20🖍
Damon dejó su maleta en el auto y bajó, la empleada lo dejó pasar en cuanto lo vio, no debía estar aquí, mucho menos después de discutir con él y decirle que seguía enojado.
Pero no tenía a donde más ir, sólo tenía a Yulián.
—¿Damon? —preguntó Yulián viéndolo con confusión, Damon perdió la fuerza en las piernas y cayó al suelo llorando como si aún tuviese edad para tener berrinches.
Yulián lo abrazó al instante arrodillándose, su aroma tratando de calmarlo, pero no funcionaba, no esta vez.
Era difícil cuando se había adaptado a Misel, cuando lo quería con él, eran aromas completamente diferentes.
Damon encajó los dedos en la espalda de Yulián, necesitaba aferrarse a algo, a alguien, luego de todas las cosas que dijo, se obligó a decir cosas que no sentía.
A pesar de lo mal que se sentía consigo mismo sabía que era lo correcto, no podía quedarse a perjudicar a esos dos, él no formaba parte de esa familia.
No tenía una.
Lo único que lo ataba era Mikel y ya no formaba parte de su vida, nunca debió inmiscuirse en ese problema.
No, en realidad se alegraba de haberlo hecho, Mikel ahora tendría a su padre, aunque él no formara parte de ello, Damon negó, sabía que tarde o temprano tendría que separarse de Mikel y aún así terminó sintiendo algo por su padre.
¿Qué ninguno de los dos tendría el corazón roto?
Joder, el suyo estaba hecho añicos, había perdido a Misel y también a Mikel el mismo día, tomó la elección incorrecta ese día, pero era demasiado egoísta.
Damon estuvo inyectándose hormonas Alfa desde que vio al doctor, no se veía como un Omega, nunca lo hizo a pesar de acostarse con Alfas.
No pudo escoger ser un Omega sólo para quedarse con ellos.
—¿Qué pasó? ¿Alguien te hizo daño? —preguntó acariciando su espalda, Damon cerró los ojos y lloriqueó.
—No, sólo quédate así un tiempo más.
—Lo que quieras, pero habla conmigo, ¿fue ese Alfa? —Yulián lo alejó para poder verlo a los ojos, él limpió sus mejillas.
—No, Yulián, quería a ese cachorro, pero no quieren que esté cerca de él —Yulián arqueó una ceja.
—¿Misel?
—Los trabajadores sociales.
—¿Estas llorando sólo por el cachorro? —Damon se puso de pie y se sentó en el sofá, debía parar de hacer el ridículo, Yulián se quedó sentado en el suelo esperando su respuesta.
—Quieres saber demasiado.
—Puedo resolver el problema si eso quieres —Damon negó.
—Me investigaron, tu intervención no servirá, ellos piensan que fui tu amante, también utilizaron eso para alejarme.
—¿Es en serio?
—Sí, lo siento —murmuró mirando hacia la pared, Yulián se puso de pie y le acarició el cabello.
—No te disculpes por una cosa tan estúpida, ellos se equivocan, tú no.
—Gracias por soportar mi berrinche, iré a casa ahora —Damon se puso de pie, Yulián agarró su muñeca.
—No.
—¿Uh?
—Te quedarás aquí, con nosotros.
—Pero, Darien… —Darien sonrió desde el otro lado, su panza estaba bastante crecida.
—Puedes quedarte, ya estoy bien, Yulián rompió el vínculo con ese Alfa.
—Oh, felicidades y lo siento por la intrusión —dijo con las mejillas rojas, Darien se echó a reír.
—Entonces sube y ve a darte un baño, pronto estará lista la cena.
—No tengo apetito —Yulián achicó los ojos.
—Al menos intenta comer algo y nos cuentas con más detalle, quizás pueda ayudarte.
Damon aceptó y buscó su maleta, subió y se dio un largo baño, luego de llorar se sentía un poco mejor, sólo un poco, aún su pecho se sentía extraño.
Se miró al espejo una vez salió y mordió su labio inferior, si hubiese decidido aplicarse el otro tratamiento quizás no estaría en esta situación, negó, no podía pensar eso cuando ya había tomado la decisión, no cambiaría nada.
Damon se vistió con algo cómodo y bajó, la mesa ya estaba lista y ambos lo estaban esperando, se sentó y miró su plato sin apetito alguno.
—Siento venir sin avisar, yo no… —Yulián lo interrumpió.
— Puedes venir las veces que quieras, lo sabes, mucho más si me necesitas.
—Gracias.
—No sabía que Misel tuviese un cachorro —dijo Darien mirándolo, Damon sonrió medianamente.
—Ah, lo estuvo alejando todo este tiempo, no lo había conocido.
—¿Y tú como lo conociste?
—Casualidad, me encontró en una cafetería cuando se perdió.
Darien suspiró.
—Si el niño se lleva bien contigo, ¿por qué alejarlo?
—Porque soy un Alfa, no quieren que dos Alfas cuiden juntos al cachorro.
—Eso es ridículo, no pueden utilizar eso en un tribunal —Damon se encogió de hombros.
—No utilizarán eso, mis antecedentes no son buenos, ellos utilizarán eso.
—¿Cuáles?
—Fui un niño de acogida, mis padres fueron asesinados, desde mi presentación no he tenido pareja estable y nunca Omega, no han durado más de un mes, tengo el apellido de Yulián, pero aun así ellos dirán que teníamos otro tipo de relación, teniendo todo eso en cuenta le quitarían el cachorro a Misel —recitó, Darien miró a Yulián con sorpresa.
—¿Apellido?
—Lo siento —dijo Damon mirando hacia Yulián, lo que menos quería era darle problemas.
—Está bien, no era un secreto, sólo no habíamos tenido esta conversación luego de todo el revuelo —respondió Yulián con una sonrisa.
—¿Pudiste ponerle el apellido sin contar conmigo?
—El dinero abre muchas puertas —Darien se echó a reír.
—¿No estás enojado? —preguntó Damon con una ceja arqueada.
—No, por supuesto que no, confío en que esa fue la decisión correcta, espero que te ayudara —murmuró acariciándole el pelo, Damon sonrió.
—Ser padres les asienta.
Darien y Yulián se echaron a reír con fuerza mientras lo miraban, Yulián se detuvo por un momento y miró su tenedor.
—Umm… quizás si pueda ayudar.
—No —dijo al instante, Yulián estaba confundido.
—¿No quieres que te ayude?
—No, al final tendría que volver a alejarme y no quiero eso.
—Damon…
—Gracias, necesito dormir, los dejaré comer —dijo levantándose de la mesa y subiendo a su habitación.
Damon se acostó y se quedó mirando el techo, mantenía lo que había dicho sobre no romantizar sus relaciones, sólo que esta vez no funcionó, el vínculo con Misel fue casi instantáneo.
No podía acercarse y seguir viviendo en esa casa como si no pasara nada, ya tenía sentimientos por Misel y eso haría las cosas difíciles para ambos, Misel nunca podría verlo de esa forma.
Sí, se acostó con él, pero eso lo hicieron todos los Alfas anteriores con los que se relacionó, evidentemente veían placer en dominar a alguien con su mismo rango, no querías a otro Alfa para que formase parte de tu familia.
Con el tiempo Misel querría asentarse, tener más cachorros y era algo que nunca podría conseguir con Damon.
Era ilógico volver ahora.
……
Misel envolvió a Mikel en su toalla y lo sacó del baño, lo subió en la cama y lo secó lentamente, su madre lo enseñó a bañarlo y también a secarlo, odiaba admitir que incluso eso habían tenido que enseñarle.
Ya era más de una semana desde que Damon se había ido, Mikel aún preguntaba por él y los trabajadores sociales les habían visitado, era demasiado con lo que lidiar.
Su pecho aún dolía al pensar en él, esto que sentía por él no había desaparecido y aún no estaba seguro de qué hacer, Damon no se contactó con ellos y él no lo intentó.
—¿Pá? —Misel miró al cachorro y siguió secándolo, Mikel se aferró a su camisa—. ¿Por qué no viene?
—No lo sé, no te preocupes —Misel lo sentó y ordenó que se quedara ahí mientras escogía ropa, Regina no podría encargarse ya que estaba en su terapia.
Misel escogió algo cómodo y lo vistió, luego lo bajó de la cama, Mikel lo miró con un puchero.
—¿Puedo jugar en el jardín?
—No, acabo de bañarte —dijo tomando su mano y saliendo de la habitación.
—Mmm…
—Por hoy juega con tus muñecos.
—Bien.
Misel bajó con Mikel, lo ayudó a sacar sus juguetes y se sentó en el sofá mientras lo veía jugar, no estaba de ánimo, su teléfono vibró, era un mensaje de Héctor, había hablado con él en muchas ocasiones, pero no le contó sobre los acontecimientos en su vida.
No le habló de Damon y tampoco de Mikel.
Estaba avergonzado por rechazar a su cachorro.
Héctor quería verlo, Misel se negó diciendo que no podía salir de casa y él dijo que iría, cedió finalmente y le dio su nueva dirección, no podía esconder permanentemente que era un mal padre.
Misel lo recibió media hora más tarde, Héctor arqueó una ceja.
—No me dijiste que te habías mudado —Misel sonrió levemente, no sólo eso había omitido durante sus conversaciones.
—Pasa, no te asustes por el cachorro, te lo explicaré —Héctor se detuvo en cuanto vio al niño sobre la alfombra.
—No sabía que los niños crecieran tan rápido, ¿embarazaste a algún Omega cuando me di la vuelta? —murmuró mirándolo—. ¿Conozco a la madre?
—No, recién tengo al cachorro, estuvo viviendo con mi madre porque yo no lo quería —admitió con vergüenza, Héctor se sentó sin ni siquiera pedir permiso, aún estaba mirando al cachorro.
—Esto es una gran sorpresa, ¿cómo se llama?
—Mikel —ante su nombre Mikel alzó la cabeza mirándolo, Héctor acarició su cabello.
—Es el niño perdido del restaurante.
—¿Cómo sabes?
—Estuve ahí el día que conoció a Damon —Mikel sonrió.
—¿Eres amigo de D?
—Sí, te pareces mucho a tu padre —Mikel infló su pecho con orgullo.
—Ujum… papá D dijo que sería grande y bonito como papá —Misel se sonrojó, nunca había escuchado esa conversación, Héctor lo miró de reojo.
—Sí, creo que tiene razón, ¿cuál es tu peluche favorito?
Mikel ni siquiera lo pensó, él cogió su delfín y lo enseñó.
—Este, a papá D también le gusta.
—¿Papá D? —preguntó de vuelta, Mikel asintió.
—Sí, Papá dice que viene más tarde —dijo antes de ponerse a jugar de nuevo con sus juguetes.
Héctor se acotejó en el sofá y palmeó a su lado.
—Creo que tienes más cosas que contarme a parte de esto, ¿verdad?
—Sí, muchas cosas —murmuró sentándose a su lado.
—¿Estuviste lidiando con todo esto tu solo?
—No, Damon estuvo conmigo, también mi madre.
—¿No pudiste confiar un poco en mí? —preguntó con una mueca, Misel escondió el rostro entre sus manos.
—No teníamos una buena relación al principio y en estas últimas semanas no te dije porque estaba avergonzado de rechazar al cachorro —admitió, Héctor colocó una mano en su hombro, apretó levemente.
—Sí, es algo para estar avergonzado, pero imagino que tuviste tus motivos.
—Eso creo, aunque ahora no están muy claros.
—¿Qué hay de Damon? —Misel tragó, ese tema aún hacía que el corazón se le apretara en el techo y sus manos se humedecieran.
—Sé fue para protegerlo y yo no pude detenerlo, no podía o me quitarían al cachorro —dijo más para sí mismo que para Héctor, necesitaba ponerse de excusa que no podía hacer nada.
No importa lo que dijera, nunca lo hubiese convencido.
—¿Estás enamorado de ese Alfa?
Misel gimió, estaba hecho polvo, si no fuese por Regina y Mikel ya se hubiese desmoronado hace mucho.
—Aunque sea extraño, sí, estoy enamorado de él —admitió, Héctor suspiró entendiendo la situación por completo.
—¿No se lo dijiste?
—No hubiese servido de nada, dijo que no estaba enamorado de mí porque nunca podría amar a alguien como yo.
—Lo siento —murmuró frotando su espalda, Misel se echó a llorar como un tonto.
—Me lo merezco luego de rechazar y hacer sufrir a mi cachorro, merezco cada maldita cosa.
Héctor lo consoló lo mejor que pudo, no parecía ser muy bueno en ello, Mikel subió al sofá y se sentó sobre sus piernas, el niño le acarició las mejillas suavemente.
—¿Es papá D?
—No, Mikel, no te preocupes.
Mikel lo abrazó haciéndolo sentir aun peor, ¿cómo fue capaz de rechazar a este cachorro cuando era increíble? Era un imbécil como siempre, Damon había hecho bien con alejarse de él.
Terminaría sufriendo a su lado.
Como todos.
******
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro