𝐹𝑖𝑛𝑎𝑙: 19
Byugchan llegó a su casa y se dió una ducha caliente, eso lo relajó mucho.
—La verdad sí estoy bien menso —tomó una toalla y se la enredó.
Terminó de cambiarse y agarró su celular para marcarle a Sejun.
—Por favor, contesta.
Todo fue en vano, ya que lo mandaba a buzón. También le trató de mandar mensajes, pero no los leía.
—¡Pero estás conectado! —Byungchan soltó frustrado.
(...)
Pasaron tres días y la verdad ya no soportaba estar más sin Sejun, no le contestaba los mensajes, ni llamadas, lo hacía sentir tan mal. Sabía que él no vendría a él, sino que Byungchan tenía que ir a él, Sejun no hizo nada sino su novio y tenía que repararlo.
Se dirigió al lugar donde Sejun tiene su departamento y buscó al dueño.
—Hola...
—¿En qué puedo ayudarlo?
—Em, sí. ¿Tiene una tarjeta extra del departamento de Lim Sejun?
—Claro, ¿pero quién es usted?
—Soy... S-su her-hermano y quiero darle una sorpresa sin que se entere.
—Está bien, se la daré pero, no se la puede quedar tanto tiempo, dígame para cuándo la necesita.
—Para mañana, ¿puedo usarla solo para entrar?
—Sí, está bien.
—Gracias —dio una reverencia.
(...)
Se llegó otro día y fue a varios lugares para comprar cosas y obsequios para que Sejun lograra perdonarle. Byungchan no es de esas personas tan detallistas o que compra muchas cosas, pero Sejun lo valía. Llegó a una florería y compró un ramo de 100 rosas, era muy hermoso, después de eso fue a comprar muchos chocolates, dulces, paletas, frituras. También compró un oso, un pastel de helado y globos.
Después llegó al lugar donde vive, pidió la tarjeta, la deslizó y pudo entrar al departamento. Comenzó a decorar todo, los globos por toda la habitación, las frituras y dulces alrededor del oso y puso una pequeña mesa para el pastel. Las rosas, algunas las puso en el piso dejando caer pétalos como camino hacia el cuarto de Sejun. Quería que todo fuera perfecto. Y ya faltaba poco para que Sejun llegará.
Por otro lado con Sejun. Salió de su trabajo, estaba exhausto. Solo quería llegar a casa y dormir. Mientras conducía a su hogar pensaba en Byungchan y todos los mensajes que este le envíaba.
¿Debería contestarle?
Sabía que ignorarlo iba a ser que tan solo se alejaran de nuevo, pero no le agradó la idea de que Byungchan le haya mentido tan descaradamente.
Llegó a su departamento, deslizó la tarjeta y entró. Algo raro que notó es que habían pétalos de rosas en el suelo y en las escaleras.
—Que raro, ¿qué es esto?
Siguió todo el camino y lo llevó a su habitación, abrió la puerta y un grito lo hizo saltar.
—¡Sorpresa!
—¡Ah! —se asustó demasiado —. ¿B-Byungchan?
—Hola, Sejun —Byungchan lo estaba mirando con una enorme sonrisa y con sus brazos metidos en los bolsillos de su chamarra. Se veía muy tierno.
Su corazón comenzó a latir demasiado fuerte, Byungchan estaba ahí.
—¿Có-cómo entraste? —fue lo que se le ocurrió decir.
—El dueño me prestó una tarjeta.
—Ya veo...
—Sejun...
—Sí —respondío firme.
—Lamento haber invadido tu privacidad, en serio. Pero la curiosidad me mató, quería saber por qué escribias esas cartas y nunca las enviaste. Lo lamento tanto, pero ya no aguanto estar sin ti. Fueron tantos años separados, que no aguantaría que nos volviéramos a separa —Byungchan lo tomó de sus manos —. Nunca suelo hacer estas cosas porque, creo que tu eres el activo.
Ambos no pudieron evitar reír ante lo mencionado.
—Admito que fue mi error y por favor, perdóname.
—Soy el activo, siempre lo seré y... ¡Te perdono y me encantó lo que hiciste por mí! —Sejun como pudo lo cargó y lo besó.
Ambos chicos estaban reaccionando y siguiendo muy bien el beso, eso fue tomando intensidad, hasta que Sejun tomó la iniciativa y tumbó a Byungchan a la cama, se comenzarón a besar y acariciar, ambos se extrañaban tanto y se necesitaban. Esos besos, esas caricias, sólo las podían sentir con esa persona, solo esa que estaba en sus mentes todos los días, en la mente de Sejun Byungchan mientras que en la mente de Byungchan estaba Sejun.
Sejun se quitó su corbata, luego su camisa; a quitarse su camisa Byungchan le ayudó un poco. Sejun ya no tenía ropa por la parte de arriba, Byungchan se aferró más a él acariciando su espalda. Byungchan pronto estaba sin camisa igual. Ya ambos estaban con sus cuerpos rozandose mientras se daban más caricias y besos.
(...)
—Hace mucho que no veníamos a este lugar, lo extrañaba tanto —habló Sejun mientras tenía su cabeza en las piernas de su novio.
—Yo también, esta vista siempre será hermosa.
—¿Sabes que tú eres más hermoso?
—Jajajaja, ¿qué cosas dices?
—No rías, que es verdad.
—¿Gracias?... Oye, ¿te puedo preguntar algo?
—Acabas de hacerlo.
—¡Ey!
—Okey, ¿qué es? —Sejun se levantó y miró atento a Byungchan.
—¿Por qué escribiste esas cartas?
Sejun supiró —Las cartas de amor se empiezan sin saber lo que se va a decir y se terminan sin saber lo que se ha dicho, no puedo darte una respuesta especifíca porque aunque no me creas, yo tampoco lo sé —se encogió de hombros.
—Lo entiendo.
—Tal vez me sentía solo y quería que un día las pudieras leer, ¡no sé que andaba pensando ese Sejun en tal momento!
Ambos rieron y se dieron un beso, Byungchan se acurrucó en los brazos de Sejun mirando hacia toda la ciudad. Ellos sí que se querían, era un amor real, un amor que comenzó con amistad y terminó en relación por alguna extraña razón. Ya que el amor se compone de una sola alma que habita en dos cuerpos.
"Las cartas de amor se empiezan sin saber que se va a decir y se terminan sin saber lo que se ha dicho" - Jean-Jacques Rousseau
"El amor se compone de una sola alma que habita en dos cuerpos" - Aristóteles
Como dije cuando lo inicié que este fanfic iba a ser de pocos capítulos, siento que en esos capítulos pude redactar muy bien la historia y creo que es uno de los mejores que he escritó y me divertí haciendolo.
Muchas gracias por su apoyo a la historia, ¡gracias! No olviden dejar su ⭐ y algun comentario. Byeeee.
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