
2
Cuando llegaron al lugar donde el peli negro vivía bajaron sin delicadeza a Jimin él cuál se quejó al caer al suelo, miro como el pálido se dirigía a la que parecía ser su casa. Él fue arrastrado por el personal del infectado y llevado a una habitación pequeña en la cual estaba el pálido viéndolo, al dar la orden de que los dejaran solos Yoongi se sentó en la cama y vio al humano.
—Ve y toma un baño. —le dijo. —hasta aquí siento el olor a sangre seca.
—Que amable. —lo vio. —creo que ya me agradas un poco amo.
Yoongi río ante lo último que dijo Jimin, sabía que se lo decía por burla, pero le parecía divertido; el peli rosa entró al baño y cerró con seguro vio que no había ventana por lo que escapar por ahí era inútil. Jimin se quitó su ropa y la dejó en la de ropa sucia, miro la regadera y para su sorpresa agua fluyó de ella se lavó su cuerpo viendo como la sangre seca de los infectados que había matado se lavaba de su cuerpo.
Cuando terminó salió y se puso una toalla alrededor de su cintura y salió del baño y para su sorpresa el pálido estaba ahí viéndolo, Jimin se acercó y el infectado se levantó y lo tomó de la barbilla, ahora que estaba limpio podía ver algunos cortes en su rostro. Jimin no se dejaba intimidar por la mirada de odio y muerte que le daba, Yoongi comenzó a oler el cuello de Jimin mientras sus manos le tocaban la piel, una suave y caliente piel.
—No sabía que a pesar de ser un infectado eras un pervertido. —dijo Jimin. —me puedes dejar de tocar.
—Cambiate. —se alejó. —encontrarás ropa ahí en el armario.
—Sal entonces. —habló el peli rosa.
—Cambiate. —se volvió a sentar en la cama. —somos hombres lo que tú tienes yo lo tengo.
—A ti no te luce infectado. —habló Jimin. —pero como insistes.
Los ojos violetas del pálido viajaron por todo el cuerpo del humano, piel clara con algún lunar, delgado, pero con un cuerpo formado y esos labios que deseaba arrancar y comérselos. Jimin miraba la extraña forma en ser visto, siguió cambiando ignorando la incómoda mirada, se detuvo al ver un lápiz en el escritorio por la cama, lo tomó y miró al pálido.
—Ya estoy listo. —dijo Jimin.
Yoongi se levantó y se acercó a Jimin el cual al tenerlo cerca le iba a clavar el lápiz en la garganta, pero el pálido fue más rápido y le agarro la mano con fuerza, definitivamente para Yoongi ese esclavo era su juguete perfecto para todo lo que tenía planeado hacer.
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