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"¡Traidor!"

Soundtrack ~ Malibu ~ Miley Cyrus

"Enamorarse es amar las coincidencias y amar es enamorarse de las diferencias."

Capítulo 38: "¡Traidor!"

Si pensaba que Dylan le había pedido a mi hermana ser su novia estaba totalmente equivocado. Antes de venir aquí, en el instituto, Dylan me dijo que mañana le pediría oficialmente estar con ella.

Casi quise darle una torta cuando sus ojos inundados por el pánico me pidieron que se asegurara de que Sky iba a ir al partido de mañana. No tuve siquiera que preguntarle a mi hermana, obligué a Dylan que se lo cuestionara él mismo.

Aún me parece irreal que Elizabeth y yo seamos novios antes que ellos. Parecen siglos desde que ellos dos se ha visto y se han juntado para algo más que charlar, nosotros ni siquiera hemos tenido una cita oficial y ya somos pareja con una etiqueta que lo demuestra.

— ¿Por qué tengo la sensación de que Skylar no nos cree? — Su pregunta me toma desprevenido, sigo la mirada de sus ojos, en los cristales del lugar una pelirroja chica sostiene unos libros. Recuerdo haberla visto por el instituto, mis recuerdo no terminan de encajar al verla.

— ¿Qué quieres decir? — Su vista se posa en la mía, sus manos se entrelazan por encima de la mesa, una expresión divertida cruza su mirada, no llega a sus ojos.

El murmullo de la cafetería a nuestro alrededor es irritante. Cuando en mi interior solo quiero estar a solas con ella, dejar que el tiempo pase y nosotros con él, la realidad parece otra completamente diferente. Nuestras voces deben alzarse para poder escucharnos y, aún así, nadie baja el tono. Tampoco lo hacemos nosotros.

— En realidad, no lo sé — una pequeña risa que casi no consigo alcanzar a escuchar escapa de su boca, sus ojos vuelven a estar fijos en la ventana a nuestro lado —. ¿No se supone que cuando una pareja está saliendo le preguntan un millón de cosas? — Su poca experiencia, al igual que lo es la mía, me causan ganas de reír.

Las esquinas de sus labios se crispan como si intentara no reír cuando, yo, suelto una carcajada que resuena en el lugar. Liz mira a sus lados como si quisiera percatarse de que nadie se ha fijado en mi estruendosa risa. Lástima que tres mesas ya hayan posado su mirada en nosotros.

— ¿De dónde has sacado eso? — La pregunta sale de mis labios sin importarle las convulsiones que tiene mi cuerpo ante las carcajadas.

Parecemos estúpidos preguntándonos cada cosa que nos sucede. Decir que sé todas las respuestas de las preguntas que me lanza sería mentir. Pero tampoco hay que ser un lumbreras para saber contestar alguna estúpidas y graciosas cuestiones que suelta. Parece una niña pequeña de cuatro años que no puede evitar preguntar a cada momento una cosa diferente.

— En las películas — su voz disminuye a medida que lo dice, no puedo evitar que la carcajada se escape de mi boca de nuevo —. No te rías — su molesta mirada vuelve a dirigirse hasta la ventana a nuestro lado, como si quisiera escapar de la situación —. Normalmente los amigos preguntan hasta si se han acostado —abro los ojos como platos aunque una sonrisa ladeada se conserve en mi boca —. Tus amigos no han hecho eso — ni siquiera sé que es lo que tanto mira por esa ventana, quiero gritarle para que me mire. Pensar que no me hace caso mientras platicamos es irritante a mi parecer.

No creo que no se lo crean, puede que lo hagan, por supuesto. Skylar no me ha visto con ella hasta la fecha, que yo recuerde. O, a lo mejor, se ha percatado de nosotros pero no se ha atrevido a preguntar. En cualquier caso, es muy probable que Skylar no se lo crea, pero no pienso que sea verídico.

Es un lío en mi cabeza, como un rompecabezas que no puedo resolver. No puedo retirar mi vista de ella, el tormento en su cabeza que le supone creer eso está acabando con ella. Parece que la simple negación de nuestra relación supusiera un bache, in obstáculo. Y me niego a que eso suceda.

— ¿Por eso piensas que no creen que estamos juntos? — Mi pregunta casi rozando la afirmación causan una mala mirada en sus ojos. Quiero gritar de alegría al ver que por fin posa sus ojos en mí.

— Sé que es estúpido — hago un sonido de afirmación con mi boca cerrada, Liz rueda sus ojos, exasperada —. Pero no nos miraba como si fuéramos pareja, era como si no se lo creyera — forma un puchero, las esquinas de mi boca alzándose sin querer evitarlo.

— Skylar nunca me ha visto con novia — la afirmación sale de mis labios antes de que pueda retenerla, observo sus ojos abrirse con emoción al saber que me ha cazado. Lo que he dicho ha sonado como si ya supiera de ella, y Liz no iba a hacer la vista gorda ante eso.

— ¡Sabía que la conocías de antes! — Mueve sus brazos como si estuviera haciendo el baile de la victoria sentada, gruño retirando mi mirada de sus ojos cerrados y tranquilos. Debería haberle negado, por alguna extraña razón no lo hago.

— El caso es que no pienso que no se lo crea — su vista se vuelve a posar sobre la mía, me arrastra al mar en sus ojos sin siquiera percatarse de lo que eso me hace sentir —. A lo mejor solo le cuesta asimilarlo — asiente con una pequeña sonrisa, sigue sin convencerle mi respuesta.

— ¿Qué es lo que te preocupa? — Cuestiono, me mira confundida, sus manos se separan y se vuelven a entrelazar, como un tic nervioso que no puede detener —. ¿Por qué estás tan preocupada por lo que Skylar piense? — Cierra los ojos unos segundos, como si meditara la pregunta, vuelve a observarme después, sus ojos más intensos que antes.

— Solo — se detiene unos segundos, su mirada transmite un sentimiento que se me hace imposible de describir —, es incluso raro para mí saber que tengo novio — la sonrisa se forma en mi rostro al escuchar esa palabra —. Es como si, que la gente no lo crea, me hiciera ver que no parecemos una pareja como las demás — suelto una carcajada. Su inseguridad crea más confianza en la relación.

— No somos una pareja como las demás, eso seguro — ladea una sonrisa, baja la mirada hasta sus manos entrelazadas sobre la mesa —. Pero nosotros sabemos lo que somos. ¿Qué más dará lo que los demás piensen si nosotros lo sabemos? — ríe queriendo aliviar la tensión inexistente que se ha formado entre nosotros.

— ¿Soy estúpida, no? — mira por la ventana, de nuevo.

— Nah — muevo la mano despreocupado —. Solo un poco insegura.

No me mira, su rostro está completamente serio mientras su vista no se desplaza del exterior. Sigo su mirada fija en la chica pelirroja que sostiene sus libros en la mano, su móvil en la otra mirando a sus costados.

— ¿Ese no es Logan? — Casi salto de mi asiento en el momento que la voz de Dylan se hace presente.

Su rostro a menos de dos metros del mío, la mirada envenenada que le lanzo ya podría hacerle ver que está a ocho metro bajo tierra en mi vida. Me ha matado del susto en cuestión de segundos. Voy a rechistar contra él, se lleva el dedo índice a su boca en una clara señal de que me calle.

Ruedo los ojos volviendo mi mirada hacia la ventana. Tal como había dicho el idiota a mi lado, Logan se acerca a la pelirroja. Sus pasos son bruscos y determinados, su cabello se mueve conforme lo hace su cuerpo.

Nunca había visto sin escuchar absolutamente nada como se podía sentir la tensión entre ellos. La mirada baja de la chica mientras Logan parecía enfadarse con ella. Sus brazos se movían tan veloces que tenía que resistir la tentación de ir allí y para sus espasmos.

Parece enfadado, y esa palabra es demasiado poco para describir lo que aparenta. Está enfurecido, la ira entraba en su interior como lo haría la infección en un organismo sano. Le está corrompiendo y podía sentirlo aunque solo estuviera viéndolos.

El rostro de la chica poco a poco se iba convirtiendo en el mismo tono que lo era su cabello. El tono rojizo empezando a extenderse desde sus mejilla hasta el resto de su cara. Su boca se abre, ni siquiera puedo escuchar lo que sale de su boca.

Los espasmos en los brazos de Logan se detienen por completo, la rabia de no saber lo que se dicen aumenta cuando veo que Logan se marcha del lugar. Su hombro choca intencionadamente con el de la pelirroja.

Cierra los ojos mientras Logan desaparece. Sus pasos enfurecidos mientras se va, el enfado de la chica disipándose. Su rostro vuelve a su color habitual, baja la cabeza dejando que el rojo de su cabeza contraste con su, ahora blanca, tez.

— ¿Qué demonios acaba de pasar? — La pregunta escapa de los labios de Dylan antes de que ninguno de nosotros pueda formularla.

Siento como Dylan se sienta a mi lado, el sonido que el impacto emite provocando que ruede mis ojos. La mirada divertida que me dirige mi hermana me causa ganas de reír, Dylan es así y no hay nada que pueda cambiarlo.

— Parecía enfadado — Dylan suelta la observación más lógica de la situación.

— ¿En serio? — No puedo evitar sonar sarcástico —. Yo pensaba que estaban bailando — la ironía inunda mi tono de voz, unas pequeñas risas sonando en el lugar.

Contemplo como Skylar se sienta al costado de Elizabeth, la cabeza gacha que se encarga de realizar la peliazul causan una risa en mi interior. Vuelvo a fijarme en el rostro sereno e inclusive molesto que tiene Dylan.

— No hacía falta que fueses así — espeta, coge una servilleta de la mesa, empieza a hacer diminutos trozos de esta.

— Deja de ser tan obvio, entonces — mascullo devolviendo la pulla, me saca la lengua demostrándome lo infantil que se comporta.

A veces me pregunto como un chico así puede estar saliendo con mi hermana. Recuerdo todo lo que tiene sobre sus hombros y mis preguntas se responden por sí solas. Ni siquiera yo sé como Dylan aguanta todo lo que se le viene encima.

— ¿Y Nora? — pregunto, puedo ver por el rabillo de mi izquierdo como Elizabeth alza su mirada ahora interrogante. Deseo aplaudir cuando veo que ha dejado de lado la inseguridad que Skylar, de forma estúpida, le provoca.

— Se ha quedado con una amiga, decía que tenía que hacer un trabajo con ella — niega con su cabeza, como si no lo creyera —. ¿Desde cuándo se hacen trabajos en pareja en cuarto? — La pregunta se queda atascada en su garganta cuando le detengo.

— Todos hemos hecho algún trabajo en cuarto curso — afirmo, su ceja se alza preguntando algo que es lógico —. Que tú pasaras de ellos es diferente — la acusación se me escapa, lleva una mano a su pecho con un dramatismo inútil.

— Eso no es verdad — voy a rechistar, una voz dulce me detiene.

— ¿Quién es Nora? — Liz cuestiona, una pequeña sonrisa aparece en mi rostro cuando me preparo a contestarle.

— No tienes por que saberlo, roba–asientos — espeta Dylan.

Elizabeth alza una ceja en su dirección, divertida de la escena. Termina siendo mi hermana quien contesta a la pregunta.

— Es la hermana de Dylan — rueda sus ojos mientras observa la infantil y molesta mirada que su novio le lanza —. Tiene nueve años — informa a Elizabeth, ella vuelve a mirar a Dylan. La ternura que esa pequeña chica causa en los rostros de las personas con las que se junta aunque no esté presente es maravilloso.

— No te tomaba por un hermano responsable — el ataque de Liz me causan ganas de reír, mientras Dylan frunce sus labios intentando calmarse, no puedo evitar soltar una carcajada. Sky me secunda, los ojos de Dylan no dan crédito.

— ¡Estáis todo contra mí! — Acusa Dylan, sus ojos se dirigen a Skylar —. ¡Pensaba que tú estabas de mi lado, Cielo! — Su dedo índice señala a mi hermana.

Skylar gesticula con sus finos y rosados labios una disculpa para mi amigo, las carcajadas no le permiten hablar. Agarra su estómago mientras sus relucientes dientes salen a la luz. Se coloca bien los lentes sin querer que se le caigan, la forma en la que arruga su nariz provoca que se le resbalen.

— ¡No estaré en un lugar donde me toman por irresponsable! — Sus manos hacen estruendo en la mesa cuando las apoya con brusquedad, sus dientes rechinan con fingido enfado. Sin duda debería ser actor de comedia si sigue así.

Sus pasos resuenan por el lugar, la mirada de las personas a su alrededor causan aún más risas en el lugar. Parece mentira que de una conversación tan normal se haya dado la vuelta la completo para terminar con Dylan fingiendo estar molesto y nosotros a punto de desmayarnos por nuestras convulsiones.

— ¡Eso es el baño, Dylan! — Mi grito se escucha por el lugar, parece no importarle a Dylan cuando se da la vuelta y me alza el dedo corazón especialmente para mí.

— ¡Ni se te ocurra hablarme, traidor! — Vuelve a girarse, tengo que preguntarme, esta vez enserio, si se ha enfadado. La cuestión se esfuma de mi cabeza tan pronto como se ha formado, las risas que soltamos en la mesa parecen incrementar la fingida molestia de Dylan.

¿Desde cuándo nuestras salidas se han tornado tan extrañas?

(***) 

En mi vida me había divertido tanto con un capítulo así, enserio deseaba una interacción entre ambas parejas.

El siguiente capítulo se entenderá mejor el por qué. Y sí, cuando Dylan le pide a Skylar ser su novia es cuando se entera Liz de que ella y Thiago son hermanos.

Tendréis que esperar un poco. El capítulo siguiente será más rápido. He decidido actualizar miércoles y domingo para que la espera no sea de una semana.

XOXO, espero que os guste.

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