"La amas."
Soundtrack ~ What lover do ~ Maroon 5
"¿Cómo se le dice "Adiós" a lo que alguna vez le dijiste "Por siempre"?"
Capítulo 73: "La amas."
— Nora — llama Dylan, su voz es ronca, sus ojos cristalinos. Tiene la intención de llorar pero su fortaleza no tiene límites cuando se trata de cuidar de su hermana pequeña. Ella le mira de vuelta, con la mirada tan brillante o incluso más que la de él —. Tienes que comer algo, peque — avisa dulce, Nora niega con la cabeza con tanta convicción que me hace creer que va a ser imposible sacarla de este lugar.
— No pienso dejarte aquí — habla, tuerzo una sonrisa deseando que no sucumba a los encantos de su hermano y no salga de la habitación. Que ella escape significará que tendré que contarle a Dylan lo sucedido ahí afuera. Y no tengo el cuerpo de la mejor manera ahora mismo como para añadirle una ruptura a la conversación.
Está claro, cuando Dylan sostiene la mano de su hermana y ella le atiende con tanto cariño que duele, que mi amigo ya ha ganado. Su rostro demacrado le da mil puntos para que cualquier persona, en especial su hermana, le haga lo que desee. Ruedo los ojos con una pequeña sonrisa, forzada, saliendo de mis labios.
«Ni que fuera el rey del condado», pienso.
— Volveré en cinco minutos — sentencia como última oferta, se reclina sobre la cama de su hermano depositando un tierno beso en su mejilla. Dylan sonríe al contemplar a la pequeña y diviso como le da un apretón en su mano, como si le asegurara que estará bien mientras disfruta de mi compañía. Ella se detiene a examinarme, me señala con el dedo índice en una expresión divertida que esconde millones de tristezas —. Cuida de él mientras estoy fuera — ordena.
Asiento con un pequeña sonrisa, aún puedo sentir el contorno de mis ojos húmedo a causa de las lágrimas derramadas. Puedo deducir sin la necesidad de tener un espejo delante de mí que mi rostro estará enrojecido por la rabia y el cúmulo de emociones en un periodo de tiempo tan corto, ni siquiera me ha dado tiempo a asimilar todo lo que ha ocurrido en menos de unas largas e intensas horas.
Suelto un suspiro moviendo mis pies a lo largo de la habitación cuando el sonido de la puerta cerrándose retumba en el espacioso lugar, tan serio y deprimente. No me atrevo a mirarle a los ojos pues sé que, hacerlo, traerá más consecuencias de las que necesito. Aún no me siento preparado para hablar, no cuando ni siquiera ha transcurrido media hora.
Paseo mi vista por la habitación sin parar en él, puedo sentir su mirada fija en mi rostro pero no pienso darme por vencido dejando recaer mis ojos sobre su destrozado rostro. Me decanto por enfrentarme a la verdad por un momento o esquivar la pregunta silenciosa que me dirige solo cuando me observa de esa forma. Es de lo más lógico que, tanto como mi cabeza como mis labios, elijan la primera opción.
— Nora no se ha separado de ti en ningún momento — confieso, bajo mi mirada dejando que, de una vez, sus pupilas se posen sobre mí. Desvía la mirada esbozando una sonrisa enorme que, a pesar de tener el labio partido, le sale de maravilla.
— Es demasiado protectora — exagera, endurezco mi expresión. Su mirada se muestra arrepentida mientras analiza las palabras que salen de su boca.
— No lo sería si no hubiera encontrado a su hermano inconsciente a manos de su padre — objeto, sé que le duele. No puedo evitar que esa rabia que siento por su padre se demuestre en mis duras palabras. Bufo reconociendo que me he pasado, que los problemas que yo tengo no deberían ser consecuencias para él. Me acerco a su camilla con la intención de dejar el tema de lado, Dylan no tiene los mismos planes que yo.
— Creía que lo tenía todo bajo control — asegura, mi corazón cae al suelo como un lápiz en una clase de matemáticas. No me agacho a recogerlo del suelo porque con solo mover un músculo todo mi cuerpo se quiebra, me quedo inmóvil como si la simple acción de dar un paso fuera un crimen.
— Nora tuvo que golpear a su padre para salvarte — comento, agarra la sábana con fuerza. Su mandíbula se tensa mientras repasa las arrugas que la manta posee con los dedos, alisándolos sin una victoria. Todo sirve cuando se trata de despejar tu mente de los problemas.
Permanecemos en silencio, escucho un ruido a la lejanía. No le presto atención analizando los movimientos de mi amigo. Son tan bruscos y violentos que me hace cuestionarme si de verdad sus huesos están tan destruidos como la doctora nos ha hecho creer.
El ruido en el exterior aumenta, no puedo distinguir las voces a parte de la de Nora pero, cuando la otra se hace más fuerte, me levanto de la silla. Parece ser que Dylan sigue sin fijarse pues su atención sigue sobre la cama. Esa acción que yo la noto tan estúpida y él como un tesoro por descubrir.
Decido dejarlo con su cabeza metida en sus propios problemas, ahora todo será cuesta arriba. Su padre no saldrá indemne de esto, y todo el papeleo que hay que organizar se tornará demasiado agotador para solo llevarlo él solo. Sacudo la cabeza olvidándome de ello, yo también tengo que hacer bastantes trámites para conseguir lo que tengo en mente. Solo es cuando estoy a medio camino de llegar al exterior de la deprimente y diminuta sala cuando su voz se hace presente.
— No hagas lo que yo hice, Thiago — ordena, cierro mis ojos dejando escapar un largo suspiro con mi rostro agachado, observando al sucio suelo bajo mis pies —. Me arrepiento con toda mi vida de haber dejado a Skylar antes de que esto pasara — comenta, no dirijo mi mirada a él porque sé que, si lo hago, las lágrimas resbalarán por mis mejillas como una maldita cascada sin fin —. No seas tan idiota como yo lo fui — sentencia.
Envuelvo mis dedos alrededor de la palma de mi mano, ejerzo presión sin pasarme de la raya. No siento rabia, siento dolor, y eso es mucho peor que la ira o el enfado. Se te rompe el corazón, la garganta no ejerce su trabajo. Solo sientes que tu vida no está tomando la trayectoria que querías escoger, que te has ido por una carretera que no era y, ahora, no hay carteles ni personas que puedan ayudarte. Estás perdido, cansado y con un sentimiento de traición impotente por no haber hecho las cosas mejor, por no haberte percatado de lo que sucedía a tu alrededor.
— Yo te dije lo mismo hace unas semanas — recuerdo, dirijo mi mirada hacia él con la lástima invadiendo sus ojos al contemplarme. Como un cachorro que no tiene padres y que han dejado abandonado en una cajita con comida y agua una noche de lluvia —. No me hiciste caso aunque quise que entraras en razón. No pretendas que yo te haga caso ahora — mando, salgo de la habitación con la espalda encorvada, los hombros hundido y la cabeza, de nuevo, gacha.
Aún cuando me detengo por unos momentos para no alzar la mirada, reteniendo las lágrimas, puedo percibir el olor dulce de mi hermana a metros de distancia. Deseo ser lo suficiente fuerte como para enjugarme las gotas traicioneras, formar una sonrisa, y fingir acerca de lo que mi corazón siente. Soy incapaz de hacerlo cuando alguien está clavando agujas, una por una, en mi alma, como si fuera una clase de acupuntura en la que, el único que sufre, es tu corazón.
Se levanta para ir directa hacia mí, agarra a Nora de la mano envolviendo el brazo que le queda libre a mi alrededor. La rodeo de la misma forma, sintiendo la falta de su perfume en mis fosas nasales, de su cariño en los momento difíciles, del sentimiento de tener a tu hermana pequeña para que te ayude a salvar tus guerras.
— ¿Cómo está? — Pregunta con congoja, las lágrimas bañan mi camiseta mientras la agarra con fuerza con su mano convertida en un puño. Me alejo de ella necesitando que su mirada encaje con la mía, si quiero que vuelva a ser mi hermana pequeña tengo que ayudarla primero a solucionar sus problemas. Sería un hermano mayor pésimo si quisiera librar mis propias batallas antes que las suyas.
— Tiene heridas por todo el cuerpo, hematomas también. Su brazo derecho está roto y una de sus costillas. Tiene un brecha profunda en la cabeza, le han dado cinco puntos — informo, reconozco como se descompone en mil pedazos mientras se lo cuento. Se lleva una mano a la boca intentando ahogar un sollozo.
No detengo la lágrima que sale y se desliza por mi pómulo tratando de trazar una carrera entre la siguiente que escapa. Las de mi hermana son más numerosas, ni siquiera intentan detenerse. Caen sin piedad, sin miedo, sin remordimientos.
— El doctor dice que mañana le harán las pruebas para confirmar que todo esté bien. Según él es una suerte que la policía haya llegado a tiempo. No habría soportado otro golpe consciente — otra exclamación es ahogada por sus labios fruncidos. Su mano tapa cualquier cosa que pueda salir por su boca.
Su mirada se encuentra perdida, mira más allá de mí, como si no se percatara realmente de que me encuentro delante de ella. Dirige una mirada a la puerta de Dylan, de su novio, saliendo de su ensoñación, de su sufrimiento al estar lejos de la persona que ama.
¿Así es cómo me siento yo ahora?
La pregunta ronda por mi cabeza pero no me noto lo bastante preparado para responderla. Ahora solo quiero meterme en una cama, dormir , desahogarme de la forma en la que mi cuerpo más lo necesite y, al despertarme, cerrar mis ojos de nuevo y seguir descansando. Hasta que todo se solucione, hasta que alguien llegue y pueda resolverlo todo, como un ángel. Pero debo encontrarle una solución yo solito, puede que con ayuda pero, al fin y al cabo, seré yo el que la realice.
— ¿Está despierto? — Pregunta, alzo mi mirada de nuevo hacia ella. La desesperación invade su expresión, la ansiedad por verlo me hace temer de cuanto le ama. Es tan sincero, tan profundo, que un pinchazo de envidia se clava en mi cuerpo como una flecha del estúpido Cupido.
— Despertó hace una hora. Las enfermeras nos dan hasta la una y media para verle — aviso, consulta su reloj. No estoy seguro de que quede demasiado tiempo para echarle una ojeada, se ha hecho muy tarde y, si las enfermeras de este hospital nos han dejado pasar a visitarle, es porque las situaciones son bastante dolorosas. Habría sido mucho peor si no hubiéramos podido siquiera entrar, aunque fuera por unos segundos.
— Thiago — me llama —. ¿Podrías llevar a Nora a casa? — Cuestiona sorprendiéndome, estaba tan ensimismado en mi cabeza que no me acordé de que la peque no tenía, ni posee, un lugar en el que hospedarse. El hospital solo permite a una persona por noche, y Nora, por mayor que pueda ser, no está preparada para pasar la noche con su hermano. Pueden haber complicaciones y no estoy seguro de que Nora sea capaz de soportar algún contratiempo de tal magnitud emocional.
»Estará cansada y tiene que descansar un poco — prosigue, como si hubiera necesitado una pausa antes de volver a formar las palabras correctas para nosotros. Poso mis ojos en un vistazo rápido hacia ella, observa con lástima a mi hermana, vuelvo mi atención a Skylar y asiento antes de que Nora se disponga a hablar.
— Pero no puedo irme, Sky — niega —. Tengo que quedarme con Dylan — objeta.
Skylar me mira, pidiendo ayuda. Muestro una mueca forzada, no logro mover mi rostro en expresiones. Está paralizado, dormido y tampoco ansío realizar nada para que vuelva a funcionar. Solo quiero llegar a casa y sumirse en mi propia desgracia. Ni siquiera puedo hablar sin que se me quiebre la voz, son tantos problemas que se me hace imposible procesarlos. El ordenador en mi cabeza se ha estropeado.
Con una inhalación de aire, larga, mi hermana se agacha para estar a la altura de Nora. Llora desconsoladamente de nuevo, quitarle a su hermano de su alcance debe ser horrible pero estamos haciendo lo que pensamos que será lo mejor para ella. Si Nora permanece esta noche con él, no descansará y ella lo necesita con urgencia.
Retiro las lágrimas de mis ojos pensando, por un momento desde que todo esto pasara, cómo estará Elizabeth. Habrá vuelto a las carreras, se le habrá olvidado la discusión que hemos tenido y volverá a ser la misma chica sin sentimientos que me encontré un día cualquiera en el instituto. Se tornará todo una mierda, y no estaré para remediarlo. Estoy cansado, sin fuerza ni ganas.
— Tienes que dormir cariño — vuelvo mi vista a ella, Skylar retira un mechón de pelo de su húmeda frente —. Mañana vendrás con Thiago y serás la primera en entrar. ¿Vale? — se enjuga las lágrimas y repite la misma acción con la morena. Nora entreabre los labios, nos deja clara su opinión cuando comienza a negar con la cabeza con tanto miedo que me aterroriza —. Por favor, Nora. Necesito estar con tu hermano — ruega, su voz se entrecorta más de dos veces con esa sola frase. No se atreve siquiera a decir que es su novio, con la incertidumbre de creer si siguen en una relación o no.
Esperamos expectantes la respuesta de Nora, analiza a mi hermana con tanta determinación que pienso que va a seguir negándose. Nos sorprende una vez más cuando suelta el aire de sus pulmones y cierra los ojos, una lágrima baña sus mejillas otra vez. Asiente demostrándonos que es una chica de lo más madura.
Con la cabeza gacha y las gotas saladas e irritantes descendiendo hasta su barbilla, donde caen al suelo, se acerca a mí. Agarra mi mano y le da un apretón, se lo devuelvo contemplando únicamente su cabello moreno y mostrando una mirada a mi hermana de despido y de ánimos antes de comenzar nuestra marcha.
El ascensor es tan frío y se encuentra tan vacío que me provoca un escalofrío. La sal de las lágrimas saborean mi lengua cuando la paso por mis labios intentando refrescarlos, humedecerlos. Me fijo de la mirada de Nora, ha cambiado drásticamente de lástima a curiosidad. Algo le ha venido a la mente y frunzo el ceño buscando la razón.
— ¿Iremos a casa de Elizabeth? — Pregunta, abro los ojos más de la cuenta al escuchar su nombre. Sigue doliendo con la misma intensidad aunque solo hayan pasado unas horas. Se siente como si hubiera sucedido hace dos segundos, mientras ella se marchaba y yo observaba de nuevo los ojos abiertos de mi amigo inconsciente.
— ¿Por qué iría? — Interrogo. Me interesa saber su pregunta, por dentro lo único que me urge es cerrar la boca y no dejar que mi ronca voz vuelva a escucharse. Hablar tan sumamente poco trae consecuencias y, que mi tono parece estar a punto de romperse, no mejora las cosas.
— Por que la amas — responde con simpleza, clavo mi mirada en su cabeza que no me mira, su vista está en el exterior, en las puertas de metal de ascensor. Como si no pudiera verme, como si no hubiera nadie a su lado- Quiero que se percate del daño que está causando con solo esas palabras, intenta ayudarme. Este no es un buen momento para hacerlo, no cuando dentro de dos segundos me derrumbaré de nuevo —. Y dos personas que se aman nunca deberían estar enfadados — sentencia.
Mi risa amarga llama su atención, revuelvo su cabello realizando esa acción para desplazar mis pensamientos suicidas. Tiene sentido lo que dice, pero no es tan sencillo.
— No solo se trata de eso, Nora — hablo, su mirada es confusa —. A veces no todo gira entorno a la persona que amas — digo —. Los problemas son más difíciles que solo eso.
— El amor lo supera todo, Thiago — defiende en su nombre. Trago duro sintiendo la opresión en laringe, me cuesta respirar y siento ganas de vomitar rememorando cada palabra que nos soltamos, cada puñal que nos hundieron, cada mentira que nos creímos para poder salvar la relación que teníamos.
— No siempre pasa, preciosa — declaro, se cruza de hombros molesta ante mi respuesta.
— ¿Entonces para qué sirve? — Pregunta.
Abro los ojos aún más meditando su pregunta. No puede tener más razón. Sirve para escaparte de los problemas en tu vida, no para empeorarlos. Pero, a veces, una mentira puede causar más destrucción que cualquier otro problema. Y, Nora, aún no es capaz de entender todo eso.
— Lo entenderás algún día — susurro esperando que escuche mi voz rota, como un cristal al caerse y haciendo añicos cada pequeño trocito. Salimos del ascensor, el aire impacta en mi rostro refrescando las lágrimas, volviéndolas frías para que las pueda notar con más intensidad.
Para que el dolor se expanda por mi cuerpo como un maldito virus del que no hay cura.
(***)
*Se marcha corriendo para que no la acribillen de nuevo*
En el otro capítulo no pude despedirme, en base a que ni siquiera tenía tiempo de escribir nada y que tenía un constipado que ni el mejor curandero podría quitarme. ¡Pero ya me siento mucho mejor!
(Ni siquiera sé por qué os cuento todo este rollo).
Espero que os esté "gustando" el maratón. Dije que no sería agradable y menos lo será los siguientes capítulos.
¡XOXO!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro