16
El chico terminó de leer esa carta y la colocó en su sobre como venía, el cajón estaba lleno de puros sobres como el anterior. Iba a agarrar otra, pero escuchó unos ruidos. Con presión rápidamente cerró el cajón y puso la llave en su lugar y a la pequeña caja.
—Hola...
—Ah, hola —dijo algo nervioso.
—Terminé de bañarme, ¿quiéres bañarte o algo? Te prestaré ropa y después vamos por el helado.
—Ehh, bu-bueno.
(...)
Seguía pensando en las cartas, no podía sacar ese pensamiento de su mente.
—¡Byungchan! ¡Byungchan!
—¿Qué?
—¿Qué sabor de helado quieres?
—De frambuesa, por favor.
—Uno de frambuesa y otro de vainilla, por favor.
El mesero se fue y después les llevaron los helados.
—Oye, ¿esto es una cita?
—Sí, supongo.
—Hace mucho y no salía contigo, lo extrañaba.
—Aja.
—¿Te ocurre algo? Te noto distraído desde que salímos del departamento.
¿Le digo o no?
—No, nada. Supongo que solo me está ganando la nostalgía. Estar contigo de nuevo —tomó a Sejun de sus manos y este último le sonrió.
Estuvieron platicando y Sejun recibió una llamada, fue a responder afuera. Era una llamada de su madre.
—Oye, mi padre acaba de despertar, si quieres tú ve a casa y descansa, puedes comerte mi helado... Ah, se me olvida —Sejun sacó su cartera y le dió el dinero de los helados —. Que se queden con el cambio. Nos vemos Byungchannie —Sejun le dio beso en la frente y se fue.
—A-adiós.
Sejun se fue del lugar y llegó al hospital rápidamente. Su papá habían despertado y se sentía feliz por ello.
—Mamá... Papá, despertaste.
—Estaba hablando con tu padre, Sejun y... Chansung —su madre le dio un golpecito para que su padre hablara.
—Sejun, por tu culpa estoy aquí pero no puedo evitar que ames a un chico, vas a tener mi apoyo.
—¿Qué? —Sejun se confundió.
—Que voy a apoyarte en esa maldita relación que tienes —dijo evadiendo la mirada de Sejun.
El corazón del chico comenzó a latir a mil, sentía mucha aceptación por parte de su padre y estaba orgulloso de eso. Que su padre al fin lo apoyará. Fue a abrazarlo muy fuerte.
—¡Ay! Jajaja, hijo.
—¡Gracias, gracias por apoyarme!
—No importa. L-lamento todo lo que te hice pasar, perdóname —se separaron.
—Sí, te quiero, padre —le acarició su mejilla.
—Y yo a ti.
(...)
—¿Entonces dices que tiene más cartas?
—¡Exacto! Son demasiadas —cerró sus ojos haciendo un gesto.
—Pero, lo que planeas hacer. ¿No va a invadir su privacidad?
—Es que necesito saber, por qué tiene esas cartas y lo que dicen, me da mucha curiosidad. Aparte de todos modos pensó tal vez en enviarlas... porque tiene destinatario y el domicilio de mi casa.
—Eso es cierto. Pero, ¿si se entera?
—La verdad que no lo creo, Seungsik
—Bueno, pero debes de ser muy cuidadoso con eso
—Sí, ya lo planeé todo y saldrá bien —frunció sus labios en una pequeña sonrisa.
(...)
Pasaron unos días y Sejun y Byungchan volvieron a verse en el departamento del Sejun. El de cabello blanco decidió cocinar la especialidad del restaurante en donde trabajaba.
—Byungchan, necesito decirte algo.
—¿Qué pasa?
—Ya sabes que mi padre despertó, todavía no lo dan de alta, pero me dijo que apoyará nuestra relación, ¿no es increíble?
—Woah, me siento muy feliz, eso era algo que me preocupaba demasiado.
—Lo sé, pero ahora vamos a estar felices, cariño —dijo Sejun mientras agarraba la mano de Byungchan.
Byungchan en realidad sí sentía mucha emoción, pero el tema de las cartas seguía en su mente y tenía que hacer algo para distraer a Sejun o poder ir a su habitación.
Terminaron de cenar y recoger la cocina y se sentaron a charlar un poco, pero Byungchan hizo una pregunta que dejó a Sejun algo confundido.
—¿Podemos ir a tu habitación?
—¿Eh? ¿Para qué?
—Solo... —Byungchan se iba acercando a Sejun —. Anda...
Byungchan le dió un gran beso a Sejun, y obviamente el antes mencionado respondió a el.
—Bueno, vamos.
Llegaron a la habitación y Sejun dejó caer a Byungchan lentamente en su cama, se subió arriba de él y lo comenzo a besar. Sus besos eran lentos, pero muy excitantes.
—¿Sejun?
—¿Em? —Sejun besaba el cuello del menor.
—Me dió hambre.
—¿Qué? —El mayor paró y lo miró.
—¿Me puedes hacer un sándwich?
—¿Ahora? Pero si acabamos de cenar, Byungchannie.
—Por favor, ¿si? Yo hice la cena.
Sejun suspiró fuerte —Está bien, pero esto no se termina... Ahora vuelvo.
La estrategia de Byungchan había funcionado, Sejun abandonó la habitación y el de cabello blanco rápidamente abrió el cajón de las cartas, todo estaba justamente como él lo había dejado.
Tal vez Sejun no se ha dado cuenta.
Byungchan agarró una carta y comenzó a leer.
Busan, Corea del Sur
15 de marzo del 2018
Choi Byungchan
Hola, soy Sejun.
Decidí que empezaré a escribirte cartas, aunque no las recibas, solo para desahogarme de todo esto. Llevo poco aquí en Busan y ya me pasó de todo. Me hicieron pintarme el cabello por reglas de la escuela, ahora lo tengo negro, conocí a una chica muy linda, es extranjera, las personas comenzaron a notarme cuando hoy llevé mi cabello negro, cuando el primer día de clases lo llevé azul, ¿puedes creerlo? También la chica de la peluquería a la cual me fui a pintar el cabello trato de ligarme. Eso creo yo.
Aún te extraño mucho, Byungchan, sé que me has de odiar o estás tratando de olvidarme y... Esta bien, pero yo aún te llevo en mi corazón y creo que lo seguiré haciendo durante un gran tiempo.
Me despido de ti, adiós.
- Lim Sejun
Holaaaaaa
No actualicé por un gran tiempo y les pido una gran disculpa, mi mente andaba en blanco para esta historia y no sabía como seguirla, pero por suerte unas ideas surgieron y pues, ¡aquí estoy! Esoero y les haya gustado los capítulos y mañana o el lunes tal vez suba el próximo, depende de como vaya a estar mi imaginación.
Bueno, me despido. Byeeee 💕
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