Huias, corrias lo más rápido posible lejos de aquel chico. Pero para tu mala suerte, el pelirosado era mil veces más atlético que tú, y logró alcanzarte sin problema alguno.

Te tomó de tu chaqueta y jalo con fuerza, dándote la vuelta, quedando frente a frente.

—¿Porque huyes?, ¡¿que no era esto lo que querias?!—dijo el más alto.

—¡N-no me toques!—dijiste desesperado, intentando safarte del agarre del más alto, pero este era más fuerte.

—_________.

Al oír tu nombre salir de su boca, después de lo que él había hecho, simplemente no pudiste evitar enojarte y patear su zona baja, sus genitales.

El mayor se quejo, encogiendose, luego lo golpearse en la cara, con un fuerte puñetazo que lo dejó sin palabras.

Jadeaste, el contrario por igual, este te miraba con sorpresa, nunca pensó que alguien como tú lograría actuar de una manera tan agresiva.

—¿Porque me golpeas?—cuestiono.—¿Porque acabe con la vida de esa gentuza?, debes de estar bromeando, ___________.

Tomaste algo de aire.

—Astolfo...—retomaste un tono serio.—... Lo que hiciste, estuvo mal, ahora, déjame en paz.

—No puedo, _________.

Entonces perdiste tus cabales al oír tu nombre de nuevo por parte suya.

—¡Ya callate!, ¡dejame solo!

—Ellos siempre te molestaban, ¿no era mejor acabar con ellos?—sonrió.

—No soy como tú.

—Lo sé.—dijo.—Eso me gusta.

—Me das asco.—insultaste con toda tu sinceridad.

—Eso no me importa.

Se acerco a ti, intento tocarte de nuevo, pero lo golpeaste otra vez, pero esta vez, el mayor detuvo el golpe y te jalo a él.

—Perdóneme, amo.—dijo.

Tú solo diste un respingo al sentir su voz tan cerca, no supiste que hacer, solo sentías la sangre de las pequeñas y delicadas manos de Astolfo apretar tus muñecas.

—Astolfo...

—Tranquilo, aun no hemos terminado, ___________.