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¡Al fin, la última batalla!! —anunció el emocionado héroe que había hecho de comentarista desde el principio—. Los mejores de U.A clase 1 ¡serán decididos aquí mismo! —el lugar estaba repleto, no solo el estadio, en las calles personas se reunían en diferentes puntos donde se encontrara una televisión que transmitiera ese combate para poder admirar el potencial de los futuros héroes del mañana—. ¡¡Las finales!! ¡Hanamoto contra Bakugō! ¿¡Listos!? —Present Mic hizo una breve pausa para crear suspenso—. ¡¡Empiecen!!

Sin querer perder el tiempo Bakugō creó una explosión gigantesca para evitar que su adversaria le mirara y lo inmovilizara, Hanamoto sólo tuvo tiempo de cerrar sus ojos para evitar que estos salieran afectados.

Aprovechando que ella no podía verle se preparó para embestir contra ella, corrió hacia ella preparado para soltar una explosión directa. No contó con que Hanamoto no dependía plenamente de su vista, al sentir como él se acercaba desde su derecha lo sobrevoló evitando un impacto de su parte.

—Intentas esquivarme... demonio.

Bakugō corrió en dirección ella, a escasos centímetros hizo una explosión, esta no tuvo mucho efecto ya que un pedazo del escenario se interpuso entre ambos, Hanamoto lanzó las piezas restantes a su contrincante las cuales no le hicieron ni un rasguños al poner como barrera de protección unas ondas de explosiones volviendo los pedazos aún más pequeños.

Nuevamente Hanamoto esquivó los ataques de Bakugō que cada vez eran más. Había planeado el no darle ni una oportunidad para respirar e iría con todo, no se preocupaba porqie sabía que ella aguantaría todas esas explosiones.

En medio de la nube de polvo provocada por el cemento vuelto nada por sus ataques la perdió de vista. De repente cayó de lado por un golpe en la pierna, se cuestionaba si su contrincante había lanzado algo o lo había hecho ella misma.

Otra vez sintió uno, esta vez en el abdomen. Y al tercer intento pudo vislumbrarla, era ella misma a una velocidad superior a la que había demostrado antes. La cuarta vez apenas pudo detener su patada que iba a golpear su mandíbula.

Suponía que ella estaba usando la ley de aceleración. Lo sabía porque había estado escuchando sus ataques, claramente en secundaria le habían hablado sobre la física incluyendo las leyes del movimiento. Él había visto su demostración del uso de las tres leyes del movimiento habiendo dividido una para crear cuatro, así que por el momentos había visto tres, pero planeaba experimentarlas todas hasta dejarla sin opción.

Ella intentó zafarse, él sostuvo con más fuerza su agarre. Una sonrisa ladina surcó su rostro, en cambio su oponente le sacó la lengua, estando a punto de explotar su pierna vio como el aire fue quien recibió su explosión.

Exchange.

Ellos habían cambiado de posición por lo que Hanamoto estaba sosteniendo su pierna. No esperó que ella pudiera aferrarse más a su pierna y ejerció fuerza soltándose del agarre. Había hecho lo mismo en la primera prueba para llegar en segundo lugar.

—¡Hiciste ese maldito truco de nuevo! ¡¡Te borraré esa angelical sonrisa con una explosión!!

Para cumplir su amenaza le dio un estallido frente a la cara, Hanamoto intentó esquivarlo vanamente, sólo puso sus brazos para defender su rostro. Al notar como iba a crear un estallido con mayor potencia se adelantó encajándole una patada en el rostro, Bakugō tomó su pierna entre sus manos mandándola a volar de nuevo a menos distancia.

Para omitir evitar caer de cara al suelo paró su caída quedando sobre el suelo, lo inesperado fue la explosión que recibió en su espalda que la obligó a terminar de caer. Soltó un leve quejido, sin darle más explosiones se hicieron presentes.

El público se empezó a quejar de la masacre contra la chica, justo por el mismo motivo por el que se quejaron em contra de Kirishima. No les parecía apropiado aquello, aunque –según Aizawa– quien estaba en desventaja en ese aspecto no era exactamente la Hanamoto.

Sin importarle los abucheos que recibía paró al sentir que sus explosiones no estaban impactando contra ningún objetivo. Levantó la vista para encontrarse con la pelinegra quien parecía sólo haber recibido el primer impacto, ella realizó un movimiento de manos que dejó confundido y alarmado al cenizo.

—Acción, veamos la durabilidad del cemento ante la violencia explosiva.

Antes de que pudiera responderle sus palabras fueron interrumpidas. Bakugō había sido encerrado en una clase de caja compuesta por los materiales que se hallaban en la arena de combate. Había creado una clase de contenedor; cuatros paredes y un techo.

Hecho esto comenzó a contar los segundos que pasaban en su mente.

Sabía muy bien que esa improvisada jaula no sería duradera, pero Bakugō no le iba a permitir tomar un respiro. No le daba mucho tiempo, pero la explosión que causaría gastaría parte de su energía.

—¿¡Eso está permitido!? ¡¡Bakugō ha sido enjaulado!!

Midnight no dijo nada al respecto, quería ver hasta donde llegaría y cuánto duraría su encerramiento.

Dentro de ese bloque se encontraba una bomba a punto de estallar, una vez que explotara asolaría masivamente con todo. Y justo así fue como pasó; la bomba estalló.

Según la cuenta de Hanamoto tardó unos 55 segundos en hacerlo.

Las partes del bloque salieron volando esparciéndose. Una de esas partes fue directo hacia ella, utilizando su quirk evitó que chocara contra sí, mas, una explosión hizo que esta despedazada le cayera encima. Bakugō le tomó del cuello par clavarla en el piso, esto fue invertido cuando Hanamoto le tomó del mismo lugar plantando su cara en el suelo. Como venganza él le proporcionó una explosión en su abdomen.

Mientras ella se topó la zona afectada retrocediendo Bakugō apretó los ojos molesto, soltó grandes maldiciones con dirección a la de tez pálida. Hanamoto mostró una expresión de burla hacia él al ver que todavía no se había levantado, al notarlo él se paró tirándose encima de ella.

Con su peculiaridad lo mandó a volar con la intención de que saliera del cuadrilátero, Bakugō no se lo permitió y se impulsó a base de ondas explosivas antes de siquiera llegar a estar fuera. Al volver al escenario la encaró con molestia por tal "sucio truco".

Mientras ellos peleabas ferozmente el público no hacía más que observarlos, estaban tan inmersos en el combate que era como si sintieran a flor de piel cada golpe. La pelea entre ambos se había extendido más que cualquier otra, si seguían a ese paso se estarían envolviendo en un combate más que nada de resistencia. Ninguno parecía que iba a ceder pronto y el escenario estaba hecho un desastre por culpa de ambos.

Entre choques y golpes los espectadores estaban llegando a un punto en el que no sabían cuál de los dos caería primero y se limitaron a esperar el resultado sin poder apartar sus ojos del campo de batalla. Se habían dejado de quejar o de exclamar, porque sabían que en ese momento en el escenario sólo se prestaban atención el uno al otro.

¿Quién caería primero? ¿Cuál de los dos sería proclamado como el ganador? ¿Qué tanto tiempo más resistirían hasta llegar a su límite? Ansiosos esperaban la llegada de sus respuestas.

Los jóvenes jadeaban con pesadez. Bakugō apretó su puño, si llegaba a su límite dejaría de crear explosiones y arremetería a puros golpes. Levantó la vista sólo para encontrarse con la joven en el otro extremo del área.

Ella tenía un par de magulladuras y quemadas causadas por sus explosiones, pero su sonrisa no había sido borrada en ningún momento, en cambio parecía haberse ensanchado.

—¡No me digas que estás considerando rendirte! —Le gritó Bakugō con intención de apabullarla.

—¿Rendirme? ¿A este punto pretende que lo haga? ¿Se siente tan cansado que quiere ganar de una buena vez pese a lo que usted me dijo antes? —Al igual que el cenizo ella no tenía ninguna intención de hacer tal cosa—. ¿Cómo podría rendirme cuando la batalla se ha tornado interesante?

Admitía que Bakugō había, ligeramente, superado las expectativas que tenía sobre él.

Esa pregunta causó una sonrisa ladina en el rostro del cenizo. Midoriya quizá lo había derrotado en el ejercicio de heroísmo, pero eso no significó nada porque sólo había sido debido a que fue cegado por la ira. Todoroki se comportó como un idiota negándose a mostrar las llamas de su poder contra él. Pero ella, ella no estaba atemorizada ni dudando. Por su orgullo iba de frente contra sus ataques y aunque apenas le estaba dando un respiro ella incluso se notaba menos cansada que él.

Se puso como meta el convertir a Hanamoto Ikiru en su rival, le patearía el trasero haciéndoles ver a todos lo mucho que la habían sobrevalorado. No dejaría que ella se convirtiera nuevamente en la protagonista de las noticias.

La acabaría. La volaría en pedazos. Se negaba a ser vencido por alguien como ella que sólo buscaba atención. Si vencía a aquella proclamada como la mejor se volvería el mejor.

Más importante, estaba sintiendo el éxtasis de estar dándolo todo sin tener que contenerse contra su oponente. Se encontraba más que motivado a probar qué tan buena era aquella que había sido llamada por sus conocidos como "su salvadora".

Los dos tenían la misma meta de ganar, meta que sólo uno podría cumplir.

—¡Así se habla, puta del infierno! —Se preparó para atacar de nuevo—. ¡¡Tornado bomba!!

Para dejarla atrapada Bakugō creó un tornado gigante a base de masivas explosiones. Desde encima trató de buscar a su rival pero se encontró con la sorpresa de que su tornado había desaparecido antes tocarla.

—Inertia's law.

Hanamoto detuvo aquella técnica, pronto el tornado fue reducido a nada. Le daría fin a los juegos.

—¿¡El tornado de Bakugō desapareció!?

Hanamoto levantó su rostro luciendo inexpresiva, esa expresión cambió de un momento a otro puesto que volvió a sonreír mientras ladeaba su cuello. Bakugō repentinamente había borrado su sonrisa, no sabía que podía hacer algo como eso, pero el saberlo no lo detuvo.

En vez de volverse más lenta por el tiempo que tenían peleando y el gasto de energía, como estaba esperando Bakugō, Hanamoto mostró lo contrario; mediante más avanzaba la pelea su aceleración se volvía más rápida. Sin importarle sus heridas ella no dejaba a luz punto ciego o debilidad alguna.

Pese a la emoción de haber encontrado un digno oponente capaz de aguantar sus explosiones y darle pelea, Bakugō pensó en que si seguía atacando con tal magnitud terminaría quedándose sin respiración. Si tan sólo tuviera su traje heroico no tendría que limitarse tanto.

—¿Le sucede algo, Bakugō? Creí haber oído salir de su boca que usted me haría pedazos, ¿me habré equivocado al escuchar? Porque todavía me he mantenido en una pieza.

Ante esa provocación él chasqueo la lengua dirigiéndole una mirada intensa, por supuesto estaba dispuesto a cumplir lo que dijo. Al menos le borraría aquella sonrisa que no se había apartado de su rostro desde el inicio.

—Me pregunto qué diablos eres, ¿un demonio? Has probado la potencia de mi peculiaridad y te niegas a rendirte. —Gruñó—. Aunque el no saber cuándo caerás lo vuelve más interesante, estoy impaciente por ver cómo muerdes el polvo.

—¿Verdad? —Canturreó—. Menos mal que no eres del tipo que comprime sus intimidantes deseos y fuerza "porque soy una dama".

—Sólo los idiotas harían eso —determinó—. Porque sólo un idiota te vería como alguien delicada.

—¿Hm? ¿Eso fue un insulto o un halago?

—¿¡Tú qué crees!?

Luego de esa exclamación utilizó unas ondas de choque para acercarse a ella con una rapidez cegadora, planeaba dejarla sin escapatoria para que recibiera cada uno de sus ataques.

Primero ella saltó para esquivarlo, aquel movimiento fue justo lo que él esperaba. Redirigió su ataque hacia arriba y esta vez recibió el estallido directamente.

Hanamoto yació boca arriba en el piso, jadeando sin perder la consciencia. Bakugō se posicionó delante de ella con una arrogante sonrisa.

—¿¡Ya no puedes moverte, puta!? —Se adelantó antes de que Midnight hiciera la misma cuestión, la levantó tomándola de su chaqueta—. Ahora que te encuentras en esa situación, ¿¡te arrepientes de pedirme que no fuera suave contigo!? ¿¡Ese fue todo el poder de una prodigio!?

—Respondo a las preguntas que ha formulado con una negación —resolvió sin borrar su sonrisa aún en ese estado, Bakugō se irritó sin saber qué pasaba con ella—. Al contrario, estoy agradecida por haberme dado la más formidable pelea hasta hoy sin embargo, esto se ha extendido demasiado, es hora de acabar con los juegos y finalizar el espectáculo —dicho esto extendió su mano hasta tocar el estómago del cenizo, Bakugō se alarmó por ese acto más no pudo reaccionar a tiempo—; force's law.

Una onda disparada directo en la barriga mandó a volar a Bakugō fuera del escenario. Se había permitido ser presa de aquellas explosiones para que él bajara la guardia y poder tocarlo.

Al ver como el cenizo cayó rodando en el piso el público se mantuvo por un momento en absoluto silencio, al digerir que la batalla había finalizado una ensordecedor y animada algarabía resonó en todo el estadio. El público aclamó de pie a los resultados, ella respondió dando una reverencia general que fue captada espléndidamente por las cámaras.

—¡El estudiante Bakugō ha salido del cuadrilátero! Por lo tanto, ¡¡Hanamoto es la ganadora!!

—¡Y así es como el torneo llega a su final! Después de una impresionante pelea la campeona del festival deportivo es ¡¡Hanamoto Ikiru, la prodigio de la clase A!!

Hanamoto al garantizar su victoria se permitió sentarse en el escenario en lo que recuperaba el aliento. Al ganar podía darse el lujo de descansar. Descansar de lo que había sido su pelea más entretenida hasta el momento.

—Contra Bakugō fueron 757 segundos, tres leyes y la mayor parte de mi energía —repasó cerrando los ojos—. Formidable, el título de víctima no le hace honor.

Estaba satisfecha de haber terminado con su labor, lo que significaba que por fin podría dormir pacíficamente.

Sin dejar de sonreír se puso de pie sacudiendo sus ropas fue en dirección a la oficina de Recovery Girl rechazando la ayuda de los robots encargados de llevar a los heridos hacia allá. Durante la actividad no había ido con ella para tratar sus heridas sólo con la intención de ponerse a sí misma a prueba.

Antes de llegar y sin poder evitarlo recostó su cabeza en una pared debido a un repentino mareo que la sacudió. Empezó a quejarse mientras sostenía su estómago con fuerza al sentir como se revolvía. Además de que –por haber agotado una buena parte de su energía– tenía sueño, también estaba experimentando mareos. Las consecuencia del uso de su peculiaridad se dividía en malestares físicos.

Como había usado la ley de aceleración más que nada su estómago estaba comprimiéndose y sentía como se tensaban sus músculos.

Actualmente su cuerpo no estaba en su mejor condición; estaba repleta de punzantes heridas, casi todas ocasionadas por su anterior oponente. Por más que le molestaran sostenía firmemente que no eran lesiones graves, después de todo esos años entrenando para hacer su cuerpo más resistente no habían sido un desperdicio. Su cuerpo fue capaz de acostumbrarse lo más que pudo al dolor.

Hanamoto Ikiru era una prodigio porque no dependía solamente de su peculiaridad y día a día buscó ser más fuerte con el objetivo de ser la mejor, nunca había sido conformista. El perder jamás fue considerado una opción.

La presión y los ojos sobre ella nunca lograron intimidarla; la "motivaron". Mientras más perfecta fuera más se esperaría de ella, más grandes se harían los zapatos que tenía que llenar. Mas expectativas que cumplir.

«No perder. No procrastinar.
Ser la mejor. Ser perfecta».

A pesar de siempre haber ganado cuando se lo proponía, el haber obtenido la victoria a sus ojos no era más que haber completado una tarea.

No había felicidad. Tampoco emoción.

La amígdala de su cerebro era muy pequeñas como para demostrarle cómo se sentía el haber alcanzado la gloria de ser quien ganó.

Hanamoto miraba el cielo fijándose en los fuegos artificiales que anunciaban el final del festival deportivo, en ningún momento los consideró una linda forma de festejar su triunfo. Mientras camarógrafos y periodistas fotografiaban a "los tres mejores de ese año", todos los demás los miraban.


Ese último evento que daría por finalizado aquel festival era lo único que le impedía dormir. En el asunto de la energía, del mareo y de sus heridas Recovery Girl le había ayudado, aún así quería descansar. Mentalmente se preguntaba si su tutora también la estaría mirando en vivo o si al menos ya se había enterado del resultado.

—¡¡Continuemos ahora con la ceremonia de premios!! —Exclamaba la heroína que durante las competiciones había hecho de árbitro y presentadora.

Al sentir una intensa mirada encima de ella optó por mirar hacia un lado sabiendo de donde provenía aquello. Al posar sus ojos sobre Bakugō notó como unas venas estaban marcadas en su rostro haciendo visible a simple vista su ira.

Ella le sonrió agitando su mano, Bakugō tomó aquello como un gesto burlesco y comenzó a gruñir. Durante toda la batalla le fue imposible borrarle esa sonrisa de la cara; como si estuviera plasmada en ella permaneció sin importar qué.

En parte por lo mismo su sonrisa le resultaba terriblemente molesta. Sus explosiones fueron incapaces de borrarla.

Desde el principio Hanamoto le caía terriblemente mal a Bakugō, como una comida caducada «Qué comparación tan poco linda». No cambiaría su opinión sobre ella; sentía su falsedad y como quería tener todo bajo control. Eso sí, no era capaz de negar su poder que sobrepasaba a la del promedio o su inteligencia basada en la lógica capacitada para considerar todo lo posible, había presenciado ambos aspectos y podía admitir que era una buen oponente.

Sin embargo, aunque la considerara de tal manera se negaba a asumir su derrota tan fácilmente. No podía creer que en un momento estaba encima de ella a punto de acabarla y de pronto por bajar la guardia perdió la consciencia debido a un ataque de su parte. Aólo fue por la confianza que le proporcionó la ocasión, estaba seguro que por eso había quedado en segundo lugar. Pese a que no había pasado mucho tiempo desde su pelea estaba ansioso por pelear con ella nuevamente.


Aseguraba na segunda vez derrotado por ella no pasaría de nuevo, la próxima él sería más fuerte para lograr vencerla; a ella y a aquel bicolor que sólo mostró su potencial contra Midoriya. Sí, definitavemente los vencería y sería mejor que todos ellos juntos.


—Bakugō, su mirada terminará traspasándome —comentó la pelinegra al ver que él no tenía pensado apartar esos orbes rojos de su persona—. ¿Está molesto conmigo? —ladeó el cuello—. Oh, claro —por primera vez se giró parar mirarlo—. Ese objeto que tiene le impide responderme, ¿cierto? —señaló su bozal—. ¿Oh? ¿Sus venas van a explotar? ¿Quiere que lo ayuda con su "armadura de contención"?

Debido a una "situación" que aconteció cuando Bakugō recuperó la consciencia los héroes a cargo decidieron que sería más sencillo de manejar si tomaban algunas medidas con el segundo ganador. Así que le pusieron un bozal para que no hiciera un escándalo, no bastando esto tuvo que ser contenido con una clase de esposas y cadenas. Al estar siendo tratado como una bestia sus compañeros aseguraron que Aquél ápodo le iba como anillo al dedo.

Bakugō sólo podía gruñir ferozmente mientras luchaba por quitarse esas cosas convenciéndose cada vez más que de entre sus compañeros podía destacar tres a los cuales quería mandarlos a volar de un estallido lo antes posible; Midoriya, Hanamoto y Todoroki.

Hanamoto sólo lo miraba, pero sus continuos movimientos lograban marearla. Pese a las "súper vitaminas" que la enfermera le había dado como apoyo –junto con un regaño por no haber ido antes– seguía experimentando repentinos dolores de cefalea cada cierto tiempo. Más bien cada 5 minutos y medio, aunque variaba el tiempo, según había contado.

Considerando su estado en el ámbito de salud y temiendo caerse tomó delicadamente asiento en el podio de ganadores donde la habían situado. A un lado, en el mismo podio pero a la derecha, Bakugō volvió a mirarla mal.

Apoyó su cabeza en una mano. Recibir atención, ser fotografiada y obtener un premio. El proceso había sido más sugestivo que el coronamiento, aún así todo terminaba siendo soporífero.

—... Hanamoto, ¿estás cansada?

—Ah, Todoroki —Se inclinó a su derecha mirando hacia arriba para ver al mencionado a los ojos, Todoroki había quedado en tercer lugar, bien pudo haberlo hecho Tokoyami pero contando con el hecho de que éste había abandonado le concedieron el lugar al bicolor—. Bueno, ya que estoy en la cúspide debería permitirme descansar antes de caer.

—¿Caer? —Por su lado el chico la miraba desde arriba, aunque el lugar de Hanamoto estuviera más elevado ella estaba sentada así que él consideró agacharse hasta su nivel.

—Usted sabe, no es más que física, "todo lo que sube tiene que bajar". —Resolvió inclinándose más que antes, sin necesidad, sólo para demostrar ganas de conversar con él—. Más importante, ¿usted fue quién se dio por vencido? Pensé que quería pelear contra mí, ¿le pareció más atrayente su batalla con Midoriya?

Al oír aquellas preguntas Bakugō agudizó su sentido de audición, aunque por el momento se viera incapaz de participar en esa conversación con palabras él mismo quería saber las respuestas de aquellas preguntas.

—Pues, verás...

—¡Hora de conceder las medallas!La vociferación de Midnight interrumpió al joven al mismo tiempo que se llevó la atención de Hanamoto. Todoroki tenía pocas oportunidades de no ser cortado a la mitad—. Y quien entregará las medallas este año, naturalmente, es nada más y nada menos que---.

—¡¡Soy yo!! —Una potente y reconocible voz resonó en el estadio interrumpiendo a la heroína, All Might descendió de los aires haciendo una notable entrada— ¡¡Y estoy aquí con las medallas!!

—¡¡Nuestro héroe; All Might!!

Como se esperaba los presentes recibieron al símbolo de la paz con jubilo. Sin parar de reír y con su habitual sonrisa se acercó al tercer puesto con una medalla de bronce en sus manos.

—Todoroki, mi chico —su tono de voz bajó considerablemente—, felicidades —terminó por decir al ponerle la medalla—. Debes tener tus razones para suprimir tu lado izquierdo hasta el final, ¿verdad?

—La lucha contra Midoriya fue lo que me confundió... y me hizo dudar de lo que debía hacer.

En la conversación entre All Might y Todoroki pudieron encontrar la respuesta al cuestionamiento que anteriormente le había hecho.

Por la expresión que el joven había hecho el héroe decidió que era mejor no entrometerse más en ese asunto y prosiguió a dirigirse donde el cenizo.

—¡¡Joven Bakugō!! — acercó hasta él subiendo una escalera—. Vaya, esto es demasiado —se refirió al bozal y su encadenamiento, dicho esto al menos le quitó el protector.

Después de hacerlo ni siquiera tuvo la capacidad de volverle a dirigir la palabra, su rostro parecía el de un auténtico demonio lo que sin duda sorprendió al héroe.

—¡Tú, sonrisitas! —Hanamoto le sonrió haciéndole honor a ese mote, había sido ascendida de un animal a un gesto—. ¡Basta ya de sonreír, maldita sea! ¡¡Sólo jugaste conmigo en la pelea!! Me hiciste creer que podía ganar cuando pudiste vencerme con ese ataque tuyo en cualquier momento, ¿¡verdad!? ¿¡Querías que quedara en ridículo!? ¿¡Me subestimas!?

Si no hubiese estado encadenado definitivamente hubiera saltado tras de ella. Muchos de los presentes no pudieron sino contener sus agradecimiento de que lo estuviera, no querían lidiar con una situación imprevistamente violenta frente a las cámaras.

—¿Eh? —Hanamoto se acercó al otro extremo—. Lo consideré de acuerdo a lo que había visto, pero sin duda usted fue un tanto más de lo que prefiguré, no lo subestimé —no pudo negar que sí jugó un poco—. Así que, no diga algo como eso y disfrute que usted también ganó, por favor.

—¿¡Qué!? ¿¡Y según tu lógica como me calificaste!? ¿¡Debajo del estúpido dos cara que ni siquiera tuvo el valor de continuar con nuestra pelea!? —Todoroki se encogió y Hanamoto ladeó su cabeza hacia un lado.

—Justamente.

—¿¡Quieres morir!? —All Might sólo se quedaba de lado esperando que al menos se pudiera desahogar—. ¡Peleemos de nuevo! ¡¡Esta vez te venceré sin dudar, sin juegos!!

—Ah, no tengo problemas con eso. —Levantó los hombros, no tenía percance alguno con aceptar—. Mientras no sea de manera que pueda meterme en problemas con la academia o una pelea clandestina aceptaré con gusto —reprimió un "como sea seguiré ganando" para apaciguar el enojo de su compañero, pero de todos formas lo expresó con una sonrisa.

Sus palabras no bastaron para controlar la furia del cenizo, sin embargo, ella ya había aceptado lo que le propuso. Bakugō esta vez continuó fulminando a Todroki con la mirada a lo que él no le prestó atención.

—¡Uhmm! —Soltó el héroe interrumpiendo los refunfuños de su alumno—. Bueno, supongo que este es el verdadero espíritu de la juventud; el experimento de emociones fuertes como la rivalidad derivada por una competencia y también saber cuando cooperar con la misma persona, ¡los jóvenes evolucionan rápido! —Recordó sus esfuerzos en la U.S.J.—. La futura generación de héroes sin duda alguna está en buenas manos —sacó la medalla colocársela pero él se rehusó a que se le colocaran.

—¡¡No la quiero!!

—¡Aún así llévala! ¡Llévala como una "herida" o una "motivación" para lograr sobrepasar tu nivel y ser el número uno de manera justa la próxima vez!

—¡Dije que no la necesito!

All Migth intentó ponerle la medalla a fuerza, Bakugō se resignaba a llevarla para al final terminar con ella colgada en la boca y volver a ser incapaz de hablar.

Sin que el héroe pudiera abrazarlo debido a su situación pasó a la última ganadora siendo recibido por una mirada fija a sus ojos que no expresaba nada y le transmitió un escalofrío en su espina dorsal.

—¿Qué hay con esa mirada, joven? —En ese momento estaban a una altura casi nivelada.

—¿Uh? ¿No quiere que lo mire? —No era la primera vez que alguien se quejaba de su mirada—. Como sea —se puso de pie para que su compostura fuera más formal—, por favor no me abrace ni me diga un discurso motivacional, señor héroe.

—¿¡Uh!? —Hanamoto sólo agachó la cabeza esperando que le colocará su medalla, viendo esto él así lo hizo—. ¡Ya había preparado mis palabras con anticipación! Al menos permiteme decirte la introducción.

—Oh, eso suena a que será extenso, paso. —Empezó a juguetear con su premio—. El tiempo es valioso, por favor resumalo en una oración. No un párrafo, eh, una oración. Gracias.

All Might entendió a lo que se refería –o lo que quiso creer–, ella no quería que gastara su tiempo heroico. Intentó recortar sus palabras lo más que pudo, al hacerlo suspiró.

—Joven —la mencionada estaba absorta en el color dorado brillante de su medalla—, ¡felicidades por obtener el primer lugar! Sabía que lo harías, estoy orgulloso de tu logro.

—Lo agradezco, buen resumen —canturreó sonriendo a la par de levantar su rostro—. Por cierto, ¿esto es oro real? —señaló su cuello enseriando su expresión—, porque honestamente no lo parece.

—¡No dejas escapar nada, uh! —El héroe comenzó a reír.

—Eso no es una respuesta a mi pregunta, ¿es real o no? —All Might le revolvió el cabello—. Abstengase, abstengase, acabo de peinarme, sabe.

Tantas explosiones en su pelea la habían despeinado. All Might no le hizo caso a ninguna de sus peticiones ni respondió su pregunta así que se rindió ante él.

—¡Y ahí los tienen! ¡¡Este año son estos tres!! —Vociferó el hombre en cuanto terminó de entregar las medallas—. ¡Sin embargo, presten atención chicos! ¡¡Había la posibilidad para todo el mundo para estar de pie aquí!! ¡Es tal y como lo han visto con sus propios ojos señores y señoras! ¡Ellos compitieron y se motivaron entre sí! ¡¡Todos subieron más alto, llegando más lejos!! ¡¡La siguiente generación de héroes seguramente hará brotar la semilla plantada de este día!! —Todos estaban atentos al discurso motivacional del héroe—. ¡¡Y junto a ese sentimiento añadiré una cosa más!! —alzó un dedo al cielo—. ¡¡Chicos, diganlo conmigo ahora!! —al hacer esta petición ya todos estaban listos para recitar el lema de la academia—. ¡¡¡Buen trabajo!!! —exclamó con fuerza mientras detrás de él se escuchaba el coro de "Plus ultra".

—¡All Might ese era el momento obvio para un plus ultra!

—Oh, pero... Pero pensé que apreciarían un "¡buen trabajo!" ya que han trabajado tan duro...

El festival deportivo llegó a su final luego de un emocionante y agotador día. Lo que significaba que por fin podría darse un bien merecido descanso.

«¿Hace cuánto no tenía un para de días libres?».

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