En la preparatoria había tensión entre Hanse y Sejun. Hanse siempre lo miraba mal y a Sejun le empezaba a incómodar, Seungsik que sabía lo sucedido solo se limitaba a mirar.

—Te pasaste.

—No hace falta que me lo recuerdes.

—Perdón.

Era obvio que Hanse le había agarrado rencor a Sejun por haberle dicho cosas que lo hirieron.

(...)

Era fin de semana. Byungchan y Sejun siempre se encontraban los sábados en ese lugar tan tránquilo donde no pasaba gente y podían hacer lo que quisieran, se escondían ahí y nadie se daba cuenta de que había personas en ese lugar.

—Sejun... Te noto muy callado, ¿pasa algo?

Sejun dio un suspiro —Un chico.

—¿Eh? —Byungchan levantó la voz.

—Me besó.

—¡¿Qué?! —el castaño se separo de los brazos de Sejun, se había puesto celoso —. ¡Y lo dices como si nada!

—¡Byungchan, tránquilo! Mira... No te pongas agresivo

—¡Claro, que te bese otra persona es de lo más normal!

—Byungchan...

—Ya me voy —el chico se iba a levantar pero Sejun lo agarrró del brazo y lo tumbó hacia el piso, Sejun quedó arriba de él.

—¿Me vas a escuchar?

—Déjame —desviaba la mirada.

—Byung... —Sejun se acercó a los labios del castaño.

—¡E-está bien!

Sejun se quitó de Byungchan y le explicó lo sucedido.

—Ah, ¿tienes miedo que te haga algo?

—Sí.

—Tránquilo, no va a pasar nada, ¿okey?

—Pero...

—Yo estaré contigo, ese chico no tiene derecho a hacerte daño. Debo aceptar que sí actuaste de mala manera con él, pero no puede llegar a cometer una locura.

—Gracias, Byungchan —Sejun lo abrazó.

—Estaré contigo —le dió un beso en la frente.

(...)

—¿Los seguiste?

—Sí, tomé las fotos como me lo pediste.

—A ver... —Hanse agarró el sobre donde venían fotos de Byungchan y Sejun besándose — Woah, son muy buenas. Ten tu pago.

—Gracias, Hanse.

—No hay de qué —el ayudante de Hanse se fue —. Con esto será suficiente para hundirte, Lim Sejun.

(...)

—Oh, no... ¡Carajo! —gritó Sejun mientras miraba su computadora —. ¡No, no!

Se habían publicado en la página de la preparatoria sus fotos con Byungchan, donde lo estaba besando o estaban abrazados, un usuario anónimo lo hizo. Sejun no lo podría creer, sentía rabia porque su sexualidad era un secreto que no quería que fuera revelado ahora.

El celular de Sejun sonaba y era Seungsik.

—¡¿Ya lo viste?!

—No tengo tiempo de hablar.

—¡Se...! —colgó.

—¡Ahhh! —dio un golpe a la pared —. Me las vas a pagar, Hanse.

Me las vas a pagar.

(...)

Sejun llegó a la preparatoria y todos los ojos estaban clavados en él, mientras pasaba la gente susurraba cosas y algunas de esas cosas que él alcanzo a escuchar:

"Tan guapo y gay"

"Que marica"

"El callado del salón, gay"

Esas palabras le hicieron mucho daño. No podía soportar la rabia que tenía. Hasta que una burla fue la gota que derramo el vaso.

—¡Ey, marica! ¡Haber si publican fotos de cuando estés cojiendo con tu novio! —muchas risas se hicieron notar. Y esa voz la reconoció, era Hanse.

Sejun cerró un puño, volteó y fue hacia él —Fuiste tú —acusó.

—¿Qué? —levantó una ceja.

—¡Tú fuiste! TÚ SUBISTE ESAS FOTOS PORQUE TE RECHACÉ.

—¡Uhh! —gritaron las voces y la gente se iba juntando haciendo un círculo entre Sejun y Hanse.

—JAJAJAJA, N-NO SABES QUE INVENTAR, MARI... —un puñetazo interrumpió al rubio.

—¡Pelea, pelea! —dijeron todos.

Hanse no se quedó atrás y también le dió un fuerte golpe a Sejun. Los chicos estaban peleando y nadie hacía nada por separarlos, de hecho grababan. Sejun le dió un gran golpe a Hanse y cayó al suelo, lo estaba golpeando más, él chico rubio no reaccionaba, no podía defenderse. Sejun llevaba la ventaja.

Llegó después un maestro, los separó y mandó a ambos a la oficina del director para llamarle a los padres de ellos. Tendrían un gran castigo.

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