonces?
Hanamoto se hizo a un lado contemplando el debate que se había iniciado entre los jóvenes por uno de sus discretos comentarios. Ver a niños de perspectivaa en blanco y negro discutiendo sobre un nuevo matiz era entretenido a su retorcido modo. Prefirió guardarse sus puntos de vistas menos daltónicos para no hacerlos caer en duda.
-Para resolver el cuestionamiento inicial hagamos uso de su ideología -canturreó-. Siguiéndola concluyo que es porque somos "huevos negros que no han eclosionado" -dándose cuenta que su metáfora fue desatendida lo desarrolló más a fondo-. Quiero decir, nos "dejó" porque nosotros "todavía no hemos sido corrompidos por la sociedad heroica", porque somos niños aprendices, porque todavía tenemos oportunidad de "salvarnos" en el mundo ideal que quería crear, por lo que se podría asumir que salvó a Midoriya porque lo reconoció como un digno de merecer el título heroico -formuló con más detalle resaltando con comillas algunas palabras-. No me malinterpreten, no intento levantar un argumento para defenderlo y mucho menos justificarlo -enfatizó-. Sólo que en su momento él incluso quiso transmitir su ideología mediante palabras y no creo que haya sido porque se sintió en desventaja.
Cuando Hanamoto dio por finalizado su parlamento pudo denotar, con esfuerzo, como el ambiente había decaído. Se sumergieron en un curioso silencio en el que Midoriya le echaba ojeadas a Iida preocupado por cómo reaccionaba cada vez que mencionaban al victimario de su hermano.
-Todavía así... -Iida apretó sus puños con su entrecejo juntado-. ¡Aún así...!
No se necesitaron más palabras para demostrar el grado de su culpa e impotencia por todo lo ocurrido.
-Sí... aún así.
-Te entiendo, Iida.
El momento de apoyo donde las palabras sobraron fue la unigénita señal que necesitó la pelinegra para dar por concluido su análisis y emprender la búsqueda visual de su nueva prioridad, no sin antes agradecerle al sonrojado pecoso por prestarle su móvil y devolvérselo, así que dio largos pasos hasta la puerta y se despidió deseando su mejoría mientras aseguraba que sino los veía más tarde lo haría al día siguiente.
Tarareó con desatención todo el camino hasta encontrar a la persona que tenía su móvil en el lugar acordado. Afortunadamente se encontraban en el mismo hospital sólo que en una planta distinta. Como una zona marcada segura para evacuación, y para aquellos que fueron heridos durante la destrucción masiva, no era ninguna rareza que estuviera repleto. De todas formas y pese a todo halló a su objetivo rápidamente a las afueras de éste.
-Buenos días, Yu, ¿cómo estás? -Lo saludó al reconocerlo de espaldas. Cuando el nombrado se giró, mostrándole su cabello alborotado y herido rostro, ladeó el cuello-. Ya veo tu estado físico, ¿terminaste involucrado en un incidente? Qué infortunio.
Yuzzu hizo una mueca de disgusto total desaprobando sus palabra. Había obtenido un par de rasguños en la cara y unos cuantos hematomas, pero no sería justo imputar al desastre que pasó siendo que la culpable se encontraba delante de él.
-¿Un ataque? Peor; fuiste tú.
-¿Yo? -Se señaló a sí misma, de inmediato hizo memoria dándose cuenta que al haberlo empujado con su quirk para que evacuara sí pudo haber sido la responsable- Oh, lastimé tu linfo rostro, qué horror. Con una simple disculpa no sería suficiente para compensarlo, soy merecedora de la muerte.
-¿No te estás metiendo demasiado conmigo? -Volvió a bufar puesto que el tono de Hanamoto eran tan directo que ni siquiera sonaba como burla, es más, podía asegurar que esa era su máximo intento de preocupación no forzada. Al fijarse en el brazo cambió su expresión a una de desazón- ¿Qué con ese cabestrillo? ¿Encontraste a Stain? ¿Es por él? ¿Estás bien?
-Sí, sí a todo, excepto que la culpable de tener que utilizar el cabestrillo he sido yo.
-Hieres a tus aliados sin querer, terminas hiriéndote a ti misma -razonó soltando un dejo de desaprobación-; ¡eres como un arma mortal, florecilla!
-¿Así es como es? -Canturreó restándole importancia, Yuzzu fruncio su ceño- Como sea, vengo a informarte de lo acontecido. ¿Quieres oírlo?
Las facciones en el rostro de Yuzzu volvieron a hacer algo extraño para Hanamoto. Él era una persona bastante transparente y demotrastiva con su rostro, a veces no lo podía entender.
-Claro, estoy ansioso por oírte hablar de ese hombre -su tono hizo un claro contraste con su oración-. De verdad, muero de emoción y no de miedo, además no creo que estés loca por ir detrás de él. Lo juro.
-Ya, ya -la pelinegra se acercó intentando calmar ese pesimismo mediante un par de palmadas en la espalda. Esto lo arreboló, como si fuera una maldición su más mínimo tacto lo sonrojaba-. Ha sido neutralizado, así que está bien.
Por su parte la sorpresa no se hizo esperar, no había escuchado nada sobre aquello.
-¿Bromeas? -Enarcó una ceja, ella negó a lo que sus negros ojos vibraron de nervios- ¿¡Tú lo hiciste!?
-Estadísticamente hablando, si lo repartimos equitativamente sólo un 25℅ de la responsabilidad fue mía.
-Para mí eso suena como un "sí, lo hice" -determinó-. ¿¡Dónde quedó lo de "no será peligroso"!?
-¿Cómo pudiste creer eso cuando para mí nada lo es? Al parecer te he sobreestimado -dijo levantando los hombros.
-¡Florecilla!
-Como sea -creó una distancia entre ambos antes de que él encontrara las palabras adecuadas para reprocharle-. Públicamente sólo seré una especie de rehén, así que está bien.
Yuzzu fruncio en ceño con aire dubitativo. No entendía si lo había hecho o no.
-¿Cómo es eso? ¿Acabaste así de liada?
Mentiría si dijera que ella no le preocupaba, pero también sería mentira el decir que confiaba en que su brutalidad disfrazada de elegancia la mantendría a salvo.
-Es algo complicado, así que dejemoslo pasar por alto y procedamos al tema principal -a sabiendas que no podría entrar en detalles optó por cambiar el tema.
-¿Qué? ¿Cómo...? -Iba a reprochar, pero al ver su sonrisa tuvo un efecto calmante y decidió no proseguir- ¿Quieres mi ayuda? Creí que no te gustaba mi método emocional.
-No es así, sostengo que los datos sensibles son engañosos, pero no que el único modo de acceder a la verdad es a través de la especulación racional -Hanamoto seguía una filosofía meramente racional, mas no estaba en contra de los métodos emocionales-. Aunque mayormente sólo acaben incorrectamente.
Eso sí, seguían pareciéndoles extraño y lo demostraba desatentamente. Que desestimara tanto las emociones era algo que él podía asimilar, así que simplemente no se quejaba.
Abnegado terminó por ceder soltando un par de amargos suspiros. Tomando el cerrar de sus ojos como una señal de aceptación Hanamoto elevó sus hombros terminando por juntar sus frentes con el objetivo de que él pudiera resolver y explicarle los puntos que para ella permanecían sumidos en lo desconocido. Hecho este contacto físico Yuzzu activó su peculiaridad.
Sin necesidad de un extenso relato de la pelea él pudo ver y comprender lo sucedido como si hubiera estado ahí mediante su habilidad. Leyó, no sólo la mente de Hanamoto, sino sus recuerdos como si su consciencia hubiera sido transferida.
Le tomó un par de minutos leerla, y una vez llegado al último evento fundamental donde Stain mostró su sed de sangre el pelinegro se apartó bruscamente como si hubiera sido empujado por una fuerza sobrenatural cayendo de rodillas al suelo mientras se quejaba del agudo dolor que le fue transmitido.
Hanamoto permaneció con los ojos sobre él limitándose a mirarlo y escuchar sus aullidos sin comprender su expresión de terror. Lo mismo había sucedido un día antes cuando los demás presentes admiraron esa escena.
-¿Estás bien, Yu?
Ella atentó con acercarse a él, pero éste estiró su brazo, temblando nerviosamente, para levantar su dedo pulgar como señal de que se encontraba bien. Ella sólo asintió quedándose en su lugar en lo que su acompañante se recomponía poco a poco.
Ella no supo si esa abrupta reacción fue por utilizar su quirk o por lo que vio. En silencio determinó que el miedo era uno de los estimulantes emocionales más potentes.
En cuanto Yuzzu pudo calmarse le dedicó una no tan bien formada sonrisa a la de ojos rojizos. Todavía sin decir nada pasó una mano por su cabello rudamente alborotandolo más. De momento tenía una inadecuada jaqueca y la sensación de haber visto un monstruo, no obstante la mirada carmesíe se hallaba fija en su persona demostrando sin pudor ni prisa que lo estaba esperando.
Pudo sentirse altanero al darse cuenta de lo fundamental que era su papel para la comprensión. Después de todo él estaba dotado de algo que normalmente no sería buscado; una sensibilidad emocional mayor a la de otros que contrarrestaba naturalmente la insensibilidad de ella. Hanamoto admiraba esos aspectos sin entenderlos, pero por lo misma él era capaz de ver desde otro ángulo las situaciones y los actos de los demás.
Hanamoto era completamente racional, Yuzzu se inclinaba más por lo emocional. Seres paralelos que podían completarse maravillosamente.
-Muy bien, estoy muy bien -rompió el silencio-. ¿Estás satisfecha con los resultados?
-Más que, a pequeñas alteraciones fue justamente como especulé -respondió-. En mi racional opinión, su ideología de un heroísmo desinteresado fue un tanto ingenua y los métodos para lograrlo fueron poco analíticos.
Esa fue sólo su opinión personal, una que llevaba en su mente desde ayer en la tarde.
-¿Por qué lo dices? -Indagó.
-¿No he expuesto mi pensamiento con anterioridad? -Al darse cuenta que fue mal educada al utilizar una pregunta como respuesta decidió responder de otra manera-. Me parece crédulo la creencia de que está mal hacer algo para recibir otra cosa a cambio. Honestamente, ¿cuántas personas desearían vivir poniendo su vida en peligro sin la promesa de obtener algo más a cambio? Querer obtener dinero y poder, ser querido y afamado, ninguno de esos deseos están mal para un ser humano. No quererlo tampoco lo está, pero, creer que otros están mal por hacerlo y que merecen pagar por sus vidas sólo por actuar humanamente, ¿está en lo correcto? ¿No fue ignorante?
Como esperaba de ella su manera de pensar se inclinaba poco más por la ejecución en bucle de hacer para recibir, recibir para hacer.
-Más que ser crédulo e ignorante fueron actos crueles -la corrigió-. Además de doloroso para las víctimas y sus seres queridos -añadió con un dejo de genuina lástima-. Sabes, por medio de tus pensamientos y en la primera vez que lo vi sentí que sus intenciones eran buenas -continuó-. ¡Por supuesto no creo que tomar vidas por una creencia pueda considerarse un recurso!, pero él tomó ese camino y creo que en el recorrido se perdió a sí mismo y su ideología lo volvió peor que a aquellos que repudiaba... ¡Debe ser horrible pasar de querer volverse héroe y enderezar el camino de otros a terminar volviéndose una escoria humana repudiada por todos!
Era increíble como Yuzzu pasaba de lamemtarse con las víctimas a empatizar con el victimario. Además de lo que vio, también pudo leer los mismos pensamientos que llegaron a Hanamoto proviniendo de él.
-¿Lo que impulsó a Stain fueron sus sentimientos?
Si él afirmaba ella concluiría con un «Las emociones causan impulsos tontos» él decidió adecuar su respuesta diciendo; -A todos nos impulsan los sentimientos.
El silencio de Hanamoto de pata que había dado sin querer. Aunque él no aceptaba la creencia de que Ikiru no sintiera juraba que no lo había dicho.
-Ese a "todos" no abarca a todos. Me pregunto si eso habrá sido discriminatorio en mi dirección.
A Yuzzu se le pusieron los pelos de puntas, lo que menos quería era insultarla. Planeaba sonar cool con alguna frase simple y vaga, no creía que al no pensarlo bien el tiro le saldría por la culata.
-N-no, bueno, verás... -Ella lo miró interrogativa- Perdón. Hey, florecilla, ¿qué es para ti el heroísmo?
Optó por cambiar de tema rápidamente al no tener cómo excusarse.
-Una profesión, ¿no? -Su respuesta fue inmediata, casi obviandolo.
Era un trabajo. Es decir, estudiabas para serlo, necesitabas cumplir los requisitos, te graduabas, trabajabas, te pagaban. Definitivamente resultaba más sencillo pensarlo que hacerlo, pero a fin de cuentas era una profesión. Yuzzu quiso mostrarse decepcionado, pero en primer lugar no esperaba más que eso.
-Sí, esa es exactamente la razón por la que no comprenderías -con un dedo le golpeó la frente-. La cosa es que para Stain era más que eso, más que una profesión era su sueño. Un sueño idealizado que se hizo trizas al contemplar la egoísta realidad en la que estaba sumergido.
Lo terminó de decir con aires de tristeza, esto cambió a una risa ahogada al ver una irregularidad en el semblante de Hanamoto. Si ella pudiera ser más expresiva con su rostro hubiera mostrado una expresión de horror.
-¿Por qué alguien idealizaría el "vivir para salvar y ayudar"? -Inquirió con horror.
Esta vez Yuzzu no pudo contener la risa. Su tono de obviedad resultaba tan natural que en vez de abatirlo le daba una irremediable gracia.
Entendía su punto, realmente lo hacía. Después de todo a ella pocas cosas le importaban realmente. No era como otros, era razonable hasta ciertos niveles de crueldad. Por lo que, ni aunque quisiera podía idealizar el sacrificar su vida por la de otros.
Por supuesto era capaz de poner en peligro su vida, mas lo hacía porque no sabía lo que era el peligro. Probablemente si lo supiera, y tuviera un instinto de supervivencia, se lo pensaría más de una vez antes de. Egoísta, cobarde, despiadada, todo lo que quisieran. Pero nada cambiaría su incapacidad de hacerlo.
A sus oídos ese tipo de heroísmo sonaba problemático.
-¡Más que "vivir para salvar" fue el heroísmo desinteresado!
-¿Cuál es la diferencia? No ganaría nada a cambio.
-Al menos lo que lo que dije suena menos terrible...
-Además -decidió extenderse-, si tomamos en cuenta lo que conllevaría tendría que dejar de ser un trabajo, lo que a su vez significaría un entendible declieve en la sociedad heroica.
En definitiva di sucedía muchos héroes abandonarían la profesión, probablemente ninguna academia especializada podría sostenerse sin ese sustento y muchos quedarían sin empleo. El dinero movía al mundo y con él a las personas.
El que hubiera más delincuenza y aunque hubiera más "honor" y "pureza", serían menos héroes. En esas estadísticas sonaba problemático, justo para evitar eso fue que el heroísmo se proclamó como profesión.
-Se podría decir que tienes la completa razón. -Suspiró sin saber cómo apostillar-. Explicarte sobre las emociones que se involucran con los sueños sería como, no sé, explicarle algo complicado a un niño de kinder.
-¿Sobre la relatividad? -Hanamoto tenía interés por esos temas.
-Ni siquiera yo sé sobre eso... -murmuró por lo bajo para luego fijarse en su rostro pensativo-. Culminemoslo en un sí, aún así piensas que fue la manera menos apropiada de intentar conseguirlo, ¿verdad?
-La menos efectiva, debo decir.
Fuera como fuera, le parecía que en vez de ir matando héroes uno a uno de manera que no estuvo en claro lo que intentaba conseguir hasta su caída. Entendía que era difícil derrocar un sistema ya establecido, también que para construir un se debía destruir, por eso pensaba que pudo haber sido mejor iniciar una clase de revolución. Con más personas que estuvieran a su favor en vez de en solitario, suponía que sería difícil teniendo ese retorcido carisma proveniente del aire de intimidación que a su vez venía de su obsesiva fijación.
Teniendo ese pensamiento en mente uno más llegó de la nada. Uno que, sin tener idea por la poca atención que le prestó, terminaría siendo realidad en el futuro.
Hanamoto ladeó su cuello repetidamente con desdén.
-Su amor al heroísmo, no el odio -dijo Yuzzu-. En comparación el primero resulta un impulso más fuerte -completó.
Tomando en cuenta lo literal que Hanamoto se tomaba las cosas no quería inculcarle que el amor hacia podía ser así de peligroso. Ergo, no le prestó atención a esas dos palabras.
«Amor, odio, lo que sea». No podía sentirlo de todas formas. Y esto ponía irremediablemente triste a Yuzzu, mas se negaba a sentir lástima por ella.
-Concluyamos, la supervisora vendrá a buscarme para comer y no puedo hacerla enojar otra vez -pidió imaginando la expresión que pondría la mujer al no verla en la sala médica donde la dejó-. ¿Tienes algo que añadir?
-Ahm -pareció pensárselo con demasía-. Actos con razones pero injustificados.
-Ya lo había determinado antes.
-Ahora has descubierto las bases... -trató de convencerla, después añadió-: Por su ideal él despojó la vida de humanos creyendo que estaba bien porque ellos eran un sacrificio para el nuevo mundo con el que soñaba, porque para él ellos "estaban mal" y él "estaba bien".
-En fin, más que asesinar a los héroes asesinaba a aquellos que, calificados mediante un criterio liberado según su propia opinión y prejuicios, no merecían serlo -concluyó-. Al final la muerte de esas personas no significaron nada, él no pudo cumplir su objetivo.
Yuzzu siempre ponía una expresión de angustia cuando se hablaba de muerte, el simple hecho de imaginar el desespero de esas personas lo ponía en un estado de desolación.
-Hey -llamó su atención. Dudó un poco antes de seguir, pero lo hizo-. ¿Tú merecías vivir?
-Oh, por supuesto que no -resolvió como si nada, como si fuera de lo más normal-. Pero una cosa es que lo dicte y otra que pueda hacerlo. Como si fuera a morir sólo porque él no me considere calificada para ser una heroína -se burló.
Al muchacho no le hizo ninguna gracia, pero sin ella rió devolviéndole su móvil. Se acercó para darle un mimoso y delicado beso en su párpado izquierdo simbolizando una despedida. Fue tan delicado que casi parecía tener miedo de que se quebrara.
Antes de dar la vuelta y todavía bastante cerca de ella dijo con sumo miramiento, como si temiera que en el acto sus palabras se rompieran: -Mereces vivir, Ikiru, debes vivir.
Como palabras de aliento, como si fuera un murmullo en el viento. Siempre había sido susceptible al tema de la vida y la muerte.
Después de esas palabras que nadie más a parte de él le diría le dedicó una sonrisa esta vez completamente genuina que no fue correspondida. Acto seguido se marchó.
Por unos segundos se quedó mirando en la dirección que tomó, fue así hasta que su espalda desapareció de su vista.
Se inclinó un poco toqueteando el lugar donde Yuzzu le había depositado el beso. Ya se había acostumbrado a esas muestras de afecto.
-... Valga la redundancia*.
Dio la vuelta caminando de regreso a su habitación. Mientras se dedicó a pensar una última vez antes de abandonar el tema que antes le provocaba curiosidad.
La intensidad que Stain le dedicaba a su creencia le pareció algo similar a la ideología de All Might.
Sabía que la peculiar clase de carisma que portaba el asesino y el ruido de sus acciones reunirá a las personas parecidas a él como hormigas, y tomando en cuenta su conexión insinuada alianza con la liga de villanos, por su aparición mutua, suponía que la posibilidad de que se unieram como si fuera un hormiguero en vez de actuar solitariamente como Stain era considerablemente alta. Con acciones fueron ruidosas, con palabras que tuvieron un extraño carisma, con la filosofía utilitarista de un medio para un fin; el mal aumentaría bajo una guía ajena. Como las abejas son atraídas por el polen, será atraídos por una misma fuente de calor. Las ideas seguían aunque el fundador no estuviera.
El mundo heroico le parecía muy ruidoso. A según pasaba el tiempo más ruidoso se volvía.
El ruido parecía no querer parar hasta ensordecerla.

Pasaron dos días más que pronto se convirtieron en tres. Pasado este tiempo la práctica heroica a la que se sometieron para obtener experiencia laboral llegó a su final sin algún otro percance significativo.
El momento de volver a sus hogares y a la academia llegó. Inesperadamente su supervisora logró encariñarse lo suficiente con su imprudencia y de su constante movimiento, tan constante que la llegó a comparar como un tiburón que muere sino se mantiene en movimiento, tanto como para lamentarse de no poder pasar más tiempo juntas ni de poder enseñarle más cosas y le aseguró que si lo necesitaba serviría como referente para el futuro.
Hanamoto dejó atrás Hosu junto al incidente, al no encontrar lo que buscaba lo tachó de perdida de tiempo. En comparación a sus compañeros, o cualquier otra persona, su mente se deshizo de los recuerdos de esa semana con una anormal rapidez.
Al regresar a casa se encontró con la ya usual ausencia de su tutora, la misma no se preocupó por lo que sucedido al afirmar que estaba bien.
Al asistir a la academia su esguince no había sanado del todo, mas no utilizó el cabestrillo sino que se enfrentó a otra incomodidad; como si no le hubiera bastado llamar súbitamente la atención en las calles de Hosu, fue abarrotada en clases junto a sus otros tres compañeros con preguntas sobre el incidente.
Casi había olvidado lo peligroso que se consideraba aquella persona, después de todo ella no lo consideraba de tal forma.
Entre risas causadas por el nuevo estilo de cabello de Bakugō -que cambió en cuanto se enojó- cortesía de Jeanist, animados comentarios de lo sucedido en las prácticas y sus experiencias recién obtenidas, además de demostraciones de preocupación por parte de la mayoría en dirección a los jóvenes que se vieron involucrados con Stain.
Luego de, las primeras horas de clases transcurrieron con una entusiasta normalidad, pudiéndose destacar particularmente el entrenamiento de carrera de rescate a la hora de estudio fundamental de héroe, clase impartida por All Might, en la que Hanamoto, terminó ganando con el mejor tiempo gracias a su traslado.
Cuando sonó la campana anunciando la hora del almuerzo Hanamoto, como solía acostumbrar, estaba en una mesa de la cafetería junto al grupo de Kirishima.
-¡Lo siento, Hanamoto!
Escrutó el semblante de Kirishima para encontrase con un poema que la ponía en duda.
-¿Lo siente? ¿Qué siente, Kirishima? ¿Qué es esto?
-¿Continuarás disculpandote por el resto de su vida? -Cuestionó Sero viendo como Kirishima le volvía a comprar el almuerzo de la Hanamoto en señal de disculpa.
-¡Si es necesario, lo haré! -Aseguró firmemente.
-¡Qué insistente eres, hombre!
-¿No habíamos superado esta etapa? ¿Por qué hemos vuelto a la misma página? -Inquirió la muchacha entendiendo a que se refería-. Quiero decir, no es que sea una molestia recibir comida y le agradezco, pero los motivos son incongruentes -ni siquiera sabía si podía terminarse la exageración de alimentos que compró su compañero, él se tomaba muy en serio el hecho de que Hanamoto comía mucho-. No es necesario compensar algo que le pedí que hiciera.
La expresión de Kirishima les hizo saber que no estaba para nada convencido, su insistencia perduraría un rato más. Él sentía como si en ese momento hubiera ido en contra de todos sus principios
-Ya me lo has dicho, pero cuando llegué a la oficina que elegí ¡Force Kind me reprendió por nuestra pelea! -Informó recordando su semana reflectiva- Y como su nombre lo dice él es conocido por ser el héroe caballeroso...
-Ya veo, le ha tocado esa clase de héroe, es una pena.
-Una pena.
-Una genuina pena -Sero y Kaminari siguieron el coro en pos de canto..
-No fue una pena para nada -afirmó Kirishima sintiendo cómo iban en contra de él-, ¡ese héroe es realmente varonil, justo como se espera de su nombre!
La experiencia laboral de Kirishima había resultado muy entretenida, había aprendido muchas cosas, a su parecer resultó fructuosa.
-¿Aún cuando le enseñó esa clase de cosas claramente erróneas? -Canturreó. Buscando un ejemplo estiró su brazo hasta tocar la mejilla de su cenizo compañero quien ya había aceptado sentarse en la misma mesa que ella- Bakugō me golpeó y no siente remordimiento alguno. -Al sentir su dedo punzante Bakugō la alejó bruscamente de un manotazo que lastimó su herida-. Al contrario, parece que le gustaría volver a hacerlo.
-La próxima vez te patearé el culo.
Sus compañeros sólo pensaron en el hecho de que no lo negó y empezaron a acribillarlo.
-Honestamente -ignoró el comentario del chico-, si usted se rendía sólo hubiera adelantado su derrota; no sonaba justo para los espectadores.
Al principio los inertes comentarios arrogantes de Hanamoto fueron una sorpresa para ellos, pero entre el grupo ya había pasado a convertirse en una normalidad irrefutable que tomaban con gracia. Después de todo por más que dijera ese tipo de cosas no se mostraba altanera siquiera en su tono, en vez de eso sonreía juguetonamente. Como si se burlara en vez de estarse pagando a sí misma.
-¡Golpe directo!
-La perra ha mostrado sus verdadero colores.
-En síntesis no los oculté, Bakugō.
-Muy bien... -el tono en la voz de Kaminari hizo una fisura en el ambiente y atrajo la atención del resto creando un rápido cambio de tema- Justo ahora soltaré un comentario polémico que he estado guardando para no parecer frívolo por el caso de Iida.
Las expresiones de Sero y Kirishima dieron a relucir lo harto que estaban del tema que tanto insistía en sacar a flote una y otra vez.
-¡Mejor continúa guardándolo, por favor! -Suplicó Kirishima- ¡Me saldrán callos en los oídos si vuelvo a oírte hablar sobre ello...!
-Sí, preferiría que ese tema tuviera un final -Sero corroboró al pelirrojo.
-¡No sean groseros, viejos! -Ofendido por la falta de interés apeló por alguien que superficialmente parecía siempre prestar atención hasta a las cosas más pequeñas- ¿Verdad que a ti te interesa oírme hablar, Hana-chan?
Decidida a atender la conversación, pero habiendo perdido completamente el hilo del tema, apartó sus ojos de la comida, que en contra de la voluntad de Kirishima racionó entre todos, para prestar más atención.
-¿Cuál es el tema?
Al obtener la atención que buscaba se regocijó enseñando una soberbiosa sonrisa que fue correspondida por una mueca de desaprobación por parte de Sero y Kirishima.
-Oh no, preguntó.
-Está bien, es Hana-chan -dijo Sero como si estuviera dando su aprobación para la conversación-. ¡Dale una lección a su insensibilidad y de paso enseñale algo de ética!
Continuando sin entender nada la joven volvió a hacer su recurrente acción, si se trataba sobre sensibilidad no podría aportar nada.
-El asesino de héroes -introdujo el tema para que Hanamoto dejara de mostrarse perdida-. Todos sabemos que él es alguien que daba mucho miedo, temblé de sólo verlo en las noticias e imaginar lo que pasó con ustedes que se encontraron con él, peeeero ¿no vieron el vídeo? -Aunque no estuvieran de acuerdo con hablar sobre eso en público no trataron de detenerlo- No sé si fue simpleza mental, tenacidad o lo que sea, ¿pero no creen que sonaba algo genial también?
Dos días después del incidente de Hosu el origen del antihéroes empezó a salir desde todos los aspectos desde una fuente desconocida. El vídeo más popular, que fue borrado seguidamente, reveló su verdadero nombre, la motivación para querer convertirse en héroe que fue alimentada por el debut de All Might en su determinado momento y el origen de su ideología que provino del decaimiento fundamental de los héroes sólo de nombre que vio en el colegio privado.
En su juventud intentó reaccionar el heroísmo hablando por las calles y en discursos sólo para entender que en sus palabras no habían poder. Para llegar hasta donde estaba comenzó una travesía en formación de las artes de matanza por medio del autoestudio. Sacrificó todo su tiempo a velar por su ideología convirtiendo esa "limpieza" de falsos en su deber.
Indirectamente todo había comenzado por All Might. Vaya que Hanamoto no tardó en buscar al héroe para comentarle lo mismo.
-Aquí vamos de nuevo...
-Es que... ¿realmente pueden criticarme? -El rubio eléctrico trató de defenderse- Un hombre de convicciones es bastante cool, ¿¡no lo crees tú también, Kirishima!?
-¡Eso no...! ¿Por qué me metes al medio? -Apostilló reaccionando por esa acusación-. Una cosa es ser varonil, pero llevar las convicciones hasta esos niveles ¡es demasiado!
-¿¡Ah sí!?
-No es como si pudiera ser juzgado por creer que defender sus creencias de esa forma es genial, incluso entiendo su punto -los interrumpió para que no empezaran una riña innecesaria-; A veces para crear se debe destruir; la destrucción es una forma de creación. -Por su citación casi pareció ponerse de lado de Kaminari, para no concretar esa idea prosiguió-. Mas, las personas que sufrieron pérdidas por culpa del antihéroes, las víctimas que sólo querían ayudar y nunca volverán, los que todavía están pero ya no serán ellos mismos, ninguno de ellos podría decir que él es genial -pese a la suavidad de su voz el rubio no pudo evitar sentirse duramente reprendido-. A veces es la intención, a veces la acción; las buenas intenciones no legitiman las malas acciones.
-... Y sus "buenas intenciones" obtuvieron los peores resultados. -Terminó por decir Kirishima.
Sonrió satisfecha de que su opinión hubiera sido bien aceptada y políticamente correcta, ella en realidad no creía que el quitarle la humanidad vanidosa y egoísta a los héroes se calificaría como buenas intenciones pero fue un ejemplo acertado. En cambio, Kaminari, dolido por tener una opinión políticamente incorrecta y rechazada, empezó a quejarse por lo bajo poniendo una expresión deplorable como si de un niño recién regañado se tratara.
Kaminari se sintió como si le hubieran dado un bofetón. Y en efecto Sero, utilizándolo como objeto de burla, le propinó un golpe en el hombro y secundó-: ¿Ves? Te han dicho idiota con muchas bases.
La reacción de éste incentivó la resonante risa de Sero y Kirishima, por lo mismo Bakugō empezó a amenazarlos por su falta de educación a la hora de comer. Al final volvieron el ambiente a la normalidad rápidamente.
Por su parte Hanamoto apoyó su rostro en la palma de su mano curioseandolos con su mirada. La expresada opinión personal de Kaminari le había hecho ver que no todos ellos tenían la perspectiva común de héroes en blanco y negro.
En el último período de clases del día su tutor les informó que, como las vacaciones de verano se acercaban y ninguno de ellos podría disponer de 30 días para relajarse, irían a un alojamiento en el bosque para esas vacaciones. Antes de que la conmoción emocional fuera plantada en todos ellos Aizawa añadió que si alguno de ellos llegara a fallar en los exámenes de fin de ciclo esa persona estaría encerrada en la escuela en un infierno terapéutico, entonces se generó una ansiedad general por el castigo que les inculcarían.
El tiempo pasó y llegó la última semana de junio anunciando que el tiempo restante para la época de exámenes finales de ciclo se acortaba. Para algunos con calificaciones poco virtuosas la cabaña en el bosque se veía como un sueño, y por ello no contuvieron sus quejas.
-¡¡No he estudiado para nada!! -Uno de esos estudiantes, teniendo la puntuación más mediocre, era Kaminari-. ¡¡Con el festival deportivo, la experiencia laboral y todo, nunca me detuve a estudiar!!
-Vamos, hombre.
-¡No quiero tu falsa lástima!
Los lamentos de Kaminari eran acompañados por la burlesca risa de Ashido. Si bien el chico era el peor de clase, siendo juzgado por simple inteligencia, ella sólo era superior a él, aún así no parecía preocupada al respecto.
-Vacaciones, vacaciones -tarareaba Hanamoto con desidia, otra persona que estaba peculiarmente relajada y con razones-. Ah, pero está el campamento... Insectos, insectos.
-¿Qué pasa con ese canto? -Extrañado Kirishima soltó una callada risa.
-Los bosques son zonas vegetativas y usualmente húmedas, en ellas hay bastantes insectos -explicó-. Ellos me demuestran su odio, algo inconveniente porque soy alérgica.
-Woah, este viaje será un problema para ti -soltó Kirishima, la inquisitiva mirada de la fémina espantó su imaginación de una Hanamoto huyendo de los insectos-. Aunque me estaba refiriendo a porqué estabas cantando tan relajada...
Hanamoto expandió su sonrisa, que estaba más prominente que de costumbre, estirándose como un gato en su asiento. Ya que el profesor había dicho que el examen se trataría de lo que vieron durante el semestre tenía el campo cubierto, tanto así que desde hace semanas se encontraba lista para tomar los exámenes.
-¿¡No lo sabes!? -Irrumpió Kaminari-. ¡Esta flor sonriente florece en esta época del año mientras a nosotros nos toca marchitarnos! -Empezó a señalar a la joven como si estuviera comunicándose en código morce- ¡¡Las competiciones y exámenes son como su primavera!!
-¿Qué estás diciendo, viejo?
-¡Hana-chan es la número uno de la clase! -Tradujo Ashido. La mencionada fingió inflar su pecho- Bueno, básicamente es la número uno y ya, ¿recuerdas en secundaria? Siempre oía noticias sobre la institución privada para señoritas Hime's, porque era famosa y quedaba cerca, ¡no la conocía en ese momento pero el nombre que más escuchaba era el de Hana-chan! ¿Adivinas porqué? -Hablaba con tanto empeño que casi parecía estar refiriéndose a sí misma.
Al poco tiempo de conocerla se hizo notable que la Hanamoto era extremadamente inteligente. Con una aparente sencillez, sobresalía en todo.
Los mismo Kirishima y Bakugō habían estado presentes en la U.S.J. cuando ella desplegó sus cartas sobre la mesa y, como toda una estratega, evaluó adecuadamente las opciones en tiempos de peligro, manejó la situación con una abrumadora calma mientras tomaba las precauciones necesarias. En ese momento el pelirrojo quedó perplejo al darse cuenta de que no soló era una afable cara bonita con los recursos necesarios para entrar a la academia, había un trasfondo más profundo que todo lo que se veía superficialmente.
-¿Pooor qué? -Cantó la Hanamoto volviendo a sentarse adecuadamente.
-¡Por siempre ganar! ¡Por ser perfecta!
Por supuesto ella sabía esa razón. Las cosas las hacía a drede, sabía hasta dónde había recorrido su nombre y cuánto camino le faltaba para llegar a donde quería. El camino por delante era ridículamente largo, mas era su culpa por tener como objetivo ser sinónimo en vida de la perfección.
Por supuesto que siempre debía ganar y quedar en primer lugar si quería llegar a cruzar esa meta. Y planeaba hacerlo.
-Me da un dolor en el estómago de sólo pensarlo -confesó Kaminari, acostumbraba a rodearse de personas menos complejas y "más a su alcance social".
-¡Eso es envidia, tonto! -En un largo suspiro Ashido se lanzó sobre la Hanamoto para abrazarla- ¡A mí me gusta mucho Hana-chan! Ella gana, pero no es soberbiosa ni una mala persona como los personajes populares de películas -con la intención de corresponder el acto cariñoso y las palabras halagadoras Hanamoto aprovechó la cercanía para frotar su mejilla contra la de ella mimosamente. Esto le hizo cosquillas a Ashido- ¡Y a veces me recuerda a un gato!
Luego de recordar cómo se comportaba Hanamoto los dos chicos le dieron la razón mentalmente.
-Qué debería decir -trató de que el último comentario de la de tez rosada pasara por alto, no quería dejar una imagen suya con orejas, cola y bigote-, soy la persona favorita del número uno.
-¡¡Oye ese egocentrismo!!
-Sólo bromeaba -alegó contra la acusación de Kaminari, Kirishima se mantuvo riendo-. Aunque de hecho ya quiero completar el examen de física y matemáticas.
Los tres compañeros reaccionaron negativamente al recordar las materias en las que no iban para nada bien pero su compañera parecía disfrutar. Como si acabara de oír las historia más perturbadora del siglo el de peor calificaciones contrajo los músculos de su rostro arremetiendo contra su amigo para sacudirlo con molestia como si hubiera sido él quien la contó.
-¡¡Kirishima, Hana-chan se burla de nosotros por ser académicamente superior!! ¡Detenla!
-Objeción; soy inocente.
-A todo esto, ¿por qué yo soy el juez? -Cuestionó Kirishima zafándose de un decepcionado Kaminari-. Bueno, en vez de, ¿no deberías usar la inteligencia de Hanamoto a tu favor y pedirle ayuda? -Un foco se encendió encima de las, peculiarmente distintas, tres cabecitas-... Sinceramente, utilicé el singular pero el único de nosotros lo suficiente virtuoso para no necesitar ayuda, a parte de ella, es Bakugō.
Tal como un instinto de supervivencia natural los tres pares de ojo se posaron encima de ella pidiéndole lo mismo sin necesidad de recurrir al habla. Al notar sus intenciones fingió una ligera y pragmática risa.
Para ellos que alguien como Hanamoto, que a sus ingenuos pareceres tenía la respuesta para todo, les enseñara sería una salvación divina. Ella por el contrario tenía otros planes ya hechos, por lo que sería impropio deshacerlos por otros.
-Me encantaría ayudarlos -sin esperar a que terminara su argumento sonrieron sólo para tener que borrar sus sonrisas con la siguiente oración-; ergo, me temo que estoy ocupada.
-¿Eh? ¿No es eso una excusa para no enseñarnos? ¿¡No sonó como eso!?
-No es eso.
-¿Es porque crees que somos muy tontos? ¡Nos portaremos bien y daremos nuestro máximo esfuerzo!
-Qué lindos, son como niños -el comentario sin mala intención general los avergonzó a tal grado que aceptaron su decisión sin que se explicara-. Sin embargo, no es eso, no creo que ustedes sean unos estudiantes sin futuros. Sólo que justo en estos días empezaré a trabajar.
Chior, un fotógrafo y dueño de una revista que su tutora le presentó, la había contactado hacía un par de días pidiéndole actuar como una modelo suplente por el momento por lo que, al verse "sin mucho qué hacer", y atraída por el soborno de expandirse, aceptó sin pensárselo dos veces. Pero ellos eran ajenos a todo esto, y a la vida personal de la Hanamoto en general.
-¿Eh?
-¿A qué?
-¿Tú qué?
-¿Por qué tienen esas expresiones?
-¡Pero si eres rica! ¡Y menor de edad! ¡¡Y rica!!
-¿Lo soy? -Los rostros en blanco le dieron una respuesta-. De todas formas, tengo el permiso de mi tutora legal.
-¡Qué desperdicio! Si yo fuera rico nunca trabajaría -determinó Kaminari imaginándoselo.
-Hey, ¿cómo crees que funciona el dinero? ¿O es que quieres vivir como un parásito?
-Estoy de acuerdo con lo que ha dicho Kirishima -al igual que Hanamoto Ashido también secundó un asentimiento-. Tampoco quiero ser una desempleada que tiene una cuchara de oro en la boca, y trabajar te hace expandir influencias.
-Eso está bien -apoyó Kirishima antes de que Kaminari preguntara alguna otra estupidez- ¿Y cómo manejarás el asunto de los exámenes escritos y prácticos para equilibrarlos con un trabajo? Porque rayos, ni siquiera puedo hacer un balance entre ambos.
-Comparto el sentimiento, hermano.
La pelinegra estaba excesivamente acostumbrada a tener un horario ocupado y de tener sus horas contadas de sueño que se le hacía de menos el tener el concentrarse en tres cosas a la vez. De igual forma suponía que con su eficiencia sería un rápido el trabajo.
-Me muevo rápido.
Quizá fue por su tono coqueto, pero Kaminari lo mal pensó y no supo si agradecer o quejarse porque Mineta, su compañero de perversión, no la escuchó.
-... Respuesta 10 de 10.
-Mentalidad de tiburón -harta de estar parada la de cuernos se puso de cuclillas reposando su cabeza en la mesa de Hanamoto-. Hana-chan, Hana-chan, ¿dónde trabajarás?
-¿Dónde?
-¿En qué es más preciso? -Se corrigió reformulando-. Dejame adivinar, ¿un puesto de comida rápida? ¿Una tienda? ¿Biblioteca?
-Incorrecto.
-¿De niñera?
-Comparte el resultado anterior.
-¿Un café de temática maid?
-Tampoco.
-Entonces, ¿¡modelando lencería!?
Los ojos de todo el grupo se posaron con el inoportuno Mineta que pasó de estar escuchando desapercibido a integrarse tanto en la conversación que se llegó a convencer de que formaba parte de ella.
-Mineta, largate. ¿Cómo sales cuando te conviene tú, enano sin encanto? -Se quejó Kaminari, pero riéndose por dentro.
-De hecho -Hanamoto rumió-, no es del todo una respuesta equivocada.
-¿Qué? -Terminaron tan impactados con la idea que ni siquiera les dio tiempo de alzar la voz, como si fuera una respuesta completamente mecánica.
-No lencería, por supuesto -aclaró sin querer crear un malentendido de mala fama, eso sería ilegal-. Tendré participación como modelo en una revista dirigida principalmente para el público femenino.
-Oh por Dios, eso suena increíble.
-¡¡Es emocionante!!
-Hanamoto, ¿qué tan normal eres?
-¿Cuál de nosotros tiene el derecho de hablar sobre normalidad? -Defendió sin obtener apelación-. Volviendo al estudio, puedo ayudarlos con pequeñas cosas durante clases pero el tiempo que puedo concederles es limitado, así que pueden buscar refugio en las alas de Yaoyorozu, ella es la segunda mejor -sus ojos pasaron de estar sobre la azabache a buscar una melena ceniza-. Estando entre los cinco mejores Bakugō también es una opción más cercana y buena opción ¿no?, poco recurrente por obvias razones.
-¡¡Callense!! ¿¡Por qué no les explico hasta que sean unas manchas de sangre, por lo menos!?
-Ah, Bakugō tienen un oído agudizado, y es tan benevolente.
-Pues vaya concepto de la palabra.

La temporada de examenes llegó provocando nervios, estrés y ansiedad de ejecución por el miedo de desembocar en fracaso. Algunos recurrieron a utilizar la idea de asistir al campamento como un método de motivación para esforzarse en sus estudios, otros hincaban los codos a la hora de estudiar porque les preocupaba más no aprobar que ir al campamento.
Sin ansiedad ni nervios el tiempo transcurrió con normalidad para
Hanamoto, contrario al del resto que se sintió tortuosamente lento. En el tiempo pasado con Chior fue tratada exactamente como lo era por los servidores de la casa Hanamoto; como una princesa que si apartabas los ojos de ella te desmoronarías. Ell, estando acostumbrada a ese distinguido trato, casi no se percató. La idea había sido que empezaría a cooperar con ellos en cuanto llegara el próximo mes y para agosto se publicaría la revista con ella como modelo principal, pero debido a los ideales de la academia y el campamento decidieron adelantar y apresurar su trabajo, la fecha de publicación seguiría igual.
Saltando de ir al centro de estudio fotógrafico, a la academia y dedicando el resto de su tiempo a mantener su fuerza física e intelecto en condiciones óptimas. Más allá de considerar el viaje como una compensación por su trabajo lo creía una carga, entendía que como aspirantes a héroes no podían hacerse con tanto tiempo libre, pero a su parecer ir al campamento era una especie de molestia obligatoria que, tomando en cuenta todos los sucesos anteriores a los que se enfrentaron, muy probablemente mostraría repercusiones.
Mientras fueran problemas que alimentaran su fama estaría de acuerdo a adentrarse en ellos.
Después de horas muertas rindiendo el examen escrito parte del miedo colectivo disminuyó, todavía así tendrían que presentar la segunda cosa en su lista, y probablemente más complicada que la primera, rendir el prueba práctica. Pese al nerviosismo que les imponía la idea de fallar, el ambiente para tomar esa práctica fue más animado que el del examen escrito. Al menos, hasta que el director les arruinó la ilusión, que se hicieron luego de que una estudiante de la clase B filtrara información obtenida de un senpai, de que sería parecido al examen de admisión.
Ya Hanamoto no había tomado ese examen no le prestó atención a ese filtro, increíblemente All Might se había negado a contarle en qué se basaría admitiendo que se sentiría como un chivo expiatorio si la favorecía contándoselo. Al entender su punto ella no insistió sino que fingió comprensión alegando abiertamente que recordaría ese momento con rencor «cómo si pudiera».
No le importó que de ahí en adelante las pruebas de batallas se enfatizaran en las reales con personas. Tampoco el hecho de que esta vez formarían pareja y sus evaluadores, además de contrincantes, serían los profesores.
Lo único que captó su atención lo suficiente para hacerla salir de su amena conversación con el director, la cual estaba centrada en el mantenimiento de su sedoso cabello y el brillo del pelaje del último, fue cuando Aizawa empezó a nombrar las parejas ya armadas y su apellido hizo presencia en medio del de Midoriya y Bakugō.
Sin tener que decírselo directamente sabía que sería empleada como una intermediaria entre ambos, no era ningún secreto a voces que ellos dos no estaban en buenos términos, más bien eran unos gritos por megáfonos. Tampoco era como si ella le agradara a Bakugō, directamente le había declarado la guerra en varias ocasiones y proclamaba por su derrota desde el festival deportivo, mas no era como si huyera con su insólita permanencia; ellos, por la inclusión forzada hecha por Kirishima, de hecho estaban en el mismo grupo.
Lo que sí la hizo dejar de preguntarse si sería posible una cooperación con ese equipo y cambiar de expresión, de hecho a los tres, fue la revelación de que su oponente a vencer sería nada más y nada menos que el pilar de la sociedad heroica.
El símbolo de la paz, el hombre del que recibió la recomendación y que insistió más que nadie en la idea de que tenía más de lo necesario para volverse una heroína; All Might.
Contraria a las de asombro y angustia de, respectivamente, Bakugō y Midoriya la suya fue más de curiosidad. En algún momemento había tenido el interés de compararse y ver qué tan lejos estaba de llegar a esa cima, no sabía de qué se trataría el juego, por ende no tenía idea de cómo ganarlo pero haría lo posible para hacerlo.
Una sonrisa brillante se expandió en su rostro armoniosamente a la par que el héroe profesional les invitaba a trabajar juntos y dar lo mejor de ellos para derrocarlos. Y claro que planeaba hacerlo.
All Might también tenía curiosidad de ver hasta donde llegarían sus estidiantes, en especial su sucesor. Intrigado por sus reacciones los repasó con la mirada y al llegar hasta Ikiru de un extraño modo, casi cauteloso, sintió que los ojos de esta lo devoraban e inconscientemente se contrajo ante ella.
Le pareció extraño ver una expresión tan notablemente forzada de su parte.
❀.
*Dice "valga la redundancia" porque el nombre Ikiru significa "vivir".
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