Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

"¿Es oficial?"

Soundtrack ~ I Don't Know Why ~ Imagine Dragons

"Nunca quise un príncipe azul, siempre soñé con un guerrero que peleara junto  a mí."

Capítulo 36: "¿Es oficial?"

Debo estar despotricando como yo solo sé en estos momentos, no paro de reprocharme las palabras que le he soltado creyendo que en realidad no la conozco. Que no nos conocemos. Es todo mentira, sé como la palma de mi mano.

El problema es que no sé si ella me conoce. Su frase parecía tan sincera cuando me dijo que lo más probable era que no supiéramos como somos. Pero, por sobretodo lo que puedo saber de ella, sabía que mentía.

Su mirada bajó mientras me lo decía, sus labios temblaron a la hora de decírmelo. Solo cuando quiere esconderse de la verdad hace eso, solo cuando quiere huir. Las palabras son lo que mejor se le dan para alejar a cada persona que se acercan a ella. Pero yo no iba a ser una de ellas.

Por eso no me molesté cuando me lo dijo. Me enfadé de una forma en la que prefería no decir la verdad a soltar lo que estaba pensando. Creo tener la razón más grande del mundo en este momento y no es por ser terco. De verdad lo siento así.

No es nada justo que se encierre en su burbuja de plástico. Tiene que conocer el mundo y a las personas que le rodean. No es lógico que no quiera sentir nada por que, para nuestra desgracia, los sentimiento son lo único que no hace ser humanos. Ella se tomaba las emociones como una desgracia.

No quiero que siga con esos malditos períodos de carreras y adrenalina cuando en realidad puede conseguir el dinero de otra forma. Me niego a seguir viendo como su vida está en peligro cada vez que se sube a esa moto, se coloca su poco protector casco y aumenta la velocidad hasta su límite.

Mi corazón late desbordado con solo pensar en lo que una simple situación como esa, unos insignificantes minutos, puede convertirse en mi perdición. Las curvas, la velocidad, las ruedas, los giros; cualquiera de esas cosas puede ser la división entre la vida y la muerte. Entre mi vida y mi muerte.

Y no voy a consentir que eso se permita, no podría conciliar el sueño sabiendo que ella va a estar en esa carrera porque seguro que es tan terca como para dejar de lado el asunto. Porque ella es así y debería enojarme y cabrearme con ella, pero el miedo que tengo a que no regrese es más grande que todo lo desagradable que siento.

Sacudo mi cabeza ignorando los pensamientos que atormentan mi mente, como buitres en busca de unos restos de comida muerta. Ahora mismo creo que estoy recogiendo los trozos de mi corazón que Elizabeth ha destrozado.

El enfado sigue invadiendo mi cuerpo, reconozco lo masoquista que está tornándose esta situación. No logro remediarlo, por más que pueda, se me hace imposible. La necesito, se ha convertido en mi aire para vivir y no puedo hacer otra cosa para hacerme cambiar de parecer.

Cojo mi chaqueta sabiendo que ella no tiene una a la que amarrarse. Está chispeando, pequeñas y finas gotas caen en la ventana de mi casa, el tranquilizador sonido llenando mis oídos de paz.

Desearía estar aquí con ella, como tantas veces nos hemos divertido juntos. En el sofá, el salón de su destrozado apartamento, viendo una película o simplemente disfrutando de la sensación de nuestros labios unidos.

Mechones de mi negro cabello se posan en mi frente cuando giro mi cabeza de izquierda a derecha en un inútil intento de olvidar todo aquello en lo que pienso y me atormento.

Pienso mil y una maneras de empezar la conversación cuando llegue al lugar al que tengo que ir. La sensación que poseo al pensar que todo va asalir conforme a lo que mi cabeza quiere es estúpido. Terminaré, al igual que hago siempre, despotricando mil cosas que he estado guardando. La mayoría de ella intentando a hacer daño a la persona que quiero.

Puedo ser la persona más pacifista del condado pero cuando alguien consigue hacerme enfadar nada va a poder calmarme. Digo cosas que en realidad no pienso, insulto aún más pero, esta vez, todo lo que he dicho lo llevo pensando desde que la conozco.

Ha pasado ya menos de media hora desde que me he largado dejándola sola en medio de la calle. Todos dentro del orfanato habrán visto el espectáculo que hemos montado; una pequeña oleada de culpabilidad me inunda al pensarlo. Se disipa en cuanto abro la puerta de mi casa para salir.

— ¿Qué haces aquí? — esos sentimientos que creía calmados vuelven a resurgir, el enfado comienza a crear estragos en mi cuerpo.

A esto me refería cuando decía que iba a despotricar todo lo que pensaba en cuanto la viera. El color azulado de su cabello está pegado al rostro pálido y cincelado que posee, propio de la pequeña lluvia de la que no ha podido refugiarse. Debo suponer que no se ha parado ni a coger un paraguas en el orfanato cuando la he dejado.

Eso significa que ha ido directa hasta mi casa en cuanto mi coche comenzó a a arrancar despidiéndose de ella. Suavizo las esquinas de mis labios, mis labios dejan de fruncirse. Sacudo mi cabeza sintiéndome un infantil y estúpido crío de cinco años al comportarme de esta manera.

Mis ojos impactan en los suyos, su mirada tan pura como lo es ella. Su rostro decaído observándome como si quisiera algo de mí, sus labios entreabiertos con un ligero temblor. Suelta un suspiro, cruza sus brazos en una cruz, uno encima del otro, los frota con las manos. Mi cabeza empezando a entender su situación.

— Vas a coger un refriado — susurro, le tiendo la chaqueta que tengo en mis manos.

La coloco en sus hombros sintiendo el tacto de su piel fría y desnuda en la yema de mis manos. Suelto un suspiro volviendo a pensar en cómo hemos llegado a este punto. Habíamos avanzado; ella me había contado muchas cosas de la misma manera que yo lo estoy haciendo.

Parece ser que el destino quiere volver a tirarnos a la casilla de salida en este estúpido juego en el que estamos participando. Nuestros ojos se fusionan, dos imanes de cargas opuestas juntándose y siendo imposible de separarse.

— Pestañeas sin parar cuando te enfadas — sus primeras palabras se escuchan después de un largo silencio.

— ¿Qué?

No me da tiempo a comprender nada, ella está en delante del umbral de la puerta y ni siquiera la dejo pasar. Escuchar sus palabras me parece más importante ahora que cualquier otra cosa, ansío saber y comprender lo que sus cuerdas vocales tienen preparado para mí.

Suelta un suspiro,nuestro contacto visual se rompe, sus pupilas creyendo que el suelo es un mejor lugar en el que fijarse. Mechones de su cabello caen sobre su rostro impidiéndome verla. Retengo las ganas de retirarle esos mechones azules y andrajosos de su cara.

— Tu nariz se vuelve roja si te sientes incómodo, como si quisieras llamar la atención cuando lo haces — puedo alcanzar a ver como ladea una sonrisa. La observo con ternura, mis manos queriendo abrazarla —. Cuando sonríes aparecen pequeñas arrugas bajo tus ojos y en las esquinas de tu boca.

Sus ojos impactan con los míos después de esas frases, la pequeña sonrisa que conservaba en su rostro desapareciendo en cuanto ve mi sereno rostro. Cruzo mis brazos a la defensiva esperando que ella siga hablando.

— Amas a los niños pequeños, siempre te pones a jugar con ellos aunque sea a una tontería. No te gusta que te lleven la contraria, pocas veces das la razón a una persona; la mayoría de veces es verdad y lógico lo que dices — va bajando el tono de su voz, haciéndose cada vez más diminuta —. Acaricias mi mano cuando estás nervioso y no sabes que hacer — una pequeña risa escapa de sus labios, rueda sus ojos con cansancio pero diversión —, parece que quisieras que te protegiera, como un niño pequeño.

Tengo que evitar que imitar la expresión de sus facciones mientras la escucho. Ya sé a donde quiere llegar y no hay una forma más perfecta que esta. Si en este momento no la he besado es porque quiero seguir viendo como se pone nerviosa ante mi silencio.

— Puede que no sepa nada de tu familia pero sé las aficiones que tienes, hasta donde llegan tus metas — mi corazón va a salirse de mi cuerpo —. He aprendido a reconocer las expresiones de tu rostro en cada momento. Y, lo siento. Te pido disculpas por haber sido la chica mas estúpida del mundo al no aceptar que te quiero y que te conozco incluso más de lo que me conozco a mí misma.

Deja de hablar, mis labios captan los suyos antes de que pueda decir algo más, se me hace imposible aguantar por más tiempo el cosquilleo de mis labios al no tocar los suyos. Sus manos húmedas ascienden por mi pecho hasta detenerse en mi nuca, es un instinto que mi piel se erice ante su tacto.

Nuestras lenguas se unen para dar paso al beso más increíble que nos hayamos dado nunca. El perdón junto con la emoción de sentir que ha venido a mi casa, con la lluvia cayendo sobre ella, para pedirme disculpas.

Que ha mostrado sus sentimientos y me ha dicho que me quiere, se ha arriesgado a decirlo aunque ella haya sido incapaz de hacerlo multitud de veces. Necesitamos ese beso tanto que tomamos respiraciones de por medio, mis manos por debajo de su mojada camiseta producto de la lluvia que se cernía anteriormente sobre nosotros.

Separo nuestros labios, las palabras intentando salir de mi boca en una desesperada oportunidad de decirle lo que siento. Su cabeza se apoya en mi pecho, temo que oiga en el alocado estado en el que se encuentra mi corazón.

— ¿Esto significa que me perdonas? — su pregunta causa una sonrisa en mi rostro.

Mi cuerpo vibra ante las carcajadas, esconde su rostro con sus azules mechones colocando una barrera. Beso su cabeza sintiendo como la emoción y el amor se extiende por mi cuerpo como un huracán arrasando con todo a su alrededor. Ahora lo único que hace es restaurar cualquier cosa que ha destruido.

— Déjame que me lo piense — bromeo, me llevo un amistoso golpe en mi hombro.

— Eres un idiota, Thiago — reprende fingiendo estar molesta, la sonrisa que conserva en sus labios me avisa que siente exactamente lo mismo que yo.

— Pero me quieres — rememoro sus palabras.

"Te pido disculpas por haber sido la chica mas estúpida del mundo al no aceptar que te quiero."

— No me lo recuerdes — dice con consternación, gira su cabeza a un lado —. Ya es bastante malo que te lo haya dicho yo primero — bufa como si se arrepintiera.

— Yo también te quiero — confieso con el ceño fruncido.

Abre sus ojos con sorpresa, sus labios se entreabren. Una pequeña sonrisa va expandiéndose por su rostro sin poder disimularlo hasta ocupar la mayor parte de éste. Su mirada no deja la mía mientras la contemplo, sonríe como si fuera una chiquilla que mira por primera vez los regalos de Navidad.

Se acerca a besarme, la sonrisa que posee le impide concretar el beso. Gruño cuando siento que sus labios se escapan de entre mis dientes. No logramos besarnos, nos reímos de nuestra torpeza al ser lo suficientemente estúpidos. Rodea mi cuello con sus finos brazos mientras la abrazo y la acerco a mí, ni una pequeña brisa cruzando entre nuestros cuerpos.

— ¿Entonces es oficial? — creo que es imposible borrar la sonrisa que mi rostro forma —. ¿Estamos juntos?

— Depende — alzo una ceja al escucharla —. ¿Me perdonarás si vuelvo a ser una idiota como hoy? — río cuando lo dice —. Soy pésima con las relaciones.

— No es verdad — dejo un corto beso en sus labios —. Puede que seas irritante a veces — pellizca mi nuca como reprimenda —, pero sabes como arreglarlo — termino con un pequeña mueca propia del pellizco.

— Tengo una pregunta — vuelve a hablar.

Asiento con mi cabeza esperando que lo suelte —. ¿Vas a besarme ya o tengo que seguir arrastrándome?

— Reconoce que has amado decírmelo — bromeo, me gano otro pellizco en mi cuello.

— Cállate y besa a tu novia — suelto una risa antes de que sus labios se unan con los míos en el beso más romántico de mi vida.

No me he equivocado, su forma de solucionar nuestros problemas es increíble. Incluso parece que su personalidad es otra totalmente diferente cuando se convierte en una chica común y enamoradiza. Podría decir sin dudarlo que esta Liz es la mejor que conozco.

(***)

Decidme que habéis escuchado el nuevo álbum de Imagines Dragons, Evolve.

Nadie que conozco lo ha leído y necesito a alguien que me diga si le ha gustado. Me siento marginada hablando de sus canciones cuando nadie laas ha oído.

Amo I Don't Know Why <3

Por cierto... ¡SON NOVIOS!

En mi opinión a quien más comprendo es a Thiago, se supone que en el amor normalmente una persona se preocupa más por ti que por cualquier otra. Eso es lo que estaba intentando demostrar cuando Thiago se enfadó con Elizabeth. A fin de cuentas, Thiago también reconoció su error así que... ¡TODOS FELICES!

Muchas gracias por vuestros votos y comentarios, sois increíbles.

#ThiabezOficialForever

XOXO :)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro