Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 7

Patrick

Abro los ojos sólo para ver el techo blanco y percibir con más intensidad el dolor, levanto mi brazo, está vendado hasta por encima del codo, también tengo un parche en el cuello, de la pierna no quiero ni saber.

Mierda, soy un maldito imbécil.

Yo mismo me busqué esta maldita situación, pero si Andrea cree que pudo deshacerse de mí está completamente equivocado. En serio voy a ser un dolor en el culo del que no podrá deshacerse.

Puedo ser un cabrón cuando la situación lo amerita.

—Oh, está despierto —miro a la enfermera que saca una jeringa de su bolsillo.

—¿Qué es eso?

—Sólo es morfina —agarra la intravenosa de mi brazo bueno y me sonríe.

—No quiero que me pongan morfina, estoy bien.

—Bueno, pero el doctor dijo que…

—No —ella hace un ruido y clava la aguja con intenciones de inyectar.

—De todas formas tengo que ponerla —me arranco la aguja y la fulmino con la mirada.

—Dije que no —ella se lanza hacia mí con la jeringuilla en mano, ruedo por la camilla y caigo al suelo, joder, mi vida últimamente está hecha un documental de intentos de asesinato.

La “enfermera” maldice en italiano, supongo que ya sé de quién es el regalo de recuperación. Me pongo de pie y la agarro de las muñecas, ella tropieza con algo y eso nos envía al suelo, mantengo sus manos arriba evitando la maldita aguja.
La puerta se abre justo cuando ella comienza a patalear y gruñir como una loca, por suerte no es su cómplice. Raphael se ríe de mí y Maddox me fulmina con la mirada.

—Patrick, tienes que recuperarte, no puedes atacar a las enfermeras, no están aquí para complacerte.

Claro, ¿cómo no? Con esas mentes retorcidas que tienen piensan que quiero follarme a la enfermera. No me sorprende. Tienen que ser completos idiotas, ya les dejé claro que lo de follar mujeres fue una fase que ya pasé, esa mierda de la bisexualidad funciona para ellos dos y Azael, para mí no.

—¿Olvidaron que no me gustan las tías? —le golpeo la muñeca varias veces contra el suelo, Maddox saca su arma y le apunta a la mujer, ella se queda quieta.

—Cierto, es la maldita costumbre. ¿Vamos por tres intentos de asesinato o cuatro?

—Tres —murmuro poniéndome de pie, con la adrenalina del momento ni siquiera noté la frialdad en el culo, mierda, jodidas batas de hospital.

—¿Y a quien enojaste tanto como para eso? Soy el maldito Mariscal y no creo haber recibido tantas amenazas una después de la otra.

Tonterías, probablemente intentan asesinarlo todos los días, pero esa guardia especial que se carga no es una puta broma. Ni siquiera tengo que pensarlo, el único al que hice enojar fue al cabrón de Andrea, aunque supuse que estábamos relativamente bien.

Bueno, evidentemente soy un asco juzgando a las personas.

—¿A los italianos? —Maddox frunce las cejas, la mujer en el suelo agarra la jeringa e intenta clavársela al Mariscal, es Raphael quien le da dos tiros en el pecho.

Maddox guarda su arma, le da un asentimiento a mi padre mientras yo miro por todos los rincones, debieron traerme un cambio de ropa en algún momento.

—¿Dónde está mi ropa?

—¿Para qué?

—Vestirme, no es agradable tener el culo al aire —Raphael se echa a reír y lanza una broma.

—Al menos no en esta circunstancia.

—Mierda —Maddox pone los ojos en blanco y camina al baño, sale de ahí con mi ropa y la lanza.

—Bromas aparte, aún no te vas, te di la ropa sólo para que no se te enfríe el culo, pero ni pienses que vas a irte —lo fulmino con la mirada antes de comenzar a vestirme.

—¿Es en serio?

—Hay alguien intentando matarte jodidamente en serio y no vas a salir de aquí.

Y ahí está, mi padre sobreprotector, no digo que no es agradable, pero por Dios, eso también me asfixia. Tienen que dejarme espacio, cuando tenían mi edad hacían lo que querían, no tenían a sus padres encima de ellos, y probablemente por eso son así.

—Intentaron matarme aquí también —Maddox se encoge de hombros por mi observación.

—Pondré a mi guardia especial a vigilarte.

—No necesito niñeras.

—Las necesitas, toda está mierda se está volviendo loca, me avisan de que mi hijo estuvo involucrado en una explosión, y mientras estamos de camino hay una fuga en Iron Grills. No creo que eso sea al azar.

¿Hizo las dos cosas a la misma vez? Eso es una maldita sorpresa, pero bueno, bien pudo ordenar que pusieran una bomba en mi auto mientras él iba y se metía en Iron Grills.

—¿Quién salió?

—Teo Gabbana —escupe Raphael con mala cara.

Me apoyo en la camilla, mierda, el tipo por el que Maddox estuvo dos semanas en el hospital, que Raphael cazó, y tuvimos problemas para capturar a pesar de la ayuda de mi padre. Ni siquiera puedo decir que esa mierda fue mi culpa, tendría que lidiar con la decepción y no quiero eso.

Sólo tengo que atrapar a ese cabrón yo mismo, también a Andrea y su padre. A todos. No pueden saber que le di información a ese italiano imbécil que ayudó a salir a ese hombre.

Me erizo sólo de pensarlo.

—Tengo que irme.

—¿Y qué planeas hacer cuando salgas de aquí? —Raphael se recuesta a la pared con los brazos cruzados y me mira fijamente.

—De hecho, pueden ayudarme.

—¿Con qué?

—Quiero una misión y ustedes pueden conceder eso —Maddox resopla, no está contento con la petición, puedo decirlo, pero tengo que arreglar mi maldito desastre.

—¿Qué misión sería esa? Tampoco estás como para trabajar en tu estado, tienes quemaduras de segundo grado, Patrick, ni hablar de las uñas.

—También me falta una muela, pero bueno, no es jodidamente importante para disparar, las uñas molestan, pero aún así puedo hacer mi trabajo.

—Eres demasiado terco. ¿Qué quieres?

—Quiero infiltrarme en la mafia italiana —y aunque me espero la negativa de Maddox la que llega es la de Raphael.

—No, no se envían agentes cuando la identidad está comprometida, hacen buenos trabajos con el maquillaje, pero no estás apto para otra misión con ellos.

—No tomaré otra identidad, entraré como Patrick Werner —Maddox achica los ojos, al menos no ha dicho que no.

—¿Cuál es el plan?

—Tomar el control.

—Van a matarte —replica mi padre, miro a Maddox, Raphael no me sirve cuando se pone en ese plan, a pesar de toda esa psicopatía que se carga me considera suyo o algo así. No entiendo esa mierda, ya soy mayorcito como para que anden protegiéndome.

—Me matarán aquí si no hago nada, no voy a estar encerrado en mi habitación con la guardia especial, ese simplemente no soy yo.

—Imagino que tu plan no sea ser agente doble.

—No, eso no es creíble, la única forma de acercarme es si me expulsan de mi vida como militar, la única manera es desterrándome —Raphael prácticamente va a saltar sobre mí hasta que Maddox lo detiene. Bueno, gracias por eso.

—No puedes estar hablando jodidamente en serio.

—Hablo muy en serio, y nadie aparte de nosotros sabrá lo que estoy haciendo, sólo nosotros tres, para los demás la expulsión será real.

—Patrick… —gruñe.

—Maddox, no hay manera de hacerme cambiar de idea, puedo hacer esto con o sin ustedes, prefiero tenerlos de mi lado, pero…

—No vas a tener respaldo.

—No me hace falta, la última vez fallé por un espía, esta vez la información no puede salir de aquí.

—Muy bien, ¿quieres aportar una idea sobre el motivo de expulsión? —Raphael lo mira como si lo hubiese traicionado, Maddox le sonríe suavemente—. Ya lo escuchaste, es mejor que lo haga con nuestra ayuda.

—Esta es la peor idea que se le ocurrió a ese chiquillo y lo estás apoyando, no puedes ser tan jodidamente imbécil.

—Raphael, ¿crees que soy imbécil? —Raphael aprieta la mandíbula, lo que menos quiero es enfrentarlos, pero en serio necesito limpiar mi desastre—. Tu hijo es adulto, un maldito Coronel y sabe lo que hace, así que empieza a desligarte de él, que ya no es un cachorro.

—Me voy, hagan lo que quieran.

—Raphael… —él ni siquiera escucha y da un portazo, me froto la frente.

—Mierda.

—Olvídalo, es una rabieta, lidio con eso todos los días. El motivo —pide otra vez Maddox sin dejar de mirar la puerta.

—¿Qué sería lo suficientemente malo como para expulsarme? —por fin capto su atención y se encoge de hombros.

—Incumplimiento, mala conducta, uso de drogas, abuso de autoridad, fraude, abuso sexual, agente doble, tenemos para escoger.

—Agente doble, abuso de autoridad y sustancias.

—Vaya, toda una joyita para los mafiosos.

—Supongo —Maddox se acerca y me agarra por la parte posterior del cuello para que lo mire fijamente, no voy a negar que intimida.

—Eh, ni pienses por un segundo que estoy de acuerdo con esto, te ayudaré sólo porque te conozco y sé que ciertamente lo harás por tu cuenta —aprieta el agarre—. Raphael está preocupado y yo también, tienes que tener cuidado, nada de uñas, muelas o tu maldito cadáver en mi puerta. ¿Entiendes eso?

—Sí.

—¿Sí, qué?

—Sí, papá —me suelta y se dirige a la puerta.

—Bien, mandaré  a buscar los uniformes, nos vamos al Comando —Maddox se detiene al ver a mi padre, está de brazos cruzados mirándonos de forma inescrutable—. ¿Sigues aquí?

—Sigo aquí, en cinco minutos tenemos esos uniformes, pero que conste que no estoy de acuerdo.

Raphael se viste antes que nosotros y nos deja solos, incluso por el camino para salir del hospital, cuando llegamos ya está al volante del Maserati y no se ve nada conforme.

—Creo que está muy enojado.

—Ya se le pasará.

Subo en la parte de atrás con Maddox, supongo que le da espacio a mi padre para que no explote antes de tiempo, la guardia de Maddox nos sigue de cerca en dos furgonetas.

—¿Hay alguna forma de burlar a Laura? —Raphael me mira por el espejo.

—Estamos investigando cómo fue que pasó, la notificación tenía que haber llegado a tu teléfono o avisarte cuando abrieras.
Ni siquiera tengo un teléfono ahora, supongo que tendré que conseguirlo más tarde.

—Raphael, esposas —miro alrededor, ya estamos en el Comando, así que extiendo las muñecas y Maddox coloca las esposas que le da mi padre.

Muy bien, es hora de hacer esto. Tengo que ocuparme de mi desastre.

—Kim, avísale a todos, los quiero formados en cinco minutos —el guardia se va, Maddox me mira—. Todavía estás a tiempo de arrepentirte.

—No.

Desde la plataforma veo a las tropas formar completamente confundidos con mi estado, Azael tiene que ser reducido por un guardia especial y me obligo a mirar a otra parte. No puede saberlo, nadie más que nosotros tres puede tener la maldita información.

—Buenas tardes para todos, a partir de hoy haremos unos cambios importantes en este Comando —Maddi jadea y uno de los guardias se acerca a ella, Maddox se ve tranquilo, pero Raphael parece una maldita estatua desde el otro lado.

—Papá, ¿qué diablos estás haciendo?

Maddox ignora a su hijo y se coloca delante de mí.

—El Coronel, Patrick Werner, queda destituido de su cargo a partir de hoy, por abuso de sustancias, abuso de autoridad y ser un agente doble. Con absoluta inmediatez decido su expulsión de este Comando y el destierro —Maddox me arranca las insignias del hombro y luego las medallas dejándolas caer al suelo.

Maddi lloriquea y Azael se desploma, no me gusta hacer esto, pero tengo que ocuparme del problema que yo mismo cree.

—Y ni una maldita palabra más sobre favoritismo en este Comando, no me importa quien sea, no puede pasar por encima de mí.

Un guardia me lleva y sube a una furgoneta, el estómago se me revuelve cuando no puedo sentir el peso de las medallas o ver el cargo en mi hombro. Mierda, es demasiado tarde para arrepentirse. Me hacen esperar dentro un buen rato hasta que Raphael aparece y me quita las esposas.

—¿Qué hay de Maddox?

—Ocupándose de Azael, no le gustó nada el teatro y sacó un arma en cuanto te bajaron —bajo del auto y suspiro, bueno, ellos se encargarán de eso.

—No le digan…

—Nadie le dirá.

—Sé que es digno de confianza, pero… —Raphael se mete las manos en los bolsillos y mira atentamente la furgoneta, es negra, nada del otro mundo.

—Ten cuidado, no quiero enterrar a mi hijo.

—Siempre tengo cuidado.

—Bien —me echo a reír y abro los brazos.

—¿Ni siquiera un abrazo para tu cachorro?

—Mierda —gruñe abrazándome, lo aprieto contra mí, si lo agarro con la guardia baja puedo conseguir estos, lo hacía de pequeño, pero evidentemente aún funciona—. Más te vale regresar vivo o esa mierda de mafia va a conocerme.

—Voy a regresar vivo, eso no es un problema.

—Llévate el Audi.

—¿En qué vas a regresar?

—En la furgoneta.

—Nos vemos —subo al auto luego de darle una palmada en el hombro, tengo que encontrar a Andrea, pero no poseo una ubicación específica.

Decido manejar a uno de los casinos de la mafia italiana, Andrea está en guerra con su padre, pero estoy seguro de que Fabbri lo apoya por completo, me dejo la chaqueta puesta y entro. Las miradas caen sobre mí al instante, prácticamente se quedan helados, no tengo rango, pero conocen el uniforme.

Pido una botella y me siento en la barra, Andrea será avisado de mi visita, de eso no tengo duda, probablemente tenga vigilancia. Enzo confirma ese hecho.

No es tan imbécil como parece.

—Quiero hablar con Andrea —termino mi trago y dejo la botella en la barra. Enzo levanta las cejas mirándome con escepticismo. Con ese cabello rubio y los ojos grises debe ser un maldito espectáculo en la cama.

—¿Qué quieres con Andrea?

—Lo mismo que contigo —menciono lamiendo mis labios, Enzo achica los ojos, parece un poco molesto por el comentario, si supiera que eso me gusta incluso más—. Podemos llegar a eso en otro momento.

Se ríe.

—Estás completamente loco.

—Aún no saben cuánto, ahora llévame con Andrea antes de que este socio imbécil que se buscaron como apoyo sepa lo que le gusta a tu jefe —Enzo levanta las cejas—. Ya sabes, como joder con…

Bastardo —escupe fulminándome con la mirada, es mi turno de reírme.

—Sí, para toda la vida, ahora llévame con él —Enzo me agarra el brazo con fuerza.

—No más de tus malditos coqueteos conmigo, resérvate eso para Andrea.

—¿Tienes miedo de que Andrea se enoje? Puedo con ambos, cariño —lanza una maldición en italiano y me jala por todo el lugar.

—Si mi amistad con él se jode en serio voy a matarte.

Me burlo de lo nervioso que parece y nos detenemos en una oficina, Andrea está en este lugar sentado cómodamente detrás del buró. Se levanta en cuanto me ve, lleva un traje y el cabello completamente suelto.

—Patrick.

—Andrea.

—Enzo, puedes darnos unos minutos —Enzo me da un advertencia con la mirada antes de salir, tomo asiento en el sofá cuando lo señala.

—¿Qué haces aquí, tesoro?

—Hacer negocios —Andrea se acerca y me besa los labios, el toque es suave.

Tesoro, no te preocupes, será sólo un pinchazo.

—¿Qué? —murmuro justo antes de sentir el jalón en mi pelo y el pinchazo en el cuello, miro hacia arriba percatándome de Enzo, inyecta algo y Andrea vuelve a besarme, esta vez me devora por completo. Siento el ruido de la jeringa caer al suelo—. Mierda, estúpidos, podían esperar a que hablara antes, ¿cierto?

—No me arriesgo, no contigo, primero investigo qué demonios pasa y luego hablamos.

—Joder —gruño cuando empiezo a ver borroso, Andrea se arrodilla entre mis piernas y me besa el cuello, mis sentidos están tan entumecidos que ni siquiera logro captar donde está Enzo.

—Podemos hacer eso cuando quieras, no te preocupes.

—Cabrón enfermo.

Eso es lo último que digo antes de desmayarme, Andrea me recuesta al sofá y puedo sentir el peso de su cabeza en mi abdomen. Supongo que debí esperarme esto, no iba a darme la bienvenida con los brazos abiertos.

Igual, esto no afecta en nada mi plan. Que investigue y se convenza de que estoy aquí porque no tengo a donde más ir.

Estarán jodidos en unos meses.

******

¡¡Hola!! Sinceramente espero que le hicieran caso a las advertencias, esto se pondrá muy extraño.

Y aclaro la situación, es una relación de tres (Patrick, Andrea y Enzo). Así que lo que viene es en base a eso.

Hasta aquí el comunicado. Espero que disfrutaran de la lectura.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro