3. Separación Momentánea.
Tu casa era como un nido de fieras intelectuales que ladraban para saber quien tenía la razón, tu padre y madre siempre se han sido arrogantes y engreidos, creyendo que siempre tienen la razón y que nadie más tiene derecho a refutar su opinión. Por esta razón, ellos dos, tan sólo se la pasan discutiendo. Lo bueno es que nunca llegó a algo serio, de hecho, más bien te parece un show de aprendizaje y comedia a la vez, y tarde o temprano uno de ellos terminaría con alguna especie de rara celebración graciosa.
Pero lo que entra en detalle, es la homofobia que siempre menciona tu padre. Tu padre no es que sea alguien capaz de rechazar a una persona por sus gustos o negarle algo, no, él no es tan cruel. Él es homofibico, pero nunca haría algo violento contra un homosexual, él simplemente mantiene su distancia y no se mete en ese “pecado”. Es un hombre cristianó y siempre dice “Dios por sobre todas las cosas”, y aparte te había dado una educación donde supieras que era lo bueno y lo malo.
Pero a pesar de que tu padre es alguien “tranquilo”, eres consciente de que si él llegara a conocer a Astolfo no dudaría, en cuanto el menor se vaya, en darte un sermón del tamaño de un testamento de: porque no debes juntarte con él, que si te vuelves gay te dará un severo castigo y llamará al exorcista, y que a Dios no le gusta eso y que te iras al infierno.
Pero si Dios es amor, no creo que haya algún problema en que dos personas se amén de la manera que quieran.
Pensabas para no volverte como tu padre. No es que tu viejo no te agrade, es solo que él es bastante cerrado con estos temas.
Pero bueno, lo mejor había llegado, y fueron las vacaciones. Aprovechaste y le presentaste a Astolfo a tus padres (aprovechando que se había cortado el cabello, y que ya no tenía la coleta y que fue vestido como chico) les dijiste que era un chico extranjero y ellos te creyeron, eso logró que fueras el fin de semana a ospedarte a la casa de Astolfo.
Los padres de Astolfo no estarían, por qué deben de estar en constante viaje, y a ellos no les molesta que su hijo esté solo con otro chico, de hecho, les agrada la idea, ya que así él tendría compañía.
—_______, despierta, ya es de mañana.
—Astolfo, por Dios, déjame despertarme a las 6 de la tarde, estamos de vacaciones.—balbuceaste con baba saliendo de tu boca.
Astolfo tan sólo sonrió.
—Bueno, yo quería ir a la playa ahora, pero ya que no quieres levantarte...
Entonces, de un brinco, saltaste de la cama, como un muerto recién resucitado, y limpiaste la baba de tu boca.
—Vamos.—dijiste de inmediato.
Te fuiste a bañar, y mientras lo hacías, Astolfo, que ya se había duchado primero, se cepillaba los dientes.
Te parecía embarazoso que él estuviera dentro mientras te duchabas, por eso tu cara estaba roja a pesar de bañarte con agua fría.
Astolfo sabía de ello, así que para hacerte una broma, el menor se acerco y tomó las cortinas, halandolas a un lado.
—¡Wah!—hizo cualquier sonido para espantarte.
Tú tan solo saltaste del susto y te cubriste con piernas y brazos lo mejor que pudiste, mientras tu rostro se volvía como una cereza.
Astolfo al ver tu reacción tan solo se rió a carcajadas.
—¡N-no es gracioso!—dijiste.
—P-pero deberías ver tu cara.—rió aún más.—No hay de que preocuparse, _______, ambos somos chicos.—dijo, intentando detener su risa.
El menor se retiro, tú tan solo continuaste bañandote, pero en tu mente aún seguían las palabras de tu amigo. Ambos son chicos, pero aún así...
¿Porque palpita tanto tu corazón?
Te cuestionaste. Mejor pensaste que fue por el susto que te diste. Además, a ti te gustan las chicas.
¿Cierto?
Ambos fueron a la playa, podían ir a pie ya que estaba cerca.
Al llegar, tú estabas algo nervioso y Astolfo estaba en bikini azul sin vergüenza alguna. Ahora que veías eso, ya sabías porque tu amigo se vestía a veces como una chica.
—Es un trap.—susurraste mientras Astolfo hacia un castillo de arena.
“Trap”.
Esa palabra la habías oído en la escuela, y fue de un grupo de bachiller, quienes estaban en el pasillo, estos eran un pequeño grupo de otakus leyendo manga. Recuerdas que uno de ellos lanzó el manga al suelo y grito frustrado: “¡Es un maldito trap!”, tú al oír eso pensaste que se refería a la canción categorizada de esa manera. Pero no, ya lo buscaste y descubriste que era.
Y sin duda, Astolfo es un trap.
—¡Mira, ya acabe!—dijo, mostrando el castillo.
—S-si, ya vi.—tartamudeaste por la feliz expresión del menor.
Después ambos fueron al bosque, donde buscarían lagartijas y animales.
—¡Atrape una lagartija grande, _______!—aviso, y al mostrarte que era, resultó ser una iguana, te lanzaste hacia atrás al ver ello.
—S-si, es enorme.—mencionaste asustado.
Astolfo se dio cuenta del temor a ello, y sonrió de manera malisosa, y puso una expresión que tú conoces muy bien, ya sabías lo que iba a hacer tu amigo, así que huiste antes de cualquier cosa.
—¡Vuelve, ven que no muerde!—grito en una risa el pelirosa.
—¡No gracias!, ¡con decirlo basta!
Entonces, te caíste, y esto hizo que Astolfo se tropezara, instantáneamente soltó la iguana, y él cayó encima tuyo. Tu rostro y el suyo se acercaron poco a poco.
Pero no creas que terminaron besando por accidente o algo así, más bien, chocaron ambas frentes. De inmediato ambos se incorporaron, acariciando sus adoloridas frentes mientras se quejaban por lo bajo.
—Muy bien, fue suficiente de bromas.—dijo el menor.
—Si, tienes razón.
Astolfo se levantó y extendió su mano para ayudarte a parar, tú tan solo accediste. Al pararte quedaste frente a frente con Astolfo, quien soltó una risilla.
—Tengo hambre, vayamos al restaurante a comer algo.—toco su barriga.
—C-claro.—tartamudeaste sonrojado, por haber invadido casi el espacio personal del menor.
—Bien, ¡sígueme!—canturreo, yendo en pequeños saltos.
Tú tan solo te detuvsite, esperaste un poco, palmeaste tus sonrojadas mejillas, para calmar tu nerviosismo. Te repetias “ambos somos chicos, ambod somos chicos”, respiraste hondo y te calmaste. Ahora si seguiste a tu amigo.
Ambos se sentaron en una de las mesas redondas de afuera del restaurante, donde daba a la vista el mar, que llegaba hasta el límite de la visión, y con ese hermoso atardecer, simplemente quedó perfecto. Astolfo le tiro una foto al atardecer y luego hizo una selfie contigo. Ambos pidieron lo que comerían al mesero.
—Hoy fue, un día maravilloso.—dijo.—Si pudiera describirlo, sería, no se, ¿perfecto?—sonrió con calidez.
Tú tan solo te quedaste embobado mirandolo. Sus facciones, sus ojos, su todo, es como si fuera lo único interesante a la vista.
—¿________?—despertaste de tu trance.
Reaccionaste, Astolfo tan sólo sonrió y apoyo su mejilla con su mano.
—Has estado muy distraído hoy, ________.
—Lo lamento, he estado mirándote mucho.—dijiste, pero más bien, pensaste en voz alta.
Astolfo se quedó sin habla y su expresión se volvió seria, tú, en ese momento, querías matarte, desaparecer. Y es que querias decir que era una broma, pero tus nervios hacían que tus labios temblaran y no te dejarán pronunciar bien las palabras.
Cuando viste que Astolfo iba a decir algo, en ese milisegundo tu mente pensó miles de hipótesis, y una de ellas fue que tal vez Astolfo se pueda vestir de chica, pero eso no significa que a él le gusten los chicos. Pero bueno, mejor dejaste que lo interpretará como el quería.
—Gracias.—dijo.—No me molesta, de hecho, me agrada.—te sonrió.
—Aquí esta lo pedido.—dijo el mesero, trayendo ambos platos.
—Gracias.
Entonces, el sol se oculto y anochecio.
—¡A comer!—exclamó.
Tú, empezaste a comer también, pero mirabas de soslayo de vez en cuando a Astolfo. Y en ese momento pensaste:
—Si él fuera una chica, le pediría que fuera mi novia.
Eso fue lo que pensaste, pero entonces, en mitad de las vacaciones, Astolfo tuvo que marcharse del país, de visita a familia de Inglaterra.
Y jamás volviste a saber de él...
No siquiera por WhatsApp ya que el había cambiado el número al parecer, o por alguna otra red social, no contestaba, tal vez estaba demasiado ocupado ya que su actividad ahí era nada. No te preocupate mucho.
Pero a pesar de eso, deseabas verlo de nuevo, porque las vacaciones fueron más aburridas desde que se separaron.
Pero no viviste a saber de él durante 4 años...
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