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"Una vida más que destruir."

Soundtrack ~ 9 Crimes ~ Damien Rice

"Todo es posible en la medida que tú lo creas posible."

Capítulo 56: "Una vida más que destruir."

#CapítuloSorpresaDeIgnórame

#PrayForBarcelona

No sé en qué momento llegué a creer que la vida de mi hermana se interpondría en la mía; sentimental y amorosa. Fue justo cuando me levanté de mi cama para ir a a casa de mi novia y brindarle más besos y palabras de consuelo cuando un sonido logró despertarme al completo. Aquel ruido que enviaba escalofríos desde pequeño porque temía con toda mi fuerza el bullicio de voces junto con ecos de diversas cámaras de fotos.

El vello de todo mi cuerpo se eriza tal y como se trataría cuando el frío se cala en tu piel y provoca que los pelos de tus brazos se te pongan como escarpias. Las conversaciones con mi hermana desde hace dos días no han menguado, incluso podría decir que han ido a más. Y, en todas y cada una de ellas, decía lo mismo:

— Lo están descubriendo.

Muerdo mi labio pasando la mirada un corto instante a la puerta de la habitación de Skylar. Estoy segura de que ella dormirá plácidamente sin percatarse del inquietante sonido de las cámaras que quiero imaginar que solo se trata de un sueño. Quiero despertar de él, pues mi corazón martilla tal y como lo haría una persona que está a punto de sufrir un ataque de ansiedad.

Tomo bocanadas de aire esperando que el estruendo que hay abajo, en el jardín de mi casa, es simplemente obra de mi creativa imaginación y que, ese ruido, es solo un grupo de niños que están intentando jugar a los fotógrafos. Bajo uno a uno, con absoluta lentitud, los escalones de la escalera preparándome mental y emocionalmente para esto.

Ni siquiera me quiero imaginar lo que le diré a Skylar como lo que esté abajo sea verdad. No puedo soportar de nuevo ver ese rostro de animal indefenso y herido aún más magullado, como si un camión la hubiera atropellado para después dar marcha atrás y volver a pasar sus ruedas por encima de ella, matándola como una estúpida polilla.

Termino de bajar las escaleras, la rapidez no existe en mi vocabulario cuando millones de luces me ciegan la vista a causa de los flashes de las malditas cámaras con las cuales solo quiero salir y estampárselas en el rostro de todas las personas que hay tras la puerta.

Alzo mi barbilla queriendo ojear cuánta gente hay, más de decenas de sujetos están ahí, esperando que mi hermana salga de su casa, la mía en todo caso, para que todos estos periodistas puedan llenar las revistas de reveladores titulares que les harán ganar una fortuna mientras no tienen consciencia, o no quieren poseerla, del daño que están causando en una chica como lo es ella.

Contemplo como ellos intentan mirar al interior de la casa, cierro todas las cortinas, del salón sobretodo, para que no puedan encontrar nada de la chica que está dentro. Me encargo de que no me vean, deseo conservar aunque sea un poco mi encubrimiento, sé que va a ser algo difícil teniendo en cuenta que ella está viviendo conmigo y se convertirá en un infierno conseguirlo.

Una pequeña parte de mí cree que lo lograré, pero está claro que mi hermana no. Ni siquiera dejo que los que están ahí fuera a punto de arruinar su vida esperen más tiempo, conociéndoles serían capaces de tirar la puerta abajo para poder irrumpir en nuestra duradera y, recientemente, destruida paz.

Subo los escalones pensando la reacción de mi hermana, no es ella la que más me preocupa. Mis suposiciones de lo que hará Dylan son horribles, no es una persona que se para a pensar dos o tres veces las cosas. Él es más impulsivo que nadie y se dejará guiar por el sentimiento que posee en ese momento, yo me sentiría vilmente traicionado de saber que mi novia es modelo y no me he dado cuenta.

Ya contaba con esa expresión desde que Skylar vino, estaba claro que esto iba a suceder tarde o temprano. Pero todos estábamos empeñados en que ellos se demorarían más, que a mi hermana le daría tiempo a reconstruir su vida y dar paso a sus amigos e incluso novio. Pero, para los Forbs, eso era algo demasiado difícil de lograr pues ponían nuestros pies de cabeza cuando creíamos que todo iba perfecto.

Pero aún temo más la reacción de mi novia. Elizabeth no puede cargar con algo más, no podrá soportar una traición más. Soy un mentiroso, debería sentir vergüenza —tal y como lo hago— de lo que he provocado. El orfanato, el dinero, su madre, y, ahora, yo. No puedo creer que consiga perdonarme después de esto.

Está claro que ha sumado dos más dos para saber lo que sucede, pero solo quiero que no se haya despertado como estoy seguro de que lo habrá hecho Dylan y se haya topado con una noticia de esta magnitud. Simplemente deseo que todo vuelva al ayer donde me divertía estando con mi novia y podía estar tranquilo para ser capaz de confesarle acerca de mi vida.

Ahora sabrá por qué le he escondido tantas cosas de mi familia. El problema viene cuando quiero imaginarme su reacción. Es tan sumamente impredecible que me aterroriza la idea de pensar que esto será la gota que colma el vaso. Que mandará a todas las personas de su alrededor a tomar viento y que yo seré el primero que sufra su furia.

Sacudo el cuerpo de mi hermana con brusquedad sin medir la intensidad de mis movimientos, sus ojos se abren como platos alzándose de la cama con rapidez mientras una mala mirada se dedica simplemente a mí tras haberla despertado de esa forma. No será esa la cara que ponga cuando le diga lo que está pasando.

— ¿Qué te sucede? — Pregunta, sus dientes se encuentras aprisionados por la fuerza que forma su boca en claro símbolo de mosqueo. Miro hacia mis lados como si esperara que los periodistas que están abajo me atacaran para poder ir a por mi hermana, mi querida y pobre hermana pequeña.

— Tienes que ver esto, Skylar — murmuro, su ceño se frunce cuando mi voz se tiñe de terror puro. Ni siquiera creo la posibilidad de salir vivo de esta, todo está sucediendo tan rápido que no puedo pensar con tranquilidad y uso de razón —. Es urgente — aseguro cuando contemplo que ella está a punto de reprochar.

No es momento de que devuelvas las frases con tu característico sarcasmo — pienso en mi interior con la mayor preocupación que mi cuerpo puede brindar a mi cuerpo.

— ¿No puede ser en otro momento? — Cuestiona, su mirada sigue adormilada. Suelto una maldición en un susurro bien contenido contemplando con exasperación como ella se restriega los ojos sin saber todo lo que tendrá que presenciar ahí abajo.

Miro con severidad el cielo despejado de su iris cuando me vuelve a contemplar, no quiero pensar la tormenta que se desatará como no se tome bien lo que está pasando en la puerta de nuestra casa, en nuestro jardín y lo que sucederá hoy mismo en las miles de revistas que se reparten por este condado.

No me había percatado de la cantidad de gente que está metida en nuestras vidas hasta ahora. Aparte de que el mundo parece alabar a mi hermana, «El ídolo de las, y los, adolescentes», el instituto también se percata de lo que transcurre durante estos minutos. Dylan, Camille, Jack y Liz también están dentro de este embrollo.

El orfanato, Bradley, Peter, Scott, los agentes de mi hermana, mis padres, mi familia. Todos están, de una forma u otra, adentrados en este mar de cotilleo y desobediencia, cada una de las personas con las que me junto yo o mi hermana son gente que puede desagradarles la idea de lo que ella hace y, aún así, las introducimos sin su consentimiento, sin que sean conscientes de quienes somos.

Es la razón por la que, cuando Skylar se da cuenta de lo que sucede, sus ojos se fijan en mí, permaneciendo segundos interminables sobre los míos, como si deseara mi afirmación de que ellos están aquí arruinándolo todo de nuevo. Formo una mueca bajando un instante la mirada deseando que con ello no tenga que hablar y presuponga lo que está sucediendo.

Cuando vuelvo a alzarlos, mi corazón parece salirse del pecho. Preferiría eso a tener que estar pasando por esta horrible situación. Sus ojos se llenan de lágrimas que retiene desde pequeña, no se permite llorar aunque su interior esté lleno de tristeza acumulada que terminará por convertirse en odio propio.

La única forma de que eso no ocurra es que Dylan esté en su vida, la ayudó a creer que había algo de bondad en su cuerpo tras esa capa de mentiras y engaños que estaba brindado a las personas que ama. Y se está evaporando, está siendo destruido como una bomba haría con un centro comercial lleno de gente.

Me acerco a mi hermana, está con la mirada fija en el exterior. Teniendo la sensación, al igual que yo he ansiado, que por obra de Dios o de algún milagro, desaparezcan todos esos entrometidos que no tienen una vida que investigar y por eso ocupan su trabajo en esto. No puedo culparles aún así, sus vidas son posibles gracias a todos estos secretos que son descubiertos como si nada.

— ¿Skylar? — Pregunto, apoyo una mano en su hombro creyendo que saldrá del trance en el que permanece. Tras unos segundo pienso que su cabeza se ha apagado, como un maldito ordenador, y no puede procesar nada de lo que pasa ante sus ojos, ante su vida recién destruida.

— Dylan — murmura, suelto un suspiro cuando aseguro de que se encuentra todo lo bien que se podría estar ahora mismo. Sus ojos aguados chocan con los míos durante unos segundos, su mente vuelve a funcionar abriendo su boca para hablar con la voz ronca por aguantar el llanto —. Me tengo que ir — susurra.

Sus pies se mueven como un relámpago, sube las escaleras con tanta rapidez que debo mirar cada paso que da a la espera, y esperanzado, de que no se dé de bruces contra el suelo en cuanto un pie se le quede enganchado en el corto sobresalido de los escalones. Es un increíble y poco común golpe de suerte que lo consiga como desea.

Camino de nuevo a las ventanas que hay ante los periodistas, ni siquiera parece que se percaten de que dos sombras se encuentran dentro de esa casa que fotografían sin detenerse. Se dedican a soltar fotos de la casa, como unos vendedores desesperados por ganar dinero, y a gritar preguntas, o su mismo nombre, para que sea lo suficiente valiente de salir.

Los pasos de Skylar vuelven a escucharse con el mismo fuerte ruido que utilizó al subir, sin querer cuidar el estruendo que emite. Sigo el camino que emprende a través de la casa, entra al salón cogiendo su bolso y colocando el móvil en su bolsillos trasero. Alarga su mano para coger las llaves del coche que yo dejé anoche encima de la mesa.

— Tardaré en llegar — avisa, aplano mis labios contemplando como pasa por mi lado sin que yo ponga resistencia. No puedo permitir que salga sin poder estar completamente seguro de que, lo que ella cree que está sucediendo, es real y no una simple suposición sin sentido en su cabeza desesperada.

Agarro su codo con fuerza impidiendo que ella siga con su camino hasta mi coche, no podré moverme con él hasta la casa de Liz si ella se lo lleva pero lo que mi hermana haga ahora mismo es más importante que lo mío. El problema es de ella, yo solo soy el cómplice que la ha ayudado pero que, desgraciadamente, tiene la misma cantidad de culpa que la persona responsable.

— No te sobresaltes, Skylar — decreto, la mala mirada que sus ojos dirigen hacia mí es lógica. Pero no quiero que ella se deje exponer a los demás, a Dylan, sin tener una razón de confianza y segura — Llámalo — aconsejo —, a lo mejor ni siquiera está despierto y puedes contárselo con tranquilidad — pronuncio.

Se suelta de mi agarre con fuerza, con una ferocidad en su mirada impropia de ella. La espontaneidad que siempre inunda su cuerpo es sustituida por la rabia y la ira de desear mandar a la mierda a todos, incluso a su propio hermano. No puedo decir que la comprendo porque ella es la principal causante del problema mientras yo soy un personaje secundario en su historia pero sé lo que significa sentir miedo al creer que has traicionado de una manera tan fuerte a la persona que amas con toda tu alma.

— Thiago — susurra intentando tragarse las ganas de pegar un grito que se escuche en todo el condado, prueba con apretar su mandíbula con más fuerza como si eso fuera a evaporar sus oportunidades de golpear su puño contra mi rostro — Sabes acerca de las pesadillas de tu amigo — recuerda, formo una mueca al recordarlo reconociendo que mi plan inicial se ha ido al traste —. Se despierta antes de que salga el sol y lo que hace para tranquilizarse es ver la televisión. Estoy segura de que si lo llamo voy a perder más tiempo y, ahora mismo, el tiempo es lo único que necesito de mi lado— no despega su intensa mirada de mí, el escalofrío comienza a recorrer mi cuerpo de arriba a abajo sin percatarse de cómo me encuentro —. Así que déjame irme.

No puede dejar de entablar la mirada conmigo, como si deseara que sus ojos pudieran rompieran el impedimento que mi cuerpo forma para dejarla libre. Lo hago, no soy capaz de retenerla sabiendo que si lo hago va a ser peor. No escuchará mi propuesta por lo ofuscada que se encuentra, yo tampoco lo haría si fuera mi caso.

Corre hasta el exterior, la puerta que conecta con el garaje para poder escapar de todo esto. Ni siquiera me paro a mirar si sale correctamente, el rugido del motor provoca que el sonido de las personas del exterior aumente. Como si ella fuera el sol del sistema solar y los demás tuviéramos que estar a su merced como simples y pequeños planetas.

Porque yo no soy un estúpido planeta en esta historia, en la suya lo seré pero en la mía necesito ser la persona que decida lo que hacer en cada momento y, lo único que acude a mi mente cuando ella escapa de mi casa es Elizabeth.

La manera e la que sus labios estarán fruncidos como si deseara que alguien colocara una sonrisa en su lugar. La forma en la que su ceño se fruncirá a la espera de que mis dedos alisen las arrugas que forman. Sus brazos descruzados los cuales ansiaré que estén rodeando mi cuello para poder pegar mis labios a los suyos.

Deseo eso con tanta fuerza que no espero ni un segundo en tomar mi chaqueta, mi móvil y las llaves de casa para poder encaminarme hasta su casa. Con el jardín desierto de nuevo por no tener una noticia más con la que tratar.

Sin una vida más que destruir.

(***)

Un capítulo como apoyo para Barcelona. Tengo familia allí y no quiero ni pensar en lo mal que deben pasarlo. #PrayForBarcelona

Y... ¡Dios mío! ¡Santos problemas!

En NSLTC estábamos todos tan ofuscados con Skylan que no nos dimos cuenta de los sentimientos de nuestro pobre Thiago.

¿Qué pasará a partir de aquí? *insertar ojitos observando*

¡Espero que os guste!

¡XOXO!

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