Capítulo 22: Demostrar por Sensibilidad.
Desde que tuvo uso de memoria, mi madre tuvo un amor grande por Sinea. Según la abuela Ilea decía que sus dones con la música eran solo una pequeña parte de lo que podría ser de mayor. Aseguró que la enseñaría durante todas las semanas de lo que había aprendido con la música y el baile. Que sería una gran guerrera.
—Aseguraba haber tenido contacto con Sensibilidad —recordó mi madre, soltando un suspiro.
—¿D-De verdad?
Mi madre movió un poco sus hombros.
—Me decía cosas como que Sensibilidad es una mujer que se preocupa demasiado y que se pone demasiado peso encima. Que piensa que es su culpa en todo a la vez que se pone encima responsabilidades que podría repartir. De igual forma no es algo que tomara en cuenta porque era una cría. No hice caso hasta que empecé las clases.
Era obvio que en su momento había distintas profesoras y que las actuales eran las amigas antiguas de mi madre. Ulbosa, Ceria, Elmiosa, Neria, Groina, Urosia y muchas más. Siendo Groina la que más cercanía tenía, siendo incluso mejores amigas.
—Groina me influenció en ser guerrera —admitió con un suspiro largo—. Me decía que era proteger lo que quería y rendir honor a Sensibilidad. Es cierto, pero agrandaba sus palabras con que haríamos un gran trabajo y que seríamos el apoyo de Sensibilidad. Un poco de exageración que en su familia le habían metido.
—Entiendo.
Mi madre soltó un suspiro.
—A los dieciocho años, hice las pruebas para ser guerrera, que de normal se hacen cerca del Gran Árbol de Enlia. Valoraban la habilidad, dominio de música, sigilo y trabajo en equipo. Cada una de estas pruebas serían realizadas en un mismo día, si era posible. —Abrazó sus brazos y suspiró—. Ese día lo superé todo con una calificación excelente al igual que todas mis notas durante los ocho años de estudio.
» Es... similar a lo que pasó a ti o a tu hermana. A ella le costaba más porque con todo lo que tenías, la ponías de los nervios —añadió con una ligera risa, pero no duró mucho—. Durante esos años, todo habría sido normal, mi madre me estuvo entrenando hasta la perfección, pero no era posible. Para que me entiendas, a partir de los cuarenta o cincuenta años, empieza a ser menos eficiente.
—¿Y eso a que se debe?
—Porque nuestro cuerpo envejece, hija mía, y por donde se empieza es en los oídos porque no todas las cuidan como es debido. Por ello es tan importante protegerlas. Las metemos en una constante presión donde siempre hay música de todo tipo de volumen.
—Tiene sentido...
Tras un suspiro, mi madre continuó. Mencionó que el hecho que ser una destacada no era algo que tomara en cuenta. Groina, Urosia y varias de sus compañeras, lo eran, pero se fijaban en ella por su pasado. A pesar de ello, Melian no tuvo presiones hasta que empezó a tener esas salidas hacia el Bosque de la Frialdad.
—La primera vez que salimos, fue complicada. La naturaleza nos impedía el paso —admitió, dejándome sin palabras —. No comprendíamos bien sus acciones, nos ponía obstáculos en el camino como si fuera un mensaje de que no avanzáramos. Luego, fue cuando nos encontramos esos fallos y entendimos por qué nos ponía esos impedimentos.
El rostro de mi madre dejaba en claro el arrepentimiento de haber perdido la vida de sus compañeras. Capaz se atormentaba por que podía haber hecho más ya que había sido entrenada hasta esa supuesta perfección.
No fue una expedición la que tuvieron, sino varias. Con el paso de los años, salieron para conocer lo que había ahí fuera. No salía con tanta frecuencia, pero sí que hacían ataques discretos —o, mejor dicho, rastreros—, hacia los Fallos.
—¿Cuándo fue cuando empezaste a darte cuenta de que algo no iba bien? Y no me refiero a las anoma... Fallos, sino a los Drasinos —susurré esto último.
—Fue antes de que se hicieran las pruebas y que te tuviera a ti —respondió sin pensárselo dos veces—. La última expedición fue importante porque me di cuenta que había seres distintos a nosotras. Tras eso se harían las pruebas, unas las cuales pude superar. Tras eso, es todo lo que dije.
—¿Por qué no se lo dijiste a Groina y a las demás?
—Siento que no me creerían con todo lo que estábamos pasando y más cuando no fui escogida y supieron que iba a tenerte. Me despreciaban en silencio, pero seguí adelante con mi decisión a pesar de que ponía en riesgo a muchas.
—Pero no fue tu culpa si Sensibilidad no te consideraba apta.
—Te doy cierta razón en eso, pero a la vez tendría que haber visto la situación y haber aceptado que los Drasinos no eran malos. Fui honesta porque Sensibilidad veía todo, y no dije todo lo que pensaba porque el miedo me dejaba cegada. Eso era algo que nuestra diosa no deseaba.
» Su mensaje no es fácil de dar ante las confusiones que han aparecido a lo largo de los años. Todas creíamos saber, pero en verdad hay muchos secretos de los cuales estás descubriendo, y no son fáciles de procesar. Aun con ello, no puedo creer como arriesgaste a hacer ese juramento.
—Crowley lo hizo y creí justo que hacerlo de la misma manera demostraba que no iba con bromas y que debíamos tomar una decisión.
—Lo sé, el problema es que no será fácil de comprender, y lo sabes bien. Groina te lo dejó en claro, pero es mucho más. No puedes decirlo como si nada sin ser una Lia Innactia. Te tomarán como una loca.
—Lo sé, por ello voy con mucho cuidado. No me atrevo decirlo a mi hermana siquiera porque no sé si me creerá —admití un poco angustiada.
Mi madre me miró para soltar un suspiro.
—¿Has concretado quedar con ese Drasino? —preguntó, logrando que abriera mis ojos en demasía—. Si te pudieras reunir con él junto a tu hermana, sería una forma de empezar a creer, pero que no sea los Bosques de la Frialdad.
—Es demasiado arriesgado y lo sabes bien. Los Bosques de la Frialdad era un lugar más óptimo para ellos y nunca han salido más allá de ahí.
—No si le das un mapa para que pueda visitar alguno de los bosques que hay cerca de los Lagos de la Sensibilidad Nacida o cerca del Templo de Sensibilidad. —La miraba con los ojos bien abiertos al igual que mi boca, deseando pronunciar alguna palabra, pero no me salía nada—. Sé que lo que digo es una locura, pero son seres que pueden volar. Me imagino que tendrán la resistencia para llegar hasta aquí, más si no es una zona donde haya tanto peligro como el suyo.
—Pero mamá, ¿cómo podrá acceder? No creo que Fusis o Sensibilidad le dejaran.
—Quiero creer que Sensibilidad si le dejará y que hablaría incluso con Fusis para que se hiciera un pequeño trato. Ten en cuenta que, gracias a ti, Sensibilidad ha contactado con Insensibilidad, y créeme que es un gran avance.
—¿Y por qué no se juntaban antes? ¿Por qué no se contactaron antes?
Mi madre alzó los hombros sin saber darme una respuesta.
—Capaz el hecho de que una Elina y un Drasino estén juntos permite que los Dioses se vean. ¿Cómo una barrera que solo se rompe si nos unimos? No lo tengo nada claro, pero es mi única teoría.
En silencio me quedé meditando. Todo empezaba a cambiar, esa necesidad de avanzar de una vez las palabras que nos habíamos prometido. Era bueno que tuviera la ayuda de las demás, pero comunicarme con Crowley no iba a ser fácil.
—Creo que lo mejor es descansar y nos pondremos con los entrenamientos. Groina y Urosia también estarán atentas a ti, más si sabes cómo funciona todo. Serás sus guías durante todo este tiempo hasta que las pruebas de Sensibilidad aparezcan... Y dudo que tarde mucho.
—¿Crees que las hará pronto? —pregunté, viendo la pequeña sonrisa de mi madre.
—Más que convencida. Por ello mismo hay que tomar los descansos necesarios y entrenar. Ahora cada minuto que no se aproveche, será peor, más si las magias hacen que invoquen a esas anomalías.
Miré a otro lado por unos segundos, sintiendo el cosquilleo en todo mi estómago junto a una presión creciente en mi pecho. Tenía una gran responsabilidad encima, una que no podía ignorar ahora que todo se estaba moviendo. De pensarlo ponía las manos en mi cabeza sin saber bien qué pensar.
Con calma, mi madre se acercó para abrazarme. Había una mezcla de emociones claras en ese gesto. Apoyo y ánimo. Culpa y arrepentimiento.
Aunque ¿habría deseado ser madre y cuidarme si hubiera sido Lia Innactia? Una parte de mí gritaba que sí, mientras que la otra lo dudaba por la gran responsabilidad que suponía.
Agradeciendo el apoyo y la sinceridad de mi madre, me fui a dormir, tras cenar y recibir la medicina.
—¿Se puede?
O al menos ese era el plan hasta que la puerta de mi habitación fue golpeada con delicadeza, encontrándome con mi hermana.
—Oh, claro. Pasa.
—¿Estás bien, hermana? —preguntó Aspaura.
—Sí, tranquila.
Aspaura frunció un poco el ceño.
—No me tomes por tonta y responde, que te conozco muy bien, hermanita —pidió, cruzando sus brazos.
—Nada, es el mero hecho de que muchas me preguntan por lo que pasó y es un tema complicado.
—Y agotador —añadió Aspaura—. Han pasado semanas y siguen hablando de ello. Entiendo que es un hecho único, pero tampoco es que supieras mucho. Que, por cierto, no me dijiste lo que viste en verdad.
Me quedé en silencio, observando el suelo de madera para al final afirmar.
—Cierto, no lo hice. Tendrías que habérmelo dicho.
—Creí que era mejor no comentarlo porque no quería verte peor, pero viendo como siguen preguntando...
Juro que el tiempo se me paralizó cuando la observé. Pensaba bien en qué era justo, decirle toda la verdad. Era mi hermana, me había visto en mis peores momentos y que me apoyó a pesar de todo. La culpa me carcomía a la vez que la angustia por protegerla.
—Veo que aún no puedes —contestó Aspaura, mirando a otro lado con sus ojos—. Mira, si no me lo quieres decir porque son temas secretos que solo las guerreras lo pueden saber, lo entiendo. A mamá también le pregunté y me dijo que no podía decir nada. Es comprensible, pero dime que al menos no te han hecho daño.
Bajo un suspiro lleno de culpa, afirmé.
—Me cuidaron bien.
Aspaura se quedó en silencio, entrecerrando sus ojos.
—Está bien, me alegra que "te cuidaran bien". Supongo que Sensibilidad tiene a los suyos.
Pronto abrí mis ojos en demasía. Apreté mis manos contra mis muslos y miré a mi hermana.
—¡Y-Yo decía que...!
—¿Quiénes te protegieron? —me interrumpió—. Porque dudo que sean los Fallos Musicales. A mí me dijeron que te capturaron una docena o más de ellas. Luego no recordaron bien que pasó, pero juraron ver algo que las protegió, aunque no saben si fue Sensibilidad o Fusis. —Puso sus manos en sus caderas, viéndose como apretaba sus dientes a pesar de tener la boca cerrada—. ¿Quiénes fueron?
Con un largo suspiro, agaché la cabeza para al final no tener otra que ser sincera con todo lo que había ocurrido. Era arriesgado, pero después de todo mi hermana había estado a mi lado ayudándome para hacer frente a los Fallos. Ser mentirosa con ella sería faltar el respeto a mi familia.
Cuando relaté todo de nuevo, Aspaura se quedó en el sitio con un rostro firme hasta que sus ojos se abrieron en demasía. Sin poder terminar, fue hacia uno de los libros de historia que teníamos y lo abrió, buscando página por página hasta que encontró lo que quería.
—Ulbosa no nos explicaba bien esta parte de la historia porque ni ella misma era capaz de comprenderlo —murmuró mi hermana, mirando el libro para luego enseñármelo—. Mira. Lee.
"La naturaleza, o Fusis, es un ente omnipresente, siempre alerta en su vigía. Tal revelación impactó a las Elinas cuando Sensibilidad declaró que la naturaleza nos resguardaba y nos brindaría su auxilio, aunque advirtió que no sería un sendero exento de dificultades.
Con todo, se precisaba un Vigilante, una responsabilidad que Sensibilidad tomó sobre sí. Mas Fusis puntualizó que el Vigilante no debía limitarse solo a Sinea, sino también a otros dominios, pues los Bosques se alzan en cada rincón, incluso en aquellos más recónditos e ignorados por las mismas Elinas.
Sus sabios consejos permitieron que más secretos se fueran revelando, y entre todos ellos, uno que hizo crecer el temor. Sombras de gran altura se escondían en la profunda Frialdad, pero no se debía confundir con los más temidos, al menos era lo que sentenciaba Sensibilidad.
Pero Fusis... repetía siempre unas palabras llenas de mal augurio, un futuro que cegó a todas en un temor que contagió a Sensibilidad, y con ello, una limitación invisible a ojos de cualquiera que no fueran como ellas"
Froté los ojos con los dedos de mis manos, dejando el libro a un lado.
—Estaba enfrente y lo ignoramos. ¡Por Sensibilidad! ¡Incluso recuerdo ese maldito espectáculo que hizo Urai cuando tenía quince años! Jela me lo comentó, ¡algo me dijo sobre ello! —recordé, poniendo las manos sobre mi cabeza.
Mi hermana me miró preocupada, soltando un leve suspiro para poner su mano en mi muslo.
—Te creo, hermana —murmuró. La miré sorprendida—. Los libros dicen ciertas cosas incompletas, pero tu traes una verdad que es necesaria, y me gustaría ser participe de ello como siempre he hecho.
—No. No. ¡Ni hablar! No quiero que-
—No voy a enfrentarme contra nada —interrumpió, frunciendo un poco el ceño—. Voy a ayudarte con la ayuda de mi inteligencia y los libros, ¡como siempre he hecho! Se que, aunque lo pida, no me vas a dejar luchar, pero al menos déjame ayudarte con lo que mejor se me da. Y si es con Jela, será mejor para poder comprender lo que hay detrás.
Solté un largo suspiro, poniendo las manos en mi rostro.
—Lo único que nos queda es reunirnos con ellos o que aparezcan las pruebas —musité, apretando mis labios—. Y siento que ambas serán imposibles.
—Las pruebas de Sensibilidad se hacen cada veinte años, ¿no lo recuerdas? —preguntó mi hermana. La miré de reojo con los ojos bien abiertos—. Esta ocasión... Sensibilidad está tardando, pero quiero creer porqué es.
Me sonrió, agarrando mis manos con cuidado.
—¿A q-qué te refieres?
—No sé bien que querrá —continuó mi hermana con una mirada decidida—, pero quiere que descubras algo. Que hagas algo, y estoy dispuesta a ayudarte para que lo consigas y así se hagan las pruebas.
Las pulsaciones de mi Leia se descontrolaron, siendo incapaz de decir ni una sola cosa. Mi hermana se mantuvo a mi lado y me abrazó con todo el cariño del mundo, logrando tranquilizarme, aun si por fuera lloraba y dentro le daba vueltas a todo lo que me habían dicho cada una de ellas.
¿Por qué a mí? Era la única duda que persistíamientras soltaba todas las emociones que no pude liberar durante este tiempo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro