Acto 3: La guerrera indicada.
¡Música! ¡Era música! ¡Era hermosa! ¡Era...! Tranquila, demasiado para lo que había visto. Mis ojos me enseñaron miles de crueldades que deseaba romper, pero sabía que no tendría la oportunidad.
Al menos, fue lo que pensé hasta que escuché la música.
—Recuerdos de un Punto Cardinal.
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