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"Son mi familia."

Soundtrack ~ Riverside ~ Agnes Obel

"Debemos de dejar de preocuparnos de lo que no tenemos y empezar a valorar lo que poseemos."

Capítulo 45: "Son mi familia."

Nadie logra hablar por lo que aparecen los minutos más interminables que he vivido nunca. Cada mirada del lugar se dirige al mismo rostro, de Natalie hasta Mandy. Las arrugas en los ojos, los pómulos y la frente de la anciana permaneciendo más visible conforme mi novia la admira con rostro sereno.

Muevo mis ojos a través de la poco pintada cocina, Natalie me contempla esperando que pueda hacer algo. Agacho mi cabeza clavando mi vista en algo que no sea esa mirada de miedo y pánico que posee. Memorizo su rostro más pálido que de costumbre haciendo que parezca una albina de no ser por sus carnosos y rosados labios, lo cuales también estaban empezando a perder su color.

— ¿Otra? — Susurra Liz, parece que se queda sin aire cuando inhala con tanta fuerza que envía un escalofrío a través de todo mi cuerpo. Sus manos se mueven hacia arriba mientras una risa corta sale de su boca cargada de sarcasmo, esquiva la mirada de las dos mujeres simulando algo que no logro llegar a entender. Los sentimientos están demasiado apelotonados como para llegar a comprenderlos —. ¿Cuántas más habéis recibido? — Los ojos de la peliazul desteñida se clavan en Natalie, ella la mira con tanto miedo que no puedo hacer algo para calmar la inquietud que persiste en mi cuerpo.

— Es la segunda — suelta en un hilo de voz, se desvanece su tono conforme habla con el peso del mundo sobre sus hombros. El mismo estado en el que todos nos encontramos, con el miedo llenando nuestra mente y las preguntas cortando la tensión como si de un cuchillo se tratara.

— ¿Pensabais decírmelo cuando la policía os estuviera echando de casa? — Sus duras palabras resquebrajan mi corazón, el desgarre que su tono forma divide cada parte de mi cuerpo en trozos pequeños para poder tirarlos al contenedor.

Agarro la hoja con mis manos repasando cada mínimo detalle del que pueda sacar provecho. Intento recordar todas las clases de administración de empresas que nos han dado en el instituto. Me arrepiento con una fuerza monumental de no haber prestado la suficiente atención, porque ni soy administrativo, ni tampoco abogado y todo lo que consigo retener en mi cabeza es la bestial cantidad de dinero que tienen que dar para que no les retiren la casa.

— Queríamos decírtelo, Liz — Natalie se levanta de la silla al ver como ella se muestra reacia a escuchar las razones de los demás, sus hombros se encogen. Se abraza a sí misma cruzando sus brazos para frotarlos con sus manos. Sonríe triste volviendo a fijar su mirada en sus pupilas tormentosas —. Estabas tan feliz las últimas semanas que contarte esto solo iba a hacer que te comportaras así — su mano se apoya sobre el hombro de Liz, dirige su mirada allí analizando cada palabra que suelta y cada gesto que realiza.

Suelta un suspiro largo y tembloroso agachando su cabeza. Un círculo de oscuridad la inunda como si de su aura se tratara, nunca he visto una tan oscura y temerosa. Aún me resulta increíble admirar como en ningún momento se ha derrumbado ante la noticia. Ha permanecido tan fuerte y valiente que casi me da miedo saber como se comportará cuando salgamos de aquí.

— Que estuviera feliz no significaba que me tuvierais que esconder una cosa como esta — alza de nuevo la vista. Siento como Natalie inspira con fuerza desplazando su mirada con inquietud por el suelo. Los labios le empiezan a temblar, contemplo como se le cristalizan los ojos en cuestión de segundos y el primer sollozo sale al exterior, se tapa la boca con su manos deseando detener el llanto que comienza a formar.

Liz reacciona rápido, con más velocidad de la que yo habría tenido nunca. Sus brazos rodean el pequeño cuerpo de Natalie, la acerca a ella como una amiga a la que no ha visto en mucho tiempo. Apoya su mentón en la curva entre su hombro y su barbilla, el cabello dorado de Natalie queda enganchado por la mandíbula de Liz.

— Nos van a echar, Liz — empieza a llorar con fuerza, me quedo paralizado en mi asiento mientras contemplo como Mandy apoya ambas manos sobre el respaldo de la silla que está a su lado. Su viejo rostro se contrae haciendo que parezca incluso más mayor de lo que ya es. Suelta un suspira fijando su atención en la mesa de madera causando que crea que eso es el mayor objeto del universo.

Niega con la cabeza mientras sus débiles brazos logran sorprenderme de nuevo al mantenerse en equilibrio, casi creo que se le van a doblar y se va a dar de bruces con el suelo. Son tan delgados y débiles que deseo acercarme a ella y volverle a sentar en su asiento pues me sentiré mucho más seguro si lo hago. Pero también puedo reconocer como ella no quiere que la ayudemos. Contemplo como una lágrima cae por su pómulo inundado por las arrugas que llenan su dulce y precioso rostro.

Me siento un completo idiota e inepto al no poder hacer nada por ayudarles. Soy el que menos familiarizado está con la situación y debería ayudarles pues no soy una persona que debería albergar tantos sentimientos en tan pocas semana con los pequeños que llenan esta casa. Aún así, parece que lleve en este lugar, con este tipo de problemas, durante incontables años y no sepa cómo actuar. Los sentimiento de miedo, pánico y terror se arremolinan en mi organismo de tal forma que no puedo arrancarlo de mi corazón.

Todo lo contrario a Liz, con total admiración hacia mi novia no consigo llegar a entender lo que sus palabras susurran algo al oído de Natalie, las cuales parecen calmarla de tal forma que no podría haberlo hecho mejor. Las sacudidas de su espalda son más pausadas, Liz se echa hacia atrás obligando a Natalie que alce su rostro.

— Vas a calmarte — agacha sus manos hasta dejarlas por debajo de sus ojos, limpiando las escasas lágrimas que ha soltado. Una determinación característica de ella llena su mirada con el mayor cariño jamás presenciado —, nos vamos a sentar en la mesa — sonríe en su dirección con tanta dulzura que creo que Liz es la mayor y Natalie la pequeña del grupo. Natalie asiente separándose de Liz mientras ella aún sigue cogiendo sus antebrazos para obligarla a que le mire —, y me vas a contar todo lo que ha sucedido mientras yo no estaba.

Sonrío al percatarme de como cambia el sentido de la oración al hacerle ver a Mandy y a Natalie que ella ha estado ausente en lugar de soltarles que no se lo ha contado. Infla mi pecho de orgullo admirar como distingue la diferencia entre lo que está bien y lo que más puede dañarles a las personas con las que ha compartido su vida. Elizabeth se mantiene fuerte mientras seca las lágrima de Natalie.

— Lo siento, Liz — vuelve a hablar Natalie siendo incapaz de detenerlo, sus labios se abrían y cerraban intentando soltar esas palabras. Liz vuelve a sonreír con la boca cerrada, contemplo con tristeza como las manos pálidas de mi novia tiemblan con fuerza mientras seca las lágrimas de Natalie.

Me acerco hasta ella sabiendo que ella nota mi presencia, se separa completamente de Natalie rozando su espalda contra mi pecho. La mano cálida de Liz toca la mía haciendo que, por primera vez desde que he entrado, pueda sentirme útil. Liz busca mis dedos para entrelazarlos, dejo un beso sobre su frente sabiendo que eso puede ser una manera de calmar ese tan acelerado corazón con el que puedo sentir su bombeo hasta en su mano rozando la mía.

— No pasa nada, Nat — contesta Liz, tira de mí instando a mis pies a moverse hasta la mesa. Mandy mueve sus delicados pies a través de la cocina queriendo sentarse en la silla más cercana, contemplo como mi mano se balancea cuando el cuerpo de Liz se echa hacia delante ansiando llegar hasta Amanda para ayudarla. La acerco a mí provocando que se quede quieta mientras mira a su tutora. Logra como toda una sabia sentarse en su silla sin necesidad de ayuda, repetimos su acción poniendo las cartas sobre la mesa de una vez.

— ¿Cuándo os trajeron la primera carta? — Mi voz por fin se hace presente, los ojos de ambas se vuelven hacia mí recordando a mi cuerpo la razón por la que permanecí callado segundos atrás. Estas mujeres tienen tanta independencia y decisión en su mirada que logra ponerme los pelos de punta.

— Hace dos semanas — contesta Amanda al fin, sus oscuros y cansado ojos se clavan en mis pupilas. Suelta un suspiro entrelazando sus manos, me hace percatarme de las caricias que formo en la mano de Liz por debajo de la mesa —. Un hombre vino explicándonos la razón por la que nos desahuciaban — deja escapar un amargo resoplido acompañando al sentimiento con una sonrisa. Sus arrugas se acentúan en su rostro dolido —. No hay que ser demasiado estúpido como para saber esa razón — niega con su rostro volviendo de nuevo a dejar la mirada perdida en algún punto del lugar.

Se extiende por l lugar un silencio aterrador, unas numerosas pisadas se escuchan en el piso de arriba, mi cuerpo se tensa esperando y deseando con todas mis fuerzas que Peter o cualquiera de los huérfanos no se percate de lo que sucede unos metros más abajo de donde se encuentran sus pies.. El agarre de Liz bajo la mesa se hace más fuerte a medida que los segundos pasan.

Las preguntas vuelan sobre nuestras cabezas tratándose de un halo de oscuridad. Pienso mil razones para poder hacerles creer a las fuertes mujeres que se encuentran junto a mí que vamos a poder salir de esta. Porque por más que ellas no puedan yo sí puedo lograrlo y es algo que me rompe el corazón no poder confesarlo.

— ¿Cómo vamos a conseguir el dinero? — Pregunta, otro largo silencio le sigue de nuevo a la pregunta. Aplano mis labios queriendo decir que yo lo podré pagar, que mi familia y mi hermana son lo suficientemente ricas como para poder pagar toda la deuda.

Un terrible sentimiento de miedo inunda mi cuerpo al saber que eso no es muy buena idea pues, aunque lo quiera con todas mis fuerza, una promesa vuela sobre mi uso de la razón provocando que no diga nada. Busco maneras para hacerlo, el dinero parece ser lo único que no les importa a mi familia pues tienen suficiente para poder tener dos vidas pagada con lujo impensables. El único problema sería poner la excusa para hacer creer a las personas ante mí que puedo librarme de él sin problemas.

— Yo puedo coger dinero del banco — susurra Natalie siendo la primera en intentar ayudar, contemplo como Liz mira a la mesa. No ejerce la misma presión que antes sobre mi mano, algo que logra inquietarme. Poder sentir como son sus sentimientos me da algo de apoyo al reconocer como se encuentra, que no haga ningún movimiento provoca que el miedo se intensifique —. Tengo ahorros desde hace años y podremos utilizarlos para esto — sus ojos se clavan en los de Liz sentada a mi lado, frunce sus labios. Veo en cuanto los suelta como estos tiemblan.

— Yo también puedo conseguir algo de dinero si voy — apoya Mandy, su voz temblorosa me deja pensar a qué persona debo animar en estos momentos pues todos parecen tener una piedra pesada sobre su cuerpo que les imposibilita respirar.

Suelto la mano de Liz sintiendo el frío que consigue dejar en la palma de esta. Paso mi brazo por encima de sus hombros acercando su cuerpo al mío. Permito que descanse su cabeza sobre mi pecho sin importarme ni un poco como me pueda ver ante ellas. Su cuerpo tiembla de una manera que parece que solo yo puedo notar, agarra mi camiseta en un puño queriendo descargar su frustración en ese estúpido pedazo de tela.

Creo ver un brillo de agradecimiento en los ojos de Mandy al verme hacer ese gesto, hace el amago de una sonrisa que consigue que suba un poco mis ánimos. No lo suficiente como para que me pueda sentir en paz pues eso es lo que menos se puede llegar a sentir en unos momentos como estos. La esperanza se está evaporando de nuestros cuerpo conforme los segundo pasan sin haber intentado ni siquiera ganar la batalla.

— Puedo coger el dinero de las carreras — no mueve su cabeza mientras contesta, frunzo el ceño sabiendo que ese dinero lo tenía ahorrado para su futuro. Echo mi cuerpo hacia atrás deseando ver sus ojos para que me asegure que lo que ha dicho va enserio pues no permitiré que lo haga.

— Ese dinero es de la universidad, Elizabeth — Mandy reprende lo que yo he deseado hacer y que habría hecho de no ser por que ella se me ha adelantado. Los ojos de ambas parece cruzarse, distingo un brillo de autoridad en su mirada serena. Una fina línea que cruza sus labios hace que el sentimiento que desprende se intensifique.

Su voz suena firme y severa. Una característica que no le he visto en ningún momento desde que llevo viniendo aquí. Sus manos se plantan sobre la mesa haciendo que sea increíblemente dominante ante ella.

— Me da igual, Amanda — se despega de mi pecho de forma repentina, aguanta la mirada que le dirige Mandy antes de volver a hablar —. Sabes perfectamente que este orfanato es mi vida — sentencia, la mirada de Amanda se suaviza mientras revisa sus expresiones. Abre y cierra sus labios queriendo decir algo al respecto. No tiene nada que decir —. Ni muerta voy a quedarme de brazos cruzados sabiendo que todos estáis sacrificando vuestros ahorros de toda la vida por estos niños — Natalie sorbe por la nariz, parece no librarse aún de la congoja que llena su cuerpo —. Ellos también son mi familia, Amanda — su última confesión envía tantos escalofríos a través de mi espina dorsal que debo reclinarme sobre el asiento para dejar de sentirlos.

La anciana vuelve a adoptar su postura relajada, no tiene ni una pizca de tranquilidad en su cuerpo. Suelta un largo suspiro obligando a mi cabeza a creer que eso es lo único que podemos hacer.

— Intentaremos no utilizar ese dinero, Elizabeth — objeta Natalie acordando con el pensamiento de Amanda. Está más calmada que antes, sus ojos están rojos de todas las veces que se ha restregado sus manos por la cara intentando, de alguna inútil manera, calmarse.

— Lo vamos a utilizar, Natalie — Liz es terca, la más mayor de las jóvenes entrecierra los ojos en su dirección deseando que ella, al igual que yo, retire sus palabras —. Tú también estás invirtiendo el dinero de la universidad en esto — indica con total certeza Liz, la mirada que le dirige Natalie le hace saber que es verdad.

Por mi cabeza pasan miles de pensamientos, si por la misma razón ellas están dejando su dinero a este orfanato yo también podría hacerlo. Natalie ya está en la universidad y ese dinero que está utilizando para esto puede hacer que deje de estudiar. En un año no se puede conseguir el dinero de la universidad de todo un año, por mucho que pueda trabajar es irónicamente imposible.

Sé que deberle dinero a mi familia es lo que más odio en este mundo pero soy capaz de hacerlo por cada niño que vive en este lugar. Reconocer esto solo hace que me arrepienta de no haber estado ahorrando o consiguiendo dinero en lugar de vivir en una cuna de oro como he estado haciendo todos estos años. He permanecido sin tener un maldito problema en toda mi vida y, enfrentarlos ahora, logra que me paralice.

— Yo también puedo dejar bastante dinero para esto — las palabras salen con bastante fuerza de voluntad de mi parte. Veo como los rostros de las tres se posan sobre mí, me encojo en mi lugar deseando dejar de sentir sus miradas ancladas a mi cuerpo.

— No tienes por que hacerlo, Thiago — dirijo mi vista a Liz, una pequeña sonrisa curva sus preciosos y carnosos labios. Busca de nuevo mi mano terminando por entrelazar nuestros dedos. Percibo el calor de su mano juntándose con la mía, mi corazón comienza a sufrir paros cardíacos en el peor momento —. Tú no estás metido en esto, amor — el apodo que me devuelve hace que mi corazón se acelere, pero no logra que cambie de opinión al respecto.

— Pero quiero hacerlo, Liz — decido, sus ojos batallan con los míos queriendo que no lo haga. Sonrío como un idiota reconociendo que ella no va a conseguir eso, dejo un beso sobre su sien dirigiendo mis labios a su oído —. Quiero ayudar — su cuerpo sufre un escalofrío en el momento en el que termino de hablar.

Asiente separando su cuerpo del mío de nuevo, planta la mano que tiene libre sobre la mesa como si quisiera hacerse ver. Sus ojos son los más determinados que he visto nunca mientras mira con tranquilidad a cada persona del lugar.

— Juntad todo el dinero que podáis — empieza a hablar, me mira esperando una afirmación de mi parte. Realizo lo que cree que no haré provocando que forme una mueca con sus labios —. Mañana iré a hablar con el banco.

Sonrío mirando como intenta calcular todo el dinero que puede conseguir. La líder que lleva dentro sale a la luz en su mejor momento, maneja mejor la situación a pesar de tener a dos adultas sentadas a sus lados.

Me mentalizo de lo que esto puede suponer para su vida, sus labios siguen temblando de una forma que parece que yo solo puedo reconocer. Acaricio su manos entrelazada a la mía, me da un apretón que logra que el amago de una pequeña sonrisa aparezca en su rostro.

Sé que no va a ser fácil conseguir esto, y pienso acompañar a Liz al banco para ayudarle con cualquier problema que pueda tener. La conozco lo suficiente como para saber que esta forma de actuar solo sucede con ciertas personas. Con un banquero no lograría llegar ni a la mitad de una plática, la rabia le jugaría en contra y batallaría con su compasión sin recibir un resultado favorable.

Suelto un suspiro haciendo que crea que vamos a pasar esto, para Liz el orfanato en el que estamos es su vida. ¡Se crió aquí, por el amor de Dios! A mí no me agradaría saber que un lugar como este se fuera al traste y me niego a ver como Liz tiene que pasar por eso. Su felicidad se iría por la borda en caso de que eso ocurriera y prefiero quedarme en bancarrota en lugar de luchar contra una Liz deprimida y furiosamente triste.

(***)

Algo sad pero tenía que empezar lo bueno, o en este caso lo doloroso. La historia a empieza a tomar el rumbo que quería y, el otro día, estuve controlando los capítulos que quedaban y aún falta por tener 44 capítulos de tensión.

Me siento malvada :D

Pero, como soy lo suficiente buena para ustedes quiero avisaros que la historia de nuestro queridísimo Logan Wilkinson está por publicar. Como lo oyen, o más bien lo leen, su novela estará subida segundo después de que este capítulo se publique pero no voy a subir caps hasta que esta se acabe :(

Ahí os dejo la portada espero que os guste porque no creo que sea como las demás novelas. Me pedisteis que sufriera y eso he hecho, además de que la trama la tenía escrita desde hace tiempo y no sabía a qué personaje ponérsela.

Estarán subido la sinopsis, el reparto, una pequeña nota y el prólogo para que os vayáis haciendo una idea Y puede, solo puede, que suba también cuando tenga tiempo el primer capítulo y mis formas extrañas de conocer a ambas personas.

Besos y siento si se os ha hecho larga la nota. Simplemente quería ponerles al día.

¡XOXO!

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