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Luego de exhaustivos entrenamientos de preparación el día del gran y esperado festival deportivo había llegado creando un ambiente de ansiedad mezclada con emoción, a sabiendas de que el evento daría comienzo profesionales de todo el país se encontraban en el festival con la intención de reclutar a los más sobresalientes.

Ese año en especial era toda una locura, usualmente el foco del evento eran los de último año, sin embargo ese año era distinto. Los "recién llegados" de primer año habían acaparado la atención del público debido al encuentro anterior que había tenido la clase 1-A con la liga de villanos. Todas las personas que se habían reunido en el púlpito querían ver el verdadero potencial que tenían la futura generación de héroes. Querían ver a esos jóvenes novatos que se habían enfrentado cara a cara contra el terror y lograron sobrevivir.

De entre la gran cantidad de participantes la morena se encontraba nerviosa de más; quería ganar, lo necesitaba, pero dudaba de su capacidad. Movía las manos ansiosamente tratando de alejar los nervios. Muchos de sus compañeros se encontraban en la misma situación que ella, algunos otros estaban más calmados o simplemente parecían no ser afectados por el sofocante calor que los rodeaba.

De entre la última categoría probablemente la que más podría adaptarse como pez en el agua a ese tipo de situaciones era la Hanamoto. Como la joven ya estaba acostumbrada a ese tipo de circunstancias no era de extrañar que no fuera presa del pánico escénico y sus derivados.

-¿De dónde sacaste ese takoyaki, Hana-chan?

Uraraka se había percatado de que extrañamente su compañera solía estar masticando.

La mencionada paró de comer para poner sus ojos sobre la contraria, rumió durante un par de segundos antes de contestar con somnolencia; -Afuera tienen puestos con diferentes tipos de comida -respondió irguiendo los hombros para volver a comer sus bolitas de pulpos-. Resumamoslo en que fueron amables y me regalaron algunos.

La verdad era que los pensamientos de los vendedores eran más honesto que sus palabras; ellos apostaban a su favor así que la comida era un incentivo. Incluso en ese tipo de eventos escolares las apuestas eran regulares, y en esas apuestas habían favoritos, a Hanamoto poco le importaban las terceras intenciones no mencionadas, pero tampoco planeaba poner más nerviosos a los otros.

«Aunque no lo hago por amabilidad».

La morena rió al escucharla, a su parecer la pelinegra era de lo más interesante. Ella comía mucho, tantas cosas diferentes, que parecía que masticar era su ejercicio y pasatiempo favorito.

-Hana-chan sólo piensa en comer.

Ella negó metiéndose otra bolita de pulpo a la boca.

-¿Eh? Eso no es cierto. Ni siquiera lo pienso, sólo lo hago.

-¡Pero está bien, está bien! -resolvió Uraraka moviendo las manos-. Todos pensamos en las cosas, momentos y seres que más amamos, ¡por ese motivo pienso siempre en mis padres! -La morena deslumbraba decidida a ganar olvidando sus nervios-. Mis padres... son mis fuentes de motivación. ¿Acaso tú no piensas en tus padres también, Hana-chan?

Sin saberlo sus palabras dejaron confundida a la contraria. Lo había malentendido por completo.

-No -respondió con sencillez sin pensarlo dos veces, sin mostrar ninguna reacción.

En cambio Uraraka se sorprendió por esa frivolidad.

-¿D-de verdad? -preguntó sin poder creerse lo que oía.

-Sí.

-¿Por qué? -la pregunta dejó su boca sin pensarlo.

-No recuerdo a mis figuras paternas -respondió con honestidad sin dejar de sonreír-. Esa es la razón.

-¿Eh?

La confusión en el rostro de Uraraka no fue una sorpresa, cuando empezó a contestar ya esperaba eso. Probablememte su faceta de princesa rica-brillante se había convertido en el de una trágica ante ella, no había calculado que eso sucediera. «Bueno, qué más da».

-Bueno... sin ellos literalmente no habría podido existir así que no puedo decir que no los tengo. Sólo que no sé quiénes son, si siguen vivos o no, su paradero y ese tipo de cosas, así que no puedo tener un apego a personas que no conozco.

-Yo... no tenía idea. Lo siento, Hana-chan.

Un dejo de tristeza se escuchó en su tono de voz, sintió culpa por haber tocado un tema tan frágil. No obstante Uraraka no sabía si a Hanamoto le molestaba o incomodaba ese tema pues en ningún momento había cambiado su expresión. En cambio ella puso una expresión de angustia lamentando el no poder reprimir su curiosidad. No podía imaginarse una vida sin tener a los seres que más amaba en el mundo, esos que su compañera nunca los había conocido, no había sido capaz de sentir en su vida el amor paternal.

Entonces vio la diferencia entre ambas; Hanamoto podía ser rica, pero carecía del amor y el afecto que a ella, siendo pobre, le sobraba.

Hanamoto por su parte entornó su cuello. A ella no le importaban esa clase de temas de conversación, nunca tuvo interés en saber cómo o quiénes eran su padres, tampoco había intentado recordarlos. No le importaban esas personas. No podía hacerle falta algo que jamás había tenido.

-¿Por qué se disculpa, Uraraka?

-... Por lo de tus padres -dijo, casi como si se lo preguntara también-. Pensé que te podías haber sentido mal debido a mis preguntas.

-¿Eh? ¿Por qué? -En realidad no se entendían mutuamente-. No tiene importancia, fue sólo una pregunta que obtuvo una sincera respuesta de mi parte; así que está bien, está bien.

Como a todo le restó importancia brindándole una sonrisa serena.

-Yo...

Hanamoto no entendía los sentimientos Uraraka, tampoco su reacción. Lo que sí sabía era que los ojos de su compañera se estaban cristalizando y ella no se especializaba en manejar ese tipo de situaciones emocionales. Tenía que tratar de evitar el llanto de la castaña, pero tampoco sabía del todo cómo hacerlo. No podía ofrecerle de su comida porque ya se había acabado, ni abrazarla porque quizás eso sólo lo empeoraría, y si sólo la ignoraba sería borde y descortés de su parte.

Honestamente, ella podía controlar las situaciones mientras no hubieran emociones y sentimientos desbordantes de por medio. Esos momentos sentimentales carecían de su reconfortable lógica.

Entonces recordó que los ojos castaños se iluminaban al hablar de sus padres y cuánto los quería, sin estar del todo segura asociaba ese brillo con un astibo de felicidad.

-Sus padres -habló Hanamoto llamando su atención- deben estar agradecidos y orgullosos de tener una hija como usted que los pone en primer lugar todo el tiempo.

No estaba segura si con eso las lágrimas que se habían formado en los ojos de su compañera se resignarían o sólo le estaba dando un motivo más para soltarlas. Al final resultó ser una mezcla de ambas cosas porque soltó un par de lágrimas que ya había acumulado, pero sonrió.

-Me alegra que pienses eso, mis padres me dicen lo mismo... Aunque también me piden que no me desviva por ello. -Carcajeó.

-Parece ser que son iguales de encantadores que usted.

Uraraka asintió seguidamente, las palabras de Hanamoto la habían alegrado aunque hace unos momentos se había sentido triste por aquella que consideraba su amiga. Quería llorar, no por culpa, sino por pena y admiración, porque a pesar de todo Hanamoto sonreía al hablar de sus padres.

Uraraka pensó que tal vez la ausencia de esas figuras la habían hecho sentir abandonada y herida. Y que ella al mentarlas había abierto esas heridas. Por alguna razón incluso se había imaginado toda una película mental sobre ello donde terminaba con la escena de una pequeña Hanamoto llorando mientras miraba el horizonte.

Su escena mental sólo hizo que su admiración hacia Hanamoto aumentara. Por otro lado, la pelinegra al leerla no pudo evitar resaltar los errores en su imaginación.

-¡Deberías conocerlos! ¡Ellos se sentirán muy felices con tu presencia!

-¿Eh?

-Por supuesto será algo embarazoso pero también lindo presentarte ante ellos, ¡seguro le caerás tan bien como a mí! ¡Después de todo Hana-chan es tan agradable y madura! -Empezó a fantasear con el momento en que la presentara a sus padres-. ¡¡Tú deberías ser Uraraka*!!

Hanamoto no tuvo idea de cómo terminaron hablando sobre eso, sólo sonrió pasivamente cediendo.

-Tú eres la Uraraka, literalmente.

-¡Hana-chan es muy linda! -Contuvo sus ganas de abrazarla.

-Se lo agradezco.

El momento fue interrumpido por la voz del presidente de la clase.

-Todos, ¿¡están preparados!? ¡Estamos programados para comenzar enseguida! -anunció Iida rígidamente.

Entonces Uraraka tuvo una peculiar curiosidad sobre algo más. No podía contener su interés, la pelinegra al ver como resaltaban sus ganas de hacer más preguntas hizo un gesto como si le diera un pase libre. De todas formas no estaban haciendo más que esperar, a ella no le molestaba resolver sus dudas mientras pudiera.

-Entonces, Hanamoto, la persona que te cuida, ¿es un familiar lejano?

-No, no tengo ninguna vínculo sanguíneo con la señora Hanamoto. -Negó-. Sólo he estado a su cuidado desde que recuerdo -omitió que su "desde que recuerdo" no era más que un período de unos 5 o 6 años atrás-, le debo mucho, por no decir simplemente todo.

Uraraka relajó sus facciones, Hanamoto era aún más interesante de lo que creía. Aunque tuviera muchas preguntas y un montón de curiosidad esta vez sí las pudo aguantar, no era el momento para profundizar más en el tema. Nunca había pensado en Hanamoto más allá de lo superficial, por lo tanto no hubiera podido imaginar todo lo que le había dicho.

-Qué bueno. -Fue lo único que pudo decir-. ¿No es ella entonces como una figura materna para ti?

-No sé cómo es eso, empero la señora Hanamoto no encasilla nuestra relación de esa forma; ella es mi tutora.

-¿A-así es como es?

-Ah, pero -pareció recordar algo de repente- puede que la señora Hanamoto también sea algo parecido a "una motivación" para mí.

Uraraka no pensó en una respuesta más adecuada que sonreír, como si realmente estuviera muy feliz de escucharla decir eso. Ella igualmente sonrió con más ligereza. Al parecer las dos le dieron un significado diferente a esa oración.

-Tal parece acabo de oír algo que no debí -dijo Asui, quien desde hacía rato se encontraba parada incapaz de interferir entre ellas.

-¡Uah, Asui! -se exaltó Uraraka-. ¿Cuándo apareciste?

-Llámame Tsuyu -pidió procediendo a extenderle una bebida de lata, Uraraka lo agradeció-. Te traje esto porque te veías nerviosa, ribbit, pero al parecer la confesión de Hana-chan hizo que te olvidarás de eso. Al parecer he escuchado, ¿un secreto?

Ciertamente cada persona estaba metida en sus propios asuntos y ellas tampoco habían estado hablando alto, así que a parte de ellas tres parecía que nadie le había prestado atención a su compartimiento de palabras. Ambas miraron a la pelinegra que no parecía estar atenta a su conversación, ella miraba al heterocromático.

-¿Un secreto? -repitió-. ¿Por qué debería serlo?, no dije nada relevante ni interesante.

-Sí lo hiciste -respondieron las otras dos a la par.

-¿Lo hice?

-Hana-chan, ¿eres tonta? -cuestionó Tsuyu, tan franca como podía ser. Uraraka sintió vergüenza por lo dicho-. ¿Alguien más lo sabe, ribbit?

-Nadie más ha preguntado -irguió los hombros, a su ver no era un tema de interés común.

-¿Ni siquiera Kirishima, Kaminari o Deku?

-También Todoroki podría ser -mencionaron a lo que parecían ser más cercanos o que pasaban más tiempo con ella-. He visto cómo se miran.

-Todoroki puede que sepa ligeramente, pero no es algo en lo que esté interesado -rumió-. Los otros simplemente no lo saben, ¿por qué preguntan?

Uraraka había descubierto que ella simplemente contaba las cosas si se las preguntaban. Tampoco era como si ella debía de andar con un letrero que diga "soy adoptada" en su espalda. Por alguna razón se sintió un paso más cercana a su compañera, el sentimiento no fue mutuo.

-¡Entonces eso lo convierte en un secreto! -zanjó Uraraka.

-¿Eh? -soltó la de ojos rojos-. Bueno, a mí me da igual.

-Qué frívola, ribbit.

Luego de decidir por sí mismas que la confesión de Hanamoto debía de mantenerse en secreto miraron al mismo lugar que la de piel más pálida.

-Midoriya.

Se encontraron con la peculiar escena de Todoroki realizando una declaración de guerra hacia Izuku. Sin duda, Todoroki Shōto era categorizado como "uno de los más fuertes de la clase A". Su poder era estremecedor, ellos lo sabían, lo habían comprobado con sus propios ojos varias veces. Midoriya contestó ante su declaración que intentaría ganar con todas sus fuerzas.

Y como si apenas se hubieran dado cuenta de que estaban en una competencia el ambiente cambió.

-¡Lo que dijo Todoroki me ha dejado con los pelos de punta! -exclamó la castaña cerrando los ojos-. ¡Buena suerte, chicas!

-Gracias, igual -agradeció la chica rana-. Mientras demos lo mejor no importa si quedamos humilladas.

-Difiero rotundamente -alegó Hanamoto mientras terminaba de agarrar su cabello en una coleta-; yo no creo en la suerte. Tampoco me permito ser conformista, nada de eso me llevaría a la cima; el conformismo te vuelve mediocre. En una competencia ser avaricioso no es pecado, es un lujo. Y con el futuro que hemos elegido viviremos en una competencia día a día.

Hanamoto no pensaría en competir si no quisiera ganar.

A pesar de decirlo sólo por hacerlo, sus palabras motivaron de más a la chica de la gravedad. Tal vez era porque hablaba como alguien experto en el tema o una persona madura, pero sus palabras siempre estaban cargados de una sensación electrizante y motivadora.

El que ella fuera a por el premio mayor las ponía a ambas como sus rivales.

A medida que se acercaban a la puerta que los haría llegar a la arena donde se desarrollaría la primera prueba del festival deportivo podían escuchar con más claridad el barullo que se formaba por la aparición de su clase. Miles de personas se encontraban en las gradas, personas que observarían el potencial de los futuros héroes.

Present Mic presentaba eufóricamente a las clases de primer año, notoriamente, y para disgusto de algunos, se concentró a drede en los estudiantes de 1-A. Al salir pudieron notar el asaz fervor de esa multitud de personas engullirlos, los nervios se hicieron notar en unos cuantos que no habían sido, ni esperaban ser tan pronto, contemplados por tal multitud de personas.

No sólo los verían los que estaban presentes en ese lugar, sus batallas también serían transmitida por televisión a nivel nacional. No por nada aquél ostentoso evento sustituía en records a las propias olimpiadas de Japón.

Apenas salir la joven Hanamoto empezó a buscar entre el público a su tutora, prontamente se resignó. Ella le había dicho que iría y su palabra era más que suficiente. Aún si no iba la podría ver en televisión, pero se preguntaba si podría ir.

-Pensé que darías algo de competencia, perra -comentó burlonamente Bakugō al notar como ella paró su caminar empezando a divagar entre las gradas-. Creí que habíamos entrado en tu área, ¿no que te gusta la atención y ahora que la recibes te acobardas?

Hanamoto abrió la boca, automáticamente la cerró sin formular ninguna palabra, al verla Bakugō iba a mofarse más pensando que le estaba dando la razón pero ella simplemente amplió su sonrisa. Por supuesto estaba acostumbrada a ese tipo de situaciones, aún si esta vez la atención que estaba recibiendo era superior.

-Nunca he experimentado tal cosa, ¿cómo podría mantener mi cabeza en alto si me intimidara recibir tanta atención? -Negó formando una contorsión con su boca-. ¿Usted está nervioso, Bakugō?

El nombrado sonrió ladino, como si para él ese bullicio fuera como si le estuviesen alabando.

-El pánico escénico es para los perdedores -enfatizó-. Ganaré sin problemas.

-Tan confiado, tan heroico -canturreó-. Desafortunadamente, no permitiré que eso suceda.

Bakugō le miró arrogantemente, intentó mirarla por encima pero su altura y posición se lo impidió.

-Sé que ganaré, no tengo dudas -
aseguró-. Ustedes son sólo un relleno; extras en mi show.

Aquella abrupta arrogancia provocó una sonrisa en Hanamoto, como si fuera lo que esperaba. Esa sonrisa extrañó al cenizo.

-Me encargaré de ser el obstáculo que le impida alcanzar la victoria -dijo con seguridad-. Perder es un lujo que no me puedo dar.

-Esta vez te verás obligada a dártelo -aseguró-. Ya que tanto ladras será mejor que también muerdas. Tú fuiste quien superó al dos caras, no vayas a decepcionarme, estúpida.

-Oh, así que ya ha fijado su mirada en mí -sin previo aviso se acercó a él, sus ojos se encontraron-. Procuraré mantenerlo interesado -sin decir más dio la vuelta alejándose de él.

Sin que ella lo supiera desde hacía un año Bakugō sentía que debía por sí mismo comprobar el poder de su compañera, aunque nunca hubieran luchado contra el otro sentía como si hubiera perdido ante ella aquella vez y eso era algo que no se podía permitir. Ya sabía que su quirk era el del movimiento y había dado una breve demostración de que tan bien lo manejaba sin mostrar de más. La había visto en U.S.J., sabía que ella sería un hueso duro de roer. Todavía no lo había demostrado, pero no por nada Hanamoto era «"la prodigio de su clase"».

-¡¡Bien, bien, jueguen limpio!!

La heroína +18, Midnight, quien sería el árbitro principal, hizo su acto de presencia sacudiendo un objeto que algunos fingieron no reconocer.

-Espera, ¿+18? ¿Aún cuando esto es sólo una preparatoria? ¿Eso está bien? -interrogó Tokoyami.

-¡Silencio! -ordenó la mujer sin paciencia-. ¡¡Mi permanencia aquí está perfectamente bien!! -sentenció no muy feliz de que cuestionaran su precesia allí-. ¡¡Ahora jugadores representantes!! ¡¡Bakugō Katsuki de la clase 1-A, un paso al frente!!

Sus compañeros miraron con desosiego al mencionado. Sabían que si lo hacían pasar se iba a zanjar como el vencedor metiendo a todos los demás en el mismo saco de arrogantes.

Bakugō pasó adelante subiendo a la tarima sin dudar.

-¿¡Ehhhh!? ¿¡Nuestro representante es Kacchan!?

-Él quedó primero en el examen de admisión, ¿recuerdan?

La joven miró con atención al cenizo, no se veía tan molesto como "normalmente" lo hacía.

-Yo juro que... -comenzó a hablar- voy a quedar en primer lugar.


Ese juramento conciso y orgulloso creó conmoción entre los estudiantes que participaban, el chico recibió abucheos de parte de todas las otras clases. Los demás estudiantes de su clase se impactaron aunque ya esperaban algo similar.

-¡¡Oh, hombre, sabía que él iba a...!!

-Ustedes serán perfectos peldaños -aseguró arrogantemente.

-¡¡No apuesten a la suerte clase 1-A!!

-¡Hijo de puta...!

-¿¡Por qué insistes en degradar nuestra imagen!? -Iida estaba desesperado.

Bakugō volvió a su lugar ignorando la algarabía que causó. Hanamoto aplaudió amodorrada, viendo cada paso dado por él.

-¿Aplaudes?

La de piel pálida miró a Sero, le sonrió y volvió la mirada al frente.

-Bakugō les está apabullando para que compitan contra él e intenten vencerlo -respondió sin incluirse a sí misma-. Él sólo quiere competencia, supongo.

«Y le daré tanta que tendrá que tragarse sus palabras».

Sero también parecía algo animado, estaba dispuesto a ganar. Todos lo estaban.

Y con esas palabras por parte de el estudiante Bakugō, el festival deportivo de la afamada academia Yuuei había dado comienzo.

Midnight anunció que podían moverse directamente al primer evento de ese año: la carrera de obstáculos. Una carrera de casi cuatro kilómetros por el estadio entre las 11 clases, sin reglas -mientras no salieran de la pista todo estaba permitido-.

Hanamoto podía sentir como los movimientos de algunos corazones próximos a ella se volvían cada vez más bruscos, mientras más larga se hacía la espera más se aceleraban. También notó que pata la cantidad de personas que estaban allí la puerta resultaba estrecha, y sobre todo se dio cuenta de las intenciones de algunos "no tramposos".

Ella tenía los ojos fijos al frente esperando el momento en que el color del semáforo improvisado cambiara a verde anunciando que podían iniciar, desgraciadamente para alguien que era capaz de leer mentes estar rodeada de tantas personas no era lo mejor. Los pensamientos ajenos de las personas que estaban en su campo de visión llegaban a su cabeza causando una algarabía, en ese momento a Hanamoto no le importaba lo que pensaran así que cerró los ojos.

-¡¡Comienceeeeen!!

Aquél grito fue suficiente para hacer que el tumulto de personas empezaran a correr sin importarle a quién tuvieran que empujar. Mas no muchos pudieron avanzar gracias a un inesperado filtro; Todoroki aprovechó el "todo está permitido" para congelar el suelo dejando los pies de los otros competidores pegados a el mismo.

Teniendo eso en cuenta y sin querer formar parte de ese babel Hanamoto se agachó hasta tocar el hielo que cubría sus pies, con un roce de sus dedos el hielo a sus pies se destruyó liberándola. Hecho esto entornó sus ojos y sobrepasó a los que estaban delante de ella incapaces de avanzar, no tenía ganas de perder en la primera prueba, pero aún así quedó un poco detrás de Todoroki.

-¡No voy a caer en tus estupideces, Todoroki! -exclamó Mineta quien, sorpresivamente, había anticipado ese ataque-. ¡Ahora porqué no te tragas mi movimiento asesino! ¡Grape...!

Y entornando el cuello hacía atrás se dio cuenta que al parecer todos los de su clase ya conocían los trucos del bicolor pues todos habían logrado zafarse de ese hielo, eso o Ashido los había ayudado. También se dio cuenta que las palabras de Minoru fueron interrumpidas por la repentina llegada de un robot quien lo golpeó de manera que lo mandó a volar.

-Objetivos detectados... ¡múltiples!

Al robot hacer acto de presencia Hanamoto escuchó como lo comparaban con los robots a los que se habían enfrentado en el examen de admisión, con la única diferencia de que estos hablaban, pero al tener un tipo de examen distinto al de la mayoría ella no pudo confirmarlo.

-¡¡¡Todoroki de la clase 1-A ha seguido adelante y bloqueado a los otros de un solo golpe!!! ¡Ese chico es duro!

Si Todoroki avanzaba tanto ella no debía quedarse a analizar y perder el tiempo.

El primer obstáculo de la prueba se encontraba delante de ella, un villanobot gigante. Giró la cabeza hacia un lado viendo como Todoroki ya había acabado con unos cuantos por lo que llevaba la delantera, por lo mismo decidió cerrar la breca entre ambos.

La muchacha se trasladó con prisa hasta encima del robot y puso su mano en la parte trasera de éste, al hacerlo una onda invadió su interior por lo que las piezas del robot salieron disparadas llevando consigo otros robots. Vio como Todoroki pareció mirar detrás de sí y lo saludó amigablemente con la mano empezando a correr detrás de él, o más bien, saltar burlonamente.

-¡¡¡Hanamoto, igualmente de la clase A, acabó con varios villanobots de un parpadeo!!! ¡No pude ni ver su ataque!

Los comentarios de Present Mic molestaban e impacientaron p a Bakugō quien se negaba a dejar que ellos tomaran la delantera con facilidad. Con eso en mente creó una onda de explosiones por todo el cuerpo del robot levantándose a sí mismo pasando por encima de él, dio sonrisa ladina.

Los alcanzaría, estaba seguro de que ganaría.

-¡¡Y Bakugō de la clase 1-A ha abandonado el suelo y saltado sobre sus cabezas!! ¡Qué astuto! ¡La clase A parece ser la más ágil!

-¡Lo sabía, con una personalidad como la tuya no hay forma de que no fueras a... -la voz de Sero y Tokoyami hizo que Bakugō perdiera su sonrisa- explotar el camino!

-Gracias por el empujón.

El cenizo chasqueó la lengua al darse cuenta que les había ayudado sin intención. Continuó creando explosiones para avanzar.

Hanamoto miró lo que sería el segundo obstáculo; era avanzar utilizando una cuerda, u otro método, con el objetivo de llegar hasta el otro lado, pero si caían estaban fuera. Y pata cuando llegó ya Todoroki había estado avanzando cómodamente, por otro lado Bakugō le pisaba los talones. Al menos esta vez en la prueba no habían robots.

Podía controlar su equilibrio como para que fuera imposible el caerse, pero sólo se inclinó para intentar visualizar el otro lado del cañón y así llegar hasta allí. Acercándose un poco más pudo hacerlo, pero aún así, al momento de terminar la segunda prueba Todoroki ya estaba avanzando.

Observó lo que consistiría la tercera y última prueba; un campo minado.

-¡¡Deja de pensar tanto!! -un grito avisó la llegada de quien se convirtió el segundo a la cabeza-. ¡Esta es mi área!

Bakugō la sobrepasó mientras daba una sonrisa de lado. Hanamoto no se preocupó, en cambio con una mano tocó el suelo sintiendo los lugares exactos en los que estaban posicionadas las minas, entonces avanzó.

Todos trataban de tener cuidado de las trampas sin tardar de más como para para quedar en la última posición de la carrera. Los dos principales a la cabeza: Todoroki y Bakugō se atrasaban entre ellos para adelantarse al otro. Hanamoto, estando en el tercer lugar, se lo tomaba con una exagerada calma mientras sonreía estando segura de cada uno de sus pasos.

Más una gran explosión muy por detrás de ella hizo que dirigiera su vista hacia atrás, y a la vez que avanzara su paso.

Como todavía no controlaba del todo su quirk Midoriya tenía la habilidad de poder adaptarse y utilizar las cosas que lo rodeaban a su favor. Y así lo hizo.

-Midoriya de la clase 1-A se une a la acción... ¿¡¡usando ondas de choques!!?

Estaban, los tres chicos, más que cerca de la meta. Hanamoto por su parte no estaba tan detrás, podía hacerlo tan fácil como detener los movimientos de cualquiera que estuviera en el área y adelantarse, pero ni siquiera consideró esa opción. Ella sólo fijó sus ojos en el cenizo.

-Exchange.

Y al hacer eso intercambió su lugar con Bakugō dejando a un muy confundido y molesto chico detrás.

Cuando vio como Midoriya, que estaba a punto de cruzar la meta, empezó a descender hasta tocar el piso sonrió para cumplir con su palabra de darle una mano. Movió la mano de atrás hacia adelante proporcionándole un pequeño empujón al de ojos verdosos, ese empujón fue suficiente para que él fuera el primero en cruzar la línea de llegada.

Rápidamente puso sus ojos en el bicolor y repitió el mismo acto que realizó con Bakugō quedando así en el segundo lugar de la primera prueba.

¡Midoriya izuku!! ¡¡Este será un nombre para recordar!!

Sonrió más abiertamente escuchando las exclamaciones del público. Al menos ya había cumplido con ayudarlo a grabar su nombre como ganador de la primera ronda.

Puesto que no era la prueba decisiva en realidad no le importó no quedar en primer lugar por esa vez.

-¡Tú...! -Bakugō maldijo entre jadeos, miró con furia a la chica-. ¿¡Qué... Qué mierda hiciste!?

Hanamoto le miró sin gracia, Bakugō por un momento sintió que lo miraba desde arriba con arrogancia. Ella ni siquiera se mostraba cansada.


-Intercambié lugares, primero con usted -dirigió sus cuencas al heterocromatico-, luego con Todoroki, así fui capaz de obtener el segundo lugar.

-E impulsaste a Midoriya -recalcó Todoroki sin entender porqué alguien como ella dejaría que otro ganara.

Ella asintió repetidamente, no era un hecho que tratara de ocultar.

-¿Qué puedo decir? Está impuesto en mí ser condescendiente.

El cenizo se encontraba furico, buscaba un pretexto para no echarse la culpa a él mismo y lo encontró.

-Es tu... ¡es tu jodida culpa! ¡Por ti no llegué en primer lugar y ganó ese Deku! -Le señaló bruscamente-. ¡Maldita!

-¿Y qué si lo hice? ¿Me acusará aún cuando en un juego sin reglas no hay trampas? -inquirió sarcásticamente-. Aún si no hubiera intercambiado lugar con usted no habría podido ser capaz de rebasar a Todoroki o Midoriya. Sólo acepte su cuarto lugar, es sólo el inicio.

Bakugō se contrajo y ella sonrió ante esa reacción. Esto no hizo más que irrirarlo. Por otro lado Todoroki, con los ojos puestos en ellos, se sentía molesto también. Recordó el momento en que Hanamoto cambió de lugar con Bakugō, cuando ella posó sus orbes en él sintió una inconsciente hostilidad en su mirada. Al mismo tiempo recordó la sonrisa sádica que mostró cuando empezó a despedazar a Nomu. No encajaban nada con la sonrisa que tenía justo ahora, mientras lo saludaba. Pero sí se parecía al tipo de mirada y sonrisa que le proporcionó la primera vez que le dirigió la palabra.


Después de echarle un ojo a los resultados, en donde ella había quedado en el segundo lugar de cuarenta y tres, la segunda prueba estaba a punto de ser revelada.

-¡¡¡Admiren!!!

Y la prueba sería caballería humana.

La heroína presentadora explicó brevemente lo que tenían que hacer, todos recibirían puntos basado en su actuación en la prueba pasada: si la persona quedó en en lugar cuarenta y dos su cabeza valdrá 5 puntos, si es el cuarenta su cabeza valdrá 15 puntos, y así sucesivamente.

-Con excepción del primer lugar que su cabeza tendrá un valor de... ¡¡¡diez millones de puntos!!!

Y por esa revelación instintivamente tdos los ojos se centraron en Midoriya Izuku demostrándole que todos irían a por él. Todos los ojos estaban puestos en él por haber ganado la primera ronda.

«Oh, si alguien quiere ganar sólo necesita su banda, así que tiene lógica... Un "todos a por ti" suena divertido.» razonó mentalmente la Hanamoto.

Mediante su lógica la joven decidió no hacer equipo con Midoriya ni aunque se lo pudiera puesto que no quería "ayudarlo más que eso" ni tampoco quería ser opacada por él en esa otra ronda. Entonces Hagakure, Sero, Rikidō y Kyōka la rodearon pidiéndole unirse a su equipo, así que ella lo pensó.

El tiempo asignado para formar los equipos avanzaba y Midoriya se desanimaba cada vez más al ver como todos se alejaban de él. En una desesperada busqueda de ayuda miró a Hanamoto, como si le implorara con la mirada que se uniera a su grupo, al ver esto la peligra le sonrió y levantó su pulgar deseándole buenas vibras. Se negaba a entrar en su equipo pero le daba ánimos desde lejos.

Recibió un halón de su chaleco sacándola de el medio de ese grupo. Cuando se giró pudo encontrar con un sonriente Kirishima.

-¡Bien, Hanamoto será la última integrante! -le anunció confiado a Bakugō. Ambos se miraron-. Estaremos con Bakugō, es bastante bueno en lo que hace. Ah, pero no serás el jinete, Bakugō nunca lo permitiría. -Se dirigió esta vez a la chica que prácticamente había arrastrado.

-Eso no sucederá -fue la respuesta que recibió de ambas partes.

-¿Ah?

-La cabello plano no entrará en mi juego -zanjó Bakugō.

-¿Eh? ¿Bakugō tiene envidia de que mi cabello es más fácil de manejar y tiene más brillo que el suyo?

-¿¡Qué dijiste!? ¡¡Tu cabello es como tú, sin personalidad!!

-¡Pero si ella es quien aportará el equilibrio al caballo invencible! -Los interrumpió Kirishima tratando de convencer al cenizo-. ¡No pongan la envidia en medio!

-¿¡Envidia de qué parte!? -se enojó Bakugō-. Ella no estará y punto.

-¡Oye, espera Bakugō! -Pero Bakugō no le hizo caso, por esto suspiró-. Lo convenceré, él es bastante racional cuando quiere.

-Está bien, no tiene qué hacerlo, Kirishima. -Puso una mano en su hombro-. Gracias por intentar integrarme a su equipo, pero no tienes que convencerlo, así que puede ir con él. Como sea, es más interesante ir en su contra.

Kirishima sólo resopló dudando del porqué estaban tan resentidos entre ellos -como máximo esperaba tener que convencer a Bakugō, pero si ella tampoco quería era un caso más complicado-. Incluso cuando logró que Bakugō fuera la cabeza de su caballo y estuviera dispuesto a formar equipo con Kaminari y Seto quedando así el espacio de la Hanamoto, uno que tendría que rellenar.

-Entonces encuentra un equipo apropiado, ¡no vayas a perder! -Puso su puño delante de Hanamoto.

-De ninguna manera, ustedes tampoco lo hagan. -Ella imitó su acción y chocaron los puños.

Acto seguido Hanamoto empezó a caminar teniendo en claro a donde iría. No era uno de su curso, ni siquiera de su departamento. Había sido guiada por unos pensamientos bastante retorcidos.

Al ver que alguien estaba frente a él levantó la vista encontrándose con la compañera de aquellos que formarían parte de su caballo. Pensó que se dirigiría a ellos, pero sus rojizos ojos estaban fijos en el ojeroso. Lo recordaba vagamente porque un par de semanas atrás él había ido a declararle la guerra a los de su curso.

-Hola, ¿no es usted el joven de educación general? -preguntó-. Bueno, no me importa lo sucedido en aquél entonces por si cree que he venido a vengarme. Es más, una alianza con el departamentos heroico durante esta prueba, ¿no le suena bien? Porque estoy dispuesta a hacerlo con una condición.

La joven sonrió. El de mirada liliácea primero la miró con aburrimiento y luego la observó severamente. Aún así fingió desinterés.

-Ah, eres la chica del departamento de héroes -dijo volviendo su mirada-. No te he pedido que te unas a mí, no tengo que aceptar condiciones. Y esa no es la forma de pedir las cosas.

-Lo sé. -Por su arrogancia él le prestó atención-. Justo ahora no importa, de todas maneras le falta alguien para que su caballo esté completo. Y usted planeaba reclutarme utilizando su quirk de control mental, ¿no?, sólo esperaba que la oportunidad se presentara.

El muchacho de aspecto cansado, tanto que de alguna manera le recordaba a su profesor, se sorprendió de que supiera sobre su peculiaridad.

-¿Cómo lo sabes?

-Lo leí.

-¿Leer? ¿En qué libro? -se burló.

-En el de su mente.

Esa respuesta le llamó la atención. Entonces consideró sus opciones, que aunque no eran muchas al no tener conocidos en la prueba ni destacar podía ampliarlas gracias a su control mental. Aceptar sería ventajoso pues podría tener a otra más del departamento heroico, justo de la clase a la que le prestaban mayor atención. En especial «esa chica» podía estar en su equipo. Pero, aún así, no le daba buena espina. Y aunque no supiera si era por esa sonrisa tan relajada que parecía taciturna, por esos ojos profundamente muertos o simplemente por su fama, ella no parecía ser alguien con quien pudiera jugar.

«De hecho, sí me gusta jugar».

-¿Cuál es tu condición? -preguntó luego de meditarlo.

-Me conformo con que no intente controlar mi mente -sentenció sabiendo sus intenciones, lo había observado-. Le puedo ayudar más estando cuerda de mi estado, he podido observar su peculiaridad y es algo tétrico cómo logró pasar las prueba, ¿es usted un antisocial?

-¿Y si lo hago? -cuestionó, ignorando su última pregunta.

-Oh, no querrá saberlo -canturreó melosamente.

Hitoshi quedó algo impactado con el cambio de actitud de la chica. Primero parecía firme y luego pasó a ser más relajada, pero amenazante.

-¿Eres bipolar? -dijo con burla-. ¿En el departamento de héroes también le enseñan a hacer amenazas? ¿Esa es la forma en la que habla un estudiante a héroe?

Hanamoto extendió su sonrisa.

-Dudo que sea la manera correcta en la que un héroe o aspirante a héroe se exprese -admitió rascándose la mejilla-. Tampoco como si fuera relevante, entonces, ¿quiere averiguar qué le pasará o prefiere que hagamos el caballo y avancemos?

Él le miró intrigado, estaba dispuesto a aceptar la propuesta sólo porque lo había amenazado. Ella, según su criterio, parecía distinta a los otros de su clase. Con Hanamoto se completaba su equipo, sólo que no estaba dispuesto a ser un peón en su juego.

Ella sería la tercera estudiante de la clase A que incluiría en su caballo.

-No estarás a la cabeza -le advirtió.

-Ah, sí, usted también quiere tener la atención del público después de todo -recordó-. Y es por eso que le ayudaré a obtenerla, soy experta en ese ámbito. Lo acercaré al primer lugar.

-¿Por qué lo harías?

La pregunta de Hitoshi era bastante precisa y acertada, suponía que los de su tipo solían ser más egoísta en cuanto a la atención, y Hanamoto no era la sana excepción de ese egoísmo. Mas al ser la atención algo que le sobraba podía compartirla cuando tenía otros planes en mente. Y la mente de Hanamoto siempre estaba maquinando más cosas.

Entonces, por esa vez, estaba dispuesta a aceptar un par de miserables segundos lugares. Aseguraba no poder ser opacada por eso. Porque, como siempre, lo relevante sería la última prueba. Ese era el premio que valía y al cual aspiraba, así que estaba dispuesta a darle algo de créditos a los demás antes de llegar a ella, «debía ser amable con los otros concursantes para no verse como una persona cruel y egocéntrica». Si era insistente y despiadada no sería elegante, sería asquerosamente desagradable para los otros.

-Me pregunto si es porque soy demasiado amable -respondió rápidamente-. De todas formas todos en el equipo recibirán atención.

-Como quieras.

Hanamoto le echó un vistazo a los demás compañeros que él había "reclutado" bajo su control mental. Reconoció que estaban Ojiro y Aoyama de su clase.

-Qué tétrico, incluso parece que tiene un fetiche con los rubios y con los de la clase A -comentó sonriendo, pasó una mano delante de los que estaban bajo ese control mental-. Al final, ¿sí es usted un antisocial?

-¿Y tú una bipolar?

Se preguntaba cómo alguien con un quirk tan interesante como ese había terminado siendo enviado al departamento general. Era un desperdicio de potencial.

Pasando eso de largo, supuso que el chico tenía un plan en mente, no debía perder.

-Sabe, chico del departamento general, creí que sería de más utilidad desde ese lugar -comentó soltando el suspiro más pesado que podía fingir.

Como respuesta Hitoshi afirmó una mano en la cabeza de ella haciendo que la agache.

-Ya te dije que tengo un nombre, además tengo la banda todavía y otra de añadidura, ¿crees que pudiste haberlo hecho mejor? -cuestionó esperando una respuesta soberbiosa o un simple quejido.

En cambio Hanamoto resopló por lo bajo. Ya estaban iniciando la cuenta regresiva para que terminara la prueba. Hitoshi, por alguna razón y a pesar de querer obtener la atención de los héroes, no tenía tantas bandas.

Hanamoto había cumplido su parte; fortificó el caballo cubriendo la defensiva y ofensiva a la vez. Pudieron colaborar sin problemas porque sus actitudes no chocaban tan seguido, no como con Bakugō quien al descubrir en qué equipo estaba ella arremetió contra su caballo, pero cuando un chico de la clase B le robó sus bandas se fue contra él.

Ante la pregunta formulada por el chico ella respondió con una acción.

-Aunque diga que tiene un nombre no me dice cuál es -enfatizó-. Por cierto, logré obtener dos -dijo extendiendo su mano para pasárselas-. Una se la quité a Tesutetsu de la clase B, la otra... Puede que cuando Bakugō se dé cuenta se vuelva loco buscándola.

El chico notó lo molesto que se encontraba el de la clase B, creyó que no fue tan mala idea incluirla en su grupo. Le acarició la cabeza como si de un animal que concluyó perfectamente su trabajo se tratase a lo que Hanamoto desatendió ese acto.

-Nada mal.

Ella pasó a darse cuenta de que uno de los chicos, su compañero Ojiro, estaba ya consciente, había salido de la hipnosis pero parecía estar muy extrañado.

El tiempo límite para recuperar las bandas había caducado. Hitoshi se bajó del "caballo" dando por concluido el juego.

-Simplemente fue a por los 10 millones de puntos sin un plan, como todos los demás -opinó sacudiendo sus ropas para volver a relucir impecable-. Sus pensamientos me engañaron.

-¿Lo hubieras hecho mejor como jinete?

-Por supuesto -no dudó ni un segundo en responder.

-¡¡Ahora anunciaremos los 4 ganadores!! Primer lugar equipo Todoroki, segundo lugar equipo Hitoshi, tercer lugar equipo Bakugō...

En un giro inesperado se decidió que Midoriya y su equipo irían a la final, gracias a Tokoyami que recuperó una banda de último momento. Al oír el resultado desde su lugar pudo escuchar los gritos de enojo de Bakugō y el lloriqueo de alegría de Midoriya.

-El segundo lugar... -murmuró Hitoshi.

La miró en modo de reproche. En realidad ni siquiera había querido acercarse al caballo de Midoriya, no le hizo caso a las órdenes de Hitoshi y fue a por otros pese a que hubiera sido fácil para ella quitarle la banda a cualquiera, o a todos de por sí. Le dejó el paso libre a Midoriya sólo para que Todoroki se la quitara.

-Pasó de tener el vigésimo-séptimo puesto al segundo, ¿y se queja? -dijo con burla-. Usted tiene valor.

-Tú te has quedado estancada en el segundo lugar, eh -comentó con toda la intención de ofenderla.

Hanamoto no pensó en contestar, en cambio se fijó en alguien más.

-¿Cómo llegué hasta aquí?

-¿Ah? ¿La prueba ya terminó?

Los dos rubios se mostraron extraviados, habían despertado del control mental.

-Avanzamos a la siguiente ronda -les anunció sonriendo con lasitud.

-¿Avanzamos? -interrogó Ojiro.

-Sí.

-No recuerdo... lo que pasó durante la prueba -se quejó poniendo una mano en su cabeza, hizo un gesto de dolor.

-Es genial haber avanzado... -Aoyama parecía que iba a colapsar en cualquier momento.

Los dos rubios continuaron en su confusión, pero cada uno tomó su rumbo.

-¿Me cubriste? -Cuestionó el de notables ojeras una vez ellos se fueron.

-Ew, no. No se confunda. Sólo informé nuestro estado actual -respondió-. ¿Qué hará con ellos?

-Eso no te importa, ¿o sí?

Frente a la mirada del joven ella negó, si quedaban fuera o no por el poder mental del chico no era de su incumbencia.

-No lo intente, chico -le sugirió marchándose, tenían una hora para el comienzo de los próximos eventos.

-Así que te das cuenta, eso lo volverá más dificultoso -estaba dándole la espalda al chico por lo que no vio su cara pero imaginó su pequeña sonrisa-. Por cierto, tengo un nombre y es Hitoshi Shinsō, ¿o es que acaso los del departamento heroico son tan egocéntricos que no pueden recordar el nombre de alguien?

-Algunos lo somos. -Hanamoto rió dulcemente sin disimular su egocentrismo y la misma sonrisa que se acercó se despidió-: Nos vemos, Hitoshi.

Sin mirar atrás se encaminó a la cafetería mezclándose con los de su clase sin hablarles realmente. Caminaba con desidia, después de utilizar su quirk tenía bastante hambre.

Sin embargo, ni siquiera pudo llegar a sentarse a comer.

-¡Hana-chan! Aquí estás, ¡vamos, vamos! -Le apresuró Hagakure sin una razón que ella conociera.

Masticando negó.

-¿Ubicación? -preguntó luego de tragar.

-¡Tenemos que cambiarnos! -contestó Ashido-. Las chicas de todas las clases deben de participar en un campeonato de animadoras, ¡Yaoyorozu está creando los trajes!

La pelinegra se extrañó pues no le habían dicho nada sobre eso.

-¿Se podría saber quién les brindó esa información? -cuestionó. No tenía problemas en ponerse ese vestuario, sólo quería ganar algo de tiempo para comer lo que pudiera-. ¿Y por qué sólo las chicas?

-¡Yaoyorozu lo dijo! -explicó la invisible, la cual por su tono de voz parecía animada.

Yaoyorozu de su clase mostraba ser una vía confiable para las chicas; era la vicepresidente de su clase, con un quirk intrigante y de familia adinerada. Pese a tener un par de rasgos en común realmente no habían tenido mucho contacto, Yaoyorozu se mostraba tímida delante de ella. Desconocía el motivo, pero sospechaba que quizá porque había estado interesada en tomar el examen por recomendación y al oír de ella desistió por sus inseguridades. Hanamoto estaba acostumbrada a esas resoluciones, usualmente los rumores sobre ella causaba ese tipo de reacción entre las señoritas de su misma clase social.

Suponía que no había porque dudar, y poco le importaba hacerlo, pero de todas formas quiso acercarse a donde estaban cuchicheando Kaminari y Mineta.

-Ya debió haber creado los uniforme -mencionó Ashido.

-¡En tal caso a cambiarnos!

Por más que la emoción de Hagakure era pegajosa. Por otra parte, Hanamoto pareció repeler ese ánimo.

Ella se negaba a ir sin terminar su almuerzo, así que ambas chicas la tomaron de un brazo y la llevaron con ellas a rastras.

Al final de las estudiantes sólo las de su clase estaban haciendo de animadoras, todo porque había sido un engaño. Mineta y Kaminari habían utilizado la ingenuidad de Yaoyorozu para engañarlas. Las únicas porristas que tenían que participar habían sido las que invitaron desde Estados Unidos para aumentar los ánimos, y ellas lo necesitaban pues el ambiente de las chicas no era muy agradable, sino más bien como si una nube oscura las envolviera por hacer el ridículo.

A Hanamoto le daba igual lo que vistiera o quiénes la vieran, así que no había sido afectada. Ahora que sabía eso podría ir a reclamar su merecido almuerzo, esperaba que la cafetería todavía estuviera abierta.

-¿¡Qué pasó con la clase A!?

Las chicas vestían unos uniformes de animadoras; un top que dejaba sus barrigas a la vista y una falda más corta que las de los uniformes. Estaban haciendo "fanservice" según los comentarios de Present Mic.

Y por ellos sus auras eran sombrías. Más de una se encontraba avergonzada.

-¡¡Mineta!! ¡¡Kaminari!! ¿¡Cómo se atreven a engañarme!? -g ritó Yaoyorozu perdiendo los estribos.

-Bueno, era bastante obvio -Hanamoto posó una mano en su cadera, les echó un vistazo a los dos chicos y les tiró los pompones, que también habían sido creados, los cuales si bien no tenían mucha fuerza para darles un buen golpe ella se encargó de añadirle fuerza extra. Al menos lo suficiente como para que dudaran sobre cómo fueron creados-. Ahora a cambiarme, no haré "fanservice" gratis.

-¡No, espera! -fue detenida por Hagakure-. Como tenemos tiempo y ya estamos cambiadas, estar con un nivel de estrés no dejara cansadas. ¡Entonces no hay problema! ¡Vamos todas a participar! -oropuso saltando, tenía muchas ganas.

-Te estás divirtiendo, Tōru.

Ningún intento de que se uniera a la diversión fue apreciado por Hanamoto quien no tenía ninguna ganas en absoluto de realizar alguna extrovertida y llamativa danza. Sólo quería comer, así que se acercó al grupo de chicos que estaban menos intranquilos.

-¿Qué estúpida ropa es esa? -Bakugō dio una mueca al verla. Al notar esa grosería Hanamoto le tiró el otro pompón en la cara, ella también pensaba que era abigarrada-. ¡¡Toma tu mierda!! -Vociferó explotando lo que le tiró.

Al oírlo y sin importarle su explosión anterior se acercó bastante al rostro del cenizo.

-¿Le gusta? ¿Quiere que le preste éste uniforme? ¿O le gusta más porque lo llevo puesto?

-¿¡Qué estás insinuando!? ¡Aléjate de mí, maldita puta!

Bakugō era increíblemente fácil de molestar.

Kirishima al verla le sonrió, con las mejillas decoradas por un tono rosado. Hanamoto rotó su cuello preguntándose qué quería.

-¡Te queda! -Kirishima levantó el pulgar como aprobación-. Aunque creo que no te gusta -la de ojos carmesíes levantó sus hombros.

Hanamoto era delgada de figura y alta, aunque sus pechos no fueran voluminosos podía lucir llamativa sin caer en lo exagerado. Su uniforme incluso dejaba mostrar más que el del resto puesto que cuando lo estaban creando ella no estaba presente, por esto la vicepresidente de la clase lo hizo usando de referencia sus propias medidas para después darse cuenta que la Hanamoto era unos centímetros más alta. Además, los colores vívidos del uniforme hacían resaltar la piel pálida de la joven a la par que hacían contraste con el llamativo color de sus ojos.

Consideraba que esa vestimenta la hacía ver infantil, definitivamente no la guardaría.

-Agradezco el cumplido -le sonrió-. No es que no me guste, sólo que resulta ser incómodo para las actividades que vendrán, el uniforme de deportes es más adecuado -alegó-. La falda a parte de ser corta es de mucho movimiento, podría pelear con esto puesto, pero si fuera a dar una patada mis bra---.

-¡¡Hanamoto!!

-¿He dicho algo inadecuado?

Hanamoto miró dubitativa a un sonrojado Kirishima, creía no haber dicho nada malo, incluso midió su forma de expresarse y aún así terminó siendo reprendida por él.

Saliendo de la nada Kaminari se acercó hacia ella junto a Mineta pasmosamente tratando de mirarla desde otro ángulo.

-Esa ropa se te ve de maravilla -le halagó el rubio eléctrico.

-Deja ver tus bien formadas... -antes de que Mineta completara la frase, Hanamoto levantó una ceja- tus bien ejercitadas piernas -completó positivamente.

La muchacha sonrió satisfecha.

-¿Por qué la engañaron? -preguntó refiriéndose a su compañera-. Debido a que las chicas me arrastraron no he podido comer.

-El encanto de Hana-chan abarca la inocencia -comentó Mineta antes de irse a "ver cómo animaban sus compañeras".

-Hana-chan es linda -comentó también Kaminari-. Sospeché que sólo pensarías en la comida que perdiste, ¡así que lo compensaré! -exclamó sacando una bolsa que ocultaba detrás de él-. Te compré unos panes antes de que cerrara la cafetería -admitió esperando a ser elogiado por ser tan avispado.

-... Kaminari sí que es lindo -mencionó tomando lo que le extendió-. Se lo agradezco.

-D-de nada -terminó por decir sonrojándose. Ese no era el halago que esperaba y lo tomó desprevenido-. ¡Pero no le vuelvas a decir lindo a un chico!

-¿Por qué?

-No es tan halagador como crees, Hanamoto, ¡es mejor decir "qué varonil eres"! -opinó Kirishima.

-O genial, incluso inteligente.

-Hombre, no podrían utilizar ese elogio para ti.

-¿¡Qué dijiste, Kirishima!?

Hanamoto solía ser halagada por él por su encantador físico (aunque Kirishima también me le decía varonil), y no veía nada malo en eso.

La tercer y última prueba se llevaría a cabo luego de los eventos recreativos, como años anteriores éste sería un torneo. Harían un sorteo para decidir.

Una mano se levantó ante la pregunta de que si querían abandonar. Ojiro de su clase quería abandonar puesto que no se sentía merecedor de ese puesto, por un capricho la mediadora lo aceptó y fue suplantado por Tesutetsu de clase B para completar la cantidad de contrincantes. En cambio Aoyama, que también había actuado por control mental, no dejó que ese incidente lo afectara y prosiguió.

Las reglas fueron explicadas; el combate finalizaba cuando uno de los dos quedaba inconsciente, incapaz de moverse, salía del cuadrilátero o se rendía. En total eran cuatro rondas, quien ganaba avanzada a la próxima.

Al terminar la explicación Midoriya se acercó a la pelinegra.

-Hanamoto...

-Oh, Midoriya -se dio la vuelta y le dedicó una sonrisa-. ¿Le gusta mi vestuario?

-B-b-bueno...

Al preguntar eso el color rojo invadió la cara del pecoso. Él empezó a murmurar y mezclar cosas por lo que ella fue incapaz de entenderlo. Aunque se había acercado tan determinado pero a medio camino pareció olvidar su objetivo.

-Es broma, no tiene que responder -trató de tranquilizar ese manojo de nervios que había creado, ya le había leído la mente así que en realidad sabía lo que opinaba sobre sus ropas-. ¿Necesita algo de mí?

-A-ah, sí, verás -pudo recuperar su compostura-, durante la última prueba ¿hiciste equipo con Ojiro en la batalla de caballería?

-Ah, sí.

-... ¿Sabes que le pasó?

-Oh, sí.

-¿Me lo dirías?

Hanamoto respondía mientras contemplaba sus uñas, pensando a lo mucho que debía de emparejar el largo de éstas, así que Midoriya no supo qué pensar. Sin embargo ella dejó a sus uñas en paz y miró fijamente a Midoriya para contestar.

-Fue atrapado en un control mental -respondió como si fuera lo más normal del mundo.

Había sido más fácil de lo que el pecoso creyó. Midoriya comenzó a murmurar cosas que, nuevamente, confundieron a la chica. A veces él solía dispersarse.

-¿Por qué tú no...?

La pregunta se quedó al aire, no se tomó la molestia de terminar de formular esa pregunta por lo que ella, al no oír una pregunta concreta, tampoco pudo responderla. Se preguntaba si era un "¿por qué tú no fuiste controlada?" o un "¿por qué tú no los ayudaste?". Se limitó a sonreír.

-¡¡Vamos a mostrar las combinaciones!!

Al ver en la pantalla quién sería su primer oponente había tocado inclinó su cuello. Sabía quién era, estaban en el mismo curso y no tenía problemas con enfrentarla.

Siguiendo el orden que le habían asignado suponía que a la final se enfrentaría con Todoroki, o quizá Bakugō, en un giro del destino podía hasta ser con Midoriya. Al parecer todos con los que se enfrentaría, suponiendo que ellos avanzaran, serían sus compañeros.

Su batalla sería la última de la primera ronda, siendo su primera batalla contra Uraraka Ochako.

Se había permitido quedar en segundo lugar varias veces, pero como se encontraban en la última prueba del festival deportivo ella se vería obligada a mostrar su poder. Bajo cualquier circunstancia, estaba dispuesta a ganar.

❀.

*Uraraka significa encantadora.

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