Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 31

Enzo

Me giro boca abajo en mi nueva cama intentando conciliar el sueño, tres días, sólo han pasado tres días desde la escenita de Patrick, al menos tengo una celda individual igual que Andrea, lindo, probablemente sea cosa suya mantenernos separados. Total, es mejor si estamos lejos, Andrea y yo somos un desastre a punto de suceder.

Todo esto sucedió gracias a ese maldito video, al estúpido de Patrick que siguió metiendo la pata hasta el final. Que idiota. Tenía una clara oportunidad de arreglar las cosas y decidió volver como un buen Coronel.

Era obvio, fui yo quien se engañó, esa es su vida.

Supongo que no debería confiar tanto en las promesas, son sólo palabras. Sus hechos demostraron cuanto nos quería, mucho más que las palabras que nunca existieron.

Intento dormir, no funciona, sólo duermo por intervalos últimamente y me paso la noche en vela pensando tonterías, eso son, Patrick no merece un mínimo pensamiento de nosotros, y sin embargo, estoy seguro de que ambos estamos en la misma situación.

Sólo somos unos tontos.

Salgo de mi confortable habitación cuando abren la reja, lo primero que tengo que hacer es ubicar a Andrea, que no estemos juntos en el sentido de antes no quiere decir que voy a dejar de hacer algo que he hecho toda mi vida. Soy su escudo, tienen que pasar por mí para llegar a él.

Me alivia verlo cerca de su celda y hablando con alguien, al menos hace amigos, que bien, necesitará esos aliados y ahora hay que pensar en una forma de salir de aquí.

¿Realmente quiero salir, para qué? No hay nada que me espere ahí fuera, sólo tenía a Andrea y ya ni siquiera puedo decir eso, ahora no somos nada y nunca más lo seremos, no sin Patrick. 

—¿Todo bien? —le hago la pregunta a Andrea luego de saludar a todos, él simplemente mueve la cabeza para darme a entender que sí.

—Miren a quienes tenemos aquí —me giro para ver a la persona que nos habla, no lo reconozco, pero al hombre recostado a la pared a unos metros sí. El padre de Carlo tiene los brazos cruzados a nivel del pecho y nos mira con mala cara.

—¿Y tú quien eres?

—Quien soy no es importante, sólo importa para quien trabajo.

—¿Los Russo? —miro al viejo en la otra punta, el lacayo me contesta como si fuera un tonto.

—Mataron a su hijo.

—Dile que fui yo quien lo hizo, sabe bien el motivo —Russo achica los ojos del otro lado, sabe lo que dije, me encojo de hombros dándole a saber que no me importa.

El chico lanza un golpe que detengo, es más bajo y con menos músculo que yo, es una gran ofensa que enviara a este hombre por nosotros. Uno de los hombres que hablaba con Andrea lanza un golpe que esquivo, es Andrea quien lo noquea. Vaya, parece que eso de los aliados ya no es válido.

Le doy una patada al otro antes de que se le ocurra pegarle y el hombre pequeño consigue darme un golpe que me hace una herida en el labio.

Jodido infierno con los malditos problemas, estoy cansado.

Le doy un golpe en la mandíbula y lo noqueo, hago lo mismo con el que le había dado una patada y miro al padre de Carlo, que siga mandando más de esos, nos dará un buen entretenimiento.

Andrea me jala a su celda cuando ve que los guardias se fijan en el desastre, logramos evitar el castigo a duras penas.

—¿Estás bien? —intento revisarlo, pero Andrea quita mis manos y aprieta la herida del labio haciéndome sisear.

—El único herido eres tú.

—Bien, eso es bueno —Andrea desliza una mano por mi pelo y me besa, su lengua es una caricia voraz, los dientes se hincan en mis labios haciendo que sangre aún más.

Me separo de él con un empujón y me limpio el labio, sabe que no me gusta que me trate así, pero por supuesto, Patrick está tan metido en su cabeza que no puede pensar con claridad.

Se acerca de nuevo y lo intenta otra vez, suave, con más delicadeza, asegurándose de llegar a todos los rincones, deslizo una mano por su cabello corto, odio que lo cortaran.

—Podemos hacerlo sin él —me echo a reír, ya comprobamos eso, no hay forma, mientras él está tenemos equilibrio, sin él no hay nada, no se trata de algo físico y lo sabemos perfectamente—. Esto es ridículo, también te amo, deberíamos poder…

Doy un paso atrás, no se trata de poder hacerlo, el problema es que inconscientemente nos frenamos al saber que Patrick no está con nosotros. No es físico, lo sé, me acosté con Andrea y Patrick de forma individual, no teníamos que estar los tres, pero sabíamos que al final los tres formábamos parte de eso.

Hacer esto ahora se siente como una traición y  ni siquiera me excita.

—Dios, Enzo, ¿por qué no hablamos con él antes? —me peino hacia atrás, fue su decisión no vale de nada lamentarse ahora.

—¿Piensas que si lo hubiésemos enfrentado su respuesta iba a ser diferente? —Andrea se sienta en la cama y se frota la sien.

—No lo sé, pero creo que me precipité.

—Sabía que había llegado para engañarnos, eso no me importó, le dije que no quería saberlo, pero dijo todo eso después de vivir con nosotros, habló con sus padres como si no le importáramos. Andrea, ¿de verdad crees que su respuesta hubiese sido distinta?

—Ahora nunca vamos a saberlo —lo agarro de las mejillas y hago que me mire.

—¿Por qué no fue a buscarnos entonces?

—No podemos descifrar su forma de pensar.

—Y ese es el gran problema —lo suelto cuando dan tres golpes en la pared.

—Tienen visita —miro al guardia, es extraño, no tenemos quien nos visite, sólo una persona. Andrea se pone completamente rígido, le acaricio el hombro intentando relajarlo.

—Sólo habla con él, no sabemos lo que quiere.

—Jodernos aún más, eso está claro.

El guardia esposa a Andrea y se lo lleva, me quedo en la celda confundido con la situación, no tengo idea de por qué Patrick vendría, dejó su postura bastante clara cuando decidió ponernos esposas. Andrea regresa media hora más tarde, no está feliz, le agarro las mejillas y dejo un beso en su frente.

—¿Todo bien? —suspira y se lanza a la cama.

—No pude hablar con él.

—Vamos, no tengo todo el día —el guardia se queja dando golpes en la reja, doy un paso atrás, en realidad no quiero verlo o dirigirle la palabra.

—Dile que no quiero verlo —el hombre me mira.

—Puedo sacarte a las malas, no voy a salir de aquí para decirle a un Coronel que la persona que quiere ver se negó a venir.

Entonces dejo que me ponga las esposas y me dirija por los oscuros pasillos. Me hacen entrar en la habitación y tomo asiento cuando uno de los guardias me lo indica, hay dos con nosotros, vaya, la seguridad es excelente. Patrick tiene los antebrazos sobre la mesa metálica, viste un uniforme simple, no el de gala. Tengo que admitir que no se ve bien, pero ignoro su aspecto y miro hacia las chapillas en su pecho.

Los insultantes trozos de metal siguen ahí burlándose, ni siquiera sé como Andrea aguantó tanto tiempo aquí.

—¿Qué quieres, por qué estás aquí? —coloco mis manos esposadas sobre la mesa, él las mira, en realidad me detalla por completo.

—Sólo vine a recibir sorpresas, Andrea con el pelo corto y tú con un golpe, ¿qué pasó? —me encojo de hombros, no tiene derecho a saber sobre nosotros, no debería pretender ser algo que no es, ya no.

—¿Por qué te importa? Esto era lo que querías, Patrick, no pierdas de vista eso por lo que viniste.

—Por lo menos tú pareces dispuesto a hablar —relajo los hombros, Andrea no pudo hacer nada, bueno, yo puedo hacerlo por los dos, no voy a dejar que este hijo de puta duerma con tranquilidad.

—Te diré todo lo que quieras saber sólo para que no regreses otra vez.

—Me parece bien, no quiero verlos de nuevo.

—Entonces pregunta.

—¿Por qué me dejaron? —me echo a reír a carcajadas, Patrick parece enojarse aún más con cada segundo que pasa, me seco las lágrimas y luego lo miro sin dejar de sonreír.

—Cuidado, podría pensar que te importamos algo.

—No voy a negar que estaba cómodo con ustedes.

Cómodo. Linda palabra para describir tu relación, nunca me habían dicho algo así, que estúpidos somos, sin embargo, sé que nos quiere, pero es tan jodidamente orgulloso que no lo dirá.

Me equivoqué al decirle a Andrea que en algún momento él nos diría que nos amaba, tonto de mi parte pensar que nos pondría antes que al trabajo para el que fue criado.

Esto es él.

—Te dimos a escoger, y como siempre, escogiste mal —Patrick arquea las cejas, se ve severamente confundido. Por supuesto, sólo vio una opción, nunca la otra.

—¿Qué quiere decir eso?

—Tenías dos opciones, regresar con nosotros o volver a lo tuyo, está más que claro que era lo más importante para ti —se ríe de mi respuesta.

—¿Estás diciendo que me estaban poniendo a prueba?

—¿Fue complicado para ti, Patrick? —no contesta, sinceramente no me hace falta—. Supongo que no.

—No puedes estar hablando en serio. ¿Por qué hicieron una cosa tan absurda?

—Sabemos que todo fue un plan, que éramos trabajo —Patrick ni siquiera pestañea o intenta negarlo, por supuesto que no lo hará, es la verdad.

—¿Cómo?

—Llegó a nuestro poder un video, estabas en el hospital, con tus padres y dijiste cosas muy bonitas sobre nosotros, ¿recuerdas eso?

—Así que decidieron irse.

—Andrea quería comprobar cuanto querías quedarte con nosotros, esa nota no te dijo que regresaras a ser Coronel, claramente pusimos a lo que realmente quieres y esto fue lo que escogiste.

Patrick da un golpe en la mesa.

—Llegué a una casa vacía, sin cachorros, sin mis amantes, habían hecho las maletas y sólo me dejaron dinero junto a una nota. ¿Qué se suponía que tenía que hacer?

—No te hagas una víctima, supiste como encontrarnos como Coronel, ¿por qué no fuiste capaz de hacerlo como nuestro amante? —Patrick niega con una sonrisa.

—Que estupidez. Así que sólo tenía que ir al maldito casino a humillarme un poco más con ustedes y todo volvería a ser como antes. Una mentira, eso es lo que es, no iban a perdonarme el engaño y sinceramente yo no iba a pedir perdón.

—¿Humillarte, eso es para ti buscarnos, una humillación? —Patrick aprieta la mandíbula—. Lo siento, creí que todos sentíamos lo mismo, así que fue nuestro error.

—Por completo.

—Tenía la certeza de que escogerías quedarte con tu vida. Te sentiste un poco dolido, ups, lo siento, humillado es la palabra, y mira donde estamos. Patrick, sólo deberías aceptar que nos utilizaste y bastante bien.

—¿Cómo consiguieron ese video? —no le respondo, Patrick aprieta la mandíbula—. Es aquí donde merecen estar —me levanto de la silla y lo agarro de la cadena, Patrick hace un gesto para que los soldados no se muevan.

—Espero que te des cuenta de lo que hiciste y cuando el peso de eso caiga sobre tus hombros te derrumbes por completo —enredo la cadena en mi mano y aprieto, Patrick agarra mis manos, pero no deja que los guardias intervengan—. Es una pena, eres un hijo de puta que no tiene idea de cómo amar.

Lo jalo haciendo que su cabeza quede sobre la mesa, comienza a ponerse rojo, eso no me detiene de seguir haciendo fuerza, quiero que sufra, que sienta alguna maldita cosa.

—Escucha mis palabras, no vengas llorando más tarde, porque eso si que será humillante —la cadena se rompe dejándolo respirar, dejo que la chapilla caiga al suelo haciendo un ruido metálico. Patrick apoya los codos en la mesa y tose.

—No voy a ir llorando a ningún lado, justo cuando me dejaron me di cuenta de que no son tan imprescindibles.

Le doy una sonrisa, la marca rojiza de la cadena se nota en su cuello, eso me complace, y espero que se quede ahí por bastante tiempo, es un maldito recordatorio.

—Si hubiese sabido que romper esa cosa se sentiría tan satisfactorio lo habría hecho antes, infiernos, Andrea tenía que haberse deshecho de ella —Patrick mira las chapas en el suelo y luego a mí—. Ahora que no la tienes, dime, ¿quién eres, Patrick?

—Terminamos esta conversación —sentencia poniéndose de pie.

—Vamos a salir de aquí, y seremos felices sin ti, vas a vivir con eso —son mentiras, claro que lo son, todo esto está quebrado desde el principio, nada en esta maldita relación es rescatable, pero él no tiene que saberlo, que lidie con lo que escogió.

—No me importa.

Y entonces se marcha.

Los guardias me llevan de vuelta a mi celda, Andrea está ahí mirándome como si fuese un cachorro herido, que mal, esta vez no tengo nada que ofrecer, estoy tan herido como él.

Me besa suavemente escarbando en mi boca, su mano se mueve bajo la camiseta y acaricia mi espalda, la caricia se siente cálida, justo lo que necesito, pero no me hace sentir mejor.

Andrea sigue besándome, deslizo las manos por su pelo y de reojo noto la marca que dejó la cadena en mi mano derecha, con la que le hice daño. Cierro los ojos e intento concentrarme, no lo consigo, es una total tontería, porque amo a Andrea, claro que lo hago, pero no podemos sólo conformarnos el uno con el otro.

El amor tiene formas misteriosas de desarrollarse, me hizo amar a dos hombre, no a uno, así que no puedo hacer esto, Andrea tampoco por mucho que se engañe.

Aquí está nuestro punto de quiebre.

Patrick siempre fue la pieza fundamental del rompecabezas, ninguno de nosotros era importante, sólo él.

Quiero odiarlo tanto como lo amo.

******

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro