Extra.
Despertaste, de repente, miraste a tu alrededor teniendo esa sensación desorientación sobre tu entorno, estabas confundido, no sabes que paso pero tu cabeza duele mucho, no entiendes el porqué estás ahí y ni si quiera sabes donde estas. Volviste a dar una mirada a tu alrededor, era una habitación, intentaste sentarte encima de la cama pero sentiste un jalón, miraste a tu lado y tenían un suero, de inmediato reconociste el sitio en el que te encontrabas, era un hospital.
Estás interno.
No entiendes el porque de tu estadía en ese lugar, pero sentías cómo si supiese la razón, trataste de recordar pero nada. Repentinamente el sentimiento de extrañeza y la sensación de alivio aparecieron en ti, sin saber el porqué de ello pero algo, muy en el fondo de tu ser, te decía que es un milagro que estuvieras ahí, vivo, respirando.
La puerta se abrió, el doctor entró con su expresión amable, misma que la enfermera, te miraron y se dijeron algo entre ellos. Se acercaron a tí con un diagnóstico en mano.
—¿________?—asentiste.—Me alegro que hayas despertado, ¿sabes donde estás?
—¿Donde estoy...?—preguntaste cansado, a pesar de haber deducido en donde.
—Estas en un hospital.
—¿Qué me paso?—cuestionaste antes de que volviera a decir algo.
—Tuviste un accidente en la escuela.—contestó.—Todo está bien y al parecer, bum, tropezaste por las escaleras. O eso es lo que dicen.
—... Oh.—con razón te dolía tanto la cabeza.
—Estuviste en coma por una semana. Pensamos que sería más, te hiciste una herida muy profunda y perdiste algo de sangre, es un milagro que hayas despertado antes.—dijo.—¿Cómo te sientes ahora?
—¿Dónde están mis padres?—pregúntaste ignorando su pregunta.
—Estuvieron aquí hace un rato. Tuvieron que marcharse.—respondió.—No te preocupes, ellos han estado muy pendientes de ti.
Eso te tomo un poco por sorpresa, tu relación con tus padres no es muy cercana que se diga, el hecho de que hayan estado muy activos contigo luego de ese accidente resulta muy acogedor de cierta forma. Pero a la vez no le diste mucha importancia.
—Bueno, ________, si tienes hambre tus papás ahí tienes una sopa, tus padres te compraron algo de comida también, gelatina, frutas. Come lo que gustes.—asentiste.—Nos vemos.
Se retiro. Nada de lo que ocurría tenía sentido para ti, no parecía real, simplemente no lo parecía. Querías salir de ahí, no querías estar ahí, pero a la vez querías quedarte y no volver a levantarte. Una de las tantas razones por las cuales no querías pararte de ahí es que no querías ir para la escuela. Te acomodaste y esperaste, cerraste tus ojos una vez más y dormiste.
Movias tu cuerpo de lado a lado, agitandolo, estabas teniendo una pesadilla; muertes, sangre, un arma y dos personas conversando en medio de la nada, de la calle tal vez, una eras tú la otra no la reconocias pero creíste que era una mujer por lo poco que se mostraba. Hubo un disparo, el sonido del impacto te hizo despertar, sudando, con tu corazón latiendo con fuerza, iba a salirse de tu pecho. Asustado miraste de nuevo a tu alrededor, te habías olvidado de donde estabas y todo porque el sueño que tuviste se sentía más real que todo esto.
Tomaste una bocanada de aire y exhalaste, te relajaste, hundiendote en el colchón, miraste a un lado ya que visualizaste de reojo una figura, era tu mamá, sentada en la silla durmiendo. Ella estaba descansando después de un largo día de trabajo y tener que venir a cuidarte todo este tiempo. Miraste el techo, parecía dar vueltas, una tras o otra, trataste de volver a dormir.
Otra vez cerraste tus ojos, oscuridad, pura oscuridad, escuchabas los latidos de tu corazón, uno tras otro, el siguiente con más fuerza que el anterior. Aleatoriamente oíste una voz en la distancia, alguien o algo trataba de decir algo, gritando desde la distancia desde lo más profundo de la oscuridad, por ahí por tu consciencia.
—¡__________!
Gritaba tu nombre una y otra vez, la conocías, sabías de quien era esa voz pero no podías ver claramente de quien se trataba, hasta que volvió a aparecer una imagen horrible en tus sueños; tú tirado en el suelo, desangrandote por una herida en tu cabeza, pero eso no era la escuela donde se supone tuviste el accidente, no, era otro lugar. Tu cuerpo inerte tirado en la calle bajo la luz de la luna y la lámpara de luz, si, eser eres tú, sin duda alguna estabas muerto.
Completamente muerto.
Algo extraño sucedió, del suelo oscurecido por la noche brazos comenzaron a surgir, carnosos, llenos de sangre. Estas extremidades eran de unos alumnos, curiosamente sentiste saber quienes eran, tomaron tu cuerpo y lo arrastraron hasta los más profundo de las sombras mientras balbuceaban cosas inentendibles.
El miedo caló por lo más profundo de ti, aún así despertaste con calma, no hubo una reacción exagerada, te acostumbraste rápido a ese tipo de pesadillas, a pesar de la angustia que sentías no le diste mucha importancia a eso, al contrario ni siquiera pensaste en eso de nuevo. Querías pensar que eso solo era parte del daño causado por la caída, otra parte muy en el fondo te decía lo contrario.
Viste la ventana a tu lado, es de día, la luz del sol entró sin aviso a tu habitación, las aves cantaban como de costumbre, miraste tus manos, tenías algunos cortes y en tus brazos también. Bufaste por lo bajo, intentaste recordar un poco de lo que pasó pero te dolía la cabeza cuando pensabas en algo.
—Mierda...
La puerta se abrió, creíste que sería uno de tus padres pero no, era algo más que eso. Aquella persona que atravesó la puerta fue nada más ni nada menos que un chico de cabello rosado, atado en una larga trenza en parte, unos ojos violeta que te miraron con tristeza y pena.
—¡____________!
Ese individuo se acercó a ti y te abrazo por completo, cuando hizo contacto contigo tu cabeza dolió y a la vez sentiste una pesada nostalgia caer sobre ti, un sentimiento de tristeza te invadió dejándote incapaz de responder de forma adecuada por unos segundos, y lo que faltaba, un par de lágrimas bajaron por tus ojos. Lo peor del asunto no era eso, no era tampoco que ese chico con aspecto muy femenino estaba también llorando en tu hombro mientras te abrazaba con más fuerza como si no quisiera soltarte jamás, ese no era el problema aquí, el problema es que...
—¿Q-quién eres tú?
No sabías quién era esa persona.
Así como la propia pregunta, seca, se volvió el ambiente. Él te miró, su expresión de impacto lo decía todo, iba a decir algo pero llevo su mano a su boca más rápido que cualquier palabra, había un nudo en su garganta, las lágrimas se apoderaron de sus ojos y cayeron como cataratas.
—¿N-no sabes quién soy?—tartamudeo.
Tú, sintiéndote extraño al respeto, respondiste:
—No.
El contrario palidecio ante tal revelación, nunca pensó que esto ocurriría, fue totalmente inesperado tanto el accidente como esto.
—¡Soy Astolfo!—exclamó desesperado.—¡n-nos conocimos de pequeños!—agarro tus hombros.—¡Recuerdame!
Lo miraste, escuchaste su voz, prestando atención a cada palabra que decía, esos recuerdos incompletos en esos sueños tan tétricos vinieron a tu mente, recordaste y uniste las partes que faltaban, asimilaste las cosas y todo tuvo sentido. La persona que faltaba en tu vida era él, Astolfo.
—Yo...—secaste tus lágrimas.—... Creo que te recuerdo.
Astolfo quedó boquiabierto, aliviado, volvió a abrazarte y acarició tu espalda.
—Oh, _______.—musito.—No sabes cuanto te extrañe.
Te sentías raro, recordaste quién era él pero aún permanecía cierta incomodidad dentro de tí. Preferiste no prestarle atención a eso y corresponder a su abrazo. Cálido y dulce, cerraste tus ojos para disfrutar un poco más el momento.
—Cuando salgas de aquí, todo volverá a la normalidad, ¿ok?
—¿Sabés que pasó realmente?—preguntaste teniendo todavía tus dudas.—No me acuerdo de nada...
—Tal vez tú no, pero yo si. Agh, _________, ¡deberías ser más cuidadoso!, te caíste de las escaleras por pisar mal.
—¿Enserio?—él asintió con un puchero.—Ah... Solo era eso.
—¡Pero gracias a Dios que estas bien!—expresó.—Y no vuelvas a asustarme así, ¡pensé que te habías olvidado de mi!
—Lo lamento... No fue mi intención.
Astolfo suspiro.
—Esta bien, no importa. Lo importante es que no paso nada grave.
Te incorporaste un poco, querías sentarte al borde de la cama, Astolfo tomó tu brazo y te ayudo con eso.
—Gracias.
—No hay de que. ¡Para eso están los...!—de repente se interrumpió así mismo. Alzasta una ceja.—... Amigos.—rió nervioso.
—Si, amigo.—pronunciaste ruborizado de alegría.—Hey, Astolfo...
—¿Qué?
—Yo necesito ponerme al día con la escuela, supongo.—dijiste un tanto apenado.–Si no te molesta...
—Si, ya sé lo que vas a decir.—interrumpió.—¡Dejamelo a mí!—exclamó con energía.—Mañana vendré después de clases para que te pongas a día.
—G-gracias.—tartamudeaste.—Te estaré esperando.
—Hablaré con tus padres y les diré que me quedaré contigo, así pasamos el día juntos. Me imagino que estás aburrido aquí tú solo.
—Si, creo que esta bien.
—¡Bien, entonces nos vemos mañana!
Antes de irse te abrazo, sentiste la calidez de su cuerpo, tal vez tus recuerdos sean borrosos pero tu cuerpo recuerda muy bien esa sensación, y el olor de su cabello tus sentidos lo reconocían, lo extrañabas solo no eras tan consciente de eso. La última sonrisa que te dio fue con lo que soñarias esta noche.
Los días transcurrieron normalmente, Astolfo venía todos los días, al principio pensabas que no tenía nada mejor que hacer pero preferiste dejar de ser tan pesimista o paranoico y solo disfrutaste de su estadía, sentías que merecías esos momentos con él. Tus padres lo conocieron, se llevaron bien con él, resultó ser muy carismático y hablador, a tu papá le causaba gracia y a tu madre le parecía una ternura, sin embargo todavía tenían la interrogante de sí era chico o chica. Astolfo respondió con toda la sinceridad del mundo, tus papás al saber que era exactamente no se disgustaron por un simple razón: él es billonario.
Te resultaba gracioso que esa sea la causa del porque no lo discriminaran, pero realmente en una situación así no querían juzgar tanto, o por lo menos querían aparentarlo en especial tu padre, suena algo hipócrita pero así es.
Llegó el día en el que por fin te dieron de alta, todo fue normal, volviste a casa, lo primero que hiciste fue lo que recomendaron los doctores y lo que has hecho casi toda tu vida: reposar y dormir. En resumen esta de vago. Para tí no era difícil serlo, eras una de esa clase de jóvenes con la vagueza como especialidad. Fuiste a tu habitación, te encerraste y encendiste tu teléfono, tenías una gran cantidad de mensajes de parte de Astolfo y de algunos más, eran muchos hasta te sorprendiste, pero decidiste responderle solo a Astolfo.
Hola.
12:11pm.
¡EY!, ¡__________!
12:11 pm.
—Eso fue rápido.—pensaste para seguir escribiendo.
¿Cómo estás?
12:12 pm
Aquí acostado :V
12:12 pm
No me refería a eso.
12:12 pm
Lo sé :D
12:12 pm
Ok, ya solo te molesto. ¿Cómo te sientes?
12:12 pm
Me duele cabeza.
12:13 pm
Pues obvio. Te golpeaste la cabeza. 😔
12:13pm
Ve y tomate un calmante. 😁
12:13pm
Cómo sea. No te escribí para eso.
12:13 pm
¿Y para qué? 🤔
12:13 pm
Quiero saber que me paso.
12:13 pm
Ah...
12:14 pm
Ño she 🙂
12:14 pm
Viejo, esto es enserio.
12:14 pm
Pero es que no sé 😗
12:14 pm
Solo sé que te caíste de las escaleras.
12:14 pm
¿Qué mierda?
12:14 pm
Ya eso pasó. Lo importante es que estas vivo. ☺️
12:14 pm
Supongo.
12:14 pm.
Mira, estuve planeando una reunión.🤩 Salir con unos amigos y conocidos.
12:14 pm
Ah, genial.
12:14 pm
Tú estás invitado🥰
12:14 pm
Acabo de salir de un hospital.
12:14 pm
¿Y qué?
12:14 pm
Tengo que reposar.
12:14 pm
Ah, dude eres tan antisocial 🙄
12:14 pm
Vas a venir aún si tenga que secuestrarte 🙂
12:15 pm
No serías capaz.
12:15 pm
Si te la meti puedo hacer cualquier cosa contigo 😜
12:15 pm
Ok, eso sonó mal.
12:15 pm
¿ME LA METISTE?
12:15 pm
Oh, si, papito y te gustó. 😚
12:15 pm
Es imposible. Estas bromeando.
12:15 pm
Con que no te acuerdas de esas noches cuando nos turnabamos 😏
12:15 pm
Extraño eso 😩😤
12:15 pm
Nos poníamos tan pasionales 🥵
12:15 pm
Maldición, no sé qué decirte.
12:15 pm
Te acordaras cuando lo hagamos de nuevo. 😉
12:16 pm
Oh, shit
12:16 pm
Here we go again.
12:16 pm
Bueno, tendrás que venir si o si. Te mandare un mensaje cuando sea la reunión. Ahora mismo estoy haciendo tarea.
12:16 pm.
Ok.
12:16 pm
¡Adiós! 🤗
12:16 pm
Ah, Astolfo.
12:16 pm
¿Si, ______?
12:16 pm
¿Podrías no romperme el culo de nuevo?
12:16 pm
HAHAHA 🤣🤣🤣
12:16 pm
No prometo nada pero lo intentaré.
12:16 pm
Dejaste en visto ese mensaje, sonrojado, rojo como una manzana hundiste tu cabeza en tu almohada. No podías acordarte de eso pero había algo que te decía que eso no era mentira, una sensación grabada en tus partes íntimas, te dieron ganas de tocarte pero preferiste no hacerlo, por ahora quieres descansar tu cuerpo.
Como te comunicó Astolfo, él organizó una reunión que sería en unos días y te avisaría, te la pasaste durmiendo en el transcurso de esos días, sin pensar en nada o intentar recordar el pasado cada vez que hacías eso te dolía el cráneo, con el tiempo lograste estabilizarte, ya no te sentías tan cansado, comías con más frecuencia, te veías más animado. Hasta que el día llegó por fin, la dichosa reunión amistosa, supuestamente sería así tú no tenías ni la remota idea de cómo sería en realidad o quienes estarían ahí pero no te asustes o angustiaste, la experiencia de caer de cabeza por las escaleras de la escuela es peor que esto.
Hablaste con tus padres y ellos estuvieron de acuerdo sin darle tanta importancia, eras mayor tenías derecho a salir, por lo menos son conscientes de eso. Saliste de casa y para tu sorpresa había un auto estacionado enfrente, frunciste el ceño, la ventana se bajó y era Astolfo esperándote con una sonrisa.
—¡¿Qué estas esperando?!, ¡sube!—vocifero feliz.
Nunca pensaste que él tenía un auto, mucho menos uno tan bonito, en especial que sabía conducir, o tal vez si sabías solo que no te acordabas de eso. Sin más preámbulo te subiste a su lado.
—¿A dónde vamos?—preguntaste.
—De parranda.—respondió.
—No, enserio.
—A lo que te dije.—pronunció.—Iremos al karaoke.
—¿Karaoke?
—Si.—afirmó.—Hicimos un juego de piedras, papel y tijeras y resulta que Sakuea ganó. Ella decidió que iremos al karaoke. Sé que suena aburrido, pero es mejor ir haya con gente para divertirse.
—¿Sakura Matou?—pensaste, extrañándote por la segunda palabra.—¿Su nombre es Sakura Matou?—Astolfo asintió.—Oh...
Tenías una rara sensación, palideciste al oír ese nombre, a tu mente vino una imagen un tanto distorsionada de una chica de cabello morado, suelto y mesiendose en la nada, sonriendote, ese recuerdo te trajo calidez.
No sabías de donde vino eso.
—¿Estás bien?—cuestión Astolfo.—Tus manos están temblando.
—A-ah, yo...—no suspiste que responder.—...Yo...
Astolfo tomo tus manos, lo miraste y de reflejo te beso en los labios por unos buenos segundos, cosa que te tranquilizó. Se despegó y te sonrió.
—Todo estará bien, yo estoy aquí. No tienes porque tener miedo.
En ese momento te sentiste la persona más segura en el planeta entero. No comprendidas esta sensación pero venía acompañado de un sentimiento de nostalgia y melancolía que no podías describir.
—Ahora si, vámonos.
Arrancó el auto, en el camino Astolfo te buscaba conversación y por cada lugar que pasaban te decía que era y explicaba, parecía un tour para un niño pequeño, aún así no entendías porque pero la ciudad se veía más brillante ese día, más hermosa, era como si la vieras con diferentes ojos, no podías explicarte bien pero no borrarias este imagen de tu mente, al mismo tiempo Astolfo te contaba cosas locas que han hecho, como se conocieron, su reencuentro, todo, parecía una aventura de la cual nunca habías escuchado pero viviste y apenas puedes acordarte de algunas cosas.
Te sentiste agradecido de poder oír como eras antes y como fueron las cosas entre ellos, obviamente el mayor le agregaba ese tono cómico para que fuese más entretenido para tí. Fue un bonito viaje al pasado.
Al cabo de unos minutos llegaron a su destino, en la entrada los esperaban el grupo de amigo que Astolfo te menciono y de los que te contó en el camino, Alexander que era el más pequeño de todos en estatura, Sakura Matou y por último y menos esperado, y si, se trata de él.
—Este es Gilgamesh.
—El grandioso Gilgamesh para tí.—exclamó con arrogancia.
—Ah, si, como sea.
—_______—se te acercó Sakura junto a Alexander.—estaba muy preocupada, pensé que te había pasado lo peor, yo...—estaba muy agitada, no sabía que decir al respecto.—... Ah, me alegro de que estés bien.—sonrió.
—Yo también me alegro de eso.—pronunció el pelirrojo.—Cuando escuche lo que te pasó no dude en preguntar de una vez. Perdón si no pude visitarte, estaba ocupado con algunas cosas.—dijo nervioso y serio a la vez.—¿Te encuentras bien?
—Si.—contestaste.—Y no te preocupes por eso, ya eso pasó.
Alexander sonrió.
—Lo bueno es que todo salió bien, por lo que veo.
—No te quedó alguna cicatriz, ¿verdad?—expresó la pelimorada aún preocupada.—Ah, tengo algo para ti por si acaso.—nerviosa empezó a buscar en su bolsa.—¿D-dónde está...?
—Sakura—tomaste su mano, deteniendola, ella te miró a los ojos.—estoy bien, tomo medicamentos y todo, me siento mejor que antes. Créeme.
Ella se sonrojo, fue tanto así que sus mejillas se pusieron rojas por esta acción tuya y por lo cerca que estabas de ella. Astolfo se sentía feliz de que todos se preocuparan por tí, pero se sintió un poco celoso por tu acercamiento a Sakura aunque está vez no hizo nada al respecto solo sonrió alegre de que hayas hechos tales compañías y amistades.
—Bueno, bueno, ya dejémonos de sentimentalismo.—interrumpió el rubio.—Entremos de una vez.
—¿No tienes algo que decir, Gilgamesh?—preguntó Alexander.
El muchacho te miró de arriba a abajo, tú sentiste un escalofrío, él suspiro, se retracto de cualquier cosa absurda o egocéntrica por un instante.
—La próxima vez mira por donde pisas, perro. No nos vuelvas a dar un susto así.—se dio media vuelta.—Ya, vámonos.
De alguna forma esa fue su manera de preocuparse y tú lo captaste, Alexander solo se encogió de hombros. Los cuatro entraron al karaoke, reservaron una habitación donde podrían pasarla bien sin ninguna interrupción, Gilgamesh pidió algo de comida y bebidas, Sakura, Alexander y tú tomaron asiento, por otro lado Astolfo elegía una canción.
—Ok, ok, eh, ¿quién quiere ser el primero?—preguntó el pelirosa.—¿Sakura?
—N-no sé cantar.—dijo tímida.
—Oh, vamos. ¿Y qué tal tú Alexander?
El pelirrojo se lo pensó por unos segundos.
—Yo lo haré, esta bien.—respondió confiado.—En los karaokes se canta así que vamos a ello.—dijo.—¿Cuál debería cantar?
—¡Una de bts!—exclamó en broma el rubio.—Te verías genial, créeme.—dijo cínico.
—Ah, bueno.
—No espera.—irrumpió Astolfo.—Canta algún clásico o una canción que te guste.
—¡Ah, ya sé cual!—empezó a escribir el nombre en la máquina.—A Waver le encanta está canción.
Todos estaban curiosos de cual sería la dichosa canción, no tenían ni la menor idea de que podría gustarle a alguien como Waver, puesto que él es una persona muy reservada hasta con los demás profesores. Sin embargo, la canción que eligió Alexander los sorprendió.
—Está es Lady - hear me tonight de Modjo.
—¡¿Qué?!—exclamó Astolfo sorprendido.—¡No sabía que él tenía esos gustos!
—Supongo que puede llegar a ser algo sorprendete.—rasco su nuca nervioso.
—Tan serio que se ve, pensé que pondrías a Bethoven.—mencionó el rubio, Sakura rió por lo bajo.
—Bueno, ahora voy a cantar que ya empezó.
Cuando el pelirrojo se giro para leer la letra de la canción, Gilgamesh sacó su celular y comenzó a grabar.
—A Waver le encantará esto.
El menor comenzó a cantar, no sé sabía por completo la canción pero lo intentaba, para el rubio solo se veía patético, para los demás les pareció un poco adorable. Al cabo de unos minutos llegó la comida y bebidas, unos machos con queso y algunos refrescos. Alexander terminó de cantar.
—Ahora pónganse uno a cantar Jesús me dijo.—dijo el rubio mientras tomaba un nacho.
—¿Quién irá ahora?—preguntó Astolfo.
Sakura se mantenía cabizbaja, realmente no quería hacerlo estaba muy avergonzada. Astolfo se dio cuenta se esto.
—Oye, Sakura, mejor ve tú.
—¡Per-!
—¡No te preocupes!—interrumpió.—Solo nos divertiremos, no es para tanto.
Ella te miró de por reflejo, estabas comiendo nachos y tu cara estaba embarrada de queso.
—Ve, sería genial.—dijiste con la boca llena.
—Por Dios, _________, no hables con la boca llena.—replicó Astolfo.
—P-perdón.—tragaste y bebiste algo del refresco.
La chica se armo de valor y se dirigió a la pequeña tarima para cantar alguna canción que le guste mucho y levante un poco más los ánimos, así que escogió Just dance de Lady Gaga, cosa que sobresalto y emocionó a los presentes, en el transcurso de la canción se divertían, bailando así mismo como lo indicaba la letra, haciendo bulla y apoyando a Sakura porque resulta que tenía una hermosa voz, aparte de que fluía muy bien en la canción.
Después de cantar quedó exhausta y con sed, no sabía que sería tan difícil en cierta medida. Los muchachos y tú aplaudieron por tal buena interpretación, ella se sonrojo y volvió a sentarse para tomar algo.
—Mi turno.
Gilgamesh se subió a la tarima y busco Hail to the king de la banda Avenged Sevenfold, una canción con la que se identificaba bastante y le aumentaba el ego. A Alexnader también le gusta esta canción así que lo disfruto mucho. Gilgamesh no estuvo para nada mal, se puso intenso en algunas partes, pero suponieron que eso solo era parte de sentir la música en el alma. Después de cantar como si se tratase de su propia canción hecha solo para él, se detuvo a respirar y se abrió de brazos recibiendo los abrazos de los tres.
—Alabenme.
—Ya baja de ahí, que quiero cantar.—exclamó Astolfo.
Agotado por tanta energía, volvió a su lugar y siguió comiendo. Astolfo buscaba una canción en específico, algo que signifique mucho tanto para él. De todas las canciones que pudo a ver elegido escogió una sentimental, nostalgia y bastante buena.
—Halo de Beyonce.—comentó Sakura al oírla.
Lo miraste extrañado, Astolfo comenzó a cantar, fue sorprendente, sabía cómo fluir al mismo ritmo que la canción, tenía buenos tonos y se la sabía por completo. Por alguna razón sabías que te la estaba dedicando solo que no lo quiso decir directamente, lo sentías, cada palabra parecía hecha para tí. Solo para tí.
Astolfo terminó de cantar y todos le aplaudieron, Alexander simulaba tirarle flores y Gilgamesh silvaba, Sakura aplaudía, había sido una buena interpretación.
Y ahora te tocaba elegir a tí.
—Ah, eh...—pensabas que elegir pero no sabías el que.—Carajo.
—Elige cualquiera, _________. Está bien.—te apoyo Astolfo.
—A ver si se acuerda.—bromeó Gilgamesh para recibir un codazo de Alexander.
Entonces te acordaste de una bonita canción, quisiste devolverle el mensaje a Astolfo por decirlo de alguna forma, así que pusiste a Say when de The Fray. Sakura Matou era fanática de la mayoría de todas esas bandas que se pusieron esta noche, y por supuesto de The Fray, al oír esa guitarra de inmediato lo supo. Astolfo también reconoció esa canción, tú mismo se la recomendaste.
Cada vez que cantabas te acordabas de muchas cosas, demasiadas, memorias del pasado volvían por poco, solo alguna de ellas, todo lo que te contó Astolfo en el auto llegó en fragmentos, un par de estas por lo menos. Hasta que terminaste de cantar, te quedaste con un raro sentimiento de realización y no tenías ni idea del porque.
—¡Cantas horrible!—exclamó el rubio, recibió otro codazo.
—¡Bien, hecho!—aplaudió Astolfo.
—¡Muy bonita canción!—comentó Sakura.—Es una de mis canciones favoritas del grupo. No sabía que te gustaba The Fray.
—No... Yo solo...—miraste a Astolfo.—... Solo recordé porque me gustaba mucho.
L
uego de todo esto, continuaron la noche comiendo, hablando, cantando, en medio de un ambiente agradable y divertido, eras afortunado de poder pasar una noche así con amigos. Astolfo tenía razón, necesitabas algo así, estar lejos de casa y ser acompañado por seres queridos, personas que de verdad te valoran y aprecian, hoy en día es difícil encontrar gente así.
Es una mala suerte que cosas así no perduren, te hubiera gustado quedarte un poco más pero ya se estaba haciendo tarde y tenían que irse. Todos se reunieron abajo para despedirse.
—Gilgamesh, Alexander y yo nos iremos juntos.—dijo Sakura.
—¿Él los llevará en su auto?—preguntaste.
—Si.—asintió.—Suena raro pero puede llegar a ser agradable.
—Hoy me dí cuenta de eso.—sonreiste.
—__________.—ella te abrazo.—Cuidate mucho, por favor.
—C-claro.—correspondiste al abrazo.—Tú también, Sakura.
—Adiós. Nos vemos, Astolfo.
—Adiu.—dijo el mayor.—Uf, que larga noche.—suspiro.—Dame un minuto, iré a orinar.
—Ok.
En ese momento que él se fue, apareció Gilgamesh y se acercó a tí con su ceño fruncido.
—Hey, ________.
Notaste que esta es la primera vez que te llama por tu nombre.
—¿Qué sucede?, Sakura y Alexander te están esperando.
—Lo sé.—dijo.—Tengo que decirte algo.—Alzaste una ceja.—No lo arruines.
—¿Disculpa?
—Ya sabes, con lo de Astolfo. No me gusta meterme en estas cosas, tú te lo ganaste a él después de todo, pero deberías de valorarlo más.
—No sé a qué te refieres, viejo.
—Que estas actuando como un total pendejo, deberías acercarte más a él. Sino quieres perderlo.—tocó tu hombro.—Buena suerte con eso.
Sin tener que decir más nada, se fue. En un minuto más volvió Astolfo satisfecho de poder haber hecho sus necesidades.
—Al parecer ya se fueron.—mencionó.—Supongo que nos iremos también, o... ¿Quieres hacer algo más antes de irte?, hay un restaurante aquí cerca.
—Astolfo.—espetaste.—Vamonos a tu casa.
El pelirosado comprendió de una vez a que te referías con eso, si sus ojos pudieran volverse como corazones lo harían ahora. Sonriendo ampliamente, se subió al auto sin decir una palabra más y tú hiciste lo mismo.
En su casa, en esa mansión tan prestigiosa, llena de lujos maravillosos, ustedes dos se estaban besando, comiendo sus bocas con besos, él se mostró más experto mordiendo tus labios y chupandolos, metiendo su lengua para acariciarse con la tuya. La sensación neuronal que había en tu cerebro era tremenda por esto, sus manos acariciaban tu cuerpo y se desvestian ambos, al final terminaron cayendo en la cama sin nada de ropa.
Tu corazón latía con fuerza, quería salir de tu pecho, pero no estabas nervioso, a pesar de todo, sentías como si no fuese la primera vez, y así mismo era, lo sabías desde que te beso con tanto deseo que no era la primera vez que sus manos tocaban ese cuerpo tuyo.
—Así que no bromeabas.—susurraste.
Él rió.
—¿No me creíste?—sonrió.—Que mal chico. Me imagino que todavía no me crees...—empezó a besarte y lamer tus mejillas hasta tu cuello.—... Tendré que hacerte creer.
—Si, pero–lo tomaste del costado y revertiste la situación, ahora tu estabas arriba suya.—te dije que mi culo no.
—Puedo ser cualquier cosa por ti, __________. Eso es lo de menos.—con su mano acarició tu miembro.—Complacerte como quieras.
—Si.
Esta noche Astolfo y tú tuvieron sexo, lo hicieron hasta quedar sin ni una gota de semen en sus genitales. A pesar de todo tu cuerpo tocaba a Astolfo como si no fuera la primera vez, podías sentirlo, estabas acostumbrado a él, sabías sus puntos débiles, esos que le hacen estremecerse y gemir, conoces como el encanta que le toquen, su cuerpo era un libro y tú eras el escritor de esa obra.
Pero la realidad es que te estabas acostando con el culpable de tu estadía en el hospital. Si, así mismo. Fue Astolfo quien te empujó por las escaleras.
Todo esto ocurrió porque te estabas revelando bastante, últimamente te enfrentabas a él y te cuestionabas hasta con quien te habías metido cuando descubriste lo manipulador que podía llegar a ser. A diferencia de aquella vida que no te acuerdas, aquí llegó un punto en el cual obtuviste la confianza suficiente como para dejar de sentirte dependiente de él.
El hecho de que empezarás a alejarte, a tratarlo de esa forma por ver sus verdaderos colores, volviendo aquello una relación aún más tóxica, hizo que Astolfo se enojara. No es tu culpa, sólo te diste cuenta tarde del monstruo con el que estabas y cuando lo hiciste fue demasiado tarde ya estabas en la boca del lobo. Enfadado por tu comportamiento y el empezar a alejarte de él hicieron que un día tuviera uno de esos ataques contra tí, por puro impulso te empujó por las escaleras, rodaste por los escalones y tu cabeza sufrió un gran golpe.
La sangre empezó a salir de tu cráneo, Astolfo no entró en pánico ni nada por el estilo, pero no quería dejar esto así, no quería dejarte ahí, así que asustado por lo que hizo y arrepintiendose de ello llamó por ayuda, en la escuela hicieron lo posible para mantenerte consciente, mientras una ambulancia llegaba para llevarte.
Pero tú no sabes nada de esto.
—Astolfo...
—...
—¿Todavía estás despierto?
—Si... Dime, ________.
—¿Esto será para siempre?
Astolfo frunció el ceño.
—No quiero olvidarme de nada de esto también. Quiero que sea para siempre.
—Lo será, ________.—sonrió y extendió su brazo para abrazarte.
—¿Seguro?
—Si.
—¿Creés que todo este bien?, yo...—te sonrojaste.—Viejo, no quiero dejarte. Te amo mucho.
Astolfo sonrió, feliz de oír eso.
—Yo también, _________.—beso tu frente.—Eres solo mío.—susurro.
—¿Uh?—no pudiste escuchar bien.
—Eres mío, _________. Solo mío.
__---_________--______------11111------____
Hola.
Esto es un extra del fanfic como pudieron leer.
Esto toma lugar después del final, cuando mueres y te matas, despertaste en otro lugar, llamenlo línea temporal, otra dimensión, tierra 006 o como quieran.
Resulta que en ese universo que, como dijo Sakura existen muchos al haber demasiadas probabilidades y caminos, como se pudo ver aquí los problemas de revelación que tuviste con él llevaron las cosas a algo peor. Recuerden que había veces que se tn se enfrentaba a Astolfo, son escasos momentos en los que Astolfo se mostraba manipulador, dominante o sólo no se lo tomaba enserio.
Aquí, en ese universo o lo que sea, ocurrió que estos pequeños conflictos se incrementaron.
Si, si, Astolfo es un jodido psicótico y psicópata.
Es gracioso porque cuando escribí el último diálogo me acorde una canción que me gustan mucho, que es esta:
Verga, era muy buena.
Y hace años que no leo Killing Stalking hasta me olvide de que iba. Recuerdo que dejé de leerlo porque me empezó a parecer aburrida.
Meh, fue entretenida en algunas cosas pero no me acuerdo de casi nada. O mejo dicho de nada, solo del príncipio.
Sigo pensando que en una situación real, un asesino serial psicópata hubiera matado a un acosador si lo encuentra husmeando en su cada, porque lo mínimo sería romperle una pierna.
Pero que más da. Eso no importa.
Y bueno eso es todo.
¿Qué les pareció?
Y
¿Cómo han estado?
Espero que bien.
Ojala y les haya gustado este capitulo extra.
Adiós.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro